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VASCO DE QUIROGA, Julia Pérez Ramírez

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VASCO DE QUIROGA, Julia Pérez Ramírez

Editorial: Mounier, 2014, Colección SINERGIA, Madrid, 130 pp

ISBN 10: 8415809115 / ISBN 13: 9788415809111

 

Recibí la obra como regalo navideño por parte de su autora, en su casa de Madrid, y, por fin, he podido terminar de leerlo. Como acertadamente escribe su esposo y prologuista, Carlos Díaz, su biografía nos provoca una admiración sólo comparable "con la heroica capacidad de entrega de los primeros ´conquistadores´, gentes superiores en mucho a los actuales hombres y mujeres anoréxicos de nuestros días, incapaces de emprender gestas épicas. Fue Vasco, en este sentido, un hombre de una sola pieza, una monografía teográfica, pues lo que le importaba era hablar del Dios manifestado en los indios empobrecidos" (p.10).

El libro rastrea las mejores publicaciones mexicanas sobre Vasco, centrándose especialmente en su obra solidaria y evangelizadora. Sorprende que, aun siendo simple laico, "cuando tiene que dar su opinión como juez, aprovecha para dar una catequesis a indios y españoles" (p.30). Desde los inicios como oidor en la Segunda Audiencia de México –en 1531- escribirá al Consejo de Indias que se ofrece "a poner y plantar un género de cristianos a las derechas, como primitiva iglesia, pues poderoso es Dios tanto agora como entonces para hacer e cumplir todo aquello que sea servido e fuese conforme a su voluntad" (p.31).

Soñador realista, aplicará a la vida la "Utopía" de Santo Tomás Moro y sembrará de hospitales-pueblos las tierras de Michoacán. Sin embargo, más cercano en la práctica al franciscano Motolinía que al dominico Las Casas "creía en la necesidad de una institución económica que sustentara a los españoles, la encomienda y el repartimiento, pero utilizados debidamente" p.33. Como jurista que era, aboga por una "tutela benéfica" cuya bondad justifica el derecho a imponerla sobre la absoluta independencia del infiel; por ello, siguiendo a san Pablo y a san Agustín, justifica la pacificación o compulsión al servicio del bien como ayuda a la libertad del hombre, porque lo aparta del pecado y de las malas costumbres. Se desmarca también de los jesuitas y sus reducciones guaraníes, luchando siempre por una ciudad mixta. "Quería que todos, españoles e indios, tuvieran su centro religioso y comercial en el mismo sitio. Creemos que la verdadera razón para elegir como capital un sitio nuevo [Pátzcuaro] fue llevar a cabo su plan, la implantación de la ´policía mixta´ en un lugar que no hubiera sido antes ni solo indio ni solo español, para conseguir así que las dos poblaciones empezaran de nuevo juntas" (p.85).

El libro comienza con los "primeros datos" (pp.13-15) en que se pasa como sobre ascuas por su lugar de nacimiento, Madrigal de las Altas Torres, y sus estudios, su desempeño como juez quizá en Granada y Orán. El resto del libro -17 capítulos- se dedica a su acción como oidor (nombramiento, entorno, México, encomiendas y repartimientos, el caso de Juan Infante, los corregidores, los hospitales pueblo, Michoacán) y obispo (problema que recupera una alianza, primeras gramáticas, viaje a España, regreso a México, muerte) y un epílogo en el que se hace síntesis y balance de su vida y obra. "No sólo disfruta con la obra de Tomás Moro, sino que aspira a construir en el Nuevo Mundo la isla de Utopía. No escatima en trabajo ni en dinero, está convencido de que con el tipo de hombres que se encuentra en su nueva patria se pueden hacer cosas mucho mejores que las que ve que se están haciendo. En él no son palabras lo de "enseñar y elevar" a los indios, quiere construir con ellos una nueva sociedad y dedicará a ello toda su vida" p.128

QUIROGA, VASCO DE

 

FIDEL GONZÁLEZ FERNÁNDEZ

https://www.dhial.org/diccionario/index.php/QUIROGA,_Vasco_de

 

(¿MADRIGAL DE LAS ALTAS TORRES, 1470? – PÁTZCUARO, 1565) OBISPO, ABOGADO, EVANGELIZADOR

Los indios lo llamaban "tata" (padre). Fue jurista, abogado, primer oidor (juez) de la Segunda Audiencia de México, reformador, primer obispo de Michoacán, apóstol de los tarascos y chichimecas, promotor de la justicia y del desarrollo de los pueblos indios. Con plena razón Don Vasco de Quiroga es considerado como uno de los padres-apóstoles fundadores de la Iglesia en México. Los obispos latinoamericanos y Juan Pablo II lo recuerdan siempre en sus discursos. Es considerado una de las mayores figuras misioneras de los tiempos modernos.


Don Vasco de Quiroga nació entre 1470 y 1478 en Madrigal de las Altas Torres, "madriguera de recios hombres", como la llamó el poeta Miguel de Unamuno, la misma villa que había visto nacer a la reina Doña Isabel la Católica. Sus padres fueron Vasco Vázquez de Quiroga, gobernador del priorazgo de San Juan en el reino de Castilla, y María Alonso de la Cárcel, proveniente de una noble familia de Arévalo. El pequeño Vasco, quien tuvo dos hermanos, fue bautizado en la parroquia de San Nicolás de Madrigal. Desde su infancia tuvo contacto con los oficios de la gente del campo, experiencia que habría de servirle años después en su actividad en la Nueva España. Ya en su juventud estudió jurisprudencia en Valladolid. Perteneció al cuerpo de Letrados que reemplazó a la nobleza en la Corte de los Reyes Católicos. Todos en la Cancillería de Valladolid, sede de los altos tribunales de justicia españoles de la época, conocían su integridad y entereza de ánimo. Por ello el obispo de Badajoz, encargado por Carlos V para instituir la Segunda Audiencia de México pensó en el jurista castellano.


De México llegaban numerosos informes, sobre todo por parte de su obispo Don Juan de Zumárraga, sobre los desmanes cometidos por los miembros de la Primera Audiencia (Guzmán, Matienzo y Delgadillo) contra indios y españoles (habían incluso desposeído y encarcelado a Hernán Cortés
&). El obispo mexicano pedía al emperador nuevos jueces, una persona "que fuese amigo de Dios y de toda virtud (…) y saque de raíz las cizañas y procure hacer justicia"[1] . Fue así como a propuesta del obispo de Badajoz fueron nombrados los nuevos jueces: al gran obispo Sebastián Ramírez de Fuenleal de Santo Domingo como presidente y a los licenciados Vasco de Quiroga, Alonso Maldonado, Francisco Ceynos y Juan Salmerón como oidores. Esta Segunda Audiencia mexicana pasó a la historia por su reforma de la justicia y de la vida ciudadana. Formaban parte de ella dos auténticos santos.

 

Contenido

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·         1 Rumbo a México

·         2 El "tata" de los indios

·         3 En las tierras de Michoacán

·         4 El "tata-obispo" de los indios michoacanos

·         5 Lo pueblos-hospitales de "Tata Vasco"

·         6 Notas

·         7 Bibliografía

Rumbo a México

Los nuevos jueces zarparon de Sevilla rumbo a México el 16 de septiembre de 1530 y llegaron a la ciudad de México a principios de año siguiente. La emperatriz Isabel, en nombre de su marido, les había dado claras instrucciones: debían informar sobre la tierra mexicana y sobre las cualidades y méritos de sus moradores, apoyar al obispo Fray Juan de Zumárraga en su oficio de protector de indios, luchar inexorablemente contra la esclavitud de los indios que ya prohibían las leyes del Reino, impedir el amancebamiento de los españoles fuese con españolas o con indias, favorecer el poblamiento.


Los nuevos jueces, cuya misión era la de administrar la justicia y la de supervisar la gestión y el comportamiento de las autoridades civiles, procesaron a sus predecesores. Todos los habitantes podían acudir al tribunal para quejarse de los agravios recibidos. Los tres jueces tiranos fueron condenados y mandados en cadenas a España donde expiarían sus culpas.

 

El "tata" de los indios

Don Vasco de Quiroga contaba ya casi con 60 años cuando empezó su trabajo en la Segunda Audiencia. Ya en la Nueva España, tomó conciencia de las vejaciones que sufrían los indios y en carta a Carlos V del 14.VIII.1531 le expuso con claridad lo que habrían de ser sus famosos pueblos-hospitales. El emperador aprobó su proyecto y el maduro oidor puso manos a la obra fundando el primero, el de Santa Fe, a dos leguas de la ciudad de México en 1532.

El magistrado castellano ponía su mano curativa en las llagas sociales que encontraba y lograba crear alrededor de sí lugares humanos de encuentro, no contaminados por la violencia y donde la gente comenzaba a gustar de la experiencia cristiana. Nacieron así las famosas experiencias de los hospitales-pueblos que se encuentran en la base de la evangelización del México centro-septentrional.


El amor a los indios fue el estilo de su vida. Escribe su fiel secretario y compañero, Cristóbal Cabrera: "Este santo varón, que despreciaba las riquezas y llevaba una vida frugal, que no tenía más ambiciones que la de convertir infieles por amor a Dios, empleó para ese fin en obras buenas y piadosas, con suma liberalidad y alegría, todo lo sobrante del salario que recibía del Rey por su oficio de oidor, y luego, siendo ya obispo, cuanto podía adquirir por razón de subvenciones y de réditos eclesiásticos. Efectivamente, de su propio peculio compró y cultivó las tierras de dos pueblos, los cuales, situados cerca de las dos grandes ciudades de México y de Michoacán, fueron formados también a sus expensas. En ellos edificó y acondicionó edificios destinados a hospedar, alimentar e instruir en la fe a los infieles venidos de cualquier parte. A uno y otro conviene perfectamente el título, por demás insigne e ilustre, que él les puso de Santa Fe"[2] .

 

En las tierras de Michoacán

En 1533 Don Vasco de Quiroga tuvo que enfrentarse con uno de los mayores desastres creados por la arrogancia de sus predecesores de la Primera Audiencia en las tierras de Michoacán, donde el rey de los tarascos había sido condenado a muerte. Sus habitantes se habían dispersado por los montes y rechazaban todo contacto con los recién llegados europeos. El trabajo de los misioneros franciscanos resultaba inútil. El nuevo oidor llegó a la antigua capital tarasca Tzintzuntzan en compañía de un escribano, un aguacil y un intérprete. Recorrió montes y cañadas, visitó poblados y campamentos indígenas. El oidor, sin armas ni soldados, despedía una atracción irresistible. Invitaba a los indios a reunirse en los pueblos-hospitales que él iba fundando garantizándoles defensa y seguridad. Quería que los pueblos-hospitales fueran una visible y atractiva irradiación del Evangelio. Aquéllos encarnaban un noble ideal de fraternidad humana y cristiana, un ideal de trabajo en común y reparto equitativo de los bienes, de educación humana y cristiana, y de formación de hábitos de economía y trabajo[3] .


El oidor se había convertido en administrador de la justicia, defensor del indio, promotor de su progreso, fundador de pueblos y sobre todo en apóstol laico. Pertenece a esta época su famosa Información en Derecho (1535) contra la esclavitud y en defensa de los derechos de los indios. Don Vasco nos testimonia como los indios sacrificaban a sus prisioneros de guerra, o los vendían como esclavos perpetuos y como existía entre ellos una especie de autoventa perpetua desconocida en Europa. Sólo una verdadera experiencia cristiana podía cambiar aquella situación y cambiar también los desmanes de algunos conquistadores.


Por ello el obispo de México Zumárraga quería crear una nueva gran diócesis que se encargase de la evangelización de aquellas regiones del centro-norte de la Nueva España(Michoacán). Fue erigida por Paulo III en 1534. Pero no se encontraba un obispo dispuesto a enfrentarse con tan ardua empresa. Los dos primeros elegidos no habían aceptado. ¿Quién podía entonces fundarla mejor que aquel reconocido apóstol seglar? Zumárraga lo propuso al emperador como su primer obispo. Así escribe en 1537 al Consejo de Indias de en España: "De la elección que S.M. hizo en la persona del licenciado Quiroga para Mechoacán tengo por cierto y siento con muchos que ha sido una de las acertadas que S.M. ha hecho en estas partes (…)"[4] . Había sido nombrado en 1536 y fue consagrado en 1538 por el mismo Zumárraga diácono, sacerdote y obispo. El laico con corazón de apóstol llegó a convertirse así en sucesor de los apóstoles. Contaba entre 64 y 67 años.

 

El "tata-obispo" de los indios michoacanos

Estableció su sede primero en la vieja Tzintzuntzan y más tarde en la encantadora Pátzcuaro. El Señor le concedería todavía 28 años de apostolado fecundo. Aquí fundó un colegio-seminario en 1542 donde convivían españoles e indios que se enseñaban mutuamente la propia cultura y lengua. La enseñanza era gratuita; la vida comunitaria, los resultados excelentes. Hacia 1576 más de 200 sacerdotes y otros tantos religiosos, excolegiales de aquel centro predicaban el Evangelio en las lenguas indígenas. Fundó también el colegio universitario (luego Universidad de San Nicolás de Hidalgo) de Tiripetío, dirigido por una de los más ilustres profesores de Salamanca, el agustino Alonso de la Vera Cruz, quien nos ha legado numerosas obras escritas en México.


El nuevo obispo tenía dos ideas fijas en su cabeza: crear poblaciones nuevas de indios como lugares tangibles de una nueva humanidad regenerada por Jesucristo, y "plantar un género de cristianos a las derechas {=de pies a cabeza} (…) como primitiva Iglesia"[5] , como él mismo escribe en una carta al Consejo de Indias.


La fundación de los pueblos-hospitales respondía a una necesidad inmediata de aquellas poblaciones. Los indios vivían en dispersión y abandono. Era necesario "reducirlos" y congregarlos en pueblos-comunidades[6] . Se facilitaría así su educación "en toda buena orden de policía {=gobierno de la población} y con santas y buenas y católicas ordenanzas"[7] . El obispo-apóstol se proponía así defender su humanidad frecuentemente ultrajada por costumbres ancestrales deprimentes y por la codicia de algunos conquistadores. Quería además así evitar la extinción de la estirpe, crear una cadena de comunidades solidarias y demostrar que el Evangelio no era un vieja utopía. La pertenencia a Jesucristo tenía que salvar su vida concreta y poder darles así "un tal orden y estado de vivir, escribe Don Vasco, en que los naturales para sí y para los que han de mantener sean bastantes y suficientes {en estos nuevas pueblos-comunidades}...se conviertan bien como deben, y vivan y no mueran ni perezcan como mueren y perecen"[8] .


Nació así una de las experiencias misioneras más duraderas de la historia. Se puede ver todavía hoy. Los pueblos-hospitales de don Vasco se han convertido en ciudades y villas mexicanas. El que esto escribe pudo visitar con detención aquella región evangelizada por Don Vasco y 19 villas y ciudades nacidas de aquella experiencia. Pudo constatar con estupor que la obra del gran laico-obispo misionero perdura hasta hoy. Don Vasco puso las bases de un sujeto católico vivo, constatable por cualquier visitador atento y que ha dado prueba de sí a lo largo de estos siglos con su profundo sentido de comunidad y con la fe sellada por muchos de sus mártires a lo largo de las persecuciones del siglo pasado. Incluso desde el punto de vista social muchas de las "industrias", artesanía y belleza de trabajos introducidos por Don Vasco constituyen hoy día el entramado de su vida social y de su desarrollo.


Don Vasco quería demostrar que el cristianismo de los Hechos de los Apóstoles no era una simple utopía del pasado. Quería que los numerosos pueblos-comunidades-hospitales por él fundados fueran un remedo de la "primitiva Iglesia". Escribe sobre aquellos indios páginas deliciosas llenas de estima y respeto. Basta leer su "Información en Derecho" (1535). Veía en ellos el terreno más apto para sembrar la semilla evangélica. Llegó a decir que naturalmente aquellas gentes se encontraban en la mejor disposición y apertura, y con las mejores cualidades humanas para "imprimir en ellos, dando buena diligencia, la doctrina cristiana" y para vivir una auténtica experiencia apostólica. Lejos por lo tanto de Don Vasco la imposición forzada de la fe. Había que descubrir las "semillas del Verbo", como diríamos hoy. Por ello la obra misionera de don Vasco entra en aquel orden de cosas del que hablan los obispos latinoamericanos al apuntar el nacimiento de la cultura mestiza latinoamericana cuyo sustrato fundamental es la fe católica[9] .

 

Lo pueblos-hospitales de "Tata Vasco"

La primera experiencia de los "pueblos-hospitales" creados por Don Vasco como centros de caridad cristiana y de desarrollo humano datan de 1532. Los dos primeros los fundó cuando todavía era oidor: el primero en la ciudad de México; el segundo en Pátzcuaro. Nombrado obispo promovió su fundación en cada población.


"Hospital" significaba un lugar humano y cristiano de acogida para sanos y enfermos, donde ninguno se sentía ni inútil ni extranjero. En el centro de un gran patio rectangular se levantaba una iglesia abierta por los lados. A los lados se extendían las salas de los enfermos imposibilitados que podían seguir los oficios divinos. Cada pueblo-hospital contaba con huertos anexos para el cultivo con sus respectivas habitaciones. Se llamaban "familias" porque albergaban a las familias que acudían al hospital o prestaban en él sus servicios. Además, tenía otros campos o "familias rústicas" más grandes para siembras y ganadería, como patrimonio del pueblo-hospital.


Estas "repúblicas" de los pueblos-hospitales, como las bautizó Don Vasco, se regían por unas "Reglas y Ordenanzas para el buen gobierno de los hospitales" redactadas por él. Preveían el casamiento de los jóvenes, el modo de evitar la pereza juvenil, cómo sembrar, reparar los edificios, qué cosa sembrar y criar, "qué manera se tenga para que en años estériles no falte bastimiento", de la fabricación de vestidos para que cuesten poco, sean buenos y sirvan a todos; "cómo se recreen y no se pierda tiempo sin provecho", "cómo se averigüen las quejas y pleitos", "que haya limpieza espiritual y corporal"[10] , etc, etc…


En estos pueblos-hospitales todo era común: trabajo y beneficios. Todos cooperaban al trabajo de construcción de las "familias" particulares y todos cooperaban a la construcción de los edificios comunes. El trabajo común era obligatorio y duraba seis horas al día; los niños estaban obligados a acudir al campo al menos dos veces por semana para que, como rezan las Constituciones de Don Vasco "a manera de regocijo, juego y pasatiempo" aprendieran a manejar los instrumentos de labranza, mientras que las niñas debían ejercitarse en los "oficios mujeriles dados a ellas y adaptados y necesarios al pro y bien suyo y de la república del hospital"[11] .


En cada pueblo-hospital había dos escuelas de catecismo y dos baptisterios. Por ello –como escribió el fiel compañero de Don Vasco, Cristóbal Cabrera- les "conviene perfectamente el título, por demás insigne e ilustre, que él les puso de Santa Fe"[12] . Estos pueblos-hospitales fueron el núcleo alrededor de los cuales fueron congregados los indios tarascos y tantos otros, sobre todo menesterosos, para encontrar en ellos no sólo abrigo, medicinas, cuidado y salud, sino también un lugar humano libre y vivible que nacía de la experiencia de la pertenencia a Jesucristo y a su Iglesia.


El modelo de colegio y hospital de Vasco de Quiroga fue utilizado por los agustinos quienes fundaron un gran número de escuelas y colegios de esta manera en Yuririapúndario, Cuitzeo, Tacámbaro, Guadalajara, Valladolid, Atotonilco, México, Puebla, La Habana, Oaxaca, Atlixco y Culhuacán, entre otros. Asimismo algunos franciscanos y jesuitas aplicaron este modelo en Paraguay, Quito, Perú, Ecuador, Venezuela. En algunas haciendas de los agustinos como la de Otengá, Nuestra Señora de Belén de Chámeza y Nuestra Señora de Chiquinquirá de Río de Oro se puso en práctica el modelo, quedando pueblos en su lugar con el mismo nombre[13] .


El antiguo oidor, el "tata obispo" de los indios michoacanos, murió en la ciudad-hospital de Uruapan, durante una visita pastoral. De acuerdo con Paulino Castañeda, uno de los mejores históricos del episcopado latinoamericano, el pueblo mexicano aún sigue recordando a aquel hombre bueno, jurista y reformador; pastor y guía; empresario y místico; pacífico y luchador; castellano, indio y criollo; un hombre con corazón de pastor y no encomendero, que no tuvo otra pasión sino liberar a los indios de su ignorancia y miseria; un obispo, a quien nunca llamaron ilustrísimo señor, sino solo y sencillamente, "Tata Vasco"[14] .


Obra(s): Reglas y Ordenanzas para el gobierno de los hospitales de Santa Fe en México y Michoacán; Información en Derecho; De debellandis indis; Carta al Consejo de Indias.

 

Notas

1.   García Icazbalceta, Joaquín. Don Fray Juan de Zumárraga. Primer Obispo y Arzobispo de México. Antigua Librería Andrade y Morales, México, 1881, p. 35

2.   Cfr. Cabrera, Cristóbal. De solicitanda infidelium conversione. no. 35. Citado en Arce Gargollo, Pablo. Biografía y Guía BibliográficaVasco de Quiroga, Jurista con mentalidad secular. Editorial Porrúa/Universidad Panamericana, México, 2007, p. 114.

3.   Cfr. Castañeda Delgado, Paulino. Don Vasco de Quiroga y su Información en Derecho, Ediciones de José Porrúa Turanzas, Madrid, 1974.

4.   Arce Gargollo, Pablo. Biografía y Guía Bibliográfica. Vasco de Quiroga, Jurista con mentalidad secular. Editorial Porrúa/Universidad Panamericana, México, 2007, p. 34.

5.   Aguayo Spencer, Rafael (comp). Don Vasco de Quiroga. Pensamiento jurídico. Antología. Miguel Ángel Porrúa, México, 1986, p. 77.

6.   Reducirlos" se refiere a convocarlos a una comunión fundada en la pertenencia a Cristo y a su Iglesia; de aquí el nombre ya en uso de "reducciones".

7.   Aguayo Spencer, Rafael. Op. Cit., p. 76.

8.   Aguayo Spencer, Rafael. Op. Cit., p. 111.

9.   CELAMDocumento de Puebla, 1979, 6-8.

10.               Aguayo Spencer, Rafael. Op. Cit., pp. 231, 233 y 236.

11.               Aguayo Spencer, Rafael. Op. Cit., p. 227.

12.               Cabrera, Cristóbal. De solicitanda infidelium conversione. no. 35. Citado en Arce Gargollo, Pablo. Biografía y Guía BibliográficaVasco de Quiroga, Jurista con mentalidad secular. Editorial Porrúa/Universidad Panamericana, México, 2007, p. 114.

13.               Campo del Pozo, Fernando. "Don Vasco de Quiroga promotor de la educación indígena" en Revista Historia de la Educación Latinoamericana, núm. 13 (2009), p. 77.

14.               Cfr. Castañeda Delgado, Paulino. Op. Cit..

 

Bibliografía

§  Aguayo Spencer, Rafael (comp.). Don Vasco de Quiroga. Pensamiento jurídico. Antología. Miguel Ángel Porrúa, México, 1986.

§  Arce Gargollo, Pablo. Biografía y Guía Bibliográfica. Vasco de Quiroga, Jurista con mentalidad secular. Editorial Porrúa/Universidad Panamericana, México, 2007.

§  Campo del Pozo, Fernando. "Don Vasco de Quiroga promotor de la educación indígena", en Revista Historia de la Educación Latinoamericana, núm. 13 (2009), pp. 67-84.

§  Castañeda Delgado, Paulino. Don Vasco de Quiroga y su Información en Derecho, Ediciones de José Porrúa Turanzas, Madrid, 1974.

§  García Icazbalceta, Joaquín. Don Fray Juan de Zumárraga. Primer Obispo y Arzobispo de México. Antigua Librería Andrade y Morales, México, 1881.

§  CELAM. Documento de Puebla, 1979.

 

VASCO DE QUIROGA

 

Sara Sánchez del Olmo

http://dbe.rah.es/biografias/10565/vasco-de-quiroga

Biografía

Quiroga, Vasco de. Tata Vasco. Madrigal de las Altas Torres (Ávila), ¿1470? – ¿Uruapán (México)?, 14.III.1565. Oidor de la segunda Audiencia de la Nueva España y primer obispo de Michoacán (México).

Nació en el seno de una familia de origen gallego oriunda del valle lucense del mismo nombre. Según el padre agustino fray Felipe de la Gándara, la familia descendía de dos líneas reales, suevos y godos, y había conseguido su título de hidalguía, solar y escudo luchando contra los musulmanes. Su padre, Vasco Vázquez de Quiroga, conocido como Vasco el Viejo, casó con María de la Cárcel, vecina de Arévalo (Ávila), y del matrimonio nacieron tres hijos: Álvaro, padre del futuro cardenal y arzobispo de Toledo Gaspar de Quiroga; Constanza, que profesaría en el Convento de Nuestra Señora de Gracia de las RR.MM. Agustinas de Madrigal; y Vasco. Vasco el Viejo fue gobernador del priorazgo de San Juan en el Reino de Castilla y existen indicios para pensar que el propio Vasco de Quiroga podría haber pertenecido a la Orden de San Juan de Jerusalén o de San Juan de Rodas, conocida como Orden de Malta.

De su vida y acciones antes de su partida a Indias pocos datos son seguros. Se sabe que estudió Jurisprudencia y se licenció en Derecho Canónico, aunque se desconoce si en la Universidad de Salamanca o en la de Valladolid, adquiriendo una amplia formación humanística. Tras finalizar sus estudios universitarios apenas se conoce su vida: se ha especulado acerca de su presencia en Granada en el momento de la conquista de la ciudad y de sus contactos con el arzobispo Hernando de Talavera, extremo que no ha podido ser atestiguado documentalmente. Tradicionalmente se ha admitido también que perteneció a la Real Chancillería de Valladolid, el órgano judicial más importante de Castilla en esa época, pero tampoco está confirmado.

Las primeras referencias documentales que se encuentran sobre él pertenecen al año 1525, cuando el futuro obispo se encontraba en Orán actuando como juez de residencia. La ciudad había sido conquistada por los españoles en 1509 y existían numerosas dificultades para la formación de un gobierno estable, ya que eran constantes las amenazas de reconquista por parte de los musulmanes. El licenciado Alonso Páez de la Ribera fue elegido para actuar como corregidor de la ciudad, pero sus abusos y desmanes provocaron la temprana petición de su destitución por parte de la ciudad, iniciándose el juicio de residencia, del que formó parte Quiroga. Al mismo tiempo, el futuro obispo actuó como representante, junto a Pedro de Godoy, en el tratado de paz con el Rey de Tremecén, un estado musulmán limítrofe. Uno de los aspectos más interesantes de este tratado se halla en el artículo décimotercero en el que se garantizaba que los vasallos del Rey no serían convertidos al cristianismo mediante la fuerza sino que tendrían libertad religiosa y que además serían tratados en todos los dominios de los reyes españoles como vasallos de éstos. Esta negociación proporcionó a Quiroga una temprana experiencia en el tratamiento de asuntos relacionados con las diferencias culturales, étnicas y religiosas.

Tras su estancia en Orán, las actividades de Quiroga se desvanecieron y se desconoce la razón por la que llegó a ser nombrado oidor de la Segunda Audiencia, aunque en este hecho pudo influir la amistad que le unía a Bernal Díez de Luco —miembro del Consejo de Indias— y al cardenal Tavera. Los datos más reveladores sobre esta nueva posición los aporta Cristóbal Cabrera, quien en su juventud había vivido en la casa del obispo en Michoacán, al afirmar que el propio Quiroga le había contado cómo, tras haber servido durante muchos años como juez a cristianos, judíos y sarracenos, tanto de España como de África, y habiéndose ganado el favor real por su trabajo, recibió del Emperador, por medio del cardenal Tavera, varias opciones: un puesto en el Tribunal de la Inquisición, el gobierno de una provincia española, o "una magistratura en el gobierno de las Indias para que en él ayudara a la conversión de los naturales". Cabrera recoge que, tras una inspiración religiosa, Quiroga sintió que su fin era embarcarse hacia el Nuevo Mundo.

En esos años, el descubrimiento y la conquista americana eran hechos consumados. En 1527 se había establecido en la Nueva España la primera Audiencia, un gobierno colegiado integrado por cinco miembros, cuatro oidores —Alonso de Parada, Francisco Maldonado, Juan Ortiz de Matienzo y Diego Delgadillo— y un presidente, Nuño de Guzmán. Este último había ejercido hasta este nuevo nombramiento el cargo de gobernador de Pánuco, donde se había dedicado a capturar indígenas para luego venderlos en las Antillas.

Desde mediados de 1529 se hablaba de la necesidad de modificar la Audiencia de la Nueva España, y sobre todo de frenar los excesos cometidos por su presidente Nuño de Guzmán. Éste, al margen de toda justicia y disciplina, había abandonado México-Tenochtitlan, la antigua capital azteca, para dirigirse hacia el occidente de México con un numeroso ejército.

Se internó entonces en territorio tarasco, donde cometió grandes atropellos, entre ellos el asesinato del cazonzi en Michoacán. Siguió avanzando por Jalisco y Zacatecas y llegó hasta Sinaloa. Su actuación en el territorio michoacano fue especialmente sangrienta y provocó la huida de los indios hacia las zonas serranas, lo que trajo consigo la disgregación de la población y la ruptura de sus estructuras sociales, políticas, económicas y religiosas.

El 5 de noviembre de 1529 los presidentes de las Audiencias de Valladolid y Granada (los obispos de Badajoz y de Mallorca respectivamente) recibieron el encargo de recomendar a las personas más idóneas para formar la nueva Audiencia. La propia emperatriz Isabel fue quien comunicó a don Vasco que había sido elegido para formar parte de la misma. Quiroga desembarcó en las Indias el 30 de diciembre de 1530, y el 9 de enero de 1531 llegó a México-Tenochtitlan.

La creación de la Segunda Audiencia de México marcó el inicio de una nueva organización política y jurídica del territorio pero, sobre todo, supuso el establecimiento de nuevas bases sociales, económicas y culturales en la Nueva España. Estaba presidida por Sebastián Ramírez de Fuenleal, un colegial mayor de Santa Cruz de Valladolid, que había sido inquisidor en Sevilla y oidor de la Chancillería de Granada así como obispo y presidente de la Audiencia de Santo Domingo. Junto a él formaban parte de la Audiencia los oidores Salmerón, Ceynos, Maldonado y el propio Quiroga, todos ellos recomendados por el presidente de la Real Chancillería de Valladolid, Pedro González Manso, que era a la vez obispo de Badajoz.

Este equipo llegó al Nuevo Mundo con instrucciones precisas: realizar los juicios de residencia a los miembros de la Primera Audiencia, investigar los abusos cometidos contra la población indígena e incorporarla al modo de vida europeo, administrar la Nueva España, favorecer la conversión, y visitar, describir y poblar el territorio. Tras los abusos y escándalos cometidos por los magistrados de la Primera Audiencia, los nuevos miembros se distinguieron por la corrección en sus comportamientos así como por el respeto a las disposiciones establecidas por la Corona.

Los oidores de la Segunda Audiencia realizaron una fecunda labor: se esforzaron por simplificar los procedimientos jurídicos que afectaban a los naturales y trataron de asegurar a los indios sus propiedades frente a los ataques de los encomenderos; tuvieron en cuenta el gobierno indígena, respetando algunos de sus aspectos; iniciaron el cómputo de la población y sus recursos con el fin de establecer un sistema tributario apropiado; procuraron fomentar la evangelización y apoyaron la creación de instituciones de carácter benéfico o educativo como la establecida por fray Pedro de Gante. Se preocuparon también de otras cuestiones como la creación de caminos que comunicasen internamente el territorio; promovieron la cría de ganado, las fábricas de tejidos y lana, e introdujeron nuevos cultivos como el lino y el cáñamo. Establecieron una rígida legislación sobre el uso de las aguas de regadío y frenaron la usurpación de tierras indígenas por parte de los españoles. Su política agraria y ganadera respondía al deseo de operar una transformación profunda: buscaba limitar las encomiendas, las tasaciones y los tributos y fomentar el trabajo libre de los indios. Asimismo quería que los españoles no encomenderos creasen núcleos sustentados en la agricultura y que contrarrestasen el carácter señorial de la conquista. En esta línea se enmarca la fundación en 1531 de Puebla de los Ángeles.

Con este mismo espíritu se plantearon de forma paralela otras iniciativas, esta vez dirigidas a los indios en lugar de a los españoles; surgieron así los puebloshospital fundados por el oidor Quiroga, un proyecto que no constituía un hecho aislado sino que se enmarcaba en un programa global que hundía sus raíces en el pensamiento humanista español del momento.

En 1532 Quiroga comenzó a comprar —con su salario y sus bienes— tierras a los españoles para entregárselas después a los naturales. En terrenos próximos a la capital azteca, en una zona conocida como Acaxochil, fundó el Pueblo-Hospital de Santa Fe, que acogía por igual a indios pobres, peregrinos y enfermos.

Quiroga fue ampliando la extensión de la propiedad con la compra sucesiva de tierras colindantes y en 1533 el pueblo estaba ya en pleno funcionamiento.

Con esta fundación, Quiroga pretendía crear un espacio aislado de los españoles que sirviese como centro de trabajo, evangelización, educación y organización política, en suma, una sociedad alternativa separada del mundo. No tardarían en alzarse las primeras voces críticas en contra de este proyecto, especialmente por parte de los encomenderos.

Como miembro de la Segunda Audiencia novohispana, Quiroga realizó también una visita de inspección a Michoacán para comprobar la situación del territorio tras el proceso de conquista llevado a cabo por Nuño de Guzmán. El viaje se retrasó en numerosas ocasiones hasta que el 5 de agosto de 1533 partió hacia territorio tarasco. En esta visita a Michoacán Quiroga fundó, en las proximidades de Tzintzuntzan (la antigua capital de los tarascos), una ciudad de españoles llamada Nueva Granada y constituyó además su cabildo, el primero en la historia michoacana. No obstante, la ciudad apenas subsistió algo más de medio año. El nombre proporcionado por el oidor a sus pueblos-hospital y a esta ciudad ha conducido a plantear la posible presencia —no confirmada— de Quiroga en Granada y sus contactos con el arzobispo de la ciudad, fray Hernando de Talavera.

Durante la visita a Michoacán el oidor quedó profundamente impresionado por la devastación que había sufrido la región y sobre todo por la difícil situación de los indios. Para hacer frente a la misma Vasco de Quiroga decidió fundar, al igual que había hecho a las afueras de México-Tenochtitlán, un nuevo pueblo- hospital cerca del lago de Pátzcuaro para congregar a los indios dispersos. Éste se inauguró el 14 de septiembre de 1533, en la fiesta de la Exaltación de la Cruz, y recibió también el nombre de Santa Fe. De igual modo que en el caso anterior, el oidor tendría problemas con la propiedad que había adquirido y debió pleitear durante años con el terrateniente español Juan Infante por esclarecer este asunto.

Los pueblos-hospital de Quiroga se inspiran directamente en la Utopía de Tomás Moro aunque no sólo está presente está influencia. Una vez establecidos, el oidor fue redactando una serie de normas o instrucciones para su gobierno. Algunas de ellas aparecen recogidas en su obra Información en Derecho escrita en 1535, pero posteriormente las fue ampliando hasta conformar lo que hoy se conoce con el nombre de Reglas y ordenanzas para el gobierno de los Hospitales de Santa Fe de México y Michoacán. Fueron publicadas por Juan José Moreno, el primer biógrafo de Vasco de Quiroga, en 1766 y están incompletas. En las Ordenanzas, al contrario que en la Información en Derecho, no aparece ninguna referencia explícita a Moro, al menos en la parte que hoy se conoce, pero la influencia del canciller inglés es bien palpable.

Siguiendo los planteamientos de la Segunda Audiencia, Quiroga fundó los Hospitales de Santa Fe separando físicamente a los indios de los españoles, es decir, como auténticas "islas" en medio de la incipiente sociedad colonial. Y los organizó, al igual que Moro, tomando como base a la familia a la que consideraba la verdadera célula articuladora de esa nueva sociedad que, como el inglés, también deseaba. Las familias estarían formadas por todos los miembros de un mismo linaje por línea masculina. Vivirían juntos en el Hospital, en edificios amplios, abuelos, padres, hijos y nietos. Se trataba de un concepto extenso de la familia, que siempre había de estar presidida por la persona de más edad. Además de esta jerarquía básica, en el hospital coexistían varios regidores y un principal. Por encima de todos ellos aparecía el rector.

Los jefes de las familias, los regidores y el principal eran todos naturales mientras que el rector, "tutor" del resto, era un eclesiástico español. Quiroga en este tema tenía el mismo parecer que la mayor parte de sus coetáneos: el indio era un "menor" que no podía gobernarse a sí mismo y al que había que proteger.

La organización interna del hospital estaba inspirada directamente en la Utopía. Como Moro, Quiroga dispuso que las tierras de los pueblos-hospital fueran bienes comunales, aunque también admitía que cerca de las casas las familias pudieran tener huertos pero sólo con carácter de usufructuarios, nunca de propietarios.

La enajenación de cualquier bien estaba totalmente prohibida. Además de la coincidencia con Moro en los principios comunales y familiares, Quiroga planteó también la rotación entre la población urbana, que viviría en el hospital propiamente dicho, y la rústica, diseminada por los dominios agrarios del mismo.

Dada la rotación existente, propuso, como en la Utopía, el aprendizaje de un oficio útil, de carácter manual, que completase el oficio principal, el de la agricultura, en el que todos eran instruidos desde la niñez.

