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SEMBLANZA DE SANTA TERESA POR EL SIERVO DE DIOS P. TOMÁS MORALES, S.J.

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Al celebrar los 21 años de la partida para el Cielo del Siervo de Dios P. Tomás Morales, S.J. el 1 de octubre de 1994, fiesta de Santa Teresita, me complace compartirles la bella semblanza que escribió sobre Santa Teresa de Jesús. Vale la pena recordar el interesante ensayo EL TERESIANISMO DEL PADRE TOMAS MORALES, S. J. del gran teresianista, capellán del monasterio de la Encarnación, Don NICOLAS GONZALEZ , EDITORIAL MONTE CARMELO, Burgos, 2004, 102, pp

 

SANTA TERESA DE JESÚS, virgen y doctora de la Iglesia

 

Siervo de Dios P. Tomás Morales, S.J.

 

"Tengo recio corazón..."

 

            La santa, ímpetu de reforma ardiendo en el más puro amor de Dios, es protectora y adalid de la Iglesia. Al celebrar su fiesta, petición unánime. "Vivir de su doctrina, recorrer el camino de la perfección y encender en nosotros el deseo de la verdadera santidad" (oración colecta.)

 

            El amor de Dios lo explica todo en su vida. Sin él, nada se comprende. "Mujercita flaca y débil, aunque fuerte en deseos", el Amor la transformará. Sufrida y audaz, escribirá un día. "Por grandísimos trabajos que he tenido en esta vida, no me acuerdo haberos dicho, que no soy nada mujer en estas cosas, que tengo recio corazón" (Relac. III). Antes que el Amor la llenase, "le basta pensar que es mujer, para que se le caigan las alas". Después: "Me ha dado Dios gran ánimo, y cuanto mayores contradicciones, mayor". A sus carmelitas aconsejará. "No querría yo fueseis mujeres en nada, ni lo parecieseis, sino varones fuertes" (Camino. 3, 4). Para superar una prueba difícil tuvo que ayudarse de todo su valor, "que dicen no lo tengo pequeño, y se ha visto me lo dió Dios más que de mujer" (Vida 8, 2).

 

"La supliqué fuese mi Madre..."

 

            "Le dio Dios un corazón dilatado como las incontables arenas que circundan la orilla del mar. Gran prudencia y sabiduría" (3 Re. 4, 29). Nos llenamos de confianza al mirarla. También en nosotros el Amor puede hacer maravillas. Hagamos intervenir a la Virgen en nuestras vidas, como ella lo hizo.

 

            Nace el 28 de marzo de 1515 y tenía catorce años. Ávila, corazón de Castilla latiendo bajo pecho abultado de recio granito. Acaba de morir su madre, Beatriz Dávila y Ahumada. Huérfana dolorida, se refugia en una ermita que se alzaba junto al Adaja. "Cuando murió mi madre, fuime afligida a una  imagen de Nuestra Señora y la supliqué fuese mi Madre. Conocidamente he hallado a esta Virgen soberana en cuantas cosas me he encomendado a Ella" (Vida 1,7).

 

            "Y la supliqué fuese mi Madre"... Conmovida ante el fervor de la niña que lloraba a sus pies, la Virgen aceptó gustosísima. Siempre Ella recibe así estos encargos, los más golosos para su Corazón maternal. Empieza a cumplir su compromiso. Irá metiendo a Dios en el corazón de su hija. Se inicia la odisea de amor que será la vida de Teresa. Un incendio cuyas primeras chispas van a saltar en seguida, aunque tarde años en consumirla.

 

"Por vía de casamiento me parecía..."

 

            La Virgen encuentra un bautizado genuino en Alonso de Cepeda. Recio y austero castellano, como la amplia muralla de piedra berroqueña que rodea la ciudad con sus torreones y almenas. Está preocupado por Teresa, "la más querida" para él de los once hijos. El fuerte impulso instintivo de su feminidad, la influencia de libros de caballería que había visto en manos de su madre y las amistades superficiales que la rodean, eclipsan el amor de Dios que apuntó en su niñez. "Tenía primos hermanos..., Eran casi de mi edad, pero mayores que yo. Andábamos siempre juntos, teníanme gran amor" (Vida 2, 3).

 

            Hechizada por el sentimentalismo, entabla unas relaciones que "por vía de casamiento me parecía podían acabar bien". La naciente conciencia de su encanto físico, la compañía de una amiga superficial y de primos admiradores, la inclinan a sus dieciséis años a la coquetería y frivolidad. Pero el militante improvisado de la Virgen va a actuar. Su padre la interna en las agustinas del convento de Gracia, extramuros de la ciudad.

 

"Enemiguísima de ser monja..."

 

            Una transformación radical se inicia. Adiestrada Teresa por la experiencia amorosa que acaba de hacer, desengañada del vacío que le ha quedado en el corazón, María de Briceño, santa religiosa, despierta en ella "deseos de las cosas eternas". Vuelve a lucir el sol de los seis años, cuando en el jardincito de su casa jugaba con Rodrigo a hacer ermitas y leían vidas de santos. A ambos les "espantaba mucho al decir que pena y gloria eran para siempre en lo que leíamos... Acaecíanos estar mucho rato tratando de esto, y gustábamos de decir muchas veces: ¡Para siempre, para siempre! En pronunciar esto mucho rato, era el Señor servido me quedase en esta niñez imprimido el camino de la verdad" (Vida 1, 5).

 

            La nube de sentimentalismos que la llevaron a las agustinas, empieza a disiparse. "Vine a ir entendiendo la verdad de cuando niña: de que era todo nada, y la vanidad del mundo, y cómo acaba en breve" (Vida 3, 5). Se da cuenta que el amor del hombre no dura ¡para siempre, para siempre! Había entrado en el convento de Gracia "enemiguísima de ser monja" (Vida 3, 1). Al año y medio, enferma, saldrá hacia Hortigosa y Castellanos de la Cañada, pero ya ha picado en el anzuelo. La Virgen se servirá de las lecturas que allí haga y de las charlas con su tío, Pedro de Cepeda. Se decide, en medio de la gran repugnancia que siente.

 

"Se arrancaba mi alma..."

 

            Alborea un día de octubre, 1536. Tiene veintiún años. Calles de Ávila todavía desiertas. Cerradas aún las puertas de las casas. Sale sigilosa. Convencido y animado por su hermana, le acompaña Antonio. Va a pedir hábito entre los dominicos. Las pisadas de los fugitivos resuenan en el silencio de calles tortuosas y heladas. Atraviesan la ciudad de Sur a Norte. Quedan atrás la casa solariega en que duerme don Alonso, aquella callejuela donde los primos de Teresa paseaban en los tiempos de sus devaneos, e iban a hablar y jugar con ella.

 

            A la luz del día que ya clarea destaca, cada vez con más fuerza, la silueta rígida y austera de la muralla... Han llegado a la Encarnación bajando por el valle de Ajates. Su espíritu no podía olvidar al padre querido y abandonado. "Cuando salí de casa de mi padre, no creo será más el sentimiento cuando muera, porque me parece que cada hueso se apartaba de sí". (Vida 4, 1). Dura fue la separación. Al ver morir a su padre años adelante, escribirá: "Se arrancaba mi alma cuando veía acabar su vida, porque lo quería mucho" (Vida 7, 14).

 

"Arrojéme cabe Él con grandísimo..."

 

            El fuego prendido por la Virgen incendiaba ya su corazón. Sólo era el comienzo. El ardor de divina caridad irá consumiéndola hasta inflamarla con la visión del ángel perforando corazón. María cumplía el encargo de Teresa adolescente.

 

            Está ya en la Encarnación, 1536. Unas doscientas mujeres, no todas monjas. Pocas horas de oración y mucho locutorio, sin rigurosa clausura. Ambiente poco propicio a la intimidad con Dios. Pasan veinte años. Vida disipada... Es "el tiempo de sus infidelidades", dice ella.

 

            Teresa ha enfermado gravemente, ha visto morir a su padre. Ni siquiera esto la hace arrancar. Es la visión de Cristo llagado en aquel Ecce Homo. "Fue tanto lo que entendí de lo mal que había agradecido aquellas llagas, que el corazón me parece se me partía. Arrojéme cabe El con grandísimo derramamiento de lágrimas, suplicándole me fortaleciese ya de una vez para no ofenderle" (Vida 9, 1).

 

"Ni se contenta el alma con menos que Dios"

 

            El prodigio de la Transverberación inmortalizado por Bernini en la iglesia de Sta. María de la Victoria de Roma, tiene lugar hacia 1558 cuando tiene unos 43 años. Una lápida en su celda, convertida hoy en capilla, lo recuerda. Un ángel la traspasa el corazón con un dardo de oro acabado en punta de fuego.

 

            "Me dejaba toda abrasada en amor grande de Dios. Era tan grande el dolor y tan excesiva la suavidad que no hay que desear se quite, ni se contenta el alma con menos que Dios. Es un requiebro tan suave que pasa entre el alma y Dios que suplico yo a Su Bondad que lo dé a gustar a quien pensare que miento" (Vida 30, 13).

 

"Me parecía que andaba entre ángeles"

 

            Su vida cambia de signo. Aunque el ambiente de la Encarnación nada le favorece, con la oración triunfa. Rudo y perseverante fue su trabajo. Acabó ganando la gran batalla de la oración, decisiva en la historia de las almas... "Pasé en este mar tempestuoso casi veinte años, con estas caídas y con levantarme y mal, pues tornaba a caer". Con tenacidad y exquisita fidelidad, se abre paso luchando contra sequedades y distracciones.

 

            Triunfa de la más peligrosa tentación que jamás tuvo. Dejar la oración, pues no conseguía nada, según le insinuaba el enemigo. Empuña el ariete que utilizará ya siempre en las grandes dificultades. Se dice: "Teresa, ten fuerte". Ha encontrado en la oración poderosa arma que la defenderá. En ella se troquela la futura Reformadora.

 

            Va a empezar sus andanzas. "Fémina inquieta y andariega", dirán sus enemigos. La carrera de fundaciones se inicia en San José de Ávila. 24 de agosto de 1562. Cuatro jóvenes se habían ofrecido a la aventura. Se les da el hábito, se hace el Santo Sacrificio. Así, sin que la ciudad se aperciba, queda establecida la Reforma del Carmen. Se ha estrenado el primer convento en la casita de Juan de Ovalle y su hermana Juana de Ahumada.

 

            Teresa utiliza allí a la que luego llamaría "su Priora", la Virgen y a San José, "mi verdadero Padre y Señor". Les encargó el incipiente monasterio. No sólo se restablece la Regla del Carmen en su primitivo esplendor. Un espíritu evangélico íntegro y perfecto, unos nuevos primeros cristianos, una vida tan pura de oración, retiro, amor y sacrificio, que con razón pudo decir la santa reformadora, refiriéndose a sus monjitas, que "le parecía que andaba entre ángeles" (Fund. 1, 6).

 

 

"¡Dar osadía a una hormiga!"

 

            Teresa estaba encendida en amor. Se sentía quemar como Jeremías. "Era un fuego ardiendo en mi corazón, encerrado en mis huesos. No podía contenerlo" (20, 9). Desde este momento su vida fue agitada hasta lo inaudito. El Amor no la deja reposar. Se suceden las fundaciones sin interrupción. No ha terminado una, y ya la están esperando a la puerta del convento con cartas y recaudos para otra.

 

            No importan distancias, casi siempre muy largas. Ni el rigor de las estaciones ni lo infame de los caminos pueden detenerla. Ella que nunca había pensado en más conventos que el de San José. Allí encerrada con aquellos ángeles de sus hijas, se santificaría y moriría tranquila. Pero los designios del Señor son tan contrarios a las matemáticas humanas... Llevaba unos cuatro años en San José, y, estando en oración, una voz le dice: "Espera un poco, hija, y verás grandes cosas" (Fund. 1,8).  

 

            Era el toque de alerta, la orden de partida. Al poco tiempo salía camino de Medina del Campo. Luego, en cadena, nuevas fundaciones: Malagón, Valladolid, Duruelo -primero de los descalzos-, Toledo, Pastrana, Salamanca, Alba... Asombroso, si pensamos que esta mujer casi siempre estaba enferma, frágil de cuerpo. "Las mujeres no somos para nada", escribía a Gracián. Y sin embargo, se lanza decidida. "Bien veo yo, mi Señor, lo poco que puedo. Pero, llegada a Vos, subida a esa atalaya adonde se ven verdades, no os apartando Vos de mí, todo lo podré" (Vida 21, 5). Se multiplican los carmelos, "estos palomarcicos de la Virgen, Nuestra Señora, y comenzó la divina Majestad a mostrar sus grandezas en estas mujercitas flacas" (Fund. 2,5). Ella misma, rebosando gratitud, se admira: "¡Cómo mostráis, Señor, vuestro poder en dar osadía a una hormiga?" (Fund. 25,7).

 

"Mi Priora hace estas maravillas"

 

            Priora de la Encarnación 1571, 7 de octubre. Batalla contra los turcos en aguas de Lepanto. Santa María de las Victorias da el triunfo a la cristiandad. También a Teresa recibida con hostilidad por ciento treinta religiosas refractarias a la Reforma. Toma posesión de su cargo. Sala capitular. En el sillón prioral, una imagen de la Virgen de la Clemencia con las llaves del convento en la mano.

 

            Teresa se sienta en el suelo a sus pies. Entran las monjas. Unas, temerosas. Otras, desconfiadas. En actitud expectante, las más... Teresa, con tacto exquisito, se las gana a todas. Meses después en la Cuaresma de 1572, no hubo un solo visitante en los locutorios de la Encarnación. La santa lo atribuye todo a la Virgen. "Mi Priora hace estas maravillas" (carta a M. Mendoza, 2-3-1572).

 

            Transcurridos los tres años de priorato, queda libre para nuevas correrías. Hasta entonces, el centro geodésico de todas sus expediciones había sido Ávila, cuna de su vida de mujer, de monja, de reformadora. Cielo límpido, atmósfera transparente cobijando con manto de luz el recinto amurallado de la ciudad, sus pedregosos campos, "tierra de cantos y de santos", el ingente macizo de Gredos en la lejanía...

 

             Ahora la reclama Andalucía. Allá va después de fundar Segovia... Beas, Córdoba, Sevilla, será el itinerario de la andariega castellana por las bellísimas y ardientes, más en aquel estío de 1575, tierras andaluzas. Las carretas entoldadas ardían. "Como había dado todo el sol a los carros, era entrar en ellos como en un purgatorio" (Fund. 24, 6). Teresa calenturienta. Nada le espanta. El fuego la consumía. Ese holocausto de corazón a que alude el Profeta le agradó tanto al Señor que pediremos a Dios en la Santa Misa acepte nuestra ofrenda. "Te fue agradable el don de sí misma que te ofreció la santa, haz que sean también gratos a Tu Majestad los dones que Te presentamos" (orac. of.).

 

"Gran cosa es lo que agrada al Señor..."

 

            La tormenta se desata. Calumnias, enredos, persecuciones envidias. Venían fraguándose desde los primeros días de la Reforma. Los calzados declaran guerra a los descalzos. 1575, y estalla el temporal. El Capítulo general de la Orden dicta penas contra los descalzos. La Madre recibe notificación de recluirse en uno de sus monasterios y no salir nunca. Escoge Toledo. Arrecia el vendaval...

 

            Ella no pierde la paz. Empieza la más sublime de sus obras, las Moradas. "La paz interior, y la poca fuerza que tienen contentos y descontentos para quitarla, de manera que dure esta presencia de las Tres Divinas Personas..., y tras tantos bienes que no se pueden decir". En apacible quietud previene a sus monjitas de un peligro. "Cuán grande yerro es, por mujeres espirituales que sean, no ejercitarse en traer presente la Humanidad de Nuestro Señor..., y a Su gloriosa Madre" (Mor. III 1,3). No olvida, pues, a María. Allí escribirá también: "Gran cosa es lo que agrada a Nuestro Señor cualquier servicio que se haga a Su Madre" (10, 2).

           

            Cuatro años más tarde acaba la reclusión. Levantan la sanción que pesaba sobre ella hacía tres, de no fundar ni visitar conventos. Valladolid, Salamanca, Malagón, la reclamaban desde hacía tiempo. Allá va la santa. Le encanta la soledad de Malagón. Fatigada de tantos negocios como pesaban sobre ella desde hacía años y deshecha de tanto sufrir, en la deliciosa soledad de la villa manchega se encontraba a gusto entre sus hijas. Pero nuevas fundaciones la esperan.

 

"Quedóme gran deseo de servir a esta Señora..."

  

            A pesar de su salud arruinada, surge Villanueva de la Jara. De camino, en Valladolid, nueva enfermedad. Tan grave, dice, que, "pensaron que muriera" (Fund 29, 1). Decide abandonar el proyecto de fundar en Palencia, Soria y Burgos. Pero lo acomete fiada de Dios. "Estando yo un día acabando de comulgar, díjome Nuestro Señor como reprensión: '¿Qué temes? ¿Cuándo Te he faltado Yo? El mismo que he sido, Soy ahora. No dejes de hacer estas fundaciones'" (Fund. 29, 6).

           

            Erigida Palencia el 2 de enero del año de su muerte, sale de Ávila con dirección Burgos. Días crudos, caminos helados. Nieves y hielos, vientos y lluvias azotan sin descanso las llanuras desamparadas de Castilla. Funda en Soria. Surge Burgos, última fundación, una de las más arduas.

 

            La Virgen sonríe desde el cielo, mientras chirrían por tierras de España carretas repletas de monjas que suspiran y rezan, cantan y aman... Emocionada Teresa muchas veces al palpar los milagros, repetía: "Mi Priora hace maravillas". Crece su amor a María.

           

            "Un día de la Asunción de la Reina de los ángeles y Señora nuestra..., se me representó su subida al cielo, y la alegría y solemnidad con que fue recibida, y el lugar donde está... Quedóme gran deseo de servir a esta Señora, pues tanto mereció" (Vida 39, 26). Una gran alegría la invade el 8 de septiembre. "Nace la Virgen para Dios, debo yo también nacer", dice. Se le ocurre renovar sus votos, "y, queriéndolo hacer, se me representó la Virgen, nuestra Señora..., y parecíame los traía en sus manos" (Vida, 48).

 

"Cantaré eternamente las misericordias..."

 

            Va quemando etapas. La estación de término está cerca. La espera junto al Tormes. "Se espantaría cuán vieja estoy y cuán para poco", escribía Teresa desde Burgos, siete meses antes de su muerte. El cuerpo de la Santa se sentía desfallecer, débil, achacoso, quebrantado. Multitud de viajes incómodos en pésimas condiciones, largas y molestas enfermedades, contradicciones  y sufrimientos al por mayor lacerando su alma.

 

            En este estado sale de Burgos a fines de junio. Desfallecida, medio muerta, entra en Alba el 20 de septiembre al atardecer. "¡Válame Dios, qué cansada me siento!", dice al llegar al convento. "Hija -dice la santa a su enfermera-, la hora de mi muerte es llegada... Señor, ha llegado ya el momento de vernos. ¡Hacía tanto tiempo que lo estaba esperando!..." y pidió el viático... Era la tarde del 3 de octubre.

 

            Las monjas rodean el lecho. Entre sollozos y plegarias, se oye la voz agonizante de la Madre. Pide perdón. Exhorta  a la guarda de la Regla. De repente, su faz se reanima. Una expresión de dulcísima confianza la invade. Se oyen sus últimas palabras: "En fin, Señor, soy hija de la Iglesia". Ya no habló más..., pero empezó a entonar para siempre el salmo 85, su canción predilecta: "Cantaré eternamente las misericordias del Señor" (antíf. com.)

 

Filigrana fascinante

 

            Así está esperándonos en el cielo. Canta la misericordia de Dios porque gracias a Él logró un corazón virginal, triunfante de "amorcejos humanos, de esotras afecciones bajas que tienen usurpado el nombre al verdadero amor". (Cam 6,7). Corazón delicado, ardiente, apasionada sensibilidad, Teresa se sentía esclava, "porque en esto de dar contento a otros, he tenido extremo..., y en mí ha sido gran falta" (Vida 3,4). Sólo el amor de Dios la libertó. La Virgen, su "Priora", sin cansarse, intercedía por ella. Las gracias recibidas al morir su padre, la fuerte emoción del Cristo llagado, la lectura de las Confesiones de San Agustín, la acción directa del Espíritu Santo..., plasmaron esta filigrana fascinante.

 

            Dios la va llenando hasta que un ángel incendia en amor divino el alma tan femenina de Teresa para hacerla invulnerable a los afectos humanos. Corazón virginal, ya puede ser madre de las almas, fundadora. Su vida se extingue en la tierra en un incendio de caridad, mientras su alma, remonta a elevado trono de gloria celestial.

 

Mano blanca y pequeñita

 

            "Mujer castellana. Mujer de la gran cabeza", así la califica un contemporáneo. Castellana de pura cepa. Recio temple y ardiente corazón. Débil ante el cariño, invencible cara a la adversidad. Está ya en el cielo. Intercede por nosotros. Nos alcanzará un corazón virginal, para que "alimentados con el Pan del cielo y siguiendo su ejemplo, lleguemos con ella a cantar eternamente las misericordias del Señor" (orac. com.).

 

            Su mano nos conducirá. La mano que toma las disciplinas  en la Encarnación, la que hila la rueca en S. José de Ávila, la que levanta conventos y viaja en carretas, la que agita sonajas y mueve palillos de tamboril en Navidad, la que escribe el Camino o las Moradas... La mano blanca y pequeñita, delicada y exquisita de una mujer santa y española, bautizada coherente del siglo XVI.

 

 

Bibliografía

 

S.T. de J., Obras Completas, BAC, Madrid 1977.

 

S.T. de J., Obras Completas, Edit. Monte Carmelo, Burgos 1990.

 

E. de la Madre de Dios y Otger Steggink, Tiempo y vida de S.T., BAC, Madrid 1968.

 

M. Auclair, S.T. de J., Epalsa, Madrid 1991.

 

D. Deneuville, S.T. y la mujer, Herder, Barcelona 1966.


SAN FRANCISCO DE ASÍS, DIPLOMÁTICO DE LA PAZ, por Nico

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La Dra. Florina Nicolae, rumana en Lima, ha tenido la gentileza de enviarme exte bello texto con la siguiente nota:

El próximo domingo 4 de octubre a las 10 a.m. en la Radio Filarmonía  (102.7 FM) será presentada la charla "San Francisco de Asís, diplomático de la paz"
Si no tienes tiempo para escucharla, te envío el texto grabado. Si tampoco hay tiempo para eso, te ruego leer solo la penúltima frase del texto: se trata de sonreír.

Abrazos afectuosos,
Florina

RADIO FILARMONIA

4 DE OTUBRE DE 2015

 

 

SAN FRANCISCO DE ASÍS,

DIPLOMÁTICO DE LA PAZ

 

El 4 de octubre es una fecha importante en el calendario de la Iglesia Católica: se celebra la festividad de San Francisco de Asís, un santo necesario para toda la humanidad y en todos los tiempos, de manera especial en nuestros tiempos. Él le pidió a Dios: 

Oh, Señor, hazme un instrumento de tu Paz.

Y es exactamente la paz un tema siempre actual, como actual es también el santo que nació en Italia hace más de ocho siglos, en la hermosa región italiana de Umbria, y cuyo nombre es pronunciado por millones de personas cuando hablan del actual Sumo Pontífice:

 "Tomé su nombre como guía y como inspiración en el momento de mi elección como Obispo de Roma"- dijo el Papa Francisco.

Voy a citar por extenso el fragmento de la Carta Encíclica sobre el cuidado de la casa común que tiene como título el reiterado verso Laudato si´ (Loado / Alabado seas), del famosísimo Cántico del Hermano Sol o Cantico de las criaturas.

"Creo que Francisco es el ejemplo por excelencia del cuidado de lo que es débil y de una ecología integral, vivida con alegría y autenticidad. Es el santo patrono de todos los que estudian y trabajan en torno a la ecología, amado también por muchos que no son cristianos. Él manifestó una atención particular hacia la creación de Dios y hacia los más pobres y abandonados. Amaba y era amado por su alegría, su entrega generosa, su corazón universal. Era un místico y un peregrino que vivía con simplicidad y en una maravillosa armonía con Dios, con los otros, con la naturaleza y consigo mismo. En él se advierte hasta qué punto son inseparables la preocupación por la naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso con la sociedad y la paz interior"(Encíclica Laudato si', n° 10).

Hace tres años la editorial de las Paulinas ha publicado la versión española de un libro mío, titulado "San Francisco de Asis, medieval y actual". Se trata de esa asombrosa actualidad que podemos constatar en varias situaciones y, más concretamente, en la actividad del Papa Francisco mismo, quien asumió el nombre del santo de Asís como un verdadero programa de su pontificado.

Con motivo de la presentación de ese libro, he evidenciado un aspecto singular y quizás sorprendente de la personalidad del pobrecillo de Asís -como era conocido el santo-, un aspecto que no se encuentra en el libro: ¡el de diplomático! Porque San Francisco era, de verdad, un diplomático de la paz. Con una misión diplomática de primera clase.

Soy parte de una Embajada y he trabajado como diplomática en varios Estados, incluso ante la Santa Sede. Pero, de igual manera, considero que todas las personas que están escuchando esta charla dominical –deferencia que les agradezco de todo corazón- conocen bien el mundo y los modales de la diplomacia.

Obviamente, San Francisco de Asís no era un diplomático de profesión, sino más bien un diplomático de una patria espiritual, celestial. En consecuencia, era subordinado –en una relación vertical– al Rey de los Reyes; es decir, con una voluntad rendida totalmente a los imperativos del Altísimo. No era un Nuncio papal, ni un representante de un Estado de este mundo, sino un dócil y feliz instrumento del Dios del amor y de la misericordia, su Amo, su Dirigente, su Patrón, su Protector y su Defensor. Como diplomático, él tuvo un encargo especial, un mandato de por vida; y, cuando lo concluyó, volvió… a la patria celestial.

Su misión era la defensa de una causa noble: luchaba como partidario de la paz y era enemigo de enfrentamientos y discordias. El siglo XIII ha sido uno de gran crueldad en un mundo dividido y ensangrentado. He dicho el siglo XIII, ¡no el siglo XXI!

Se habla siempre de paz, pero se olvidan los principios básicos de este concepto, principios irrenunciables para que la paz se haga realidad. En una sociedad sofocada por la violencia, como la de nuestros días, San Francisco postulaba la paz política. ¡Es muy actual, actualísimo! ¿Verdad?

Hábil, sagaz en el trato con las personas, Francisco ponía en práctica la diplomacia, es decir aquel conjunto de actitudes, reglas y métodos que permiten armonizar las relaciones con otros sujetos. La aplicaba con un doble objetivo: por un lado, promover la paz; y, por otro lado, cultivar una mentalidad propicia para la paz en la cultura y en el modo de pensar de su tiempo. Este doble objetivo es igualmente válido en el mundo contemporáneo, porque tiene una valencia universal, tal como sugiere el título de mi libro "San Francisco: medieval y actual". Esto significa que también nosotros podemos utilizar sus métodos, poniéndolos en práctica día a día.

Francisco no es un modelo estático para imitar, sino un ser fascinante en cuyo ejemplo de camino de acercamiento al Bien Absoluto hay que meditar profundamente.

Su personalidad, su forma de pensar y de actuar, su ejemplo de dedicación y de humildad han inspirado muchos artistas de todo el mundo: pintores y escultores, directores de cine, compositores. Les propongo interrumpir por unos minutos mi discurso desde este micrófono, para escuchar una obra musical inspirada en San Francisco de Asís.

MÚSICA: Liszt

Volvemos a nuestro tema sobre la dimensión diplomática de la vida de San Francisco de Asís. Dispuestas sobre la luminosa arcada de la "pacificación", las coordenadas de su existencia evidencian vínculos de una coherencia y una transparencia extraordinarias.

Muchas son las muestras de su sutil diplomacia que podrían enumerarse. Voy a exponer sólo algunas:

 

1.     Primera muestra de la sutil diplomacia de San Francisco de Asís: Armonizar los seres humanos entre sí

Con su peculiar y tan humilde manera con la que trataba al prójimo, Francisco propone una reconciliación vuelta a la concordia. Esclarecen elocuentemente todo esto tanto la forma en que se relacionaba con sus semejantes -muchedumbres en su conjunto o individuos considerados por separado-, cuanto la profundidad de su experiencia mística y de apostolado, porque él siempre estaba animado por un espíritu de servicio, según el ejemplo del Señor, quien dijo: "No vine a ser servido, sino a servir".

Tomás de Celano escribía en su biografía del Santo:

"El predicador del Evangelio, Francisco, que a los rudos predicaba con recursos materiales y rudos, como quien sabía que la virtud es más necesaria que las palabras, usaba, en cambio, con los espirituales y más capaces un lenguaje más vivo y profundo. Sugería en pocas palabras lo que era inefable, y, acompañando las palabras con inflamados gestos y movimientos, arrebataba por entero a los oyentes a las cosas del Cielo".

La cultura medieval era, antes que nada, una cultura de la palabra, de la persuasión directa, cara a cara, por medio de un diálogo vivo –se decía que "todos hablaban"–. Las nuevas categorías sociales que iban apareciendo en el paisaje urbano –artesanos, banqueros, jueces, enseñantes– desarrollaban su actividad sirviéndose sobre todo de la palabra, de la conversación y de la negociación. Está claro que ocho siglos atrás no había las herramientas que tenemos hoy: no había teléfonos, ni correo electrónico, ni radio, ni televisión; no había ninguno de nuestros polifacéticos instrumentos y aparatos de comunicación. Todos, cuál más, cuál menos, podían obtener el éxito siempre y cuando consiguieran convencer mediante el diálogo directo. "Porque sólo en el diálogo directo con el otro puedes conocerlo. Y no hay diálogo directo más verdadero que el diálogo del amor"–decía un gran teólogo rumano, DumitruStaniloaie.

Con su sencillo magnetismo espiritual, Francisco aplicó la inteligencia y el tacto al manejo de las relaciones entre seres humanos, promoviendo los valores que en su vida -y a través de la Orden por él fundada- defendió con total abnegación. Su logro de "conectar con el público" se debió en parte a cierto encanto personal, a su carisma, aunque también dimanaba de su sensibilidad para con el estado mental y psíquico de los oyentes.

En sus escritos, sus conversaciones y sus predicas hallamos reflexiones y preceptos llenos de humana ternura, de cálido estremecimiento, pero también de conmovedora poesía mística. Todos ellos ilustran la historia de su voluntad de cumplir la misión que le fue encomendada por el Altísimo, para los otros y para sí mismo: la paz.

Antes de pasar a otro modo de actuar de Francisco de Asís como mediator y reconciliador entre entidades contrarias, para conseguir un lenguaje común, una concordia, les propongo escuchar otra pieza musical de inspiración franciscana.

 

MÚSICA :  Liszt, San Francisco predica a los pájaros

 

 

2.Segunda muestra de la sutil diplomacia de San Francisco de Asís: Armonizar las relaciones entre los fieles y la Iglesia

 Francisco interpretó en clave pacifista las realidades del siglo, aceptando los aspectos válidos de ciertos movimientos religiosos populares heréticos y relegando sus elementos negativos, como la insubordinación frente a la jerarquía clerical, el pesimismo maniqueo, las desviaciones doctrinales, etc.

Para la Iglesia católica de su tiempo, San Francisco de Asís era la personalidad ideal. Por un lado, absorbía la desesperación de las masas empobrecidas, encarnando una suerte de mecanismo que desactivaba los conflictos, a menudo violentos, fruto del descontento popular. Por otro lado, habilitaba una sólida barrera, fácil de controlar, contra las herejías pauperistas, poniendo fin a las polémicas relativas al rechazo de los movimientos de renovación por parte de la curia romana.

A San Francisco de Asís le corresponde el mérito de haber llevado a cabo una síntesis de los anhelos, a menudo contradictorios, de las generaciones precedentes, y de haberlo hecho además en un plano elevado.

El movimiento franciscano abarcó todos los aspectos de la vida, englobando entre sus propósitos la lucida percepción de los problemas del hombre y su tiempo, dando lugar a un momento crucial en el plano religioso y humano.

La protección papal para con San Francisco se manifestó precisamente en virtud de la veneración que éste profesó hacia el sacerdocio y como consecuencia de la obediencia por él declarada de cara a la jerarquía eclesiástica. Así, el movimiento franciscano se presentaba como transposición de las más profundas y más extendidas instancias religiosas, a la luz de un cristianismo vivido activamente, llevado con creatividad a la práctica y hecho a medida de aquel momento histórico.

Francisco se transformó –con su espíritu señorial– en una persona autorizada a negociar como un verdadero diplomático en nombre de Dios; pero en consonancia con una institución terrena, la Iglesia.

 

3. Tercera muestra de la sutil diplomacia de San Francisco de Asís:Armonizar las relaciones entre el ser humano y la naturaleza

San Francisco de Asís fue proclamado Patrono de laecología por el santo Papa Juan Pablo II el día 29 de noviembre de 1979, considerándolo "entre los santos y los hombres ilustres que han tenido un singular culto por la naturaleza"…

Pero, yo aquí no quiero hablar de la ecología como "la ciencia que estudia las relaciones de los seres vivos entre sí y con el medio en que viven; o como "la rama de la sociología que estudia las relaciones entre los grupos humanos y su entorno físico y social". En este sentido la encíclica Laudato si' es considerada por reconocidos científicos y políticos como el más significativo y valioso documento que sobre este tema se haya publicado.

Quiero referirme al Santo de Asís en su dimensión de diplomático también al nivel de toda la creación, al nivel ecológico integral.

Quiero subrayar su desbordado amor, conmovedor y poético, hacia la naturaleza, sus célebres diálogos y predicaciones a los animales y a los seres inanimados. Su primer biógrafo, Tomás de Celano escribe: "Cuando daba con multitud de flores, predicábales cual si estuvieran dotadas de inteligencia, y las invitaba a alabar al Señor. Asimismo convidaba, con ternísima y conmovedora sencillez, al amor divino y exhortaba a la gratitud a los trigos y viñedos, a las piedras y a las selvas, a las llanuras del campo, a las corrientes de los ríos, a la ufanía de los huertos, a la tierra y al fuego, al aire y al viento. Finalmente, daba el dulce nombre de hermanas a todas las criaturas, de quienes, por modo maravilloso y de todos desconocido, adivinaba los secretos, como de quien goza de la libertad y la gloria de Dios".

 

Todos conocemos el famosísimo Cántico del Hermano Sol:

"Loado/Alabado seas, mi Señor, con todas tus criaturas, / especialmente el señor hermano Sol… por la hermana Luna y las Estrellas,… por la hermana Agua, por nuestra hermana Madre Tierra… (que no tiene nada que ver con el sincretismo de la cosmovisión de los pueblos andinos acerca de la Pachamama) – hermana Madre Tierra / la cual nos sustenta y nos gobierna, / y produce diversos frutos / con coloridas flores y hierbas".

San Francisco de Asís -escribe el Papa en el primer párrafo de su Encíclica Laudato si'- "en este hermoso cánticonos recordaba que nuestra casa común es también como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos"(n° 1).

Francisco de Asís sentía un profundo respeto y admiración por todo lo que hallaba en la naturaleza: es considerado entre los más preocupados por el equilibrio entre animales, plantas y seres humanos.

Quería restablecer la concordia y la amistad entre las partes enemistadas, exactamente como lo son hoy en día el ser humano y el conjunto de la creación. Se proponía reconciliar esas partes enemistadas. Se trata de una reconciliación que en realidad es un reconocer el mal que le estamos haciendo a la naturaleza con nuestra actitud de dominadores, consumidores y explotadores, con nuestro propósito de convertir la realidad en simple objeto de uso, sin la apertura al estupor y al amor que nos enseñaba San Francisco de Asís.

Veamos un excelente diálogo diplomático entre el Embajador de Asís y el Lobo de Gubbio:

Francisco le dijo al lobo: "Hermano lobo, tú estás haciendo daño en esta comarca… Toda la gente grita y murmura contra ti, y toda la ciudad es enemiga tuya. Pero yo quiero, hermano lobo, hacer las paces entre tú y ellos…".

Ante estas palabras, el lobo, con el movimiento del cuerpo, de la cola y de las orejas y bajando la cabeza, manifestaba aceptar y querer cumplir lo que decía San Francisco.

Díjole entonces San Francisco: -Hermano lobo, puesto que estás de acuerdo en sellar y mantener esta paz, yo te prometo hacer que… [ahí se enuncian los términos del pacto]. Pero, una vez que yo te haya conseguido este favor, quiero, hermano lobo, que tú me prometas que no harás daño ya a ningún hombre del mundo y a ningún animal. ¿Me lo prometes?-".

 

Les propongo ahora escuchar una pieza musical que tiene como punto de inspiración el protagonismo discreto de San Francisco de Asís.