La jornada laboral era de seis horas y los trabajos necesarios eran dispuestos por el rector y los regidores. Los frutos del trabajo, como en Utopía, eran repartidos entre todos según sus necesidades de forma que nadie tuviese carencias. Los excedentes, en caso de que los hubiera, se destinaban a mantener a los pobres, huérfanos, viudas, enfermos, ciegos... que residían en el hospital, y se realizaban otras obras caritativas. Las niñas también eran incorporadas al trabajo y aprendían oficios considerados propios de su condición femenina y útiles para la República. En esto también coincidía con el canciller inglés. Y como él, también Quiroga hizo precisas recomendaciones acerca del vestido y el aseo personal: sencillez y limpieza. Como Moro, Quiroga perseguía con esta organización una finalidad ética, el establecimiento de una república ordenada, sin ociosidad y con "buena policía".

Pero no todo en los pueblos-hospitales fundados por el oidor Vasco de Quiroga está relacionado directamente con las teorías expuestas en la Utopía. En este nuevo proyecto de sociedad alternativa, al igual que en el resto de las empresas emprendidas por Quiroga, está presente su formación, recibida en España, dónde la influencia del humanismo y la Reforma religiosa eran patentes, y también experiencias previas puestas en práctica en la península por aquellos años.

Por ejemplo, en el caso de la elección de los cargos Quiroga respeta el sistema genérico de Utopía pero las funciones y los términos empleados están más vinculados a la organización de los ayuntamientos españoles.

Del mismo modo, existe una clara finalidad caritativa para los excedentes producidos en el hospital que no existe en Moro.

En realidad, las concomitancias con la obra moreana se hallan más en la organización y en la configuración de la estructura de los pueblos que en la inspiración que los genera, ya que en Quiroga, quien al igual que el resto de los humanistas españoles del siglo xvi vinculaba su pensamiento al cristianismo, está presente la idea de la vuelta a la Iglesia primitiva, al ideal evangélico. Los Hospitales de Santa Fe no son sólo ensayos de sociedad civil sino de una nueva sociedad religiosa, de una nueva forma de concebir el cristianismo. Mientras que Moro expone claramente en la Utopía la filosofía moral que ha de regir la vida de la isla, Quiroga identificaba ésta con los principios evangélicos. La inspiración era —más que la república civil auspiciada por Moro—, una república cristiana, una "civitas Dei". La principal intención de Quiroga era que sirvieran como centros de propagación de la fe. Eran modelos de vida cristiana en comunidad, similares a las fundaciones monásticas y a las primeras comunidades cristianas, donde no existía la propiedad privada. El ideal de vida comunitaria impuesto por Quiroga posee una fuerte impronta conventual que aparece, sobre todo, en la organización y regulación de la oración, la vivencia comunitaria de las fiestas sagradas y la enseñanza del evangelio. En estas Repúblicas se hace claramente visible el trípode sobre el que se sustentaba el humanismo español, la vinculación entre evangelización, trabajo y educación.

En las Ordenanzas establecidas por Quiroga aparecen también elementos vinculados a la propia organización social de los indios anterior a la llegada de los españoles. Así, se aceptaba el papel de los ancianos y de los cabezas de linaje en la resolución de asuntos relativos a tierras, cultivos y desórdenes internos; culto religioso y gobierno civil se imbricaban en un solo sistema, al igual que en época prehispánica, y la propia estructura espacial de los pueblos-hospital recogía, en cierta medida, elementos propios de la cosmovisión india como la división del espacio vinculada a los cuatro puntos cardinales.

El 8 de agosto de 1536, la bula de Pablo III Illius fulciti praesidio confirmaba la erección canónica del obispado de Michoacán. Hasta ese momento sólo existían en Nueva España las diócesis de México y Tlaxcala, pero ya desde 1534 el emperador Carlos V había mostrado su deseo de proveer prelados en dicha provincia así como en Oaxaca y Guazacualco. Encargó a la Segunda Audiencia la tarea de señalar los mojones de los nuevos obispados respecto de los ya existentes; los nuevos recibirían quince leguas alrededor de su sede.

El territorio del obispado de Michoacán correspondía al de los actuales estados de Michoacán, Colima, Guanajuato y partes de Jalisco, Guerrero y San Luis de Potosí, y respondía de alguna manera a los límites históricos del imperio tarasco. En 1535 los mojones quedaron delimitados y poco tiempo después comenzarían numerosos conflictos y pleitos entre el obispado de Michoacán y sus vecinos por asuntos de diezmos y por la configuración de dichos límites.

La propuesta de Vasco de Quiroga para ocupar esta sede obispal no fue la única ya que en 1533 el Consejo de Indias había elegido a fray Luis de Fuensalida, uno de los doce primeros franciscanos que desembarcaron en el Nuevo Mundo. Sin embargo, su renuncia condujo al Consejo a fijarse en Quiroga y proponer su nombre al emperador a pesar de su carácter de seglar.

En diciembre de 1536 se autorizaba que el elegido fuese consagrado por un obispo asistido por dos dignatarios eclesiásticos en lugar de por tres obispos como prescribían los cánones. Al año siguiente llegaron las bulas pontificias a España e inmediatamente fueron enviadas a México. El nuevo obispo poseería los títulos y privilegios que poseían los de España: jurisdicción propia, diezmos, prerrogativas... y también funciones inquisitoriales. Su misión principal sería la conversión de los naturales. La nueva diócesis quedó adscrita a la sede de Sevilla.

A mediados de 1538, Quiroga se dirigió a Tzintzuntzan para tomar posesión de su obispado: allí, en la iglesia de Santa Ana del convento de los franciscanos, se leyó la bula papal que confirmaba su nombramiento.

Quiroga comenzó entonces a organizar su diócesis tratando, en primer lugar, de restablecer una cierta estabilidad social en el territorio, por lo que es considerado uno de los fundadores del Michoacán colonial.

Desde su nombramiento como obispo, Quiroga tenía entre sus obligaciones episcopales no sólo extender la evangelización sino, sobre todo, proporcionar entidad al obispado. En 1539-1540 trasladó la sede obispal desde Tzintzuntzan a Pátzcuaro e inició la construcción de la catedral. El propio edificio — inconcluso— respondía, desde el punto de vista artístico, al intento por plasmar en imágenes esa nueva cristiandad, ya que se proyectó como una iglesia de planta pentagonal, una forma no intentada hasta ese momento en Europa.

Pero la tarea fundamental para el obispo era la organización territorial del obispado por lo que procedió a la división de la diócesis en parroquias administradas por sacerdotes seculares que estuviesen bajo sus directrices.

La formación del clero se convirtió entonces en un asunto de capital importancia para Quiroga y, por ello, fundó —hacia 1540— el Colegio de San Nicolás con el que se aseguró un corpus sacerdotal bien preparado para su diócesis, que ayudó a convertir a los curatos en el eje de la propagación de la nueva fe.

Quiroga buscaba que los clérigos instruidos en San Nicolás dominasen las lenguas indias, aprendidas de los propios naturales. Se buscaba que, en lo posible, la evangelización se realizara, como en los casos de Canarias y Granada, utilizando la lengua vernácula.

En mayo de 1543, el Colegio de San Nicolás obtuvo el Patronazgo Real gracias al cual, junto con las colaboraciones y donaciones de particulares, se sostuvo financieramente, aunque su principal fuente de recursos fue, precisamente, el salario de su fundador.

Durante su episcopado Quiroga programó dos viajes a España: el primero, que no llegó a realizar, en 1543 con el fin de asistir al Concilio de Trento, y el segundo en 1547 para solucionar problemas diocesanos en la Corte. Durante esta estancia en España, Quiroga entabló contacto con los jesuitas, llegando a acordar el envío de cuatro padres que finalmente no llegaría a producirse. En 1554 regresó a Michoacán y dio forma legal al Cabildo Eclesiástico ya que, a pesar de que en 1549 había nombrado algunos cargos, no estaba aún formalmente constituido.

En 1555 asistió al Primer Concilio Mexicano. En éste se hizo especial hincapié —dado el grave problema suscitado por las epidemias— en la fundación de hospitales, ordenándose que en todos los pueblos hubiese uno cerca de la iglesia. Se exhortaba a todos los ministros religiosos y clérigos que por la mejor vía que pudieren procurasen que en todos los pueblos hubiese un hospital cerca de las iglesias y los monasterios donde pudiesen ser socorridos los pobres y los enfermos. Ya antes de las disposiciones del Concilio Quiroga había auspiciado la fundación de hospitales en su diócesis.

Pero a partir de entonces, Quiroga —apoyado no sólo en el clero secular sino también en las Órdenes religiosas— comenzó la expansión de estos centros benéficos.

Vasco de Quiroga necesitaba a las Órdenes para llevarlo a cabo pues no contaba con clérigos seculares suficientes; al mismo tiempo, los religiosos estaban muy interesados en fomentar esta institución.

No sólo Michoacán tuvo hospitales para indios sino que éstos estuvieron presentes en toda la Nueva España; sin embargo, sí fue inusitado el vigor que la institución alcanzó en esta diócesis. El "origen" fundacional de los hospitales de indios michoacanos ha suscitado ciertas controversias ya que mientras la mayor parte de los cronistas agustinos señalan a Quiroga como el "inventor" de la obra hospitalaria michoacana, los franciscanos apuntan a fray Juan de San Miguel. En realidad, parece tratarse de una polémica tardía, surgida en el siglo xviii y que no preocupó a los coetáneos del obispo, que nunca discutieron sobre la autoría del proyecto.

Numerosas fuentes, tanto del siglo xvi como del xvii, insisten en dos aspectos fundamentales: el papel jugado por Quiroga como impulsor de dicho proyecto y la presencia de dichos establecimientos en todo el obispado. La mayor parte de los cronistas, tanto franciscanos como agustinos, constatan el plan episcopal al tiempo que le hacen responsable de la expansión de la obra hospitalaria por la diócesis michoacana.

Dado que el testamento de Quiroga sólo es explícito en relación a los pueblos-hospital, los pequeños hospitales de los pueblos de indios fundados o promovidos por el abulense han sido considerados en numerosas ocasiones una "obra menor" e interpretados en función de las características de los primeros.

Sin embargo, los hospitales de indios nacidos bajo su episcopado y ampliados en los siglos posteriores, respondían a un planteamiento diferente: nacieron parejos a los procesos de congregación de la población como parte esencial de los pueblos de indios, como una pieza fundamental del propio proceso de hispanización.

No eran —como los pueblos-hospital— espacios "aislados" sino elementos centrales del nuevo orden político y religioso y de la propia ordenación consciente del territorio. No se pretendía con ellos la creación de una sociedad alternativa sino contribuir al establecimiento de la sociedad colonial. Su fundación se convirtió entonces en un asunto de capital importancia para el obispo; formarían parte de la organización misma del obispado en el que los esfuerzos iban dirigidos a favorecer la congregación de la población y fortalecer la estructura parroquial. Al vincularlos a ésta, los hospitales habrían de ser otro de los instrumentos activos en la incorporación de los indios a la nueva fe. Asociarlos a los curatos suponía además fortalecer su carácter secular y otorgaba al obispo un mayor control sobre los mismos.

El número de hospitales de indios en Michoacán durante el primer siglo de vida de la diócesis alcanzó casi las trescientas fundaciones. La importancia de estos centros fue tal que durante la época colonial constituyeron uno de los espacios centrales en la vida de los pueblos de indios michoacanos.

Una de las labores episcopales menos estudiadas y conocidas de Quiroga es su tarea de evangelización y pacificación de los indios chichimecas. Este término servía para referirse a diversos grupos indios ubicados al norte de Michoacán con los que los españoles mantuvieron constantes enfrentamientos bélicos. Hay todavía muchas incógnitas en relación al papel jugado por Quiroga en este proceso.

Durante su episcopado, Quiroga realizó varias visitas a su obispado y en 1565, realizando una de ellas, murió. Tradicionalmente se ha admitido que fue el 14 de marzo y que el lugar del deceso fue Uruapan aunque hay autores que plantean dudas respecto a la fecha exacta y al lugar. Fue enterrado en Pátzcuaro donde reposan sus restos, venerados por los indios que se refieren a él como "Tata Vasco".

 

Obras de ~: "Carta-Informe al Consejo de Indias", 1531 [ed. en J. F. Pacheco, F. de Cárdenas y L. Torres de Mendoza (dirs.), Colección de documentos inéditos relativos al descubrimiento, conquista y organización de las antiguas posesiones españolas de América y Oceanía, t. XIII, Madrid, Imprenta de M. Bernardo de Quirós, 1870]; "Información en Derecho", 1535 [ed. en J. F. Pacheco, F. de Cárdenas y L. Torres de Mendoza (dirs.), Colección de documentos inéditos …, op. cit., t. X, 1868); Reglas y Ordenanzas para el gobierno de los Hospitales de Santa Fe de México y Michoacánc. 1535 y ss. (ed. México, 1766]; Testamento, 1565 (ed. México, 1903).

 

Bibl.: F. de la Gándara, Nobiliario, Armas y Triunfos de Galicia. Hechos heroicos de sus hijos y elogios de su nobleza, y de la mayor de España y Europa, Madrid, Julián de Paredes, 1677; J. J. Moreno, Fragmentos de la vida y virtudes del V. Ilmo. Y Rvmo. Sr. Dr. Don Vasco de Quiroga, primer obispo de la Sta. Iglesia Catedral de Michoacán y fundador del Real y primitivo Colegio de San Nicolás Obispo de Valladolid, México, Imprenta del Real y más Antiguo Colegio de San Ildefonso, 1766; N. León, El Ilmo. Señor Don Vasco de Quiroga, primer obispo de Michoacán. Grandeza de su persona y de su obra, México, Tipografía de los Sucesores de F. Díaz de León, 1903; R. Aguayo Spencer, Don Vasco de Quiroga. Documentos, México, Polis, 1940; B. Jarnés, Don Vasco de Quiroga, obispo de utopía, México, Atlántida, 1942; J. Isais Reyes, Don Vasco de Quiroga, Pátzcuaro, Crefal, 1955; A. Trueba, Don Vasco, México, Jus, 1958; P. L. Callens, Tata Vasco, un gran reformador del siglo xvi, México, Jus, 1958; R. Landa, Don Vasco de Quiroga, Barcelona, Biografías Gandesa, 1965; VV. AA., Don Vasco de Quiroga y Arzobispado de Morelia (Ramón López Lara, coordinador), México, Jus, 1965; FS. Zavala, Personalidad de Vasco de Quiroga, México, Universidad Autónoma del Estado de México-Toluca, 1970; . Miranda Godínez, Don Vasco de Quiroga y su Colegio de San Nicolás, Morelia, Fimax, 1972; R. Aguayo Spencer, Don Vasco de Quiroga, taumaturgo de la organización social, México, Oasis, 1970; P. Castañeda Delgado, Don Vasco de Quiroga y su Información en Derecho, Madrid, José Porrúa, 1974; R. Valdez Hoffay, Estudio socio-pedagógico de la obra educativa de "Don Vasco de Quiroga", México, José Porrúa, 1975; F. Tena Ramírez, Vasco de Quiroga y sus Pueblos de Santa Fe en los siglos xviii y xix, México, Porrúa, 1977; F. B. Warren, Vasco de Quiroga y sus hospitales-pueblo de Santa Fe, Morelia, Editorial Universitaria, 1977; A. Arriaga Ochoa, Don Vasco de Quiroga y la ciudad de Pátzcuaro, México, Instituto de Estudios sobre el Hombre, Editorial Libros de México, 1978; C. Herrejón Peredo, "Fuentes patrísticas, jurídicas y eclesiásticas del pensamiento quiroguiano", en Textos políticos de la Nueva España, México, Universidad Nacional Autónoma, 1984; Información en Derecho del Licenciado Quiroga sobre algunas provisiones del Real Consejo de Indias, México, Secretaría de Educación Pública, 1985; M. Ramírez Montes, La catedral de Vasco de Quiroga, Zamora (México), El Colegio de Michoacán, 1986; "De solicitanda infidelium conversione (1582)", en Don Vasco de Quiroga y Arzobispado de Morelia, México, Jus, 1986; S. Zavala, Recuerdo de Vasco de Quiroga, México, José Porrúa, 1987; Ensayo bibliográfico en torno a Vasco de Quiroga, México, El Colegio Nacional, 1991; J. L. González, Don Vasco de Quiroga, otra forma de encuentro de España y México, Madrid, Asociación Cultural de Amistad Hispano-Mexicana, 1992; O. Velayos Zurdo, Vasco de Quiroga: olvido y glorificación, Ávila, Institución Gran Duque de Alba, 1992; B. Verástique, Collision of utopias: Vasco de Quiroga´s misión to the purhepecha-chichimec of Michoacán, México (1537-1565), Michigan, U.M.I.-Dissertation Services, 1992; F. Martín Hernández, Don Vasco de Quiroga (Protector de los indios), Salamanca, Universidad Pontificia, Caja Salamanca y Soria, 1993; A. M. Escobar Olmedo, Los escudos de don Vasco de Quiroga, Morelia, Morevallado, 1999; B. Verástique, Michoacán and Eden. Vasco de Quiroga and the Evangelization of Western Mexico, Austin, University of Texas Press, 2000; P. Serrano Gassent, Vasco de Quiroga: utopía y derecho en la conquista de América, Madrid, Fondo de Cultura Económica, 2001; M. A. Fernández Delgado, Vasco de Quiroga, Barcelona, Planeta DeAgostini, 2002; J. Robles Diosdado, Vasco de Quiroga, laico misionero, Burgos, Pontificia Universitas Gregoriana, 2002.

 


Manuel de los Reyes: Una luz encendida en la ciudad: Marcelino de la Paz, S.J.(1842-1932)

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Manuel de los Reyes: Una luz encendida en la ciudad: Marcelino de la Paz, S.J. (1842-1932) (Encuentro, Madrid, pp. 438)

Tres libros contundentes nos ofrece el autor acerca de la formidable contribución de la Iglesia de Valladolid a lo largo del recio y bullicioso periodo de fines del siglo XIX y fines del XX, casi un siglo. El primero "La Casa Social Católica de Valladolid (1881-1946)" (Encuentro 2013) el segundo "Economía social en Valladolid. Caja de Ahorros Popular-Casa Social Católica (1947-1990)" (Encuentro 2016). El último y actual de la trilogía "Una luz encendida en la ciudad: Marcelino de la Paz, S.J. (1842-1932)" gira en torno a una fulgurante personalidad y casi desconocida.

Entre los muchos valores de la obra no es el menor el prólogo del connotado historiador Javier Burrieza quien afirma que "Conocer el perfil del padre Marcelino de la Paz resulta imprescindible para llegar a numerosos ámbitos de la historia eclesiástica del tránsito del siglo XIX al XX. En primer lugar, para trazar el retrato del jesuita del régimen de la Restauración canovista. No podemos conocer la Compañía entre 1875 y 1932 sin hablar de Tiburcio Arnáiz, José María Rubio, pero también, de Marcelino de la Paz. No podemos analizar, tampoco, los ministerios múltiples que favoreció, así como sus devociones, en concreto la del Sagrado Corazón" (p.16).

En la contraportada se nos da una apretada síntesis:

Una luz encendida en la ciudad narra la vida de este sacerdote quien, en plena madurez, ingresó en el noviciado de la Compañía de Jesús. A él se le debe la constancia clarividente de poner el Corazón de Jesús como epicentro de la vida cristiana en Valladolid y en el resto de lugares por los que pasó, promoviendo con especial dedicación la Causa del P. Hoyos y la recepción de su mensaje: «Reinaré en España con especial predilección».
Docente, predicador, director de ejercicios espirituales, misionero, confesor e impulsor de obras sociales, su biografía es a la par una muestra de la implicación en el ministerio del Apostolado de la Oración por las tierras de España y del compromiso social cristiano a finales del siglo XIX y principios del XX".

Basta con fijarse en el índice que les comparto para darnos cuenta de la solidez del estudio que bien podría servir para una tesis doctoral. El autor agota prácticamente todas las fuentes civiles, eclesiásticas, de archivo, prensa, orales y escritas, personales y colectivas. Las páginas de agradecimientos (407-408) dan buena cuenta de ellas.

Su pretensión cumplida es la de "dar a conocer una semblanza, dentro de la historiografía religiosa española, cargada de interés y significación, situada a mitad de camino entre el siglo XIX que agonizaba y el siglo XX que emergía y se encaminaba hacia la tragedia política y religiosa de la guerra civil" (p.403). Pero el autor nos brinda mucho más. Este jesuita cobra trazos de gigante como los tuvo la Compañía restaurada en España, con otros como San José María Rubio o el vallisoletano Beato Tiburcio Arnáiz y los que están en camino de los altares: Butiñá, Tarín, Vicente, Ayala, Vilariño, Nevares, Marín. La obra en un arsenal de datos y pequeñas monografías a la hora de presentarnos los distintos aspectos vitales y apostólicos del biografiado.

Quiso el autor, considerando el fervor corazonista del P. Paz,  hacer coincidir su publicación con la celebración del centenario de la consagración de España en el Cerro de los Ángeles en noviembre del 2019; sin embargo, encuentra un doble motivo en dos conmemoraciones vinculadas con ese año jubilar: el centenario de la canonización de Santa Margarita María de Alacoque (1920) y el décimo aniversario de la beatificación del P. Bernardo de Hoyos.

 

 

Pero, más allá de la titánica misión desempeñada, sorprende su profunda vida interior, su santidad. Así se indica en el texto de la contraportada:

"Si sus manos estaban en la mancera luchando con el polvo del camino, en el Círculo Católico de Obreros, en los suburbios vallisoletanos de Vadillos, Delicias, la Cuesta de la Maruquesa, en el Patronato de Niños Desamparados, el corazón de Marcelino de la Paz y Bustamante (Potes, Santander, 1842) estaba en San Ambrosio, en Bernardo de Hoyos, su causa de beatificación y canonización, y en la consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús. Muchos que le conocieron estaban convencidos de haberse encontrado con un santo que había convivido y envejecido con las gentes de Valladolid".

De igual manera en la cuarta parte "interioridad y compañía" de la que selecciono un texto representativo: "En él la dulzura y la misericordia eran compañeras de viaje de sus misiones populares, ejercicios espirituales, novenarios, atención a jóvenes en escuelas, Seminario, Luises y otras congregaciones de jóvenes y adultos, religiosas, etc. Muchos eran los que se acogían a su dirección espiritual, los que llamaban a su puerta reclamando un auxilio y un consejo, un discernimiento espiritual oportuno. Se desbordaba en la escucha serena, en el diálogo confidente, en la reconstrucción interior, para llevar a los hombres y mujeres a un diálogo de amistad con Dios" (p.257).

Obra densa y bien documentada, pero que se lee con agrado por la rica personalidad del P. Marcelino de la Paz y el cuidado en la redacción. Buenos apéndices, cuadros, índices, fotos (lástima que no se haya conseguido una foto mejor del Padre).

PRÓLOGO Retrato de un jesuita de la Restauración ........................................ 13 INTRODUCCIÓN........................................................................ 21

 PRIMERA PARTE DESDE POTES A TIERRAS PALENTINAS (1842-1877) I. Infancia y juventud, gestación vocacional.................................. 33

1. En la casa familiar................................................................. 33

2. Formación palentina y ordenación..................................... 34

II. Etapa diocesana ........................................................................... 40

1. Tareas docentes en el Seminario Palentino ....................... 40

2. Apertura a otras actividades diocesanas............................. 43

3. Con la Propaganda Católica Palentina............................... 55

SEGUNDA PARTE LA SEGUNDA LLAMADA Y EL ENCAJE DEFINITIVO (1877-1894)

 III. Cambio de rumbo en el camino vocacional ............................ 65

1. Todo vuelve a comenzar...................................................... 65

2. La perplejidad y dolor de los amigos y seres queridos..... 67

3. Una larga travesía ................................................................ 73

IV. Recorrido jesuítico de formación ............................................. 76

1. De Palencia a Poyanne......................................................... 76

2. Ingreso, noviciado y otros estudios en la Compañía ....... 77

3. Dulce necesidad de propagar esta devoción ...................... 81

4. Magisterio con los jóvenes jesuitas en el Colegio de Loyola ................................................................................ 84

V. Con los seminaristas en Salamanca............................................. 86

1. La historia precedente del Seminario ................................. 87

2. La buena elección de un ministro para el bien del Seminario ........................................................................... 88

3. Primeros integrismos........................................................... 95

4. De los tres cursos siguientes................................................ 97

VI. Días decisivos a su paso por Valladolid ................................... 109 1

. De los ejercicios con el P. Nazario .................................... 109

2. Entrevista con el P. Provincial............................................. 111

3. Una visita a san Esteban ..................................................... 113

4. Como una vocación especial............................................... 114

VII. La espiritualidad del Sagrado Corazón .................................. 118

1. La devoción en Margarita María de Alacoque ................. 119

2. Bernardo de Hoyos y el colegio de San Ambrosio en Valladolid.................................................................................. 120

3. Otros apóstoles contemporáneos ...................................... 125

VIII. En la redacción de El Mensajero en Bilbao .......................... 133

1. El Apostolado de la Oración .............................................. 133

2. Manos a la obra .................................................................... 136

3. El P. Luis Martín en la dirección de El Mensajero ............ 138

4. Encomiendas diversas y votos perpetuos .......................... 142

5. Tendencias integristas.......................................................... 146

 IX. Misionero popular en La Coruña ............................................ 154

1. Nueva comunidad de referencia ......................................... 155

2. Las relaciones subsistentes con Alarcón ............................ 156

3. Ministerios del P. Paz........................................................... 157

TERCERA PARTE LA MISIÓN OBRERA EN LA CIUDAD DEL CORAZÓN DE JESÚS (1894-1912)

X. En Valladolid: la Asociación Católica de Escuelas y Círculos (1894-1912) ....................................................................................... 167

1. Cambio de siglo.................................................................... 167

2. Peregrinación obrera a Roma ............................................. 170

3. Primeros pasos ..................................................................... 172

4. Las Escuelas de la Asociación Católica ............................. 176

5. Caja de Ahorros con asistencia médica y botica y otros.. 183

 6. El catolicismo social se abre a la sindicación obrera ......... 185

7. Valoración del periodo Colina-Paz (1881-1912)............... 192

 XI. Otras tareas sociales y pastorales ............................................. 195

1. Congregaciones marianas.................................................... 195

2. Conferencias de San Vicente de Paúl.................................. 201

3. Ejercicios y otras misiones populares (1894-1907)........... 204

4. Fidelidad a una promesa...................................................... 209

XII. En los barrios de Valladolid ................................................... 210

1. El Patronato de Niños Desamparados............................... 212

2. La iglesia de la Pilarica ........................................................ 221

3. La Cuesta de La Maruquesa ............................................... 226

4. Misión en el barrio de las Delicias...................................... 235

5. Catequesis del P. Paz............................................................ 241

 CUARTA PARTE INTERIORIDAD Y COMPAÑÍA

XIII. Desde lo más profundo ......................................................... 245

1. Habla su Diario.................................................................... 245

2. El hombre interior............................................................... 246

XIV. Una compañía hecha camino.................................................. 261

 1. La presencia de la Compañía en Valladolid ....................... 261

2. En el seno de la comunidad................................................. 275

3. Otras relaciones en el entorno de la Asociación Católica 279

QUINTA PARTE HACIA EL REINADO DEL CORAZÓN DE JESÚS EN ESPAÑA

 XV. Retornando a Liébana .............................................................. 289

 1. La patria chica ...................................................................... 289

2. El Sagrado Corazón en Liébana ......................................... 291

3. El ángel tutelar de Santo Toribio y su Lignum Crucis ..... 300

4. Otras atenciones pastorales................................................. 307

XVI. Antecedentes del proceso del P. Hoyos en tiempos del P. Paz .......................................................................... 313

 1. La consagración propuesta por el P. Paz a su superior .... 313

 2. El Concilio Provincial de Valladolid.................................. 315

 3. La pretensión corazonista de Paz en 1890 ......................... 316

 4. Búsqueda infructuosa de la sepultura del P. Bernardo de Hoyos........................................................................................ 319

 5. Triduos en Villagarcía y Torrelobatón .............................. 320

 6. El proceso informativo........................................................ 324

 7. Aprobación pública de los escritos del siervo de Dios .... 325

 8. Petición de la beatificación del P. Hoyos........................... 326

 9. Una segunda búsqueda de la sepultura del P. Hoyos ....... 328

 10. La continuidad del proceso en el tiempo de Marcelino.. 330

 XVII. Valladolid con Bernardo de Hoyos y el Sagrado Corazón .......................................................................... 333

1. Piedad corazonista .............................................................. 333

 XVIII. Hacia la consagración de España........................................ 344

 1. En la Iglesia universal .......................................................... 344

 2. Confluencia de iniciativas hacia el Cerro de los Ángeles. 347

 3. Consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús ... 352

XIX. La contemporaneidad del Sagrado Corazón........................ 356

 1. Hacia la culminación del proceso de beatificación del P. Hoyos.................................................................................... 356

 2. Celebración de su beatificación en Valladolid................... 359

 3. El corazonismo desde el Cerro de los Ángeles ................. 362

SEXTA PARTE LA ÚLTIMA ETAPA, RECAPITULACIÓN Y DESPEDIDA

 XX. Crónica de una etapa ............................................................... 371

 1. Ministerios de la Residencia................................................ 371

 2. Quincuagésimo aniversario de la entrada del P. Paz en la Compañía.................................................................................. 381

 3. La compañía del P. Quintín Pérez en el verano de 1929... 382

 XXI. Hacia el descanso definitivo .................................................. 384

 1. Disolución de la Compañía de Jesús y sus consecuencias 384

 2. Cuando la llama se apaga..................................................... 392

 3. Enfermedad y fallecimiento ............................................... 396

 4. Exequias y último reposo en Carmen de Extramuros...... 399

 5. Un recuerdo emocionado y justo....................................... 401 EPÍLOGO........................................................................................ 403

 AGRADECIMIENTOS ................................................................ 407

ANEXOS 1. Notas de prensa a su fallecimiento ..................................... 411

 2. Ascendientes de Marcelino José de la Paz y Bustamante S.J. ................................................................. 418

3. Cronología histórica de Marcelino de la Paz .................... 420

FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA Publicaciones periódicas.................................................................. 429 Bibliografía general .......................................................................... 429

Bibliotecas y archivos ...................................................................... 437

Origen de imágenes del pliego de fotografías................................ 437

 

Manuel de los Reyes: Una luz encendida en la ciudad: Marcelino de la Paz, S.J.(1842-1932)

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Manuel de los Reyes: Una luz encendida en la ciudad: Marcelino de la Paz, S.J. (1842-1932) (Encuentro, Madrid, pp. 438)

Tres libros contundentes nos ofrece el autor acerca de la formidable contribución de la Iglesia de Valladolid a lo largo del recio y bullicioso periodo de fines del siglo XIX y fines del XX, casi un siglo. El primero "La Casa Social Católica de Valladolid (1881-1946)" (Encuentro 2013) el segundo "Economía social en Valladolid. Caja de Ahorros Popular-Casa Social Católica (1947-1990)" (Encuentro 2016). El último y actual de la trilogía "Una luz encendida en la ciudad: Marcelino de la Paz, S.J. (1842-1932)" gira en torno a una fulgurante personalidad y casi desconocida.

Entre los muchos valores de la obra no es el menor el prólogo del connotado historiador Javier Burrieza quien afirma que "Conocer el perfil del padre Marcelino de la Paz resulta imprescindible para llegar a numerosos ámbitos de la historia eclesiástica del tránsito del siglo XIX al XX. En primer lugar, para trazar el retrato del jesuita del régimen de la Restauración canovista. No podemos conocer la Compañía entre 1875 y 1932 sin hablar de Tiburcio Arnáiz, José María Rubio, pero también, de Marcelino de la Paz. No podemos analizar, tampoco, los ministerios múltiples que favoreció, así como sus devociones, en concreto la del Sagrado Corazón" (p.16).

En la contraportada se nos da una apretada síntesis:

Una luz encendida en la ciudad narra la vida de este sacerdote quien, en plena madurez, ingresó en el noviciado de la Compañía de Jesús. A él se le debe la constancia clarividente de poner el Corazón de Jesús como epicentro de la vida cristiana en Valladolid y en el resto de lugares por los que pasó, promoviendo con especial dedicación la Causa del P. Hoyos y la recepción de su mensaje: «Reinaré en España con especial predilección».
Docente, predicador, director de ejercicios espirituales, misionero, confesor e impulsor de obras sociales, su biografía es a la par una muestra de la implicación en el ministerio del Apostolado de la Oración por las tierras de España y del compromiso social cristiano a finales del siglo XIX y principios del XX".

Basta con fijarse en el índice que les comparto para darnos cuenta de la solidez del estudio que bien podría servir para una tesis doctoral. El autor agota prácticamente todas las fuentes civiles, eclesiásticas, de archivo, prensa, orales y escritas, personales y colectivas. Las páginas de agradecimientos (407-408) dan buena cuenta de ellas.

Su pretensión cumplida es la de "dar a conocer una semblanza, dentro de la historiografía religiosa española, cargada de interés y significación, situada a mitad de camino entre el siglo XIX que agonizaba y el siglo XX que emergía y se encaminaba hacia la tragedia política y religiosa de la guerra civil" (p.403). Pero el autor nos brinda mucho más. Este jesuita cobra trazos de gigante como los tuvo la Compañía restaurada en España, con otros como San José María Rubio o el vallisoletano Beato Tiburcio Arnáiz y los que están en camino de los altares: Butiñá, Tarín, Vicente, Ayala, Vilariño, Nevares, Marín. La obra en un arsenal de datos y pequeñas monografías a la hora de presentarnos los distintos aspectos vitales y apostólicos del biografiado.

Quiso el autor, considerando el fervor corazonista del P. Paz,  hacer coincidir su publicación con la celebración del centenario de la consagración de España en el Cerro de los Ángeles en noviembre del 2019; sin embargo, encuentra un doble motivo en dos conmemoraciones vinculadas con ese año jubilar: el centenario de la canonización de Santa Margarita María de Alacoque (1920) y el décimo aniversario de la beatificación del P. Bernardo de Hoyos.

 

 

Pero, más allá de la titánica misión desempeñada, sorprende su profunda vida interior, su santidad. Así se indica en el texto de la contraportada:

"Si sus manos estaban en la mancera luchando con el polvo del camino, en el Círculo Católico de Obreros, en los suburbios vallisoletanos de Vadillos, Delicias, la Cuesta de la Maruquesa, en el Patronato de Niños Desamparados, el corazón de Marcelino de la Paz y Bustamante (Potes, Santander, 1842) estaba en San Ambrosio, en Bernardo de Hoyos, su causa de beatificación y canonización, y en la consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús. Muchos que le conocieron estaban convencidos de haberse encontrado con un santo que había convivido y envejecido con las gentes de Valladolid".

De igual manera en la cuarta parte "interioridad y compañía" de la que selecciono un texto representativo: "En él la dulzura y la misericordia eran compañeras de viaje de sus misiones populares, ejercicios espirituales, novenarios, atención a jóvenes en escuelas, Seminario, Luises y otras congregaciones de jóvenes y adultos, religiosas, etc. Muchos eran los que se acogían a su dirección espiritual, los que llamaban a su puerta reclamando un auxilio y un consejo, un discernimiento espiritual oportuno. Se desbordaba en la escucha serena, en el diálogo confidente, en la reconstrucción interior, para llevar a los hombres y mujeres a un diálogo de amistad con Dios" (p.257).

Obra densa y bien documentada, pero que se lee con agrado por la rica personalidad del P. Marcelino de la Paz y el cuidado en la redacción. Buenos apéndices, cuadros, índices, fotos (lástima que no se haya conseguido una foto mejor del Padre).