 

MÚSICA: Fr Poulenc

 

4. Cuarta muestra de la sutil diplomacia de San Francisco de Asís: armonizar las relaciones entre el Occidente cristiano y el Oriente Medio musulmán

 

Lo que consiguió con el hermano lobo, San Francisco de Asís intentó lograrlo, sin conseguirlo, entre los cruzados y los musulmanes

 

San Francisco luchó abiertamente con quienes alentaban el ideal de la cruzada, proponiendo además una teología sin violencia, una misión pacífica, "por vía de los tratados"–como se dice hoy en día. Él mismo emprendió un viaje hacia tierras árabes para llevar un mensaje de paz contra la V Cruzada. Fue éste un momento diametralmente opuesto al que precedió su conversión, cuando, en el año 1204, se había puesto en marcha hacia el sur de Italia para enrolarse en la armada de la IV Cruzada.

En junio de 1219, partió por mar desde Ancona (en la costa oriental de Italia central) hacia el Oriente Medio. Intentó convencer a los cruzados de que no emprendieran la guerra contra los sarracenos y aceptaran los tratados de paz. Pero no le escucharon. Predijo una derrota espantosa que la realidad no tardó en confirmar. "Sólo San Francisco parecía leer la historia a la luz de la sabiduría eterna, no conforme a las apariencias y contingencias externas", afirma Giulio Basetti-Sani, en su obra sobre la dimensión profética del diálogo franciscano.

Su condena implícita de las cruzadas subraya la incomprensible traición de éstas a las enseñanzas divinas, traición que además se apoyaba en la supuesta pretensión de emprenderlas en defensa del Evangelio (hoy en día se hace en defensa de los valores de la democracia). ¡La violencia y la inmoralidad de la guerra hecha en nombre de la paz!

En general, la hagiografía sobre el santo de Asís presenta al encuentro de Francisco con el sultán como si de un triunfo se tratara. En realidad, Francisco fue recibido cortésmente por Al-Kamil Muhammad al-Malik, hombre culto, de mentalidad abierta, quien lo trató con respeto, pero sin renunciar a su fe en ningún momento. Según cuentan ciertas leyendas, el sultán habría recibido al "pobrecillo de Asís" como a un verdadero "diplomático", permitiendo finalmente que regresara incólume al campamento de las cruzadas.

Estoy convencida de que Francisco –inteligente y clarividente– no hizo la mínima tentativa de convertir al sultán. Su misión era la de un diplomático de la paz. Quiso lograr la paz entre las fuerzas en conflicto, concordando un "pacto" entre ellas para poner fin a la guerra.

El filósofo chino Confucio (Kung-Fu-Tse, 551-479 a.C.), que proponía tener por objeto final la paz universal y la armonía general, formuló clara y sencillamente el concepto:

 

"Quien pretenda someter a los hombres por la fuerza de las armas

no alcanzará la sumisión de sus corazones;

por eso, la violencia nunca es suficiente para dominarlos.

Quien conquiste a los hombres por la virtud

consigue que todos se sometan a él".

 

 

5. Quinta muestra de la sutil diplomacia de San Francisco de Asís: armonizar sus relaciones consigo mismo, ser un hombre conciliado consigo mismo, con su cuerpo y con su alma

 

 La relación de Francisco consigo mismo es una espiral permanentemente atravesada por su pasado (la memoria), por el presente (es decir, por la criatura que habita el mundo: su cuerpo), por el futuro (reservado al alma, junto con el cuerpo que ésta anima), en torno a la cual gira toda la espiral, en la verticalidad extática.

"Ama a tu prójimo como a ti mismo". Pero, de verdad, ¿nos amamos? Francisco de Asís fue un diplomático muy exigente consigo mismo. En mi libro"San Francisco de Asis, medieval y actual", ustedes encontrarán muchos elementos de esta lucha que él ganó hasta llegar a la santidad.

 Antes del último segmento de mi exposición, les propongo, queridos oyentes, escuchar una oración para el príncipe rumano Constantin Brancoveanu, quien prefirió dejarse degollar por os turcos que renunciar a su propia fe cristiana.

MÚSICA . Rugaciune pentru Constantin Brancoveanu

 

6. Sexta muestra de la sutil diplomacia de San Francisco de Asís: armonizar sus relaciones con Dios, ser un hombre conciliado con Dios

En realidad, esto era su mandato esencial. Un diplomático tiene que respetar y cumplir con el mandato de quien lo envía. Y a él lo había enviado Dios, el Altísimo, ¿no?

 Este asunto no es nada fácil para nadie: hay que intuir "los infinitos caminos que el Señor recorre para cambiar los corazones de las personas".

Llevando a cabo una equilibrada armonización entre el amor a Dios y el amor al prójimo, el Santo de Asís logró de lleno afirmar la paz, sin polemizar, sin juzgar, ni criticar. Ésta es, de hecho, la esencia de su mensaje: esa paz que reconcilia a los hombres con Dios y que, en el orden terrenal, habría de reconciliar a los hombres entre sí y con la naturaleza.

"Para San Francisco la Creación pertenece a Dios y el gozo por esta creación que Dios confía al hombre no puede disociarse de la gratitud por la creación, de la responsabilidad hacia ella y de la igualdad entre todas las criaturas, que son inseparables, como lo han sido en Francisco de Asís. La naturaleza es para Francisco la expresión de un designio de amor y de verdad de parte de Dios que la dona al hombre para que sea el habitat para todos"–escribe Monseñor Adriano Tomasi, Obispo Auxiliar de Lima, en la introducción de mi libro.

Voy a reiterar: la vida y las obras de San Francisco de Asís son para ser meditadas detenidamente, con tranquilidad, tiempo y dedicación, y así poder ser después también imitadas en el espíritu que las impulsó. Una meditación que no tiene que ser meramente cristiana, sino profundamente humana. Porque la experiencia de Francisco de Asís en la sociedad del Medio Evo europeo, extremadamente tumultuoso y a veces dramático, y la "hoja de ruta" de su vida predisponen nuestras vidas y nuestra época a reflexionar profundamente.

         En efecto, lo que San Francisco de Asís nos ha enseñado, de manera tan universal y actual con la formula PAZ Y BIEN, es más que un concepto político, una suma de ideas o una teoría frente a la sangrienta práctica de la guerra.  La paz es un modo de vivir. Es un peregrinaje espiritual de cada minuto hacia el alma del otro, del prójimo y –casi simultáneamente– hacia los adentros de uno mismo.

Pero este peregrinaje se aprende. Es importante educar para la paz, dirigir y encaminar en la construcción de puentes y no de muros, poner decididamente la inteligencia al servicio del amor.

 

Vivir para la paz. Hay que vivir cada día con una sonrisa, porque "la paz comienza con una sonrisa", decía la Madre Teresa de Calcuta. Mientras el Mahatma Gandhi afirmaba que "no hay camino hacia la paz: la paz es camino".

 

          Ya ahora mismo nos encontramos en este camino de paz: yo, desde aquí delante del micrófono; y ustedes, escuchando los lindos sonidos de la excelente Radio Cultural Filarmonía.

 

¡MUCHÍSIMAS GRACIAS!

        

 

 




KAI-ÑAUPA-QUIPA DEL CENTRO HISTÓRICO DE LIMA PROLIMA, CATEDRAL Y CEPAC apuestan por desentrañar el Patrimonio Cultural y lo comparten con más de cien participantes en su evento

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KAI-ÑAUPA-QUIPA  DEL CENTRO HISTÓRICO DE LIMA

 

PROLIMA, CATEDRAL Y CEPAC apuestan por desentrañar el Patrimonio Cultural y lo comparten con más de cien participantes en su evento

 

El ayer, el hoy, el mañana del preciado centro histórico de Lima ha sido sometido a investigación, estudio, exposición por los expertos de la arqueología histórica, brindando a historiadores, guías y público en general lo más actual del mismo. Todo ello, ha tenido lugar en el Centro Cultural de la "Casa de Ejercicios Espirituales de Santa Rosa" de Jr. Miró Quesada 448, en el Centro de Lima.

 

La iniciativa partió del Museo de Arte Religioso de la Catedral de Lima que sugirió a los profesionales de PROLIMA la sistematización y puesta al día de sus investigaciones en el marco de un ciclo de conferencias. Se hizo a lo largo de la tarde (4.30 p.m. a 7.30 p.m.) de os pasados 1 y 2 de octubre del presente año con la asistencia de unas cien personas.

 

Y es que en el Centro Histórico de Lima (CHL) se han venido desarrollado diversas investigaciones de carácter arqueológico desde hace décadas (1970 – 2014), con propósitos de estudios diversos: de fundaciones de las casonas e iglesias, para su puesta en valor, y muy poco conocer la presencia prehispánica en el centro histórico, que lo menciona algún historiador en base a datos superficiales. Lamentablemente poco se sabe acerca de estas investigaciones porque dichas informaciones se ha manejado exclusivamente dentro de los círculos académicos o para los fines deseados.

 

Frente a la inquietud de los "usuarios" del Centro Histórico, guías de turismo, historiadores, arqueólogos, e interesados en el pasado de nuestra ciudad, surge la interrogante que nos motiva a realizar una recopilación de las investigaciones sobre el particular, y nos gratifica saber que no son pocas.

 

En virtud de ello, La Municipalidad Metropolitana de Lima a través de su programa PROLIMA(Programa Municipal para la Recuperación del Centro Histórico de Lima), y el Museo de Arte Religioso de la Catedral de Lima, con el auspicio del CEPAC (Centro del Patrimonio Cultural) de la UCSS (Universidad Católica Sedes Sapientiae) han sumado esfuerzos para la organización de este ciclo de conferencias que ha querido sistematizar y difundir los trabajos de investigación de esta Lima subterránea, que apenas nos deja comprobar la presencia prehispánica y virreinal de nuestra ciudad. Con la misión de recuperar la memoria histórica de Lima, esta primera edición conferencias dirigido ha querido y logrado descartar o reconfirmar ciertos supuestos que están en los orígenes de esta "tres veces coronada villa".

 

 

El evento fue inaugurado por el  arquitecto  Edgar Santa Cruz Arana, (e) Gerente del Programa de Recuperación del Centro Histórico de Lima (PROLIMA), quien tuvo  palabras de recuerdo-hhomenaje póstumo al arqueólogo señor Daniel

 

El primer tema brindó estudios acerca de la Plaza Mayor y Catedral con la exposición de Carlos del Águila. "La Basílica Catedral y el Convento de Santo Domingo desde la arqueología", Raúl Greewich. "Investigaciones Arqueológicas y Bioarqueologicas en las criptas y estructuras funerarias de Basílica Catedral de Lima", Miguel Pazos. "Redescubriendo la Plaza Mayor", Martin Córdova. "Parque de La Muralla, recuperación y puesta en valor" y Miguel Fhon. "Investigaciones Arqueológicas en la Casa Bodega Quadra".

 

 El Tema 2 acogió ponencias sobre  las excavaciones en el entorno de la Plaza Mayor: Juan Mogrovejo. "Investigaciones Arqueológicas en las casas Riva Agüero y O'higgins"; Héctor Walde.  "Investigaciones Arqueológicas en Iglesia San Lázaro";                Paul Pérez. "Canales de agua en Lima: El  Huatica"; Antonio Coello. "San Andrés, no solo pertenece al Inca,  también a la historia de la Salubridad  de Lima"; Boris Márquez. "Investigación y Puesta en valor de los Muros fundacionales dela Real y Pontificia Universidad Mayor de San Marcos".  A todos ellos, se sumó la comunicación del historiador José Antonio Benito Rodríguez acerca de "El testamento de Gonzalo de la Maza ("padre" de Santa Rosa) descubierto en el Instituto Riva Agüero".

El evento llegó a su clímax con la magistral intervención de la doctora Inés del Águila quien recogió de modo sobresaliente los alcances de todos los ponentes en sus conclusiones. Recordó con emoción a Daniel Guerrero y agradeció a todos por la gran cantidad de datos y de temas aportados con esta "lectura arqueológica" integral de Lima, que superaba la visión y lectura "museológica". Se fijó en el "kai" (aquí y ahora), el "ñaupa" (pasado) y el "quipa" (futuro), destacando entre sus aportes:

1)      Lectura del territorio

2)      Los mapas, la topografía…Se cuestionó la ausencia del elemento prehispánico en el Centro Histórico, la consideración de Barrios Altos como centro de un poblado prehispánico y el interrogante de la llegada de Pizarro en los dominios de Taulichusco. Alentó a seguir por el derrotero abierto por el Dr. Lorenzo Huertas.

3)      La arquitectura. La necesidad de clasificar los grupos de datos en los contextos desde los edificios (religiosos os y civiles)

4)      Vínculo de los canales con la tecnología y los procesos de cambio en el territorio, con grandes temas de vida cotidiana como el de la salud

5)      Metodología personalizada de cada uno de los arqueólogos, la puesta en valor del edificio

6)      Las costumbres como temas transversales que pueden llevar a conocer el discurrir de la historia de la medicina como en San Andrés

7)      La importancia del manejo de las fuentes, cotejar los cronistas con los resultados de las evidencias arqueológicas

8)      Identificación de grandes temas y bloques para continuar: Territorio-paisaje; tecnología; arquitectura civil y religiosa; la sociedad.

Agradeció por el buen trabajo realizado y animó a seguir la labor con perseverancia.

 

Las palabras de Clausura corrieron a cargo del Historiador señor Fernando López, Director del Museo de Arte Religioso de la Catedral de Lima, quien nos compartió el surgimiento de la feliz idea del evento y la gratitud por el buen desempeño  de las instituciones organizadoras y los ponentes. Constató, sin embargo, que se debería superar una arqueología para arqueólogos, y mejorar en próximas ediciones el carácter didáctico y divulgativo, considerando especialmente a los guías de turismo y el público en general.  Por último, y junto a Walter Tosso, se invitó a todos los presentes a un  vino de Honor. 


José Antonio Benito

_____________________________
Desde el CEPAC, agradecemos a todos los participantes del Ciclo de Conferencias "Investigaciones Arqueológicas del Centro Histórico de Lima", quienes participaron puntualmente de principio a fin. Les recordamos que la entrega de Certificados se realizará el día miércoles 7 de octubre, en la Oficina de PROLIMA, sito: Jr. Ancash 229, Centro Histórico de Lima (al costado del Museo de Sitio Bodega y Quadra), Telf. 993508322. Muchas gracias por vuestra participación CEPAC www.cepac,com.pe

Jesús SÁNCHEZ ADALID nos habla de su novela "Y de repente, Teresa"

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SÁNCHEZ ADALID, Jesús Y de repente,  Teresa Ediciones B, Madrid, 2015, 4ª ed. 570 pp

Conocí al autor por su novela El caballero de Alcántaray ciertamente me encantó por la excelente contextualización, por la caracterización de los personajes, por su rigor histórico y la agilidad del relato.

Cuando me enfrasqué en la presente novela, de repente, comencé con cierta prevención (¿qué aportará entre la selva de publicaciones en este V Centenario?) pero con muchas ganas de descubrir alguna dimensión de la sorprendente e inabarcable santa  como del fascinante siglo de oro hispanoamericano. Debo confesar que me he leído casi todo lo referente a la santa de Ávila y cientos de obras sobre su contexto.

Me la he leído con fruición, al paso, sin tomar notas, pero con deleite. He sentido viva la compleja sociedad en la que moró Teresa. El novelista sabe muy bien el terreno que pisa, maneja con acierto la historia, la teología, la espiritualidad en un mundo tan complicado y resbaladizo en el que la luz y la sombra, la verdad y la mentira conviven continuamente. Los alumbrados y reformadores, los inquisidores y los miembros de órdenes militares, los laicos y los religiosos se presentan con perfiles definidos.

Pocas veces he leído una descripción tan serena y objetiva de la Inquisición, con sus luces y con sus sombras. Me parece magistral el encuentro del joven dominico e inquisidor –fray Tomás Vázquez- con Teresa, quien no espera la visita sino que sale a su encuentro.

"Fray Tomás vuelve a reír. Le hace gracia cómo habla Teresa: sus gestos, su cara, el chisporroteo de su mirada; toda la naturalidad y la falta de artificio que descubre en ella. Ciertamente, él también se esperaba otra presencia, otra clase de persona: mayor afe3ctación, frases solemnes, hechas, expresiones elevadas; tal vez disimulo y reserva.

Teresa le mira fijamente, con asombro en los vivos ojos, y añade:

-          ¡Jesús, mi padre! ¿Os damos risa estas pobres monjas?

-          Él hace un esfuerzo para ponerse más serio y contesta sincero:

-          - Madre Teresa, ¡si supierais el consuelo que yo siento al teneros aquí, y que sin duda advertís en este pobre rostro! Si pudierais ver dentro de mi alma… ¡Qué feliz me siento! ¿Os parece que hubiera encontrado así ante la visita de un desconocido? Es vuestra caridad, madre Teresa de Jesús, quien me lo hace sentir…Soy yo, torpe, el que hubiera debido ir a buscaros…" (p.519)

Estoy completamente de acuerdo con el autor cuando nos confiesa que la obra es mucho más que "una simple narración de la peripecia de Santa Teresa de Jesús como sospechosa de alumbradismo para los inquisidores, es también una indagación sobre las distintas formas en que esos hechos fueron narrados en su momento, los cuales yo me he encontrado como de repente, y debo confesar que han dejado una gran impresión en mi alma y en determinados momentos me han provocado un gran sufrimiento" (p.559). Creo que este "sufrimiento" le da un plus de madurez y autenticidad a la obra, aportándonos una luz de esperanza que brota de esta mujer intrépida y fascinante, convertida hoy en un patrimonio de la humanidad.

Síntesis editorial: "La Inquisición contra Teresa de Jesús. Un proceso oculto durante siglos que por fin sale a la luz.

Durante el reinado de Felipe II, la Inquisición se lanza con denuedo y auténtica obsesión a controlar la sociedad española. Nadie está libre de sospecha.

Don Rodrigo de Castro es un inquisidor implacable, ambicioso y cauto, que se ha consagrado concienzudamente a realizar pesquisas sobre aquellas mujeres que caen en éxtasis o tienen visiones y misteriosas revelaciones, por si fueran "alumbradas", es decir, adeptas a la secta mística que tanto preocupa al Santo Oficio, que la considera herética y relacionada con el protestantismo.

Y para hacer las averiguaciones pertinentes, De Castro ha nombrado a dos comisarios, un fraile dominico y un caballero de la Orden de Alcántara, con atribuciones especiales y secretas.

En medio de todo eso, una mujer se afana por unir lo presente y lo eterno; separar la verdad de la apariencia y vivir una fe auténtica y una espiritualidad pura: Teresa de Jesús, la figura más grande y universal de la España del XVI, que no obstante su fina intuición, su magistral escritura y su virtud probada, fue acosada por los inquisidores, algo que se ocultó en los siglos subsiguientes y que hoy, por fin, es sacado a la luz

El autor: Jesús Sánchez Adalid

Jesús Sánchez Adalid nació en Villanueva de la Serena (Badajoz). Se licenció en Derecho por la Universidad de Extremadura y realizó los cursos de doctorado en la Universidad Complutense de Madrid. Ejerció de juez durante dos años, tras los cuales estudió Filosofía y Teología. Además, es licenciado en Derecho Canónico por la Universidad Pontificia de Salamanca. Colabora habitualmente en RNE. Gracias al apasionante tratamiento de los personajes, que emprenden fascinantes periplos espirituales, hoy un amplísimo público se ha convertido en seguidor incondicional de su obra, traducida ya a varias lenguas. Sus novelas "La luz del Oriente", "El mozárabe", "Félix de Lusitania", "La tierra sin mal", "El cautivo" y "La Sublime Puerta" (publicadas por Ediciones B) han sido acogidas con entusiasmo por la crítica y el público. En 2007 ganó el premio Fernando Lara por su novela "El alma de la ciudad".

http://www.abc.es/cultura/cultural/20150310/abci-entrevista-jesus-sanchez-adalid-201503091221.html

El 28 de marzo se cumple el V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, una figura histórica y literaria de primer orden. Sánchez Adalid se ha acercado a ella para reconstruir la persecución a la que fue sometida por el Santo Oficio

«Vínome un arrebatamiento tan súbito, que casi me sacó de mí... Fue la primera vez que el Señor me hizo esta merced de arrobamiento. Entendí estas palabras: ''Ya no quiero que tengas conversación con hombres, sino con ángeles''... Desde aquel día quedé yo tan animosa de dejarlo todo por Dios.» Así explica Teresa de Cepeda y Ahumada (Ávila, 28 de marzo de 1515-Alba de Tormes, 4 de octubre de 1582) lo que sintió en Pentecostés de 1556 mientras rezaba el Veni Creator. Ella lo llamó su desposorio espiritual. Una fuerza interior que le llevó a fundar la orden de las carmelitas descalzas; y que, al ponerla por escrito, convertiría a la religiosa en una de las cumbres de la mística española.

Pero sus obras también situaron a Santa Teresa de Jesús en el punto de mira de la Inquisición, que la consideró sospechosa de pertenecer a la secta de los alumbrados. «Váyase con tiento»: al principio fue sólo una advertencia, porque sus escritos, con Libro de la vida a la cabeza, podían contener engaños muy graves para la fe cristiana. Después, lupa en mano, los censores tacharon párrafos, arrancaron páginas y la obligaron a rehacer Camino de perfección. Hasta que en 1575 compareció ante el Santo Oficio en Sevilla.

«Teresa de Jesús tenía claro que el mundo tenía que ser cambiado»

A Jesús Sánchez Adalid (Don Benito, Badajoz, 1962) no le cabe la menor duda: «Fue interrogada, molestada, amenazada y estuvo a punto de ir a prisión». Lo cuenta en Y de repente, Teresa, libro que nace de un encargo de la comisión del V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa. Con su autor nos adentramos en aquellos «años peligrosos» y recorremos una biografía –casi– de novela.

A los siete años Teresa de Jesús convenció a su hermano Rodrigo para que se fugase con ella de casa y se fueran a tierra de moros buscando el martirio. ¿Una niña imaginativa?

Sí. Tenía una mente muy lúcida con una serie de capacidades que se manifestaron prácticamente desde la infancia; también después, en la adolescencia y en la edad adulta. Además, era una persona insatisfecha: con su mundo, con la realidad que le tocó vivir. Es algo que se iría manifestando a lo largo de toda su vida.

De leer vidas de santos pasó a los libros de caballerías. Incluso llegó a escribir uno que se perdió.

Escribió muchas más cosas que desconocemos. Siempre he pensado –aunque no lo digo yo, lo dicen sus biógrafos– que lo más probable es que no empezara a escribir directamente el Libro de la vida. Habría otros escritos anteriores que, por desgracia, no han llegado hasta nosotros.

Con dieciséis años se declara «enemiguísima» de ser monja.

Por su condición, por su clase social de hidalga, lo más seguro es que pensara que estaba llamada a vivir la vida de una mujer de su tiempo: casarse con algún caballero. Pero, como ya he dicho, su propia insatisfacción con la realidad que le rodeaba le llevó a buscar otros mundos. Cambia de opinión y decide hacerse religiosa, en contra de la voluntad paterna, tras leer las Cartas de San Jerónimo, cuyo realismo le impacta.

Santa Teresa escribió cuatro grandes obras: «Libro de la vida», «Camino de perfección», «Moradas del castillo interior» y «Libro de las fundaciones». ¿Qué aportan?

«En el "Libro de la vida" lo que está desnudando es su alma»

Aportan muchísimo. El Libro de la vida, por ejemplo, es la primera autobiografía de la Historia de nuestra literatura; eso tiene un valor intrínseco enorme. Es verdad que hay un precedente: las Confesiones de San Agustín. Estamos totalmente seguros de que Teresa las había leído; también de que estaba bastante influida por ellas. Aunque no es una conversa, como el obispo de Hipona, sí sufre, en cierto modo, una catarsis, una conversión interior –entendida la conversión como un cambio de mentalidad–: pasa de ser una dama hidalga de una familia de clase privilegiada en Ávila a intentar cambiar el mundo conocido. En el Libro de la vida descubre sus motivos interiores, su alma. De hecho, cuando le da el Libro de la vida a su confesor, dice: «Aquí le entrego mi alma». Porque es su alma, su personalidad, lo que está desnudando. A ello hay que sumar una lírica portentosa. Si a la lírica de Santa Teresa le ponemos música, uno se queda fascinado, porque su obra va mucho más allá de lo que es la pura poesía.

¿Podría decirse que en «Las moradas» Santa Teresa hace psicoanálisis?

Desde luego que sí, sin duda, aunque la palabra «psicoanálisis» no se puede aplicar al tiempo en el que Santa Teresa escribe ni a las categorías que ella utiliza. Pero en Moradas del castillo interiorpresenta diversos estados del alma, como la psique o como la mente. Hay expresiones suyas muy reveladoras, muy intuitivas; por ejemplo, cuando dice que la loca de la casa es la imaginación. Es cierto que la imaginación trastoca nuestros sentimientos muchas veces, que nos pone la vida patas arriba.

Santa Teresa fue investigada por la Inquisición. ¿El Santo Oficio estaba en guardia por casos anteriores, como los de Magdalena de la Cruz, María de San Domingo y Catalina de Cardona?

Sin lugar a dudas. El codicilo del testamento de Carlos V es bastante explícito. Obliga moralmente a su hijo y heredero, Felipe II, a perseguir la «herética pravedad», una herejía de génesis española: el alumbradismo. Hay focos de luteranos y de protestantes en España, claro que los hay, pero ya Alonso Cano, una de las mentes más privilegiadas de la época, había advertido de que la herejía española no iba a ser la luterana. Se empieza a temer entonces que lo sea el alumbradismo. Por eso la Inquisición se perfecciona en la persecución de los alumbrados, que más que una herejía intelectual o teológica, eran una seudomística. Toda la sociedad estaba muy sensibilizada: había habido casos flagrantes de engaño y falsedad, como el de la diabólica y falsaria Magdalena de la Cruz, o el de la beata de Piedrahita, sor María de San Domingo, o el de Francisca de los Apóstoles.

¿Qué pretendían los alumbrados?

«En aquella España nadie estaba libre de sospecha. Ni siquiera Fray Luis de León»

No buscaban nada en concreto. El alumbradismo surgió de manera espontánea; no tenía detrás la racionalidad que pudo tener el luteranismo. El alumbrado lo que quería era presentarse como un santo, ganar relevancia en la sociedad, crearse fama y después, con esa fama, hacer lo que le diera la gana: obtener una buena posición, acercarse a los grandes de España, sacar beneficios económicos e incluso cosas más obscenas y bastardas, como lograr favores sexuales.

La sombra del alumbradismo alcanzó a Juan de Ribera y sus discípulos, fray Luis de Granada y Juan de Ávila. ¿Había alguien libre de sospecha?

En aquella España nadie estaba libre de sospecha. Quién iba a estarlo, si incluso Bartolomé de Carranza, arzobispo de Toledo y primado de España, había sido encarcelado. Él era, por decirlo de alguna forma, el patriarca de todas las Españas, pues al territorio de la Península Ibérica había que añadir América, Nápoles, Sicilia, Génova... Ni siquiera estaba libre de sospecha fray Luis de León, uno de los teólogos más eminentes de la época.

Los primeros problemas de Santa Teresa con la Inquisición datan de 1559, cuando se publica el Índice de Libros Prohibidos de Fernando de Valdés. ¿La obra de Santa Teresa podía resultar peligrosa?

Para los inquisidores, sí. Era una mujer cuyo abuelo, Juan Sánchez de Toledo –no un antepasado lejano, no: su abuelo paterno–, había sido condenado por criptojudío. Una mujer que, además, escribía y contaba sus intimidades en un libro sobre su propia vida que podía ser considerado un ideario. Claro que era peligrosa.

¿Fue el «Libro de la vida» la obra de Santa Teresa más cuestionada por la Inquisición?

Sí. Al Libro de la vida se le unieron, además, una serie de circunstancias accesorias que lo hicieron todavía más sospechoso. El hecho, por ejemplo, de que la princesa de Éboli, esposa del privado de Felipe II e íntima amiga del rey y de los secretarios del monarca, tuviera claro desde el primer momento que aquella obra era el ideario de una alumbrada. La princesa de Éboli se mofó del Libro de la vida, se lo leyó a sus criadas y a sus amistades, y lo puso en manos de los inquisidores, acusándolo directamente de hereje.

Santa Teresa es interrogada por la Inquisición y está a punto de ir a prisión después de ser denunciada por María del Corro, una beata expulsada de su convento.

«Por fin muero hija de la Iglesia», dijo Santa Teresa. Se había visto en peligro»

María del Corro era una mujer de la sociedad sevillana, lo que en aquel tiempo se conocía como una beata. El concepto, con el tiempo, ha adquirido otras connotaciones. Una beata, en el siglo XVI, era una mujer que quería vivir en la pureza de costumbres, que quería consagrarse y adoptar un género de vida acorde con el Evangelio. En otras palabras: María del Corro no había encontrado su sitio en la vida. Entre todos los lugares en los que podía ingresar como monja, opta finalmente por el convento de Santa Teresa. Y cuando entra allí no se siente a gusto, nota que ese no es su lugar, cree que no ha sido tratada con la deferencia que se merecía... y termina acusando a Santa Teresa de hereje, de alumbrada. Es el momento más peligroso en la vida de la santa, porque además dos grandes inquisidores de Sevilla, Carpio y Páramo –el primero de ellos, tío de Lope de Vega–, están plenamente convencidos de que es alumbrada. Se acababa de publicar en Sevilla un edicto contra los alumbrados y ambos convencen al arzobispo de que Santa Teresa lo es. Si no llega a ser por Diego de Espinosa, inquisidor general, Teresa seguramente hubiera ido a la cárcel.

«Cuentas de conciencia» son los escritos en los que Santa Teresa hizo su defensa ante la Inquisición. ¿Los ha leído?

Sí. Son unos escritos muy sinceros. En ellos Teresa no está dirigiéndose al común de los lectores, como cuando escribe «Quien a Dios tiene, nada le falta. Sólo Dios basta». No. En este caso está dirigiéndose a unos letrados muy incisivos. En sus Cuentas responde a unas preguntas de la Inquisición bastante elocuentes y concretas: ¿qué experiencias místicas ha tenido?, ¿qué ha sentido?, ¿ha visto verdaderamente a Cristo?, ¿por qué ha hecho la obra fundadora?, ¿por qué ha escrito el Libro de la vida?

Frente a Santa Teresa, el inquisidor Rodrigo de Castro Osorio.

Un personaje renacentista nato: gran mecenas de las artes y las letras de su tiempo; un hombre que se pasó la vida viajando... Le tocaron unas responsabilidades tremendas; entre otras, meter en la cárcel a fray Luis de León y nada menos que al arzobispo de Toledo y primado de España, Bartolomé de Carranza. Ir a Torrelaguna a detener al arzobispo primado de España, en el siglo XVI, ¡ahí es nada! Todos los ojos estaban puestos en él. Un hombre frío, calculador, absolutamente aséptico, racionalista. Hizo lo que ni siquiera se atrevió a hacer el inquisidor general.

¿Tuvo en sus manos la vida de Santa Teresa?

No existe ningún documento que atestigüe que el Libro de la vidallegara a sus manos, pero yo estoy seguro de que lo leyó.

Me refiero a la propia Santa Teresa, a si su vida corrió peligro.

La suerte de Santa Teresa también la tuvo en sus manos el inquisidor Rodrigo de Castro Osorio, sí, porque era el responsable de actuar contra los alumbrados en España, y Santa Teresa había sido acusada de eso, de alumbrada. Era él quien debía decidir no si Santa Teresa era condenada –eso lo tenía que decidir el Consejo de la Suprema Inquisición–, sino si era encarcelada.

¿Qué pesó en su ánimo para absolver a Santa Teresa?

«Santa Teresa reúne en sí misma toda la realidad del siglo XVI»

No la absolvieron exactamente. El sobreseimiento –otra palabra que tampoco sirve–, el archivo de la causa contra ella no le correspondió a Castro Osorio, fue una decisión que tomó Diego de Espinosa, alguien bastante proclive a Santa Teresa. Lo que ocurrió fue una coincidencia histórica muy interesante: el hecho de que muriera el inquisidor Quiroga, que tenía absolutamente claro que Teresa era alumbrada, e inmediatamente nombraran a Diego de Espinosa, un hombre mucho más espiritual. Él comprendió no sólo que aquella mujer no era una hereje, sino que era una bienaventurada. También fue él quien nombró a un ministro plenipotenciario que se encargó de todo el proceso de Sevilla. Muy pocos años después murió ella. Lo hizo pronunciando unas palabras absolutamente reveladoras: «Por fin muero hija de la Iglesia». Eso quiere decir que se había visto en peligro.

Una vida apasionante, la de Santa Teresa.

Es un personaje tan rico que se podrían escribir muchas novelas sobre ella... Santa Teresa reúne en sí misma toda la realidad del siglo XVI: el inicio del Siglo de Oro de las artes y las letras españolas, la Contrarreforma, el descubrimiento de amplísimos territorios en ultramar, las guerras del Mediterráneo, la batalla de Lepanto, el cerco de Malta, el saqueo de Roma..., y todo eso está en la mente de Santa Teresa. Es excesiva la coincidencia, en sólo dos décadas, de tantos acontecimientos históricos y tantos personajes: Felipe II, el Duque de Alba, la princesa de Éboli, Diego de Espinosa, San Pedro de Alcántara, fray Luis de León, San Juan de Ribera, San Francisco de Borja, Lutero...

Era una mujer enferma: en el convento de la Encarnación de Ávila le prepararon su sepultura y hasta celebraron un funeral en vida. Se apunta incluso que algunos de sus éxtasis fueron crisis de epilepsia.

No lo sabemos con toda certeza. Puede ser. De todas formas, los arrobamientos pertenecen a unos estados propios de la época a los que yo no les daría ningún nombre relacionado con las categorías científicas que conocemos hoy. Ahora bien, lo de celebrar la fictio mortis era muy corriente en la Edad Media y en el siglo XVI. Muchos de estos místicos celebraron su funeral en vida. Con eso hacían una ficción de la muerte, una separación del mundo. Era una manera de decir: «Aquí estoy, Dios mío, para hacer Tu voluntad». No hay que verlo desde una perspectiva teatral, sino desde una perspectiva mística. No olvidemos que el hombre del siglo XVI padecía lo que se conoce como vesania: un estado de estrés emocional que le llevaba a tener percepciones extrasensoriales, intuiciones...

«Releo los epistolarios de Santa Teresa porque es donde aparece la santa más sincera», ha declarado usted. ¿La de los otros libros es menos sincera?

«Muchos de estos místicos celebraron su funeral en vida»

No. Pero las cartas no las escribe para que se publiquen: las escribe directamente para sus receptores. Como el receptor es tan concreto, las cartas son como hablar de cerca con un amigo. El género epistolar es muy sincero. Santa Teresa dirige las suyas a las autoridades, sí, pero también a las monjas de sus congregaciones, a sus familiares, a sus amistades. En ellas aparece la Teresa más genuina.

«Y de repente, Teresa» es su decimoquinta novela histórica. ¿Por qué afirma que es un género maldito en España?

No, maldito no; es un género que no ha tenido su lugar en España, a diferencia del mundo anglosajón. ¿Cómo se puede entender el corpus literario anglosajón sin la novela histórica? Sin embargo, nosotros no hemos tenido novela histórica, aunque nos hayamos hartado de oír que lo de Galdós es novela histórica. No, lo de Galdós ha adquirido valor histórico –no valor de novela histórica– con el tiempo. Pero él no escribió sobre acontecimientos que habían sucedido quinientos años atrás; escribió los Episodios Nacionales cuando apenas habían transcurrido catorce, quince años, de los hechos que narraba. Nosotros tenemos una Historia muy rica, muy compleja. Quizá por esa complejidad pocos autores, salvo excepciones, se han atrevido a escribir sobre ella. En España lo que ha primado siempre ha sido el realismo social, que es algo completamente distinto.

Usted no es historiador. ¿No le ha dado miedo acercarse a una figura como Santa Teresa?

No, no me ha dado ningún miedo. Lo que yo quería era hacer una reconstrucción del siglo XVI, que conozco muy bien por otras novelas mías anteriores. Es verdad que el personaje, en sí mismo, es tan fuerte, tiene tanta personalidad, que no resulta fácil acercarse a él. Lo que tuve claro desde el principio es que no iba a hacer una biografía, ni una novela biográfica, ni una historia novelada. Tenía que hacer algo completamente distinto: una novela histórica pura, un relato de ficción insertado en un escenario histórico.

¿Qué intención le ha guiado?

Yo no quería que el lector se encontrara con la Teresa de la infancia y la adolescencia, sino con la Teresa que dice estar «vieja y cansada». Quería reflejar esa parte de su vida, cuando tiene sesenta años y, encima, es sospechosa para la Inquisición.

Quinientos años después de su nacimiento, ¿qué puede aportar Teresa de Jesús?