PRÓLOGO Retrato de un jesuita de la Restauración ........................................ 13 INTRODUCCIÓN........................................................................ 21

 PRIMERA PARTE DESDE POTES A TIERRAS PALENTINAS (1842-1877) I. Infancia y juventud, gestación vocacional.................................. 33

1. En la casa familiar................................................................. 33

2. Formación palentina y ordenación..................................... 34

II. Etapa diocesana ........................................................................... 40

1. Tareas docentes en el Seminario Palentino ....................... 40

2. Apertura a otras actividades diocesanas............................. 43

3. Con la Propaganda Católica Palentina............................... 55

SEGUNDA PARTE LA SEGUNDA LLAMADA Y EL ENCAJE DEFINITIVO (1877-1894)

 III. Cambio de rumbo en el camino vocacional ............................ 65

1. Todo vuelve a comenzar...................................................... 65

2. La perplejidad y dolor de los amigos y seres queridos..... 67

3. Una larga travesía ................................................................ 73

IV. Recorrido jesuítico de formación ............................................. 76

1. De Palencia a Poyanne......................................................... 76

2. Ingreso, noviciado y otros estudios en la Compañía ....... 77

3. Dulce necesidad de propagar esta devoción ...................... 81

4. Magisterio con los jóvenes jesuitas en el Colegio de Loyola ................................................................................ 84

V. Con los seminaristas en Salamanca............................................. 86

1. La historia precedente del Seminario ................................. 87

2. La buena elección de un ministro para el bien del Seminario ........................................................................... 88

3. Primeros integrismos........................................................... 95

4. De los tres cursos siguientes................................................ 97

VI. Días decisivos a su paso por Valladolid ................................... 109 1

. De los ejercicios con el P. Nazario .................................... 109

2. Entrevista con el P. Provincial............................................. 111

3. Una visita a san Esteban ..................................................... 113

4. Como una vocación especial............................................... 114

VII. La espiritualidad del Sagrado Corazón .................................. 118

1. La devoción en Margarita María de Alacoque ................. 119

2. Bernardo de Hoyos y el colegio de San Ambrosio en Valladolid.................................................................................. 120

3. Otros apóstoles contemporáneos ...................................... 125

VIII. En la redacción de El Mensajero en Bilbao .......................... 133

1. El Apostolado de la Oración .............................................. 133

2. Manos a la obra .................................................................... 136

3. El P. Luis Martín en la dirección de El Mensajero ............ 138

4. Encomiendas diversas y votos perpetuos .......................... 142

5. Tendencias integristas.......................................................... 146

 IX. Misionero popular en La Coruña ............................................ 154

1. Nueva comunidad de referencia ......................................... 155

2. Las relaciones subsistentes con Alarcón ............................ 156

3. Ministerios del P. Paz........................................................... 157

TERCERA PARTE LA MISIÓN OBRERA EN LA CIUDAD DEL CORAZÓN DE JESÚS (1894-1912)

X. En Valladolid: la Asociación Católica de Escuelas y Círculos (1894-1912) ....................................................................................... 167

1. Cambio de siglo.................................................................... 167

2. Peregrinación obrera a Roma ............................................. 170

3. Primeros pasos ..................................................................... 172

4. Las Escuelas de la Asociación Católica ............................. 176

5. Caja de Ahorros con asistencia médica y botica y otros.. 183

 6. El catolicismo social se abre a la sindicación obrera ......... 185

7. Valoración del periodo Colina-Paz (1881-1912)............... 192

 XI. Otras tareas sociales y pastorales ............................................. 195

1. Congregaciones marianas.................................................... 195

2. Conferencias de San Vicente de Paúl.................................. 201

3. Ejercicios y otras misiones populares (1894-1907)........... 204

4. Fidelidad a una promesa...................................................... 209

XII. En los barrios de Valladolid ................................................... 210

1. El Patronato de Niños Desamparados............................... 212

2. La iglesia de la Pilarica ........................................................ 221

3. La Cuesta de La Maruquesa ............................................... 226

4. Misión en el barrio de las Delicias...................................... 235

5. Catequesis del P. Paz............................................................ 241

 CUARTA PARTE INTERIORIDAD Y COMPAÑÍA

XIII. Desde lo más profundo ......................................................... 245

1. Habla su Diario.................................................................... 245

2. El hombre interior............................................................... 246

XIV. Una compañía hecha camino.................................................. 261

 1. La presencia de la Compañía en Valladolid ....................... 261

2. En el seno de la comunidad................................................. 275

3. Otras relaciones en el entorno de la Asociación Católica 279

QUINTA PARTE HACIA EL REINADO DEL CORAZÓN DE JESÚS EN ESPAÑA

 XV. Retornando a Liébana .............................................................. 289

 1. La patria chica ...................................................................... 289

2. El Sagrado Corazón en Liébana ......................................... 291

3. El ángel tutelar de Santo Toribio y su Lignum Crucis ..... 300

4. Otras atenciones pastorales................................................. 307

XVI. Antecedentes del proceso del P. Hoyos en tiempos del P. Paz .......................................................................... 313

 1. La consagración propuesta por el P. Paz a su superior .... 313

 2. El Concilio Provincial de Valladolid.................................. 315

 3. La pretensión corazonista de Paz en 1890 ......................... 316

 4. Búsqueda infructuosa de la sepultura del P. Bernardo de Hoyos........................................................................................ 319

 5. Triduos en Villagarcía y Torrelobatón .............................. 320

 6. El proceso informativo........................................................ 324

 7. Aprobación pública de los escritos del siervo de Dios .... 325

 8. Petición de la beatificación del P. Hoyos........................... 326

 9. Una segunda búsqueda de la sepultura del P. Hoyos ....... 328

 10. La continuidad del proceso en el tiempo de Marcelino.. 330

 XVII. Valladolid con Bernardo de Hoyos y el Sagrado Corazón .......................................................................... 333

1. Piedad corazonista .............................................................. 333

 XVIII. Hacia la consagración de España........................................ 344

 1. En la Iglesia universal .......................................................... 344

 2. Confluencia de iniciativas hacia el Cerro de los Ángeles. 347

 3. Consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús ... 352

XIX. La contemporaneidad del Sagrado Corazón........................ 356

 1. Hacia la culminación del proceso de beatificación del P. Hoyos.................................................................................... 356

 2. Celebración de su beatificación en Valladolid................... 359

 3. El corazonismo desde el Cerro de los Ángeles ................. 362

SEXTA PARTE LA ÚLTIMA ETAPA, RECAPITULACIÓN Y DESPEDIDA

 XX. Crónica de una etapa ............................................................... 371

 1. Ministerios de la Residencia................................................ 371

 2. Quincuagésimo aniversario de la entrada del P. Paz en la Compañía.................................................................................. 381

 3. La compañía del P. Quintín Pérez en el verano de 1929... 382

 XXI. Hacia el descanso definitivo .................................................. 384

 1. Disolución de la Compañía de Jesús y sus consecuencias 384

 2. Cuando la llama se apaga..................................................... 392

 3. Enfermedad y fallecimiento ............................................... 396

 4. Exequias y último reposo en Carmen de Extramuros...... 399

 5. Un recuerdo emocionado y justo....................................... 401 EPÍLOGO........................................................................................ 403

 AGRADECIMIENTOS ................................................................ 407

ANEXOS 1. Notas de prensa a su fallecimiento ..................................... 411

 2. Ascendientes de Marcelino José de la Paz y Bustamante S.J. ................................................................. 418

3. Cronología histórica de Marcelino de la Paz .................... 420

FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA Publicaciones periódicas.................................................................. 429 Bibliografía general .......................................................................... 429

Bibliotecas y archivos ...................................................................... 437

Origen de imágenes del pliego de fotografías................................ 437

 

Carlos Díaz: Memorias de un escritor transfronterizo

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Carlos Díaz: Memorias de un escritor transfronterizo

Fundación Enmanuel Mounier, Serie académica, nº 4, Madrid 2019;   Colección Persona. Serie Académica, nº 4, 2019, 317 pp

          

Sorprendido por la torrentera de vida de la que estaba siendo testigo –una buena mañana de junio del 2019- en el sosegado y sustancioso desayuno en el Seminario de Santo Toribio con el filósofo, profeta y maestro, sabio y humilde, rebelde y sumiso, desconcertante y sin pelos en la lengua, fecundo incontrolable (si Lope logró que "cien en horas veinticuatro pasaran de las musas al teatro", él lo supera pues lleva doscientas cincuenta en su cuenta y alguna en una noche de luna lunera), Carlos Díaz, quien me compartía encuentros académicos habidos con Karol Wojtyla, Joseph Ratzinger, Hans Küng, Mario Vargas Llosa, Fernando Savater, José Miguel Oriol, Marcelino Legido, J.M. Laboa, Olegario de Cardedal, Cardenal N. Blázquez (por citar algunos), o momentos vividos en cursos, conferencias, talleres, presentación de revistas, homenajes, programas de radio y TV, con grandes y pequeños, con miles de personas y con gente de la calle, con ortos y heteros, con chicos y grandes…no pude por menos de provocarle: Necesitamos tus memorias. Y dócil a la sugerencia, aunque sin duda que otros muchos se lo propusieron, lo cierto es que del dicho al hecho no habido apenas trecho.

Gracias, Carlos. Por poner en vitrina tantos acontecimientos, tantas personas, tanto de ti y de los tuyos, en esta fase crucial de la España y Europa, con la sombra alargada de América, del tardofranquismo, Transición y postomodernidad.

 Y, la verdad, que escuece lo que dices. Y no me gusta para nada que me toquen a San Juan Pablo II y te has atrevido, ojalá que en la segunda edición salga más ponderado, es cosa tuya. Pero me encanta la libertad de espíritu con que te mueves, ¡cómo cantas las cuarenta al lucero del alba y a la cenicienta de la noche! Faltaría más que no cuadrases y no desfacieses entuertos.

Gracias por confesarte en público, tan transparente, tan tú mismo y tan para los demás. Sin tapujos, para que la verdad brille y el amor reine.

Les comparto la síntesis de la contraportada y ¡ánimo! Léanlas, yo voy por la segunda vez. ¡Cuánto se aprende de su contenido y su continente, de sus ideas y del modo de decirlas. Siempre jugando con el lenguaje, siempre provocando, siempre sacudiéndonos, siempre pidiéndonos perdón, pero, siempre, animándonos a la lucha, a la militancia. ¡Gaudeamus, igitur! por esta nueva creatura que nos ayuda a hacer memoria, sí, pero que nos compromete, desde tu amor a Cristo, su Iglesia, el personalismo comunitario.

Gracias, Carlos, te perdono y agradezco por haberme considerado digno de figurar en este libro inmemorial, nada más y nada menos que junto al P. Jaume alicantino-chimbotano.

Contraportada:

"Lo que podría denominarse caso Carlos Diaz no es más que un síntoma, aunque importante, de la Transición española que transcurre desde el último franquismo hasta la actual posmodernidad. A este filósofo le tocó aguantar todas las tormentas trasversales que durante ese lapso de tiempo castigaron la vida de los españoles del uno al otro confín, no siendo reconocido por unos ni por otros, pero permaneciendo siempre con independencia crítica y propositividad creativa en primera línea de fuego. Esta autobiografía de Carlos Díaz devuelve al patrimonio cultural de nuestros días una pieza clave que estaba faltando desde hacía demasiado tiempo. Al margen de todas las escuelas académicas y de todos los asaltos al poder de ellas derivados, Carlos Díaz es un pensador multidisciplinar con luz propia y relieve imborrable tanto en España como en toda Latinoamérica.

Estas Memorias de un escritor transfronterizo ponen de relieve la libertad, belleza y originalidad de la escritura de nuestro autor, así como su incansable y asombrosa militancia en muchos y muy diferentes frentes (filosofía, psicología, politología, movimiento obrero, historia comparada de las religiones, derecho y teología), que darían lugar a otras tantas Memorias sectoriales.

SÍNODO DE LA AMAZONÍA. RETOS PARA LOS HISTORIADORES, LOS FIELES Y LOS PASTORES

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SÍNODO DE LA AMAZONÍA. RETOS PARA LOS HISTORIADORES, LOS FIELES Y LOS PASTORES

José Antonio Benito

Conversatorio en el Centro de Estudos Filosófico-Teológicos Redemptoris Mater de Brasília, 14 febrero 2020

Texto preparado como introducción en el que participaron el rector del Seminario, como moderador, el director del Centro como presentador, tres docentes y el responsable presbítero del Camino en Brasil como ponentes, ante un auditorio lleno de profesores, alumnos e invitados de Brasilia.

 

San Juan Pablo II, al comenzar el Nuevo Milenio, formuló un deseo que les propongo como objetivo prioritario para el presente conversatorio: "¡Duc in altum! Esta palabra resuena también hoy para nosotros y nos invita a recordar con gratitud el pasado, a vivir con pasión el presente y a abrirnos con confianza al futuro".

I.                   PASADO. HISTORIA DE LA AMAZONÍA Y DEL SÍNODO

En primer lugar, miremos al pasado, nuestra evangelización. Veamos el contenido histórico que le dan los documentos.

1. Documento Preparatorio para el Sínodo en junio de 2018. Memoria histórica eclesial: El inicio de la memoria histórica de la presencia de la Iglesia en la Amazonía se sitúa en el escenario de la ocupación colonial de España y Portugal. La incorporación del inmenso territorio amazónico en la sociedad colonial y su posterior apropiación por parte de los Estados nacionales, es un largo proceso de más de cuatro siglos…En su historia misionera, la Amazonía ha sido lugar de testimonio concreto de estar en la cruz, incluso muchas veces lugar de martirio. http://www.sinodoamazonico.va/content/sinodoamazonico/es/documentos/instrumentum-laboris-del-sinodo-para-la-amazonia.html

2. Instrumentum laboris de la Asamblea Especial para la Región Panamazónica del Sínodo de los Obispos (6-27 octubre 2019) PARTE I. LA VOZ DE LA AMAZONÍA

La evangelización en América Latina fue un don de la Providencia que llama a todos a la salvación en Cristo. A pesar de la colonización militar, política y cultural, y más allá de la avaricia y la ambición de los colonizadores, hubo muchos misioneros que entregaron su vida para transmitir el Evangelio. El sentido misional no sólo inspiró la formación de comunidades cristianas, sino también una legislación como las Leyes de Indias que protegían la dignidad de los indígenas contra los atropellos de sus pueblos y territorios. Tales abusos produjeron heridas en las comunidades y opacaron el mensaje de la Buena Nueva; frecuentemente el anuncio de Cristo se realizó en connivencia con los poderes que explotaban los recursos y oprimían a las poblaciones. (n. 6)

3. Documento sinodal. La Iglesia en su proceso de escucha al clamor del territorio y del grito de los pueblos ha de hacer memoria de sus pasos. La evangelización en América Latina fue un don de la Providencia que llama a todos a la salvación en Cristo. A pesar de la colonización militar, política y cultural, y más allá de la avaricia y la ambición de los colonizadores, hubo muchos misioneros que entregaron su vida para transmitir el Evangelio. El sentido misional no sólo inspiró la formación de comunidades cristianas, sino también una legislación como las Leyes de Indias, que protegían la dignidad de los indígenas contra los atropellos de sus pueblos y territorios. Tales abusos produjeron heridas en las comunidades y opacaron el mensaje de la Buena Nueva. Frecuentemente el anuncio de Cristo se realizó en connivencia con los poderes que explotaban los recursos y oprimían a las poblaciones. n. 15.  

4. El propio Papa en "Querida Amazonía".18. Nos alienta recordar que, en medio de los graves excesos de la colonización de la Amazonia, llena de «contradicciones y desgarramientos»[16], muchos misioneros llegaron allí con el Evangelio, dejando sus países y aceptando una vida austera y desafiante cerca de los más desprotegidos. Sabemos que no todos fueron ejemplares, pero la tarea de los que se mantuvieron fieles al Evangelio también inspiró «una legislación como las Leyes de Indias que protegían la dignidad de los indígenas contra los atropellos de sus pueblos y territorios»[17].Instrumentum laboris, 6

 

 Les invito a ampliar los horizontes de nuestra investigación de toda la Amazonía, más allá de la peruana, brasileña, fijándonos en las numerosas huellas de la evangelización como ayer les recorde al hilo de la misión de Santo Toribio: nombres cristianos de las ciudades, sus actas; las doctrinas; los monasterios y conventos; los concilios, juntas y sínodos; las catedrales y cabildos; los misioneros ; los seminarios y centros educativos; los aportes lingüísticos con diccionarios, vocabularios; el arte (arquitectura, escultura, pintura); la jerarquía eclesiástica (obispos, superiores de congregaciones); sacerdotes y fieles; santos, beatos y siervos de Dios; las cofradías, hermandades, asociaciones y movimientos; los santuarios, advocaciones e  imágenes de María; las cruces y los crucificados; la  devoción a la Cruz y al Señor; la historiografía y bibliografía; los  archivos y bibliotecas; la celebración de las fiestas patronales; costumbres de la vida cotidiana como la oración, las procesiones, festividades religiosas del año…

Hitos previos al Sínodo:

En el Ángelus del 15 de octubre de 2017 del Papa Francisco, convocó la asamblea especial para la Región Panamazónica sobre el tema " Amazonia: nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral ". En Puerto Maldonado (Perú), enero del 2018, tuvo la primera reunión con los obispos presentes.  A partir de ese momento se realizó un proceso sinodal que se prolongó durante dos años, durante los cuales se realizó la fase preparatoria llevada a un cabo por la Secretaría General del Sínodo de los Obispos junto con el Consejo Pre-Sinodal reconocidos por el Santo Padre - con la colaboración de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM). Así pues, hubo una amplia consulta con todo el Pueblo de Dios en Amazonia, comenzando con el Documento preparatorio y el Cuestionario correspondiente, publicado el 8 de junio de 2018. En esta fase, el REPAM organizó  260 eventos en el territorio amazónico, de los 70 territorios, 25 temas y otros 170 actos, en los que participaron cerca de 100.000 personas. Muy importante fue Seminario de Estudio organizado en Roma para la Secretaría General del 25 al 27 de febrero de 2019 sobre el tema: Hacia el Sínodo Especial para Amazonia: dimensión regional y universal con las actas publicadas.Además, la Conferencia Internacional celebrada del 19 al 21 de marzo de 2019 en la Universidad de Georgetown en Washington para tratar y el tema de la Ecología Integral como respuesta sinodal de la región de Amazonas y otros biomas y territorios para el cuidado de nuestra casa común . Todo este material se incorporó al Instrumentum laboris o Documento de Trabajo, publicado el 17 de junio de 2019, que fue el texto básico del debate sinodal durante la fase de celebración.

II. EN SEGUNDO LUGAR, EL PRESENTE.

Podemos constatar la realidad precisa de la Iglesia amazónica, así como del propio sínodo, en el que constatamos la presencia del Espíritu Santo, más allá de informes parcializados y comentarios ideologizados. Al igual que sucedió con el Concilio Vaticano II, una cosa es el acontecimiento en sí y otro el fabricado por los medios de comunicación y de difusión. Debemos ceñirnos a los datos y las cifras de la Iglesia, los documentos generados, las conclusiones, la exhortación postsinodal.

Creo de interés rescatar La sinodalidad, « específica forma de vivir y obrar (modus vivendi et operandi) de la Iglesia. Pueblo de Dios que manifiesta y realiza en concreto su ser comunión en el caminar juntos, en el reunirse en asamblea y en el participar activamente de todos sus miembros en su misión evangelizadora».  El Pontífice indicó que la carta apostólica enviada a Antioquía por Pablo y Bernabé ayuda a comprender la consabida sinodalidad, pues los apóstoles comienzan diciendo: «El Espíritu Santo y nosotros pensamos que…». Así, explica el Papa, "es propio de la sinodalidad, la presencia del Espíritu Santo, de lo contrario no es sinodalidad, es parlatorio, parlamento, otra cosa…".

Sínodo de la Amazonía, participación de todos los obispos, ordinarios y auxiliares para demostrar, "la colegialidad efectiva y afectiva, que es el espíritu de esa característica distintiva de la institución sinodal, definida precisamente como 'sinodalidad'". Es Asamblea Especial, porque aunque se aplique a un área específica, la Amazonía "concierne a la Iglesia Universal", motivo por el que se ha extendido la invitación a los prelados de otras Iglesias particulares y organismos eclesiales regionales y continentales. Con ello se pretende "dirigir la mirada a la Iglesia en la Amazonía y hacer suyos sus desafíos, sus preocupaciones y sus problemas, porque al fin y al cabo todos debemos sentirnos parte de esta aldea global en la que vive y palpita la única Iglesia de Jesucristo". Y añadió que dicha universalidad se manifiesta también en el hecho de que se celebre en Roma, sede del Sumo Pontífice, "que nos invita a mirar a la Iglesia en su universalidad y al mismo tiempo en su realización a nivel local".

Participantes. La Asamblea Sinodal si se caracteriza por un coral participativo y de vida, con un testimonio y propuestas de los 185 padres sinodales.  25 expertos y 55 auditores y expertos incluidos 16 representantes de diferentes grupos étnicos indígenas y pueblos originarios, 10 religiosos por la Unión Internacional de Superiores Generales (UISG), 6 delegados fraternos y 12 invitados especiales elegidos por un alto nivel de experiencia y cambio por un período de organización y asociaciones internacionales.

La fase de celebración duró del 6 al 27 de octubre de 2019 que desembocó en la redacción de un Documento Finalcon 120 propuestas articuladas en cinco conversiones: La integral, la conversión pastoral, la conversión cultural, la conversión ecológica y la conversión sinodal. Subrayo la propuesta cinco como central: "Cristo apunta a la Amazonía" (Pablo VI, atrib.). Él libera a todos del pecado y otorga la dignidad de los Hijos de Dios. La escucha de la Amazonía, en el espíritu propio del discípulo y a la luz de la Palabra de Dios y de la Tradición, nos empuja a una conversión profunda de nuestros esquemas y estructuras a Cristo y a su Evangelio.

III. POR ÚLTIMO, FUTURO, QUERIDA AMAZONÍA

El numeral 15 del documento sinodal nos advierte de las oportunidades y los desafíos: En el momento presente, la Iglesia tiene la oportunidad histórica de diferenciarse de las nuevas potencias colonizadoras escuchando a los pueblos amazónicos para poder ejercer con transparencia su actividad profética. Además, la crisis socio ambiental abre nuevas oportunidades para presentar a Cristo en toda su potencialidad liberadora y humanizadora. Todo el documento deja un gran reto, aplicar a la Amazonía el tesoro de lo mejor de una evangelización integral, inculturada, legado por la historia pero que responda a las necesidades del momento. Así lo manifestó el Papa Francisco el sábado 26 de octubre, en el Aula Sinodal del Vaticano, en su discurso conclusivo.

"Primero de todo quiero agradecer a todos ustedes que han dado este testimonio de trabajo, de escucha, de búsqueda, de buscar poner en práctica este espíritu sinodal que estamos aprendiendo todavía a fijar y que todavía no atinamos a completarlo, pero estamos en el buen camino, estamos en un buen camino, y estamos entendiendo cada vez más qué es esto de caminar juntos, y estamos entendiendo qué significa discernir, qué significa escuchar, qué significa incorporar la rica tradición de la Iglesia a los momentos coyunturales. Alguno piensa que la tradición es un museo de cosas viejas. A mí me gusta repetir aquello que Gustav Mahler decía: 'La tradición es la salvaguarda del futuro y no la custodia de las cenizas'. Es como la raíz de la cual viene la savia que hace crecer el árbol para que dé frutos. Tomar eso y hacerlo andar adelante como concebían los primeros padres lo que era la tradición. Recibir y caminar en un mismo sentido…Uno de los temas que se han votado para el próximo sínodo, es el de la sinodalidad.. puedo decir que hemos caminado mucho y tenemos que caminar más en este camino de la sinodalidad".

Querida Amazonia, la Exhortación del Papa para una Iglesia con rostro amazónico. Desde el título revela un gran afecto del Papa por esta realidad. Cambia la palabra conversión, orillas, por sueños. Como indica Andrea Tornielli, director de los media vaticanos  "El sueño es un lugar privilegiado para buscar la verdad. Y hasta Dios tantas veces ha elegido hablar en sueños". Estas palabras pronunciadas por Francisco en diciembre de 2018 en una homilía en la misa de Santa Marta refiriéndose a San José, un hombre silencioso y concreto, nos ayudan a entender la mirada del Papa sobre la Amazonia a través de la exhortación post-sinodal. Es un texto escrito como una carta de amor, donde abundan las citas de poetas, ayudando al lector a ponerse en contacto con la maravillosa belleza de esa región, pero también con sus dramas cotidianos y sobre todo necesitada del Evangelio de Cristo. Comienza con Uma constación: "La querida Amazonia se muestra ante el mundo con todo su esplendor, su drama, su misterio". Hace hincapié en que desea "expresar las resonancias" que el Sínodo ha provocado en él. Y precisa que no pretende sustituir ni repetir el Documento Final que nos invita a leer "íntegramente", esperando que toda la Iglesia se deje "enriquecer e interpelar" por él y que la Iglesia de la Amazonia se comprometa "en su aplicación". Francisco comparte sus "Sueños para la Amazonia" (5-7), cuyo destino debe preocupar a todos, porque esta tierra también es "nuestra". Formula "cuatro grandes sueños":

I.                   El sueño social:

Que la Iglesia esté al lado de los oprimidos

Destaca el "buen vivir" de los indígenas, pero advierte contra el "conservacionismo" que solo se preocupa por el medioambiente y denuncia la "injusticia y crimen",  las operaciones económicas que alimentan la devastación, los asesinatos, la corrupción, merecen el nombre de "injusticia y crimen". Recuerda a los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI em su apuesta por la Amazonía, evitando que la globalización se convierta en un nuevo colonialismo.

Que los pobres sean escuchados sobre el futuro de la Amazonia

Ante tal injusticia, el Pontífice pide "indignarse y pedir perdón", crear "redes de solidaridad y desarrollo", apelando al compromiso de todos, incluyendo a los líderes políticos. A partir de aquí, el Papa se detiene en el tema del "sentido comunitario" (20-22). Recuerda que para los pueblos amazónicos las relaciones humanas "están impregnadas por la naturaleza circundante". Por esta razón, escribe, viven como un verdadero "desarraigo" cuando son "obligados a emigrar a la ciudad.

 

II.                El sueño cultural:

Cuidar el poliedro amazónico. Es necesario luchar contra la "colonización postmoderna". Para Francisco es urgente "cuidar las raíces" (33-35).

No a un indigenismo cerrado, sino a un encuentro intercultural. La Exhortación se centra entonces en el "encuentro intercultural" (36-38). Incluso las "culturas supuestamente más evolucionadas", observa, pueden aprender de los pueblos que "desarrollaron un tesoro cultural estando enlazadas con la naturaleza". La diversidad, por lo tanto, no es "una frontera", sino "un puente", y dice no a un "indigenismo completamente cerrado". La última parte del capítulo II está dedicada al tema "culturas amenazadas, pueblos en riesgo" (39-40). En cualquier proyecto para la Amazonia, es su recomendación, "hace falta incorporar la perspectiva de los derechos de los pueblos". Estos, añade, difícilmente podrán "quedar indemnes" si el entorno en el que nacieron y se desarrollaron "se daña".

 

III.             El sueño ecológico:

Unir el cuidado del ambiente y el de las personas. El tercer capítulo, "Un Sueño Ecológico", es el que se relaciona más inmediatamente con la Encíclica Laudato si'. En la introducción (41-42) se destaca que en la Amazonia existe una estrecha relación del ser humano con la naturaleza. El cuidado de nuestros hermanos como el Señor nos cuida, reitera, "es la primera ecología que necesitamos". El cuidado del medioambiente y el cuidado de los pobres son "inseparables". Francisco, entonces, vuelca su atención al "sueño hecho de agua" sobre la fuerza y la belleza del río Amazonas".

Escuchar el grito del Amazonas, que el desarrollo sea sostenible. El Papa señala que la ecología no es una cuestión técnica, sino que siempre incluye "un aspecto educativo".

 

IV.              El sueño eclesial:

Desarrollar una Iglesia con rostro amazónico. El último capítulo, el más contundente, está dedicado "más directamente" a los pastores y fieles católicos y se centra en el "Sueño eclesial". El Papa invita a "desarrollar una Iglesia con rostro amazónico" a través de un "gran anuncio misionero" (61), un "anuncio indispensable en la Amazonia" (62-65). Para el Papa no basta con llevar un "mensaje social". Estos pueblos tienen "derecho al anuncio del Evangelio", de lo contrario "cada estructura eclesial se convertirá" en una ONG. Una parte sustancial se dedica entonces a la inculturación. Retomando la Gaudium et Spes, habla de la "inculturación" (66-69) como un proceso que lleva "a la plenitud a la luz del Evangelio" lo bueno que existe en las culturas amazónicas. Senala dos modelos de anunciar el kerigma y de amar hasta el extremos en Anchieta y Mogrovejo.

Una renovada inculturación del Evangelio en la Amazonia. Los valores presentes en las comunidades originarias deben ser "recogidos en la evangelización". El Papa señala que, dada la pobreza de tantos habitantes de la Amazonia, la inculturación debe tener un "perfume marcadamente social". Al mismo tiempo, sin embargo, la dimensión social debe integrarse con la dimensión "espiritual".

Sacramentos accesibles a todos, especialmente a los pobres. Destaca que "es posible recoger de alguna manera un símbolo indígena sin calificarlo necesariamente de idolatría". Lo mismo se aplica a algunas fiestas religiosas que, aunque requieren un "proceso de purificación", "contienen un significado sagrado".

Que los obispos latinoamericanos envíen misioneros a la Amazonia (85-90).  Debe garantizarse "una mayor frecuencia de la celebración de la Eucaristía", determinando "qué es lo más específico del sacerdote".

Favorecer un protagonismo de los laicos en la comunidad. En las "comunidades repletas de vida" (91-98) los laicos deben asumir "responsabilidades importantes". Por lo tanto, se necesitan nuevos "servicios laicales". Recuerda el papel de las comunidades de base que han defendido los derechos sociales y alienta en particular la actividad de la REPAM y de los "equipos misioneros itinerantes".

Nuevos espacios para las mujeres, pero sin "clericalizaciones". Reconoce que en la Amazonia algunas comunidades se han mantenido solo "gracias a la presencia de mujeres fuertes y generosas". Sin embargo, advierte que no se debe reducir "la Iglesia a estructuras funcionales".

Que los cristianos luchen unidos para defender a los pobres de la Amazonia. El capítulo termina con el tema de la "Convivencia ecuménica e interreligiosa" (106-110). El Papa invita a los creyentes a "encontrar espacios para orar, conversar y para actuar juntos por el bien común".

Confiemos la Amazonia y sus pueblos a María. Francisco concluye Querida Amazonia con una oración a la Madre de la Amazonia (111). "Madre, mira a los pobres de la Amazonia", recita un pasaje de su oración, "porque su hogar está siendo destruido por intereses mezquinos (…) Toca la sensibilidad de los poderosos, porque aunque sentimos que ya es tarde nos llamas a salvar lo que todavía vive".

Destaco un acápite conmovedor –el 65- en el que Francisco destaca a dos grandes misioneros que encarnan sus bellos sueños: "Así, el kerygma y el amor fraterno conforman la gran síntesis de todo el contenido del Evangelio que no puede dejar de ser propuesta en la Amazonia. Es lo que vivieron grandes evangelizadores de América Latina como santo Toribio de Mogrovejo o san José de Anchieta".

 

Culmino agradeciendo de corazón la bella, provocativa y pastoral exhortación del Papa, así como la sinodal tarea de obispos, sacerdotes, consagrados, laicos en darnos lo mejor de la Amazonía para custodiarla y potenciarla a la luz de un desarrollo integral, sustentable, en Cristo y su Iglesia.

 

SANTOTORIBIO MOGROVEJO, PADRE Y FORJADOR DE AMÉRICA. HUELLAS Y DESAFÍOS ANTE EL SÍNODO DE LA AMAZONÍA

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SANTO TORIBIO MOGROVEJO, PADRE Y FORJADOR DE AMÉRICA.

HUELLAS Y DESAFÍOS ANTE EL SÍNODO DE LA AMAZONÍA

RESUMEN

José Antonio Benito, Director del Instituto de Estudios Toribianos, Lima, 2020

Lección inaugural del Curso Académico del Seminario Redemptoris Mater de Brasilia

 

Justo en el día de hoy nuestro Papa Francisco nos regala la exhortación postsinodal "Querida Amazonía" indicándonos en los parágrafos 62 al 65 que "El anuncio indispensable en la Amazonia es el que nos ayuda a reconocemos a Cristo en ellos y porque descubrimos la inmensa dignidad que les otorga el Padre Dios que los ama infinitamente. …Así, el kerygma y el amor fraterno conforman la gran síntesis de todo el contenido del Evangelio que no puede dejar de ser propuesta en la Amazonia. Es lo que vivieron grandes evangelizadores de América Latina como santo Toribio de Mogrovejo o san José de Anchieta.

 

1.      PADRE DE AMÉRICA

Para calibrar la figura de Mogrovejo no basta con equipararla con algunos santos contemporáneos suyos, obispos, como Tomás de Villanueva, Carlos Borromeo o Juan de Ribera, sino con otras como San Ambrosio (no solamente por la modalidad inesperada y sorprendente de su elección), y aquellas que han construido la Europa cristiana en momento de convulsión, como San Benito, San Isidoro de Sevilla, los Santos Hermanos Cirilo y Metodio. Así lo afirmó el historiador P. Fidel González Fernández en Lima en el congreso académico con motivo del IV Centenario de su muerte y en varios de sus artículos del estupendo Diccionario.

Si la Iglesia considera "padres" a los que gozan de santidad, ortodoxia, aprobación eclesiástica y antigüedad de vida (antes del siglo VIII), podemos considerar en este rubro para América a los pioneros, los del siglo XVI como Julián Garcés, Juan de Zumárraga, Vasco de Quiroga, Bartolomé de las Casas, Antonio de Valdivieso, Cristóbal de Pedraza, Juan del Valle, Agustín de la Coruña, Hernando de Trejo y Sanabria, Jerónimo de Loaysa; pero, entre todos, sobresale Toribio de Mogrovejo.

En el Concilio Plenario Latinoamericano de fines del siglo XIX, 1899, en la sesión última, las "Aclamaciones" le declaran "ejemplar y ornamento esplendente de todos los Prelados y sinodales de la América Latina".

Así lo recordarán los obispos latinoamericanos en 1978 en Puebla: "Un obispo, santo Toribio de Mogrovejo, es factor de primer orden en ese jalón fundamental de la Iglesia latinoamericana; por su libertad ante el Estado, su inteligencia y voluntad de servicio, es modelo e inspiración de pastores" (III CELAM).

El 10 de mayo de 1983 le fue otorgado por parte del Santo Padre Juan Pablo II el título de Patrono de los obispos de América Latina[1]. De igual modo, ha sido propuesto como paradigma de los pastores del Perú y de América como se manifiesta en el mensaje pronunciado por el propio Santo Padre a todos los obispos del Perú: su gran tarea consistió en realizar, iluminado por el Concilio de Trento, la primera evangelización del Mundo Nuevo en cuatro dimensiones:Evangelización para la santidad, Evangelización para la unidad en la fidelidad. Evangelización para la dignidad de la persona. Evangelización en constante sintonía con la Sede Apostólica[2].

A este respecto, es significativa la homilía del cardenal Giovanni Battista Re en el 25 aniversario de la proclamación de santo Toribio como patrono del episcopado de América Latina, 50 años de la Comisión y un año de Aparecida, el 9 de mayo de 2008, en la basílica de Santa Anastasia, en la que hay un altar dedicado a santo Toribio:

América Latina ha llegado a ser un continente mayoritariamente católico, de fe cristiana vigorosa y de extraordinaria creatividad, gracias a pastores como santo Toribio de Mogrovejo que supieron plantar la fe sólidamente y trabajaron con ardor para que echara raíces profundas…

Por su parte Francisco, al hilo de un cuadro que relata uno de sus milagros del agua, lo denominó como "nuevo Moisés" que supo cruzar orillas, las geográficas, culturales y, sobre todo, la del amor fraterno

2.      CONTEXTO Y VISIÓN GLOBAL

Nuestro protagonista se ubica en la España de los Austrias, y más en concreto, en la de Felipe II. Parece que nace un 16 de noviembre de 1538, en la villa de Mayorga (Valladolid), encrucijada de caminos, entre las actuales comunidades autónomas de Castilla-León, Asturias, Cantabria y Galicia. En 1551 inicia sus estudios de Gramática y Humanidades en Valladolid, capital del mundo hispánico. En 1562 acude a Salamanca donde enseña su tío Juan Mogrovejo, catedrático universitario. En 1569 obtiene el título de bachiller en Cánones y en 1571, peregrina a Compostela, y se licencia en Derecho. Cuando cursaba estudios de doctorado en el Colegio San Salvador de Oviedo, en 1574, se le nombra para Granada como Inquisidor Apostólico. En 1580, es propuesto como arzobispo; contaba con 39 años y necesitó una apurada ordenación sacerdotal como paso indispensable para la consagración episcopal.

En 1581 llega a Paita y hace su entrada en Lima un 12 de mayo. En 1583 tiene lugar el Tercer Concilio Limense del que emanan tres grandes publicaciones en quechua, aymara y español: el catecismo, el sermonario y el confesionario. En 1584 comienza su primera visita pastoral. En 1591 acomete una obra decisiva, la creación del Seminario que -dedicado en su día a Santo Toribio de Astorga- hoy lleva su nombre. Se siente, ante todo, pastor dispuesto a dar su vida por sus ovejas. A tal efecto crea nuevas parroquias. De igual modo, impulsará instituciones destinadas a la formación de líderes espirituales, académicos y sociales, en los monasterios como el de Santa Clara, hospitales como el de San Pedro, la Universidad de San Marcos, la Casa del Divorcio.... En 1593 inicia la segunda visita y en 1605 la tercera, falleciendo en 1606, un 23 de marzo, en Saña. Al año siguiente, 1607, un 27 de abril, es enterrado en Lima. En 1679 fue beatificado y en 1726, canonizado.

 

3.      DIMENSIONES. PERFILES

Como forjador y organizador de la Iglesia en América gracias a su santidad, su apuesta en la promoción humana y social del indio, su legislación conciliar y sinodal, su catequesis inculturada, podemos considerarlo como la encarnación de las huellas y frutos de la evangelización fundante. Lo podemos constatar en los nombres cristianos de las ciudades, sus actas; las doctrinas; los monasterios y conventos; los concilios, juntas y sínodos; las catedrales y cabildos; los misioneros ; los seminarios y centros educativos; los aportes lingüísticos con diccionarios, vocabularios; el arte (arquitectura, escultura, pintura); la jerarquía eclesiástica (obispos, superiores de congregaciones); sacerdotes y fieles; santos, beatos y siervos de Dios; las cofradías, hermandades, asociaciones y movimientos; los santuarios, advocaciones e  imágenes de María; las cruces y los crucificados; la  devoción a la Cruz y al Señor; la historiografía y bibliografía; los  archivos y bibliotecas; la celebración de las fiestas patronales; costumbres de la vida cotidiana como la oración, las procesiones, festividades religiosas del año…

Señala León Pinelo que, desde que entró en Lima, hasta la hora de la muerte, llevó una vida muy regular y sistemática a lo largo del cuarto de siglo. Consciente de que la primera reforma era la suya propia, se somete a un estricto régimen de vida, de obedienca fiel a su horario. Hay una palabra clave: conversión. Como en el reciente Sínodo de la Amazonía, conversión integral, pastoral, ecológica…De hecho, poco antes de morir exclamaría santo Toribio: "Bendito seas, Dios, el clero está muy reformado". No sin razón se le llamará el "Borromeo de las Indias".

4.      SABIO LEGISLADOR EN CONCILIOS Y SÍNODOS

 

De los 11 concilios provinciales y 57 sínodos diocesanos inventariados para la "edad dorada" de la Iglesia en Indias (1551-1622), 3 concilios (C3L [Concilio Tercero Limense],1582-83, C4L.1591, C5L 1601) y 13 (desde 1582 a 1604) sínodos fueron convocados por el obispo castellanoleonés Toribio Alfonso de Mogrovejo. De su importancia da fe la vigencia mantenida hasta el Concilio Plenario de América Latina, celebrado en Roma el año 1899. Se puede considerar como auténtico precedente del CELAM (Conferencias Episcopales Latinoamericanas), verdaderos concilios de la Iglesia para esta parte de la iglesia en América.