«Me hubiera gustado mantener una conversación con ella, saber qué pensaba»

Muchas cosas. Sobre todo si tenemos en cuenta que nuestra sociedad es una sociedad necesitada de reformas, algo en lo que yo creo que estamos todos de acuerdo. Y Santa Teresa tenía claro que su mundo, su sociedad, tenía que ser cambiado y reformado; de hecho, ella pertenecía a la Contrarreforma, que es un movimiento genuinamente español. Creo que Santa Teresa era una inconformista, una mujer energética. No se pueden extrapolar las épocas. Nosotros no nos vamos a poner a hacer lo que hizo ella en su tiempo: ella hizo lo que había que hacer en el siglo XVI. Nosotros tenemos que hacer lo que toca hacer ahora, en los inicios del siglo XXI. ¿Qué va a ser? No lo sabemos. Seríamos unos iluminados si tuviéramos claro qué es lo que hay que hacer. Pero que hay que hacer cambios, eso está claro.

¿Cómo es su Santa Teresa?

Ha sido una santa muy presente en mi vida. Yo soy sacerdote católico y he vivido una conversión. Por decirlo de alguna forma, la mía es una vocación tardía. Estudié en la universidad y, antes de ser sacerdote, fui juez civil. Nunca pensé en ordenarme, pero al final acabé consagrado. Todo aquel proceso coincidió con la lectura de Santa Teresa. En cierto sentido, me sentí identificado con su figura. Con el paso del tiempo, he comprendido muchas de sus cosas. Otras, no; otras son un enigma todavía.

¿Qué cosas de Santa Teresa siguen siendo un enigma?

Uf, muchas, muchas... Es muy difícil de explicar. No es algo que se pueda decir con dos o tres palabras. Pero me hubiera gustado mantener una conversación con ella, saber qué pensaba realmente de la vida... Comparada con lo larga que es la Historia, la vida de una persona es muy corta. Veinte, veinticinco años: esa fue la vida activa de Santa Teresa. Muy poco, la verdad. Y ese es para mí el enigma de Santa Teresa: cómo pudo hacer tanto en tan poco tiempo.

¡MIGUEL GRAU, PERUANO Y CRISTIANO! HÉROE Y SANTO. ORACIÓN PATRIÓTICA DEL ARZOBISPO DE PIURA

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Después de ver los recientes documentales y leer varios libros sobre Miguel Grau, me parece muy pertinente el comentario de Luis Enrique Cam, responsable del documental "El reportero del Huáscar", ¿no sería el momento de incoar el proceso de beatificación?. En estos pensamientos, me encuentro con esta bella oración de Monseñor José Antonio Eguren el pasado 8 de octubre. Doctores tiene la Santa Madre Iglesia. Pero, se impone una nueva tarea: estudiar la religiosidad del héroe, del marino, del político, del padre de familia, del hombre de a pie, del peruano que se gana la amistad de los chilenos y hasta de González Prada





ORACIÓN PATRIÓTICA DEL ARZOBISPO DE PIURA EN EL DÍA DEL COMBATE DE ANGAMOS

8 de Octubre

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 Quien se asoma a la vida del Gran Almirante del Perú y Peruano del Milenio, don Miguel Grau, no puede menos que admirarse por su extraordinaria personalidad. Todo en él es excepcional, como persona, hijo, esposo, padre, ciudadano, marino, y político. Por ello nadie como él, convoca a la vez el agradecimiento y el afecto unánime de todos los peruanos de todos los tiempos, así como el respeto y el reconocimiento de los adversarios.

2Al respecto acertadamente afirma el Doctor José Agustín de la Puente y Candamo: "Miguel Grau ha dejado un ejemplo de vida limpia, de fidelidad al deber, de dignidad profesional y de coraje humano. Se hizo hombre en la Marina Mercante y fue oficial ejemplar en la Marina del Perú. Vivió años felices con su mujer y con sus hijos, y llegó a la guerra con clara conciencia de nuestra debilidad en el mar que no limitó la fortaleza de su heroísmo. Cuando entre abril y octubre de 1879, conduce el rumbo de la guerra, respeta a la población civil y elogia las virtudes del jefe adversario muerto en Iquique. Se esfuerza por salvar a los náufragos de la Esmeralda, y con clara conciencia de una muerte cercana, no pierde la serenidad".[1]

En su fe cristiana Grau forjó su extraordinaria personalidad

6A todo lo descrito por el Doctor de la Puente y Candamo, sólo me atrevería añadir que por ser un hombre profundamente creyente, un guerrero cristiano cuya confianza la cifraba en Dios, según palabras de su entrañable amigo, Monseñor José Antonio Roca y Boloña[2], Miguel Grau vivió en el horizonte plenificador de la reconciliación consigo mismo. Y es que gracias a su vida de unión con el Señor Jesús, el Hombre nuevo y perfecto, Grau vive en la verdad sobre sí mismo y nunca pierde de vista el horizonte de lo que tiene que hacer para desplegarse auténticamente como persona y así contribuir al bien de todos y de cada uno. Por ello, en todo momento, pero sobre todo en las circunstancias de mayor desafío y adversidad, lo veremos sereno, seguro, magnánimo, libre de todo complejo y rencor, señor de sí mismo, al comando de sus emociones donde su razón gobierna y orienta debidamente a su voluntad.

Sí, gracias a su conformación con Cristo, el camino, la verdad y la vida, conformación que él realiza por la oración y los sacramentos, Grau muestra en toda circunstancia grandeza personal y profesional, actúa siempre con férrea voluntad, con audacia y decisión, es modelo de cumplimiento fiel de sus obligaciones en todos los ámbitos de su vida, y es capaz de llegar al extremo del sacrificio del interés particular por el de la Patria, un día como hoy hace 136 años en Punta Angamos. Fueron suficientes apenas 45 años de vida para que nos dejara una lección imborrable de amor al Perú, de heroicidad y de compromiso con el país.

9Queridos Marinos peruanos: Ustedes son los depositarios de los valores, del heroísmo y del ejemplo del Gran Almirante don Miguel Grau Seminario. Por ello no se olviden que en Grau, su fe cristiana fue la base donde se asentó y forjó el edificio de su extraordinaria personalidad. Grau es un creyente en la Iglesia Católica, y vive las virtudes cristianas que fecundan y elevan sus virtudes humanas. Si quieren ser como él, y deben de llegar a serlo, jamás olviden que Grau es el hombre que hace de la oración su luz y su fortaleza; que antes de partir a campaña "fue humilde a inclinarse ante un ministro del altar, y así se llevó al combate su alma pura, y su conciencia tranquila"[3]que él es el marino que recibe la sagrada comunión en el Convento de los Descalzos y ello le dio la fortaleza para entregar su vida por el Perú; que después de haberse confesado y comulgado, se arrodilló filialmente a los pies de Nuestra Señora de los Ángeles, Madre de Dios y Madre Nuestra, para encomendarse a Ella y consagrarle su familia y toda su tripulación.

Grau: el político honesto y comprometido que sirve al Perú

Los años previos a la Guerra del Pacífico son lamentablemente para el Perú una larga y triste secuela de desencuentros entre peruanos, de ambiciones y de luchas, de levantamientos y anarquía. Cuándo no, es la triste historia de siempre que lamentablemente se extiende hasta nuestros días en nuestra Patria, historia de divisiones, de enfrentamientos, luchas, y búsquedas mezquinas de beneficios personales antes que del bien común y la grandeza del Perú.

10Por ello considero conveniente que antes las actuales circunstancias que vive el país, donde vemos una clase política enfrentada y donde algunos usan del poder público para conseguir una ventaja ilegítima, donde pareciera ser realidad, lo que afirmara con verbo exaltado Manuel González Prada, "que el Perú es un organismo enfermo: donde se aplica el dedo brota el pus", reflexionemos en Miguel Grau, el político honorable, el marino y el ciudadano íntegro y comprometido con la legalidad y con la defensa del orden jurídicamente constituido. ¡Hasta en eso Grau es ejemplo, ya que supo unir de manera magistral y honradísima sus dos grandes vocaciones al servicio del Perú: la de marino y la de ciudadano!

1Su espíritu cívico de buen ciudadano, lleva a don Miguel Grau a incursionar en la política con decencia, ética y justicia, ejemplo urgente a seguir hoy por muchos políticos peruanos. Su interés no es otro que contribuir al servicio del bien común y bel bien integral de la persona humana. Dando muestras de su acendrada vocación democrática acepta la candidatura que le ofrecen para representar en el Congreso Nacional a la provincia de Paita que lo vio crecer. Gracias al respeto y admiración que inspiraba, fue elegido diputado. A los 42 años de edad se alejaba momentáneamente del comando de su querido "Monitor Huáscar" y se integraba a las labores del Congreso desde el cual trabaja denodadamente por el bien del país y el de la Marina de Guerra del Perú.

8En relación con esta etapa de su vida, Raúl Porras Barrenechea dirá en su "Elogio a Grau" con ocasión del 75° aniversario del glorioso Combate de Angamos: "En el desempeño de su función legislativa exhibirá la misma sobriedad de gesto y de alma que en la milicia. Habla pocas veces diciendo que no conoce los usos parlamentarios y apoya gastos de magnanimidad y filantropía". En todo momento se evidencia en él su absoluta voluntad de servicio al país. Al  respecto don José Agustín de la Puente dirá: "En esta tarea aflora una vez más la voluntad de servicio que está en la entraña vital del comandante del Huáscar. Servir al Perú usando muchos caminos; servirlo en el esfuerzo diario del oficial de Marina, servirlo en las tareas de conductor de su arma cuando es comandante de ella; servirlo como diputado en el análisis y la decisión de las cuestiones que llegan a conocimiento del Congreso y, sobre todo, servirlo con el ejemplo de una vida fiel a su vocación profesional, a su país y a su conciencia. Éste es el mensaje que Grau ofrece al Perú cuando no ha cumplido aún 45 años".

3Por ello a los pies de la egregia imagen del Gran Almirante del Perú, hago un llamado a los líderes y clase política del Perú a que dejen de lado la búsqueda de los propios intereses, el clientelismo que destruye la democracia, y la corrupción, verdadera gangrena de un pueblo. Que más bien, con honradez absoluta, rectitud de conciencia, claridad de ideas, con espíritu solidario, y con obras eficaces, contribuyan a la construcción del Perú que todos anhelamos, contribuyendo así a la edificación de una sociedad digna de la persona humana.

Les pido que como buenos cristianos, trabajen por el bien común que, como afirma el Concilio Vaticano II,"abarca el conjunto de aquellas condiciones de la vida social con las que los hombres, familias y asociaciones pueden lograr más plena y fácilmente su perfección propia"[4]; realicen su actividad con verdadero espíritu de servicio a los demás[5],  porque ser un político cristiano, "entraña servir la dignidad de sus hermanos, luchar por la dignidad de sus hermanos y vivir para la dignidad de sus hermanos. El cristiano es invitado siempre a dejar de lado sus búsquedas, afanes, deseos de omnipotencia ante la mirada concreta de los más frágiles".[6] Así se los exige Grau y con él todos los peruanos[7], porque queremos una política dignificada siempre por los valores y la moral.

Queridos compatriotas: en el día en que conmemoramos un aniversario más de la inmolación del Gran Almirante del Perú, don Miguel Grau y sus célebres marinos, quienes supieron elevarse dignamente a la gloria tras enfrentarse solitariamente a seis buques bien pertrechados, inmensamente superiores en blindaje y armamento, entre ellos dos modernos acorazados, digamos a manera de compromiso con el Perú: "En la estela del Huáscar, en el ejemplo de Grau. Un solo norte: el deber. Tan sólo un rumbo: el honor. ¡Somos Grau, seámoslo siempre!".

San Miguel de Piura, 08 de octubre de 2015

 

[1] In pectore – Fundación Miguel Grau, "Grau", pág. 222.

[2] Monseñor José Antonio Roca y Boloña, Oración Fúnebre a Grau.

[3] José Agustín de la Puente, "Miguel Grau", p. 77; Instituto de Estudios Histórico – Marítimos del Perú, 2003.

[4] Gaudium et spes, n. 74.

[5] Ver Octogesima adveniens, n. 46.

[6] S.S. Francisco, Homilía en la Plaza de la Revolución de la Habana – Cuba, 20-IX-2015.

[7] Ver San Juan Pablo II, Jubileo de los Gobernantes, Parlamentarios y Políticos, 4-XI-2000.

HORIZONTES DE LA ESPIRITUALIDAD SECULAR EN LA HISTORIA

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En el 2006 no tenía blog, pero nos queda esta Crónica de Hans y la ponencia que preparé. Por si a alguien le sirve, aquí las dos

JAB

Transformar el mundo desde adentro

Santo Domingo, 18 al 22 de julio de 2006:IX Congreso Latinoamericano de Institutos Seculares

 

Conferencia de los Institutos Seculares de Latinoamerica en Santo Domingo, Republica Dominicana

Conference of the Secular Institutes of Latin America in Santo Domingo, Dominican Republic

Konferenz der Säkularinstitute Lateinamerikas in Santo Domingo, Dominikanische Republik

 

 

Delegación de Brasil

Delegation from Brazil

Delegation aus Brasilien

 

Apertura

Opening

Eröffnung

 
 

Nueva dirección

New Council

Neue Leitung

Fotos: Czarkowski © 2006

 
  

REPUBLICA DOMINICANA, Hans Czarkowski. "Elevará a los humildes...". Nuestra Señora de la Altagracia fue entronizada como Patrona del IX Congreso Latinoamericano de los Institutos Seculares de América Latina con el canto del "Magníficat". Lo interpretó una señora de un instituto dominicano integrando vitalmente el ritmo del merengue. Participaron 197 delegados de 86 institutos – femeninos y masculinos – de 17 países latinoamericanos.

La inauguración contó con el mensaje escrito del Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, quien estaba representando al Papa en una asamblea preparatoria de la V Conferencia del CELAM. Manifestó su deseo de que el congreso se desarrollase en un clima de profunda espiritualidad y que lograse las grandes bendiciones que la vida consagrada ha recibido a lo largo de la historia. Tras el saludo de la actual presidenta, María Cristina Ventura, de México, se continuó con una entrañable Eucaristía presidida por Monseñor Ramón Benito de la Rosa, Arzobispo de Santiago de los Caballeros, y Presidente de la Conferencia Episcopal de la República Dominicana. "Los miembros de los Institutos Seculares – mujeres y varones –integran los valores cristianos en la sociedad moderna abriendo al mismo tiempo un nuevo camino espiritual mediante una vida totalmente consagrada a Dios". Con estas palabras subrayó la originalidad de la misión de los Institutos Seculares diciendo también: "Viven su existencia secular en el mundo del trabajo con plena libertad, sea individualmente o en comunidad. Son personas célibes, vírgenes, sin la protección de un convento. En nuestro tiempo influido por la sensualidad y la sexualidad, dan, por su vida, un testimonio profundamente vinculado a la persona de Jesucristo".

El Congreso de los Institutos Seculares se realizó en la "Casa de Maria de la Altagracia", cerca del Km. 17 de la autopista de las Américas y del aeropuerto Internacional de Santo Domingo. Es un centro de la arquidiócesis de la capital dirigido por el Neocatecumenado. Ofreció un buen espacio religioso para el gran grupo en el contexto climático tropical, cálido y húmedo. Las Hermanas de Maria de Schoenstatt habían decorado la imagen con hermosas flores y cintas coloridas.

La temática del congreso: "Espiritualidad Secular y Comunión Eclesial", fue presentada de tal manera que integraba la orientación espiritual con la acción en medio de la sociedad, mostrando así que los miembros de los Institutos Seculares son "constructores de la sociedad" en el sentido de la opción preferencial definida en Puebla.

Las grandes líneas de la espiritualidad secular a lo largo de la historia

El primer tema, expuesto por el historiador José Antonio Benito, del Perú, miembro del Instituto Cruzados de Maria, abordó las grandes líneas de la espiritualidad secular a lo largo de la historia enfatizando lo específico de la secularidad en la cotidianeidad de las realidades temporales, y la necesidad de una formación permanente para responder con eficacia y santidad a los grandes desafíos de nuestro tiempo, conscientes de la gran belleza y actualidad de la vocación consagrada secular y sin perder la identidad. Los grupos de trabajo respondieron a tres grandes cuestiones: ¿Cómo se fortalece el grito paulino "Mi vida es Cristo" en las realidades temporales?, ¿De qué modo se lleva a la práctica la propia espiritualidad y el estilo genuino de los Institutos Seculares? ¿Qué aspectos expresan el ser luz, sal y levadura en la cambiante sociedad actual?

"La Espiritualidad Secular y Comunión Eclesial"

Monseñor Fausto R. Mejía Vallejo, Rector de la Universidad Católica Tecnológica de Cibao (UCATECI) y miembro del Instituto de los sacerdotes diocesanos de Schoenstatt en la República Dominicana, acentuó en su aporte: "Esta vida espiritual o vida cristiana debe manifestarse en el estilo de vida `despojarse del hombre viejo y revestirse del hombre nuevo` (Ef. 4, 22-23)". Es necesario vivir una "espiritualidad secular o de liberación que privilegie la contextualzación de la Palabra de Dios". Mostró que para América Latina esto significaría "realizar la opción preferencial por los pobres, por la justicia y la solidaridad". El Padre Fausto se refirió al Fundador de Schoenstatt, Padre José Kentenich, quien como prisionero de los nazis en el campo de concentración de Dachau, indicó: "en el horizonte aparecen las líneas estructurales de un nuevo orden mundial: el mundo antiguo arde en llamas..." (Padre José Kentenich, Dass neue Menschen werden, 1945, Pág.7). El P. Fausto Mejía dijo también "en ese mundo globalizado, donde la tierra se ha vuelta una misión gigante, es urgente anunciar a Jesucristo, en especial en los grandes areópagos modernos de la cultura, de la ciencia, de la economía, de la política y de los medios de comunicación." Una visión que también fascinó al ingeniero chileno Mario Hiriart. Explicó el Padre Fausto con entusiasmo, que los miembros de los institutos seculares se convierten así prácticamente en "mediadores de gracias viviendo la santificación de la vida diaria y contribuyendo así al capital de gracias" ( P. José Kentenich, 1914).

La espiritualidad y la misión propias del carisma fundacional

Por último, se reflexionó en torno a "La espiritualidad y la misión propia del carisma fundacional" propuesto por las Oblatas Misioneras de María Inmaculada, representadas por Rosa Mathieu y Simone Huneault. El objetivo fue abrir nuevos senderos a la consagración secular desde la fidelidad al carisma fundacional de cada uno de los Institutos y respondiendo a los desafíos de los pueblos de América. El taller se centró en reflexionar acerca del carisma fundacional en torno a la vivencia de los consejos evangélicos, la espiritualidad secular, la vida fraterna, la misión y la organización grupal. La vitalidad de los institutos depende de su vida según del carisma del fundador. Sería importante estudiar y analizar el mundo espiritual del fundador y de los cofundadores. Así se pueden considerar las constituciones inspiradas por los fundadores como un "patrimonio espiritual".

Próxima conferencia en el Perú

Los institutos seculares aparentemente ya tienen su lugar social y cultural en América Latina. Mujeres y varones se encontraron cordialmente y en espíritu familiar: indígenas de Guatemala, Ecuador y Perú, afroamericanos de la región del Caribe y de Brasil, también misioneros de Europa y de Asia, se integraron en comunión familiar. Por primera vez se unieron en una conferencia nocturna los miembros de institutos seculares masculinos: se nota un lento crecimiento y que son más conocidos. Quieren profundizar su cooperación.

Junto a las conferencias, talleres y eucaristías, se desarrolló la Asamblea de la CISAL (Conferencia de los Institutos Seculares de América Latina) en la que se informó de las actividades desarrolladas en el cuatrienio pasado y se eligió la nueva dirección, compuesta por María Cristiana Ventura González, de México, como Presidenta; José Antonio Benito Rodríguez, de Perú, como Vicepresidente, María Cecilia Comuzzi, de la Argentina, Secretaria; Lucía Alvear, de Colombia, consultora de la congregación de Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, representante ante el CELAM, Tesorera, y Hans Czarkowski vocal, del Instituto Secular de los Hermanos de Maria de Schoenstatt, de Brasil. De igual modo, se informó que la próxima sede del Xº Congreso en 2010 será el Perú.

El congreso finalizó con la Sta. Misa solemne en la catedral más antigua de América Latina, la basílica menor de la Virgen de Asunción, en el centro histórico de Santo Domingo. La presidió el Obispo Auxiliar de Santo Domingo, Mons. Francisco José Arnaiz Zaradona SJ. Finalmente se hizo una visita al histórico centro colonial de la ciudad y se participó de una noche folclórica delante del Arzobispado.

Se agradeció cordialmente a la Conferencia de los Institutos Seculares en América Latina - CISAL – y a la Conferencia de los Institutos Seculares de la Republica Dominicana – CONDIS, y a su presidenta, Isabel Ibáñez del Instituto Lumen Christi, a su Vicepresidenta, Conrada González del Instituto Nuestra Señora de la Altagracia, y a la Secretaria, Adelaida Tapia del Instituto Hermanas de Maria de Schoenstatt.

ORACIÓN DEL CONGRESO:

Padre de bondad, lleno de amor y ternura, que amaste tanto al mundo que nos entregaste a tu único Hijo, Jesús: principio y fin de nuestros planes y anhelos, el Reino de Dios en la tierra.

Mira nuestra pequeñez y envíanos el Espíritu de tu Hijo. Que su aliento creador nos anime en la búsqueda de tu voluntad en este IX Congreso Latinoamericano de Institutos Seculares. Que al participar en él, profundicemos las grandes líneas de la espiritualidad secular y crezca en nosotros la comunión eclesial.

Confiamos en la protección de Nuestra Señora de la Altagracia: "Madre de Dios y de la Primera Evangelización de América" para que los frutos de este Congreso sean una bendición para la Iglesia y redunden en beneficio de un mundo más justo, fraterno y solidario. Amén


HORIZONTES DE LA ESPIRITUALIDAD SECULAR EN LA HISTORIA

 

 

 

ESQUEMA

 

I. INTRODUCCIÓN.  Dos avisos para navegantes

 

            1. De la mano de Colón en su V Centenario

            2. ¿Qué no es la espiritualidad laical?

 

II -ESPIRITUALIDAD

 

            1. Cuerpo, alma y espíritu

            2. Oposición carne-espíritu   

            3. "Cristo-fideles" de a pie

            4. Vocación universal a la santidad

 

III. ENCARNADA EN LA HISTORIA

 

            1. El compromiso del CELAM

            2. Contextos de la espiritualidad latinoamericana

            3. Perfiles de la espiritualidad latinoamericana

 

IV. ESPIRITUALIDAD PLURAL

 

            1. Escuelas

            2. Movimientos

            3. Modelos

 

V  SECULAR

 

            1. Como todo laico que vive en las circunstancias ordinarias de la vida diaria

            2. Como laicos consagrados que da un testimonio radical en el seguimiento a Cristo.

 

VI. RESPUESTA DE LOS INSTITUTOS SECULARES A LOS DESAFÍOS ACTUALES:

 

1.      La Nueva Evangelización (en su ardor, expresión y métodos) o se hace con los laicos o no se hace.

2.      Laicos en marcha. La llama si no se propaga, se apaga.

3.      Nos urge a todos descubrir nuestra propia vocación y disponibilidad

4.      Formación integral para vivir como miembro de la Iglesia y de la sociedad

5.      Actualidad y belleza de nuestra vocación y misión

6.      María, nuestro modelo

 

VII. CONCLUSIÓN: "Flor del Campo" en medio del asfalto


 

I. INTRODUCCIÓN. Dos avisos para navegantes

 

1. De la mano de Colón en su V Centenario

El 20 de mayo de 1506, hace 500 años, emprendía el último viaje –el de la eternidad- uno de los hombres que más influjo ha tenido en la historia.Un hombre entre dos épocas, la medieval y la moderna, tanto que se ha dicho de él que era un cruzado medieval y un ambicioso renacentista, un hombre que unió dos mundos y logró la primera globalización de la humanidad. Cristóbal Colón, cuyos restos parecen estar aquí en Santo Domingo, puede ayudarnos a descubrir caminos de secularidad en el siglo XXI. Dentro de su perfil personal recogemos la magistral descripción que de él hace uno de sus mejores biógrafos, el belga C. Verlinden:

De estatura bastante alto, de cara alargada con una nariz aquilina y ojos azul claro, de piel rojiza, cabellos blancos a sus 32 años. Su conversación era afable y digna, su comportamiento controlado. Sus prácticas religiosas eran estrictas, hasta el punto de que se le hubiese tomado por miembro de una orden monástica, tanto en lo que concierne al ayuno como a los rezos. Jamás escribía sin caligrafiar en cabeza 'Jesus cum Maria sit nobis in via' Su devoción a la Virgen y a san Francisco era tan grande que más adelante él atribuyó siempre al favor de Dios lo que había conseguido realizar. Tal sentimiento llegaba incluso hasta hacerle creerse[...]un elegido del Señor[...]Era un espíritu religioso, de una piedad y un misticismo completamente medievales. Pero nosotros sabemos que era además un hombre moderno, lleno de voluntad y de ambición, en un mundo en vía de rápido cambio

            La dificultad en reunir los tripulantes por la desconfianza que suscitaba un extranjero la resuelven los frailes de la Rábida, los Niño de Moguer y los Pinzón.Parten el 3 de agosto, después de confesar y comulgar los 90 navegantes. Hacen escala en la Gomera de donde parten el 6 de septiembre. Marchan hacia el oeste por el paralelo 28º. Vientos propicios, sorpresa por desconocer la declinación magnética, desilusión en el mar de los Sargazos. Tras numerosas dificultades Juan Rodríguez Bermejos (el Rodrigo de Triana) puede gritar "¡tierra!". Era el 12 de octubre, las 2 de la madrugada. A la primera isla a 24º N, 74 Aº 30 'llamada Guanahaní por los indígenas, la bautizarán con el nombre de San Salvador (hoy es Watling y depende de Inglaterra). A la segunda se la denomina de Santa María de la Concepción; a la 3º la Fernandina; a la 4ª la Isabela. El primer contacto con los naturales fue muy pacífico. Los indios taínos decían "taí nos" que significa "somos nobles". Tras el hallazgo Colón redacta la carta donde informa de su descubrimiento. Colón escribirá: "Crean Vuestras Altezas (los Reyes) que en el mundo todo no puede aver mejor gente ni más mansa; deben tomar... grande ale­gría porque luego los harán cristianos y los avrán enseñado buenas costumbres de sus reinos, que más mejor gente ni tierra puede ser..." (COLON Diario 24-XII-1492) "...fallé muchas islas pobladas con gentes sin número... A la primera que yo fallé puse nombre Sant Salvador a conmemoración de su Alta Magestat, el cual maravillosamente todo esto a dado..." (COLON  Carta a Luis de Santángel) 15-II-1493.

            En su cuarto viaje, 1502, recorre las tierras de Honduras hasta el golfo de Darién. El 6 de enero de 1503 llegaba el Almirante a Río de Belén en la costa de Veragua. Allí fundó un pueblo en el que se quedaría su hermano Bartolomé, el Adelantado, y otra gente con un barco para crear la factoría, pacificar la región y organizar el rescate. Pero, al poco tiempo, se rebelaron los indios, matando a algunos españoles. Por esta razón Colón decide volverse en abril con todos los supervivientes; los barcos estaban medio podridos. En tal situación recibió su famosa revelación. de Jamaica o del cuarto viaje, el 7 de julio de 1503. Tras el fracaso de su último viaje, se retira a Valladolid donde le sorprende la muerte el 20 de mayo de 1506. Su hijo Hernando nos lo relata: "Quedó muy agravado de gota u del dolor de verse caído de su estado; agravado también con otros males, dio su alma a Dios, el día de la Ascensión[...]en la villa de Valladolid, habiendo recibido con mucha devoción todos los sacramentos de la Iglesia y dicho estas últimas palabras: in manos tuas Dómine, commendo spiritum meum" Era un 20 de mayo de 1506. Partía para el último y definitivo viaje, el de la eternidad De la trascendencia que este personaje ha ejercido en la historia, nos habla el Beato Papa Pío IX –ante la petición de más de 700 obispos- pidió, en el año 1873, que una comisión de historiadores y teólogos instruyese el proceso de beatificación. No se logró por dos obstáculos insalvables: su concubinato y su postura esclavista respecto a los indios. De él es esta bella oración:

"Bueno eres, Señor, sobre toda medida, pues me haces diligente y trabajador, y me pones los medios en mis manos. Día y noche, cada momento de mi vida, voy a agradecérselo, mi Señor y mi Dios.[1].

            El testimonio de este laico cualificado nos habla de la grandeza y la debilidad del ser humano, de sus dolores y gozos, como magistralmente recoge el Concilio Vaticano II

Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los  hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren,  son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos  de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su  corazón. La comunidad cristiana está integrada por hombres que, reunidos  en Cristo, son guiados por el Espíritu Santo en su peregrinar hacia el  reino del Padre y han recibido la buena nueva de la salvación para  comunicarla a todos. La Iglesia por ello se siente íntima y realmente  solidaria del genero humano y de su historia". (Proemio, Gaudium et spes, proemio)

            Este conocido texto del Vaticano II –a los 40 años de su convocatoria- sin duda que nos conecta de inmediato con nuestro congreso y en concreto con algo muy familiar los dolores y gozos de nuestros institutos

2. ¿Qué no es la espiritualidad laical?

En segundo lugar, para precisar cuál es la espiritualidad laical, nos conviene reflexionar primero en el negativo del cuadro, acerca de lo que no es:

a- No confundir prácticas espirituales con espíritu; no confundir la beatería o cucufatería con la espiritualidad auténtica. Ni siquiera hemos de pensar que es solamente algo cultual: novenas, procesión,...Hay que vivificar todas estas prácticas. De cultual a cultural, de doctrinal a comprometido con la vida.  En este sentido hemos de cuidar en vivificar las numerosas prácticas cultuales

b. Los laicos no son sustitutos del clero. No hay que olvidar que no somos religiosos ni sacerdotes ministeriales; ellos dejan el mundo por el convento. Nuestro monasterio, nuestra celda son las calles, las clases, la familia, el trabajo... Hay que evitar el peligro de clericalizarnos, de recargarnos de funciones y de actividades eminentemente propias de sacerdotes o de religiosos. Necesitamos modelos de espiritualidad seglar como Tomás Moro, como el indio Juan Diego, como el siervo de Dios, Nicolás de Ayllón (de Chiclayo), como la médica Juana Beretta o el doctor san José Moscati...Todo menos considerar a los laicos como meros spectadores: "Cuentan que un recién convertido preguntó al sacerdote la víspera de bautizarse cuál es el papel del laico en la Iglesia. Aquél le respondió: "La posición del laico en nuestra Iglesia es doble: ponerse de rodillas ante el altar, es la primera; sentarse frente al púlpito es la segunda". El cardenal añadía con cierta ironía: "se le olvidó añadir una tercera: meter la mano en el portamonedas".

. Creen pero no practican

. Falta de coherencia: son católicos de "nombre" o de boquilla...

. Falta de compromiso por la comodidad (complejo butaca) o por la cobardía (complejo avestruz de agachar la cabeza.)

 

II -ESPIRITUALIDAD

La auténtica espiritual –ya lo vimos- va mucho más allá de lavida cultural. Es vida divina, comunión con Dios; unión a Cristo como el sarmiento a la vid. "Cristo, enviado por el Padre, es la fuente y origen de todo el apostolado de la Iglesia. La fecundiad del apostolado depende de la unión vital de los laicos con Cristo. Dice el Señor:"El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque sin Mí no podéis hacer nada" AA (Apostolicam actuositamen), 4.  La vida espiritual es la vida del espíritu, la idiosincrasia, la identidad más característica, su ADN más peculiar, la vida de la vida. Tal como señala el P. Iraburur, la Espiritualidad estudia cómo el Espíritu Santo actúa sobre los cristianos"Dichosos los pobres en el espíritu» (Mt 5,3): los que ponen su confianza no en los bienes materiales sino en Dios. "El espíritu es el que da vida, la carne de nada sirve» (Jn 6,63). Jesús, al final de su etapa en la Tierra, en la Cruz, concluye su testamento con su palabra esencial: «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu» (Lc 23,46).«Inclinando la cabeza, entregó el espíritu» (Jn 19,30). La persona humana es un ser a la vez corporal y espiritual. El relato del Génesis (2,7) expresa esta realidad con un lenguaje simbólico cuando afirma que "Dios formó al hombre con polvo del suelo e insufló en sus narices aliento de vida y resultó el hombre un ser viviente" (CEC 362). La persona humana está dotada de un alma «espiritual e inmortal». Desde su concepción está destinada a la unión con Dios por el amor y a gozar de la bienaventuranza eterna. En virtud de su alma y de sus potencias espirituales de entendimiento y voluntad, el hombre está dotado de libertad. Mediante su razón, el hombre conoce la voz de Dios que le impulsa a hacer el bien y evitar el mal. Todo hombre debe seguir esta ley que resuena en su conciencia y que se realiza en el amor de Dios y del prójimo. Por su voluntad, el ser humano es capaz de dirigirse por sí mismo hacia su bien verdadero. La persona humana encuentra su perfección en la búsqueda y en el amor de la verdad y del bien.

Esta vida en el espíritu es igual al seguimiento de Cristo (cfr. Ef. 5,2; Ga 2,20; 1Jn 3,16). La incorporación a Cristo por medio del Bautismo. La vida espiritual es la vida en el Espíritu Santo. El Espíritu Santo realiza en el hombre la vocación a la santidad.La vida espiritual está hecha de caridad divina y solidaridad humana.La vida espiritual tiene un principio vital, un modelo, un programa, unos recursos y unos resultados. Principio vital: el Espíritu Santo. Modelo: Jesucristo. Programa: las Bienaventuranzas. Recursos: la oración. los sacramentos, las virtudes teologales y cardinales, los dones del Espíritu Santo, la Virgen María.

 

Cuerpo, alma y espíritu

La persona humana es un ser a la vez corporal y espiritual. El relato del Génesis (2,7) expresa esta realidad con un lenguaje simbólico cuando afirma que "Dios formó al hombre con polvo del suelo e insufló en sus narices aliento de vida y resultó el hombre un ser viviente" (CEC 362).

El cuerpo. El cuerpo del hombre participa de la dignidad de la "imagen de Dios": es cuerpo humano precisamente porque está animado por el alma espiritual, y es toda la persona humana la que está destinada a ser, en el Cuerpo de Cristo, el Templo del Espíritu (cf. 1 Co 6,19-20; 15,44-45) (CEC 364).

El mundo material alcanza su cima en el hombre. El ser humano presta sus labios a la creación para que alabe al Creador. No es lícito al hombre despreciar la vida corporal, sino que, por el contrario, tiene que considerar su cuerpo bueno y digno de honra y respeto, ya que ha sido creado por Dios y que ha de resucitar en el último día (GS 14,1) (CEC 364).

El alma. El alma es el componente del hombre que le capacita para buscar la verdad, captar la belleza, distinguir el bien del mal y elegir libremente el bien para él y los otros, en que consiste amar. En el alma reside la «ley natural». El término alma designa, a veces, en la Sagrada Escritura la vida humana (cf. Mt 16,25-26; Jn 15,13) o toda la persona humana (cf. Hch 2,41). Pero designa también lo que hay de más íntimo en el hombre (cf. Mt 26,38; Jn 12,27) y de más valor en él (cf. Mt 10,28; 2 M 6,30), aquello por lo que es particularmente imagen de Dios: "alma" significa el principio espiritual en el hombre (CEC 363). El CEC (366) dice que cada alma espiritual es directa e inmediatamente creada por Dios (cf. Pío XII, enc. Humani generis, 1950: DS 3896; Pablo VI, SPF 8)  No es "producida" por los progenitores. Es inmortal (cf. Cc. de Letrán V, año 1513: DS 1440): no perece cuando se separa del cuerpo en la muerte. Se unirá de nuevo al cuerpo en la resurrección final. La unidad del alma y del cuerpo es tan profunda que se debe considerar al alma como la "forma" del cuerpo (cf. Cc. de Vienne, año 1312, DS 902); es decir, gracias al alma espiritual, la materia que integra el cuerpo es un cuerpo humano y viviente; en el hombre, el espíritu y la materia no son dos naturalezas unidas, sino que su unión constituye una única naturaleza (CEC 365).

A veces se acostumbra a distinguir entre alma y espíritu. Así S. Pablo ruega para que nuestro "ser entero, el espíritu, el alma y el cuerpo" sea conservado sin mancha hasta la venida del Señor (1 Ts 5,23). La Iglesia enseña que esta distinción no introduce una dualidad en el alma (Cc. de Constantinopla IV, año 870: DS 657). "Espíritu" significa que el hombre está ordenado desde su creación a su fin sobrenatural (Cc. Vaticano I: DS 3005; cf. GS 22,5), y que su alma es capaz de ser elevada gratuitamente a la comunión con Dios (cf. Pío XII, Humani generis, año 1950: DS 3891) (CEC 367).