5.      ITINERANCIA DE UN CELOSO VISITADOR

 

Mogrovejo será un caminante empedernido, tanto que llegará a decir de él su primer biógrafo Antonio León Pinelo:

"Fue su vida una rueda, un movimiento perpetuo, que nunca paraba. Y si la del hombre, es milicia en la tierra, bien mereció el título de soldado de Cristo Señor Nuestro, pues nunca faltó a lo militante de su Iglesia, para conseguir el premio en la triunfante, que piadosamente entendemos que goza"[3].

            Sus visitas eran auténticos encuentros vitales con los indios y sus curas doctrineros. Del espíritu de las visitas nos habla su Relación y Memorial al Papa Clemente VIII:

« Después que vine a este Arzobispado de los Reyes de España, por el año de ochenta y uno, he visitado, por mi propia persona, y estando legítimamente impedido por mis visitadores, muchas y diversas veces, el distrito, conociendo y apacentando mis ovejas, corrigiendo y remediando, lo que ha parecido convenir, y predicando los domingos y fiestas a los indios y españoles, a cada uno en su lengua, y confirmando mucho número de gente, que han sido más de seiscientas mil ánimas a lo que entiendo y ha parecido, y andado y caminado más de cinco mil doscientas leguas, muchas veces a pie, por caminos muy fragosos y ríos, rompiendo por todas las dificultades, y careciendo algunas veces yo y la familia, de cama y comida, entrando a partes remotas de indios cristianos, que de ordinario traen guerra con los infieles, adonde ningún Prelado ni visitador había entrado»[4].

 

            Culmino con otra deliciosa en tiempos de Navidad. El jesuita P. Francisco de Contreras, que le conoció desde 1592 y fue ordenado de sacerdote por él, nos rescata de su memoria un gesto entrañable en tiempos de Navidad: "Y asimismo vio este testigo que habiéndole enviado de esta ciudad con grande regalo de dulces por ser tiempo de Navidad su hermana doña Grimanesa, el dicho Sr. Arzobispo lo repartió todo entre pobres yendo él mismo a los ranchos de los indios enfermos a visitarlos y dárselo sin quedarse con cosa y le dijeron a este testigo que aquella noche de la vigilia de Navidad había hecho colación con solo un durazno o manzana sin otra cosa".

6.      DESAFÍOS SANTO TORIBIO A LA LUZ DE LAS LÍNEAS PASTORALES DEL PAPA FRANCISCO

La constatación del hecho religioso, de la evangelización en la historia y las amenazas de la secularización y el deterioro social manifestado en la corrupción, la violencia, la injusticia, debe llevarnos a agradecer en primer lugar, estudiar y examinar, para concluir en un compromiso misionero, el único que puede dar respuesta a la necesidad de felicidad de cada persona y la paz social.

En este último apartado me sirvo de dos lecciones de mi gran amigo P. Carlos Rosell –quien ha sido rector del Seminario de Santo Toribio y de la Facultad de Teología- una se centró en Santo Toribio como misionero con olor a oveja y la otra a la luz de las líneas pastorales del papa Francisco[5], compartiéndonos que, si Santo Toribio de Mogrovejo viviera, nos diría lean la Evangelii gaudium, documento programático del papa Francisco.

1. Ir a lo esencial, Cristo

2. Ir a las periferias

3. Sentir el gusto espiritual de ser Pueblo.

4.  Dejarse sorprender por el Espíritu.

5. El valor de la pobreza.

CONCLUSIÓN. La Estrella de la Evangelización

Quiero culminar rescatando la devoción mariana de Santo Toribio como regalo para nuestra religiosidad popular. Fruto de esta devoción es la devoción popular mariana en Guadalupe, Aparecida, la Candelaria. Que Ella, Santa María, nos consuele y fortalezca en nuestra gozosa tarea de evangelizar aquí y ahora.



[1] Mario L. Grignani, Profesor de Historia de la Iglesia, Pontificia Universidad Urbaniana (Roma) ha preparado un interesante estudio titulado "Santo Toribio de Mogrovejo: de la extensión del culto a Patrono del Episcopado Latinoamericano. Estudio y publicación de los documentos del Archivo Arzobispal de Lima" para la revista STUDIUM VERITATIS de la Universidad Católica Sedes Sapientiae, Lima.

[2]Lima, Conferencia Episcopal, 2 de febrero de 1985

[3]LEÓN PINELO, Antonio de Vida del Ilustrísimo y Reverendísimo D. Toribio Alfonso Mogrovejo, Arzobispo de la ciudad de los Reyes. Madrid 1653. Lima 1906. p.68

[4]J. A. BENITO RODRÍGUEZ, La Iglesia de Lima de 1598 según Santo Toribio de Mogrovejo, Lima 2006, 8.

[5]Dr. P. Carlos Rosell de Almeida, Rector de la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima

 

LA MADRE DE LA AMAZONIA, Papa Francisco

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 LA MADRE DE LA AMAZONIA

111. Después de compartir algunos sueños, aliento a todos a avanzar en caminos concretos que permitan transformar la realidad de la Amazonia y liberarla de los males que la aquejan. Ahora levantemos la mirada a María. La Madre que Cristo nos dejó, aunque es la única Madre de todos, se manifiesta en la Amazonia de distintas maneras. Sabemos que «los indígenas se encuentran vitalmente con Jesucristo por muchas vías; pero el camino mariano ha contribuido más a este encuentro».[145] Ante la maravilla de la Amazonia, que hemos descubierto cada vez mejor en la preparación y en el desarrollo del Sínodo, creo que lo mejor es culminar esta Exhortación dirigiéndonos a ella:

Madre de la vida,
en tu seno materno se fue formando Jesús,
que es el Señor de todo lo que existe.
Resucitado, Él te transformó con su luz
y te hizo reina de toda la creación.
Por eso te pedimos que reines, María,
en el corazón palpitante de la Amazonia.

Muéstrate como madre de todas las creaturas,
en la belleza de las flores, de los ríos,
del gran río que la atraviesa
y de todo lo que vibra en sus selvas.
Cuida con tu cariño esa explosión de hermosura.

Pide a Jesús que derrame todo su amor
en los hombres y en las mujeres que allí habitan,
para que sepan admirarla y cuidarla.

Haz nacer a tu hijo en sus corazones
para que Él brille en la Amazonia,
en sus pueblos y en sus culturas,
con la luz de su Palabra, con el consuelo de su amor,
con su mensaje de fraternidad y de justicia.

Que en cada Eucaristía
se eleve también tanta maravilla
para la gloria del Padre.

Madre, mira a los pobres de la Amazonia,
porque su hogar está siendo destruido
por intereses mezquinos.
¡Cuánto dolor y cuánta miseria,
cuánto abandono y cuánto atropello
en esta tierra bendita,
desbordante de vida!

Toca la sensibilidad de los poderosos
porque aunque sentimos que ya es tarde
nos llamas a salvar
lo que todavía vive.

Madre del corazón traspasado
que sufres en tus hijos ultrajados
y en la naturaleza herida,
reina tú en la Amazonia
junto con tu hijo.
Reina para que nadie más se sienta dueño
de la obra de Dios.

En ti confiamos, Madre de la vida
no nos abandones
en esta hora oscura.
Amén
.

Papa Francisco

Monseñor J.I. Alemany presenta la exhortación postsinodal “Querida Amazonía” del Papa Francisco:.

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Monseñor J.I. Alemany presenta la exhortación postsinodal "Querida Amazonía" del Papa Francisco:. (Asociación católica Evangelización siempre. 2020, Lima, 68 pp)

 

Con alegría hemos recibido esta exhortación postsinodal del Papa Francisco que responde a una necesidad grave de toda la humanidad: defender la casa común y de una manera concreta en la Amazonía, pulmón de la humanidad y de manera especial de América Latina.

 

El Papa Francisco, dejando de lado el problema aclarado suficientemente por los últimos pontífices sobre el celibato sacerdotal, nos lleva directamente al tema fundamental tratado por el Sínodo de la Amazonía cuyas conclusiones no cita directamente, pero las tiene presentes en toda su carta.

 

Para ello nos habla de cuatro sueños, que es una manera hermosa de decirnos cómo la humanidad, si los cumple, despertará renovada después de tanto sufrimiento con el calentamiento global y tantos desórdenes naturales.

Los sueños son:

 

El sueño social, que pide a la Iglesia permanecer al lado de los pobres y oprimidos.

El sueño cultural, que evitando la colonización de su cultura cuide las raíces propias de la historia amazónica. En este punto concreto el Papa alerta especialmente a los jóvenes.

El sueño ecológico que busca proteger a las personas y al ambiente en que viven tradicionalmente: "ayudar al corazón del hombre a abrirse confiadamente a aquel Dios que, no sólo ha creado todo lo que existe, sino que también se nos ha dado a sí mismo en Jesucristo" (41).

El sueño eclesial es el cuarto en el que el Papa Francisco concreta más su carta:

Partiendo de esta hermosa idea: "los cristianos no renunciamos a la propuesta de fe que recibimos del Evangelio. Si bien queremos luchar con todos, codo a codo, no nos avergonzamos de Jesucristo" (62).

+ Nos dice también que "Hace falta aceptar con valentía la novedad del Espíritu capaz de crear siempre algo nuevo con el tesoro inagotable de Jesucristo, porque la inculturación coloca a la Iglesia en un camino difícil, pero necesario" (69).

+ Pide que los católicos tengan la posibilidad de recibir los sacramentos, ya que toda evangelización nos habla de la vida divina que recibimos precisamente a través de los sacramentos.

+ Exhorta a los obispos de Latinoamérica a que animen a los jóvenes que tienen vocación misionera para que vayan a la Amazonía a hacer su apostolado.

+ Que se procure que las comunidades cristianas crezcan repletas de vida con laicos formados y comprometidos en la fe y sean protagonistas en sus comunidades.

El Papa Francisco, evitando la "clericalización" de las mujeres, habla de su necesidad en la Iglesia para que con el servicio propio de su feminidad, prolonguen en el apostolado "la fuerza y ternura de María".

Finalmente recalca Francisco que todos los cristianos luchen unidos en la defensa de los pobres de la Amazonía.

 

La carta sinodal termina señalando cómo «los indígenas se encuentran vitalmente con Jesucristo por muchas vías; pero el camino mariano ha contribuido más a este encuentro»  (111) y concluye con una invocación a la Reina de la Amazonía.

 

 

José Ignacio Alemany Grau, obispo redentorista


“Las Misiones Populares del P. Claret en Cataluña entre 1840 y 1850”. P. Carlos Sánchez Miranda

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Agradezco al autor la deferencia de enviarme su texto y participar en mi programa "Perú, Tierra ensantada" de Radio María, en el que habla de su vocación, la presencia de los claretianos en el Perú y su interesantísima tesis doctoral. Felicitaciones por su trabajo y nuestra oración para que siga los pasos de su fundador, ahora en su puesto de director del Centro de Espiritualidad Claretiana en Vic.


Presentación del libro "Las Misiones Populares

del P. Claret en Cataluña entre 1840 y 1850"

Magdalena del Mar, Lima, 11 de febrero de 2020

      Queridos amigos y amigas, buenas noches. Es un gusto encontrarme con ustedes para esta presentación en una fecha y un lugar tan significativos. Hoy, 11 de febrero, celebramos los 150 años de la aprobación definitiva de las Constituciones Claretianas, lo que implicaba el reconocimiento oficial de la Iglesia de nuestro estilo de vida misionera como un auténtico estilo de vida para seguir a Jesús misionero al estilo de Claret. Nuestra Congregación, nacida justamente en 1849, al final del período histórico que he estudiado en el libro que ahora presentaré, es el fruto maduro de toda la rica experiencia apostólica de Claret como misionero itinerante en Cataluña entre 1840 y 1850. Este lugar es muy significativo para mí. Nos encontramos en la Casa formativa claretiana de Magdalena del Mar. En esta casa, ingresé a la Congregación, cuando era tan solo un adolescente, hace 31 años; aquí transcurrieron casi todos los años de mi formación inicial; y aquí también me dediqué a la formación de los futuros misioneros claretianos, primero, de los postulantes durante 11 años, después, de los estudiantes, durante seis años.

      El libro que hoy presentamos está basado en la Tesis doctoral que defendí el año pasado en la Universidad Comillas de Madrid. El tema central es la actividad misionera del P. Claret en la década de los cuarenta del siglo XIX, dentro del contexto histórico que nos acaba de presentar el Prof. Carlos Aburto. El libro está dividido en tres partes.

      En la primera parte presento el recorrido histórico de las misiones populares como método de evangelización que venía del siglo XVI y el camino biográfico del P. Claret hasta que comenzó su aventura evangelizadora a través de las misiones populares. La segunda parte del libro trata precisamente de este recorrido misionero del P. Claret en el territorio de todas las diócesis catalanas excepto la de Tortosa.

      Esta noche, me centraré en la presentación de la tercera parte del libro que trata sobre la aportación más original del P. Claret a la historia de la evangelización en Catalunya. Las tres conclusiones a las que llegué son las siguientes:

1.     La audacia de abrir caminos para anunciar el mensaje del Evangelio en un tiempo de profunda crisis.

2.     Claret supo prescindir de muchas cosas accesorias y teatrales para centrarse en lo fundamental del mensaje evangélico.

3.     Cómo llevó a cabo todo eso en la práctica.

1.     La audacia de abrir caminos para anunciar el mensaje del Evangelio en un tiempo de profunda crisis.

      La evangelización popular, a lo largo de la primera mitad del siglo XIX, pasó por una profunda crisis. La revolución liberal trató de imponer a la Iglesia una serie de reformas que acabaron despojándola de la riqueza, el poder y la influencia social que había conseguido durante el Antiguo Régimen, transformándola en una organización debilitada y subordinada al control estatal. La expulsión de la mayoría de los religiosos de sus conventos y la política desamortizadora y regalista del Estado destruyeron casi todas las estructuras clásicas de evangelización de la Iglesia española, especialmente las misiones populares. No obstante, la fe y la religiosidad de la población se mantuvo viva, aunque quedó desprovista de los medios que había habido hasta entonces de catequesis y predicación.

      Había una sobreabundancia de sacerdotes seculares, pero no poseían ni la necesaria motivación ni la imprescindible capacitación para asumir una predicación popular. Los religiosos exclaustrados no conseguían desprenderse de sus reclamos y añoranzas de un pasado que consideraban glorioso. Por su parte, los políticos liberales exigían un atestado o certificado de fidelidad al gobierno liberal como requisito para ejercer el ministerio y así poder controlar la predicación de los sacerdotes. La mayoría de estos se resistían a solicitar este documento; incluso, muchos cayeron en la tentación de politizar su mensaje a favor de causas político-sociales que les prometían restaurar su antigua condición de privilegio.

      Sin embargo, hacia la mitad de la década de los cuarenta, llegó un gobierno liberal más moderado (la década en la que gobernó el general Narváez). Este tendió su mano negociadora a la Iglesia porque la necesitaba para evitar temibles revoluciones sociales, tal como sucedía en París y Roma. En este contexto apareció una nueva generación de católicos que aprovecharon esta oportunidad. Un reducido grupo de seglares y eclesiásticos consiguió sacudirse de las obstinadas reclamaciones de los bienes y privilegios perdidos por los religiosos y así poder afrontar con más realismo la nueva situación socio-política. Unos desde la tribuna de la prensa, como José María Quadrado; otros desde la filosofía, como Jaime Balmes; otros desde la predicación, como el P. Claret y el P. Coll, fundador en Vic de las religiosas Dominicas de la Anunciata; y otros desde la caridad y la educación, como Joaquina de Vedruna, fundadora también en Vic de las Carmelitas de la Caridad; intentaron abrir caminos nuevos a la presencia de la Iglesia en medio del modelo social que se iba imponiendo.

      Claret no fue un estratega especulativo de la misión, sino que a lo largo de su vida tuvo una profunda experiencia de fe cristiana que le permitió descubrir su identidad misionera. Claret fue movido por una honda espiritualidad, que lo urgía a buscar por todos los medios posibles que, como decía él, Dios fuese conocido, amado, servido y alabado por todos los hombres (cf. Aut, 202) y que estos no se perdiesen eternamente (cf. Aut, 205). Por eso, comenzó la predicación de las misiones populares en un momento en que parecía casi imposible hacerlo. El 15 de agosto de 1840 predicó su primera misión en Viladrau, a continuación pasó a diferentes poblaciones catalanas.

      Durante la década de los cuarenta, el P. Claret predicó en Cataluña, al menos, 81 misiones, o quizá incluso 90. El misionero recorrió un mínimo de 77 poblaciones, tanto agrícolas como industriales. Comenzó centrado en poblaciones más bien pequeñas y de condición agrícola para acabar abriéndose gradualmente a ciudades más importantes e industriales. Conviene subrayar debidamente este dato, dado que nos encontramos en el contexto de una Iglesia que, en el siglo XIX, tendía a concentrarse predominantemente en el ámbito rural, como si fuera el ambiente que garantizaba la salvaguarda de los valores religiosos, y muchas veces desatendía las ciudades y los ambientes industriales e intelectuales, que percibía más bien como hostiles. Claret consiguió contactar con la fe sencilla de la población y moverse en ámbitos diversos, superando los prejuicios que él mismo probablemente tenía como eclesiástico de la época.

      Las misiones predicadas entre agosto de 1840 y abril de 1844 fueron excepcionales y pioneras porque se desarrollaron en un período especialmente adverso. Eran pocos los sacerdotes que se atrevían a predicar misiones en su territorio parroquial, y desde luego nadie osaba hacerlo a nivel diocesano. La Primera Guerra Carlista había acabado y la llegada del general Espartero como nuevo Regente del Reino en 1840 instauró un gobierno liberal exaltado que intensificó el carácter conflictivo de la relación entre la Iglesia y el Estado. Claret, gracias a su audacia, astucia apostólica y valentía, logró predicar 30 misiones en este período. Por ello, no solo cambió el nombre de "misiones populares" sino que las predicó bajo la apariencia de celebraciones devocionales, como novenas de ánimas o novenas a la Virgen y a los santos. Y así sorteó el control de las autoridades. Fue esmeradamente prudente en no meterse en cuestiones políticas. A pesar de ello sufrió calumnias.

      El P. Claret para poder misionar asumió el sacrificio de largas caminatas solitarias a pie e incluso en varios momentos arriesgó la propia vida. Podemos recordar un par de ejemplos que demuestran lo dicho. Cuando Claret se disponía, en febrero de 1841, a comenzar la predicación de la Cuaresma en la catedral de Vic, el alcalde le requirió el atestado de fidelidad al gobierno y, al no tenerlo, le impidió la predicación por orden del gobernador de Barcelona. Entonces, el vicario capitular de Vic, Luciano Casadevall, lo envió a la lejana parroquia de Pruit, donde permaneció un par de meses. El sacerdote Pedro Roquer, que era el vicario de una parroquia vecina, testificó que Claret no tenía miedo de arriesgar su vida y le dijo: «Aunque hubiese sabido que me esperaban puñal en mano en Vich cuando iba a subir al púlpito, no habría desistido. Mi superior el M.I.S. Vicario General es á quien he obedecido»[1].

      El segundo testimonio es una carta del mismo Claret, escrita el 25 de noviembre de 1842. Llevaba ya seis meses recluido en la pequeña parroquia de San Juan de Oló, debido también a la grande tensión política del momento. Su carta era una respuesta al canónigo de Vic Jaime Soler, en la que este le había manifestado sus temores frente a la situación política. Eran días en los que en Barcelona se desarrollaba un levantamiento contra el Regente, el general Baldomero Espartero; de hecho, la semana siguiente Barcelona fue bombardeada por la artillería durante doce horas. El canónigo sostenía que no era el mejor momento para llevar a cabo los planes que Claret y Soler tenían entre manos para formar a futuros predicadores de la diócesis en la casa parroquial de San Juan de Oló. Claret, le dijo: «Igualmente, ya me parece que lo veo más asustado que una abubilla atendiendo a las noticias del día y yo le digo que, en lugar de acobardarme, son para mí espuelas que me empujan a trabajar; quien sabe si será un reventarse del forúnculo y una vez reventado necesitará nuestro remedio» (EC, vol. I, 115-116). Claret supo ver oportunidades donde otros solo veían obstáculos para la misión.

 

2.     Claret supo prescindir de muchas cosas accesorias y teatrales para centrarse en lo fundamental del mensaje evangélico.

      A Claret, como misionero, le parecía que el hombre de su tiempo estaba especialmente desconcertado por el enfrentamiento de ideologías y por la tragedia de guerras fratricidas; al mismo tiempo, percibía que la necesidad más acuciante del pueblo, según su parecer, era la de volver a escuchar la Palabra de Dios. Desde esta visión, él se entendía a sí mismo como un apóstol llamado por Dios para ser, a través de la predicación, un centinela que advirtiera de los peligros de condenación eterna, según el mensaje cristiano de aquella época, y ofreciera un camino recto y seguro para alcanzar la salvación eterna, tal como lo expuso en su primer libro "Camí dret i segur per a arribar al cel".

      Las misiones populares fueron asumidas por Claret como una pastoral de emergencia, retomando así la tradición de más de tres siglos de un método pastoral que se había mostrado eficaz para revitalizar la fe de los fieles; sin embargo, el misionero no las pudo aplicar tal como las órdenes religiosas las habían predicado en los siglos anteriores debido a las restricciones legales y las persecuciones de las autoridades liberales, en aquel momento. Claret se concentró en dos actividades fundamentales: la predicación de la Palabra de Dios y la administración del sacramento de la reconciliación, y dejó aparte una serie de actividades a veces muy barrocas y teatrales que se habían ido añadiendo durante los siglos anteriores con la finalidad de atraer la participación de los fieles e impactarlos con más fuerza. A medida que el ambiente político lo fue permitiendo, el misionero añadió a sus misiones diferentes estrategias apostólicas, a las que nos referiremos más adelante.

      El análisis de los textos autobiográficos de Claret y los testimonios de la gente que participaba en sus misiones nos llevan a afirmar que el misionero se sentía en la línea de los grandes misioneros apostólicos. Comprendía que su primera predicación debía ser su misma vida misionera; por eso, se esforzaba por llevar una vida itinerante, virtuosa, pobre y sacrificada; siempre viajaba a pie y nunca recibía estipendios ni regalos por su trabajo. Intentaba vivir a la manera de los apóstoles, dando así un contenido nuevo al título de Misionero Apostólico que había recibido en 1841 de las autoridades vaticanas de la sección llamada Propaganda Fide. Este fue su principal recurso para ganar la confianza de los fieles y superar la suspicacia de las autoridades políticas del momento. La gente respondía atribuyéndole una fama creciente de santidad apostólica y de milagrero; pero al mismo tiempo, no faltaban quienes temieran su fuerte influencia sobre el pueblo y trataban de descalificarlo acusándolo injustamente de ser carlista y de defender esta causa política.

      Son abundantes los testimonios que manifiestan que Claret se cuidaba mucho de no caer en posturas políticas partidistas. Baste recordar el testimonio del presbítero J. Torrabadella, que, al referirse a la actitud del misionero en Ripoll, declaró: «Manifestó tal prudencia que á pesar de estar aún como abiertas las llagas de los partidos de la guerra mencionada, sin ofender á nadie los movía á todos conduciéndolos al arrepentimiento»[2]. A continuación, añadió: «Otra cosa observé en él respecto de partidos, y era no entrar jamás en discusiones sobre estos, sino al contrario las cortaba con tanta destreza, si alguna vez se introducían en la conversación, que á todos dejaba satisfechos con su generoso comportamiento»[3].

      El contenido de la predicación de Claret fue, fundamentalmente, fiel a la teología de su época, que en España no se caracterizó por la brillantez ni la profundidad del pensamiento, sino más bien por haber sido repetitiva y haber estado poco atenta a los nuevos desafíos intelectuales, culturales, sociales y espirituales. Todo esto es comprensible dentro del contexto de desconcierto que la Iglesia vivía en medio de un cambio de época y de paradigmas para el cual no estaba suficientemente preparada. Esto no quita el interés de Claret demostrado tanto en este período como luego en Cuba, Madrid y Roma por estar bien formado; la prueba está en la cantidad de libros y la variedad de temas de su biblioteca personal.

      En cuanto al estilo de las misiones, Claret predicó y escribió siempre en catalán, que era la lengua de la gente que le escuchaba; por eso, en una época en que los predicadores muchas veces buscaban lucirse con la utilización de la lengua llamada culta, es decir el castellano, él prefirió la comunicación sencilla, popular y cercana a través del catalán. Los testimonios sobre el estilo de trato de Claret con las personas coinciden en que era sencillo, cordial y misericordioso, dejando a un lado la solemnidad, rigurosidad y terror en que abundaban algunos predicadores de la época para provocar el arrepentimiento y un cambio de vida más cristiano. Así lo reconoció su compañero de estudios el filósofo catalán Jaime Balmes.

3.     ¿Cómo llevó a cabo todo eso en la práctica?

      Claret tomó conciencia de que las misiones populares conseguían despertar la fe adormecida del pueblo, pero, al mismo tiempo, de que podían quedar reducidas a un esfuerzo aislado cuyos frutos se desvanecerían rápidamente con el paso del tiempo. Por eso, desde 1843, comenzó a aplicar una serie de estrategias apostólicas que a continuación detallaremos.

      La primera de dichas estrategias fue la producción y publicación de opúsculos y libros devocionales, ascéticos y catequéticos.Comenzó con un opúsculo devocional muy sencillo llamado Camí drèt y segúr per arribar al Cel, que contenía las oraciones básicas y algunas máximas de vida cristiana y que se convertiría en el libro devocional más utilizado en España durante aquella época, tanto en catalán como en castellano habiéndose publicado hacia finales del siglo XIX más de dos millones de ejemplares. Mientras tanto, comenzó a escribir también toda una serie de folletos titulados Avisos y dirigidos a diferentes grupos de destinatarios según sus etapas de vida, como niños, jóvenes y adultos, y sus estados de vida: religiosas, sacerdotes, solteras, casadas, viudas, padres de familia e incluso soldados. Luego produjo y editó diversos tipos de libros para sacerdotes y fieles, entre ellos cuatro catecismos de diferente tamaño y formato; sin embargo, prefirió las obras pequeñas y de fácil divulgación, pues estaba convencido de que en la clase popular había ansias de leer y aprender. Con el canónigo de la Catedral de Tarragona José Caixal, fundó en 1848 la Librería Religiosa, que se constituyó en la primera y principal editorial religiosa a nivel popular en España.

      La segunda estrategia fue la formación y agrupación de los seglares. En la década de los cuarenta, Claret estableció cuatro asociaciones para canalizar el fervor religioso que sus misiones despertaban en los fieles y encauzarlo hacia el cultivo de la vida espiritual, la formación doctrinal y el compromiso apostólico. Su confianza en las mujeres como protagonistas de la misión apostólica fue, sin duda, excepcional en una época en la que muchos eclesiásticos más bien desconfiaban de ellas y no las integraban en sus planes apostólicos. Claret no se vio libre de aquellos prejuicios y sospechas, pero se atrevió a apostar por la formación de las mujeres para que pudiesen ser protagonistas de la misión, especialmente en el ámbito familiar, en la catequesis, la educación y la caridad. Un ejemplo típico fue el de la propuesta de las llamadas diaconisas que en un su mente hubieran debido ser mujeres comprometidas en la pastoral eclesial, pero fue prohibida por el entonces arzobispo de Tarragona, Antonio Echánove. Otra propuesta que sí cuajó fue la de mujeres consagradas fuera del convento a las que llamó Hijas del Corazón de María. Se trataba de iniciativas novedosas y atrevidas. De manera especial, además, fue el apoyo que dio a una serie de nuevos institutos religiosos femeninos de vida apostólica que estaban surgiendo en aquellos años, tanto en la época de Cataluña como de Cuba y Madrid.

      La tercera estrategia fue la promoción de un clero más apostólico. Comenzó con la predicación de ejercicios espirituales para animar a los sacerdotes a vivir su vocación y ejercer su ministerio con mayor ardor. Un segundo paso fueron las conferencias para sacerdotes que él mismo ofreció durante algunos veranos en Vic. A través de estos medios conoció con más profundidad la realidad del clero y atrajo a numerosos sacerdotes a un estilo de vida más comprometido. Entre 1842 y 1850, constituyó, al menos, cuatro asociaciones apostólicas para congregar a los sacerdotes que querían dedicarse a la predicación de la Palabra de Dios. La más importante fue la Casa-misión de Vic, fundada el 16 de julio de 1849 en el antiguo seminario de Vic, y que a los dos meses se trasladó al antiguo convento de la Merced. Con esta Casa-misión nació la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, que actualmente cuenta con más de tres mil miembros en los cinco continentes.

      Como hemos podido apreciar, la aportación de Claret no radica principalmente en la originalidad de cada una de estas estrategias por separado, porque ya habían sido utilizadas en alguna medida por otros predicadores, sino en el plan de conjunto que supo trazar de forma claramente novedosa para su época. Esto no debería extrañarnos dado que fue un hombre que nació en un cambio de época y estuvo en los principales escenarios del estallido de la revolución industrial en la Península. Es significativo que naciera en un pueblo abierto a esta nueva mentalidad textil y liberal como fue Sallent y luego marchara a Barcelona donde se vivía la fiebre de la nueva sociedad que emergía. Más tarde, esa nueva mentalidad la fue aplicando en su actividad evangelizadora. Un solo hombre consiguió abarcar diversos campos de apostolado, establecer sinergias y entretejer redes de contacto entre personas y asociaciones que despertaron un movimiento apostólico amplio y múltiple en las diversas diócesis catalanas y en Canarias con una fuerte irradiación en toda la Península. Cuando Claret se vio obligado a aceptar la sede arzobispal de Santiago de Cuba, dejó estas estrategias en personas de confianza para que garantizaran su continuidad.

      En fin, nos encontramos ante un hombre que era hijo su época y al mismo tiempo la superaba. Nos deja, por lo tanto, un ejemplo para nosotros de cómo vivir en medio de las crisis y los desafíos sociales y eclesiales que estamos experimentando: con los pies arraigados en el suelo de nuestra época, aprendiendo del pasado, sin añorarlo, y lanzados decididamente a un futuro que hay que ir discerniendo, sin miedo, confiados en la acción de un Dios siempre presente en la historia y que se manifiesta a través de los signos de los tiempos.

      Muchas gracias a todos por su asistencia, especialmente a mis hermanos de Congregación, a mi familia y amigos y amigas.



[1] F. A. AGUILAR, Vida del Excmo. é Illmo. Sr. Don Antonio María Claret, misionero Apostólico, arzobispo de Cuba y después de Trajanópolis (In. Part. Infid.), Madrid 1871, 416.

[2]Memoria de lo observado por el que suscribe [J. Torrabadella] en el trato, conversaciones y tascas apostólicas de Excmo. é Ilmo. Sr. D. Antonio María Claret, en Arxiu Claret, caja Documentació primitiva, C. XI, r-A, N. 271, 1.

[3] Ib.

Un santo anti-liberal. San Ezequiel Moreno Díaz contra el liberalismo. P. Javier Olivera Ravasi, SE

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Un santo anti-liberal. San Ezequiel Moreno Díaz contra el liberalismo

por Que No Te La Cuenten

Más de una vez hemos hablado acerca de la ideología liberal (que no es puramente, como algunos lo entienden, de tinte económico; no). Para quien desee ver lo que pensamos, remitimos -entre otras cosas- a esta conferencia dictada en 2019.

Esta vez, presentamos los textos de un -para muchos- un ignoto santo del siglo XIX, canonizado en 1992 por Juan Pablo II: San Ezequiel Moreno Díaz, obispo de Pasto (Colombia), español, de la orden de los agustinos recoletos y misionero en Filipinas y Colombia quien, inmerso en una gran lucha contra la ideología liberal, no dudó en enfrentársele durante toda la vida. Hemos decidido, simplemente y casi sin acotaciones, presentarlo a aquéllos que aún no lo conocían.

Vamos entonces para,

Que no te la cuenten...

                                                                                P. Javier Olivera Ravasi, SE


En parte de su testamento:

"Confieso, una vez más, que el LIBERALISMO ES PECADO, enemigo fatal de la Iglesia, y reinado de Jesucristo y ruina de los pueblos y naciones; y queriendo enseñar esto, aun después de muerto, deseo que en el salón donde expongan mi cadáver, y aun en el templo durante las exequias, se ponga, a la vista de todos, un cartel grande que diga: 'EL LIBERALISMO ES PECADO' (…). Creo que uno de los venenos más activos y eficaces con que cuenta el infierno, es la mezcla de la verdad y el error, de lo bueno y de lo malo. Y este veneno es el que están tomando muchos, y dándolo a tomar a otros (…). Yo he gritado contra ese mal, y aun lo he sufrido por gritar. No me arrepiento de haber gritado. Si en ese punto tengo que arrepentirme, será de no haber gritado más"[1].

 

Había entre los católicos quienes querían contemporizar, bajar los brazos, apaciguar los ánimos; a éstos les decía:

 

"¡Animo, católicos de veras, y perseverancia en la lucha! No os dejéis engañar de los que hablan de una falsa paz. Para muchos el gran mal es perder esa falsa paz del egoísta y las ventajas materiales; para el buen católico, el gran mal es perder la Fe y ver que ésta desaparece de su tierra querida, del pueblo en que nació, acaso de los amigos del alma y de la familia amada de su corazón. Para el hombre que cree, ¿qué vale todo lo temporal, si se ven en peligro los bienes eternos para los seres que ama?".

 

Ante quienes decían que había que expulsar a Dios de las escuelas, de los lugares públicos, de la sociedad, por ser una postura intolerante y que "discriminaba" (diríamos hoy) a los que no pensaban igual, decía:

 

"¡Viva Dios!, ¡Viva Dios! en las naciones, en los pueblos, en las familias, en los individuos, ¡Viva Dios! En los Gobiernos, en los Congresos, en los Tribunales de Justicia, en las Academias, Universidades, Colegios y Escuelas. ¡Viva Dios! En la legislación, en los usos, en las costumbres, en los templos, en las calles, en el campo, en el mar, en todo y en todas partes. ¡Viva Dios! ¡Viva Dios!, podemos exclamar contra los que quieren hacerlo igual o de peor condición que a Mahoma o Confucio, proclamando la libertad de cultos en su más generosa amplitud (…). ¡Viva Dios!, pueden pronunciar nuestros labios contra todos los que quieren prescindir de Él, creyendo que la solución del problema religioso es la separación de la Iglesia y el Estado, como lo creen los liberales (…) ¡Viva Dios!".

 

Y no podía callar pues para eso era obispo, para defender a sus ovejas, así decía en sus "Cartas Pastorales":

 

"No puedo callar: soy Obispo precisamente para enseñar la verdad a mis diocesanos; soy pastor para dar a mis ovejas la voz de alerta contra los que, bajo disfraz de ovejas, pretenden introducir en mi rebaño pastos envenenados, doctrinas condenadas por la Iglesia: hablaré al menos cuando oiga que se hable contra Jesucristo o su Iglesia, sembrando entre mis hijos la duda, el desaliento y el error"[2].

"Es un error, y error funesto a la Iglesia y a las almas, transigir con los enemigos de Jesucristo y andar blandos y complacientes con ellos. Mayores estragos ha hecho en la Iglesia de Dios la cobardía velada de prudencia y moderación, que los gritos y golpes furiosos de la impiedad (…).
¿Qué bienes se han conseguido con las blanduras y coqueteos con los enemigos de Jesucristo? ¿Qué males se han evitado, pequeños ni grandes, por esos caminos? No se consigue otra cosa con esa conducta que afianzar el poder de los malos, calmando ¡Oh dolor! El santo odio que se debe tener a la herejía y al error; acostumbrando a los fieles a ver esas situaciones de persecución religiosa con cierta indiferencia".

 

Fueron varias las voces que se elevaron contra San Ezequiel para pedirle "prudencia"; le acusaban de ser perturbador del orden público y enemigo de la paz; San Ezequiel respondía:

 

"¿Que todos nuestros actos deben ir dirigidos por la prudencia? Lo concedo; pero prudencia no es ocultar la verdad sólo por no concitarse el odio de los partidarios del error (…). ¿Sería prudencia de un pastor que, por no disgustar a un lobo deja que éste entre al rebaño? Esta clase de prudencia insensata Dios a veces la tolera, pero no la bendice; la bendicen muchos sabios del mundo, pero Dios la reprueba" (…). "No teman la persecución al defender la verdad; y mueran, si es preciso, como mueren los héroes, los mártires, los confesores de la Fe".

 

Sabía que podía invadir el miedo de ser tildado de "fundamentalista", "ultramontano", loco, etc., por eso decía:

 

"Sólo un miedo está permitido a los sacerdotes y sobre todo al Obispo: el miedo que tuvo el gran Obispo San Hilario de Poitiers, y expresó con estas palabras: "Tengo miedo del peligro que corre el mundo, de la responsabilidad de mi silencio, del juicio de Dios". No tengamos otro miedo que ese de San Hilario. El miedo del peligro que corren las almas que nos están encomendadas; el miedo de la responsabilidad que nos puede caber por nuestro silencio, y el miedo del juicio de Dios, en el que se nos pedirá cuenta de si el error avanzó, de si el vicio prosperó, de si las almas se perdieron por nuestro silencio. Lluevan, pues, insultos sobre nosotros por hablar; pero librémonos de esa tremenda responsabilidad y de la terrible cuenta que nos pediría el Juez Supremo".