Oposición carne-espíritu

San Pablo opone la carne al espíritu (Rom 8, 5-26): Los que viven según la carne, desean lo carnal; mas los que viven según el espíritu, lo espiritual (v. 5). Vosotros no estáis en la carne, sino en el espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros (v. 9). Mas si Cristo está en vosotros, aunque el cuerpo haya muerto ya a causa del pecado, el espíritu es vida a causa de la justicia (v. 10). Y si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, Aquel que resucitó a Cristo de entre los muertos dará también la vida a vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que habita en vosotros (v. 11). Así que, hermanos míos, no somos deudores de la carne para vivir según la carne (v. 12), pues, si vivís según la carne, moriréis. Pero si con el Espíritu hacéis morir las obras del cuerpo, viviréis (v. 13) Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios (v. 14). Pues no recibisteis un espíritu de esclavos para recaer en el temor; antes bien, recibisteis un espíritu de hijos adoptivos que nos hace exclamar: ¡Abbá, Padre! (v. 15). 16. El Espíritu mismo se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios. Nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, nosotros mismos gemimos en nuestro interior anhelando el rescate de nuestro cuerpo (v. 23). El Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza. Pues nosotros no sabemos cómo pedir para orar como conviene; mas el Espíritu mismo intercede por nosotros (v. 26).

La espiritualidad cristiana es una sola si consideramos su substancia, la santidad, la participación en la vida divina trinitaria, así como los medios fundamentales para crecer en ella: oración, liturgia, abnegación, ejercicio de las virtudes todas bajo el imperio de la caridad. En este sentido, como dice el concilio Vaticano II, «una misma es la santidad que cultivan, en los múltiples géneros de vida y ocupaciones, todos los que son guiados por el Espíritu de Dios» (LG 41a). «Todos los fieles, de cualquier estado y condición, están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad» (40b). Y en el cielo, una misma será la santidad de todos los bienaventurados, aunque habrá grados diversos. Nos fijamos en dos aspectos:

Según B. Jiménez Duque por espiritualidad se entiende ordinariamente sin más la actividad religiosa frente a la vida. La vida abierta a la trascendencia, a Dios, y esto de manera radical y fundante, de tal modo que esa actitud no venga a ser una superestructura añadida a la vida, sino precisamente la estructura vertebral que da sentido y unifica todo el vivir humano. Especialmente cuando de hecho se toma conciencia de esa dimensión religiosa de la vida humana, surge el hombre espiritual y su espiritualidad correspondiente. Máxime si esa vida religiosa se asume seria y sinceramente con todas sus consecuencias, y la vida toda queda transida por su intensa vibración. Entonces tenemos el sentido estricto y preciso que hoy suele darse a esta palabra: vida espiritual, espiritualidad. Como realidad más alta del ser humano es la recepción de los dones del Espíritu Santo; son disposiciones permanentes en el hombre que le ayudan a seguir los impulsos del Espíritu Santo: sabiduría, inteligencia, ciencia, fortaleza, consejo, piedad y temor de Dios (cf Is 11, 1-2).Los frutos del Espíritu Santo son perfecciones que nos regala el Espíritu Santo por las que participamos ya en la tierra de la vida bienaventurada del cielo. La tradición de la Iglesia enumera doce: "caridad, gozo, paz, paciencia, generosidad, bondad, benevolencia, mansedumbre, fidelidad, modestia, continencia, castidad" (Gál 5,22-23, vulg.).

El Cardenal Francisco Javier Errazurri en su conferencia Espiritualidad de la comunion, un desafio para toda la iglesia y sus institutos seculares al inicio del tercer milenio insite en que "Una espiritualidad surge de la oración y de la meditación, y se refleja en una vida de conversión al Evangelio y a sus valores.Una espiritualidad auténticamente cristiana no se consume en una piedad sin repercusión, en la existencia personal y en la vida social, porque siempre es la Buena Noticia -podríamos decir también, la teología- transformada en vibración interior, en dinamismo y energía espiritual. Para quien vive su consagración inmerso en los afanes del siglo y sin la protección de los muros conventuales, la espiritualidad es el alma de su vida y su misión. En efecto, hablar de espiritualidad cristiana es hablar del Espíritu. Cuando el concilio Vaticano II habla de la Iglesia como misterio de comunión, recoge las palabras de Juan al inicio de su primera carta (1 Jn 1, 37) Las Iglesia es sacramento de comunión, es y busca construir y vivificar la comunión de todo el género humano (Eclessia en América No. 33. LG. No. 1).

En resumen, digamos en dos palabras lo esencial del primer componente de la espiritualidad del laico:

 

1. "Cristo-fideles" de a pie ungidos en el BAUTISMO por el Espíritu. Triple unción: profética, sacerdotal, regia.

"Ungidos por el Espíritu Santo en el bautismo y la confirmación, el cristiano puede, a su modo, repetir las palabras de Jesús: "El Espíritu del Señor está sobre mí, por lo cual me ha ungido para evangelizar a los pobres" CFL (Christifideles laici, 13)

 

2. Vocación universal a la santidad; "sed perfectos".

"La vocación de los fieles laicos a la santidad implica que la vida según el Espíritu se exprese particularmente en su inserción en las realidades temporales y en su participación en las realidades terrenas" CFL, 13.

Cuentan que un campesino, Paolo, se le acercó un día al Hermano Francisco de Asís y le animó a que siguiese su buen camino. El Poverello de Asís se le quedó mirando al campesino Paolo y le dijo: "Tú también puedes ser santo. A ti también te ama Dios. Cree esto y cambiará tu corazón."

 

III. ENCARNADA EN LA HISTORIA

 

1. El compromiso del CELAM

Es lo que ha rescatado el CELAM para América Latina: Río de Janeiro. Medellín, Puebla, S.Domingo, y prepara para mayo de 2007 en La Aparecida en Brasil con el tema Discípulos y misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en Él tengan vida" ("Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida", Jn. 14,6).

En 1955 se celebraba la I Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Río de Janeiro. Su principal fruto fue la institución del CELAM (Consejo Episcopal Latino Americano).

En 1968, como aplicación del Vaticano II, se convoca el II CELAM en Medellín (Colombia) presidido por Pablo VI. Los documentos aprobados se pueden resumir en 3 grandes bloques: Promoción humana: Justicia, Paz, Familia y Demografía, Educación y Juventud; Evangelización y Crecimiento en la fe: Pastoral Popular, Pastoral de élites, Catequesis y Liturgia; Iglesia y sus estructuras: Laicos, Sacerdotes, Formación del Clero, Pobreza, Pastoral de conjunto y Medios de Comunicación Social. El esquema seguido en ellos tenía los tres puntos clásicos: ver, juzgar y actuar. Las actitudes e intenciones se dirigían a hacer una Iglesia situada en el mundo; captar los signos de los tiempos y responder con acciones específicas ante las circunstancias particulares de América Latina; dar énfasis especial al diganóstico de la realidad valiéndose de las ciencias políticas y socioeconómicas, descubriendo la raíz del problema social-estructural en la injusticia, la dependencia internacional, el subdesarrollo, la falta de sensibilidad. Juzgar la situación de injusticia como un pecado social que ofende a Dios. Señalar las metas a conseguir para lograr una sociedad mejor. Como fruto de esta conferencia, en 10 años, se redactan más de 150 documentos de Conferencias Episcopales, se publican gran cantidad de libros y estudios destinados a la tarea de evangelización.De 1968 a 1972, el CELAM impulsa la aplicación de Medellín mediante la creación de institutos de formación y la animación de las Conferencias Episcopales que denuncian lo negativo de cada país y anuncian lo positivo. La Iglesia ganó en credibilidad popular y en diversos sectores fue perseguida.

Desde 1972, en Sucre (Bolivia) el CELAM se define como "un organismo de comunión y servicio". En 1974 se celebra el sínodo de los obispos que culminará con la "Evangelii Nuntiandi" de Pablo VI. Los obispos se pronuncian frente a la miseria del pueblo y publican documentos en torno al compromiso con la realidad que les toca vivir. En 1979 Juan Pablo II abre el III CELAM, en Puebla. Se trata de aplicar en América Latina la encíclica "Evangelii Nuntiandi". El documento final se divide en 5 partes. La primera se refiere a la historia acentuando el "sustrato católico" actual por la evangelización fundante."...el acceso a la 'memoria histórica'de los pueblos latinoamericanos pasa por el reconocimiento de la presencia evangelizadora de la Iglesia durante cinco si­glos"(P.Morandé). En la 2ª se alude al Plan de Dios sobre la realidad actual iluminada desde tres pilares: La verdad sobre Cristo, la Iglesia, el hombre. En la 3ª se dice cómo la evangelización ha de hacerse en comunión y participación. La 4ª insiste en que esta misión debe dirigirse a todos, especialmente a los jóvenes y los pobres. La 5ª recuerda la docilidad al Espíritu Santo para dejarse guiar hacia la verdad, el bien y la plenitud en Cristo.

La década de los 80 incrementó el compromiso con los pobres; se luchó por la justicia, por la dignidad de la persona, a pesar de muertes como la de Monseñor Romero y un buen número de misioneros. La Santa Sede intervino para corregir algunos puntos de la Teología de la Liberación. En el mundo socioeconómico se habla de la "década perdida" por el narcotráfico, la guerrilla, el paro, la deuda externa...En los cristianos ha habido un aumento de vocaciones nativas y un mayor compromiso a través de Comunidades de Bases, Agentes Pastorales...

IV Conferencia en Santo Domingo de 1992. Comenzó a prepararse desde de 1987. El documento de consulta se componía de cuatro partes: Visión histórica de los 500 años de evangelización. La realidad latinoamericana actual y tendencias hacia el futuro. Visión pastoral de la realidad: Avances o estancamientos desde Puebla; los retos de la Iglesia. Iluminación teológica para el marco referencial y posibles actitudes pastorales ante la Nueva Evangelización. El tema aprobado: "Nueva Evangelización. Promoción Humana. Cultura Cristiana. Jesucristo ayer, hoy y siempre". A raíz del Congreso de Doctrina Social de la Iglesia celebrado en Chile el verano de 1991, se le ha añadido una 5ª parte, dedicada a las líneas pastorales por las que apuesta: la opción preferencial por los pobres desde la dimensión cultural, la pastoral urbana, los indígenas y afroamericanos, los jóvenes, la vida humana. El documento final se vertebra en torno a tres aspectos formales (iluminaci­ón teológica, desafíos y líneas pastorales) y los tres bloques temáticos (nueva evangelización, promoción humana, cultura cristiana) con el fin de abordar cuestiones candentes tales como la solidaridad contra la pobreza, la secularización y las sectas, los desplazamientos de la población y la violencia...

Identidad cristiana de América en el Sínodo sobre América.El gran documento postsinodal Ecclesia in America dedica dos apartados al tema. Vale la pena leerlos:

El mayor don que América ha recibido del Señor es la fe, que ha ido forjando su identidad cristiana. Hace ya más de quinientos años que el nombre de Cristo comenzó a ser anunciado en el Continente. Fruto de la evangelización, que ha acompañado los movimientos migratorios desde Europa, es la fisonomía religiosa americana, impregnada de los valores morales que, si bien no siempre se han vivido coherentemente y en ocasiones se han puesto en discusión, pueden considerarse en cierto modo patrimonio de todos los habitantes de América, incluso de quienes no se identifican con ellos...(n. 14) "La expresión y los mejores frutos de la identidad cristiana de América son sus santos. En ellos, el encuentro con Cristo vivo "es tan profundo y comprometido [...] que se convierte en fuego que lo consume todo, e impulsa a construir su Reino, a hacer que Él y la nueva alianza sean el sentido y el alma de [...] la vida personal y comunitaria. América ha visto florecer los frutos de la santidad desde los comienzos de su evangelización. Este es el caso de santa Rosa de Lima (1586-1617), 'la primera flor de santidad en el Nuevo Mundo', proclamada patrona principal de América en 1670 por el Papa Clemente X . Después de ella, el santoral americano se ha ido incrementando hasta alcanzar su amplitud actual (n.15). Entre sus Santos, 'la historia de la evangelización de América reconoce numerosos mártires, varones y mujeres, tanto Obispos, como presbíteros, religiosos y laicos, que con su sangre regaron [...] [estas] naciones. Ellos, como nube de testigos (cf. Hb 12, 1), nos estimulan para que asumamos hoy, sin temor y ardorosamente, la nueva evangelización' . Es necesario que sus ejemplos de entrega sin límites a la causa del Evangelio sean no sólo preservados del olvido, sino más conocidos y difundidos entre los fieles del Continente" (n. 15).   

2. Contextos de la espiritualidad latinoamericana (J. Martínez-de-Toda 2001).

Económico: Hay una situación de pobreza de las mayorías. Estas se sienten arrastradas por el modelo neoliberal y por la globalización sin perspectivas de poder reorientarse hacia un modelo más humano de desarrollo.

Cultural. Las nuevas tecnologías y los modernos cambios culturales están influyendo muy fuertemente en los nuevos lenguajes y símbolos y en las nuevas formas de pensar y sentir. La cultura de América Latina es una cultura mestiza e híbrida, característica del inmigrado a la ciudad, sujeto también a la influencia de la cultura contemporánea globalizante. Esta cultura contemporánea se está haciendo sentir ya con fuerza. Es mediática, fragmentaria (posmoderna). El elemento histórico pesa poco. Lo que se quiere es libertad. Predomina lo subjetivo, pragmático y consumista. Lo importante son las relaciones que se tienen. Hay una pérdida de identidad por el desplome de modelos del pasado . Es globalizante, donde lo que predomina es la competencia y la eficiencia. Es pluralista cultural y religiosamente. Es secularizada. Grupos específicos, como los jóvenes, tienen su subcultura.

Contexto religioso: Representa el encuentro de tres grandes tradiciones:

La indígena, en la que hay una comunión entre lo humano, lo cósmico y lo espiritual. Lo espiritual y lo trascendente son vistos como la esencia de la armonía cósmica en el ciclo vida-muerte. Hay un sentido de misterio y de significado simbólico en toda realidad. Los ritos de la vida tienen una gran importancia espiritual. La cultura indígena religiosa es mítica, oral y colectiva. Esto se da especialmente en Bolivia, Perú, Ecuador, Guatemala y México.

La católica. Traída por los españoles de acuerdo con el paradigma de Trento y su experiencia multisecular. Los españoles se identificaban fuertemente con el símbolo de la cruz, por la que habían luchado en su país durante ocho siglos contra la luna árabe en creciente Ellos trajeron consigo al nuevo continente devociones populares y expresiones dramáticas para sus fiestas religiosas, la participación comunal, un idealismo ascético y místico y el humanismo de la contrarreforma. Desde el s. XIX y parte del XX se nota la presencia crítica del positivismo con gran incidencia en la educación, la política, el derecho, el tratamiento público de lo religioso y la información. Esto se dio especialmente en Venezuela, México, Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Perú, Bolivia y Cuba.

El animismo es lo aportado por los africanos, especialmente en partes del Brasil y el Caribe.

 

3. Perfiles de la espiritualidad latinoamericana (J. Martínez de Toda)[2]

a) El aprecio profundo por la dignidad de la persona. Dios se preocupa de todos, especialmente de los niños, los pobres, los enfermos y los ancianos.

b) El gran valor a las relaciones interpersonales dentro de la familia y de la sociedad. La familia es la primera en transmitir las creencias religiosas, los valores y las tradiciones

c) Los católicos tienen sentimientos encontrador sobre la Iglesia Católica, a pesar de que la credibilidad hacia es la más alta entre todas las instituciones. no 'se siente' Iglesia".

d) Se relaciona profundamente con el simbolismo ritual y la sacramentalidad.

e) Tiene devociones populares muy enraizadas, como la del Cristo crucificado, espejo de los sufrimientos propios, su afición por la Biblia y su devoción por el Señor Jesús Hay gran veneración por la Virgen María como madre espiritual y por los santos como poderosos intercesores. Las fiestas religiosas de la Navidad, Reyes y Semana Santa se celebran con representaciones teatrales y cantos especiales.

f) Es una Iglesia profética y evangelizadora pero también evangelizada por los pobres. La Biblia ha sido especialmente meditada y comentada en las comunidades eclesiales de base. De ella se ha sacado la opción preferencial por los pobres. La auténtica teología de la liberación ha producido su propia espiritualidad de liberación, basada en la justicia social  Como dice el P. Andrés Gallego en "El método de la TL como camino de espiritualidad" el pueblo hispanoamericano, al igual que el Pueblo de Israel, contempla a Dios en la vida y en la historia.

g) Es heterogénea con diversidad de tendencias y movimientos eclesiales, como carismáticos, etc. Se mueve en un contexto secular, con espiritualidades como la de New Age.

 

IV. ESPIRITUALIDAD PLURAL (Heb 11-12) "Nube de Testigos que nos han  precedido"

 

1. Escuelas

La Espiritualidad estudia cómo el Espíritu Santo actúa normalmente sobre los cristianos. Ahora bien, así como en todos ellos hay algo común -la naturaleza- y hay ciertas variedades -diferencias de sexo, temperamento, educación, época, etc.-, así podemos distinguir en la acción del Espíritu divino que  reciben los cristianos una espiritualidad común y varias espiritualidades peculiares.

Las modalidades de la santidad son múltiples, y por tanto las espiritualidades diversas. Podemos distinguir espiritualidades de época -primitiva, patrística, medieval, etc.-, de estados de vida -laical, sacerdotal, religiosa; es la diversidad que tiene más importante fundamento-, según las dedicaciones principales -contemplativa, misionera, familiar, asistencial, etc.-, o según características de escuela -benedictina, franciscana, ignaciana, etc.

Una buena clasfiicación la da A. Royo Marín en su obra "Los grandes maestros de la vida espiritual. Historia de la espiritualidad cristiana" BAC, Madrid, 1973. En la Edad antigua distingue el monacato oriental, el occidental, San Agustín y otros como Celmente de Alejandría, Hilario de Poitiers, Gregorio Neiseno, Juan Crisóstomo, pseudo Dionisio Areopagita, Máximo el confesor, Juan Clímaco, Beda el Venerable, Juan Damasceno. Para la  Edad Media, la escuela benecitina, la escuela de San Víctor, la artujana, la dominicana con la figura egregia de Santo Tomás de Aguino (el organismo sobrenatural, la gracia actual, el crecimiento sobrenatural, la perfección cristiana, su obligatoriedad, grados de perfección, posiiblida de la misma, vida activa y contemplativa, el éxtasis, los estados de perfección), la franciscana con San Francisco, Antonio de Padua, Buenaventura, Angela de Fligno, Bernardino de Siena, Catalina de bolonia; autores independientes de la ddevocio moderna. En la Edad Moderna reseña la escuela benecictina, la dominicana, franciscana, agustiniana, carmelitana (Teresa, Juan de la Cruz, Teresita), ignaciana (Ignacio de Loyola, Francisco Javier, Francisco de Borja, Alonso Rodríguez, Alvafez de Paz, Roberto Belarmino, Luis de la Puente, Luis de la Palma, Eusebio Nieremberg), salesiana (Francisco de Sales, Juana Fremiot de Chantal, Margairta María de Alacoque, Juan Bosco, Tissot), escuela francesa (Cardenal Pedro de Berulle, Vicente de Paúl, Juan Eudes, Monfort, La Salle), independientes (Juan de Avila, Felipe Neri, Calasazn, Bossuet, Fenelón, Pablo de la Cruz, Alfonso María de Ligorio, José Cafasso…) De la Época Contemporánea (siglo XX), escuela benedictina, Don Columba Marmión, Chautard, Lehodey; dominicana, Arintero, Garrigou-Lagrange, Philipon; carmelitana (Isabel de la Trinidad, Gabriel de Santa María Magdalena, Crisógono de Jesús sacramentado); ignaciana (Grandmasison, Guibert), independientes (Gema Galgani, E. Leseur, Carlos de Foucauld, Angeles Sorazu, Cardenal Mercier, J. Maritain)…

Según B. Jiménez Duque nos dice que las escuelas de espiritualidad surgen de algunas instituciones de fuerte personalidad moral dentro de la Iglesia, o provocadas por alguna personalidad profética y genial que produce un movimiento espiritual en su torno y aun después de su paso. Así, se habla de escuelas benedictina (v.), franciscana (v.), dominicana (v.), agustiniana (V. AGUSTINISMO), carmelitana (v.), de la devotio moderna (v.), jesuítica (v.), avilina (v. JUAN DE ÁVILA), beruliana (o francesa muy impropiamente; V. BÉRULLE), salesiana, alfonsiana, etc

 

La infinita riqueza del Creador se manifiesta en la variedad inmensa de criaturas: no diez o cien, sino miles y miles de especies de plantas, de animales, de peces... También las infinitas riquezas del Redentor se expresan en esas innumerables modalidades de vida evangélica. El cristiano, sin una espiritualidad concreta, podría encontrarse dentro del ámbito inmenso de la espiritualidad católica como a la intemperie. Cuando por don de Dios encuentra una espiritualidad que le es adecuada, halla una casa espiritual donde vivir, halla un camino por el que andar con más facilidad, seguridad y rapidez, halla en fin la compañía estimulante de aquellos hermanos que han sido llamados por Dios a esa misma casa y a ese mismo camino.

Hoy se da en la Iglesia un doble movimiento: por un lado, una tendencia unitaria hace converger las diversas espiritualidades en sus fuentes comunes, Biblia, liturgia, grandes maestros. Por otra, una tendencia diversificadora acentúa los caracteres peculiares de la espiritualidad propia a los distintos estados de vida, o a tales movimientos y asociaciones. La primera ha logrado aproximar espiritualidades antes quizá demasiado distantes, centrándolas en lo central. La segunda ha estimulado el carisma propio de cada vocación, evitando mimetismos inconvenientes.

Debemos ser conscientes de este fenómeno para evitar ciertos radicalismos que deben ser indicados en este punto. El exceso unificador lleva en ocasiones a difuminar las espiritualidades particulares, ignorando los diversos carismas, rompiendo tradiciones valiosas, desvirtuando la fisonomía propia de las diversas familias, regiones, escuelas. Así se llega a una espiritualidad única para adolescentes, cartujos, madres de familia, párrocos o jesuitas, con el consiguiente empobrecimiento. Por otra parte, un exceso diversificador radicaliza los perfiles peculiares de una espiritualidad concreta; se apega demasiado a sus propios métodos, en lenguaje, modos y maneras; absolutiza lo accidental y relativiza quizá lo absoluto; pierde armonía evangélica y plenitud de valores. Así se produce un ambiente espiritual cerrado, aislado, con terminología propia, que para unos es muy gratificante, y para otros asfixiante. En tal ambiente, las eventuales iniciativas del Espíritu, si no se ajustan al modelo vigente en esa espiritualidad altamente diversificada y concretada, quedarán silenciosamente sofocadas. Y los integrantes de círculo tan cerrado y peculiar se mostrarán incapaces de colaborar con otros fieles o grupos cristianos, pues éstos son extraños al movimiento, grupo o institución, con el peligro de convertirse en una secta.

Sola es universal la Espiritualidad de la Iglesia, que tiene en la sagrada liturgia su principal escuela, abierta a todos los cristianos. Todas las demás espiritualidades acentúan más ciertos valores cristianos y menos otros: una es metódica y reglamentada, otra tiene pocas reglas; una insiste en la oración litúrgica, otra usa más las devociones populares...San Juan de la Cruz: «A cada uno lleva Dios por diferentes caminos; que apenas se hallará un espíritu que en la mitad del modo que lleva convenga con el modo de otro» (Llama 3,59). Ninguna espiritualidad o devoción concreta puede presentarse como necesaria para todos los cristianos. Únicamente la Espiritualidad de la Iglesia Católica, y su principal exponente, la liturgia, puede y debe requerir el consenso de todos los fieles católicos.

 

2. Los Movimientos

El nuevo empuje cobrado por los movimientos laicales es innegable. Recordemos el magno encuentro en el marco del Jubileo protagonizado por Juan Pablo II y el reciente del Pentecostés del 2006 con Benedicto XVI. El 4 Junio del 2006, el Papa Benedicto XVI recordó, en el marco del reciente encuentro con los movimientos y nuevas comunidades, que la Iglesia "es un gran movimiento animado por el Espíritu"."En Pentecostés –dijo el Pontífice, al final de la Misa Solemne que presidió en la Plaza de San Pedro- la Iglesia se manifestó como una, santa, católica y apostólica; se manifestó misionera, con el don de hablar todas las lenguas del mundo, porque la Buena Nueva del Amor de Dios está destinada a todos los pueblos".   El Santo Padre destacó luego que "entre las realidades suscitadas por el Espíritu en a Iglesia se encuentran los Movimientos y las Comunidades Eclesiales, a quienes tuve la alegría de encontrar ayer en esta Plaza, en una gran reunión mundial. Toda la Iglesia, como amaba decir el Papa Juan Pablo II,  es un único gran movimiento animado por el Espíritu Santo, un río que atraviesa la historia para irrigarla con la gracia de Dios y fecundarla de vida, de bondad, de belleza, de justicia, de paz".

Basta asomarse a cualquier parroquia, consultar cualquier publicación eclesial, para darse cuenta que el protagonismo de los laicos es un hecho. Acudimos, sin embargo, a una etapa inicial en la que cada movimiento se mira a sí mismo, quizá autocomplacido o, al menos necesitado, por su puesta en marcha, sin que tenga demasiados horizontes para coordinar esfuerzos, crear grandes plataformas de seglares que unan sus esfuerzos en una empresa común. Los nuevos Movimientos son realidades eclesiales suscitadas por el Espíritu Santo. Con una significativa participación de los laicos, reproducen la imagen de la Iglesia en su composición histórica: laicos, sacerdotes, miembros consagrados según los consejos evangélicos, que colaboran entre sí, crecen y actúan en un mismo espíritu para una gran misión y están animados por un mismo carisma que genera unidad en una rica diversidad.

 

Las notas que se perciben en los movimientos eclesiales son:

Carácter internacional

Variedad: grupos, asociaciones, movimientos

Objetivos apostólicos: exigencias del ambiente, evangelización y santificación, presencia en las circunstanciasde la vida (son laicales), son signo de comunión eclesial

 

Lydia Jiménez y Germán Doig distinguen en los nuevos movimientos eclesiales:

1.      Una identidad concreta en comunión plena con la Iglesia

2.      Protagonismo de los laicos

3.      Posibilidad para recorrer camino evangélico de perfección

4.      Pedagogía en relación con el carisma

5.      Fundador

6.      Conciencia común de la novedad aportada por el Bautismo

7.      Comunión con Cristo y los hermanos. Fidelidad al carisma

8.      Fidelidad al Magisterio de la Iglesia

9.      Compromiso

Veamos un cuadro de los movimientos espirituales a lo largo de los 2000 años de historia de la Iglesia:

Siglo y etapa

Características de su espiritualidad

Nombres

Apostólica, S.I

Unidad y comunión

Dirección de Pedro y los Doce

Carismas de misioneros peculiares: Bernabé...

Primeros Cristianos

Subapostólica S.II

Importancia de la iglesia local: jerarquía, sacramentos en función de su vida y la misión.

Iglesia como movimiento

Padres apostólicos

 

Era de los mártires, III-IV

Vivencia heroica del cristianismo

Fuerza de la minoría,Testimonio valiente

 

Monjes y Padres de la Iglesia IV

Martirio "blanco"

Monasterio: morada en que se consagra el mundo a Dios:Al cerrarse la época martirial, los cristianos quieren seguir de cerca a su maestro. Optan por el martirio "blanco": se retiran al desierto dando todo a los pobres. En el siglo IV, cuenta la Iglesia con guías de excepción. A caballo entre la antigüedad y el medievo, los Padres, intrépidos defensores de la fe frente a la herejía, libertadores morales de la Humanidad frente al "fatum" pagano, son los auténticos apasionados por el hombre.

Padres desierto

Cenobitismo

Padres de la Iglesia V.

Compañía-amistad monacal. Consagración (laicos-sacerdotes) al servicio ministerial de la Iglesia

Mon. Del Huerto, S. Agustín

VI. Monacato

Frente a la invasión germánica. Monasterio como recogimiento comunitario para la misión

Es la institución clave del momento. Los monjes irradian espiritualidad, hermandad, cultura, enseñanza de la técnica agrícola. Son la unidad paradigmática que renuevan la sociedad en todos los sentidos. Signo de paz en una sociedad violenta.

Benedictinos

Canónigos regulares

VII. VIII

Carlomagno

Se integra la cultura roma y la vida cristiana benedictina.

 

IX-X

Investiduras laicas

Feudalización de la sociedad y de la iglesia. Iniciativas de reforma.

Reforma cluniacense: oración, liturgia, cultura;dependen del Papa

Nuevas formas: camaldulenses, premostratenses, canónigos

Cluniacenses

XI. Gregorio VII

Christianitas europea

Reforma gregoriana.

Cistercienses (San Bernardo de Claraval)

Movimiento pauperista

Cistercienses

Cartujos

 

S.XII

Las Cruzadas brindaron campo magnífico a los ideales y acción de los caballeros cristianos. Órdenes de Caballería. Peregrinaciones. Ordenes Militares (mansedumbre del monje y fortaleza del soldado) y hospitalarias (templarios y caballeros de Malta).

Órdenes Militares: templarios, Malta, Calatrava…

S. XIII

Naciente burgesía, universidades, grandes crisis

Órdenes mendicantes que recogen la sensiblidad por la pobreza y predican celosamente.

Son conventos de hermanos pobres y obedientes dispuestos para la misión.

Órdenes segundas (vírgenes) y terceras (laicales)

Franciscanos(misericordia)

Dominicos(predicación)

Trinitarios yMercedarios

(redención de cautivos)

S.XIV- S.XV

Ansias de Reforma. Humanismo. Burguesía. Nacionalismos. La Iglesia y el Papado pierden liderazgo

A lo largo del siglo XV destacaron predicadores populares como Gerardo el Grande, iniciador de la corriente "devotio moderna", San Bernardino de Siena, Juan de Capistrano y Jerónimo de Savonarola en Itgalia, o San Vicente Ferrer en España.

Responsabilidad personal, vida interior, meditación, estudio de la Sagrada Escritura, cristocentrismo

Devotio moderna

Congregaciones de  observancia

Hermanos de la Vida común

Agustinos

Olivetanos;Jesuatos

Mínimos de S. Fco. De Paula

Jerónimos

Ordendel Santísimo Salvador

Capuchinos;Carmelitas descalzos

S. XVI.XVII Reforma Católica

Fue su fundador Ignacio de Loyola, convertido cuando fue herido defendiendo el cerco de Pamplona frente a los franceses. Pronto se rodeó de discípulos y compañeros quienes constituirán la "Compañía de Jesús" aprobada por el Papa Paulo II en 1540. Entre los primeros estuvieron San Francisco Javier, Laínez, Salmerón, Pedro Fabro. Será una orden muy activa, con espíritu corporativo, para evangelizar en todo el mundo, especialmente en los lugares de mayor influjo protestante (el hombre más destacado en Alemania fue San Pedro Canisio). Como novedad quita la obligación de rezar en grupo (oración del coro) para dejar más libertad en su evangelización

 

LA COMPAÑÍA DE JESÚS.

 

 

Reforma del Oratorio del Divino Amor,Oratorianos

Barnabitas ,Teatinos

Capuchinos, Somascos

Oblatos de San Carlos Borromeo

Carmelitas Descalzos

Carmelitas Descalzas

Los clérigos regulares de la Madre de Dios, de San Juan Leonardi

Los clérigos menores regulares, fundados en 1588 por Juan A. Adorno, San Francisco Caracciolo y su hermano Fabricio

ESCOLAPIOS de San José de Calasanz

URSULINAS de Santa Angela de Merici

COMPAÑÍA DE MARÍA de Santa Juana de Lestonac

Instituto de la bienaventurada  Virgen María, María Ward.

RELIGIOSAS DE NUESTRA SEÑORA, de Alicia Le Clerc

HH. de SAN JUAN DE DIOS.

CAMILOS. Fundados por San Camilo Lelis

Fraternidad de S. Felipe Neri

Hijas de la Caridad;Visitación

Paúles o PP. de la Misión

S.XVII

Raíces del Movimiento Misionero Moderno

La Sociedad para las Misiones extranjeras de París

Misioneros

S.XVIII

Iluminismo-

Liberalismo

Descristianización personal y social

Estado frente a la Iglesia

Supresión de la vida regular

.. Espiritualidad del Sagrado Corazón, Devoción a la Dolorosa, la Preciosa Sangre

Monfortianos

Redentoristas

S.XIX

Presencia de la Virgen Inmaculada

Corazón traspasado de Cristo en la Cruz y Buen Pastor;Exaltación de Cristo Rey

Fuerza del Espíritu Santo

Nuevo Movimiento misionero: Amigos y Amistades (Obra de la Propagación de la Fe)

Caridad y compromiso social

Movimient ecuménico: Oxford, Card. Manning, Nuestra Señora de Sion

Nuevos institutos de vida consagrada

Maristas

Marianistas

Hermanas de San José

Oblatos de María Virgen

Oblatos de María Inmaculada

Misioneros del S. Santo

Combonianos

Misioneros del Verbo Divino

Javerianos

Salesianos

S. XX

Institutos Seculares

Movimientos Eclesiales: Notas:

Carácter internacional

Variedad: grupos, asociaciones, movimientos

Objetivos apostólicos: exigencias del ambiente, evangelización y santificación, presencia en las circunstancias de la vida (son laicales), son signo de comunión eclesial

Encuentro Mundial de los Movimientos y Nuevas Comunidades del 30 de mayo de 1998

Opus Dei;Com.de "El Arca"

Foyers de Charité;Schönstatt

Mov.Teresiano de Apostolado

Comunión y Liberación

Cursillos de Cristiandad

Movimiento "Juan XXIII"

Movimiento de Vida Cristiana

CVX;Comunidad de San Egidio

Renovación Carismática Católica

Milicia de la Inmaculada;Legión de María;Focolares;Cooperadores Salesianos;Talleres de Oración y Vida;Camino Neocatecumenal; Movimiento Nazaret

3. Grandes modelos de espiritualidad

Francisco de Asís (1182-1226).       La indentificación entre Iglesia y poder político dio origen a la idea de la «cristiandad». La Iglesia-cristiandad se enfrentó a los pueblos no cristianos, a los musulmanes. En este contexto se forma el movimiento de la «cruzada». Las cruzadas se relacionan, en algún aspecto, con las peregrinaciones a Tierra Santa y, por otra parte, con la idea de «guerra santa».

En este ambiente surge el concepto de la Iglesia militante y del cristiano como soldado de Cristo, para expresar la idea del verdadero cristiano o del cristiano comprometido.

Francisco de Asís sintió hablar de todo esto desde su niñez. La «caballería» era entonces el ideal humano y religioso más grande.Se pensaba que la vida de los cristianos y la misma gloria de Dios dependían de la posesión de la ciudad santa de Jerusalén. Por eso Francisco se siente atraído por la vida caballeresca y quiere ir también a Jerusalén a luchar como cruzado, soldado de Cristo, para liberar la Tierra Santa. Pero, turbado por un misterioso sueño, siente una voz que le pide regrese a Asís, pues «¿qué es mejor, obedecer al siervo, al Papa, que ha ordenado la cruzada, o al Señor?».

Entonces Francisco decide participar activamente, no en la cruzada armada, sino en la cruzada de Cristo, para salvar a los musulmanes con su ejemplo de hombre pacífico.

Viendo en Asís el estado ruinoso de la iglesia de San Damián, el Señor le dice: «Francisco, repara mi Iglesia. Como ves, está en completa ruina». La Iglesia-cristiandad era un poder temporal que se vio tentada, como consecuencia, del afán de dominio, de ansias de riqueza, de bienestar material, de violencia. Para remediar esta crisis, la voz profética de Francisco predica la pobreza y la paz, el alejamiento de toda implicación y reivindicación de poder. La crisis podía superarse con una intensificación de la vida espiritual. Cuando Francisco se sintió incapaz de poder dirigir su fundación, la recomendó a la dirección de la Santa Iglesia. La maternidad de la Iglesia era para Francisco un elemento constitutivo de la fraternidad de sus seguidores, es decir de la comunidad de sus hermanos.

Entre los suyos surgió el conflicto entre la vocación personal y la estructura temporal de la Iglesia, y algunos siguieron sus criterios personales, alejándose de la Iglesia. Tal peligro existía también para Francisco, pero para él la Iglesia era la casa del Señor. La espiritualidad franciscana contribuyó a la reforma de la Iglesia, particularmente en sentido moral. Francisco no pensó jamás que la Iglesia visible fuese algo inútil, como el movimiento de los «espirituales», muy vinculado a Joaquín de Fiore.

 

Catalina de Siena (1347-1380). En su tiempo la situación de la Iglesia en Italia era deplorable. Los Papas, que residían en Avignon, gobernaban sus estados mediante legados pontificios. Afligida por esta situación, Catalina escribe una carta al Papa Gregorio XI: «Si hasta ahora usted no ha actuado con firmeza, lo deseo y se lo ruego. Actúe con valentía [...] Dedíquese a los asuntos espirituales, ponga buenos pastores en las ciudades [...] Regrese a Roma, no se demore más» (cf. Valeria Menconi, Santa Caterina da Siena e i pastori della Chiesa, Roma 1987). Catalina, en esta actuación que se puede llamar religioso-política, tiene una experiencia muy personal de Cristo y de la Iglesia. La eclesiología del Siglo XIV concentró su atención, especialmente, en los problemas del poder, en las relaciones entre el poder temporal y el poder espiritual. La Iglesia romana se concebía como un «cuerpo» en sentido jurídico, del cual el Papa era la cabeza y los cardenales los miembros.

Junto a esta eclesiología existían otras corrientes más atentas al aspecto sacramental y espiritual de la Iglesia. Además de «esposa» y «madre», Catalina define a la Iglesia con otras dos figuras: una, el «Cuerpo místico de la santa Iglesia», formado por los sacerdotes, ministros de la Eucaristía, que en aquel tiempo eran también llamados el «Cuerpo místico de Cristo». La otra figura asignada por Catalina a la Iglesia es la de «cuerpo universal», es decir los fieles. Esto no significa un dualismo eclesiológico, pues los fieles somos todos los bautizados. El sentido cataliniano de «cuerpo» está ilustrado por diversas figuras. La Iglesia es la familia en la que el padre es la Trinidad. La Iglesia es, en Jesucristo, la esposa de la Trinidad, ya que con la Encarnación se realiza la voluntad de Dios para salvar a la humanidad.

Los nombres más tiernos de Catálina son para el Papa, pero estos títulos no son una alabanza vacía. La santa exige al Pontífice que dé testimonio de su responsabilidad. El título dado por Catalina al Papa de «dulce Cristo en la tierra» quiere decir, al mismo tiempo, que «el vicario siga las huellas del Señor». Unidos a la cabeza de la Iglesia y dependiendo de ella, están —según Catalina— los obispos y los sacerdotes. También aquí se nota el mismo contraste: por una parte hay una idea altísima de la dignidad sacerdotal; y por otra, una despiadada denuncia de la vida indigna de muchos sacerdotes (cf. François Vandenbrouke, Spiritualità en el Medioevo).

 

San Ignacio de Loyola (1491-1556). Su eclesialidad no es formalística, expresa más bien una estrecha relación con la Iglesia y, especialmente, con el Papado (cf. Ejercicios, n. 352-370). La obra espiritiual más importante de San Ignacio son los Ejercicios. Son un método para descubrir la vocación cristiana de cada bautizado. La dinámica de los Ejercicios está constantemente orientada hacía una elección decisiva: ya se trate de la conversión interior o de elegir la propia forma de vida.

Las meditaciones de la primera parte («primera semana») tienen como fin experimentar profundamente la negatividad del desorden que significa el pecado. El infierno no es sino el rechazo, convertido en estado definitivo, de la llamada divina invitándonos a ser nosotros mismos, superándonos a nosotros mismos, es decir, poniendo orden en nuestra vida. Los Ejercicios no se limitan a suministrar las motivaciones que justifican la elección fundamental, sino que conducen al ejercitante gradualmentre hacia la libertad, a través de una pedagogía espiritual, para decidir sobre uno mismo, responsablemente, fijándose en el ejemplo más auténtico: la persona de Jesucristo, su vida y sus misterios. Este es el objetivo de la «segunda semana». No hay violencia, ni religiosa, ni psicológica o moral. Sólo la propuesta de Cristo, invitando al ejercitante a seguirle. Es el momento en que irrumpe en los Ejercicios la figura fascinante de Cristo y de su obra. Llegar a ser auténticamente uno mismo significa, pues, superarse a uno mismo en el seguimiento de Cristo. Y esto hasta el misterio de la cruz, de la muerte y de la resurrección de Cristo (tercera y cuarta semanas). La muerte a uno mismo, a la propia negatividad y al pecado es la condición para empezar a vivir una nueva vida espiritual, la libertad liberada, la plena libertad. La última palabra de los Ejercicios es el amor. En la meditación conclusiva «para alcanzar amor», el plan de la creación se revela en su significado: todo es gracia y don. La gratuidad del amor de Dios, que se manifiesta en su Hijo, libera al hombre de las fuerzas destructivas del pecado y de la muerte, y lo abre a la vida bienaventurada y eterna que sólo Dios puede dar. Ser auténticamente libre significa amar, superándose a uno mismo y ofreciéndose totalmente a Dios. Ser auténtico cristiano y gozar de una saludable vida espiritual consiste en vivir la libertad de los hijos de Dios y trabajar para que los otros la descubran y la vivan, sobre todo con el propio testimonio.

 

John Henry Newman (1801-1890) Su problema fundamental fue encontrar la verdadera Iglesia de Cristo. Después de una larga y diligente investigación sobre la historia del cristianismo, descubrió que el desarrollo de la Iglesia católica era legítimo y justo, y decidió hacerse católico. Entró en el Oratorio de san Felipe Neri. En 1856 publica el artículo «La consulta de los laicos en materia de doctrina», en el que ponía de relieve la contribución de los laicos en la defensa de la fe. El artículo suscitó una violenta reacción, y Newman se encerró en el silencio. Sin duda, el estilo de vida que ofrecía el Oratorio respondía a su actitud religiosa. El encuentro con la espiritualidad de san Felipe Neri abrió en su aislamiento una nueva perspectiva: el aniquilamiento voluntario, la vía del silencio. Su misión, después de su conversión, parecía clara y maravillosa: se creía un instrumento de Dios al servicio de una gran causa en la Iglesia, pero el sentimiento de ser inútil invadió poco a poco su conciencia, como manifiesta en su «Diario privado». El carisma humano y religioso de Newman consiste en haber transferido al plano de su espiritualidad la conciencia de sus derrotas. Así podía escribir: «Tengo veneración a la Iglesia sólo por su amor, y acepto sus enseñanzas como si fuesen enseñanzas de Dios» (cf. Jean Honosé, El itinerario espiritual de Newman).

 

Teresa de Lisieux (1873-1897). Encontrar a Jesús y amarlo es el punto de partida de la espiritualidad de Teresa, marcada, al principio, de un cierto individualismo. En la Navidad de 1886 Teresa descubre que el misterio de la Encarnación tiene una relación esencial con todo el mundo. Desde ese momento busca en la Iglesia su puesto. En el texto de san Pablo sobre la Iglesia como Cuerpo de Cristo (1 Cor 12, 4-31) se relacionan diversos carismas y cada uno debe responder al suyo. Pero Teresa desea ser apóstol, sacerdote, mártir, llevar su acción en cada lugar y en todo tiempo. Dios por medio de Pablo, le responde que debe contentarse con ser carmelita, y parece que no hay un puesto en la Iglesia para su vocación particular.

Teresa continúa meditando la carta de san Pablo y descubre que el último verso del capítulo 12 invita a buscar los dones más perfectos. El carisma más grande lo encuentra descrito en el capítulo siguiente (13, 1-13), y Teresa dice: «La caridad me dio la clave de mi vocación»(Ms B, IX). Según Teresa, el cuerpo eclesial no sólo está estructurado orgánicamente; tiene un corazón que le da la vida, le comunica su dinamismo: «Comprendí que sólo el amor podía hacer actuar a los miembros de la Iglesia» (id.). Solamente identificándose con el amor, Teresa puede vivir su vocación tan diversa, tan universal. «Sí, he encontrado mi puesto en la Iglesia, y ese puesto, Dios mío, eres tú quien me lo ha dado... En el corazón de la Iglesia, mi Madre, yo seré el amor... Así lo seré todo. ¡¡¡Así mi sueño se verá hecho realidad...!!! (id.).Este amor es también el centro propulsor de la acción misionera de Teresa de Lisieux (cf. Claudio M. Celli, La vocación misionera de santa Teresa de Lisieux).

 

V – SECULAR

Lo que caracteriza con más fuerza a los laicos no es tanto la espiritualidad propia de todo bautizado sino su secularidad, su vivencia del cristianismo en las realidades temporales, fuera de los ámbitos conventuales. Se trata de rescatar su lugar teológico, más allá del lugar sociológico. El grito paulino "Para mi vivir es Cristo" (Flp. 3,7-11) debe traducirse en un estar en el mundo pero sin ser. La razón fundamental proviene del misterio de la Encarnación, Dios se hizo hombre y habitó entre nosotros; de igual modo, los laicos deben estar encarnados en las realidades sociales. A través del misterio de la Redención, el laico se siente prolongador del misterio pascual, viviendo el sentido co-rredentor, la vida sacrificial. Debe considerarse también como prolongador del misterio santificador; según esto el laico debe trabajar con ahínco por la unidad de la Iglesia, la Eucaristia y Justicia, el Compartir, la vida familiar, el "testimonio cristiano"que le lleva a ser  "Luz del mundo" (Mt. 5-14).

 

1. Como todo laico que vive en las circunstancias ordinarias de la vida diaria . En la calle.

Nuestra vida persigue el convertir la prosa cotidiana, lo ordinario (nuestro trabajo, nuestras relaciones...) en un extraordinario poema heroico."Los fieles laicos han de considerar las actividades de la vida cotidiana como ocasión de unión con Dios y de cumplimiento de su voluntad, así como también de servicio a los demás hombres, llevándolos a la comunión con Dios en Cristo", CFL 17. Las "dimensiones esenciales de la espiritualidad del laico serán: encontrar al Señor en las realidades temporales, dar a sus actividades el sentido de la caridad cristiana, renovar su presencia e identidad cristiana con la Palabra de Dios, la Eucaristía, los sacramentos y la oración" Puebla, III CELAM, nn. 796-8.

"Toda actividad, toda situación, todo esfuerzo en la competencia profesional, en el trabajo, en la familia, en el servicio social y político son ocasiones providenciales para un continuo ejercicio de la fe, esperanza y caridad" CFL 59

Estar sin ser.

Toda nuestra tarea la desarrollamos no como un revestimiento o ropaje, sino como el ámbito natural de santificación, lugar teológico, en el que se desarrolla su vida. Amamos al mundo porque Dios lo hizo bueno, y porque -si el hombre lo hace malo por el pecado- nosotros tenemos el deber de restaurar todo en Cristo.

Cumplimiento ejemplar del deber de estado para renovar el orden temporal

Por otra parte, toda la actividad secular, que tan profundamente está herida por el pecado, ha de ser santificada por Cristo en los cristianos y a través de ellos. Según esto, «es obligación de toda la Iglesia trabajar para que los hombres se vuelvan capaces de instaurar rectamente el orden de los bienes temporales, ordenándolos hacia Dios por Jesucristo. Corresponde a los pastores manifestar claramente los principios sobre el fin de la creación y el uso del mundo, y prestar los auxilios morales y espirituales para instaurar en Cristo el orden de las cosas temporales. Pero es preciso que los laicosasuman como obligación suya propia la restauración del orden temporal, y que, conducidos por la luz del Evangelio y por la mente de la Iglesia, y movidos por la caridad cristiana, actúen directamente y en forma concreta» (Vat.II, AA 7de)."No hay profesiones indignas sino indignos profesionales" - repetía Pío XII. Valor del Evangelio del trabajo, ejemplo de Jesús en Nazaret (no soñaba su obra, la realizaba); la mayor parte del tiempo se nos va en la profesión; pasión por la obra bien hecha. El trabajo humano y, en particular, el trabajo manual tienen en el Evangelio un significado especial. Junto con la humanidad del Hijo de Dios, el trabajo ha formado parte del misterio de la encarnación, y también ha sido redimido de modo particular. Gracias a su banco de trabajo sobre el que ejercía su profesión con Jesús, José acercó el trabajo humano al misterio de la redención.

. En la familia, iglesia doméstica. La Situación de la familia en el mundo de hoy presenta aspectos positivos y aspectos negativos. Existe una conciencia más viva de la libertad personal y una mayor atención a la calidad de las relaciones interpersonales en el matrimonio, a la promoción de la dignidad de la mujer, a la procreación responsable, a la educación de los hijos; se tiene además conciencia de la necesidad de desarrollar relaciones entre las familias, en orden a una ayuda recíproca espiritual y material, al conocimiento de la misión propia de la familia, a su responsabilidad en la construcción de una sociedad más justa. Sin embargo, existe también la degradación de los valores fundamentales que derivan en una equivocada concepción teórica y práctica de la independencia de los cónyuges entre sí; las graves ambigüedades acerca de la relación de autoridad entre padres e hijos; las dificultades concretas que con frecuencia experimenta la familia en la transmisión de los valores; el número cada vez mayor de divorcios, la plaga del aborto, el recurso cada vez más frecuente a la esterilización, la instauración de una verdadera y propia mentalidad anticoncepcional.

La vida cívica: asociaciones profesionales, locales, políticas, sociales, culturales...Hay que promover un sano humanismo cívico en el compromiso de un mundo más justo y solidario. Ello conlleva una participación en asociaciones barriales, cívicas…

Testimonio de coherencia fe-vida

"Los laicos cumplen en el mundo la misión de la Iglesia, ante todo, con la concordia entre su vida y su fe, con la que se convierten en luz del mundo; con la honradez en todos los negocios, la cual atrae a todos hacia el amor de la verdad y del bien y finalmente a Cristo y a la Iglesia" CFL, 13.

Son, como bellamente lo dice la Carta a Diogneto, "el alma del mundo"; son los glóbulos rojos de la sociedad, los que dan vida al cuerpo social.

Con el amor cristiano

"Fijaos como se aman" - decían de los primeros cristianos. El mundo será de quien ame más y lo demuestre mejor. Cantinflas parodiaba la decisiva frase evangélica "amaos los unos a los otros", advirtiéndonos: "Él no dijo ´armaos los unos contra los otros´". El laico debe ser un Evangelio vivo y abierto, auténtico horno de caridad.

 

2. Como laicos consagrados que da un testimonio radical en el seguimiento a Cristo. Debemos insistir en nuestra identidad de ser miembros comprometidos radicalmente en el seguimiento de Cristo, que viven su entrega a Dios y a los hombres en el mundo como lugar propio. Trabajan por su transformación, desde dentro, actuando como levadura y fermento. Están insertos en las tareas civiles de todo tipo: casa, escuela, empresa, hospitales, medios de comunicación, deportes, oficina, obras asistenciales...Su estilo de vida se desenvuelve en las circunstancias ordinarias, ya solos, ya en su propia familia, ya en grupos de vida fraterna. En la vocación única -secularidad consagrada o consagración secular- está contenido un pluralismo histórico, ambiental, de carismas, de distintas misiones, de modalidades en el vivir los consejos evangélicos, de maneras de realizar la comunión fraterna, la formación, el apostolado.

La situación del mundo y de la Iglesia reclaman entregas totales, consagraciones de por vida, que salgan al encuentro de las inmensas necesidades de los hombres. El laico consagrado incorpora a su vida dos dimensiones igualmente coesenciales. En la consagración se contiene -según el reciente magisterio papal- la íntima y secreta estructura portadora de su ser y de su obrar. Es expresión de la total pertenencia a Cristo y a la Iglesia, de la tensión permanente y radical hacia la santidad, y de la conciencia de que, en último extremo, es solamente Cristo quien redime y transforma el mundo. El mundo está consagrado a Dios, de este modo, en la intimidad de los corazones.

Por la pobreza se le dice al mundo que puede vivir en medio de los bienes temporales y que puede usar los medios de la civilización y del progreso sin convertirse en esclavo ninguno de ellos. Por la castidad se proclama ante el mundo la posibilidad de amar con desinterés y con la hondura ilimitada propios del Corazón de Dios. Por la obediencia se comunica al mundo que se puede ser feliz sin instalarse en una cómoda opción personal, sino quedando disponible del todo a la voluntad de Dios.

La dimensión de secularidad implica inserción en el mundo, como marco y medio de la propia santificación. El laico consagrado está presente en el mundo y se sabe agente responsable de su cristianización. Asume sus valores para configurarlos según Dios en un orden más justo y más humano, lo santifica "desde dentro".

Con gran acierto lo expuso el presidente mundial de los institutos seculares, el italiano Dr.E. Tresalti, en el VI Congreso Mundial, celebrado en Brasil, agosto de 1996:

"El puesto de los laicos en la Iglesia no consiste, en primer lugar, en una mayor participación en la actividad pastoral, ni en ser responsables de la administración de los bienes temporales de la Iglesia; consiste, en cambio, en llevar los valores del Evangelio allí donde cada uno vive y trabaja, en medio de las personas con las que entra en contacto diario, en participar responsablemente en la gestión de la ciudad humana, en participar con responsabilidad en su construcción, en impregnar de valores evangélicos las culturas que comparte con otros hombres y mujeres, incluso no creyentes. Los laicos consagrados, que son laicos y permanecen laicos, a quienes la plenitud de la consagración que los caracteriza nada quita a su secularidad, participan completamente con los demás laicos en las realidades temporales, según el plan de Dios".

Representan la levadura nueva en la Iglesia y en el mundo. Son "el laboratorio experimental en el que la Iglesia verifica las modalidades de sus relaciones con el mundo". Sus aportaciones son palpables en tres ámbitos:

 

1. Promocionan cristianos auténticos, apóstoles generosos y audaces, que testimonian proféticamente, sobre todo a los demás fieles laicos, que la llamada a la santidad está inscrita en la lógica del bautismo.

 

2. Invitan con su vida, más que con palabras, a una nueva ascética, para que el hombre de nuestro siglo, tan necesitado de aprender a renunciar y a elegir bien, pueda liberarse de los insidiosos tentáculos de un consumismo falaz y frustrante.

 

3. Presentan una espiritualidad integral, vivida con radicalismo evangélico, alejado tanto del intimismo pietista como del activismo vacío que seca el espíritu y es, a la larga, estéril.

 

VI. RESPUESTA DE LOS INSTITUTOS SECULARES A LOS DESAFÍOS ACTUALES

 

1. La Nueva Evangelización (en su ardor, expresión y métodos) o se hace con los laicos o no se hace. Y si nosotros, laicos cualificados, no nos ponemos en marcha, la movilización del laicado quedará en proyecto. "Hombres de Iglesia en el corazón del mundo y hombres del mundo en el corazón de la Iglesia" (Puebla) en los nuevos areópagos. Imaginación de la caridad. Santos laicos: La mayor necesidad de nuestro tiempo:

El último de los papas canonizados, san Pío X, preguntaba un día a los cardenales: "¿Qué es lo más necesario hoy para la sociead? Escuelas, templos, sacerdotes, periódicos...En Papa, mirándolos, menea la cabeza mientras dice: ´NO, no. Lo más necesario hoy es tener en cada parroquia un núcleo de seglares virtuosos, cultos, resueltos, intrépidos, verdaderos apóstoles".

¡Qué pasaría si los 998 millones de laicos nos pusiésemos en marcha? ¿Vamos a dejar a los 2 millones de sacerdotes y religiosos que sigan llevando el protagonismo?  Dice el escritor E. Leclerc que el peligro del fiel es ser un llevado: por la madrina, por el taxi, por la funeraria; debemos pedir ser conscientes de la importancia de la hora del laicado

 

El mandato de Cristo va para todos: "Id por todo el mundo" (ejemplo y palabra), asociaciones,.. En el V COMLA (Congreso Misionero Latino Americano) nos lo comunicó Mons. J.Tomko en Brasil: "La evangelización debe abrirse a los ambientes nuevos, a las inmensas poblaciones urbanas de las modernas megalópolis y a los nuevos areópagos de la sociedad moderna. Situaciones de cultura no monolítica, sino fragmentada e impregnada de indiferentismo religioso que exigen una inculturación evangélica, porque "la ruptura entre Evangelio y cultura es, sin duda alguna, el drama de nuestro tiempo"...¿Cómo penetrar la compleja cultura urbana, en rápido proceso de transformación?¿Cómo ofrecer a los hombres, sobre todo a la multitud de jóvenes, el Evangelio como auténtica buena nueva para sus aspiraciones? La respuesta es una: se necesita una verdadera catequesis kerigmática y una evangelización valientes y profundas".

Responder a los retos del secularismo y relativismo posmoderno: Ayuda a los pobres Diálogo interreligioso. Entre los retos actuales más importantes cabe enunciar: Guerras catastróficas, Desequilibrio ecológico, Derechos humanos, Comprometerse en la defensa de la vida humana, Las biotecnologías, Valores humanos, La caridad como servicio: la política, la economía, la familia, la cultura…

 

2. Laicos en marcha. La llama si no se propaga, se apaga.

Hay en la curación del endemoniado de Gerasa un claro modelo de lo que debe ser el apostolado laical. El que ha sido curado por Jesús quiere seguirle, "dejar el mundo", pero el Señor le da otro mensaje:

"Vete a tu casa y a los tuyos y cuéntales cuanto el Señor ha hecho contigo y cómo ha tenido misericordia de Ti. Y él se fue y comenzó a predicar en la Decápolis cuanto le había hecho Cristo" (Mc 5, 19)

Soy otro Cristo. Hoy Cristo no tiene otra boca, otros pies, otro corazón que el mío. Me espera la Universidad, me esperan los Pueblos Jóvenes, las familias, los medios de comunicacón, los niños, los hermanos separados en las sectas...Todos buscan sin saberlo la seguridad maternal de la Iglesia, "una roca, pero una roca que navega" (Pablo VI). Estamos a las puertas del 2.000, y Juan Pablo II no se cansa de lanzarnos de forma apasionada a este gran reto:

 

3. Nos urge a todos descubrir nuestra propia vocación y disponibilidad para vivirla en la misión.( CFL 58) Precisamente en el Encuentro del Papa con los movimientos señalaba que los movimientos tenían en común el anhelo de unidad, de comunión, pero, sobre todo, el de la misión. Tal realidad, debe asumirla cada uno de los miembros de los Institutos:

- Dios me llama desde toda la eternidad, por mi nombre.

- Su plan se me revela a cada instante, en el día a día:

. Lectura de la Biblia y el Magisterio de la Iglesia

. Responsabilidad de dar cuenta de mis talentos de acuerdo con mis circunstancias sociales e históricas

. Momentos significativos y decisivos; ver itinerario de mi vida y descubrir mi vocación (saber lo que Dios quiere) y hacer lo que Él me diga (ser capaz y hacerse cada vez más capaz).

 

4. Formación integral para vivir como miembro de la Iglesia y de la sociedad (CFL 59); corazón de la Iglesia en la sociedad y corazón de la sociedad en la iglesia, de acuerdo con lasáreas siguientes:

- Área instrumental: Idiomas, informática, mass media, estilo pedagógico, formación catequética, oratoria-redacción-pensar creativamente, dinámica de grupos...

- Área propia de cada instituto: Dar razón de nuestra esperanza: Fundador, historia de la espiritualidad, estilo genuino, Constituciones...

- Área teológica: fundamental, dogma, moral, Sagrada Escritura, Formación espiritual (oración viva, liturgia activa, sacramentos dinámicos, María), Pastoral, Derecho Canónico

- Área antropológica:

a. El hombre: Quién es (Antropología), Cómo es (Psicología), Cómo debe ser (Pedagogía; asunto capital de nuestra exposición); Por qué (Ética).

b. Ser social: Doctrina Social de la Iglesia...

c. Ser histórico: Síntesis histórica, desde la realidad del hombre actual, conectando con la filosofía, cultura, economía, política...

 

Si tuviésemos que elaborar un catálogo de "valores", marcaríamos en primer lugar, de acuerdo con el P. Tomás Morales, fundador de mi instituto, en sus libros "Forma de hombres" y "Laicos en marcha":

1. Exigencia, espíritu de lucha y superación.

2. Audacia o espíritu combativo

3. Reflexión y cultivo de la vida interior, que evitan la superficialidad y el activismo.

4. Constancia para troquelar caracteres perseverantes.

5. Hacer-hacer para multiplicar la acción y formar líderes

6. Sin prisa ni pausa, en busca de personalidades equilibradas.

7. No recortar el mensaje por mesianismos políticos o sociales o convirtiéndose en organizadores de diversiones

8. Amplitud ecuménica en la mentalidad y en la acción

9. Fidelidad creativa hacia el Magisterio de la Iglesia y al carisma de cada instituto.

10. Responsabilidad en el crecimiento y desarrollo de la institución

 

Si tuviésemos que enfatizar algunos valores los concentraríamos en la madurez personal

. apertura hacia todos

. capacidad de diálogo, saber escuchar sin querer imponerse

. espíritu de iniciativa y creatividad

. sentido de responsabilidad

. aceptación de los fracasos

. pasión por la verdad y la justicia

. confianza en sí mismo y los demás

. lealtad

. honestidad intelectual

. respeto por las realidades concretas

. feliz a través de su vida personal

. gozo de servir

. formación en la libertad

. personalizante

. fidelidad

. gozosa convivencia con el grupo y en el ejercicio de los valores

 

En nuestro Instituto, el P. Morales señaló tres notas fundamentales, "tres eses": la salud psicofísica; sencillez (frente al sentimentalismo, vanidad, orgullo e independencia) y el sentido común (discreción, equilibrio, saber empastar con los demás). Las tres, especialmente la sencillez, tienen mucho que ver con la sinceridad, franqueza, transparencia (con uno mismo, con Dios, con los demás).

Es evidente que vivimos en una sociedad ligth, floja... donde se pierde el sentido del esfuerzo, la lucha... Donde el hedonismo, el materialismo campean por doquier. Es el retorno de Narciso, el egoista ilustrado; se enamora de sí mismo cuando ve su imagen reflejada en un lago; siente una tendencia irresistible aunque se dice: "¡Si tuviera el coraje de partir!". No lo tiene, se lanza hacia su imagen y muere ahogado. Por ello, ahora más que nunca, necesitamos modelos, testigos que encarnen los valores que ansiamos. Nadie como Cristo nos lo ofrece: "He aquí el Hombre" (Jn 19,5). El Camino, la Verdad, la Vida. Pilatos sin quererlo nos dio el modelo. En contraste, el mismo Pilato nos dirá: "Ningún delito hallo en Él...Tomadle vosotos y crucificadle pues yo no hallo delito en Él". "Y vosotros, ¿quién decís que soy Yo?" (Mc 8, 27). Hace dos mil años un hombre formuló esta pregunta a un grupo de amigos. Y la historia no ha terminado aún de responderla. Nosotros podemos decir que "todo lo hizo bien", que vivió hasta el extremo la perfección, aun en lo humano. Cesarina Checacci [3] subraya la necesidad de una alta madurez personal que pasa a través del reconocimiento y la conquista progresiva de la propia identidad en una unidad indivisible de todos sus aspectos: físico, psíquico, espiritual. Según esto, se impone un catálogo de virtudes humanos invocadas por un compromiso de consagración en el mundo y por el mundo.

 

5. Actualidad y belleza de nuestra vocación y misión. Juan Pablo II en su discurso en el 50º aniversario de la «provida mater ecclesia» enfatizó en seguir a Jesucristo y a la Virgen, pobre y obediente en la condición de vida del propio estado secular. En concreto, enfatizó en los IISS::

Una visión profética

Providencial y eficaz modalidad de testimonio evangélico en las circunstancias determinadas por la actual condición cultural y social en la que la Iglesia está llamada a vivir y ejercer su propia misión. 

Transformar el mundo desde dentro

Se encuentran «en el centro, por así decir, del conflicto que desasosiega y desgarra el alma moderna» respuesta a una inquietud profunda; la de encontrar el camino de síntesis entre la plena consagración de la vida según los consejos evangélicos y la plena responsabilidad de una presencia y de una acción que transforme el mundo desde dentro, para plasmarlo, perfeccionarlo y santificarlo 

Un gran desafío

El desafío de transformarse un agente de una nueva síntesis entre la máxima adhesión posible a Dios y a su voluntad y la máxima participación posible en las alegrías y esperanzas, angustias y dolores del mundo, para orientarlos hacia el proyecto de salvación integral que Dios Padre nos ha manifestado en Cristo y que continuamente pone a nuestra disposición por el don del Espíritu Santo.

Testigos de Cristo

 Portadores humildes y convencidos de la fuerza transformadora del Reino de Dios y testigos valientes y coherentes del deber y de la misión de evangelización de las culturas, los miembros de los Institutos Seculares son, en la historia, signo de una Iglesia amiga de los hombres, capaz de ofrecer consuelo en todo tipo de aflicción y dispuesta a sostener todo progreso verdadero de la convivencia humana, pero, al mismo tiempo, intransigente frente a toda elección de muerte, de violencia, de mentira y de injusticia…. Especialmente: la síntesis de fe y vida, de Evangelio e historia humana, de entera integral a la gloria de Dios y disponibilidad incondicional a servir a la plenitud de la vida de sus hermanos y hermanas en este mundo.

 Levadura y sal del mundo

El mundo contemporáneo es particularmente sensible ante el testimonio de quien sabe aceptar con valentía el riesgo y la responsabilidad del discernimiento de su tiempo y del proyecto de edificación de una humanidad nueva y más justa. Nos ha tocado vivir en un tiempo de grandes transformaciones culturales y sociales…En esta línea es muy importante que los miembros de los Institutos Seculares vivan intensamente la comunión fraterna, tanto dentro del propio instituto como co los miembros de otros institutos. Precisamente porque están inmersos como la levadura y la sal en el mundo, deberían considerarse testigos privilegiados del valor de la fraternidad y de la amistad cristiana, hoy tan necesarias, sobre todo en las grandes áreas urbanizadas, donde se halla gran parte de la población mundial. Albergo la esperanza de que cada Instituto Secular se convierta en un gimnasio de amor fraterno, en una hoguera encendida, que proporcione luz y calor a muchos hombres y mujeres para la vida del mundo.

 

6. María, nuestro modelo

Juan Pablo II sigue diciendo en su mensaje por los 50 años: "En fin, pido a María que dé a todos los miembros de los Institutos Seculares la lucidez con que ella mira la situación del mundo, la profundidad de su fe en la palabra de Dios y la prontitud de su disponibilidad a realizar sus misteriosos designios, para una colaboración cada vez más eficaz en la obra de la salvación".

María. Ella vivió siempre en su casa, sin necesidad de buscar un lugar especial en un monasterio o convento. El mariscal alemán, Hindenburg, decía que en su tienda de campaña figuraba la imagen de la Virgen porque en ella veía "la encarnación de los valores que necesito para mi vida". El primero de ellos, el "fiat", "hágase" (generosidad de la Anunciación), "stabat" (perseverancia junto a la cruz del Calvario), maduraba todas las cosas en su corazón, en Caná ("haced lo que Él os diga"), en grupo (perseveraban unánimes en la oración, con María).

"El apóstol de la Inmaculada - decía san Antonio María de Claret- abrasa por donde pasa". "Totus tuus", nos recuerda Juan Pablo II: "Totalmente tuyo, María". La primera de las poetisas de Hispanoamérica, Sor Juana Inés de la Cruz: "Que no sé que tiene el amor a María que se enciende hasta el corazón más frío". San José María Escrivá: "María nuestra Madre reaviva el rescoldo de la llama de nuestra fe".

Sin duda que todos podemos aportar textos entrañables que despiertan en nosotros un celo apostólico singular. Les comparto uno de ellos:

Como no se puede ser auténtico cruzado sin estar plenamente enamorado de la Virgen, y sin tener a José como padre y maestro de mi alma todos pidamos con insistencia que nos alcance amarla con locura, que esté siempre en nuestros corazones, que no seamos nosotros lo que actuemos, sino ella en nosotros, hasta convertirnos en sus manos visibles para repartir sus dones n las lamas, ministros uso para acercarlas a Dios. La Cruzada es María, y sólo eso, María a todas las almas y nosotros santos por María.

Así el cruzado se esfuerce en cultivar en sí y en los demás por todo los medios el amor apasionado a la Señora, convencido de que queriéndola con ternura, Ella realizará el milagro que supone vivir su vocación. Este amor lo transformará en caballero andante de la Reina al servicio del Rey Eterno, siempre más y más, hasta llenarlo de la plenitud de Dios.

 

VIII. CONCLUSIÓN: "Flor del Campo" en medio del asfalto

Los analistas coinciden en que nos encontramos, más que una época de cambios, en un cambio de época. Dirá A. Toffler que lo único permanente es la aceleración del cambio. Nadie duda de los avances tecnológicos, científicos...y para ello necesitamos excelencia educativa, calidad total, reingeniería...Idiomas, oratoria, cursillos...tener una formación integral; pero al mismo tiempo todos debemos estar alerta: tenemos el peligro de traspasar la psicología de lo descartable al hombre, y la persona no es una pieza de recambio, de usar y tirar; el matrimonio no es una aventura de plástico, es el cauce del amor de verdad y para que así lo sea, debe ser único, estable, para siempre. Nunca como hoy sale tan depurada lo material y tan embrutecido el hombre. Nunca como hoy los ricos son tan ricos y los pobres tan pobres, ¿neoliberalismo? ¿y la solidaridad?; hay rascacielos, hay lindas casas, carros espectaculares...pero miremos los ríos, qué pasa con la selva, o, sin ir más lejos ¿cómo están nuestras avenidas...ríos...de contaminación? Nuestros jóvenes son más altos, mejores deportistas... pero vayamos al centro un viernes noche... y veamos cómo les deja el alcohol, la droga... Qué diferencia entre lo que denomina López Quintás el vértigo y el éxtasis: lo primero lo ofrece todo, no exige nada, pero no da nada: es la droga, es el sexo sin responsabilidad; el éxtasis, la felicidad auténtica: lo pide todo, lo exige todo y da el todo. Se busca el tener más, el ganar más, el hacer más, ¿quién busca el ser más?

No podemos vacilar en afirmar que uno de los elementos de este cambio es la madurez de los institutos seculares. Juan Pablo II nos dice que "no se cansa de repetir la necesidad de la Nueva Evangelización", tampoco nosotros debemos tirar la toalla ante urgencia tan sentida. Como Pío XII alertó en su mensaje por un mundo mejor, allá por el año 1942, es todo un mundo lo que hay que cambiar, de salvaje en humano, de humano en cristiano, según el corazón de Cristo.

Los Institutos Seculares son asociaciones de fieles consagrados a Dios que, viviendo en el mundo, aspiran la perfección de la caridad y se dedican a procurar la santificación del mundo desde dentro de él. Según la reciente exhortación pontificia (Vida consagrada n.10:

"Pienso en primer lugar en los institutos seculares, cuyos miembros quieren vivir la consagración a Dios en el mundo mediante la profesión de los consejos evangélicos en el contexto de las estructuras temporales, para ser así levadura de sabiduría y testigos de gracia dentro de la vida cultural, económica y política. Mediante la síntesis, propia de ellos, de secularidad y consagración, tratan de introducir en la sociedad las energías nuevas del reino de Cristo, buscando transfigurar el mundo desde dentro con la fuerza de las bienaventuranzas. De este modo, mientras la total pertenencia a Dios los hace plenamente consagrados a su servicio, su actividad en las normales condiciones laicales contribuye, bajo la acción del Espíritu, a la animación evangélica de las realidades seculares. Los institutos seculares contribuyen de este modo a asegurar a la Iglesia, según la índole específica de cada uno, una presencia incisiva en la sociedad".

. Acentos particulares de los miembros de Institutos Seculares. De acuerdo a la tradición eclesial los consagrados son:

. Angeles de Dios sobre la tierra que anuncian la renovación del mundo en Cristo.

. Memoria de las maravillas obradas por Dios.

. Vigilia del cumplimiento último de la esperanza (VC 27)

. Portadores de la cruz y del Espíritu.

. Hombres y mujeres espirituales, capaces de fecundar secretamente la historia con la alabanza y la intercesión continua, con los consejos ascéticos y las obras de caridad (VC 6).

 

Testigos del Dios vivo, de la esperanza, las bienaventuranzas, mandamiento nuevo, propio carisma, comunión, reconciliación, liberación, castidad, pobreza y amor a los pobres, vida sencilla y austera, de espiritualidad, del Evangelio, obediencia, fidelidad a Cristo y a la Iglesia[4].

Los miembros de los IISS, además, por su secularidad, deben ofrecer al mundo nuestra vida "síntesis": consagración secular, secularidad consagrada, activos y contemplativos, puentes entre la Iglesia y el mundo, armonizadores de la globalización mundial y la identidad local. Frente a un mundo dividido, contradictorio, el laico consagrado ofrecerá siempre su coherencia interna, su unidad de vida, su ser indiviso en Cristo encarnado.

 

El laico consagrado se parece a una flor silvestre o flor del campo:[5]

1. Carece de protección. A la intemperie, sin defensas, sobre la roca firme que es Cristo.

2. Abandonada a la Providencia que las "acaricia con el sol primaveral".

3. Oculta, ignorada, silenciosa, sin distintivo externo, sin nadie que la contemple.

4. Se abre sólo para Dios, no busca agradar a las personas que la ven.

 

Para ser fermento, sal, luz, ciudad en lo alto.... necesita vivir con Jesús y María, quienes le alcanzarán cuatro prodigios:

 

1.Plenitud divina en soledad humana

2. Intimamente presentes en medio de los hombres y misteriosamente ausentes

3. Contemplativos en la acción

4. En el mundo y para el mundo, sin ser del mundo.

 

"Mantenerse en el torbellino de las pasiones conviviendo con los hombres, sin evadirte del mundo y sin dejarte arrastrar por él...Estar en el río y resistir a la fácil y seductora tentación de añorar otra consagración en la Iglesia o dejarse llevar por la corriente"[6]. Como dice una canción: "No he nacido para el suelo que es morada de dolor yo he nacido para el cielo, yo he nacido para Dios". Nuestro empeño es convertir el suelo en cielo. A pesar de los pesares y los dolores, sembrar el asfalto de flores. Que así sea.