"La herejía no es ya un crimen para muchos católicos, ni el error contra la fe es un pecado. Proclaman la tolerancia universal y consideran como conquistas de la civilización moderna el que ya no se huya del hereje, como antes se hacía (…). Ceden del antiguo rigor en el trato con los herejes; se muestran con ellos tolerantes; los excusan muchas veces, y sólo tienen recriminaciones contra los eclesiásticos que gritan contra los errores modernos y contra los seglares que reivindican con ardor los derechos de la verdad (…) Aprecian y alaban a los espíritus moderados; a los que ponen en primer término la tranquilidad pública, aunque los pueblos vayan perdiendo la fe; a los que se conforman gustosos con los hechos consumados (…). Al decir de los mismos los que gritan ¡viva la Religión! los que dicen que van a defenderla y los que los animan son exagerados e imprudentes (…). Esos mismos católicos tienen escrúpulo, al parecer, de pedir a los Gobiernos que tapen la boca a los blasfemos y hagan callar a los propagadores de herejías; pero, en cambio, quisieran que Roma impusiera silencio a los más decididos defensores de la verdad (…) Con razón Pío IX, el grande, decía lleno de amargura el 17 de septiembre de 1861: 'En estos tiempos de confusión y desorden no es raro ver a cristianos, a católicos- también los hay en el clero- que tienen siempre en boca las palabras de término medio, conciliación y transacción'. Pues bien, yo no titubeo en declararlo: estos hombres están en un error, y no los tengo por los enemigos menos peligrosos de la Iglesia" (Cartas Pastorales)".

 

En un elogio que el santo obispo hizo a monseñor Pedro Schumacher, Obispo de Portoviejo, Ecuador, expulsado por el gobierno liberal de entonces, decía:

 

"La concesión que se hace al error, por pequeña que sea, es nueva posición que él toma, nueva avanzada, desde donde descarga más de cerca contra la verdad, y le hace más daño (…). Todo lo que sea transigir, ceder, contemporizar, sólo mostrarse blando con el error, es dar el triunfo a la revolución, pero cobardemente, sin resistir al asalto, sin luchar, como es nuestra obligación, ya que vencer depende de Dios (…). Entre el error y la verdad no puede haber paz, ni siquiera campo neutral, y que donde quiera que se encuentre, la lucha es precisa, inevitable, necesaria (…).No seremos dignos del nombre de católicos si, como Jesucristo, no somos blanco de odio y persecución por parte de los malos" (Cartas Pastorales).

"Los imitadores de Lucifer no hubieran llegado adonde han llegado en su obra de destronar a Jesucristo, si no fueran ayudados por esos católicos que llaman intransigencia a la lucha abierta contra el mal, y prefieren entrar en componendas con él. Creen los hombres que así obran, que la manera de amansar la fiera revolucionaria es concederle algo, para que pida más, y no consideran que esa fiera es insaciable. (…) No es extraño que estemos al borde del precipicio, y cayendo ya en él. Ahí nos llevan las componendas, tolerancias y cobardías. Si así seguimos (…) si no cesan las tolerancias y, sobre todo, las consideraciones tan dignas de reprobación, que se tienen con los enemigos de Jesucristo y su reinado, es posible que no esté lejos el día en que haya que decir: ¡aquí hubo católicos!..." (Cartas Pastorales).

 

Pero dejemos aquí para terminar con sus propios consejos a los católicos tibios:

 

"Hoy se encuentran muchos de esos, que dicen muy frescos: "no me meto en política; allá se las arreglen; que suba el que quiera; lo mismo me importa que manden unos, como que manden otros".

"Siendo, pues, atrevida y alarmante la actitud del enemigo, y grande el peligro para las almas, necesario es luchar con valor cristiano, si no queremos figurar en la milicia de Jesucristo como soldados cobardes e indignos de su nombre. No se trata de que cada católico coja su fusil, ni excito a nadie a que le coja, porque los enemigos no se presentan aún con fusiles; si se presentaran con ellos, entonces harían bien los católicos en coger también fusiles, y salirles al encuentro, porque, si un pueblo puede guerrear por ciertas causas justas, mucho mejor puede hacerlo para defender su fe que proporciona medios, no sólo para ser felices en cuanto cabe serlo en la tierra, sino también para conseguir la verdadera y eterna felicidad para que fue criado el hombre. Si no hubiera derecho para guerrear en este caso, no lo habría en ningún otro, porque todos los otros justos motivos que puede haber, son muy inferiores al de la conservación de la fe de un pueblo que se halla en posesión de ella.

Pero, no se trata de la lucha de sangre, repito, ni excito a ella ¡Ojala no la veamos nunca! Sólo digo que en vista de cómo el liberalismo se propaga, y de la altivez y arrogancia con que se presenta, superiores e inferiores, eclesiásticos y seglares, jóvenes y ancianos, ricos y pobres, hombres y mujeres, todos estamos en el deber de defender nuestra fe de la manera lícita que cada uno pueda, y de luchar contra el liberalismo, impedir su propagación, y acabar, si es posible, con sus doctrinas y sus obras.

Hoy el combate religioso lo presenta el enemigo en el terreno político. A ese terreno hay que acudir, pues, con valor y decisión, para que los mandatarios sean católicos, católica su manera de gobernar los pueblos, o sea su política. La Iglesia no hace ni puede hacer suyas las candidaturas liberales, y el que da el voto por ellas peca y ofende a Dios.

Podemos también oponernos al error y luchar contra él con la palabra, o sea, no callando, cuando en nuestra presencia se hable contra nuestra santa ReligiónEl que sepa escribir, puede combatirlo oponiendo doctrinas íntegramente católicas, a las doctrinas impías o de medias tintas. Todos podemos hacer algo contra el error con el buen ejemplo; viviendo como buenos católicos; y también con la oración rogando a Dios con fervor, que ilumine a los ciegos, que traiga al buen camino a los que andan descarriados, y sostenga a los buenos en la fe, y en la práctica de las virtudes cristianas".

 

Hasta aquí el santo obispo, santo por su vida y su doctrina.

El liberalismo es un virus que puede infiltrarse en nuestras venas, en las venas de cualquiera, de allí que tengamos que estar prevenidos para inocularnos contra este error fatal que es, en definitiva, un intento por destruir la verdad.

Que no te la cuenten...

                                                                                P. Javier Olivera Ravasi, SE

[1] La mayoría de estas citas están tomadas de la revista Tradición Católica nº 89 (Junio-1993).

[2] San Ezequiel Moreno. Instrucción Pastoral. Pasto 24 de Julio 1899.

EL CORAZÓN DE JESÚS, FUENTE DE EVANGELIZACIÓN DE LOS POBRES. PRIMERA HOMILÍA DE MONSEÑOR Francisco Cerro Chaves, Arzobispo de Toledo y Primado de España

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29/02/2020

Homilía de Mons. Francisco Cerro Chaves, Arzobispo de Toledo y Primado de España

 

Mons. Francisco Cerro Chaves, Arzobispo de Toledo y Primado de España, ha pronunciado su primera homilía como Pastor de la Archidiócesis de Toledo.

 

EL CORAZÓN DE JESÚS, FUENTE DE EVANGELIZACIÓN DE LOS POBRES

Queridos hermanos: Son muchos los que me preguntan cuáles serán mis retos pastorales, mis planes, mis proyectos, los sueños de mi corazón de pastor. Se llama anunciar y vivir a Jesús que me lanza a evangelizar a los pobres. Fue en esta catedral primada donde recibí mi ordenación sacerdotal de manos de don Marcelo. Fuimos siete los que nos ordenamos el 12 de julio de 1981. Mis compañeros de ordenación están hoy aquí.

Siempre me ha encantado la antífona de la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús: "Los proyectos de su Corazón subsisten de edad en edad". Estos días, rezando y con el alma vuelta al Señor meditaba el Evangelio, que es el mismo que eligió Don Braulio en su entrada en la Archidiócesis de Toledo: "No tengas miedo, hombre de poca fe". A don Braulio le agradezco su acogida y su "enseñarme" a ser un pastor abierto y prudente.

Mi corazón se vuelve hasta mi querida diócesis de Coria-Cáceres a sus sacerdotes, diáconos permanentes, vida consagrada y laicos, que tanto me han enseñado y ayudado a ser pastor. Volvía de obispo a mi tierra de origen desde la archidiócesis querida de Valladolid donde, precisamente, estaba don Braulio de arzobispo, un pastor del Vaticano II, cercano a todos y el Corazón de Jesús fue allí el laboratorio donde descubrí que la fuente de evangelización de los pobres brota de ese Corazón "que tanto ha amado" y que espera nuestra humilde respuesta de Amor. Cuentan que el Papa Juan Pablo II le dijo a un obispo al que le costaba cambiar de Diócesis: "Señor Obispo, cambia usted de lugar, pero no de Esposa, que sigue siendo la misma Iglesia que camina en esta tierra con este querido pueblo de Dios". Vuelvo a Toledo, mi casa. Me siento cercano a todos. No considero lejano a nadie.

Tres han sido las claves de mi vida recogidas en mi lema episcopal y que me consta que son más actuales que nunca. Me uno a la fecunda labor pastoral desarrollada por los arzobispos que hubo en Toledo, recordando a los últimos: don Marcelo, don Francisco, don Antonio Cañizares y don Braulio, todos ellos me animan a continuar por el camino que han seguido de tener el Corazón de Jesús como fuente de evangelización de los pobres.

Fue el cardenal Sancha el que, al final del siglo XIX, consagró Toledo al Corazón de Jesús. Don Antonio Cañizares renovó la consagración de esta Archidiócesis al Corazón de Jesús y sigo humildemente por este camino de ser continuador de la "Civilización del Amor".

1. EL Corazón de Jesús, siempre me condujo al AGRADECIMIENTO. Instalarse viviendo en la queja es apostar por no ser santo ni feliz nunca. El Señor es mi Pastor nada me puede faltar. No es que no me falte nada ahora, es que nada me puede faltar nunca. Vivo muy agradecido al Papa Francisco, por mi elección como arzobispo de esta Archidiócesis de Toledo tan querida y a la que tanto debo.

Recuerdo a un obispo latinoamericano que nos contaba cómo había descubierto el Amor del Corazón de Jesús. Decía, no sin cierta gracia, que siendo pequeño era muy trasto, de tal manera que cuando su madre no sabía qué hacer con él le enviaba al salón de la casa donde tenían entronizado un Sagrado Corazón. El niño lo miraba, se reía, incluso le parecía estar divertido delante de la imagen. Un día, ya obispo, le preguntó a su madre que por qué actuaba así con él. Pues cuando más merecía el rechazo y trato duro con él, su madre le llevaba a aquel lugar donde Jesús le miraba con cariño, con afecto y comprensión. Nunca le juzgaba, jamás se cansaba de él, era siempre fuente de esperanza. Entonces, su madre le dijo: "Hijo mío, era eso lo que yo quería que descubrieras, lo incondicional del Amor de Dios, eso se llama Corazón de Jesús y cuando ni nosotros nos aguantamos ni nos aceptamos y tiramos mil veces la toalla, Él nos sigue amando y sigue esperándonos para darnos un abrazo de paz y misericordia.

El Corazón de Cristo es siempre el Amor del Padre manifestado en un corazón humano. Formado por el Espíritu Santo en las entrañas virginales de María, a la que con tanto amor y sabiduría escribió y cantó, en su famoso tratado, el gran San Ildefonso de Toledo, patrono de esta Archidiócesis.

El Corazón de Jesús siempre me ha llevado a vivir agradecido como único camino para encontrar la paz y la alegría en medio de las dificultades de la vida. Instalándonos en la queja colapsamos la acción de Dios en nuestra vida.

Los sacerdotes, los seminaristas, la vida consagrada, las familias, los laicos, deben vivir en el agradecimiento como nos hace vivir la Eucaristía, que es Acción de Gracias, pues nada ni nadie, nos podrá apartar del Amor de Dios. Este agradecimiento es fuente de alegría.

2. Fuente de Evangelización que siempre me llevó a la confianza. La confianza de que Dios construye desde nuestra pobreza. Este es mi proyecto pastoral, una evangelización con corazón. Sería terrible y sin presente ni futuro que se tratara de evangelizar sin corazón, sin vivir con los sentimientos del Corazón de Cristo (Filipenses, 2, 5). Decía Martín Descalzo que lo mejor que se puede decir de una persona es, "¡vaya corazón que tienes!" y lo peor es, que "¡no tiene corazón!".

Saludo a los vallisoletanos, donde pasé casi 20 años como sacerdote y me siento deudor con su Archidiócesis tan bendecida por el Corazón de Jesús en su gran y humilde servidor, bueno y justo Padre Hoyos, que recibió la promesa de que "reinaría en España y con más veneración que en otras partes".

Vivo con gozo mi entrada en Toledo y sólo pretendo servir como pastor de una Archidiócesis milenaria con santos pastores, obispos, sacerdotes, laicos y mártires. Con una vida consagrada activa y contemplativa, institutos seculares, vírgenes consagradas y laicos muy formados, como se ha comprobado en el reciente Congreso de Laicos, convocado por la Conferencia Episcopal. Con la profunda llamada que hizo el Vaticano II de transformar el mundo según el Corazón de Dios porque, como dice el Papa Francisco, sabemos que otro mundo es posible. Hay que salir hoy y siempre a evangelizar las periferias, a los que viven en las intemperies, a los emigrantes, a los refugiados, a los que no tienen hogar.

Una evangelización con corazón brota de la confianza de que "sabemos de quién nos hemos fiado y estamos persuadidos de que el Señor llevará a buen término la obra que empezó en nosotros".

Todos los mejores planes pastorales, sinodalidad, las mejores genialidades de nuestra pastoral, las obras más creativas de la evangelización, no tienen vida ni futuro, si no tienen corazón.

Evangelizar con confianza es evangelizar con corazón, es decirle a cada persona que te encuentras en el camino de la vida, con tus palabras siempre, que Dios te ama y quiere para nosotros lo mejor. No es un Dios contra nosotros, es una Dios con nosotros.

Con esta confianza brotaron en esta Archidiócesis misioneros para América, en la prelatura de Moyabamba, en Lurín, en casi toda América latina, en África y en Asia.

Ante la situación de conflictos, de tensiones, de paro, de emigración que vivimos en los momentos actuales, sobre todo, entre los jóvenes, también del desprecio a la vida, solo podemos hacer frente evangelizando con hombres y mujeres que viven la alegría que brota de la Santísima Trinidad y en la familia de la Iglesia, que nos quiere de verdad por encima de ideologías. Animo a todos los que se dedican a la enseñanza, en nuestros colegios, a los profesores cristianos, a los profesores de Religión a que formen personas que hacen frente al mal con el bien.

3. Los pobres y necesitados que me han llevado siempre a la profunda humildad del corazón. Recordemos lo que decía don Quijote a Sancho: "No olvides tus orígenes humildes". La Iglesia si es fiel a Jesús, es siempre buena noticia para los pobres.

Cuando el Papa Francisco se presentó a los presos, a los encarcelados en Panamá les dijo: "Yo también soy pecador y necesito de la misericordia del Señor. También, yo necesito ser perdonado". Me ayuda en esto la dinámica de las Bienaventuranzas que, como decía el Papa Francisco, son las notas de identidad del cristiano.

Una Iglesia que no acoge todas las formas de pobreza de nuestra humanidad no es la de Jesús. Pobre es todo el que carece de amor, decía Teresa de Calcuta. La Iglesia existe para presentar y ofrecer a Jesús Redentor de los hombres y mujeres. Como el que tiene su Corazón abierto y es Hogar para todos los que sufren. Si les falla la Iglesia a los pobres ¿adónde van a acudir? Si no somos nosotros hogar para los que viven en todas las intemperies, en todas las periferias de nuestra vida, no seremos coherentes con el Evangelio de Jesús. A través de Cáritas, Manos Unidas y de tantas otras Instituciones, la Iglesia sirve a los pobres que, como dice San Vicente de Paúl, "son nuestros señores y a los que tenemos que servir".

Pongo todo mi ministerio pastoral bajo la mirada cariñosa de la Virgen del Sagrario, de Toledo y de la Virgen del Prado de Talavera y bajo todos los mártires que entregaron su vida aquí, en esta archidiócesis y todos los pastores santos, testigos del amor de Jesús entre nosotros.

Anuncio con gozo que estamos celebrando el jubileo del Cristo de Urda y con Él me uno a todas las devociones populares (la fe de mis mayores), a las cofradías y hermandades y, también, anuncio el XX Año Jubilar de Guadalupe donde estaré siempre presente como pastor peregrino.

 

FRANCISCO CERRO CHAVES

Arzobispo de Toledo y Primado de España

CON LO QUE NOS QUEDA. La chispa de Antonio Rojas en honor al violinista Itzhak Perlman

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CON LO QUE NOS QUEDA

 

En esta vida, mientras seas capaz de respirar,

todavía tienes una oportunidad.

-Cicely Tyson-

 

Hay una historia que recorre Internet desde hace unos años y tiene que ver con Itzhak Perlman, un excepcional violinista israelí de nuestra época (Tel Aviv ─Israel─ 1945). Es solo una historia; algunos dicen que nunca ocurrió, otros dicen que es una leyenda urbana, otros cuentan que se publicó en el New York Times y que es totalmente verídica. Para mí, el mensaje es lo importante y hoy, más que nunca, su vigencia es completa.

 

Cuando era niño, Itzhak contrajo la polio y su movilidad quedó muy reducida de por vida. Las muletas le han acompañado desde entonces.  Cada vez que Itzhak da un concierto junto con una gran orquesta, entra en el auditorio lentamente, con signos de fatiga y dolor, hasta finalmente lograr colocarse en su sitio. Lo que para los demás músicos es muy sencillo, llegar andando a su sitio en el escenario, para él es muy difícil. Y, al contrario, lo que para la gran mayoría de nosotros es tremendamente difícil, tocar el violín, para Itzhak parece muy sencillo.

 

Cuenta la historia que, en un destacado concierto, ocurrió algo muy desafortunado: al poco tiempo de comenzar el concierto, una de las cuatro cuerdas del violín se rompió con un tremendo chasquido.

 

La orquesta dejó de tocar inmediatamente, el público enmudeció y el director de orquesta quedó paralizado. Itzhak cerró los ojos, se quedó en silencio unos segundos y, acto seguido, le hizo una señal al director y la pieza musical arrancó donde se había quedado.

 

Itzhak puso toda su pasión en interpretar la obra con solo tres cuerdas, y, al finalizar, se secó el sudor de la frente mientras se dirigió al público con estas palabras: ¿Saben ustedes? en ocasiones el artista tiene la obligación de descubrir cuánta música puede aún hacer con los recursos que le quedan.

 

Itzhak nos enseñó a todos, esa noche, una gran lección que es aplicable a muchos ámbitos de la vida:

 

No te concentres en lo que has perdido; concéntrate en lo que te queda, en todo lo que puedes hacer con los recursos que tienes ahora.

 

         Cuando tus cuerdas se rompan, haz como Itzhak, sigue adelante con fe. Los sueños y el triunfo están delante de ti, y si paras, nunca los alcanzarás, porque no lo olvides: Victoria es el arte de continuar cuando otros deciden parar.

 

         Y es que a pesar de las cuerdas que se nos rompan, cosa natural con el paso del tiempo, como cristianos consecuentes y ciudadanos positivos, estamos obligados a dar lo mejor de nosotros con lo que nos queda.

EL MICROAPOCALIPSIS DEL CORONAVIRUS. Carlos Díaz, filósofo personalista comunitario

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EL MICROAPOCALIPSIS DEL CORONAVIRUS

 

Ayer regresé de presentar mis Memorias de un escritor transversal en Extremadura. En Badajoz quince personas sin ritmo, y en Zafra seis, pues el coronavirus hace estragos en cuanto al miedo. Vendimos cuatro libros, en un viaje en autobús arrastrando maleta y sin interlocutores, amén de haberme tenido que pagar los gastos de desplazamiento. De eso no me quejo, porque las cosas son así y porque no soy autor de éxito.

Mi hija Esperanza, catedrática de medicinas en la universidad noruega de Bergen, por el mero hecho de regresar del Perú a donde había ido por motivos profesionales, sin tener fiebre ni sentirse mal, ha sido puesta (¡ella y su familia!) en cuarentena en el país nórdico. Todo el mundo está apanicado. Obviamente, tampoco en España habíamos vivido una situación similar; yo tampoco, claro está, y todos andamos aún un poco asombrados por la magnitud del imprevisto.

Para mí este nuevo microapocalipsis está siendo la confirmación de una realidad y por ese motivo no me sorprende lo más mínimo: la gente a lo único que le teme, lo único que le preocupa es la salud y por supuesto la muerte. Nada de las cosas postmortales y más profundas reflexivamente que planteamos nosotros en vida tiene verdadera fuerza de alcance, si acaso lo que nosotros planteamos les preocupa tal vez en un segundo plano muy lejano, y casi como un divertimento. Poco le importa a mi vecino el coronavirus de su corazón infectado por los excesivos miasmas del ego y del mi. Poco le importa al pueblo el coronavirus ecológico que nos mata, e incluso muchos ni lo tienen en cuenta.

Ya estoy viendo a los más prepotentes y a los más postureros lloriquear (se cagan en dios y en la virgen, pero están encacados ellos mismos antes de que el virus se cague en ellos), agazapados en su rincón implorando más mascarillas y más vacunas, más médicos y más ventiladores y más respiraciones asistidas, temiendo por el desabastecimiento de los alimentos que los más avispados piratas ya se han llevado de los almacenes hasta dejarlos completamente vacíos. ¡Tanto sacar pecho sobre el futuro del postántropo y el advenimiento del metántropo y un pequeño virus  -"tan pequeñito que si se cae de la mesa se mata", como dijo aquel ministro de sanidad ante otra crisis sanitaria en tiempos de Adolfo Suárez- podría tumbar al homo sapiens!

Y ya me imagino lo que estarán haciendo los encuarentenados forzosos: hablar como posesos por el teléfono móvil y cuchichear sobre el miedo de los vecinos. ¡La cantidad de separaciones de parejas que va a ver después de llevar cuarenta días aislados y sin salir de casa! ¿Qué van a decirse ahora, cuando nunca supieron decirse antes de estos tiempos del cólera?

No me imagino a Jahvé lanzando plagas de coronavirus infecto-contagiosos sobre la humanidad, pero desde luego nos lo mereceríamos sobradamente. La pregunta sería cómo podríamos cruzar ahora el Mar Rojo del "empoderamiento" para liberarnos del "debiulitamiento", cuando el único que se apodera de esta frágil barquilla es el virus "extranjero" (Reagan dixit).

Dicen que en la cama y en el juego se conoce al caballero, eso decían al menos; en la realidad de hoy, sin caballeros pero con mucha yeguada, es en el coronavirus donde se prueba la medida del hombre. El coronavirus es la medida de todas las cosas, de las que son en tanto que son, y de las que no son en tanto que no son. 

Por lo demás, a ver cómo afrontan ahora la realidad los defensores de la postverdad: si la verdad no es verdad, va a ser que la verdad sí es verdad, y que la verdad la tiene el coronavirus. Contra la verdad vivíamos mejor, pero con el coronavirus, sin esa la verdad negada, morimos más: la muerte existe y el fugitivo será por ella alcanzado antes de que le dé tiempo a escapar. Y si esto parece duro, más duro es el coronavirus.

Carlos Díaz

FE Y CULTURA EN EL PROCESO EVANGELIZADOR DE AMÉRICA Y PERÚ

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FE Y CULTURA EN EL PROCESO EVANGELIZADOR DE AMÉRICA Y PERÚ

 Historia del Perú. Del Perú Antiguo al Contemporáneo UCSS, Lima, 2012, pp.  121-142 

José Antonio Benito Rodríguez

 

1.    Introducción

 

La Iglesia del Perú, como la Iglesia entera, es una roca, pero una roca que navega. Firme, resistente, pero no está quieta, camina, navega... Como antaño los cruzados medievales al grito de ¡Dios lo quiere!, o los navegantes misioneros ¡avanti y Dios nos valga!, los fieles cristianos del tercer milenio, todos nosotros, pueblo de Dios en camino, cuerpo de Cristo prolongado, nos sentimos lanzados a la gran misión continental tras la campanada de Aparecida. Dos mil años de rica historia nos sostienen, una realidad presente dramática nos cuestiona, una esperanzadora meta nos estimula con nuevo ardor. Juan Pablo II, al comenzar el Nuevo Milenio, formuló un deseo que les propongo como objetivo prioritario en el presente curso:

                                            

«¡Duc in altum! Esta palabra resuena también hoy para nosotros y nos invita a recordar con gratitud el pasado, a vivir con pasión el presente y a abrirnos con confianza al futuro: «Jesucristo es el mismo, ayer, hoy y siempre» (Hb 13,8)" (1-1-2001)

 

2.    Quinientos años de la Iglesia en América y el Perú

 

Tratamos de realidades, acontecimientos, no de ideas y menos de ideologías Y está claro que –como muy bien dice el sínodo "Ecclessia in America""el mayor don que América ha recibido del Señor es la fe, que ha ido forjando su identidad cristiana. Hace ya más de quinientos años que el nombre de Cristo comenzó a ser anunciado en el Continente. Fruto de la evangelización, que ha acompañado los movimientos migratorios desde Europa, es la fisonomía religiosa americana, impregnada de los valores morales que, si bien no siempre se han vivido coherentemente y en ocasiones se han puesto en discusión, pueden considerarse en cierto modo patrimonio de todos los habitantes de América, incluso de quienes no se identifican con ellos". ¿Qué sucedería si quitásemos todos los referentes culturales cristianos en América? ¿Su arte (arquitectura, escultura, pintura, joyería), música, literatura? Sencillamente, América desaparecería, no sería.

 

No he encontrado nada más completo y bello para caracterizar esta nueva realidad de la América cristiana, evangelizada que las palabras del Papa Benedicto XVI en la sesión inaugural de la V Conferencia el pasado mayo del 2007: ¿Qué ha significado la aceptación de la fe cristiana para los pueblos de América Latina y del Caribe? Para ellos ha significado conocer y acoger a Cristo, el Dios desconocido que sus antepasados, sin saberlo, buscaban en sus ricas tradiciones religiosas. Cristo era el Salvador que anhelaban silenciosamente. Ha significado también haber recibido, con las aguas del bautismo, la vida divina que los hizo hijos de Dios por adopción; haber recibido, además, el Espíritu Santo que ha venido a fecundar sus culturas, purificándolas y desarrollando los numerosos gérmenes y semillas que el Verbo encarnado había puesto en ellas, orientándolas así por los caminos del Evangelio. En efecto, el anuncio de Jesús y de su Evangelio no supuso, en ningún momento, una alienación de las culturas precolombinas, ni fue una imposición de una cultura extraña. Las auténticas culturas no están cerradas en sí mismas ni petrificadas en un determinado punto de la historia, sino que están abiertas, más aún, buscan el encuentro con otras culturas, esperan alcanzar la universalidad en el encuentro y el diálogo con otras formas de vida y con los elementos que puedan llevar a una nueva síntesis en la que se respete siempre la diversidad de las expresiones y de su realización cultural concreta…La utopía de volver a dar vida a las religiones precolombinas, separándolas de Cristo y de la Iglesia universal, no sería un progreso, sino un retroceso. En realidad sería una involución hacia un momento histórico anclado en el pasado. La sabiduría de los pueblos originarios les llevó afortunadamente a formar una síntesis entre sus culturas y la fe cristiana que los misioneros les ofrecían. De allí ha nacido la rica y profunda religiosidad popular, en la cual aparece el alma de los pueblos latinoamericanos… Todo ello forma el gran mosaico de la religiosidad popular que es el precioso tesoro de la Iglesia católica en América Latina, y que ella debe proteger, promover y, en lo que fuera necesario, también purificar.

 

3.    Características de la Evangelización Americana

 

a)    Doble objetivo: difundir el Evangelio y la incardinación política de los nativos en el sistema hispánico como consecuencia. Tal duplicidad fue practicada tanto por la Iglesia como por la Corona. De hecho, podemos constatar que el proceso de civilización, promoción o transculturización del nativo fue simultáneo como medio de preparación para el cristianismo.

 

b)    Amplitud geográfica: Desde la ciudad de San Francisco en USA hasta el archipiélago chileno de Chiloé; desde las islas Malvinas hasta Carolina del Sur en USA. El límite norte, por tanto, iría desde San Francisco, Colorado, Nuevo México, Texas, Florida y Georgia hasta Carolina del Sur.

 

c)    Brevedad cronológica: 1492-1824. Como el convento de Ocopa o para los Andes como la Recoleta franciscana de Arequipa.

 

d)    Escaso número de evangelizadores. Éste llegó en algunos momentos a la cifra de 20.000.

 

e)    Continuidad. Unidad sustancial del proceso a lo largo de todas las etapas pese a la inmensidad territorial y la heterogeneidad de evangelizadores y métodos.

 

f)     Protagonismo de Órdenes Religiosas. La Corona permitió, básicamente, a seis congregaciones participar en el anuncio del Evangelio: Agustinos, Dominicos, Mercedarios, Franciscanos, Jesuitas y Capuchinos.

 

g)    Libertad frente a la autoridad civil. Profetismo de los evangelizadores que les llevó a oponerse a la normativa oficial cuando les parecía mal o a las conductas reprobables en los españoles, criollos y mestizos. Al mismo tiempo, es notoria la defensa sistemática de los naturales de América (desgraciadamente no acompañada en el mismo vigor hacia la población negra).

 

4.    Organización

 

4.1. Eclesiástica

 

a)    Santa Sede. Con la bula Inter Coetera de 1493 de Alejandro VI se concede América a los Reyes con la condición de que evangelizaran. La Santa Sede queda de algún modo marginada delegando en los Reyes la empresa.

 

b)    Episcopado. Es el verdadero artífice de la organización y creación de la Iglesia en el Nuevo Mundo. Su labor se refleja en los numerosos concilios provinciales y sínodos diocesanos convocados, así como en las visitas pastorales y fundaciones (pueblos, seminarios, hospitales). En la selección de los candidatos se tenía en cuenta: su formación teológica, su experiencia de gobierno y su ejemplaridad de vida.

 

c)    Diálogo entre los dos cleros. Superiores de Órdenes misioneras en contacto con los Obispos.

 

 

 

 

4.2. Civil

 

La Corona Española era la suprema rectora debido a las facultades otorgadas por el Real Patronato o Vicariato Regio, que degenera en Regalismo sobre todo con los Borbones. A través del Consejo de Indias o funcionarios indianos intervenía en todos los aspectos excepto los sacerdotales: selección y envío de misioneros, distribución, alimentación, construcción de iglesias. Era un arma de doble filo pues podía llevar a uno de los extremos: el regalismo o la teocracia. Gracias al equilibrio y buen entendimiento de virreyes y obispos, dará buenos frutos.

 

4.3. Territorial

 

a)    Territorios compartidos. De 1493 a 1573 –lapso durante el cual diversas órdenes religiosas cumplían sus funciones en un mismo ámbito- predominaron éstos conjugando la evangelización de españoles y criollos con la de los indios.

 

b)    Territorios de evangelización exclusiva. De 1573 a 1824 predominaron éstos, responsabilizándose cada Orden de una región misional en exclusiva.  Los espacios de evangelización de indígenas se denominaron Misiones o Reducciones (en los primeros momentos) que posteriormente se convertirían en Doctrinas o Parroquias de Indios.

 

Hasta 1 546 el metropolitano fue el arzobispo de Sevilla. En 1546 se crearon los arzobispados de Santo Domingo, México y Lima. En 1824 se añaden 5 arzobispados más y 36 obispados. Las diócesis estaban integradas por parroquias (españoles o criollos) y doctrinas (indios, mestizos o negros).

 

4.4. Personal

 

Las Órdenes misioneras estuvieron constituidas por los franciscanos (desde 1493), mercedarios (1493), dominicos (1510), agustinos (1532), jesuitas (1566) y capuchinos (1647). La mayor parte de los evangelizadores fueron enviados directamente por España y a costa de la Real Hacienda: 16 000 religiosos hispanos y 1 000 extranjeros aproximadamente. Con los religiosos colaboraron los indígenas (sobre todo los niños), miembros del clero diocesano y algunos seglares españoles.

 

4.5. Asambleas Jerárquicas: Juntas, Concilios, Sínodos

 

a)    Juntas eclesiásticas. Se trató de reuniones de las fuerzas vivas empeñadas en la evangelización, sin mucha formalidad jurídica, y con el fin de evaluar el proceso evangelizador en aras de una mayor fidelidad y eficacia evangélicas. Tiene como base el concilio de Jerusalén en el año 52. Las más importantes se celebraron en México: 1524, 1532, 1535, 1536, 1537, 1539-40, 1541, 1544, 1546. Hubo otra en Honduras, Gracias a Dios, y en Lima, 1545.

 

b)    Concilios. Se dio la norma de celebrarse cada tres años. La edad dorada se sitúa entre 1550 y 1630: Lima, 5; México, 3; Santo Domingo, 1; Santa Fe de Bogotá 1; La Plata o Charcas, 1. De ellos sólo recibieron la doble aprobación regia y pontificia el I y el III de México y el III de Lima.

En el siglo XVIII se celebraron algunos concilios que recogen la presión regalista del momento.

 

c)    Sínodos. Según la Recopilación de leyes de los Reinos de las Indias de 1681 se ordena que en los arzobispados y obispados de América se celebraran cada año sínodos diocesanos y que las autoridades civiles (virreyes, presidentes de Audiencia, gobernadores) debían recordárselo a los prelados. Antes de la celebración, el obispo solía visitar la diócesis para informarse del estado de la misma; en segundo lugar, se convocaba a todo el clero con cura de almas y a los superiores de las órdenes religiosas apostólicas. Como dice el experto A. García el "mérito y la limitación de los sínodos consiste precisamente en que no intentan nunca tejer un elogio de nadie ni de nada, sino poner de relieve lo que es digno de corrección, mientras que no pocas de las restantes fuentes encierran el propósito de dar buena imagen de la propia persona o institución". Entre los temas tratados están los estrictamente pastorales como los relacionados con los sacramentos pero también de carácter etnohistóricos como las creencias y supersticiones, la evaluación de la evangelización y catequesis. Tratan de aplicar a cada diócesis lo que disponían los concilios provinciales.

 

5.    Dificultades y Ventajas en la Evangelización

 

1.1.        Factores Adversos

 

a)    Naturaleza. orografía, vegetación, ríos, clima, fauna peligrosa

 

b)    Dispersión demográfica

 

c)    Indigencia de la población indígena. vivienda pobre, alimentación escasa y extraña para el misionero europeo, falta de higiene

 

d)    Oposición de los hechiceros

 

e)    Violencia anticatólica. Rebeliones o ataques de los indios que llevan a la destrucción de las misiones, muertes de los misioneros, temor en los neófitos

 

f)     Mal ejemplo de los civiles españoles y criollos. Guerras civiles en Perú, abusos de encomenderos,  conquistadores, corregidores, etc.

 

g)    Mal ejemplo de los religiosos. Conflicto con la jerarquía civil o eclesiástica o con otras Órdenes; actividades desedificantes en lo moral o económico por parte de alguno.

 

h)    Oposición de los líderes tradicionales. Los caciques arrastran, en ocasiones, a sus "súbditos" y los disuaden de incorporar rasgos de la cultura europea.

 

1.2.        Factores Favorables

 

a)    Protección oficial de la evangelización

·         Colaboración de las autoridades civiles con el misionero

·         Protección militar

·         Sostenimiento económico

·         Prohibición oficial de prácticas anticristianas

·         Leyes pro evangelizadoras

 

b)    Idiosincrasia de los naturales. Religiosidad, docilidad, admiración por el misionero

 

c)    Carisma del evangelizador. Selecto, voluntariedad, austeridad, amor al indio, alto nivel intelectual y moral, diferente (aun en lo exterior) del colono

 

1.3.        Factores Mixtos

 

a)    Condición del indio. Nivelintelectual, desarrollo moral, convicción en sus creencias ancestrales.

 

b)    Naturaleza del cristianismo. Estructura dogmática, anuncio amor, belleza del culto, seguridad en el matrimonio, perspectivas de inmortalidad y felicidad eternas, satisfacción de necesidades innatas del hombre, elevación filosófico-teológica incomprensible a veces para los naturales, moral exigente, presentación de los misterios de la revelación.

 

c)    Conquistas armadas. Sometimiento de territorios y personas, resentimiento de los indios por los daños causados.

 

d)    Sistema virreinal. El nuevo orden político, social y económico va a facilitar, en algunos casos, la satisfacción de necesidades materiales al indio pero lo priva de identidad.

 

e)    La lengua. difusión de las lenguas generales y fáciles de aprender para un europeo culto; la variedad de idiomas, carencia de escrituras, fonética extraña.

 

f)     La idolatría. La destrucción de la idolatría practicada por los misioneros que demostraba la impotencia y falsedad de los dioses, pero la posible irritación de los paganos.

 

6.    Métodos Misionales en la Cristianización

 

6.1. Elaboración de la Metodología Misional

 

6.2. Presupuestos de los que parten los misioneros

 

a)    La racionalidad del indio y su capacidad intelectual presentan deficiencias para comprender el cristianismo.

 

b)    Es necesario elevar a los indígenas humanamente como condición "sine qua non" para cristianizarle.

 

c)    La conversión del indígena es voluntaria aunque se le obligase a asistir a la catequesis.

 

d)    El carácter infantil del indígena exige amor y protección.

 

e)    Mientras los indígenas no aprendiesen el castellano había que predicarles en su lengua para ser fieles al mensaje y lo comprendiesen mejor.

 

f)     Si no se convertían los caciques no lo harían los subordinados.

 

g)    El futuro del cristianismo estaba en los niños y de su educación debía hacerse cargo el misionero.

 

h)    El colono español o criollo a veces perjudicaba por su mal ejemplo.

 

6.3. Sistemas de Difusión

 

6.3.1. La Espada (El Sector Civil)

 

Debemos comenzar citando la labor de los Reyes: Isabel la Católica, Carlos I, Felipe II.y su papel protector y vicarial respecto a la Iglesia de América y que se concreta en leyes, instituciones, vida de la que forman parte muy directa los virreyes y otros "funcionarios" reales. Baste con citar la ley de la Recopilación de Indias: "...el fin principal que nos mueve a hacer nuevos descubrimientos es la predicación de la Santa Fe Católica". Más allá de la confesionalidad estatal al uso entre las naciones protestantes, España propugnó un estado misional haciendo de "la difusión de la fe el primero y principal fin del gobierno temporal de las tierras y pueblos de ultramar sometidos a su poder". Gómara: "Quien no poblare, no hará conquista; y no conquistando la tierra, no se convertirá la gente; así que, la máxima del conquistador ha de ser poblar."