 

José Antonio Benito



[1]Tanto que un libro de nuestros días titulado Testigos de la fe en América Latina de E. Stehle (Estella, Navarra, Verbo Divino, 1982) lo incluye en su semblanza

[2]MARTINEZ-DE-TODA, José. La espiritualidad del comunicador cristiano. Teol. vida, 2003, vol.44, no.1, p.68-101. ISSN 0049-3449.

 

[3]"Formación de los miembros de los Institutos Seculares" La formación en los Institutos Seculares III Congreso Mundial-1984, CEDIS, Madrid, 1996. pp.15-40.

4. Carlos Amigo Vallejo Profetas para el 2.000 (Lectura y comentario de la exhortación'VitaConsecrata' PC, Madrid, 1998.

5. P. Tomás Morales Tesoro escondido Madrid 1983.pp.16-17

6. Allí mismo, p.296.

GREGORIO XVI Y SU ENCÍCLICA "MIRARI VOS" SOBRE LOS ERRORES MODERNOS

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Amigos:

 Les comparto una encíclica clave para el mundo contemporáneo, obra del Papa Gregorio XVI, quien denuncia los ERRORES DE NUESTRO TIEMPO. Veamos que muchos de ellos siguen o se han agravado aunque hayan cambiado de nombre.

Conviene recordar en este año de la vida consagrada que fue el último papa religioso antes del actual.

Transcribo la interesante biografía de ACIPRENSA http://ec.aciprensa.com/wiki/Papa_Gregorio_XVI y la encíclica de http://www.mercaba.org/MAGISTERIO/gregorio_16.htm

 

Papa Gregorio XVI: (MAURO, o BARTOLOMÉ ALBERTO CAPPELLARI).

Nacido en Belluno, entonces territorio veneciano, el 8 de sept. De y su madre 1765 y muerto en Roma el 9 de junio de 1846. Su padre Giovanni Battista y su madre Giulia Cesa-Pagani, pertenecían ambos a la pequeña nobleza del distrito y las familias de ambos habían ocupado en el pasado puestos prominentes al servicio del estado. Cuando cumplió dieciocho años dio muestras de vocación religiosa y después de una cierta oposición familiar entró en el noviciado del monasterio camandulense de San Miguel de Murano, en 1783, tomando el nombre de Mauro. Tres años después emitió los votos solemnes y en 1787 fue ordenado sacerdote.

El joven monje dio pronto señales de una dotación intelectual inusual. Se dedicó al estudio de la filosofía y teología y fue encargado de enseñar esas materias a los jóvenes de S. Miguel. En 1790 fue nombrado censor librorum para su orden así como para el Santo oficio de Venecia. Cinco años después fue enviado a Roma donde al principio vivió en una casita (que se destruyó más tarde) en la Piazza Veneta y después en el gran monasterio de S. Gregorio en el Celio.

Los tiempos no eran favorables para el papado. En1798 tuvo lugar el escandaloso secuestro de Pío VI por el general Berthier, por orden de Napoleón y al año siguiente la muerte del papa en el exilio de Valence. Este mismo año 1799, Dom Mauro publicó su libro "Il trionfo della Santa Sede", defendiendo la infalibilidad papal y su soberanía temporal. El libro no llamó mucho la atención hasta después de haber sido elegido papa, aunque tuvo tres ediciones y fue traducido a diversas lenguas. En 1800 el cardenal Chiaramonti fue elegido papa en Venecia y tomó el nombre de Pío VII, volviendo a Roma ese mismo año, en que Dom Mauro era elegido abad vicario de S. Gregorio. En 1805 el papa le nombró abad de la antigua casa. Se retiró a Venecia a descansar, pero volvió en 1897 como procurador general, para ser expulsado al año siguiente cuando el general Miollis repetía con Pió VII lo que Berthier había perpetrado con Pío VI. Dom Mauro volvió a Venecia, pero S. Miguel fue cerrado al año siguiente por orden del emperador. A pesar de ello los religiosos permanecieron, en monasterio, vestidos de seglares y Dom mauro enseñó filosofía a los estudiantes del colegio camaldulense de Murano. Pero en 1813 el colegio fue transferido al convento camaldulense de Ognissanti de Padua, ya que Venecia estaba demasiado alterado y inamistosa.

Al año siguiente Napoleón cayó Napoleón, Pío VII volvió a Roma y Dom Mauro fue enseguida llamado a la urbe, donde el sabio camaldulense fue nombrado consultor de varias Congregaciones, examinador de obispos y de nuevo abad de S. Gregorio. Le fue ofrecido el obispado por dos veces y en ambas rehusó. Se consideraba seguro que sería creado cardenal y la sorpresa fue general cuando en 1823 Pío VII eligió a Dom Placido Zurla, un geógrafo (también camaldulense). Ese mismo año murió el papa y fue elegido el cardenal della Genga que tomó el nombre de León XII. El 21 de marzo de 1825 el papa creó a Dom Mauro cardenal in petto, y hecho público al año siguiente, como cardenal de San Calisto y Prefecto de la Congregación de Propaganda. Mientras estaba en este puesto tuvo éxito en firmar concordatos (1827) entre los católicos belgas y el rey Guillermno de Holanda; entre los católicos armenios y el imperio otomano (1829). Y el día de S. Jorge de éste año Capellaria tuvo la alegría de saber que los católicos habían logrado la emancipación en las Islas Británicas. El 10 de febrero Murió León XII y Pío VIII, destrozado por las revoluciones de Francia y los Países Bajos le siguió a la tumba el 1 de diciembre de 1830. Quince días después comenzó el cónclave, que duró siete semanas. Por un momento parecía que el cardenal Giustiniani iba a conseguir los votos necesarios, pero España se opuso con un veto. Por fin, los distingos grupos llegaron a un acuerdo y el día de la Purificación fue elegido Capellaria por 31 de los 45 votos. Tomó el nombre de Gregorio XVI en honor de Gregorio XV, el fundador de Propaganda.

Apenas elegido, las llamas de la revolución se encendieron en todos los estados pontificios. Ya el 2 de febrero el duque de Módena había avisado al cardenal Albani para que el cónclave llegara a una rápida conclusión puesto que la revolución era inminente. Al día siguiente el duque cercó la casa de su anterior amigo Ciro Menotti, en Módena, y le arrestó junto con varios conspiradores. La revuelta estalló en Regio y el duque huyó a Mantua, llevándose a los prisioneros. Los disturbios se extendieron con rapidez organizada. El 4 de febrero Bolonia estalló en desórdenes, expulsó de la ciudad al pro-legado y el 8 ha había izado la bandera tricolor en vez de la papal. En quince días casi todos los estados pontificios habían repudiado la soberanía papal y el 19 el cardenal Benvenuti, enviado a reprimir la rebelión, fue hecho prisionero por el "Gobierno Provisional". En la misma Roma la rebelión proyectada para el 12 de febrero apenas pudo ser evitada por el cardenal Benvenutti, nuevo secretario de Estado. Las fuerzas papales eran incapaces de manejar la situación y Gregorio decidió pedir socorro a Austria. Enseguida obtuvo respuesta: el 25 de febrero un potente ejército salió hacia Bolonia y el "Gobierno provisional" huyó hacia Ancona. En un mes el movimiento había colapsado y el 27 de marzo el cardenal Benvenutti fue liberado por los líderes rebeldes con la condición de que el papa concediera una amplia amnistía. El compromiso del cardenal no estaba sustentado por la autoridad y no fue ratificado ni por el gobierno papal ni por el general austriaco. Pero de momento la rebelión fue sometida y tras un intento abortado de tomar Spoleto, del que fueron disuadidos por el arzobispo Mastai-Ferretti, todos los líderes que pudieron huyeron del país. El 3 de abril el papa pudo afirmar que se había restablecido el orden.

En ese mismo mes, los representantes de los cinco poderes, Austria, Rusia, Francia, Prusia e Inglaterra se reunieron en Roma a considerar la cuestión de la "Reforma de los Estados pontificios". El 21 de mayo emitieron un memorandum conjunto urgiendo gobierno papal reformas en lo judicial. La introducción de laicos en la administración, elecciones populares de los consejos comunales y municipales, la administración de las finanzas por un grupo elegido sobre todo entre laicos preparados.

Gregorio intentó llevar a cabo esas reformas a medida que las creía posibles pero había dos puntos en los que no iba a ceder: la elección popular de los consejos y el establecimiento de un Consejo de Estado compuesto de laicos, paralelo al Sagrado Colegio Cardenalicio. En una sucesión de edictos, fechados el 5 de julio, y el 5 y 21 de noviembre, se puso en marcha un plan de reforma de la administración y de los tribunales. Las delegaciones habían de dividirse en una compleja jerarquía de gobiernos central, provincial y comunal y a la cabeza de cada uno de ellos debía ir un pro-legado, un gobernador o un alcalde, que representaba al papa y que estaban asistidos, y en cuestiones financieras controlados, por un consejo elegido por el gobierno de una lista triple. Todos estos organismos habían de mantener al papa informado de los deseos y necesidades de sus súbditos. La reforma de la justicia, en lo tocante a la legislación civil, aun fue más completa. Se puso fina a la confusa multiplicada de tribunales (en Roma fueron abolidas no menos de doce de entre las quince jurisdicciones conflictivas, incluyendo la del uditore santísimo) y se establecieron tres jerarquías, compuestas cada una de tres tribunales civiles, una para Bolonia y las legaciones, una para la Romaña y las Marcas y una para Roma.

En cada una de éstas, el acuerdo entre dos cortes impedía que se siguiera apelando; la mayoría de las cortes debían estar ampliamente formadas por laicos preparados en derecho. Las cortes criminales no fueron reformadas tan radicalmente pero hasta en estas se puso fin al frecuente, vejatorio y tiránico secretismo e irregularidades que habían existido hasta entonces. Estas reformas, sin embargo, a pesar de su amplitud estaban lejos de satisfacer al partido revolucionario. Las tropas austriacas se retiraron el 15 de julio de 1831 y para diciembre en gran parte de los estados pontificios campaba la revuelta. Se destacaron tropas pontificas APRA ayudar a las legaciones pero el único resultado fue la concentración de 2000 revolucionarios en Cesena. El cardenal Alabani que había sido nombrado comisionado extraordinario de as legaciones apeló por iniciativa propia al general austriaco Radetsky, que envió tropas inmediatamente. Estas fuerzas se unieron a las del papa en Cesena, atacaron y derrotaron a los rebeldes y a finales de enero habían tomado en triunfo posesión de Bolonia.

Esta vez intervino Francia y como protesta contra la ocupación austriaca tomó y retuvo Ancona, en clara violación de la ley internacional. El papa y Bernetti protestaron enérgicamente y hasta Prusia y Rusia desaprobaron el hecho, aunque después de largas negociaciones el comandante francés recibió órdenes de reprimir los ultrajes de los revolucionarios en Ancona, el caso es que las tropas francesas no se retiraron de Ancona hasta que las austriacas lo hicieron de los Estados Pontificios, en 1838. La rebelión fue suprimida y no volvió a surgir en quince años.

Pero entre todas estas alteraciones en sus estados, Gregorio no había estado libre de ansiedad por la fe en la Iglesia universal. Las revoluciones de Francia y los Países Bajos habían creado una situación difícil: se esperaba que el papa fuera la parte que condenaba los cambios y por otra parte se esperaba que los aceptara. En agosto de 1831 emitió un Breve, "Sollicitudo Ecclesiarum", en el que reiteraba las afirmaciones de sus predecesores respecto a la independencia de la Iglesia y su rechazo a verse mezclado en las políticas dinásticas.

En noviembre de ese mismo año el abad de Lamennais y sus compañeros vinieron a Roma presentar al papa las cuestiones en disputa entre el episcopado francés y el director de "L ´Avenir". Gregorio los recibió amablemente, pero les hizo saber que por insinuaciones que el resultado de su apelación podía no serles favorable y que fueran muy prudentes en no presionar para conseguir una rápida decisión.

A pesar de la representación de Lacordaire, Lamennais persistió con el resultado de que, en la fiesta de la Asunción de 1832 el papa publicó la encíclica "Mirari vos", en la que condenaba no solo la política de "L ´Avenir", sino también muchas de las doctrinas sociales y morales que se manifestaban en las escuelas revolucionarias. La encíclica, que ciertamente no puede ser considerada favorable a ideas que desde entonces se han convertido en lugares comunes de la política secular, levanto un tormenta de críticas en toda Europa. Es de recordar sin embargo que muchos de sus adversarios no la habían leído con mucha atención y es con frecuencia criticada por afirmaciones que no están en el texto. Dos años después e su publicación el papa creyó necesario publicar otra encíclica "Singulari nos", en la que condenaba el "Paroles d'un croyant", la réplica de Lamennais a la "Mirari vos".

Pero los errores no sólo surgían en Francia. En Alemania, los seguidores de Hermes fueron condenados por la Carta Apostólica "Dum acerbissima", del 26 septiembre de 1835. Y en 1844, al final de su pontificado, emitió la encíclica "Inter praecipuas machinationes", contra la propaganda sin escrúpulos anti católica en Italia de la London Bible Society y la New York Christian Alliance, que entonces, como después, fueron responsables del éxito de convertir a los ignorantes católicos italianos en crueles anticlericales y librepensadores.

Mientras que estaba ocupado en combatir los movimientos libertarios del momento en Europa, Gregorio hubo de luchar con los gobiernos de los estados para conseguir justicia y tolerancia para la Iglesia Católica en sus países. En Portugal el acceso al trono de la reina Maria da Gloria fue la ocasión de un estallido de legislación anticlerical. El nuncio en Lisboa fue obligado a dejar la ciudad y la nunciatura fue suprimida. Se abolieron todos los privilegios eclesiásticos, los obispados cerrados por el ex rey Dom Miguel fueron declarados vacantes y las casas religiosa suprimidas. El papa protestó en consistorio pero su protesta solo llevó a medidas severas y sus esfuerzos no tuvieron éxito alguno hasta 1841, cuando la inquietud popular obligó a la reina a ceder. En España la regente María Cristina pudo, durante la minoría de su hija la reina Isabel llevar a cabo un programa anticlerical. En 1835 se suprimieron las órdenes religiosas y después se atacó al clero secular: se dejaron sin obispo 22 diócesis y se admitió a sacerdotes jansenistas en el comité para la "reforma de la Iglesia", además de confiscar los salarios de los curas. En 1840 los obispos fueron echados de sus sedes y cuando el nuncio protestó contra los actos arbitrarios del gobierno, fue conducido hasta la frontera. La paz volvió a al iglesia española hasta después de la muerte de Gregorio.

En Prusia, muy al principio de su pontificado causaba dificultades por la cuestión de los matrimonios mixtos. Pío VIII había tratado de ellos en el Breve de 28 de marzo de 1830. Pero no satisfizo al gobierno prusiano y von Bunsen, el embajador prusiano, intentó cambiar la política católica, por todos los medios honestos y deshonestos. El arzobispo de Colonia y los obispos de Paderbron, Münster y Tréveris fueron inducidos a no ejecutar la legislación papal las leyes papales; pero el arzobispo murió al año siguiente y su sucesor von Droste zu Vischering, era un hombre de calibre muy diferente. En 1836 el obispo de Tréveris, sintiendo que se acercaba su fin, revelo toda la conspiración al papa. Los hechos se sucedieron rápidamente. El nuevo arzobispo de Colonia anunció su intención de obedecer a la Santa Sede y fue inmediatamente encarcelado por el gobierno prusiano. Su arresto causó una indignación general en toda Europa y Prusia trató de justificar su acción inventando cargos contra el prelado. Nadie creyó la historia oficial y el arzobispo de Gnesen y Posen que había imitado el valiente ejemplo de su hermano en Colonia también fue apresado. Pero esta arbitraria acción levantó la indignación de los católicos alemanes y cuando el rey Federico Guillermo III murió en 1840, su sucesor estaba más dispuesto a llegar a acuerdos. Por fin, al arzobispo Droste zu Vischering le pusieron un coadjutor y se retiró a Roma; el arzobispo de Gnesen fue liberado incondicionalmente y la cuestión en disputa se decidió rápidamente a favor de la doctrina católica.

En Polonia y Francia no tuvo tanto éxito. En Polonia la religión católica estaba íntimamente unida con las aspiraciones nacionalistas. Como consecuencia se empleo toda la fuerza de la autocracia rusa en reprimirla. Con crueldad monstruosa los Uniatas Rutenos fueron metidos en la comunión ortodoxa. Los heroicas monjas de Minsk fueron torturadas y esclavizadas y más de 160 sacerdotes deportados a Siberia. Los católicos de rito latina no fueron mejor tratados. Encarcelaron a los sacerdotes deportaron a los prelados Gregorio protestó en vano y en 1845, cuando el emperador Nicolás le visitó en Roma echo en cara al autócrata su tiranía. Se dice que el Zar prometió cambiar su trato a la Iglesia, pero, como era de esperar, nada se hizo.

En Francia, el éxito del renacimiento católico había sido tan grande que los anticlericales estaban furiosos. Se presionaba al gobierno para que suprimiera a los Jesuitas, siempre los primeros en ser atacados. Guizot envió a Roma a Pelegrino Rossi, antiguo líder del partido revolucionario en Suiza, a negociar directamente con el Cardenal Lambruschini, que había sustituido a Bernetti en 1836 como secretario de Estado. Pero Gregorio y Lambruschini se opusieron firmemente a los ataques a la Compañía. Entonces Rossi entonces volvió su atención al Padre Roothan, general de los Jesuitas y a través de la Congregación de Asuntos eclesiásticos, logró obtener una carta a los provinciales franceses avisando que los noviciados y otras casas debían gradualmente vaciarse o ser abandonados.

El pontificado de Gregorio llegaba a su fin. En agosto de 1841 emprendió un viaje por algunas de las provincias con la intención de estrechas relaciones con su gente. Atravesó Umbría hacia Loreto, de allí a Ancona y hacia Fabriano, donde visitó las reliquias de S. Romualdo, el fundador de los Camaldulenses. Vovió a Asís, Viterbo y Orvieto, llegando a Roma a principios de octubre. El viaje había costado dos millones de francos, pero es dudoso de que consiguiera el resultado apetecido.

El cardenal Lambruschini, en el que el papa confiaba más y más al hacerse viejo la dirección real de los asuntos de Estado, era más arbitrario e inaccesible a las doctrinas políticas modernas que Bernetti. El descontento crecía y se hacía amenazador. En 1843 hubo intentos de revueltas en la Romaña y Umbría, suprimidas con severidad por los legados especiales, los cardenales Vanniocelli y Máximo. En septiembre 1835 la ciudad de Rímini fue capturada de nuevo por una fuerza revolucionaria, que sin embargo hubo de retirarse y buscar refugio en Toscana. Pero las apasionadas llamadas de Niccolini, Gioberti, Farini d'Azeglio, se extendieron por toda Europa y se temía con fundamente que los Estados Pontificios no sobrevivirían a Gregorio XVI.

El 20 de mayo de 1846 se sintió mal y ordenó a Cretineau-Joly escribir la historia de las sociedades secretas contra las que había luchado en vano. Unos pocos días después el papa cayó enfermo con erisipelas en el rostro. Se pensó que el ataque no era serio pero 31 de mayo le fallaron las fuerzas y se vio que el fin se acercaba. Murió el 9 de junio, temprano con dos personas que le atendían. Su tumba, obra de Amici, está en S: Pedro.

Gregorio XVI ha sido tratado con escaso respeto por los historiadores posteriores, aunque no ha merecido su desdén Es cierto que la cuestiones políticas se mostró casi tan opuesto como sus antecesores inmediatos al más mínimo progreso democrático.

Pero en esto era igual que la mayoría de los gobernantes de su tiempo, la misma Inglaterra, como apuntó sarcásticamente Bernetti, dispuesta a sugerir reformas a otros que no aplicaba en su casa.. Gregorio creyó en la autocracia y ni sus inclinaciones ni sus inclinaciones eran tales que le hicieran favorable a incrementar la libertad política. Probablemente la política de sus predecesores había hecho muy difícil para cualquiera, excepto un papa fuerte, oponerse a la creciente revolución con reformas eficientes. De cualquier manera tanto su temperamento y su política fueron tales que dejó a su sucesor una casi imposible tarea. Pero no era un oscurantista en absoluto. Su interés en el arte y el todas las formas de saber está claramente atestiguada pro la fundación de los museos etrusco y egipcio en el Vaticano, así como el Museo Cristiano del Laterano, por el apoyo que daba a hombres como los cardenales Mai y Mexxofanti, Visconti, Salvi, Marchi, Wiseman, Hurter, Rohrbacher y Guéranger y por la generosa ayuda dada para reconstrucción de S. Pablo Extramuros y de Santa Maria degli Angioli en Asís., por las investigaciones en el Foro Romano y en las catacumbas.

Su preocupación por el bienestar social de su gente se nota en la tunelación del Monte Catillo para prever la devastación de Tivoli por las inundaciones del río Anio, en el establecimiento de botes de vapor en Ostia, emisión de monedas decimales en los Estados Romanos, de una oficina de estadística en Roma, la reducción de varios impuestos y la re-compra del appanage de Eugeni Beauharnais, la fundación de baños públicos, hospitales y orfanatos.

Durante su pontificado las pérdidas de la Iglesia en Europa quedaron compensadas por sus ganancias en el resto del mundo.

Gregorio envió misioneros a Abisinia, a India, a China, a Polinesia, al los indios norteamericanos. Duplicó el nombre de Vicarios Apostólicos en Inglaterra, aumentó el número de obispos en Estados Unidos En los cinco años de su pontificado canonizó a cinco santos, treinta y cinco beatos y se fundaron muchas ordenes nuevas o se les dio apoyo a otras, la devoción de los fieles a la Inmaculada Madre de Dios aumentó. Tanto en su vida pública como privada Gregorio era notable por su piedad, amabilidad, simplicidad y firme amistad. Quizás no fuera un gran papa, o no estuviera a la altura de los complicados problemas de su tiempo, pero su devoción , su munificencia y sus trabajos, Roma y la Iglesia Universal están en deuda con él por los muchos beneficios.

 

Bibliografía

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Leslie A. St. L. Toke.


Transcrito por Janet van Heyst.


Traducido por Pedro Royo

MIRARI VOS

SOBRE LOS ERRORES MODERNOS

Carta Encíclica
del Papa Gregorio XVI
promulgada el 15 agosto 1832


1.      Los males actuales 

2.      Los Obispos y la Cátedra de Pedro 

3.      Disciplina de la Iglesia, inmutable 

4.      Celibato clerical 

5.      Matrimonio cristiano 

6.      Indiferentismo religioso 

7.      Libertad de conciencia 

8.      Libertad de imprenta 

9.      Rebeldía contra el poder 

10.  Remedio, la palabra de Dios 

11.  Los gobernantes y la Iglesia

Admirados tal vez estáis, Venerables Hermanos, porque desde que sobre Nuestra pequeñez pesa la carga de toda la Iglesia, todavía no os hemos dirigido Nuestras Cartas según Nos reclamaban así el amor que os tenemos como una costumbre que viene ya de los primeros siglos. Ardiente era, en verdad, el deseo de abriros inmediatamente Nuestro corazón, y, al comunicaros Nuestro mismo espíritu, haceros oír aquella misma voz con la que, en la persona del beato Pedro, se Nos mandó confirmar a nuestros hermanos [1].

Pero bien conocida os es la tempestad de tantos desastres y dolores que, desde el primer tiempo de nuestro Pontificado, Nos lanzó de repente a alta mar; en la cual, de no haber hecho prodigios la diestra del Señor, Nos hubiereis visto sumergidos a causa de la más negra conspiración de los malvados. Nuestro ánimo rehúye el renovar nuestros justos dolores aun sólo por el recuerdo de tantos peligros; preferimos, pues, bendecir al Padre de toda consolación que, humillando a los perversos, Nos libró de un inminente peligro y, calmando una tan horrenda tormenta, Nos permitió respirar. Al momento Nos propusimos daros consejos para sanar las llagas de Israel, pero el gran número de cuidados que pesó sobre Nos para lograr el restablecimiento del orden público, fue causa de nueva tardanza para nuestro propósito.

La insolencia de los facciosos, que intentaron levantar otra vez bandera de rebelión, fue nueva causa de silencio. Y Nos, aunque con grandísima tristeza, nos vimos obligados a reprimir con mano dura[2] la obstinación de aquellos hombres cuyo furor, lejos de mitigarse por una impunidad prolongada y por nuestra benigna indulgencia, se exaltó mucho más aún; y desde entonces, como bien podéis colegir, Nuestra preocupación cotidiana fue cada vez más laboriosa.

Mas habiendo tomado ya posesión del Pontificado en la Basílica de Letrán, según la costumbre establecida por Nuestros mayores, lo que habíamos retrasado por las causas predichas, sin dar lugar a más dilaciones, Nos apresuramos a dirigiros la presente Carta, testimonio de Nuestro afecto para con vosotros, en este gratísimo día en que celebramos la solemne fiesta de la gloriosa Asunción de la Santísima Virgen, para que Aquella misma, que Nos fue patrona y salvadora en las mayores calamidades, Nos sea propicia al escribiros, iluminando Nuestra mente con celestial inspiración para daros los consejos que más saludables puedan ser para la grey cristiana.

I. Los males actuales

2. Tristes, en verdad, y con muy apenado ánimo Nos dirigimos a vosotros, a quienes vemos llenos de angustia al considerar los peligros de los tiempos que corren para la religión que tanto amáis. Verdaderamente, pudiéramos decir que ésta es la hora del poder de las tinieblas para cribar, como trigo, a los hijos de elección [3]. Sí; la tierra está en duelo y perece, inficionada por la corrupción de sus habitantes, porque han violado las leyes, han alterado el derecho, han roto la alianza eterna [4]. Nos referimos, Venerables Hermanos, a las cosas que veis con vuestros mismos ojos y que todos lloramos con las mismas lágrimas. Es el triunfo de una malicia sin freno, de una ciencia sin pudor, de una disolución sin límite. Se desprecia la santidad de las cosas sagradas; y la majestad del divino culto, que es tan poderosa como necesaria, es censurada, profanada y escarnecida: De ahí que se corrompa la santa doctrina y que se diseminen con audacia errores de todo género. Ni las leyes sagradas, ni los derechos, ni las instituciones, ni las santas enseñanzas están a salvo de los ataques de las lenguas malvadas.

Se combate tenazmente a la Sede de Pedro, en la que puso Cristo el fundamento de la Iglesia, y se quebrantan y se rompen por momentos los vínculos de la unidad. Se impugna la autoridad divina de la Iglesia y, conculcados sus derechos, se la somete a razones terrenas, y, con suma injusticia, la hacen objeto del odio de los pueblos reduciéndola a torpe servidumbre. Se niega la obediencia debida a los Obispos, se les desconocen sus derechos. Universidades y escuelas resuenan con el clamoroso estruendo de nuevas opiniones, que no ya ocultamente y con subterfugios, sino con cruda y nefaria guerra impugnan abiertamente la fe católica. Corrompidos los corazones de los jóvenes por la doctrina y ejemplos de los maestros, crecieron sin medida el daño de la religión y la perversidad de costumbres. De aquí que roto el freno de la religión santísima, por la que solamente subsisten los reinos y se confirma el vigor de toda potestad, vemos avanzar progresivamente la ruina del orden público, la caída de los príncipes, y la destrucción de todo poder legítimo. Debemos buscar el origen de tantas calamidades en la conspiración de aquellas sociedades a las que, como a una inmensa sentina, ha venido a parar cuanto de sacrílego, subversivo y blasfemo habían acumulado la herejía y las más perversas sectas de todos los tiempos.

II. Los Obispos y la Cátedra de Pedro

3. Estos males, Venerables Hermanos, y muchos otros más, quizá más graves, enumerar los cuales ahora sería muy largo, pero que perfectamente conocéis vosotros, Nos obligan a sentir un dolor amargo y constante, ya que, constituidos en la Cátedra del Príncipe de los Apóstoles, preciso es que el celo de la casa de Dios Nos consuma como a nadie. Y, al reconocer que se ha llegado a tal punto que ya no Nos basta el deplorar tantos males, sino que hemos de esforzarnos por remediarlos con todas nuestras fuerzas, acudimos a la ayuda de vuestra fe e invocamos vuestra solicitud por la salvación de la grey católica, Venerables Hermanos, porque vuestra bien conocida virtud y religiosidad, así como vuestra singular prudencia y constante vigilancia, Nos dan nuevo ánimo, Nos consuelan y aun Nos recrean en medio de estos tiempos tan tristes como desgarradores.

Deber Nuestro es alzar la voz y poner todos los medios para que ni el selvático jabalí destruya la viña, ni los rapaces lobos sacrifiquen el rebaño. A Nos pertenece el conducir las ovejas tan sólo a pastos saludables, sin mancha de peligro alguno. No permita Dios, carísimos Hermanos, que en medio de males tan grandes y entre tamaños peligros, falten los pastores a su deber y que, llenos de miedo, abandonen a sus ovejas, o que, despreocupados del cuidado de su grey, se entreguen a un perezoso descanso. Defendamos, pues, con plena unidad del mismo espíritu, la causa que nos es común, o mejor dicho, la causa de Dios, y mancomunemos vigilancia y esfuerzos en la lucha contra el enemigo común, en beneficio del pueblo cristiano.

4. Bien cumpliréis vuestro deber si, como lo exige vuestro oficio, vigiláis tanto sobre vosotros como sobre vuestra doctrina, teniendo presente siempre, que toda la Iglesia sufre con cualquier novedad [5], y que, según consejo del pontífice San Agatón, nada debe quitarse de cuanto ha sido definido, nada mudarse, nada añadirse, sino que debe conservarse puro tanto en la palabra como en el sentido [6]. Firme e inconmovible se mantendrá así la unidad, arraigada como en su fundamento en la Cátedra de Pedro para que todos encuentren baluarte, seguridad, puerto tranquilo y tesoro de innumerables bienes allí mismo donde las Iglesias todas tienen la fuente de todos sus derechos [7]. Para reprimir, pues, la audacia de aquellos que, ora intenten infringir los derechos de esta Sede, ora romper la unión de las Iglesias con la misma, en la que solamente se apoyan y vigorizan, es preciso inculcar un profundo sentimiento de sincera confianza y veneración hacia ella, clamando con San Cipriano, que en vano alardea de estar en la Iglesia el que abandona la Cátedra de Pedro, sobre la cual está fundada la Iglesia [8].

5. Debéis, pues, trabajar y vigilar asiduamente para guardar el depósito de la fe, precisamente en medio de esa conspiración de impíos, cuyos esfuerzos para saquearlo y arruinarlo contemplamos con dolor. Tengan todos presente que el juzgar de la sana doctrina, que los pueblos han de creer, y el régimen y administración de la Iglesia universal toca al Romano Pontífice, a quien Cristo le dio plena potestad de apacentar, regir y gobernar la Iglesia universal, según enseñaron los Padres del Concilio de Florencia[9]. Por lo tanto, cada Obispo debe adherirse fielmente a la Cátedra de Pedro, guardar santa y religiosamente el depósito de la santa fe y gobernar el rebaño de Dios que le haya sido encomendado. Los presbíteros estén sujetos a los Obispos, considerándolos, según aconseja San Jerónimo, como padre de sus almas[10]; y jamás olviden que aun la legislación más antigua les prohíbe desempeñar ministerio alguno, enseñar y predicar sin licencia del Obispo, a cuyo cuidado se ha encomendado el pueblo, y a quien se pedirá razón de las almas[11]. Finalmente téngase como cierto e inmutable que todos cuantos intenten algo contra este orden establecido perturban, bajo su responsabilidad, el estado de la Iglesia.

III. Disciplina de la Iglesia, inmutable

6. Reprobable, sería, en verdad, y muy ajeno a la veneración con que deben recibirse las leyes de la Iglesia, condenar por un afán caprichoso de opiniones cualesquiera, la disciplina por ella sancionada y que abarca la administración de las cosas sagradas, la regla de las costumbres, y los derechos de la Iglesia y de sus ministros, o censurarla como opuesta a determinados principios del derecho natural o presentarla como defectuosa o imperfecta, y sometida al poder civil.

En efecto, constando, según el testimonio de los Padres de Trento[12], que la Iglesia recibió su doctrina de Cristo Jesús y de sus Apóstoles, que es enseñada por el Espíritu Santo, que sin cesar la sugiere toda verdad, es completamente absurdo e injurioso en alto grado el decir que sea necesaria cierta restauración y regeneración para volverla a su incolumidad primitiva, dándola nueva vigor, como si pudiera ni pensarse siquiera que la Iglesia está sujeta a defecto, a ignorancia o a cualesquier otras imperfecciones. Con cuyo intento pretenden los innovadores echar los fundamentos de una institución humana moderna, para así lograr aquello que tanto horrorizaba a San Cipriano, esto es, que la Iglesia, que es cosa divina, se haga cosa humana[13]. Piensen pues, los que tal pretenden que sólo al Romano Pontífice, como atestigua San León, ha sido confiada la constitución de los cánones; y que a él solo compete, y no a otro, juzgar acerca de los antiguos decretos, o como dice San Gelasio: Pesar los decretos de los cánones, medir los preceptos de sus antecesores para atemperar, después de un maduro examen, los que hubieran de ser modificados, atendiendo a los tiempos y al interés de las Iglesias [14].

IV. Celibato clerical

7. Queremos ahora Nos excitar vuestro gran celo por la religión contra la vergonzosa liga que, en daño del celibato clerical, sabéis cómo crece por momentos, porque hacen coro a los falsos filósofos de nuestro siglo algunos eclesiásticos que, olvidando su dignidad y estado y arrastrados por ansia de placer, a tal licencia han llegado que en algunos lugares se atreven a pedir, tan pública como repetidamente, a los Príncipes que supriman semejante imposición disciplinaria. Rubor causa el hablar tan largamente de intentos tan torpes; y fiados en vuestra piedad, os recomendamos que pongáis todo vuestro empeño en guardar, reivindicar y defender íntegra e inquebrantable, según está mandado en los cánones, esa ley tan importante, contra la que se dirigen de todas partes los dardos de los libertinos.

V. Matrimonio cristiano

8. Aquella santa unión de los cristianos, llamada por el Apóstol sacramento grande en Cristo y en la Iglesia, [15], reclama también toda nuestra solicitud, por parte de todos, para impedir que, por ideas poco exactas, se diga o se intente algo contra la santidad, o contra la indisolubilidad del vínculo conyugal. Esto mismo ya os lo recordó Nuestro predecesor Pío VIII, de s. m., con no poca insistencia, en sus Cartas. Pero aun continúan aumentando los ataques adversarios. Se debe, pues, enseñar a los pueblos que el matrimonio, una vez constituido legítimamente, no puede ya disolverse, y que los unidos por el matrimonio forman, por voluntad de Dios, una perpetua sociedad con vínculos tan estrechos que sólo la muerte los puede disolver. Tengan presente los fieles que el matrimonio es cosa sagrada, y que por ello está sujeto a la Iglesia; tengan ante sus ojos las leyes que sobre él ha dictado la Iglesia; obedézcanlas santa y escrupulosamente, pues de cumplirlas depende la eficacia, fuerza y justicia de la unión. No admitan en modo alguno lo que se oponga a los sagrados cánones o a los decretos de los Concilios y conozcan bien el mal resultado que necesariamente han de tener las uniones hechas contra la disciplina de la Iglesia, sin implorar la protección divina o por sola liviandad, cuando los esposos no piensan en el sacramento y en los misterios por él significados.

VI. Indiferentismo religioso

9. Otra causa que ha producido muchos de los males que afligen a la iglesia es el indiferentismo, o sea, aquella perversa teoría extendida por doquier, merced a los engaños de los impíos, y que enseña que puede conseguirse la vida eterna en cualquier religión, con tal que haya rectitud y honradez en las costumbres. Fácilmente en materia tan clara como evidente, podéis extirpar de vuestra grey error tan execrable. Si dice el Apóstol que hay un solo Dios, una sola fe, un solo bautismo[16], entiendan, por lo tanto, los que piensan que por todas partes se va al puerto de salvación, que, según la sentencia del Salvador, están ellos contra Cristo, pues no están con Cristo[17] y que los que no recolectan con Cristo, esparcen miserablemente, por lo cual es indudable que perecerán eternamente los que no tengan fe católica y no la guardan íntegra y sin mancha[18]; oigan a San Jerónimo que nos cuenta cómo, estando la Iglesia dividida en tres partes por el cisma, cuando alguno intentaba atraerle a su causa, decía siempre con entereza: Si alguno está unido con la Cátedra de Pedro, yo estoy con él[19]. No se hagan ilusiones porque están bautizados; a esto les responde San Agustín que no pierde su forma el sarmiento cuando está separado de la vid; pero, ¿de qué le sirve tal forma, si ya no vive de la raíz? [20].