 

a)    Ortodoxia. El conquistador nunca pone en duda sus creencias en el más allá; la herejía le repugna.

 

b)    Providencialismo. Dios mueve las acciones de todos los hombres, especialmente en los trances difíciles. A Dios atribuyen los favores y victorias. Les libra de los peligros. Creen en el milagro.

 

c)    Confianza y esperanza en Dios.Éstas son experimentas no por los méritos personales de los conquistadores sino por el fin que persiguen de servir a Dios y al rey.

 

d)    Apostolado. Sienten la responsabilidad de preparar el camino al misionero o de ser él mismo el evangelizador: Una forma concreta fue destruir los ídolos, aun a costa de su propia vida, como acto de servicio a los indios al quitar un culto en el que el sacrificio humano era habitual. Y esto de forma natural como atinadamente destaca R. Escobedo: ¿Es esto un panegírico del conquistador y la conquista? No. Ni mucho menos. Los primeros pobladores indianos [...] hombres de fe recia y vida rota, no se trasladan a las nuevas tierras movidos por ideales proselitistas; les mueven razones más prosaicas, el deseo de riquezas y de honores o simplemente de aventuras. Pero una vez en América, en ese contacto estrecho con las masas indígenas, vital, espontáneo, y por [...] su honda y sincera convicción religiosa, el sentido providencialista e incluso un sentimiento de superioridad cultural, les llevan de forma natural a tratar de ganar a los indígenas a su propia fe.

 

e)    Se ve esta interdependencia en las funciones de los virreyes, representantes personales y directos del rey:

·         Espiritual: evangelización

·         Política: Gobierno, administración y justicia

·         Promocional: Buen trato de los indios

·         Financiera: Buen recaudo, administración, cuenta y cobranza de la Real Hacienda.

·         Militar: Capitán general.

 

6.3.2. La Reducción

 

El escaso número de agentes y la dispersión de los indios motivó la necesidad de congregar a los nativos en pueblos para potenciarles humanamente y evangelizarlos. Las reducciones serán tanto el nombre dado al proceso de congregación como al poblado resultante. Destacaron las de los Jesuitas como modelo de inculturación, respeto de sus costumbres y difusión del evangelio.

 

6.3.3. La Lengua. Inculturación

 

Tres fueron los métodos fundamentales que pusieron en práctica en el aprendizaje de las lengua nativas. El primero consistió en que, antes de dedicarse a la evangelización, los nuevos misioneros invirtiesen un tiempo con los veteranos que ya dominaban el idioma, como lo hacían, por ejemplo los franciscanos de Venezuela hacia 1690. El segundo, en aprenderlo en centros misionales situados en la retaguardia de la evangelización, teniendo por profesores a los misioneros que habían trabajado ya entre los indios. A esta modalidad pertenecen, los centros de lenguas Jesuíticos de Pátzcuaro y Tepotzotlan; los 17 colegios de misiones fundados por los franciscanos en toda América entre 1683 y 1816 en las que se impartía una clase diaria de idiomas indígenas; la casa seminario de los capuchinos en Trinidad en 1707, e incluso las cátedras universitarias que existieron para este fin. El tercer sistema de aprendizaje consistió en que los propios indígenas ejercieran de profesores de los futuros misioneros.

6.4. Promoción Humana y Beneficencia

 

El indio, para ser cristiano, necesitaba ser hombre. Ello suponía el abandono de sus costumbres "ferinas" o salvajes y la práctica de las propias de una sociedad civilizada. Esa "policía" o vida civilizada venía a coincidir con la adquisición de los hábitos de la sociedad occidental. Esta transculturación supuso:

 

a)    Lucha contra el paganismo. La supresión de prácticas contra natura (sacrificios humanos, borracheras, desnudez, nomadismo, poligamia...) o anticristianas (idolatría, guerras tribales...)

 

b)    Conservación de elementos compatibles con la cultura europea. Persistencia de jerarquías sociales indígenas (cacicazgo, nobleza y la plebe).

 

·         El gobierno municipal de acuerdo a las tradiciones nativas.

·         Vestimenta o calzado (no la desnudez).

·         La supervivencia de la lengua, especialmente las "pulidas".

·         Respeto a tradiciones matrimoniales indígenas.

·         Imitación por parte de los misioneros de aspectos educacionales: danzas, canciones.

 

c)    Perfeccionamiento personal y social.Éste se desarrollaba mediante la promoción cultural de los poblados (limpieza, saludo, ayuda mutua), el cuidado de las familias (con casas, educación de los hijos, sin promiscuidad, comida en mesa, oración), el fomento de buenas costumbres en las personas (vestimenta, aseo, abandono de prácticas prematrimoniales, oración al levantarse y acostarse), el desarrollo de la economía (agricultura, especialización en artes y oficios manuales, administración de sus propios bienes) y la enseñanza de los niños en las escuelas.

 

d)    Beneficencia. En unión con instituciones civiles, los misioneros mantienen organismos prehispánicos y crean otros nuevos. Cajas de comunidad especie de banca privada de cada pueblo que se nutría de los fondos de tierras comunales, de obrajes y de los censos de los encomenderos y cubría necesidades médicas, alimenticias y otras asistenciales en general. Los hospitales contaban con la cotización del indio y su disfrute subsiguiente en caso de enfermedad. Los seguros gremiales y de cofradías nacen de la agrupación de miembros de una misma profesión bajo la advocación de un santo protector y cumplen fines espirituales y caritativos. En el Siglo XVIII serán sustituidos por los Montepíos.

 

7.    Formas de Persuasión

 

a)    Comportamiento del misionero. Trato afectuoso y paciente; ayuda en todas sus necesidades materiales y espirituales; evitan conductas que pudiesen desagradarles: participación en conquistas armadas, percibir derechos por la administración de los sacramentos, colaborar en la percepción de tributos o tener familiares o huéspedes cuya manutención gravase a los indios.

 

b)    Estrategias significativas. Presentación atractiva del cristianismo insistiendo en la bondad del Dios cristiano, la muerte de Jesucristo para salvarnos, la felicidad del paraíso y esto con algunas pruebas de autoridad y ejemplos muy concretos. Esplendor del culto, música en la liturgia. Exención de tributos en los primeros años de su conversión; se le mitigan los días de ayuno y abstinencia; se le conceden privilegios en las fiestas laborales y en los casos de excomunión y herejía.

 

c)    Lucha contra la idolatría. Erradicación del paganismo mediante la refutación doctrinal demostrando la falsedad de los dioses indígenas, la anulación de los hechiceros, la desautorización de los antepasados indígenas en cuya autoridad se basaban los indios, la destrucción de las manifestaciones idolátricas(templos, ídolos y amuletos paganos)

 

En esta luchase distinguen claramente dos etapas. En la primera, se procederá a una destrucción pública, sistemática, irrisoria y solemne; es el método que P. Borges denomina "tábula rasa". En una segunda fase, la misión consistirá en combatir el rebrote de la herejía en el culto privado. Señala el experto en la extirpación de las idolatrías, P. Duviols, que "todo el esfuerzo era para obtener de los indígenas una adhesión espiritual libre, basada en una amplia tolerancia de las bases materiales y rituales de la religión autóctona". No en vano recuerda el P. Acosta en varios de sus escritos que todas las manifestaciones culturales autóctonas, no contrarias o indiferentes al cristianismo, había que conservarlas e incluso potenciarlas.

 

Un hito cumbre en el proceso de extirpación lo supondrá la dinámica actividad visitadora y cultural del P. Arriaga que escribe "La extirpación de la idolatría en el Perú" en 1621. Seguidor en buena medida de las ideas del P. José de Acosta, cree que la solución del problema idolátrica está en la visita, tanto en su vertiente judicial como y -esto es primordial- la misional. Este último escribirá que para "arrancar la idolatría del corazón de los indios y la visita judicial propiamente dicha, que destruirá las manifestaciones materiales de la idolatría". Como escribe J.C. García su "proyecto apunta al corazón mismo del problema, a la razón de ser de la presencia de la Iglesia Católica en América. Por lo tanto superar también la ineficacia de los curas doctrineros, visitadores y aún obispos".

 

d)    Centros educativos. Predominan las escuelas elementales en todos los pueblos y destacan por su novedad los centros de segunda enseñanza y los femeninos cuando en España todavía no existían. Se concibe como complemento de la evangelización. Se crean escuelas para que los indígenas aprendiesen a leer y a escribir; no se crearon escuelas para hijos de españoles pues se suponía que irían a las de los indios. La primera escuela se creó en 1505 en Santo Domingo. Pronto se fundan escuelas por toda Hispanoamérica. El contenido de la enseñanza era una instrucción de idioma, moral y costumbres de hombres civilizados. Con el fin de lograr mayor eficacia en esta modelación humana y social se crearon colegios para hijos de caciques, mestizos, algunos de ellos internos como el de Santa Cruz de Tlatelolco, con más de mil alumnos. La enseñanza media se daba en colegios mayores y en régimen de internado como en el colegio de San Martín de Lima. Colegios de formación profesional existían en Tiripitio (México) y Michoacán.

La primera universidad data de 1538, en Santo Domingo. Se crearon para los criollos aunque estuviese abierta a los indios y mestizos. Contaron con el placet del papa y del rey. Siguieron el modelo de Salamanca, Alcalá o Valladolid. En el Siglo XVI se fundaron 6 universidades que en siglos posteriores sumaron hasta 25, destacando las de Lima y la de México.

 

e)    Métodos de autoridad. Se presenta el cristianismo como religión digna del máximo respeto y haciéndose respetar a sí mismos. Les hablaban de "lo que nunca habían visto ni oído", rodeando el culto de gran solemnidad. Para hacerse respetar, eludían la participación en las conquistas armas, presentándose como los enviados de "un Gran Señor" o como los poseedores de la verdad, insistiendo en sus conocimientos y evitando conductas desedificantes.

 

f)     Métodos verticales. Para lograr el efecto multiplicador, se buscó la conversión de los miembros de la nobleza y los caciques para que ellos, a su vez, contribuyeran en el proceso evangelizador. Se crearon colegios especiales para ellos.

 

g)    Capilaridad o trato "alma a alma". Uso de la influencia de los fieles cristianos en el habitual contacto con los indígenas. Aunque la Corona lo vio como posibilidad hasta 1535, los misioneros religiosos siempre tuvieron cierto recelo por temor al mal ejemplo. En cuanto a los indios neófitos se convirtieron en apóstoles en varias situaciones: los niños colaboradores del misionero, los grupos de indígenas levadura y en las Reducciones y poblados.

 

8.    Catequesis

 

a)    Catequistas. El propio misionero ayudado en su ausencia por jóvenes indios que velaban por el aprendizaje doctrinal.

 

b)    Lugar. En la iglesia -capillas de indios o atrio-, o en los claustros de los conventos, como en las posas.

 

c)    Tiempo. Inicialmente a diario, antes de comenzar el trabajo; en un segundo momento, los domingos y festivos antes de la misa.

 

d)    Asistentes. Obligatoriedad para todos los indios del poblado con separación de sexos durante la enseñanza.

 

e)    Modo. Solemne, ante una cruz, con el catequista revestido y con rezos y cánticos.

 

La catequesis infantil solía impartirse en las escuelas por la mañana y por la tarde, casi como a los adultos pero con mayor intensidad.

 

f)     Idioma. Como se ha dicho solía hacerse en la lengua general o particular de los indios.

 

g)    Contenido. Padrenuestro, Avemaría, Salve, Credo, Mandamientos, Sacramentos, Bienaventuranzas, Pecados Capitales, etc. y enseñanzas del catecismo (breve compendio del cristianismo por preguntas y respuestas). El aprendizaje y repetición se hacía cantando, de forma afectuosa, reiterativa e ilustrada con gráficos, pinturas y estampas.

 

h)    Material. Manuales manuscritos o impresos de cartillas, catecismos, sermonarios, confesonarios; generalmente son bilingües y algunos ilustrados con pictogramas como el catecismo del P. Gante. Entre todos, destaca el Catecismo del Tercer Concilio. Esta obra sustituiría a la cartilla que tenía como cometido enseñar los rudimentos de la fe y el castellano. Se encomienda toda la labor al P. José de Acosta y su traducción al P. Barzana ayudado por el P. Blas Valera, experto en quechua y el P. Bartolomé de Santiago, experto en aymara. Se titula Doctrina cristiana y catecismo para instrucción de indios, resultando ser el primer libro impreso en Perú y por el que se instruirán españoles, mestizos, indios y negros de América. La obra contiene tres catecismos trilingües.

 

Conviene subrayar como mérito excepcional de estos catecismos la traducción al quechua y aymara de conceptos sutiles y difíciles, gran parte de los cuales se tradujeron también a otras lenguas vernáculas de dentro de Perú, como la collana, cañeri, purgay, quillasinga y puquina, y fuera: en la lengua general del Reino de Chile, la araucana, en el guaraní, la mosca de Bogotá.

 

9.    Huellas de la Primera Evangelización

 

a)    Religión Precristiana. Santuarios ceremoniales como el de Toro Muerto (Arequipa), Chavín, Pachacámac, Ampato (vid. Proyecto Santuarios de alturas de la UCSM). Nos hablan de la profunda religiosidad de nuestro pueblo que sorprendió positivamente a los primeros evangelizadores

 

b)    Acta de la Fundación de las Ciudades. Lima, por ejemplo, es La Ciudad de los Reyes por ser fundada en esa fiesta del 6 de enero.

 

c)    Doctrinas. Lugares específicos de evangelización de los naturales de América. Hay en el S.XVII más de 300 doctrinas que se convierten en pueblos con parroquias. Se comprueba en la toponimia que ha incorporado nombres evangélicos, marianos, santos.

 

d)    Monasterios y Conventos. Pensemos sólo en el Cercado de Lima; son centros selectos de formación y evangelización en los que tan importante como la iglesia es la escuela, la biblioteca y hasta la chacra, como estudió Pablo Macera para las haciendas jesuíticas del Siglo XVIII.

 

e)    Concilios, Juntas, Sínodos. Pensemos en el Tercer Concilio Limense de 1583 cuya luz llega hasta 1899 y del que brotó la legislación canónica para toda América del Sur. Pensemos que los catecismos emanados del concilio son los primeros libros impresos en Perú.

 

f)     Catedral y Cabildo Catedralicio. Microcosmos celeste, corazón de la Iglesia; arte, liturgia, ilustres canónigos. Basta con acercarse a nuestra Catedral para valorar la riqueza cultural, humana, espiritual que alberga.

 

g)    Misioneros. Desde el protomártir Fray Diego de Ortiz en Vilcabamba hasta los mártires recientes de Chimbote; miles de misioneros acá en las tres regiones.

Pensemos en los centros de vanguardia que formaban misioneros para la Amazonía como el convento de Ocopa o para los Andes como la Recoleta franciscana de Arequipa.

 

h)    Jerarquía. Estaba integrada por losObispos, Superiores de Órdenes y los Nuncios. Recorrer la galería de los obispos de Lima, todos ellos con la idea de imitar al Santo Arzobispo Mogrovejo.

 

i)     Santos. Son el fruto más sazonado de la identidad cristiana del Perú; los seis canonizados, otros tantos en proceso, tantos religiosos ejemplares y laicos comprometidos anónimos.

 

j)     Comunidades. Estaban constituidas por las cofradías, hermandades, asociaciones y movimientos.

 

Conviene insistir en la repercusión social de la fe en el ordinario ambiente laboral ya que es la fuente principal de la actividad del seglar. Como en octubre de 1998 señalaba el experto uruguayo G. Guzmán Carriquiry, subsecretario del Pontificio Consejo para los Laicos, en el Encuentro Mundial de Cofradías celebrado en Sevilla (España) las cofradías tienen cuatro características fundamentales:

 

·         La liturgia y la vida de oración.

·         La caridad atenta a los más pobres y necesitados.

·         La "cultura de vivir juntos la fraternidad cristiana".

·         El aporte de obras de valor artístico e histórico que mantienen viva la religiosidad popular.

 

k)    Veneración a la Madre del Señor. Esto se hizo palpable en la construcción de santuarios, creación de advocaciones y elaboración de imágenes dedicadas a María de Nazareth.

 

Ella ha recordado la cercanía del Padre y de Cristo a los hombres de la América colonial; por ese motivo ella los ha invitado constantemente a la comunión con el Señor (n.11). En la reciente carta apostólica "Ecclesia in America" (1999), Juan Pablo II, acogiendo las aportaciones de los padres sinodales, recordará de nuevo el rol protagónico de María en la evangelización del Nuevo Mundo: "En todas partes del continente, gracias a la labor de los misioneros, la presencia de la Madre de Dios ha sido muy intensa desde los días de la primera evangelización. En su predicación, el Evangelio ha sido anunciado presentando a la Virgen como su realización más alta. Desde los orígenes -en su advocación de Guadalupe- María constituyó el gran signo de rostro maternal y misericordioso

 

l)     Cruces y Crucificado: Comprensión del sentido de la Cruz y amor al Señor. Con la llegada del cristianismo a América, la cruz presidirá la fundación de las ciudades y se colocará en todos los lugares visibles, tanto religiosos (templos) como civiles (casas, puentes, caminos, cerros), especialmente si habían sido centros espirituales pre cristianos, bien apachetas, huacas o centros ceremoniales. El Primer Concilio Limense (1552) dispone que en los pueblos de indígenas se haga una iglesia o al menos una ermita con una imagen o una cruz (Const. 2); de igual modo, se advierte que los ídolos y adoratorios sean destruidos, y si fuese lugar apropiado, se edifique una iglesia o al menos una cruz. Mons. Severo Aparicio destaca que con "este criterio y para cristianizar lo pagano, allí donde había huacas y apachetas, se colocaron cruces".

 

m)  Constitución del Gobierno Republicano. La clave de la poderosa personalidad de Perú no puede encontrarse sin prescindir de la fe, sin su identidad católica. En este marco constitucional, el Estado Peruano estableció un Acuerdo con la Santa Sede el 19 de julio de 1980 (Decreto Ley Nº 23211 de 24.VII.1980) por el cual: "La Iglesia Católica en el Perú goza de plena independencia y autonomía. Además, en reconocimiento a la importante función ejercida en la formación histórica, cultural y moral del país, la misma Iglesia recibe del Estado la colaboración conveniente para la mejor realización de su servicio a la comunidad nacional" (Art. 1). La Constitución Política de 1993, vigente en el presente, en su art. 50, reproduce el texto anterior, con una ligerísima modificación al final: "Dentro de un régimen de independencia y autonomía, el Estado reconoce a la Iglesia Católica como elemento importante en la formación histórica, cultural y moral del Perú, le presta su colaboración. El Estado respeta otras confesiones y puede establecer formas de colaboración con ellas".

 

n)    Factor de identidad. Casi todos los especialistas coinciden en afirmar que la cristianización del Perú es un acontecimiento decisivo en la formación de la identidad nacional V. A. Belaunde en su obra Peruanidad llegará a decir que la peruanidad es una síntesis viviente creada por el espíritu católico. M. Marzal escribirá en Religión Católica e identidad nacional (Lima 1979. pp148-9) que tal identidad católica se traduce en el peso de la Iglesia institucional en el Perú y en la religiosidad popular. Por su parte J.A. Arguedas sabe comprender el alma andina y descubrir en ella las raíces profundas de una evangelización que se expresa en las palabras del sacristán en la diminuta iglesia de San Pedro: "Dios es esperanza, Dios alegría, Dios ánimo. Llegó UNPU, enjuermo, agachadito. Salió tieso, juirme, águila. Era mozo no más, Dios hay aquí, en Lahuaymarca. De San Pedro se ha ido, creo, para siempre" (J.M. Arguedas Todas las sangres).

 

ñ)  Convicción de la paternidad divina. Vale la pena recordar el testimonio de la viuda de

César Vallejo, quien en su lecho de muerte, a finales de marzo de 1938, dijo: «Cualquiera que sea la causa que tenga que defender ante Dios más allá de la muerte, tengo un defensor: Dios».

 

Un botón que también muestra de este hecho fue la consagración del Perú al Corazón de Jesús como expresión de entrega total y comprometida por los lazos más sagrados que son los del amor. Y de ello supieron mucho Diego de Hojeda, Diego Alvarez de Paz, Rosa de Lima, Martín de Porras, Juan de Alloza, Francisco del Castillo, Paula de Jesús Nazareno, Mateo Crawley (alma del monumento en el Cerro de los Ángeles, Madrid), así como los institutos y cofradías, los escritos y las novenas, los santuarios y monumentos, que llenan nuestra geografía.

 

o)    Producción escrita. Toda ella enriquece archivos y bibliotecas a lo largo de toda América. A lo largo del medio milenio de catolicismo en Perú, sus propios hijos se han encargado de recoger por escrito una suerte de anamnesis como a diario la Iglesia lo vive en la celebración litúrgica. Todo estudio sobre la Iglesia viene a ser un recuerdo de "las intervenciones salvíficas de Dios en la historia", y "hace memoria" de las maravillas de Dios" (CIC 1103). Tan sólo un botón de muestra: El Padre José de Acosta escribe De Procuranda Indorum Salute. Este libro no sólo pretende describir la realidad indígena sino que como verdadero manual pastoral busca mostrar los caminos y medios para la implantación de la fe en las Nuevas Tierras. Pondrá mucho énfasis en la comprensión y simpatía frente a la persona y para ello considerará de absoluta importancia el aprendizaje y conocimiento de las lenguas vernáculas (La compañía de Jesús exigió a los misioneros el conocimiento del idioma nativo).

 

ANEXOS

 

Los desafíos de Perú, según Benedicto XVI (Discurso al nuevo embajador de Lima ante la Santa Sede, Alfonso Rivero Monsalve)

 

Este encuentro nos trae a la memoria los profundos lazos que su Nación ha tenido y tiene con la Iglesia. Desde el primer momento, la fe católica -llevada allí por evangelizadores como santo Toribio de Mogrovejo, cuyo IV centenario de su muerte se ha conmemorado el año pasado- fue acogida y llegó a penetrar poco a poco en los entresijos culturales y sociales de ese pueblo bendito, en el que florecieron muy pronto los primeros santos y santas en suelo latinoamericano. Y como usted ha mencionado, además del santo Obispo, deseo recordar a los santos Rosa de Lima, Martín de Porres, Francisco Solano, Juan Macías y a la beata Ana de los Ángeles Monteagudo, beatificada por el Papa Juan Pablo II en su primera visita al Perú en 1985. También yo tuve ocasión de visitar su Patria en 1986 cuando era Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Conservo un gratísimo recuerdo de aquellos días, sobre todo de mis encuentros con personas sencillas de barrios populares, tanto en Lima como en el Cuzco.

 

En este mundo de rápidas transformaciones sociales, políticas y económicas, su país no es una excepción al experimentar también profundos cambios. Son procesos que inciden directamente en las personas y en sus valores. A este respecto, son notables los esfuerzos realizados por la Iglesia y el Estado en materia de educación y en el uso de las nuevas tecnologías, con el fin de generar una mayor inclusión de los sectores menos favorecidos en los nuevos espacios culturales de nuestro tiempo. Por otra parte, subsisten problemas morales y religiosos que tanto la Iglesia como el Estado deben afrontar, cada uno en el marco de su propia competencia y precisamente para el bien de los peruanos.

 

Se sabe que el Perú quiere hacer frente adecuadamente al fenómeno de la globalización aprovechando las oportunidades ofrecidas por el crecimiento económico, de modo que la riqueza producida y otros bienes sociales lleguen a todos de modo equitativo. Los peruanos, como todos los seres humanos, esperan también que los servicios de salud atiendan debidamente a todas las capas sociales; que la educación sea patrimonio de todos, mejorando su calidad a todos los niveles; que frente a la corrupción impere la integridad que permita la acción eficaz de las diversas instituciones públicas, ayudando así a superar tantas situaciones de hambre y miseria. Urge, pues, la unión de intentos para hacer posible una continúa acción de los gobernantes ante los desafíos de un mundo globalizado, los cuales deben ser afrontados con auténtica solidaridad. Esta virtud, como decía mi predecesor Juan Pablo II, ha de inspirar la acción de los individuos, de los gobiernos, de los organismos e instituciones internacionales y de todos los miembros de la sociedad civil, comprometiéndolos a trabajar para un justo crecimiento de los pueblos y de las naciones, teniendo como objetivo el bien de todos y de cada uno (Sollicitudo rei socialis, 40). La Iglesia, que reconoce al Estado su competencia en las cuestiones sociales, políticas y económicas, asume como un propio deber, derivado de su misión evangelizadora, la salvaguardia y difusión de la verdad sobre el ser humano, el sentido de su vida y su destino último que es Dios. Ella es fuente de inspiración a fin de que la dignidad de la persona y de la vida, desde su concepción hasta su término natural, sea reconocida y protegida, como garantiza la Constitución Peruana. Por esto, seguirá colaborando de manera leal y generosa en la educación, en la atención sanitaria y en la ayuda a los más pobres y necesitados.

 

Desde esta Sede Apostólica se continuará apoyando todo el esfuerzo social que ya se lleva a cabo, para que haya siempre igualdad de oportunidades y cada peruano se sienta respetado en sus derechos inalienables. Por eso, el Episcopado del Perú seguirá fomentando, a la luz del Evangelio y de la doctrina social de la Iglesia, la búsqueda de la verdad en el campo familiar, laboral y sociopolítico. Por su parte, los católicos peruanos están también llamados a ser fermento del mensaje cristiano en las instituciones sociales y en la vida pública, para contribuir así a la construcción de una sociedad más fraterna. La Iglesia, consciente de su propia "misión religiosa y, por esto mismo, sumamente humana" (Gaudium et spes, 11), así como de su deber de proponer la verdad de todo hombre, que por ser hijo de Dios está dotado de una dignidad superior y anterior a toda ley positiva, seguirá trabajando para alcanzar estos objetivos. Ella, "experta en humanidad" (Populorum progressio, 13), enseña además que sólo en el respeto de la ley moral, que defiende y protege la dignidad de la persona humana, se puede construir la paz favoreciendo un progreso social estable. Por eso es de desear que continúe la mutua colaboración entre el Estado y la Iglesia en el Perú, que hasta ahora ha dado buenos frutos. Señor Embajador, al concluir este grato encuentro renuevo a usted mi más cordial bienvenida, formulando los mejores votos por el éxito de la misión que ahora inicia. Al implorar al Señor de los Milagros que derrame abundantes bendiciones sobre Vuestra Excelencia, su distinguida familia, sus colaboradores y sobre las Autoridades de su País, pido también a Nuestra Señora de las Mercedes que proteja al querido pueblo peruano para que siga progresando por los caminos de la justicia, de la solidaridad y de la paz.

 

Discurso del nuevo embajador de Lima ante la Santa Sede, Alfonso Rivero Monsalve

 

Hace más de 150 años que el Perú y la Santa Sede establecieron relaciones diplomáticas. En aquella oportunidad Mons. Bartolomé Herrera hizo entrega a vuestro venerable antecesor Pío IX de la comunicación que lo acreditaba como enviado extraordinario ministro plenipotenciario de mi país ante la Corte pontificia y en la que el presidente de la República de entonces decía que su mayor anhelo era "conservar de un modo indisoluble los vínculos religiosos que unen al pueblo peruano con el Vicario de Jesucristo...Beatísimo Padre, la relación del Perú con la Iglesia Católica se ha caracterizado por un permanente espíritu de entendimiento y cooperación. Esto es así porque se inspira en la fe católica que profesa la inmensa mayoría de los peruanos y porque se nutre de la emoria de las religiosas y religiosos que impulsaron en los siglos XVI y XVII la evangelización: en la santidad de santa Rosa de Lima, San Martín de Porres, santo Toribio de Mogrovejo, san Francisco Solano y san Juan Macías, entre otros bienaventurados; y en el ejemplo y esfuerzo de numerosos religiosos y religiosas anónimos que llevaron a las más apartadas regiones del país no sólo la fe católica sino también la educación básica. Ellos han contribuido a que los peruanos más humildes se sientan identificados con su país y conozcan sus deberes y sus derechos. La tarea de los religiosos y las religiosas en la consolidación de la nacionalidad y la identidad peruana es algo que el Perú tiene muy presente y agradece. Por ello, el Estado peruano reconoce la colaboración activa de la Iglesia católica en la promoción del desarrollo humano en el país".

Magníficas prédicas del P. Raniero Cantalamesa en este tiempo de Adviento, 500 años después del gran sermón del P. Montesinos en Santo Domingo y que provocó la conversión de Bartolomé de las Casas y las Leyes de Burgos de 1512

http://www.cantalamessa.org/?lang=es

"Hasta los confines de la Tierra"

La primera evangelización del continente americano

CIUDAD DEL VATICANO, domingo 18 de diciembre de 2011 (ZENIT.org).- A continuación ofrecemos la tercera homilía de adviento de 2011, que realizó el padre Raniero Cantalamessa, OFM, predicador de la Casa Pontificia, este viernes 16 de diciembre.

1.-La fe cristiana va más allá del océano

Hace cuatro días, el 12 de diciembre, el continente americano celebró la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, que en México es fiesta de precepto. Es una hermosa coincidencia hablar en esta tercera meditación de la tercera gran etapa de evangelización en la historia de la Iglesia, que se realizó tras el descubrimiento del nuevo mundo. Traigo a la memoria, sucintamente la realización de esta empresa misionera.

Inicio con una observación importante. Europa cristiana, junto con la fe, exportó al nuevo continente también las propias divisiones. Al final de la gran onda misionera, el continente americano reproducirá exactamente la situación que existía en Europa: un sur mayoritariamente católico y un norte mayoritariamente protestante. Nosotros nos ocuparemos aquí solamente de la evangelización de América Latina, por el hecho que fue la primera que se realizó a continuación del descubrimiento del nuevo mundo.

Después que Cristóbal Colón en 1492 volvió de su viaje con la noticia de la existencia de nuevas tierras (que se creía fueran parte de las Indias), se encendieron en España católica, dos decisiones que se mezclaban: la de llevar a los nuevos pueblos la fe cristiana y la de extender a ellos la propia soberanía política. Para esta finalidad se obtuvo del papa Alejandro VI una bula con la que se reconocía a España el derecho de todas las tierras descubiertas más allá de las islas Azores y a Portugal aquellas hacia Europa a partir de dicha línea. Poco después la línea fue desplazada en favor de Portugal lo que le permitió legitimar la posesión de Brasil. Se delineaba así, incluso desde el punto de vista lingüístico el rostro del futuro continente latinoamericano.

Cada vez que las tropas entraban en un lugar, hacían una proclama (requerimiento) con el cual a los habitantes se le ordenaba abrazar el cristianismo y reconocer la soberanía del rey de Españai.

Solamente algunos grandes espíritus, ante todo los dominicanos Antonio Montesino y Bartolomé de Las Casas, tuvieron el coraje de levantar la voz contra los abusos de los conquistadores en defensa de los derechos de los nativos. En un poco más de cincuenta años, también por las debilidades y divisiones de los reinos autóctonos, el continente estaba bajo el dominio español y portugués y al menos, nominalmente, era cristiano.

Los historiadores tienden a atenuar los colores obscuros proyectados en el pasado sobre esta empresa misionera. Sobre todo hacen notar que a diferencia de cuanto sucedió con las tribus indígenas de América del norte, en Latinoamérica aunque diezmados, la mayoría de los pueblos nativos sobrevivió con su idioma y en su territorio y pudieron retomarse y reafirmar a continuación su identidad e independencia. Hay que tomar en cuenta el condicionamiento que tenían los misioneros por su formación teológica.

Tomando a la letra y de manera rígida el Extra Ecclesian nulla salus, ellos estaban convencidos de la necesidad de bautizar el mayor número de personas y en el menor tiempo posible para asegurarles la salvación eterna.

Vale la pena detenerse un momento sobre este axioma que tuvo tanto peso en la evangelización. Fue formulado en el III siglo por Orígenes y sobre todo por san Cipriano. Al inicio no se refería a la salvación de los no cristianos, sino al contrario a la de los cristianos. Se dirigía exclusivamente a los herejes y a los cismáticos del tiempo, para recordarles que rompiendo la comunión con la Iglesia ellos se volvían reos de una culpa grave, por la cual se autoexcluían de la salvación. Se dirigía por lo tanto a los que se iban de la Iglesia y no a los que no entraban.

Solamente en un segundo momento, cuando el cristianismo se volvió la religión de Estado, el axioma comenzó a ser aplicado a paganos y judíos, en base a la convicción entonces común (aunque objetivamente equivocada) que el mensaje a esa altura era conocido por todos los hombres y por lo tanto rechazarlo significaba volverse culpable y merecedor de una condena.

Fue justamente después del descubrimiento del nuevo mundo cuando aquellos límites geográficos se rompieron drásticamente. El descubrimiento de nuevos pueblos enteros que vivían fuera de cualquier contacto con la Iglesia obligó a rever una interpretación tan rígida del axioma. Los teólogos dominicanos de Salamanca y a continuación algunos jesuitas tomaron una posición crítica, reconociendo que era posible estar fuera de la Iglesia sin ser necesariamente culpables y por lo tanto excluidos de la salvación. No solamente, sino que frente al modo y métodos inaceptables con el que el Evangelio era anunciado a los indígenas, alguien por primera vez se puso el problema de si realmente era posible considerar culpables a todos aquellos que incluso habiendo conocido el anuncio cristiano no se hubieran adheridoii.

2. Protagonistas, los frailes

No es ciertamente este el lugar para dar un juicio histórico sobre la primera evangelización de América Latina. En ocasión del quinto centenario, en mayo de 1992 se realizó en Roma un simposio internacional de historiadores sobre tal tema. En su discurso a los participantes, Juan Pablo II afirmó: "Sin lugar a dudas en esta evangelización, como en toda obra del hombre, existieron equivocaciones, luces y sombras; si bien más luces que sombras, a juzgar por los frutos que encontramos después de quinientos años: una Iglesia viva y dinámica que representa hoy una parte relevante de la Iglesia universal"iii.

Desde la orilla opuesta, en aquella ocasión, algunos hablaron de la necesidad de una "descolonización" y "desevangelización", dando la impresión de que preferían que la evangelización del continente nunca se hubiera realizado, en vez de que se haya realizado como conocemos. Con todo el respeto debido al amor por los pueblos indígenas que movía a estos autores, yo creo que una tal opinión merece ser rechazada enérgicamente.

A un mundo sin pecado y sin Jesucristo, la teología ha demostrado que es preferible un mundo con el pecado pero con Jesucristo. "Oh feliz culpa –exclama la liturgia pascual en el Exultet– que nos permitió tener un tal y tan grande redentor".

¿No deberíamos decir lo mismo de la evangelización de ambas las partes de América, sea la del norte que la del sur? A un continente sin las "equivocaciones y sombras" que acompañaron su evangelización, pero también sin Cristo, ¿quién no preferiría un continente con tales sombras pero con Cristo? Qué cristiano, de derecha o de izquierda (particularmente si es religioso) podría decir lo contrario sin menguar, por ello mismo, en su propia fe?

He leído en algún lado la siguiente afirmación que comparto plenamente: "Lo más grande que sucedió en 1492 no fue que Cristóbal Colón descubrió América, sino que América descubrió a Jesucristo". No era --es verdad- el Cristo integral del Evangelio por el cual la libertad es presupuesto mismo de la fe, pero ¿quién puede pretende ser un portador de Cristo libre de cualquier tipo de condicionamiento histórico?

Quienes proponen un Cristo revolucionario, contestador de las estructuras, directamente empeñado en la lucha incluso política, ¿no se olvidan quizás también ellos de alguna cosa de Cristo, por ejemplo de la afirmación: "Mi reino no es de este mundo"?

Si en la primera oleada de la evangelización los protagonistas fueron los obispos, en la segunda eran los monjes y en esta tercera lo fueron indiscutiblemente los frailes, o sea los religiosos de las órdenes mendicantes, en primer lugar los franciscanos, dominicos, agustinos y en un segundo momento los jesuitas. Los historiadores de la Iglesia reconocen que en América Latina "fueron los miembros de las órdenes religiosas a determinar la historia de las misiones y de las Iglesias"iv.

Sobre esto vale el juicio de Juan Pablo II que he recordado: que "las luces son mayores que las sombras". No sería honesto desconocer el sacrificio personal y el heroísmo de tantos de estos misioneros. Los conquistadores estaban movidos por el espíritu de aventura y sed de ganancias, pero los frailes ¿qué podían esperarse después de haber dejado su patria y conventos? No iban a tomar sino a dar. Querían conquistar almas para Cristo, no súbditos para el rey de España, mismo si compartían el entusiasmo nacional de sus compatriotas. Cuando se leen historias relacionadas con la evangelización de un territorio particular, se ve cómo los prejuicios genéricos son injustos y lejanos de la realidad. A mi me sucedió estando en el lugar, leer la crónica del inicio de la misión en Guatemala y en las regiones vecinas. Son historias de sacrificios y peripecias increíbles. De un grupo de veinte dominicanos que partieron para el nuevo mundo hacia las Filipinas, 18 murieron durante el viaje.

En 1974, se realizó el sínodo sobre "La evangelización en el mundo contemporáneo". En un apunte manuscrito, puesto al final de un documento (que la Prefectura de la Casa Pontifica tuvo la idea de publicar junto al programa de esta predicación), Pablo VI escribía:

"¿Será suficiente lo que he dicho (en el documento) a los religiosos? ¿No sería necesario añadir alguna palabra sobre el carácter voluntario, emprendedor, generoso de la evangelización de los religiosos y de las religiosas? Su evangelización debe depender de la jerarquía y coordinarse con ella, pero hay que alabar la originalidad, la genialidad, la dedicación, muchas veces de vanguardia y a riesgo propio".

Este reconocimiento se aplica plenamente a los religiosos protagonistas de la evangelización de América Latina, especialmente si pensamos en algunas de sus realizaciones, como las conocidas "reducciones" de los jesuitas en Paraguay, o sea en los pueblos en los cuales los indios cristianos, protegidos de los abusos de cualquier autoridad civil, podían instruirse en la fe y desarrollar su talento humano.

3. Los problemas actuales

Ahora, como es costumbre, tratemos de pasar al hoy, para ver que nos dice la historia de la experiencia misionera de la Iglesia, que hemos sumariamente reconstruido.

Las condiciones sociales y religiosas del continente han cambiado tan profundamente que, más que insistir en lo que podemos aprender o menos de dicha época, es útil reflexionar sobre la tarea de la actual evangelización en el continente latinoamericano.

Sobre este tema existió y se producen una tal cantidad de reflexiones y de documentos por parte del magisterio pontificio, por el CELAM y las Iglesias locales, que sería presuntuoso poder pensar en añadir algo nuevo. Puedo entretanto compartir alguna reflexión sugerida por mi experiencia en el terreno, habiendo tenido ocasión de predicar en retiros a conferencias episcopales, al clero y al pueblo de casi todos los países de América Latina, y varias veces en algunos de ellos. Además, porque los problemas que se plantean sobe este tema en América Latina no son muy diversos que los del resto de la Iglesia.

Una reflexión es sobre la necesidad de superar una excesiva polarización presente por todas partes en la Iglesia, pero particularmente en América Latina, especialmente hace algunos años: la polarización entre el alma activa y el alma contemplativa, entre la Iglesia del empeño social por los pobres y la Iglesia del anuncio de la fe. Ante cada diferencia, nos sentimos instintivamente tentados a elegir una parte, exaltando una y despreciando la otra. La doctrina de los carismas nos ahorra el trabajo. El don de la Iglesia católica es el de ser, justamente católica, es decir abierta para recoger los dones más diversos que provienen del Espíritu.

Lo demuestra la historia de las órdenes religiosas que encarnaron instancias diversas y a veces opuestas: insertarse en el mundo y la fuga del mundo, el apostolado entre los doctos, como los jesuitas, y el apostolado entre el pueblo, como los capuchinos. Hay lugar para unos y otros. Además necesitamos de unos y otros, ya que nadie puede realizar el evangelio integral y representar a Cristo en todos los aspectos de su vida. Cada uno debería por lo tanto alegrarse de que los otros hagan lo que uno no puede hacer: quien cultiva la vida espiritual y el anuncio de la Palabra y el que se dedica a la justicia y a la promoción social y viceversa.

Es siempre válida la advertencia del apóstol: "Dejemos de una vez por todas de juzgarnos los unos a los otros" (cfr. Rom 14, 13).

Una segunda observación se refiere al problema del éxodo de los católicos hacia otras denominaciones cristianas. Sobretodo es necesario recordar que no se pueden calificar indistintamente estas denominaciones como 'sectas'. Con algunas de ellas, incluidos los pentecostales, la Iglesia católica mantiene un diálogo ecuménico oficial, lo que no haría si los considerara una secta.

La promoción también a nivel local, de este diálogo es el mejor medio para desintoxicar el clima, aislar a las sectas más agresivas y desanimar la práctica del proselitismo. Algunos años atrás se realizó en Buenos Aires un encuentro ecuménico, de oración y para compartir la palabra, con la participación del arzobispo católico y los líderes de otras iglesias, y la presencia de siete mil personas hizo ver con claridad la posibilidad de una relación nueva entre los cristianos, tanto más constructivo para la fe y la evangelización.

En el documento, Juan Pablo II afirmaba que la propagación de las sectas obliga a interrogarse sobre el por qué, sobre qué falta en nuestra pastoral. Mi convicción, según mi experiencia --y no sólo en los países de América Latina- es la siguiente. Lo que atrae fuera de la Iglesia no son ciertamente formas de piedad popular alternativas que más bien la mayoría de las otras iglesias y las sectas rechazan y combaten. Es un anuncio quizá parcial pero incisivo, de la gracia de Dios, la posibilidad de experimentar a Jesús como Señor y Salvador personal, el pertenecer a un grupo que se hace cargo personalmente de tus necesidades, que ora ante ti en la enfermedad, cuando la medicina no tiene ya nada que decir.

Si, por una parte hay que alegrarse de que estas personas hayan encontrado a Cristo y se hayan convertido, por otra es triste que para hacerlo hayan sentido la necesidad de dejar su Iglesia. En la mayoría de las iglesias a las que se aproximan estos hermanos, todo gira en torno a la primera conversión y a la aceptación de Jesús como Señor. En la Iglesia católica, gracias a los sacramentos, al magisterio, a la riquísima espiritualidad, existe la ventaja de no detenerse en este estadio inicial, sino de llegar a la plenitud y a la perfección de la vida cristiana. Los santos son la prueba de ello. Pero es necesario aquél inicio consciente y personal y en esto el reto de las comunidades evangélicas y pentecostales nos sirve de estímulo.

En esto, la Renovación Carismática se revela más que nunca, según la palabra de Pablo VI, "una oportunidad para la Iglesia". En América Latina, los pastores de la Iglesia se están dando cuenta de que la Renovación Carismática no es (como alguno creyó al principio) "parte del problema" del éxodo de los católicos de la Iglesia, sino que es más bien parte de la solución del problema. Las estadísticas no revelarán nunca cuántas personas han permanecido fieles a la Iglesia gracias a este, habiendo encontrado en su ámbito lo que otros buscaban en otro lado. Las numerosas comunidades nacidas en el seno de la Renovación Carismática, aún con límites, y a veces con derivas, presentes en toda iniciativa humana, están a la vanguardia en el servicio a la Iglesia y la evangelización.

4. El papel de los religiosos en la nueva evangelización

He dicho que no quería detenerme en la primera evangelización. Una cosa sin embargo debemos conservar de ella: la importancia de las órdenes religiosas tradicionales para la evangelización. A ellas dedicó el beato Juan Pablo II su carta apostólica, con motivo del V centenario de la primera evangelización del continente titulada "Los caminos del Evangelio". La última parte de la carta trata justo de los "religiosos en la nueva evangelización": "Los religiosos –escribe--, que fueron los primeros evangelizadores –y han contribuido de manera tan relevante a mantener viva la fe en el continente--, no pueden faltar a esta convocatoria eclesial de la nueva evangelización. Los diversos carismas de la vida consagrada hacen vivo el mensaje de Jesús, presente y actual en todo tiempo y lugar"v.

La vida de comunidad, el hecho de tener un gobierno centralizado y de los lugares de formación de nivel superior que permitió a las órdenes religiosas de entonces una tan vasta empresa misionera. Pero hoy, ¿que ha sido de su fuerza? Hablando desde na de estas órdenes antiguas, puedo atreverme a expresarme con una cierta libertad. La rápida caída de las vocaciones en los países occidentales está determinando una situación peligrosa: la de gastar casi todas las propias fuerzas en satisfacer las esigencias internas de la propia familia religiosa (formación de jóvenes, mantenimiento de las estructuras y de las obras), sin muchas fuerzas vivas para introducir en el círculo más amplio de la Iglesia. De ahí el repliegue sobre sí mismos. En Europa, las órdenes religiosas tradicionales se ven obligadas a reunir varias provincias en una y a cerrar dolorosamente una casa tras otra.

La secularización es, cierto, una de las causas de la caída de las vocaciones, pero no es la única. Hay comunidades religiosas de reciente fundación que atraen a oleadas de jóvenes. En la carta citada, Juan Pablo II exhortaba a religiosos y religiosas de América Latina a "evangelizar a partir de una profunda experiencia de Dios". Aquí está, creo, el punto: "una profunda experiencia de Dios". Es esto lo que atrae a las vocaciones y lo que crea las premisas para una nueva eficaz oleada de evangelización. El proverbio "nemo dat quod non habet", nadie puede dar lo que no tienen, vale más que nunca en este campo.

El superior provincial de los capuchinos de las Marcas, Italia, que es también mi superior, ha escrito para este adviento una carta a todos los frailes. En ella lanza una provocación que creo haga bien a todas las comunidades religiosas tradicionales escuchar: "Tú que lees estas líneas debes imaginar que 'eres el Espíritu Santo'. Sí, has entendido bien: no sólo estar 'lleno de Espíritu Santo' por los sacramentos que has recibido, pero justo que "eres" el Espíritu Santo, la Tercera Persona de la Santísima Trinidad. Y así revestido, piensa que tienes el poder de llamar y enviar a un joven por un camino, que lo ayudas a caminar hacia la perfección de la caridad, la vida religiosa para entendernos. ¿Tendrías el valor de enviarlo a tu fraternidad, con certeza y garantía de que tu fraternidad pueda ser el lugar que le ayude seriamente a lograr la perfección de la caridad en la concreción de la vida cotidiana? En pocas palabras: si un joven viniera a vivir por unos días o meses a tu fraternidad, compartiendo la oración, la vida fraterna, el apostolado… ¿se enamoraría de nuestra vida?".

Cuando nacieron las órdenes mendicantes, los dominicos y franciscanos, a principios del siglo XIII, también las órdenes monásticas anteriores extrajeron beneficio de ellas e hicieron justamente la llamada a una mayor pobreza y a una vida más evangélica, viviéndolo según el propio carisma. ¿No deberíamos hacer lo mismo nosotros hoy, órdenes tradicionales, respecto a las nuevas formas de vida consagrada suscitadas en la Iglesia?

La gracia de estas nuevas realidades es multiforme, pero tiene un denominador común que se llama Espíritu Santo, el "nuevo Pentecostés". Tras el concilio, casi todas las órdenes religiosas preexistentes releyeron y renovaron sus propias constituciones, pero ya en 1981, el beato Juan Pablo II advertía: "Toda la obra de renovación de la Iglesia, que el concilio Vaticano II ha propuesto providencialmente e iniciado... no puede realizarse si no es en el Espíritu Santo, es decir con la ayuda de su luz y de su fuerza"vi .

"El Espíritu Santo –decía san Buenaventura– va allí "donde es amado, donde es invitado, donde es esperado"vii7. Tenemos que abrir nuestras comunidades al soplo del Espíritu que renueva la oración, la vida fraterna, el amor por Cristo y con el el celo misionero. Mirar atrás, a los propios orígenes y al propio fundador, ciertamente, pero mirar también hacia adelante.

Observando la situación de las órdenes antiguas en el mundo occidental, surge espontánea la pregunta que Ezequiel oyó ante el panorama de huesos secos: "¿Podrán estos huesos revivir?" Los huesos áridos de los que se habla en el texto no son de los muertos sino de los vivos; son el pueblo de Israel en el exilio que va diciendo: "¡Nuestros huesos están secos, nuestra esperanza se ha desvanecido, estamos perdidos!". Son los sentimientos que afloran, a veces también en nosotros quienes pertenecemos a órdenes religiosas antiguas.

Sabemos la respuesta, llena de esperanza, que dios da a aquella pregunta: "'Infundiré en vosotros mi Espíritu, y viviréis, os estableceré en vuestra tierra, y sabréis que yo, el Señor, lo digo y lo hago', dice el Señor". Debemos creer y esperar que se realizará también en nosotros y en toda la Iglesia, lo que se dice al final de la profecía: "El Espíritu entró en ellos: volvieron a la vida y se alzaron en pie; eran un ejército grande, grandísimo" (cf. Ez 37, 1-14).

Hace cuatro días, recordaba al inicio, América Latina celebró la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe. Se discute mucho sobre la historicidad de los hechos en el origen de esta devoción. Debemos clarificar lo que se entiende por hecho histórico. Hay muchos hechos que realmente han sucedido, pero que no son históricos porque "histórico", en el sentido más auténtico, no es todo lo acaecido, sino sólo aquello que, además de haber sucedido, ha incidido en la vida de un pueblo, ha creado algo nuevo, ha dejado traza en la historia. ¡Y qué traza ha dejado la devoción a la Virgen de Guadalupe en la historia religiosa del pueblo mexicano y latinoamericano!

Es de gran significado simbólico el hecho de que, en los inicios de la evangelización del continente americano, en 1531, sobre la colina del Tepeyac, al norte de la Ciudad de México, la imagen de la Virgen se haya estampado en la tilma de san Juan Diego como "la Morenita", es decir con los rasgos de una humilde muchacha mestiza. No se podía decir de manera más sugestiva que la Iglesia, en América Latina, está llamada a hacerse –y quiere hacerse- indígena con los indígenas, criolla con los criollos, toda a todos.

Notas

i Cfr. J. Glazik, en Storia della Chiesa, dirigida por H. Jedin, vol. VI, Milán Jaca Book, 1075, p. 702.

ii F. Sullivan, Salvation outside the Church? Tracing the History of the Catholic Response, Paulist Press, Nueva York 1992.

iii Juan Pablo II, Discurso a los participantes en el Simposio internacional sobre la evangelización en América Latina, 14 mayo 1992.

iv Cfr. Glazik, op. cit., p. 708.

v Juan Pablo II, "Los caminos del Evangelio", nr. 24 (AAS 83, 1991, pp. 22 ss.)

vi Juan Pablo II, carta apostólica A Concilio Constantinopolitano I(25 marzo 1981).

vii San Buenaventura, Sermón para el IV Domingo después de Pascua, 2 (ed. Quaracchi, IX, p.311).

 

SUNEDU OTORGA LA LICENCIA INSTITUCIONAL A LA FACULTAD DE TEOLOGÍA PONTIFICIA Y CIVIL DE LIMA

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SUNEDU OTORGA LA LICENCIA INSTITUCIONAL A LA FACULTAD DE TEOLOGÍA PONTIFICIA Y CIVIL DE LIMA

La casa de estudios obtuvo su licencia institucional por un período de seis años tras cumplir las Condiciones Básicas de Calidad que exige la Ley Universitaria.
  • El proceso de licenciamiento de la FTPCL motivó mejoras en infraestructura, investigación y servicios complementarios.

La Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (SUNEDU) resolvió otorgar la licencia institucional por un período de seis años a la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima (FTPCL), tras constatar que cumple con las Condiciones Básicas de Calidad (CBC) establecidas en la Ley Universitaria.

La FTPCL es una casa de estudios de carácter asociativa eclesial con 469 años de historia, orientada a la impartición y reflexión de las ciencias eclesiales mediante la formación del clero. Actualmente, alberga a población estudiantil de 409 estudiantes y posee una oferta educativa compuesta por 8 programas vigentes (tres de pregrado, tres maestrías, un doctorado y una segunda especialidad).

La Facultad, que se encuentra ubicada en el distrito de Pueblo Libre, en Lima, cuenta con un local conducente a grado académico, con un taller, aulas y ambientes para docentes. Asimismo, ofrece los servicios educacionales complementarios de salud, social, psicopedagógico, deporte y cultura, para lo que dispone de espacios, personal, mobiliario, equipamiento, actividades y presupuesto.

En lo referente a su plana docente, posee un 37% de docentes a tiempo completo. El 80% de ellos cuenta con posgrado y el 35% obtuvo su grado en el extranjero. Asimismo, posee una normativa que regula los procesos de selección, evaluación y capacitación de docentes.

La FTPCL desistió del 77.8% de la oferta presentada (28 programas). Esta decisión se debió a la necesidad de orientarse hacia los programas que son propiamente los campos de su competencia en el servicio de la sociedad a través de la Iglesia.

El proceso de licenciamiento de la FTPCL ante la SUNEDU motivó mejoras, entre las que destacan las siguientes:

• Durante el procedimiento, la Facultad invirtió 767 mil 464 soles en la implementación, acondicionamiento y equipamiento e infraestructura.

• La FTPCL logró, progresivamente, fortalecer sus políticas, normas y procedimientos para el fomento y realización de la investigación.

• La Facultad reestructuró la investigación reasignando fondos y los marcos normativos de la investigación. En la actualidad, tiene ocho líneas de investigación, tres pertenecientes al programa académico de teología que se implementaron en el 2019 y cinco pertenecientes al programa académico de educación, que se implementarán hacia el 2020.

• Desde el 2017, la ejecución del presupuesto de investigación se mantuvo por encima del 90%. Además, cuenta con seis proyectos desarrollándose de los cuales dos ya se encuentran concluidos. Finalmente, la Facultad está implementando un piloto de semillero de investigación.

• La casa de estudios cuenta con espacios, personal, mobiliario, equipamiento, así, también, con un plan de actividades y presupuesto suficiente para la prestación de los servicios, a la comunidad universitaria, de salud, social, psicopedagógico, deportes y cultura.

• La Facultad cuenta con un Plan de Gestión de la Calidad alineado a su Plan Estratégico Institucional (PEI) 2019-2021, en concordancia con la Ley Universitaria. A través de estas herramientas de gestión define sus objetivos estratégicos a seguir y las acciones para su cumplimiento.

• La casa de estudios implementó una Plataforma Virtual de la Bolsa de Trabajo e incorporó actividades orientadas a colaborar en la formación continua de egresados y graduados, seguimiento e informes de ejecución de actividades.

Requerimientos

Además de otorgar la licencia institucional, la SUNEDU requirió a la FTPCL que presenté ante la Dirección de Licenciamiento lo siguiente:

• Los resultados de la ejecución programática y presupuestal respecto del Plan Estratégico Institucional, el Plan Operativo Institucional, el Presupuesto Institucional y el Plan de Gestión de la Calidad vigentes en dichos períodos.

• Los estados financieros y notas contables, junto con información del número de ingresantes y estudiantes matriculados por programa, así como la ejecución presupuestal por rubros de CBC.

• Los resultados de la evaluación del desempeño docente y de los procesos contratación, ordinarización, promoción, ratificación de sus docentes, con énfasis en el orden meritocrático, publicaciones, tesis asesoradas, y actualizaciones y/o capacitaciones.

• Los criterios de evaluación para la investigación, así como la escala de medición, para fines del semestre 2020-I.

• Los resultados de las acciones realizadas, al término de los semestres académicos 2020-II, 2021-II, 2022-II, para el desarrollo académico para sus docentes, en los que se incluya los convenios para el intercambio y la movilidad docente y pasantías.

• Las acciones realizadas y los resultados obtenidos para la incorporación con vocación de permanencia e incremento de investigadores calificados. Asimismo, la organización y consolidación de grupos o semilleros de investigación, el aumento de publicaciones en revistas indexadas de alto impacto en base de datos a nivel internacional, ponencias y tesis, movilidad docente. A ello se suma las pasantías de investigación, así como los convenios interinstitucionales y mecanismos de incentivos a favor de la investigación, a fin de evidenciar una eficiente ejecución presupuestal.

• Un informe documentado, al finalizar los semestres 2020-II y 2021-II, sobre las acciones y los resultados obtenidos para el fortalecimiento del programa de doctorado.

• La actualización del repositorio, incluyendo las publicaciones realizadas por la Facultad que se encuentran en la página web, a finales del semestre 2020-II.

• Los resultados de las acciones de seguimiento de la situación laboral de sus egresados y mecanismos de inserción laboral, al término de los semestres 2020-II y 2021-II, evidenciando una mejor distribución y ejecución del presupuesto para dicho fin.

Sobre la Facultad

La Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima tiene sus orígenes en el Studium de la ciudad de Lima, creado por los Superiores de la Orden de Predicadores en el año 1548. Posteriormente, mediante Cédula Real en 1551, el Rey de España creó la Universidad Real de Lima e incorporó los estudios de teología, constituyéndose la Facultad de Teología. En 1574, la casa de estudios fue denominada Universidad de San Marcos. Después de 359 años, la Facultad se segrega de la Universidad San Marcos, reconociéndola como una institución autónoma, con personería jurídica, gobernada por la iglesia católica, con capacidad para seguir otorgando grados en Teología y Derecho Canónico.

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LA FTPCL:  UNA INSTITUCIÓN AL SERVICIO DE LA TEOLOGÍA.

Las Actas de la Orden de Santo Domingo, 1º de julio de 1548, recogen que se reunió en el Cusco en Capítulo provincial integrado por religiosos de los conventos del CUSCO, Arequipa y Lima, y decidió: en el Convento de Lima, un Estudio General en la forma en que hoy se ve, aunque no con tanto número de cátedras como ahora, hoy tiene dos regentes primero y segundo: cuatro cátedras de Teología, tres de Escolástica, y una Escritura, otra de la lengua general del Perú, que llaman Quechua, un maestro de Estudiantes, y tres lectores de Artes". 2º. "Instituyeron en Lector de Teología para el Convento de Lima al mismo Padre Prior, y Predicador General Fr. Domingo de Santo Thomas.

Casi tres años después, con los estudios de Teología en desarrollo, por Cédula Real del 12 de mayo de 1551, el Rey de España creó la Universidad de Lima, con todos los privilegios de la Universidad de Salamanca. Los estudios de Teología fueron incorporados a esta Universidad, sirviendo a ésta de base para su existencia. Así, se constituyó la Facultad de Teología, la primera Facultad de la nueva Universidad. San Pío V la aprobó también con el breve "Exponi Nobis", del 26 de julio de 1571. En 1574, ella tomó el nombre de Universidad de San Marcos.

Este origen histórico de los estudios teológicos otorga a nuestra Facultad el privilegio de ser la iniciadora de los estudios universitarios en el Perú, tanto los de pre como los de post grado. Formó parte de la hoy Universidad Mayor de San Marcos, con existencia ininterrumpida.

Quedaba establecida así la mayor expresión de la síntesis cultura-fe, jerarquía civil-religiosa, con el fin de buscar el progreso integral de la persona y la sociedad a partir del estudio privilegiado de la Teología, de la que todas las demás ciencias eran "ancillae" (esclavas); claro que "cada una gozaba de autonomía y dignidad propia, pero en dependencia jerarquizada y orgánica para una función de servicios: servir a Dios y a los hombres"[2].

Como escribió el P. Bartra, aquí está la explicación del por qué en la Universidad de San Marcos el primer puesto del claustro se reservó a la Facultad de Teología. Las otras facultades eran las de Derecho Civil (Leyes), Derecho Canónico (Cánones), Artes y Medicina. Las cátedras más importantes en Teología eran la de Prima o Teología escolástica, la de Sagrada Escritura, Vísperas y Nona.Cátedras de Sagrada Escritura. En la Universidad de San Marcos, la Facultad de Teología contaba con cuatro cátedras: Prima, Sagrada Escritura, Santo Tomás, Vísperas.  El Virrey Toledo firma una Real Cédula, Los Reyes, 20 de junio de 1580, por la que indica que  la "cátedra y lectura de Sagrada Escritura sin la cual no se puede saber ni entender la teología y letras divinas ni conseguirse el efecto de la enseñanza y predicación evangélica que han de hacer los estudiantes que la profesasen para españoles e indios".

Hay que recordar que siempre estuvo muy unida al Seminario, y a pesar de ser dos instituciones claramente diferenciadas, en sus cuatro siglos de historia ha vivido etapas en que sus vidas se fundían e identificaban, no sólo por compartir local -calle san Francisco- sino autoridades, profesores y alumnos. Notemos de entrada, que el primer rector del seminario, Hernando de Guzmán, fue tres veces rector de la Universidad de San Marcos.

Conviene recordar profesores sobresalientes como el biblista y asesor de Santo Toribio, P. José de Acosta, el gramático y gran misionero P. Pablo José de Arriaga, SJ; Fray Antonio de Lorenzana, OP, doctor por Salamanca y confesor de Santa Rosa. Era tal la fama cobrada por sus teólogos que a finales de la primera mitad del XVII aparecen numerosos escritos alabando a la Universidad de San Marcos y a sus catedráticos, como los del franciscano Buenaventura de Salinas y Córdova [1630], el dominico fray Adriano de Alesio [1645], el agustino Calancha [1647] y Diego de León Pinelo.

Entre los alumnos y profesores más destacados:

Juan Cavero de Toledo (Rector 1701-16). Fue Obispo de Santa Cruz de la Sierra y después de Arequipa. Se graduó en San Marcos,  regentando la cátedra de vísperas y prima de Teología.

Bernardino de Almansa. Fue secretario de Mogrovejo, durante año y medio, de la visita iniciada en 1584. Obispo de Santo Domingo y santa Fe de Bogotá.

Fray Cipriano de Medina. Obispo de Huamanga, Se graduó en Teología en la Universidad de San Marcos en 1627 y en ella fue lector de Teología Moral y luego de Prima.

Baltasar Martínez de Compañón (1737-1797). Natural de Navarra, obispo de Trujillo (1779-91), arzobispo de Bogotá. Fue capellán de la Universidad de Salamanca, donde se recibió como doctor. Rector de este seminario.

José Baquíjano y Carrillo. Catedrático de San Marcos y elegido por la Regencia del Reino para representar a América en la Junta que se formó con motivo de la invasión de España por los franceses, Bachiller en Cánones, y de Doctor en Leyes y Cánones en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Recibido de abogado ante la Real Audiencia en 1769, fue secretario del obispo electo del Cuzco, Agustín de Gorrichátegui, participando en el IV Concilio Limense y viajando en su compañía al Cuzco.

Vicente Morales Duárez. Optó el grado de Doctor en Leyes y Cánones en la Universidad de San MarcosCatedrático también de San Marcos y Diputado en las Cortes de Cádiz, de las cuales fue elegido Presidente.

Mons. Juan Ambrosio Huerta. Obispo de Puno y de Arequipa.

Manuel Tovar. Rector del Seminario y Arzobispo de Lima. Presidente del Primer Concilio Plenario Latinoamericano.

En sus aulas se formaron gran parte de la intelectualidad del Perú y de América, así como sus líderes como Nicolás de Piérola (1839-1913). Alumno y docente, presidente del Perú de 1895 a 1899.

Doctores en teología como 1831. José Gregorio Paz Soldán, Fiscal de la Excma. Corte Suprema y ex-rector de la U. S. Marcos. 1857. Juan Gualberto Valdivia. Deán de la SI Arequipa, Prelado Doméstico de SS, asistente al sacro solio y Rector del Col. De la Independencia 1903. Belisario A. Phillips. 1910. Jerónimo Carranza. 1910. Juan M. Atucha. 1915. Rubén Olivares. 1915 Jorge Dintilhac. Monseñor Emilio Lissón.

http://www.ftpcl.edu.pe/ftpcl-obtiene-licenciamiento-institucional/  

-Resolución de Consejo Directivo N° 037-2020-SUNEDU/CD certifica que nuestra casa de estudios, pionera de los estudios de Teología en América del Sur, cumple con las Condiciones Básicas de Calidad necesarias para ejercer la enseñanza superior en nuestro país.

-Comenzó siendo la primera Facultad de la entonces Real Universidad de la Ciudad de los Reyes, independizándose de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos por el Estatuto Universitario de 1935.

-Recibió su nombre actual en 1937 y por Decreto Ley 18009 del 25 de noviembre de 1969 se reconoce que la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima «otorga grados y títulos en Teología y Derecho Canónico. Los diplomas se registrarán en el Ministerio de Educación»

La Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima recibió con mucha alegría la Resolución de fecha 12 de marzo de 2020 que notifica la obtención del Licenciamiento Institucional que otorga la Superintendencia Nacional de Educación Universitaria (SUNEDU) a las instituciones de educación superior universitaria que cumplen con las ocho Condiciones Básicas de Calidad (CBC) estipuladas en la Resolución de Superintendencia N°0054-2017-SUNEDU.

El proceso de licenciamiento de nuestra institución inició el 14 de diciembre del 2017, con la presentación de la Solicitud de Licenciamiento Institucional con la denominación Universidad Católica San José.

El 01 de febrero del 2019 SUNEDU notificó la finalización de la etapa de revisión documentaria, que concluyó con la emisión del Informe de Revisión Documentaria con resultado desfavorable, requiriéndose la presentación de un Plan de Adecuación.

En esa coyuntura, del 20 al 22 de febrero del 2019, se realizó una Visita Apostólica de la Congregación para la Educación Católica, responsable vaticana de las universidades eclesiásticas y católicas. Después de esa Visita y de la toma de posesión, el 02 de marzo de 2019, de Monseñor Carlos Castillo como Arzobispo de Lima y, consecuentemente, Gran Canciller de nuestra casa de estudios, la Santa Sede nombró a nuestro actual Rector pro tempore, iniciándose una nueva gestión de la institución.

El nuevo gobierno debió recuperar la identidad institucional de la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima, y también reformular el Plan de Adecuación existente para llevar adelante el Proceso de Licenciamiento.

El 20 de enero del presente año, la SUNEDU emitió el Informe Complementario con resultado favorable y se comunicó dicho resultado a la Facultad, a la vez que se anunció el inicio de la etapa de verificación presencial, informándose que la visita correspondiente de la Comisión de Verificación se realizaría los días 28 y 29 de enero. El 10 de febrero la Dirección de Licenciamiento emitió el Informe de Verificación Presencial con resultado favorable.

Con Resolución de Consejo Directivo N° 037-2020-SUNEDU/CD del 12 de marzo de 2020, el Consejo Directivo de SUNEDU otorgó la Licencia Institucional a la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima con una vigencia de seis años.

De esta forma, la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima renueva el compromiso de brindar formación de calidad a sacerdotes, religiosos, seminaristas y laicos, en las especialidades de Teología y Educación a nivel de pregrado y posgrado.

La institución espera continuar la tradición de más de cuatro siglos de formación ininterrumpida de profesionales íntegros y comprometidos, desde los primeros doctorados en Teología otorgados hace más de 460 años a los frailes Rafael Segura y Domingo de Santo Tomás.

Continuaremos trabajando con seriedad, ilusión y esperanza, conscientes que «el Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres» (sal 125, 3).

Algunos datos históricos

En nuestras aulas se formaron como doctores en Teología:

José Gregorio Paz Soldán, Fiscal de la Corte Suprema y Rector de la Universidad de San Marcos (1831);

Manuel Bandini (1848), Arzobispo de Lima;

Manuel Tovar (1865), Arzobispo de Lima;

Jorge Dintilhac (1916), Fundador de la Pontifica Universidad Católica del Perú

Nos guiaron como Decanos:

Francisco Javier de Luna Pizarro, Presidente interino del Perú en 1822 y en 1833; Arzobispo de Lima (1846-1855) y Presidente del Congreso Constituyente (1822, 1828 y 1834).

Bartolomé Herrera.

Pedro Manuel García Naranjo, Arzobispo de Lima (1908-1917)

Reconocimiento internacional a autoridades o docentes:

Mons. Norberto Strottman Hope MSC, Rector de la FTPCL (1992-1996), primer docente de la Facultad nombrado Miembro de la Comisión Teológica Internacional.

Pbro. Pedro Hidalgo Díaz, Rector de la FTPCL (2005-2013) primer peruano y docente de la institución nombrado experto en una Asamblea Ordinaria del Sínodo de Obispos en 2008, XII Asamblea del Sínodo de Obispos.

Dr. Gustavo Sánchez Rojas, primer teólogo peruano doctorado en nuestra Institución y profesor ordinario de la misma nombrado Miembro de la Comisión Teológica Internacional (2014)  a nombrado Miembro de la Comisión Teológica Internacional (2014)


San José, Esposo de la Virgen María – Puntos de oración

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Amigos: Me da mucho gusto compartirles estos "puntos" de la fiesta de San José. La imagen está tomada de la procesión del santo en la iglesia parroquial carmelita del mismo nombre en el distrito Jesús María, de Lima: Muy feliz día. Si alguien quiere recibir a diario estos "puntos" sobre las lecturas del día, puede suscribirse gratuitamente o ingresar en : https://oraciondelmilitante.blogspot.com/ 

 

19/03/2020, San José, Esposo de la Virgen María

Lectura del segundo libro de Samuel (7, 4-5a. 12-14a. 16)

En aquellos días, vino esta palabra del Señor a Natán: «Ve y habla a mi siervo David: "Así dice el Señor: Cuando se cumplan tus días y reposes con tus padres, yo suscitaré descendencia tuya después. Al que salga de tus entrañas le afirmaré su reino. Será él quien construya una casa a mi nombre y yo consolidaré el trono de su realeza para siempre. Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo. Tu casa y tu reino se mantendrán siempre firmen ante mí; tu trono durará para siempre"».

Salmo responsorial (Sal 88, 2-3. 4-5. 27 y 29)

R. Su linaje será perpetuo.

Cantaré eternamente las misericordias del Señor,

anunciaré tu fidelidad por todas las edades.

Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno»,

más que el cielo has afianzado tu fidelidad. R.

«Sellé una alianza con mi elegido, jurando a David, mi siervo:

Te fundaré un linaje perpetuo, edificaré tu trono para todas las edades». R.

Él me invocará: «Tú eres mi padre, mi Dios, mi Roca salvadora».

Le mantendré eternamente mí favor, y mi alianza con él será estable. R.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (4, 13. 16-18. 22)

Hermanos: No por ley sino por la justicia de la fe recibieron Abrahán y su descendencia la promesa de que iba a ser heredero del mundo.  Por eso depende de la fe, para que sea según gracia; de este modo, la promesa está asegurada para toda la descendencia, no solamente para la que procede de la ley, sino también para la que procede de la fe de Abrahán, que es padre de todos nosotros. Según está escrito: «Te he constituido padre de muchos pueblos»; la promesa está asegurada ante aquel en quien creyó, el Dios que da vida a los muertos y llama a la existencia lo que no existe. Apoyado en la esperanza, creyó contra toda esperanza que llegaría a ser padre de muchos pueblos, de acuerdo con lo que se le había dicho: «Así será tu descendencia». Por lo cual le fue contado como justicia.

Lectura del santo evangelio según san Mateo (1, 16. 18-21. 24a)

Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no tengas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados». Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.


San José, Esposo de la Virgen María – Puntos de oración

1.       "José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo" (Mt 1, 16)

¡Qué densidad de contenido en una sola frase! Hay que volver una y otra vez para paladear y hacer consciente su significado.

Gracias a José y a María recibimos a Cristo y somos cristianos, ungidos, hijos del Padre, sacerdotes, profetas y reyes.

¡Cuánta grandeza en tanta sencillez! Por su nada, recibimos el Todo.

A mí me conmueve el saber estar de José, su humildad, su sencillez, su alegría, en tanta soledad y tanto silencio, pero haciendo su trabajo, forjando el hogar de Nazaret.

Acabamos de celebrar el Año de José y en un congreso se ha considerado a José modelo de esposo, padre, educador.

Gracias José, ayúdanos a ser tan coherentes, tan de Dios y tan humano.

Recordamos con gratitud la devoción del Papa Francisco por José, custodio de la creación, custodio de la familia, custodio de cada uno, custodio de la Iglesia y del mundo.

San Bernardino de Siena (1380-1444)

San José fiel guardián de los misterios de la salvación

     Cuando la gracia divina elige a alguien para otorgarle una gracia singular, le concede todos aquellos carismas necesarios, lo cual aumenta grandemente su belleza espiritual. Esto se ha verificado de un modo excelente en san José, padre legal de nuestro Señor Jesucristo y verdadero esposo de la Reina del universo y Señora de los ángeles. José fue elegido por el Padre eterno como protector y custodio fiel de sus principales tesoros, esto es, de su Hijo y de su esposa, y cumplió su oficio con insobornable fidelidad. Por eso le dice el Señor: «Siervo bueno y fiel, entre en el gozo de tu Señor» (Mt 25, 21). Si comparamos a José con el resto de la Iglesia universal de Cristo, ¿no es este el hombre privilegiado y providencial, por medio del cual la entrada de Cristo en el mundo se desarrolló de una manera ordenada y sin escándalos? Si es verdad que la Iglesia entera es deudora a la Virgen Madre por cuyo medio recibió a Cristo, después de María es san José a quien debe un agradecimiento y una veneración singular. José viene a ser el broche del Antiguo Testamento, broche en el que fructifica la promesa hecha a los Patriarcas y los Profetas. Sólo él poseyó de una manera corporal lo que para ellos había sido mera promesa. No cabe duda de que Cristo no sólo no se ha desdicho de la familiaridad y respeto que tuvo con él durante su vida mortal como si fuera su padre, sino que la habrá completado y perfeccionado en el cielo. Por eso, también con razón, se dice más adelante: «Entra en el gozo de tu Señor». Acuérdate de nosotros, bienaventurado José, e intercede con tu oración ante aquel que pasaba por hijo tuyo; intercede también por nosotros ante la Virgen, tu esposa, madre de aquel que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos.

DESCUBRIR ESTRELLAS, chispa de Antonio Rojas

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DESCUBRIR ESTRELLAS

La capacidad de entusiasmo

es signo de salud espiritual.

-Gregorio Marañón-

 

Me contaron que hubo una vez un señor que estaba todo el día sonriendo. Cuando, agobiado por el calor, todo el mundo protestaba del sol y se escondía bajo la sombra de los árboles, aquel hombre caminaba tranquilamente sonriendo, como si disfrutara de la energía del astro rey. Y cuando hacía mucho frío y la gente refunfuñaba porque se le helaban hasta las ideas, Fede, así lo llamaban, sonreía mientras el frío enrojecía su cara.

 

Si llovía, Fede sonreía. Si las motocicletas llenaban de ruido la calle, Fede se tapaba los oídos y esbozaba una sonrisa. Si tenía que hacer cola para comprar o pagar, el hombre sonreía. Si tenía que tratar a una persona huraña, Fede no perdía la sonreía mientras escuchaba. Incluso si alguien se burlaba de él por su cara sonriente como la de los payasos, Fede, con naturalidad, seguía sonriendo.

 

Entre sus amigos, que conocían los esfuerzos que tenía que hacer para sonreír continuamente, era frecuente la clásica pregunta:

 

—¿Cómo lo haces? ¿Cómo te las apañas para tener siempre la sonrisa en los labios?

 

          —Ya sabéis, respondía Fede, el secreto está en esforzarse por buscar el lado bueno de las cosas, de las situaciones, de las personas. Y, a base de practicar, te acostumbras a descubrir estrellas aun en las oscuras noches.

 

          Es difícil mantenerse neutral o indiferente ante la presencia de una persona entusiasta o con una actitud mental positiva. Es difícil mantenerse indiferente porque el entusiasmo es la pasión por cómo se hacen las cosas y se encaran las situaciones vitales.