VII. Libertad de conciencia

10. De esa cenagosa fuente del indiferentismo mana aquella absurda y errónea sentencia o, mejor dicho, locura, que afirma y defiende a toda costa y para todos, la libertad de conciencia. Este pestilente error se abre paso, escudado en la inmoderada libertad de opiniones que, para ruina de la sociedad religiosa y de la civil, se extiende cada día más por todas partes, llegando la impudencia de algunos a asegurar que de ella se sigue gran provecho para la causa de la religión. ¡Y qué peor muerte para el alma que la libertad del error! decía San Agustín [21]. Y ciertamente que, roto el freno que contiene a los hombres en los caminos de la verdad, e inclinándose precipitadamente al mal por su naturaleza corrompida, consideramos ya abierto aquel abismo [22] del que, según vio San Juan, subía un humo que oscurecía el sol y arrojaba langostas que devastaban la tierra. De aquí la inconstancia en los ánimos, la corrupción de la juventud, el desprecio -por parte del pueblo- de las cosas santas y de las leyes e instituciones más respetables; en una palabra, la mayor y más mortífera peste para la sociedad, porque, aun la más antigua experiencia enseña cómo los Estados, que más florecieron por su riqueza, poder y gloria, sucumbieron por el solo mal de una inmoderada libertad de opiniones, libertad en la oratoria y ansia de novedades.

VIII. Libertad de imprenta

11. Debemos también tratar en este lugar de la libertad de imprenta, nunca suficientemente condenada, si por tal se entiende el derecho de dar a la luz pública toda clase de escritos; libertad, por muchos deseada y promovida. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar qué monstruos de doctrina, o mejor dicho, qué sinnúmero de errores nos rodea, diseminándose por todas partes, en innumerables libros, folletos y artículos que, si son insignificantes por su extensión, no lo son ciertamente por la malicia que encierran; y de todos ellos sale la maldición que vemos con honda pena esparcirse sobre la tierra. Hay, sin embargo, ¡oh dolor!, quienes llevan su osadía a tal grado que aseguran, con insistencia, que este aluvión de errores esparcido por todas partes está compensado por algún que otro libro, que en medio de tantos errores se publica para defender la causa de la religión. Es de todo punto ilícito, condenado además por todo derecho, hacer un mal cierto y mayor a sabiendas, porque haya esperanza de un pequeño bien que de aquel resulte. ¿Por ventura dirá alguno que se pueden y deben esparcir libremente activos venenos, venderlos públicamente y darlos a beber, porque alguna vez ocurre que el que los usa haya sido arrebatado a la muerte?

12. Enteramente distinta fue siempre la disciplina de la Iglesia en perseguir la publicación de los malos libros, ya desde el tiempo de los Apóstoles: ellos mismos quemaron públicamente un gran número de libros [23]. Basta leer las leyes que sobre este punto dio el Concilio V de Letrán y la Constitución que fue publicada después por León X, de f. r., a fin de impedir que lo inventado para el aumento de la fe y propagación de las buenas artes, se emplee con una finalidad contraria, ocasionando daño a los fieles[24]. A esto atendieron los Padres de Trento, que, para poner remedio a tanto mal, publicaron el salubérrimo decreto para hacer un Índice de todos aquellos libros, que, por su mala doctrina, deben ser prohibidos [25]. Hay que luchar valientemente, dice Nuestro predecesor Clemente XIII, de p. m., hay que luchar con todas nuestras fuerzas, según lo exige asunto tan grave, para exterminar la mortífera plaga de tales libros; pues existirá materia para el error, mientras no perezcan en el fuego esos instrumentos de maldad [26]. Colijan, por tanto, de la constante solicitud que mostró siempre esta Sede Apostólica en condenar los libros sospechosos y dañinos, arrancándolos de sus manos, cuán enteramente falsa, temeraria, injuriosa a la Santa Sede y fecunda en gravísimos males para el pueblo cristiano es la doctrina de quienes, no contentos con rechazar tal censura de libros como demasiado grave y onerosa, llegan al extremo de afirmar que se opone a los principios de la recta justicia, y niegan a la Iglesia el derecho de decretarla y ejercitarla.

IX. Rebeldía contra el poder

13. Sabiendo Nos que se han divulgado, en escritos que corren por todas partes, ciertas doctrinas que niegan la fidelidad y sumisión debidas a los príncipes, que por doquier encienden la antorcha de la rebelión, se ha de trabajar para que los pueblos no se aparten, engañados, del camino del bien. Sepan todos que, como dice el Apóstol, toda potestad viene de Dios y todas las cosas son ordenadas por el mismo Dios. Así, pues, el que resiste a la potestad, resiste a la ordenación de Dios, y los que resisten se condenan a sí mismos [27]. Por ello, tanto las leyes divinas como las humanas se levantan contra quienes se empeñan, con vergonzosas conspiraciones tan traidoras como sediciosas, en negar la fidelidad a los príncipes y aun en destronarles.

14. Por aquella razón, y por no mancharse con crimen tan grande, consta cómo los primitivos cristianos, aun en medio de las terribles persecuciones contra ellos levantadas, se distinguieron por su celo en obedecer a los emperadores y en luchar por la integridad del imperio, como lo probaron ya en el fiel y pronto cumplimiento de todo cuanto se les mandaba (no oponiéndose a su fe de cristianos), ya en el derramar su sangre en las batallas peleando contra los enemigos del imperio. Los soldados cristianos, dice San Agustín, sirvieron fielmente a los emperadores infieles; mas cuando se trataba de la causa de Cristo, no reconocieron otro emperador que al de los cielos. Distinguían al Señor eterno del señor temporal; y, no obstante, por el primero obedecían al segundo [28]. Así ciertamente lo entendía el glorioso mártir San Mauricio, invicto jefe de la legión Tebea, cuando, según refiere Euquerio, dijo a su emperador: Somos, oh emperador, soldados tuyos, pero también siervos que con libertad confesamos a Dios; vamos a morir y no nos rebelamos; en las manos tenemos nuestras armas y no resistimos porque preferimos morir mucho mejor que ser asesinos [29]. Y esta fidelidad de los primeros cristianos hacia los príncipes brilla aún con mayor fulgor, cuando se piensa que, además de la razón, según ya hizo observar Tertuliano, no faltaban a los cristianos ni la fuerza del número ni el esfuerzo de la valentía, si hubiesen querido mostrarse como enemigos: Somos de ayer, y ocupamos ya todas vuestras casas, ciudades, islas, castros, municipios, asambleas, hasta los mismos campamentos, las tribus y las decurias, los palacios, el senado, el foro... ¿De qué guerra y de qué lucha no seríamos capaces, y dispuestos a ello aun con menores fuerzas, los que tan gozosamente morimos, a no ser porque según nuestra doctrina es más lícito morir que matar? Si tan gran masa de hombres nos retirásemos, abandonándoos, a algún rincón remoto del orbe, vuestro imperio se llenaría de vergüenza ante la pérdida de tantos y tan buenos ciudadanos, y os veríais castigados hasta con la destitución. No hay duda de que os espantaríais de vuestra propia soledad...; no encontraríais a quien mandar, tendríais más enemigos que ciudadanos; mas ahora, por lo contrario, debéis a la multitud de los cristianos el tener menos enemigos [30].

15. Estos hermosos ejemplos de inquebrantable sumisión a los príncipes, consecuencia de los santísimos preceptos de la religión cristiana, condenan la insolencia y gravedad de los que, agitados por torpe deseo de desenfrenada libertad, no se proponen otra cosa sino quebrar y aun aniquilar todos los derechos de los príncipes, mientras en realidad no tratan sino de esclavizar al pueblo con el mismo señuelo de la libertad. No otros eran los criminales delirios e intentos de los valdenses, begardos, wiclefista y otros hijos de Belial, que fueron plaga y deshonor del género humano, que, con tanta razón y tantas veces fueron anatematizados por la Sede Apostólica. Y todos esos malvados concentran todas sus fuerzas no por otra razón que para poder creerse triunfantes felicitándose con Lutero por considerarse libres de todo vínculo; y, para conseguirlo mejor y con mayor rapidez, se lanzan a las más criminales y audaces empresas.

16. Las mayores desgracias vendrían sobre la religión y sobre las naciones, si se cumplieran los deseos de quienes pretenden la separación de la Iglesia y el Estado, y que se rompiera la concordia entre el sacerdocio y el poder civil. Consta, en efecto, que los partidarios de una libertad desenfrenada se estremecen ante la concordia, que fue siempre tan favorable y tan saludable así para la religión como para los pueblos.

17. A otras muchas causas de no escasa gravedad que Nos preocupan y Nos llenan de dolor, deben añadirse ciertas asociaciones o reuniones, las cuales, confederándose con los sectarios de cualquier falsa religión o culto, simulando cierta piedad religiosa pero llenos, a la verdad, del deseo de novedades y de promover sediciones en todas partes, predican toda clase de libertades, promueven perturbaciones contra la Iglesia y el Estado; y tratan de destruir toda autoridad, por muy santa que sea.

X. Remedio, la palabra de Dios

18. Con el ánimo, pues, lleno de tristeza, pero enteramente confiados en Aquel que manda a los vientos y calma las tempestades, os escribimos Nos estas cosas, Venerables Hermanos, para que, armados con el escudo de la fe, peleéis valerosamente las batallas del Señor. A vosotros os toca el mostraros como fuertes murallas, contra toda opinión altanera que se levante contra la ciencia del Señor. Desenvainad la espada espiritual, la palabra de Dios; reciban de vosotros el pan, los que han hambre de justicia. Elegidos para ser cultivadores diligentes en la viña del Señor, trabajad con empeño, todos juntos, en arrancar las malas raíces del campo que os ha sido encomendado, para que, sofocado todo germen de vicio, florezca allí mismo abundante la mies de las virtudes. Abrazad especialmente con paternal afecto a los que se dedican a la ciencia sagrada y a la filosofía, exhortadles y guiadles, no sea que, fiándose imprudentemente de sus fuerzas, se aparten del camino de la verdad y sigan la senda de los impíos. Entiendan que Dios es guía de la sabiduría y reformador de los sabios [31], y que es imposible que conozcamos a Dios sino por Dios, que por medio del Verbo enseña a los hombres a conocer a Dios [32]. Sólo los soberbios, o más bien los ignorantes, pretenden sujetar a criterio humano los misterios de la fe, que exceden a la capacidad humana, confiando solamente en la razón, que, por condición propia de la humana naturaleza, es débil y enfermiza.

XI. Los gobernantes y la Iglesia

19. Que también los Príncipes, Nuestros muy amados hijos en Cristo, cooperen con su concurso y actividad para que se tornen realidad Nuestros deseos en pro de la Iglesia y del Estado. Piensen que se les ha dado la autoridad no sólo para el gobierno temporal, sino sobre todo para defender la Iglesia; y que todo cuanto por la Iglesia hagan, redundará en beneficio de su poder y de su tranquilidad; lleguen a persuadirse que han de estimar más la religión que su propio imperio, y que su mayor gloria será, digamos con San León, cuando a su propia corona la mano del Señor venga a añadirles la corona de la fe. Han sido constituidos como padres y tutores de los pueblos; y darán a éstos una paz y una tranquilidad tan verdadera y constante como rica en beneficios, si ponen especial cuidado en conservar la religión de aquel Señor, que tiene escrito en la orla de su vestido: Rey de los reyes y Señor de los que dominan.

20. Y para que todo ello se realice próspera y felizmente, elevemos suplicantes nuestros ojos y manos hacia la Santísimo Virgen María, única que destruyó todas las herejías, que es Nuestra mayor confianza, y hasta toda la razón de Nuestra esperanza[33]. Que ella misma con su poderosa intercesión pida el éxito más feliz para Nuestros deseos, consejos y actuación en este peligro tan grave para el pueblo cristiano. Y con humildad supliquemos al Príncipe de los apóstoles Pedro y a su compañero de apostolado Pablo que todos estéis delante de la muralla, a fin de que no se ponga otro fundamento que el que ya se puso. Apoyados en tan dulce esperanza, confiamos que el autor y consumador de la fe, Cristo Jesús, a todos nos ha de consolar en estas tribulaciones tan grandes que han caído sobre nosotros; y en prenda del auxilio divino a vosotros, Venerables Hermanos, y a las ovejas que os están confiadas, de todo corazón, os damos la Bendición Apostólica.

Dado en Roma, en Santa María la Mayor, en el día de la Asunción de la bienaventurada Virgen María, 15 de agosto de 1832, año segundo de Nuestro Pontificado.


[1] Luc. 22, 32. 
[2] 1 Cor. 4, 21. 
[3] Luc. 22, 53. 
[4] Is. 24, 5. 
[5] S. Caelest. pp., ep. 21 ad epp. Galliarum. 
[6] Ep. ad Imp., ap. Labb. t. 2 p. 235 ed. Mansi. 
[7] S. Innocent. pp., ep. 2: ap. Constat. 
[8] S. Cypr. De unit. Eccl. 
[9] Sess. 25 in definit.: ap. Labb. t. 18 col. 527 ed. Venet. 
[10] Ep. 2 ad Nepot. a. 1, 24. 
[11] Ex can. ap. 38; ap. Labb. t. 1 p. 38 ed. Mansi. 
[12] Sess. 13 dec. de Euchar. in prooem. 
[13] Ep. 52 ed. Baluz. 
[14] Ep. ad epp. Lucaniae. 
[15] Hebr. 13, 4 y Eph. 5, 32. 
[16] Eph. 4, 5. 
[17] Luc. 11, 23. 
[18] Symb. S. Athanas. 
[19] S. Hier. ep. 57. 
[20] In ps. contra part. Donat. 
[21] Ep. 166. 
[22] Apoc. 9, 3. 
[23] Act. 19. 
[24] Act. Conc. Later. V. sess. 10; y Const.
Alexand. VI Inter multiplices. 
[25] Conc. Trid. sess. 18 y 25. 
[26] Enc. Christianae 25 nov. 1766, sobre libros prohibidos. 
[27] Rom. 13, 2. 
[28] In ps. 124 n. 7. 
[29] S. Eucher.: ap. Ruinart, Act. ss. mm., de ss. Maurit. et ss. n. 4. 
[30] Apolog. c. 37. 
[31] Sap. 7, 15. 
[32] S. Irenaeus, 14, 10. 
[33] S. Bernardus Serm. de nat.
B.M.V. **** 7.

LAS VISITAS PASTORALES EN EL ARZOBISPADO DE LIMA SEGÚN EL LIBRO DE SANTO TORIBIO

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LAS VISITAS PASTORALES EN EL ARZOBISPADO DE LIMA

SEGÚN EL LIBRO DE SANTO TORIBIO

José Antonio Benito (joseantoniobenito1@gmail.com)

 

1.      El Perú, un camino

 

Si Machado cantó de una vez por todas que "se hace camino al andar", también el prelado de Lima, Toribio Alfonso Mogrovejo "hizo" el Perú al caminar. Si Goethe afirmó que Europa se hizo a sí misma peregrinando, también se ha escrito –y con mucho acierto- que "el Perú es un camino". Antonello Gerbi ha escrito un bello libro "Caminos del Perú" (Banco de Crédito del Perú, Lima, 1943) Walt Whitman en "Canto del Camino abierto" Aspiro grandes bocanadas de espacio; El Este y el Oeste son míos y el Norte y el Sur míos son...El Universo es un camino –innumerables caminos- caminos para almas trashumantes" Si del Universo en general de puede decir que es un camino, en particular y de forma precisa y señera podemos afirmar que "El Perú es un camino. Otros países pueden resumirse en un símbolo geográfico. Egipto es un valle, el Brasil una selva, la Argentina una pampa, Siberia un estepa, Inglaterra una isla, Panamá un istmo cortado y Suiza un puñado de montañas consteladas de hoteles. El Perú es un camino. "El camino nos sirve, pero también nos enseña"[1].

 

2.      El Perú que encuentra Santo Toribio. El Toribio que encuentra el Perú

 

 El mundo del Tahuantinsuyo había sufrido una metamorfosis radical con la presencia española. Si nos fijamos en los factores económicos, políticos y sociales, nos encontramos en la primera fase (1580-1620) del período tipificado como del "apogeo de la plata y de consolidación de la economía interna" Llega por fin don Francisco de Toledo (1569-1581). Enriquecido por las decisivas y programáticas conclusiones de la Junta Magna de 1568 y las Instrucciones recibidas de Felipe II luchará decididamente en aplicarlas y reorganizar el virreinato por completo, en lo administrativo, económico y social. Para ello, visita personalmente toda su demarcación…

Quiero destacar dos aspectos de Santo Toribio su competencia jurídica y su celo por llevar a la práctica la normativa tridentina, caminando. Es curioso señalar que su misma licencia en derecho la obtuvo, caminando. La experiencia juvenil compostelana nos da la clave de toda su vida:. Mogrovejo lleva sus sueños juveniles ante el Apóstol. Pero, pragmático como era, aprovecha para titularse en Derecho Canónico. En su universidad se encuentra el Dr. Juan Yáñez, amigo íntimo y discípulo de su tío, para obtener la licenciatura en cánones. Tras unos días de sosiego, presentó su título de bachiller y fue admitido por el Claustro compostelano para obtener la licenciatura; comienza el 18 de septiembre de 1568, en el Colegio Mayor de Santiago Alfeo de la Universidad de Compostela, y culmina el 6 de octubre en la capilla de don Lope, de la Catedral, a las 10 de la mañana.

3. Las visitas diocesanas. En América coexisten las visitas civiles y las eclesiales.Muy diferente de la visita civil o política era la visita diocesana. De acuerdo con el clásico jurista Juan Solórzano Pereyra tiene cuatro características:

  • Acercar al pastor a sus ovejas, para predicar, reconocer a los fieles, convivir
  • Ausencia de carácter judicial, aunque resuelva algunos asuntos con este carácter: erecciones de parroquias, causas eclesiásticas...
  • Pública. Nada de secretismo, todos deben saberlo, es pastoral
  • Territorio definido. No queda al arbitrio particular del prelado sino que debe someterse territorialmente al distrito diocesano y a un itinerario adecuado

            Según las Leyes de Indias los prelados deben visitar personalmente sus respectivas diócesis y reconocer el estado de sus doctrinas: la predicación del evangelio, "la conversión de almas, que administren la confirmación, que se informen de todo particularmente...Que hagan la visita con moderación, poca familia, para no molestar a los naturales y ser ejemplo y edificación"[2]. En la Recopilación de las Leyes de Indias percibimos que hay una preocupación por poner con toda atención y vigilancia de la evangelización de los indios y también evitar la opresión y los desordenes que podían padecer las doctrinas. (Recop. 1973. L.1. T.VII.f.33).En caso de que no puedan personalmente, "y si están legítimamente impedidos y necesiten nombrar visitadores, los prelados y cabildos sedes vacantes elijan personas eclesiásticas y no seculares" y que vivan "con cuidado y desvelo de no recibir para sus familias cosa alguna en poca ni en mucha cantidad, y que los naturales se perciban que se trata del servicio de Dios". El papel protagónico se les atribuye a los arzobispos. "Si los obispos anduvieran negligentes en esto, los metropolitanos entren a cuidar de ello en las diócesis de sus sufragáneos", dejando al juez la facultad de imponer la pena a los negligentes. En última instancia, el virrey, como vice patrono, debía autorizar la visita[3] y cuidar de no ocasionar gastos en la misma. Por esta razón, los prelados debían ser austeros y no resultar onerosos a los indios en concepto de comida personal y de sus acompañantes. Tampoco debían llevar derechos en las visitas que hacen a las iglesias. El obispo sólo visitaba las iglesias de las doctrinas; los conventos quedaban al margen y eran visitados por autoridades de la propia Orden.

Eran el medio que tenían los obispos para examinar los problemas de la diócesis, la preparación y cualificación de su clero; así como de contactar con los fieles y comprobar el grado de catequización de ellos. Los obispos tenían obligación de visitar las diócesis periódicamente, aunque muchos no la hicieron debido a la edad o dificultad del terreno. Así lo prescribían el Concilio de Trento (Sesión 24, Cap.3), las leyes de Indias (Libro I, tít. VII, ley 24) y los propios concilios provinciales (Tercer Concilio Limense, Acción IV, cap. I).  

Para los visitadores eclesiásticos había una reglamentación en su accionar. En el Tercer Concilio Limense, en apéndice, se incluye la "Norma e instrucción de visitar que el Santo Concilio Limense provincial tercero manda guardar a todos los visitadores, ahora sean obispos, ahora los que por su comisión van a visitar, siendo legítimamente impedidos". En ella afirmará contundentemente que "a los Obispos incumben que son y deben ser viva ley, celar la ley escrita que en este Concilio han dado, visitando por sí cuando pudieren como el Santo concilio de Trento manda, y si no por comisión, y hacer que se cumpla con amor y mucho mérito, y si no por temor y castigo ejemplar en los transgresores"

 

4. Características de las visitas de Santo Toribio

En Santo Toribio vemos perfilado no sólo el principal inspirador, sino también el más exacto ejecutor de las directivas pastorales del III Concilio Limense acerca de las visitas pastorales de los obispos a sus diócesis[4]: Como señala V. Rodríguez Valencia más allá del aspecto canónico es el "aspecto de mandato vivo en la conciencia de un santo, como motor de sus actos y de todo su plan pastoral"[5] lo que le lleva a la acción de visitar: "Yo he andado en prosecución de mi vista más de cinco años en persona, en conformidad de lo ordenado por el Santo Concilio de Trento, atendiendo a la obligación que hay en ello"[6] En Santo Toribio, además, es indudable la caridad cristiana que movía todos sus actos y que le llenaba de satisfacción:"Ahora, siendo Dios servido, voy a la provincia de Jauja a entrar en otros Andes tierra muy escabrosa donde se ha de ir a pie… y andando muchos números de leguas, con cuya presencia han recibido sumo contentamiento"[7]

            Un detalle de sumo interés es constatar en los libros parroquiales la incidencia de la visita como el registrado en el renovado archivo de Huacho: Visita realizada por el Segundo Arzobispo de Lima Santo Toribio Alfonso de Mogrovejo a la Villa de Arnedo hoy Chancay: Domingo en trece días del mes de febrero de mil quinientos y noventa i ocho años yo el bachiller Diego Dávila cura y vicario de esta Villa de Arnedo fui visitado por el ilustrísimo Señor Arzobispo y asimismo Su señoría Ilustrísima visito este Libro con sus partidas de baptismo y casamientos en el dicho día mes y año susodicho. Para memoria lo asenté en este dicho libro[8]. Habría dado la vuelta al mundo en mula o a pie, pues se calculan en unos cuarenta mil kilómetros recorridos en las tres o cuatro visitas realizadas por la dilatada arquidiócesis limeña. Le servirán al prelado para mantener un contacto directo con los sacerdotes y sus fieles; a nosotros nos aporta valiosísimos datos para una radiografía del Perú: censos de población, tipos de cultivos y ganados, condición y calidad de los doctrineros, comportamiento de los corregidores, trato recibido por los indios, situación y distancia de los caminos, condiciones meteorológicas, menú de los acompañantes del obispo, estudio etnográfico, estado del proceso evangelizador...

            Las grandes visitas pastorales, generales o formales, fueron emprendidas a continuación de los concilios provinciales limenses de 1583-4, 1591 y 1601. Su fiel secretario el jesuita José Acosta, padre de la moderna antropología, nos dirá que los caminos que recorrían eran "más bien para los gamos y las cabras que para los hombres". Las cabañas donde solían morar "más son corrales de ovejas y establos que moradas dignas de la especie humana". Cuando "había de subir algún peñasco o lugar peligroso y casi trepar por riscos, ponía en los pies cierto calzado con unos hierros o puntas (llámanlos grapelas los de las montañas). Don Toribio usaba alpargatas en lo áspero y descalzarse en las ciénegas que aseguraba el peligro de los pasos y con esos caminaba y muchas veces era forzoso valerse de las manos y pies para pasar con seguridad algunos lugares peligrosos. D. Toribio llegó a pasar colgado de cordeles, llevado de un ardentísimo celo de la salud de las almas de aquella miserable gente y de un vivo deseo de la reformación de toda su Iglesia. Llegó a muchos lugares donde jamás se había visto la persona del prelado, con admiración y espanto de quien lo consideraba"[9].

                       

            5. El libro de visitas y su valor etnográfico. Tiene el título preciso de Libro de visitas del Sr. Arzobispo Santo Toribio Se trata de un volumen manuscrito tamaño folio de 33 cm x 23 cm., con 348 hojas, de las que lamentablemente 98 están rotas en las esquinas de su parte superior por la humedad. Debe indicarse también que el deterioro progresivo se ha detenido por haberlo escaneado totalmente y estar debidamente custodiado. Comprende las visitas de 1593, 1597 y 1605. Es un libro difícil de seguir pues no es un típico libro-diario sino una recopilación miscelánica que por momentos sigue un desarrollo cronológico lineal como en el caso de la visita de 1593, iniciada en Carabayllo el 7 de julio, continuada por Aucayama, Palpa, Guaral, Guacha, Begueta, Barranca, Supe, Totopón, Pativilca, San Agustín de Cajacay, San Bernardo Yamor, San Benito de Guaylacallán, San Juan Bautista de Calgueyo, Chaucayán, Guallapampa, San Pedro de Tapacocha, San Juan de Pararín, Lacllin, Magdalena de Maravia, Huarmey, Santo Domingo de Xanca, Santiago de Huamba, Cochapetí, Cotparaco…Al comienzo, hay una razón de los confirmados en Lima de 1592 a 1599 y de 1604 a 12 de enero de 1605. Del mismo modo, se interrumpe la información detallada para concentrarse de forma exclusiva en la confirmación, dándonos las cantidades a los que se le confirió el sacramento de una doctrina o región, de kilómetros o leguas recorridos, de visitas encargadas por el prelado como la de Pedro Martínez en 1599 en los valles de Trujillo, de años determinados. El libro pareciese en ocasiones como un "libro de confirmandos" más que de la visita, o para precisar más, el libro de la visita de la confirmación.

            La redacción obedece al criterio del escribano de turno y no hay criterios claros, provocando en el lector una lógica desazón.  Está a cargo de sus secretarios los clérigos Bernardino de Almansa, Bernardino Ramírez, Alonso Ramírez Bernío y Bartolomé Menacho. El número total de hojas es 348  de las que 98 están parcialmente deterioradas o rotas. Contiene en detalle las Visitas de los años 1593, 1597 y 1605. Se encuadernó en 1880/90 con cartón y papel dorado imitación de cuero por iniciativa de Carlos García Irigoyen, secretario de Monseñor Manuel Tovar, arzobispo de Lima. Lo hizo el impresor José Brondi, quien se comprometió a hacerlo todo en pasta de cuero, tal como se documenta en el Archivo del Cabildo de Lima, Correspondencia, nº 12, página 150. Según José Toribio Polo, director del Archivo en esa fecha, la obra se titulaba "Libro de Visitas del Sr. Arzobispo Sto. Toribio" y al encuadernarlo en el lomo se puso "Visitas del Sr. Stº Toribio". En la obra Índice Serie Ñ, p.2, Toribio Polo señala que está escrito en folio, 330x230, con 248 hojas numeradas y 98 rotas en la parte alta. Principia desde el 7 de julio de 1593 y llega hasta diciembre de 1605 Hay una razón de los confirmados en Lima de 1592 a 1599 y de 1604 a 12 de enero de 1605.

            La importancia de esta fuente viene dada por aportarnos valiosísimos datos para una radiografía o retrato del Perú de comienzos del siglo XVII, por lo que puede ayudarnos a renovar las fuentes geohistóricas del Perú. La obra es una miscelánea de informaciones yuxtapuestas o una suerte de enciclopedia variopinta que sólo converge a la hora de aportar datos vinculados al Prelado visitador. De hecho, hay cuadernillos recogidos por los secretarios y cosidos al volumen. Así se evidencia en los siguiente textos: "Por el libro viejo de la visita general consta que el año de 1585 se confirmaron en Macate y Taquilpen de esta doctrina 1175" [f.283]. Puede tratarse de un libro hoy desaparecido de la primera visita o bien diversos apuntes –especialmente de la confirmación- que se incluyen en el presente libro en el momento en que el lugar corresponde con una presencia anterior del Arzobispo u otro visitador. Más adelante habla de "el libro particular de las leguas que Su señoría anda en esta visita" [f.322v]; puede tratarse de un libro aparte o también la "Memoria de la segunda visita general" comprendida entre los folios 313 al 320 de nuestro documento.

             Su valor primero reside en darnos la trayectoria minuciosa de los lugares, por leguas y jornadas, que Mogrovejo recorrió, especialmente en su segunda visita, así como el estado de las iglesias y las confirmaciones efectuadas. Pero, además, es un rico banco de datos dispuesto a colmar numerosas y diversas expectativas. En primer lugar, y la más importante, sin duda, es aportarnos datos para completar la biografía de Santo Toribio y de los personajes mencionados. Por ejemplo, en la hoja 315v] nos informa que "[r]de Cundumarca a los montes de Puymal de ida y vuelta donde Su Señoría fue a pie más de dos leguas 16". El libro marca la "partida de nacimiento" de cientos de pueblos y distritos de Perú, algunos hoy desaparecidos, otros transformados en ciudades.  Aporta nuevos datos para completar la imagen del espacio peruano (costeño, andino y amazónico). Menciona numerosos aspectos de su orografía (loma, alto, llanos, sierra…). Facilita cantidades para el estudio demográfico de la población: su volumen y estructura.       Registra las condiciones meteorológicas y climatológicas de los distritos (temple regalado, desabrido...).             Da pie para un análisis de la conducta de los funcionarios reales, especialmente de los corregidores.         Es un retrato de la situación del proceso de evangelización: doctrinas, cofradías, párrocos, visitadores.

            Se informa de la renta o sínodo de que goza el curato, así como de los bienes de la Iglesia.            Se puede reconstruir el mapa lingüístico del territorio recorrido ya que nos informa de la lengua hablada en el distrito: chaupi yunga, lengua del Inga, lengua general o general del Inga, linga, de los llanos, pescadora, mochica), lengua de Castilla; lengua de los indios, lengua de los llanos, lengua de los naturales, lengua ilinga y la aymará, lengua mochica que se habla en estos valles, lengua serrana.             Recoge las técnicas de construcción y los diferentes edificios: huacas, templos, casas, tambos o posadas…): "Y hay tres tiros de piedra de este pueblo (Chavín) una guaca de tiempo antiguo, la cual está en [117v] una fortaleza y dentro de la dicha guaca van hechos unos callejones debajo de ella y tiénese noticia que ha sido huaca que ha tenido mucha riqueza; no se ha descubierto aunque por algunas partes de ella está contraminada". "[84] Así mismo 7 leguas de este pueblo hay un tambo que llaman Guarargal donde hace mucho frío por causa de ser puna y en él asisten mitayos de ordinario para el servicio de él, en el cual tambo estuvo Su Señoría y durmió una noche".

            Señala el patrimonio artístico y religioso que se va creando a medida que avanza la evangelización y que en buena medida se debe a los donativos del Prelado. En relación con la población se nos habla de los diferentes tipos de poblaciones (Pueblo viejo, corregimiento, Doctrina, Hacienda, Asiento, ingenio, obraje, villa…), así como de la ccalidad de la vivienda y tipo de tierra (caseríos, estancias, chacras, rancherías, ingenios...). Acerca de los naturales del Perú, mencionará: indios, caciques, tributarios, reservados, de Su Majestad, de confesión, chicos, grandes, motilones, jeberos, "indios que cortan cabezas" (144v),  razón detallada de los "indios tributarios que van de los Reyes de Chimbacocha hacia las minas de Huancavelica y luego de Potosí" [214]. Y mil y un detalle como los diferentes tipos de ganados, cultivos o la forma de explotar económicamente la tierra. Fuentes informativas (por los caciques, los visitadores, párrocos, revisitas, escribanos, corregidores...);  tipos de cultivos (maíz, coca, algodón...) y ganados (ovejas, cabras...); .tipos de cultivos (maíz, coca, algodón...) y ganados (ovejas, cabras...); Paños: veinticuatrinos, cordellates, sayales, frazadas. Y otras muchas sorpresas en relación con la especialidad del estudioso y con el objeto de búsqueda. Así, por ejemplo, en la página 166v se menciona a un indio mudo como algo original: "y demás de los dichos (22) han entrado en tributo 20, en que entra un mudo".

           

6. Las lenguas del Perú mencionadas en la obra

 Resalto la ponencia de uno de los máximos expertos mundiales Dr. Pillen F.H. Adelaar , Leiden University Centre for Linguistics  w.f.h.adelaar@hum.leidenuniv.nl, quien impartió la ponencia "Cuando las lenguas no tenían nombre. La identificación de lenguas nativas en el Libro de Visitas de Santo Toribio Mogrovejo". Escribió en en su sumilla que

"El Libro de Visitas de Santo Toribio Mogrovejo contiene observaciones valiosísimas acerca de la situación local de pueblos andinos reunidas por el ilustre viajero durante sus recorridos por el Arzobispado de Lima entre 1593 y 1605. En varias ocasiones se hace referencia a la lengua hablada por los nativos, así como a la familiaridad del cura doctrinero con la misma. La ausencia de denominaciones específicas para referir a distintas lenguas hace necesario un análisis de las fórmulas empleadas por Santo Toribio en sus referencias al uso de lenguas en cada caso individual. Una combinación de los resultados de tal análisis con la observación de datos pertinentes a las condiciones locales en épocas posteriores, incluyendo la actualidad, permite aclarar ambigüedades persistentes y realizar una interpretación relativamente concreta en determinados casos. La investigación se basa en la versión textual editada por José Antonio Benito (Fondo Editorial de la PUCP. Lima, 2006).Seguí con gozo e interés su magnífica exposición en la que ha valorado sumamente el documento toribiano, ofreciéndonos las siguientes conclusiones:

No se diferenciaba entre las variedades locales del quechua y la lengua general del Inga.

Los alrededores de Lima fueron de expresión quechua.

La forma anómala ilinga no puede ser identificada con la forma linga. Esta parece ser una denominación para la lengua culli.

El valle del Marañón y sus laderas fueron inhabitados por poblaciones de cultura yunga, que no hablaban el quechua, entre ellas hablantes del culli.

El uso de la lengua pescadora se extendía entre Guarmey y Santiago de Cao

 

7. Revisitas mencionadas en "Diario de la Visita" de Santo Toribio

 

1.      Capitán Acacio Ramírez de Sosa (17)

2.      Miguel de Salinas, Visitador, (18v)

3.      Quiroz Dávila, Corregidor, el año de 1592 [19v]

[47v]En la última revisita fecha el año de 92 por Juan Osorio Gavilano, Corregidor y Justicia Túcome.

4. [52] En el pueblo de Callanca y Monzebú visitó SS y halló haber por una revisita hecha por Juan de Monroy, corregidor, que está firmada de su nombre y de Vasco de Taguada, su escribano

5.      [70] En el pueblo de la Asunción visitó el Licenciado Martín Vásquez, Juez y Visitador del dicho pueblo.

6.      [72v]En el pueblo de Chota visitó el Visitador Melchor de Figueroa y halló haber 443 indios tributarios y 215 reservados y 1638 de confesión y ánimas 1890, todo lo cual pareció por la  revisita.

7. [73v] Por manera que en los pueblos de suso referidos atrás parece haber conforme la revisita general de la provincia de Cajamarca los indios tributarios que ene ellos se declaran los cuales son los siguientes.

Cajabamba

8. [85] En el pueblo de San Juan de la Pallasca, provincia de Conchucos, visitó SSI y halló haber en el dicho pueblo conforme a la relación que hicieron los indios de él, 339 indios tributarios y 138 reservados y 2074 de confesión y ánimas 2670, lo cual sacaron los dichos indios de un traslado de la revisita y tasa que tienen en su poder y así mismo fue sacada la dicha relación por los padrones del Padre cura de este pueblo.

      9. 88. .  En prosecución de la visita que SSI de próximo va haciendo, parecieron don Pedro Pomachincoy, don Felipe de Ervias y don Diego de Mori, y Felipe Naupa, principales del dicho pueblo de Tauca y dijeron que la doctrina que tiene a cargo el Padre Diego Alonso de Rojas tiene los indios y pueblos siguientes.

Primeramente dijeron tener el pueblo de Tauca, que tiene 330 indios tributarios, los 30 de ellos están ausentes buscando de comer.

      10. [104v] y demás de lo susodicho parece por un testimonio de Gaspar Montero, escribano de revisitas en el dicho partido de Conchucos, haber en el dicho pueblo y doctrina de Piscobamba la gente siguiente.

... Según que todo ello más largamente consta por el dicho testimonio que está aquí cosido, y los dichos Nicolás de Ortigosa y Fernando de Mori, su escribano y el Padre Mateo Morales lo firmaron certificando la relaócin de atrás de esta doctrina. NICOLAS DE ORTIGOSA. MATEO DE MORALES. HERNANDO DE MORI. Ante mí. BERNARDINO RAMIREZ, escribano, notario, secretario.