 

          El entusiasmo genera creatividad y rehúye la queja estéril, porque nadie ha conseguido construir quejándose de lo difícil que es la vida. La queja sistemática es el recurso de los sin recursos. Y si la queja es contagiosa, el entusiasmo también, como dice la psicóloga Majendri Garcia:

 

Está demostrado científicamente que el buen humor y las actitudes positivas pueden contagiarse de una persona a otra. […] Ante los reveses, se trata de buscar una ilusión que nos dé fuerzas y la forma de salir del atolladero que nos toca vivir.

 

          Puede parecer utópico o de ciencia ficción, pero manteniendo el propósito diario de hoy voy a ser una persona entusiasta, y, para ello, hoy no me voy a quejar y voy a buscar salida, sonriendo, a lo que me vaya aconteciendo, os aseguro que, a pesar de las recaídas, y por muy negra que se presente la noche, acabaremos por descubrir estrellas

¡ESTO TAMBIÉN PASARÁ! (Mensaje a los millenials, centenials y a los más mayores). Dr. Marino Latorre

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¡ESTO TAMBIÉN PASARÁ!

(Mensaje a los millenials, centenials y a los más mayores)

 

MarinoLatorreAriño Universidad MarcelinoChampagnat

Lima, abril,2020

 

Cuando escribo el artículo –mes de marzo- en el Perú llevamos cerca de tres semanas en cuarentena por causa del CV19; en otros países llevan más tiempo. Momentos como estos permiten estudiar y analizar la realidad de la sociedad en que nos toca vivir; en estas situaciones se analizan e identifican las amenazas, fortalezas, debilidades y oportunidades. La situación de cuarentena que vivimos (abril, 2020) es una buena ocasión para hacerlo. Siempre que surge una amenaza aparece una oportunidad; es la ley delmercado.

 

Quiero hacer una reflexión sobre la situación que vive el mundo con ocasión de la aparición de la pandemia del CV19.

 

1.      Vivíamos en el mundo de la Utopía, de Tomás Moro

Tomas Moro, escribió en el siglo XVI un libro titulado Utopía --el lugar que no existe ni existirá nunca-- en el que describe una sociedad perfecta con un gobierno ideal. Pues, sí, al inicio del siglo XXI los humanos vivíamos en un mundo ideal, aún a costa de saquear el planeta Tierra por nuestro consumo desmedido; nos creíamos todopoderosos con nuestra tecnología, los medios  de comunicación real y virtual, los descubrimientos sobre el universo, los  vuelos al espacio tripulados, los satélites y estaciones espaciales, los milagros de la medicina, las bombas nucleares, los proyectiles de largo alcance, los portaaviones, los supermercados y grandes superficies comerciales, los grandes espectáculos, etc.

Creíamos que el siglo XX dejó a la humanidad en la cumbre de la evolución de la especie humana: internet, redes inalámbricas, computadoras, celulares, sistemas de traducción automática, inteligencia artificial, toda clase de tecnologías de la comunicación, grandes edificios, puentes maravillosos, aviones supersónicos, trenes de alta velocidad, labora-torios de todo tipo, operaciones quirúrgicas imposibles exitosas, trasplantes y recambios de todo tipo de órganos, viajes a otros planetas, proyectos para hacer al hombre inmortal en breve tiempo, etc. Hasta nos atrevíamos – ¡oh, qué audaces!-- a jugar a dioses con la manipulación genética y el intento de crear vida. Yo me pregunto y les pregunto: ¿Esa es la evolución gloriosa de la especie humana, cuando todavía hay más de 3000 millones de seres humanos que malviven con menos de 4-5 $ al día?

Pero llegó el CV19, que es un virus sin vida que ataca la vida de las personas y ha puesto en vilo a todo el planeta Tierra. Cuando algo o alguien ataca la vida de las personas –guerras, catástrofes naturales, epidemias o pandemias, etc.-- todo el mundo se conmociona: el sistema de salud y de seguridad de los países, la economía nacional y mundial, la estabilidad social, el empleo, emergen los conflictos sociales que estaban ocultos, etc. Es lo que está pasando en estos momentos en la humanidad entera; noestábamos preparados para la llegada de una pandemia de esta magnitud. Nos sentíamos fuertes y poderosos y –como si se tratara de la llegada repentina de un cáncer a la sociedad o un infarto de corazón generalizado-- nos hemos dado cuenta, de golpe, que somos muy débiles corporal, mental y espiritualmente hablando. Una guerra se ve venir con tiempo, hay indicios, etc. pero el CV19 ha invadido la Tierra como Atila entró en el Imperio Romano, arrasando todo a su paso. Donde ponía la pata el caballo de Atila no crecía la hierba, decían. ¿Quién iba a pensar hace solo tres meses, que el mundo, a inicio de abril, se paralizaría? Ese es el CV19, el Atila del siglo XXI, que ha puesto a cientos de millones de ciudadanos del planeta Tierra en vilo o en cuarentena –de rodillas eimpotentes

-- y ha causado ya decenas de miles de muertes. Y los que todavía no se han querido revelar, para no asustar a los ciudadanos…

 

2.   La realidad seimpone

La situación que nos toca vivir permite analizar y reflexionar sobre la vida y la realidad que vivimos.

ü  Los centenials (generación Z), nacieron en la primera decenadel siglo

XXI.  Llegaron al mundo con un smartphone o tablet debajo del brazo y con una sobreexposición a la información y a la era digital jamás vista. Son niños y adolescentes con una vida por delante, en mundo maravilloso eincierto.

üLos millenials (generación Y), tienen ahora entre 25 y 35 años y han sido testigos del desarrollo, sin precedentes, de los países y de la consolidación de las nuevas tecnologías, que emplean como si fueran una extensión más de su cuerpo. Son jóvenes y están a mitad del camino entre lo antiguo y lonuevo.

üGeneración X (nacidos en los 60-70). Nacieron con menos problemas económicos que sus padres y abuelos, aunque se encontraron con enormes problemas para acceder al mercado laboral debido a que estaba copado por la generación anterior. Pudieron acceder a la educación de manera generalizada y con más calidad que antes, aunque muchos vieron cómo esas titulaciones no se reflejaban luego en sus trabajos profesionales. Por eso, siempre se les ha considerado una generación casi perdida, que intentaba encontrar su lugar en el mundo. La caída del muro de Berlín (1989), el gran crecimiento del consumismo y la aparición de nuevas tecnologías marcaron el perfil de esta generación.

Los millenials, centenials y la generación X, son generaciones que, a pesar de sus dificultades, han vivido en la abundancia y han tenido todo lo que han querido y cuando lo han querido, sobre todo en estos últimos 15-20 años. Tienen hambre, y llaman a un service y les trae al momento la comida, si no ocurre esto, para eso está su mamá –servidora-- y contempladora del ser más hermoso, más inteligente y más bondadoso del mundo… que es su hijo. Si quiere desplazarse a un sitio tiene infinitos medios y son económicos si aprovecha oportunidades, si quiere ver una película o comprar algo, para eso está Internet, Amazón, Néflix, HBO, Alibabá, etc.

Todo esto genera seguridad con su cuota de placer, felicidad, gratificación instantánea, pues sabemos que tenemos todo al alcance de la mano y al instante. La mayor parte de los millenials y centenials no han vivido una guerra,


un desastre natural importante, una hambruna, peste mortal o crisis económica, como sí la vivieron sus padres y sus abuelos. Son una generación afortunada, como pocas en la historia; se tiene todo lo que uno desea y en el momento que lo quiere.

Esta generación ha tenido y tiene todo, pero le falta algo: la paciencia y la constancia. La procrastinación[1]no es su fuerte y de ahí surgen las depresio- nes, el nerviosismo, la insatisfacción, el "no sé qué me pasa"…, la pérdida del control, etc. No han aprendido que primero viene el trabajo y luego llega el éxito, que se consigue con la perseverancia. Se olvidan de que "el único lugar donde viene el éxito antes que el trabajo, es en el diccionario"(Kendall).

No saben que se puede vivir más sencillamente, sin estar bajo la dictadura del reloj. En el Sínodo para la Amazonía (2019) un participante, indígena de la Amazonía peruana, dijo a los asistentes, --que en su mayoría vivían en ciudades--: "Vosotros los europeos tenéis el reloj, pero nosotros (los indígenas) tenemos el tiempo".

¿Qué produce estrés en los jóvenes? Situaciones muy simples:

·        La computadora no va a la velocidad quedeseo.

·         No tengo suficientes links y seguidores en las redessociales.

·         Se ha dañado el móvil o se ha bajado labatería.

·         Se ha caído el sistema y no hayInternet.

·         El autobús tarda más de lohabitual.

·         El avión se retrasa en su salida,etc.

·        He jalado-suspendido unaasignatura.

Vean qué pequeñeces alteran el sistema emocional de nuestros millenials y centenials. La razón es muy sencilla: es una generación débil mental y emocionalmente hablando. Su suerte, –su fortaleza-- el haber nacido en la abundancia y la rapidez y facilidad para calmar todas sus necesidades (¿caprichos?) al instante, y eso los ha hecho débiles. No están preparados  para afrontar dificultades, aunque sean pequeñas. Pero las dificultades son desafíos y oportunidades para crecer. "Solo cuando está suficientemente oscuro se pueden ver las estrellas" (R. W. Emerson), y "un mar calmo nunca logrará hacer un marinero experto", dice el proverbio. No han reflexionado sobre las palabras de Churchill: "El éxito consiste en ir de fracaso en fracaso sindesanimarse".

Esta debilidad se manifiesta en que –con honrosas excepciones-- son seres impacientes, egoístas, desagradecidos –creen que tienen derecho a poseer lo que tienen-- algunos son vagos, inconscientes, que viven en las nubes, enganchados horas y horas a la tecnología, --en la que todo es virtual y por lo tanto posible, por muy loco que sea--, viven en el país de Jauja o en la ciudad imaginaria de Utopía, descrita por Tomás Moro. No hay nada malo en tener posesiones materiales; el problema está cuando los bienes materiales nos poseen a nosotros (Yogananda).

 


Es posible que esta actitud haya sido una constante de los jóvenes a través de la historia de la humanidad. Un texto chino del Nei Ching, que recoge las reflexiones del sabio Ch'i Po, dice, hablando de los jóvenes: "[…] antes se vivía según las reglas de la templanza en el comer y en el beber, e iban a dormir a su hora y se levantaban temprano. No como ahora. Ahora la gente joven bebe y adopta maneras de vivir muy descuidadas […] Solo se preocupan de divertirse: se van a dormir tarde y se levantan a cualquier hora. Está claro que así solo podemos vivir la mitad de los cien años que vivían antes. ¡Estamos degenerando!" (colección de textos de la dinastía Chou, de 1030-221 a.C.) ¿Se puede describir mejor la situación actual en menospalabras?

El sabio Platón (s. V-IV a.C.) ya lo dijo también: "Nuestra juventud ama el lujo, tiene malos modales, menosprecia la autoridad y no tiene ningún respeto a los mayores. Los niños de nuestra época son tiranos; ya no se levantan cuando llega una autoridad y esclavizan a su maestro".

A mi parecer, estas situaciones se dan porque todo los que tienen nuestros millenials y centenials no les ha costado nada. ¡He ahí el problema! ¿Cómo lo van a valorar, si nada les ha costado todo lo que tienen?

En este mundo ideal en que vivíamos, el CV19 nos ha puesto en nuestro lugar con mucho realismo; los humanos somos, al mismo tiempo, muy grandes y muy pequeños. Ya lo dijo Sófocles, en un texto clásico de Antígona: "Muchas son las cosas asombrosas, pero nada más asombroso que el hombre [...] Posee el habla y el pensamiento rápido como el viento y todas las restantes habilidades con las que se puede organizar una ciudad [...] Penetrante, hasta más allá de lo que caprichosamente podríamos soñar; la habilidad es su punto fuerte, sea para el bien o sea para el mal. Cuando honra las leyes de su país y mantiene la justicia que ha jurado respetar ante los dioses, se yergue orgullosamente en la ciudad; pero no tiene ciudad quien, atolondradamente, se enfanga en eldelito".

El CV19 nos recuerda que somos frágiles. La muerte, el dolor, la enfermedad y el egoísmo están ahí, acechando el declive de las ganas de vivir, el vigor físico y mental de los humanos y también de la belleza.

Lo que acabo de describir es una realidad innegable, una amenaza y una

debilidad, pero al mismo tiempo es una oportunidad.

 

3.      La realidad nos enseña y muestra quién esquién

Las circunstancias no hacen al hombre, pero revelan quién es, por eso en situaciones como la que vivimos se muestra la calidad de las personas, de las instituciones y de los gobernantes. Donde hay desastres y dolor, aparece la solidaridad; son los dos polos de un imán, que siempre van juntos; surge el dolor y el desastre e inmediatamente la sociedad saca sus mejores reservas, que estaban guardadas, para ponerlas al servicio de los que sufren. También aparecen los caza-fortunas o los oportunistas políticos, que aprovechan la desgracia ajena para enriquecerse o para ganar las próximas elecciones. La Historia está llena de ejemplos.

Hay quienes ponen en un plato de la balanza la vida de las personas --sobre todo de los adultos mayores-- y en el otro la economía del país. Para el vicegobernador de Texas, Dan Patrick, no hay dilema: "Hay que salvar la economía de país (EE.UU.) y levantar las restricciones impuestas para frenar la epidemia de COVID-19. Si no se levantan "el remedio puede ser peor que la enfermedad". ¿Y qué pasa con los que morirán, especialmente los adultos mayores? "Los que tenemos 70 años o más, nos cuidaremos nosotros mismos. Pero no sacrifiquemos al país", es la respuesta de Patrick. El presidente Donald Trump también considera que el colapso de la economía producido por las medidas para frenar el CV19, costará más vidas que la epidemia en sí (BBC News Mundo, 26/03/2020). He ahí un buen dilema moral para poder discutir sobre la escala de valores de las personas y de los Estados.

La intervención de Patrick compartida en las redes sociales, provocó una oleada de críticas que llevaron a que el hashtag "No voy a morir por Wall Street" se convirtiera en tendencia. "Soy abuela. Mis nietos no quieren que muera para ayudar a que se recupere Wall Street", afirmó una escritora llamada Catherine, abiertamente opuesta a la propuesta dePatrick.

Las palabras de Patrick también tuvieron repercusiones en Nueva York, con más de 30.000 contagiados el día 26 de marzo del 2020. "Mi madre no es sacrificableTu madre no es sacrificable", dijo el gobernador de Nueva York, el demócrata Andrew Cuomo. "Nadie debería estar hablando de darwinismo social por el bien del mercado devalores".

"Lamento que solo tenga un abuelo que dar por mi país", titulaba, con ironía y sarcasmo, la columnista Alexandra Petri en el Washingtong Post. Petri urgía a la generación Y o Z a sacrificarse. "¡El mercado de valores les pide que se entreguen, sin necesidad ninguna y sin beneficio a largo plazo!", instaba, haciéndose eco del famoso mensaje para reclutar soldados en la Primera Guerra Mundial. "No hay muerte demasiado innecesaria, no hay ganancia demasiadopequeña".

 

Con ocasión de la pandemia del CV19 han salido a la luz las verdaderas intenciones de ciertas sociedades que se dicen avanzadas. No llego a entender qué significa sociedades avanzadas o desarrolladas cuando tienen prácticas y políticas sociales que ni en los países pobres de África subsahariana se permiten y aplican. Con ocasión de la pandemia del CV19, países como Bélgica y Países Bajos, con una actitud pro eutanasia, se niegan a hospitalizar a las personas más vulnerables como los adultos mayores. Las autoridades sanitarias de Bélgica –políticas de Estado-- piden que dejen morir a los ancianos más débiles y con coronavirus, fuera de los hospitales. El jefe de epidemiología del hospital de Leiden, refiriéndose a la política sanitaria de otros países, dice: "Ellos admiten a personas que nosotros no incluiríamos, porque son demasiado viejas" […] "No traigan ancianos y pacientes débiles al hospital…" (Jefa de Geriatría del hospital de Gante, en Bélgica). Para botón, las muestras citadas y la que va acontinuación.

Christine Lagarde, expresidenta del Fondo Monetario Internacional y presi- denta del Banco Central Europeo (2019), ha dicho: "Los viejos viven demasiado"; ha dicho una gran verdad; afortunadamente viven mucho más que hace 50 años para poder gozar de su jubilación. Esto conlleva que los adultos mayores consumen y no producen y son una carga para la economía de los países. Pero Lagarde y los que gobiernan hoy no quieren recuerdan que la actual situación de prosperidad de muchos países se labró con el duro trabajo y las privaciones de estos adultos mayores que ahora menosprecian. Ellos sufrieron sacrificios y privaciones para sacar el país adelante, después de una guerra con docenas y docenas de millones de muertos, y ahora les quieren privar de todo, hasta de la vida; quieren que entren a formar parte del "baile de los que sobran" en la sociedad o en el cementerio. Habíamos leído aquello de Thomas Hobbes, (siglo XVII), "homo homini lupus" (el hombre es un lobo para el hombre), frase escrita al comentar el comportamiento de los seres humanos y su egoísmo, con ocasión de las penalidades soportadas durante la guerra civil inglesa entre 1642 y 1651, pero la expresión de la dama plateada – Lagarde-- es más explícita: "Quien no produce, hay que eliminarlo del sistema". Ciertamente el hombre seudo-civilizado es un lobo para el hombrecivilizado.

Que el hombre sea un lobo para el hombre ya lo dijo Plauto, comediógrafo romano, en Asinaria, y lo han cantado los poetas como Wenceslao Mohedas Ramos en este hermoso soneto:

A pesar del brillante escaparate con que el hombre reviste su bajeza, se presienten detrás de su corteza los impulsos primarios delprimate.

Aunque se infle de orgullo y seremate con un halo honorable de grandeza, una bestia será si, en sucabeza,

no relumbra una luz que lo rescate.

"Racional" se apellida sirazona...

y "animal", así, a secas, es sunombre si no alcanza la talla depersona.

Matará por matar...Nadie se asombre si sus artes de muerte perfecciona,

porque el hombre es un lobo para el hombre

 

En estas circunstancias adversas hay quienes exponen su vida heroicamente por salvar la vida de los enfermos –profesionales de la salud, policías, ejército, voluntarios, personas que ofrecen su trabajo y su dinero para salvar vidas-- y otros que quieren resolver el problema de forma pragmática con una decisión de Estado. Qué gran verdad: las circunstancias no hacen al hombre, pero revelan quién es cada uno. Ya vemos: ¡de todo hay en este mundo deDios!

 

4.   Frente a la amenaza laoportunidad

Los japoneses se refieren a las crisis como Ki-Ki (así se pronuncia en japonés), que significa "peligro-oportunidad". Es la oportunidad ante una situación de peligro. El flagelo del CV19 y la cuarentena pueden ser una oportunidad para tomar conciencia de lo que es la vida y del uso que hacemos de las cosas, de nuestras emociones, de nuestros valores personales y sociales y darnos  cuenta de lo que puede hacer un virus, que no tienevida.

Lo que está sucediendo es un desafío pero también una gran oportunidad para la humanidad y para el Perú. No se puede seguir viviendo mucho tiempo una vida alocada de trabajo, trabajo…, diversión, diversión…, y un "vivir sin vivir", como estamos viviendo. Es una oportunidad para vivir y convivir más tiempo y más conscientemente con los seres que queremos. En definitiva lo que vamos a dejar a nuestros hijos y nietos es: amor-afecto y raíces –sentido de perte- nencia--.

La situación de cuarentena es una oportunidad para trabajar el interior de nosotros mismos:

-         Ejercitar nuestra paciencia ysolidaridad.

-         Encontrar nuestra identidad (Quién soyyo?)

-         Encontrar el propósito de nuestra vida (Qué puedo hacer en la vida y qué puedo esperar de lavida?

-         ¿Qué sentido tiene la vida y lo que hago? Encuentre algo que le fascine hacer –decía un autor-- y nunca tendrá que trabajar un día más en su vida. La razón es sencilla: el trabajo se convierte en una gozosa necesi- dad, no en una penosaobligación.

-         ¿Qué pasiones o emociones mueven mivida?

Este tiempo es una oportunidad para ejercer la solidaridad, cada uno desde donde esté y de la manera que pueda. Sabemos que el ser humano nace egocéntrico y a medida que se educa se socializa. La educación es el proceso de pasar del egoísmo infantil a la solidaridad. Cuando se permanece, toda la vida, centrado en uno mismo se sigue siendo niño inmaduro y se pierden las oportunidades más bellas que ofrece la vida para ser feliz.

La vida y la naturaleza nos enseñan lo importante que es dar y recibir; cuando uno da, también recibe. Es "el efecto eco o efecto búmeran". Las lagunas, los ríos y los mares dan agua a las nubes y éstas lo devuelven en forma de lluvia. El servicio a los demás desarrolla nuestras potencialidades psicológicas, emocionales y espirituales, ayudándonos a salir de nuestro egoísmo y conseguir la madurez. El servicio desinteresado es una fuente de salud para el cuerpo y el alma, pero sobre todo, es una fuente inagotable de paz y felicidad. Toda la felicidad que existe en el mundo ha nacido enteramente del deseo por el bien de los demás. Toda la infelicidad ha nacido del egoísmo (precepto budista). Es el precepto del evangelio: "Amaos unos a otros como yo os he amado". Hay que experimentarlo paracreerlo.

Es momento de parar y ralentizar la vida. En el vivir de cada día funcionamos en "piloto automático": salida de casa a las 7 am, trabajo, alegrías-penas, éxitos-fracasos, regreso a casa con la carga de angustia o alegría, y, como sedante, se utilizan las redes sociales, Neflix, TV, etc. Todo eso produce ansiedad, estrés, cansancio y malhumor, cuando lo que se busca en la vida es la felicidad. Pero la felicidad es como una mariposa, si la perseguimos, siempre está más allá de nuestro alcance, sin embargo, si nos sentamos en silencio, podráposarsesobrenosotros.QuérazónteníaBlasPascalcuandodecía: "Toda la miseria del hombre deriva de no poder sentarse en silencio en un cuarto, a solas".

Nuestros abuelos fueron a la guerra para defender la patria; nuestros padres lucharon contra las crisis económicas del siglo XX, --la pobreza, el desempleo, el terrorismo, etc.-- y a nosotros solo se nos pide (hoy) quedarnos en casa, con todas las comodidades y sin que nos falte nada (era de las comunicaciones).

Lo que se nos exige, en estos momentos, es estar a la altura de las circunstancias que nos tocan vivir.

Cuando sus nietos les formulen esta pregunta:

-              Abuelito/a, ¿cómo viviste la cuarentena delCV19?

¿Qué les responderán?

Después de las crisis económicas y sociales siempre aparece la prosperidad, después de la tormenta sale el sol y el arco iris y después del caos viene el orden, la bonanza y las oportunidades. No lo olvidemos: ¡Esto también pasará!

 

Termino con unas palabras de Barack Obama adaptadas a la situación que nos toca vivir: "Jóvenes no soñéis solo con tiempos mejores a los que vivimos; el cambio no llegará si esperamos a otra persona u otro momento. Nosotros somos los esperados; nosotros somos el cambio que buscamos"… "Tú debes ser el cambio que quieres ver en el mundo"(Gandhi).

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Les invito a reflexionar sobre las cuestiones que aparecen en este gráfico cuyo autor no conozco. ¿Quién quiero ser durante la cuarentena delCV19?


Fuente: Tomado de ♯Adaevacoach.

 

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[1]Es el proceso de saber programar el placer y el dolor en la vida, de tal forma que primero gestionemos el dolor para luego disfrutar del placer.

SANTO TORIBIO MOGROVEJO Y EL VIRREY FRENTE A LA PESTE DE SU TIEMPO

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EL VIRREY TORRES Y EL ARZOBISPO MOGROVEJO FRENTE A LA PESTE DE SU TIEMPO

 

José Antonio Benito

 

Esa formidable novela de "Los novios" de Manzoni que registra la terrible peste que asoló Milán comienza apelando a la Historia "como una guerra contra el tiempo, pues hace revivir los olvidados hechos del pasado" y, al encontrarse con un cartapacio de documentos le sabía mal que una historia tan hermosa hubiese de permanecer, a pesar de ello, desconocida; porque, como historia, puede que el lector opine otra cosa, pero a mí me había parecido bella, como digo, muy bella".

La historia como maestra de la vida nos brinda lecciones para agradecer el pasado, servirnos en el presente y proyectarnos con esperanza hacia el futuro.

También a mí, recluido como tantos en mi casa, me han parecido muy bellos estos dos testimonios vividos en nuestro Perú virreinal y se los comparto. Sus protagonistas, el séptimo virrey don Fernando Torres y Portugal, Conde Villar-don-Pardo y el segundo arzobispo santo Toribio Alfonso Mogrovejo, quienes debieron enfrentar su "covid" con la terrible peste general denominada de "las viruelas" de 1589 a 1591.

 

Del primero contamos con una dramática carta dirigida al Rey Felipe II un 19 de abril 1589 dejó testimonio de su interés por la salud de los nativos así como procurar medidas que pudiesen paliar las lamentables consecuencias de la peste (viruela, sarampión o romadizo).

 

"Señor,// Escrito tengo a Vuestra Majestad la enfermedad que comenzó a tocar en la provincia de Quito de viruelas y sarampión de que comenzaba a morir alguna gente y particularmente iba haciendo daño en los naturales y que avisaría de lo que adelante sucediere y habiendo esta pestilencia, que así le llaman, por haber destruido y muerto mucha suma de indios que es la gente a quien el rigor de ella se endereza más, en particular ha venido cundiendo por diversas partes encaminándose a estas provincias y en la cuenca de Loja y Paita se fue acrecentando su furia y ha llegado, con mucha más, hasta la ciudad de Trujillo, dejando los valles de su distrito tan arruinados que se han asolado muchos pueblos con pérdida notable de sus moradores.

Según de todo esto me ha dado aviso en esta manera y aunque desde el comienzo he puesto el cuidado necesario en el reparo que ha parecido convenir visto lo que se va entendiendo, lo he puesto mayor y con los medios más eficaces que en semejantes casos suelen aprovechar, ordenando a todos los corregidores en sus distritos que con mucha diligencia acudan a la cura y el amparo de los dichos indios y provean las medicinas y sustento conveniente de las cajas de las comunidades donde está el dinero que para esto se aplica, ocupándose ellos y los demás ministros en solo lo que a esto conviene con puntualidad y diligencia que semejante conflicto ha de menester para reparar el daño irremediable que se espera de todos los llanos donde está la viruela toca y a vuelta de ella un tabardete pestilencial que a ninguno da que escape.

Ordené también a los dichos corregidores los remedios que os médicos de esta ciudad parecieron convenientes, a los cuales hice juntar para ello y con acuerdo de los más experimentados se hace la cura que conviene a los enfermos en todas las partes donde llega este mal y que los encomenderos acudiesen a sus repartimientos y ayudasen a esto con la diligencia posible y mandé que fuesen a esta ciudad algunos de los dichos médicos para que con la misma entendiesen el cumplimiento de estas cosas y al corregidor de ella y a los demás de ciudades y pueblos de españoles se les ordenó que pusiesen la guarda y el reparo necesario en la con los pueblos que estuviese tocados de esta peste de manera que aplicándose todos los medios humanos quedase el disponer el suceso a la voluntad de Nuestro Señor que se sirva por su misericordia de aplacar su ira.

Me han escrito que en las provincias de arriba casi en un mismo tiempo ha tocado otra enfermedad de tos y romadizo con calentura de la cual aunque hubo días que en Potosí enfermaron de ella más de diez mil indios y algunos españoles no ha hecho hasta ahora daño notable allí ni en el Cusco y Huancavelica donde de presente anda de ninguna manera de estas enfermedades mueren hasta ahora españoles y esos mozos nacidos en este reino, Nuestro Señor guarde a Vuestra Majestad, en Lima 19 de abril 1589"[1].

El doctor Uriel García Cáceres en su interesante artículo "La implantación de la viruela en los Andes, la historia de un holocausto"[2] rescata, además, la actuación del mismo virrey frente a las epidemias que asolaron a los nativos para aliviar las epidemias simultáneas de viruelas, sarampión y tabardete a los indios de los pueblos de Surco, Lati y Lurigancho por haber en ellos muchos enfermos y morirse casi todos. En otro documento similar del AGN de Lima, da cuenta de otra epidemia igualmente terrible en los pueblos de Matucana, Surco y San Mateo donde nombró a un cirujano, don Francisco de Velásquez, para que atendiese a los enfermos. Resulta, que en esos tiempos, las enfermedades con brotes cutáneos, como la viruela y el sarampión, eran atendidas por los cirujanos, llamados latinos, que tenían estudios universitarios, todas las enfermedades llamadas externas, como viruela y sarampión, eran de competencia de estos profesionales de la salud; pues los doctores, llamados físicos, que ostentaban el título de mayor rango académico, no estaban para atender vulgares males supuestamente cutáneos.

Del segundo, del Arzobispo Santo Toribio Mogrovejo, contamos directamente con el testimonio de sus secretarios en el "Diario de la Visita"[3] que mencionan en dos momentos la peste general o "viruelas". Cuando visita Carabayllo en julio de 1593 anota que "Halló que hay, según dijeron los curacas y el dicho Padre, después de las viruelas, sesenta indios tributarios, y ocho reservados y doscientos indios de confesión y doscientas y cuarenta y cinco ánimas chicas y grandes". Más adelante, en octubre de 1593, al pasar por el pueblo de San Sebastián de Huaraz, refiere que "confirmó Su Señoría la vez pasada [1585] en esta doctrina, antes de la enfermedad de las viruelas, 2430 personas".

De otra parte, su inseparable ayudante Sancho Dávila, declarará  en 1595: "Por abreviar y darse prisa no confirmaba sentado, como otros Prelados hacían, sino haciendo en la Iglesia muchas hileras de los indios e iba por cada una confirmando en pie, sufriendo su hedor, que en algunas partes era insufrible, y algunas veces confirmaba a las mil ánimas juntas…En especial, en el tiempo de las viruelas y peste general que hubo en este reino, que por estar todos los indios en sus casas caídos con la dicha enfermedad, se andaba el dicho señor Arzobispo de casa en casa, a confirmarlos, sufriendo el hedor pestilencial y materia de la dicha enfermedad"[4].

Queda claro que las dos supremas autoridades del Perú, el virrey y el arzobispo, fueron conscientes del mal que tuvieron enfrente y lo combatieron de modo real, comenzando por el ejemplo en servicio de los demás.



[1] Leviller R. Gobernantes del Perú, cartas y papeles. Tomo XI (El Virrey Conde del Villar, 2ª Parte). Madrid: Imprenta Juan de Peyó; 1925. p. 207-8.      

[3] BENITO, J.A. Libro de visitas de Santo Toribio (1593-1605)(Colección Clásicos Peruanos, Pontificia Universidad Católica del Perú, Fondo Editorial 2006

[4]GARCÍA IRIGOYEN, C. Santo Toribio  Lima, 1904, II, p.134

LA CRUZ GLORIOSA para nuestro tiempo de virus. P.Iraburu

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LA CRUZ GLORIOSA para nuestro tiempo de virus. P. Iraburu

El teólogo, historiador y, ante todo, pastor, P. José María Iraburu sigue al pie del cañón desde su blog compartiéndonos sus hondas reflexiones acerca de los grandes problemas de la vida como son los del sufrimiento. Les presento el completo índice de los temas tratados para facilitar la lectura de todos sus textos que vivamente recomiendo.

http://www.infocatolica.com/blog/reforma.php/1105221118-137-la-cruz-gloriosa-i-el-sen

(137) La Cruz gloriosa –I. El Señor quiso la Cruz (24-5-2011) -Dios quiso que Cristo muriese en la cruz. -Las Escrituras antiguas y nuevas lo dicen claramente. -La Liturgia antigua y actual de la Iglesia lo dicen. -La Tradición católica, el Magisterio y los grandes maestros espirituales lo dicen. -Cristo quiso morir por nosotros en la cruz. -La Sagrada Escritura lo dice. -La Liturgia también. -Los Padres y el Magisterio apostólico lo dicen. -Si así «dicen» la Escritura y el Magisterio, los Padres y la Liturgia ¿cuál será el atrevimiento insensato de quienes «contra-dicen» una Palabra de Dios tan clara? .-El lenguaje de la fe católica debe ser siempre fiel al lenguaje de la Sagrada Escritura. -El teólogo pervierte su propia misión si contra-dice lo que la Palabra divina dice. -El deterior intelectual y verbal de la teología siembra en el pueblo cristiano la confusión y a veces la apostasía.

(138) La Cruz gloriosa –II. Por qué Dios quiso la Cruz (31-5-2011) -1. Para revelar el Amor divino. -2. Para expiar por el pecado del mundo. Para expiarlo sobreabundamente. -3. Para revelar todas las virtudes. -4. Para revelar la verdad a los hombres. -5. Para revelar el horror del pecado y del infierno. -6. Para revelar a los hombres que solo por la cruz pueden salvarse.

(139) La Cruz gloriosa –III. La Cruz en los cristianos. 1 (5-06-2011). -Todos los errores de hoy sobre la cruz de Cristo los encontramos iguales al considerar la cruz en los cristianos. -La verdadera teología y espiritualidad del sufrimiento a la luz de la fe católica. -La vocación y misión de los cristianos es exactamente la vocación y misión de Cristo. -El Misterio Pascual une absolutamente muerte y resurrección de Cristo, y es la causa de la salvación del mundo. -En esta misma clave pascual se desarrolla toda la vida cristiana: participando en la Cruz de Cristo, participamos en su Resurrección gloriosa. -San Pablo, San Agustín, la Liturgia de la Iglesia, Juan Pablo II, carta apostólica Salvifici doloris.

(140) La Cruz gloriosa –IV. La Cruz en los cristianos. y 2 (11-06-2011) -Toda la vida cristiana es una continua participación en la Cruz y en la Resurrección de Cristo. -En el Bautismo, -en la Eucaristía, -en la Penitencia sacramental, -en todo el bien que hacemos, . -Sin amor a la cruz es imposible discernir la voluntad de Dios. -En todo mal que pacedemos. -Algunos consejos para asegurar la aceptación diaria de las cruces. -Aceptar las cruces, positivizando sus negatividades. -En las mortificaciones y penitencias voluntarias.

(141) La Cruz gloriosa –V. La devoción cristiana a la Cruz. 1 (20-06-2011) -Hoy son muchos los cristianos que se han
hecho «enemigos de la Cruz de Cristo». -Pero el cristianismo sin Cruz es una enorme falsificación del Evangelio. -La gloria suprema de la Cruz respolandece a lo largo de toda la vida de la Iglesia. -En el Nuevo Testamento. -En la Liturgia de la Iglesia. -En la Tradición católica. -La devoción a la Cruz ha sido siempre una de las más arraigadas en el pueblo cristiano. -La evangelización de América se hizo «predicando a Cristo Crucificado». -Primeros misioneros de México. -P. Antonio Roa, OSA. -P. Antonio Margil de Jesús, OFM.

(142) La Cruz gloriosa –VI. La devoción cristiana a la Cruz. 2 (30-06-2011) -San Clemente Romano. -San Ignacio de Antioquía. -Carta de Bernabé. -Anónimo. -Melitón de Sardes. -Anónimo.

(143) La Cruz gloriosa –VII. La devoción cristiana a la Cruz. 3 (8-07-2011) -Anónimo. -San Justino. -San Cipriano. -San Efrén. -San Basilio Magno. -San Cirilo de Jerusalén.

(144) La Cruz gloriosa –VIII. La devoción cristiana a la Cruz. 4 (15-07-2011) -San Gregorio Nacianceno. -San Juan Crisóstomo. -San Gaudencia de Brescia. -San Agustín. -San Cirilo de Alejandría.

(145) La Cruz gloriosa –IX. La devoción cristiana a la Cruz. 5 (22-07-2011) -San Pedro Crisólogo. -San León Magno. -San Fulgencio de Ruspe. -San Anastasio de Antioquía.

(146) La Cruz gloriosa –X. La devoción cristiana a la Cruz. 6 (29-07-2011) -San Andrés de Creta. -San Teodoro Estudita. -San Bernardo. -San Francisco de Asís. -San Buenaventura.

(147) La Cruz gloriosa –XI. La devoción cristiana a la Cruz. 7 (5-08-2011) -Santo Tomás de Aquino. -Beata Ángela de Foligno. -Santa Brígida.

(148) La Cruz gloriosa –XII. La devoción cristiana a la Cruz. 8 (11-08-2011) -Santa Catalina de Siena. -San Juan de Ávila. -Santa Teresa de Jesús.

(149) La Cruz gloriosa –XIII. La devoción cristiana a la Cruz. 9 (18-08-2011). -San Juan de la Cruz. -Santa Margarita María Alacoque. -San Pablo de la Cruz.

(150) La Cruz gloriosa –XIV. La devoción cristiana a la Cruz. 10 (25-08-2011). -Santa Rosa de Lima. -San Luis María Grignion de Montfort. -San Juan Eudes.

(151) La Cruz gloriosa –XV. La devoción cristiana a la Cruz. 11 (1-09-2011). -Santa Teresa del Niño Jesús. -Beato Charles de Foucauld.

(152) La Cruz gloriosa –XVI. La devoción cristiana a la Cruz. 12 (8-09-2011). -Concepción Cabrera de Armida.

(153) La Cruz gloriosa –XVII. La devoción cristiana a la Cruz. 13 (14-09-2011). -Santa Benedicta María de la Cruz (Edith Stein).

(154) La Cruz gloriosa –XVIII. La devoción cristiana a la Cruz. 14 (22-09-2011). -San Pío de Pietrelcina.

(155) La Cruz gloriosa –XIX. La devoción cristiana a la Cruz. 15 (29-09-2011). -Marthe Robin.

(156) La Cruz gloriosa –XX. La devoción cristiana a la Cruz. y 16 (6-10-2011). -San Juan de Dios.

 

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