11. [110V] Testimonio de todos los indios de este repartimiento de Ayaucaguarí. Yo Fernando de Mori, escribano que he sido de esta provincia de los Conchucos, nombrado por Nicolás de Ortigosa, Corregidor que fue de ella, certifico a los señores que la presente vieren, como en el Repartimiento de indios de Ayaucaguarí de la Real Corona, en la lista y padrón que mandó hacer Juan de Barbarán, Corregidor de la dicha provincia, para repartir el tributo que los indios del dicho Repartimiento han de pagar  el tercio primero venidero de Navidad, fue de este presente año de 94, que a mí se me cometió para hacer la dicha repartición, consta y parece que los dichos indios fueron por la visita general que hizo Juan de Fuentes, Visitador general, que es la última que se ha hecho en este Repartimiento, 820 indios tributarios, desde edad de 18 años hasta50; y en el dicho padrón últimamente hecho para la repartición [111] del dicho tributo de Navidad, se hallaron no haber más de 675 indios tributarios en los seis

      12.144. Conforme a este testimonio, que está cosido aquí, se verá así mismo la gente e indios que hay en el dicho Valle de Moyobamba, que se sacó de las revisitas según por el dicho testimonio se verá, al cual me remito. BERNARDINO RAMIREZ, notario público, secretario.

      13.[154] El Ilustrísimo Señor Arzobispo de Los Reyes etc., visitó toda la doctrina de Pomacocha y Comacocha donde era cura el P. Joan Quintero, clérigo presbítero en la cual halló haber los pueblos e indios siguientes. SSI visitó todos los pueblos de esta doctrina de Honda, donde al presente es cura el Padre Francisco de Solís, clérigo presbítero y conforme al memorial que dieron los indios, y así mismo conforme a la tasa y revisita que yo el presente notario y secretario saqué de la revisita que estaba en poder de Jerónimo de Piña Añasco, Corregidor de la dicha provincia, cuyo traslado es el siguiente:

      14. 158. Señalamiento de salario de estas estancias que Figueroa, visitador, hizo.

      15. [188] En el pueblo de Cajatambo en 7 días del mes de noviembre de 1597 años ante Gaspar Rodríguez de los Ríos, corregidor de esta provincia de Cajatambo, pareció don Alonso Rinriguacho. Segunda persona de este repartimiento de Cajatambo de la encomienda del capitán Juan Fernández de Heredia, vecino de la ciudad de los Reyes y el dicho don Alonso Rinriguacho. Es cobrador de la tasa de este dicho repartimiento y dijo haber en él y cobrar la tasa de 798  tributarios y que de las demás almas no puede dar razón de los que son hasta que el dicho corregidor acabe la revisita que está haciendo y que entonces se verá más claro por haber 20 años que no se visita este dicho repartimiento y lo firmó de su nombre. Envióme Lirco? Que es la que está en este libro cosida, Ramírez.

(En el margen)" Lirco? Llevó la memoria de toda la provincia de Cajatambo de los confirmados y Cifuentes la memoria de Guacho hasta Lima que es el tiempo que yo estuve muy enfermo; no se sacaron los tributarios de la provincia de Orcos y Cajatambo que visitó SS por causa de no haber revisita nueva y estarse haciendo"]

16. [197] Año 1599. Relación de las doctrinas que visitó el Bachiller Pedro Martínez, visitador de este arzobispado. La visita del año de 1599 en los Valles de Trujillo y  Tributarios que cada una de ellas tiene.

17 318 v. Y de allí a Ica 5, 189 Las leguas que Su Señoría Ilma. el Arzobispo mi señor ha andado en esta visita que hizo saliendo de esta ciudad de los Reyes en 8 de agosto de 1601 años son las siguientes:

De Lima a Carabayllo 4

      18. [322v, [r]Y según la razón y cuenta que está escrita en el libro particular de las leguas que Su Señoría anda en esta visita y las que tienen las doctrinas de el primero pueblo de ellas hasta el último pareció estar estos 14 pueblos en 20 leguas de malos y perversos caminos que en tiempo de aguas parece imposible poderse caminar ultra de estar en tan diversos temples y sitios que es compasión y lástima verlos excepto los dos principales de Cajamarca y Ticllos referidos y por serlos demás de la calidad dicha parece así mismo ser imposible poder el sacerdote que los doctrina descargar la conciencia en razón de lo cual para que en todo el dicho sacerdote acuda a hacer su oficio y descargar la conciencia y que estos indios sean doctrinados y enseñados en las cosas de nuestra Santa Fe conviene y es muy conveniente y necesario que estos indios se vuelvan a sus principales reducciones con que se conseguirá el efecto que Su Señoría y el virrey nuestro Señor desean para que los indios se salven

 

            COLOFÓN: El último por qué de las visitas  Sus visitas no fueron meros cumplidos formales ni mucho menos paseos turísticos. eran auténticos encuentros vitales con los indios y sus curas doctrineros, motivados por su pasión de anunciar la vida plena y feliz del Evangelio. Fueron ellas ocasión para convivir con los párrocos doctrineros, muchos de ellos solos y alejados. Se hace acompañar de sacerdotes y laicos comprometidos, que hicieron de estos viajes jornadas de familiar amistad. Algo se deja traslucir en su carta dirigida al Rey Felipe II, desde Trujillo, el 10 de marzo de 1594: "...sin atender a más que al servicio de Nuestro Señor [...] visitando mis ovejas y confirmando y ejerciendo el oficio Pontifical por caminos muy trabajosos y fragosos, con fríos y calores, y ríos y aguas, no perdonando ningún trabajo, habiendo andado más de tres mil leguas y confirmado quinientas mil ánimas, y distribuyendo mi renta a pobres con ánimo de hacer lo mismo si mucha más tuviera, aborreciendo el atesorar hacienda...".

Conviene que, tras habernos acercado a su asombroso recorrido, -como certeramente escribe el P. Armando Nieto- "llenemos las líneas de los mapas con la verdadera motivación, con el verdadero sentido y la dureza de tan incesantes y agotadores desplazamientos[…]Toribio de Mogrovejo afrontó todos los riesgos y todas las penurias solamente por una razón: por amor a las almas, para llevar la luz del conocimiento y del amor de Jesucristo a los más remotos rincones, allí donde un hermano abandonado pudiese recibir la certeza del amor redentor y de la gracia del Señor. El celo de las almas lo devoraba […] en él resonaba el grito del Señor en la Cruz: "¡Tengo sed!" (Jn 19, 28) y la consigna de Pablo: "¡Ay de mí si no evangelizare!" (1 Cor 9, 16)[10]

Termino con una relación de un arzobispo limeño contemporáneo al primer arzobispo Mons. Vicuña, el célebre arzobispo de Lima D. Francisco Javier Luna Pizarro quien escribe a SS Pío IX, 4 de septiembre de1842:"Santísimo Padre. El infrascrito, Arzobispo de Lima en la América Meridional, humildemente expone que, siendo la extensión de la Arquidiócesis de más de 600 millas de longitud sobre 300 de latitud por algunos puntos, con una población que toca en medio millón de habitantes situados en climas cuyos extremos de calor y frío se tocan, según su posición más o menos elevada sobre los Andes y con caminos o travesías en gran manera difíciles se necesita para recorrerla haciendo la visita pastoral una salud vigorosa y capaz de sobrellevar tan frecuente variación de temperamentos, invirtiendo en dicha visita por lo general a lo menos tres años, pues ´solo pueden aprovecharse 5 a 6 meses en cada año. Así es que 20 arzobispos incluso el presente que desde la erección ha tenido esta Iglesia, sólo cinco han emprendido la visita general y de ellos tres han fallecido haciéndola, siendo el glorioso Santo Toribio Mogrovejo el único que pudo absolverla por dos veces, muriendo también la tercera"[11]

Si Santo Toribio lo hizo fue porque fue consciente de la trascendencia-de la misma. Ojalá el presente estudio despierte nuevas vocaciones para conocer la rica realidad de nuestra vida cristiana. Como Juan Pablo II deseó en NMI si queremos remar mar adentro: debemos mirar el pasado con gratitud, el presente con pasión, el futuro con esperanza.

 

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1991: PONS PONS, Guillermo: "Santo Toribio y sus acompañantes en la visita pastoral" Hispania Sacra nº 43, 1991, pp.607-624.

1943: PORTICHUELO DE RIVADENEYRA, Diego Relación del viaje y sucesos que tuvo desde que salió de la ciudad de Lima, hasta que llegó a estos Reinos de España, el Dr. D.---, Racionero de la Santa Iglesia Metropolitana de aquella ciudad y su Procurador General, Oficial y Abogado del Tribunal de la Inquisición, natural de la ciudad de Andújar. Madrid, por Domingo García Morrás; reedición de Carlos Pereyra, Buenos Aires: Virius, 1943 [:13-145; incluye "Noticias y Comentarios relacionados con lo hechos de que trata la Relación de Portichuelo": 147-267]

1996 PRADO MARTÍNEZ  M.A. Las visitas pastorales: análisis formal y documental en una parroquia rural de la Diócesis de Calahorra - La Calzada (1553-1987)  Memoria ecclesiae, Nº. 9, 1996

1992: PUENTE CANDAMO, José Agustín de la "Santo Toribio y la formación del Perú" en Historia de la Evangelización de América Pontificia Comisión para América Latina, Ciudad del Vaticano, 1992, pp.831-840.

2002: QUINTALES, Luis Antonio Miguel Ruta del Camino Fonseca. De Fonseca a Santiago de Compostela Amarú-Ediciones, Salamanca.

1997: RAMÍREZ, Susan E "La legitimidad de los curacas en los Andes durante los siglos XVI y XVII" BIRA 24 (Lima): 467-492 (1997)

1991: RESTREPO MANRIQUE, Daniel "La visita pastoral de D. Baltasar Jaime Martínez Compañón a la diócesis de Trujillo (1780-1785)", en VVAA. Vida y obra del Obispo Martínez Compañón Universidad de Piura, Piura, 1991, pp.101-117

1973: RODRÍGUEZ DE LOS RÍOS, Gaspar "Visita de Acarí (1593)"Historia y Cultura [1593] 1973, 7:129-209

1957: RODRÍGUEZ VALENCIA, V. Santo Toribio de Mogrovejo, organizador y apóstol de Suramérica (Madrid CSIC 1957) 2 ts.

1951  RODRÍGUEZ VALENCIA, V. "Santo Toribio Alfonso Mogrovejo en sus Visitas Pastorales"Missionalia Hispánica Madrid, pp.141-181, Año VIII Tomo VIIIX, 1951, pp.181-204

1952:- RODRÍGUEZ VALENCIA, V. "Las Visitas Pastorales y Entradas Misioneras de Santo Toribio, supremo conjunto de misioneros de Indias"Missionalia Hispánica Madrid, pp.141-181, Año IX, Tomo IX, 1952

1992: ROSTWOROWSKI DE DÍEZ CANSECO, M. Y Pilar REMY Las visitas a Cajamarca 1571-1572, 2v. Lima, IEP

1999: RUBIO MERINO, P. "Archivos Eclesiásticos. Nociones básicas" en BAAM, II, Enero-junio 8, pp.79-128

2002: RUZ, Mario H. Memoria eclesial guatemalteca (Visitas Pastorales) Centro de Estudios Mayas, UNAM, Arzobispado Primado de Guatemala, México 2002 (21 vols)

1931: SOLÓRZANO Y PEREIRA, J. Política Indiana [1647] Madrid, Compañía Iberoamericana de Publicaciones, 1931

1921: STIGLISCH, Germán 1877-1928 Diccionario geográfico del Perú. Lima. Torres Aguirre. 3 tomos.

1999: TINEO MORÓN, Melecio  Vida eclesiástica, Perú colonial y Republicano. Catálogos de documentación sobre parroquias y doctrinas de indios. Arzobispado de siglos XVI-XX. Cuzco, CBC. 2 tomos.

1991: URBANO, Henrique  La extirpación de la Idolatría en el Perú (1621). Pablo Joseph de Arriaga de la Compañía de Jesús. Estudio Preliminar y notas de Henrique Urbano. Cuzco. CBC. VARGAS ALZAMORA, Augusto Santo Toribio y la Nueva Evangelización (Lima 1991).

1989: VARGAS UGARTE, Rubén Santo Toribio, segundo arzobispo de Lima Paulinas Lima 1989.

1967: VARGAS UGARTE, Rubén Relaciones de viajes (Siglos XVI, XVII y XVIII). Cía de Impresiones y Publicidad. Bib. His.peruana, T. V. Lima [Contiene: Viaje de D. Juan Montemayor desde México a Lima (1567); Viaje de un jesuita desterrado de Lima a Cádiz y de este puerto a la ciudad de Ferrara (1767); Viaje de cinco religiosas capuchinas de Madrid a Lima (1710-1722)



[1]"Indio que a pie vienes de lejos... p.9

Ahí no más· encuentra siempre

Cuanto deseas encontrar

Y, sí se siente, en lo profundo

De ese desprecio con que dos

Sabia ironía a las distancias

Una emoción de eternidad (J. S. Chocano) p.13

 

[2] Recopilación de Leyes de Indias, ley XXIV, tít. VII, lib.I "Sobre arzobispos y obispos"

[3] Ibídem. Ley XXVII, tít.XV, lib.II6

[4]GARCÍA IRIGOYEN, C. Santo Toribio  Lima 1904, tomo I, se incluye la "Norma e instrucción de visitar que el Santo Concilio Limense provincial tercero manda guardar a todos los visitadores, ahora sean obispos, ahora los que por su comisión van a visitar, siendo legítimamente impedidos"  Edición renovada en 1982 BARTRA, E. Tercer Concilio Limense 1582-1583 Facultad de Teología Pontificia y Civil, Lima, 1982

[5] RODRÍGUEZ VALENCIA,- "Santo Toribio Alfonso Mogrovejo en sus Visitas Pastorales" Missionalia Hispanica Año VIII, nº 22, Madrid 1951. p.125.

[6] Carta a Felipe II, Trujillo 28 de marzo de 1590. AGI, Patronato 248, Rº 20. E. Lissón Chávez La Iglesia de España en el Perú III, 536, n.15.

[7] Carta a Felipe II, Santa Inés, 18 de abril de 1603. "El Amigo del Clero" Año 1980, Carta nº X, p.356.

[8] Libro Nº 1 de Bautismos y Matrimonios correspondiente al año 1569 al 1620 en el folio 58 v.  

[9] LEÓN PINELO, Antonio de, Vida del Ilustrísimo... p..154.

[10]"Santo Toribio de Mogrovejo, modelo de pastor"La primera evangelización en el Perú.Hechos y Personajes. Vida y Espiritualidad, Lima, 1992, pp.98-99

[11]VARGAS UGARTE, Rubén  Historia del Perú.  Tomo V, Burgos 1962. Apéndice Nº C p.360-363


SUBIR BAJANDO CON EL HUMOR DE CANTINFLAS Y CON LA MÍSTICA DE ABELARDO

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La verdad es que Cantinflas es un genio del humor con valores. A mí me encanta y, siempre que puedo, veo alguna de sus películas. Acabo de "descubrir" una  del año de mi nacimiento y que lleva por título "Sube y Baja", dirigida por Miguel M. Delgado.https://www.youtube.com/watch?v=Xhe3ZjS3D_E&feature=em-hot-vrecs

Además de distraerse y gozar un ratito, me ha servido para profundizar en el "subir bajando", en el "gana pierde", en el no relativizar nunca lo absoluto ni absolutizar lo relativo. Como tantas veces nos cantó Abelardo de Armas "subir bajando no es sueño, ni loca imaginación; es gloria de lo pequeño, que encuentra en la humillación la grandeza de Aquel Dueño, que, en la pobreza de un leño, de todo se hizo Señor"

Les comparto un fragmento del excelente DISCURSO DE CLAUSURA DE LA XXIII REUNIÓN DE AMIGOS DE LA CIUDAD CATÓLICA (Octubre 1984) titulado "El verdadero cambio" y que se ubica en http://www.cruzadosdesantamaria.es/publicaciones/publicaciones_abelardo_El_verdadero_cambio.html

¡Qué importante es esto, mis queridos amigos! Nos hemos detenido en nuestro avance hacia la santidad porque creo que hemos invertido nuestro concepto de la santidad, complicándolo acaso. A mí se me había presentado la santidad en la estructura del mundo como una pirámide. En la base estarían todos los hombres, los pueblos, las culturas. Según vamos acercándonos hacia la cúspide, aparecerían las almas que se van remontando hacia Dios. La columna vertebral de estas almas sería la Jerarquía: el Papa, los Obispos, entroncados con el Papa, unidos en el Magisterio Pontificio, los sacerdotes. La cima de esa cúspide sería la vida consagrada, la vida de perfección evangélica. Yo, como veía siempre a los santos tan altos, quería ser como ellos, llegar a la cúspide. Pero un día pensé: ¿No ocurrirá con la perfección como ocurre en geografía? ¿Quiénes están con la cabeza erguida, nosotros o nuestros antípodas? Porque nosotros nos sentimos en verticalidad, pero nuestros antípodas también. ¿No será que en el mundo de Dios hay como una cuarta dimensión que hay que descubrir? Y es que para llegar a esa cima, Dios, —que es el único que puede hacer de lo imposible lo posible—, ha invertido la pirámide, y como quiere que todos las hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, las almas más perfectas son las que están más abajo: la cúspide está siendo el sostén de todo Sólo Dios puede sujetar una pirámide invertida, y las almas consagradas, las almas más perfectas, resulta que han ido al punto más bajo, y las almas más separadas, de El, ese mundo incrédulo, está ahí arriba. Si nosotros querernos realmente salvar al mundo, debemos permitir que Jesús siga manteniendo esta paradoja, sin querer cambiar de lugar cuando nos veamos abajo del todo, aplanados por el peso de la pirámide. Todos los santos han sido humillados por Dios humillado, porque no se puede ser santo sin la humillación en la identificación con Cristo. Lo que sucede es que nosotros, que nos admiramos cuando contemplamos a los santos, no nos damos cuenta hasta dónde los ha descendido Dios. Vuelve a aparecer la paradoja: ¡Subir bajando! También sobre este tema hice una canción que me gusta cantar en la montaña. Esta es su letra:

«La cumbre de la humildad
es vivir en confianza,
creer que la nada alza.
Bajar por esta escalera
peldaños de confianza
tanto cuanto espera alcanza.

Subir bajando no es sueño,
ni loca imaginación;
es gloria de lo pequeño,
que encuentra en la humillación
la grandeza de Aquel Dueño
que, en la pobreza de un leño,
de todo se hizo Señor.

Alma que buscas la altura
para encontrar a tu Todo
desciende hasta tu bajeza,
mira que el Dios de la Gloria
-por pura misericordia-
de tu nada hace grandeza.

El Creador de los cielos
ha bajado a nuestro suelo
síguele que ese es tu vuelo.
Y abrazándote al desprecio,
la humillación y el dolor,
alcanza a tu Salvador,
quien por tu amor se hizo siervo».

 

Pero, ¡qué trabajo nos cuesta aprender este único camino de la santidad! Si queremos colaborar con Cristo en la salvación de este mundo, tenemos que dejarnos humillar. Mirad, Dios está humillando hoy al propio mundo. La sociedad de hoy vive humillada. El mundo de la técnica, de la electrónica, de los medios de comunicación social a escala universal, vive humillado. El hombre hoy vive humillado ¿Por qué nosotros, que queremos ser de los amigos íntimos de Jesucristo no vamos a aceptar la humillación? Nosotros tenemos la obligación de seguir en la Iglesia el camino más estrecho de la salvación. El Evangelio lo afirma: «ancha es la senda que conduce a la perdición y estrecho el camino que conduce a la vida».

Fundación del primer Carmelo en el Perú. La benefactora presencia de Catalina María Doria en Lima (1605-1648) Denisse Rouillon

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Fundación del primer Carmelo en el Perú. La benefactora presencia de Catalina María Doria en Lima (1605-1648)

Denisse Rouillon

 

Catalina María Doria nació en Milán en la segunda mitad del siglo xvi, posiblemente en 1556. Huérfana de Diego Doria y Blanca Vera,[1]fue educada en una de las escuelas que estableció san Carlos Borromeo (1538-1584) en aquella ciudad. Tras finalizar sus estudios fue dama de honor de doña Brianda Portocarrero de Guzmán, esposa del gobernador interino (1580-1583) Sancho de Guevara y Padilla.[2] Contrajo matrimonio con Domingo Gómez de Silva y, posteriormente, lo acompañó al Perú.

Refiere la tradición carmelitana que la embarcación en la que viajaban los esposos estuvo a punto de naufragar, y que tal situación fue salvada tras haberse encomendado a la Virgen del Carmen. Debido a ello prometieron erigir una ermita, a una legua de distancia de donde la embarcación tocara puerto. Así, a una legua de El Callao, edificaron en 1605 la iglesia hoy conocida como Carmen de la Legua. Más allá de la tradición, las fuentes indican que la iglesia tuvo la advocación de Santa María del Carmen[3] y que, en la casa junto a la iglesia, Catalina María enseñaba a leer y escribir a algunas niñas de personas principales de la ciudad.[4]

Las informaciones acerca de esta labor llegarían hasta la metrópoli. En comunicación del 7 de junio de 1611, fray Alonso de Jesús María, general español de la orden de los descalzos de Nuestra Señora del Carmen, incorporó a los Gómez de Silva a la Hermandad universal del Carmelo motivándolos «a que crezca la devoción que los fieles tienen al hábito santo de la Virgen…».[5] Es probable que desde su incorporación a dicha hermandad los esposos juzgasen oportuno que las recogidas vistieran, a modo de uniforme, el hábito carmelitano.

Además, los Gómez de Silva no escatimaron en adquirir, en 1619, unos solares en la esquina de la acequia de Juan de Isla, en el pueblo del Cercado de Lima, para continuar la labor educativa de Doria.[6] En ese mismo año los esposos edificaron a sus expensas el recogimiento o colegio de Nuestra Señora del Carmen, que tomó por patrona a Teresa de Jesús, por lo cual las niñas y doncellas debían vestir el hábito carmelita.[7] La institución tuvo por finalidad acudir a niñas y doncellas huérfanas o pobres en la educación y enseñanza de buenas costumbres.[8]Catalina María «crió y adoctrinó doncellas»[9] hasta 1643, es decir, casi medio siglo si se considera el primer colegio en El Callao.

 

Confraternidad de Nuestra Señora del Carmende Lima

Con la finalidad de aliviar el gasto financiero de las internas fue fundada el 21 de septiembre de 1620 la Confraternidad de Nuestra Señora del Carmende Lima.[10] La cofradía inició sus actividades con seis doncellas. Hasta que obtuvieran las limosnas suficientes, de sus bienes propios los veinticuatro miembros cófrades alimentarían a cuatro niñas, mientras que los esposos Gómez de Silva se encargarían de dos.[11]Las constituciones de la confraternidad, aprobadas el 31 de agosto de 1627, exigían que las muchachas tuvieran por lo menos diez años de edad, fueran españolas habidas en legítimo matrimonio y huérfanas o pobres.[12]El 6 de mayo de 1629, fray Juan del Espíritu Santo incorporó oficialmente a la orden, en virtud de diferentes bulas apostólicas, la cofradía de Nuestra Señora del Carmen.[13] Además, aprobó que el capellán bendijera los hábitos y escapularios de las doncellas recogidas.[14]

Es importante mencionar que, a lo largo de los años, los generales carmelitas españoles incentivaron en los esposos Gómez de Silva la devoción carmelitana y a que estos trabajasen por difundirla en la capital del virreinato peruano.[15] En 1615, 1624, 1628 y 1629, se dirigieron afectuosamente a los esposos –reconocieron la pía afección que profesaban hacia la orden, el hábito y el escapulario del Carmelo– confirmaron la admisión a la Hermandad y autorizaron que la Virgen saliera en procesión decorada con las insignias carmelitas.[16]Los alentaron a colmar no solo «nuestra sed con las aguas caseras, sino que las constantes de la caudalosa fuente de Elias se deriven a los sedientos de fuera».[17]

 

La edificación de un santuario

Fue por este motivo, junto con la necesidad de una iglesia para las internas del recogimiento, que Catalina María Doria edificó un santuario de devoción popular de impacto social, pero de sello milanés. La iglesia contaba con siete altares: el mayor, donde estaba Nuestra Señora del Carmen; el de Teresa de Jesús, con la santa de bulto; el de Nuestra Señora de Loreto, con una Verónica; el de Santa Catalina Mártir; el de Santo Domingo; la Madre de Dios de la Concepción; y el de Nuestra Señora de la Candelaria.[18]El templo se desarrolló como un espacio común a europeos, criollos, indios, negros y mestizos. En él, los fieles asistieron a misas que eran, además, puntos de partida para la procesión de la Virgen del Carmen. Es difícil obviar el impacto que debieron suscitar los grandes lienzos (que reproducían la iconografía de san José, santa Teresa de Jesús, san Carlos Borromeo, fray Luis de Granada y santo Tomás de Aquino) en la sensibilidad de los asistentes.

El 3 de enero de 1622, el rector de la Universidad de San Marcos Feliciano de Vega y Padilla (1580-1640) recomendó la exhibición del Santísimo Sacramento por la multitud de personas que acudían a la iglesia de Nuestra Señora del Carmen.[19]El 21 de julio de 1630 fue oficiada la primera misa, «donde hubo mucho concurso de gente» (Suardo 1936: 88 - Vol. i). Para el 20 de octubre, Catalina María organizó la fiesta de santa Teresa de Jesús «con mucha solemnidad y concursso de gente de todos estados» (Suardo 1936: 107 - Vol. i).

Es pues evidente que, sobre todo a partir de 1630, la iglesia desarrollaría una ostensible influencia sobre los vecinos. Manifestación patente de ello es que el virrey, la virreina, los señores de la Real Audiencia y el cabildo eclesiástico solían asistir a las fiestas en honor de la Virgen en julio, así como las de santa Teresa en octubre (Suardo 1936: 100, 103 y 147 - Vol. ii). Con el tiempo, el templo se mostraría elegante. A principios de 1642 estaba decorado con la platería de los oficios litúrgicos, cuadros de pintura, tabernáculos, alfombras, chuses (mantas) y alhajas con que seguramente Catalina María y las recogidas arreglaban a la Virgen cuando salía en procesión.[20]

Habría que señalar, por último, que sobre los solares que los esposos Gómez de Silva establecieron el recogimiento de santa Teresa de Jesús, se fundó el primer monasterio carmelitano de la ciudad de Lima el 17 de diciembre de 1643.

 

Catalina María de la Santísima Trinidadtomó el hábito de novicia el 17 de diciembre de 1643, profesó como monja carmelita descalza el 29 de julio de 1646 y murió el 19 de febrero de 1648.[21]La castidad monjil fue corolario de su biografía como docente y mujer culta y, la encendida devoción que propagó a inicios del siglo xvii persiste hoy, cuatro siglos más tarde, en peruanos de distintos sectores sociales.

MÁS INFORMACIÓN: Tesis de licenciatura 2012: http://tesis.pucp.edu.pe/repositorio/bitstream/handle/123456789/5210/ROUILLON_ALMEIDA_DENISE_CARMEN_LIMA.pdf?sequence=1

 



[1]Archivo del Monasterio del Carmen (en adelante amc), Libro becerro 1, ff. 145r. y 265r.

[2] Vinatea Recoba, «Catalina María Doria y las escritoras del siglo xvii», en prensa.

[3]amc, Libro becerro 6, f. 330r.

[4]amc, Libro becerro 6, f. 330r.

[5]amc, Libro becerro 7, f. 358r.

[6]amc, Libro becerro 6, ff. 330r. y 536v.

[7]amc, Libro becerro 2, f. 327r. y amc, Libro becerro 1, ff. 91v. y 145v.

[8]amc, Libro becerro 6, ff. 327r.-327v. y amc, Libro becerro 7, ff. 384r.-385v.

[9]amc, Libro becerro 2, 327r.

[10]amc, Libro en que se apuntan los hermanos cofrades terceros de la Orden de la Bienaventurada siempre Virgen Santa María, f. 258r. y amc, Libro becerro 1, ff. 90r.-90v.

[11]amc, Libro becerro 1, f. 91v.

[12]amc, Libro becerro 1, f. 91r.

[13]amc, Libro becerro 2, f. 268v. y amc, Libro becerro 6, f. 335v.

[14]amc, Libro becerro 6, ff. 328r.-328v.

[15]amc, Libro becerro 6, f. 328r. y amc, Libro becerro 6, f. 335r.

[16]amc, Libro becerro 6, ff. 328r., 335r.-336r. y 337r.-338v. y amc, Libro becerro 7, ff. 324r. y 327r.

[17]amc, Libro becerro 7, f. 324r.

[18]amc, Libro becerro 7, f. 407v. y amc, Libro becerro 6 ff. 416v. o 417r., 420v. y 430r.

[19]amc, Libro becerro 6, f. 496r.

[20]amc, Libro becerro 1, ff. 150r.-152v. y 275v.-279v.

[21]amc, Libro becerro 6, f. 217v.; amc, Libro de profesiones, elecciones y defunciones (1643-1858), f. 2r.; y aal, Monasterio de Santa Teresa, legajo i, expediente 4, sin numeración.

SANTO TORIBIO Y LAS LENGUAS NATIVAS EN EL PERÚ

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Amigos: Les comparto los apuntes preparados y que tuve el gusto de exponer en una jornada inolvidable en la que -pregunten a los testigos- tuvimos que sortear una lucha titánica en el duelo planteado entre el mal de los virus y las tinieblas (por 8 veces nos quedamos a oscuras en el salón) y el bien de la luz. Gracias a los profesores y a las oraciones a la novena fue la vencida y seguimos adelante. 

Las fotos son una gentileza de la profesora Carmela López C. 


UNIVERSIDAD NACIONAL FEDERICO VILLARREAL

FACULTAD DE HUMANIDADES

PROGRAMA CONVERSATORIO

"12 de octubre: Día de los Pueblos Originarios y del

Diálogo Intercultural"

Martes 13 de octubre de 5:00 a 7:00 p.m.

 

Hora

Tema

Expositor

 

 

5: 00 a 5:10  p.m.

 

Palabras del Director de la Escuela de Lingüística y Literatura

 

Mg. Feliciano Asencios Espinoza

5:10 a 5: 40 p.m. 

Santo Toribio y las lenguas en el Perú.  

Dr. José Antonio Benito Rodríguez

(Director del CEPAC, Universidad Católica Sedes Sapientiae  y Secretario de la Academia Peruana de la Historia de la Iglesia)

5:50 a 6: 20 p.m.

El pueblo Nomatsiguenga y su lengua.

Lic. Napoleón Chimanga

(Dirigente nomatsiguenga, especialista de la Dirección de Educación Intercultural Bilingüe. Ministerio de Educación)

 

6:20 a 6:50  p.m.

La llegada de los españoles a América y  las lenguas indígenas.  

Dr. Fernando García Rivera

(Coordinador del equipo de leguas de la Dirección de Educación Intercultural Bilingüe del Ministerio de Educación)

6:50 a 7:20 p.m.

Preguntas del público

 

Docentes y estudiantes de la Especialidad de Lingüística

7.20 a 7.30 p.m.

Palabras de la Presidenta de la Comisión de Gobierno 

Dra. Martha Chávez Lazarte

 

Lugar: Salón de Grados "Antenor Orrego"

Organización:

Instituto de Investigación

Laboratorio de Fonética - Departamento Académico de Lingüística y Literatura

Escuela Profesional de Lingüística y Literatura



Dr. José Antonio:

    Tiene razón, la luz y el virus quisieron jugar en contra nuestra; pero, entre todos hacemos fuerzas para no darle gusto. Allí le reenvío algunas fotos; mañana haremos rescatar las que el virus quiere desaparecerlas.

Mil gracias y saludos,  

Carmela López C. 

SANTO TORIBIO Y LAS LENGUAS NATIVAS EN EL PERÚ. APUNTES

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Amigos: Les comparto los apuntes preparados y que tuve el gusto de exponer en una jornada inolvidable en la que -pregunten a los testigos- tuvimos que sortear una lucha titánica en el duelo planteado entre el mal de los virus y las tinieblas (por 8 veces nos quedamos a oscuras en el salón) y el bien de la luz. Gracias a los profesores y a las oraciones a la novena fue la vencida y seguimos adelante. 

Las fotos son una gentileza de la profesora Carmela López C. 


UNIVERSIDAD NACIONAL FEDERICO VILLARREAL

FACULTAD DE HUMANIDADES

PROGRAMA CONVERSATORIO

"12 de octubre: Día de los Pueblos Originarios y del

Diálogo Intercultural"

Martes 13 de octubre de 5:00 a 7:00 p.m.

 

Hora

Tema

Expositor

 

 

5: 00 a 5:10  p.m.

 

Palabras del Director de la Escuela de Lingüística y Literatura

 

Mg. Feliciano Asencios Espinoza

5:10 a 5: 40 p.m. 

Santo Toribio y las lenguas en el Perú.  

Dr. José Antonio Benito Rodríguez

(Director del CEPAC, Universidad Católica Sedes Sapientiae  y Secretario de la Academia Peruana de la Historia de la Iglesia)

5:50 a 6: 20 p.m.

El pueblo Nomatsiguenga y su lengua.

Lic. Napoleón Chimanga

(Dirigente nomatsiguenga, especialista de la Dirección de Educación Intercultural Bilingüe. Ministerio de Educación)

 

6:20 a 6:50  p.m.

La llegada de los españoles a América y  las lenguas indígenas.  

Dr. Fernando García Rivera

(Coordinador del equipo de leguas de la Dirección de Educación Intercultural Bilingüe del Ministerio de Educación)

6:50 a 7:20 p.m.

Preguntas del público

 

Docentes y estudiantes de la Especialidad de Lingüística

7.20 a 7.30 p.m.

Palabras de la Presidenta de la Comisión de Gobierno 

Dra. Martha Chávez Lazarte

 

Lugar: Salón de Grados "Antenor Orrego"

Organización:

Instituto de Investigación

Laboratorio de Fonética - Departamento Académico de Lingüística y Literatura

Escuela Profesional de Lingüística y Literatura



Dr. José Antonio:

    Tiene razón, la luz y el virus quisieron jugar en contra nuestra; pero, entre todos hacemos fuerzas para no darle gusto. Allí le reenvío algunas fotos; mañana haremos rescatar las que el virus quiere desaparecerlas.

Mil gracias y saludos,  

Carmela López C. 

SANTO TORIBIO Y LAS LENGUAS NATIVAS EN EL PERÚ

Apuntes de José Antonio Benito, 13 octubre 2015,

Universidad Nacional Federico Villarreal:

Vamos a ver la situación de las lenguas en el Perú en tiempos de Santo Toribio y lo que él hizo por ellas a través de la visita, del concilio, de su acción pastoral.

 

1.     LA LENGUA EN EL PERÚ. SIGLO XVI

Ana Gimeno Gómez –docente en la Universidad de Valladolid- en varios de sus estudios sobre la política lingüística castellana afirma que tanto la Iglesia como el Estado  convinieron en el trascurso de los años los procedimientos más pertinentes, dentro de la labor colonizadora, empleando técnicas de aculturación y asimilación, en un intento de conseguir la unificación lingüística, aunque fuera incompleta[1]. Calificados los indios como súbditos y vasallos, se iniciaba una relación muy distinta, que no podía limitarse a entenderse con ellos mediante intérpretes sino a incorporarlos también por una asimilación cultural. Más, en breve surgirá en la Corona la intención, que pronto será obligación, de la evangelización de aquellos nuevos vasallos.

La relación que se iniciará a partir de entonces entre la Iglesia y la Corona española marchará de acuerdo con el regio patronato de las Indias, que concedía amplias prerrogativas a la Corona en las tareas de evangelización y organización de la iglesia americana. El envío de misioneros y clérigos a lo largo de los siglos no cesará y su presencia y trabajo va a ser esencial, ya que fueron los que, a la par que evangelizaban y adoctrinaban, enseñaban la lengua, aculturizaban, en una tarea estrechamente unida. Ello se plasmará, tras el sermón de Montesinos en 1511, en que la Corona desplegará una política revisionista en relación al mundo americano. Y así, en las Leyes de Burgos el sistema de adoctrinar se acercara a la realidad americana y en contraste con lo contemplado anteriormente, en que la tarea de instruir al indio solo se confiaba a los religiosos, ahora se hará extensiva a los encomenderos, "a la persona que los tuviere encomendados".

La enseñanza la impartirían los religiosos colectivamente, para un mayor rendimiento en el aprendizaje de la lengua castellana, según la ley XVII, a aquellos naturales mejor dispuestos, con el fin de que ellos a su vez sirvieran de maestros entre los suyos. De ese modo se pensaba realizar la labor de  adoctrinamiento y de enseñanza, conjuntamente. La Corona va advirtiendo la importancia que tenía para la instrucción religiosa el que el indio conociera antes los fundamentos de la lengua castellana en la que se estaba evangelizando. A eso hacía referencia la ley IX, en la que se dice que los que tengan indios " sean obligados a hacer mostrar un muchacho el que más hábil de ellos le pareciere a leer y a escribir y a las cosas de nuestra fe para que aquel les muestre después a los otros indios porque mejor lo tomaran lo que aquel les dijere que lo que les dijeren otros vecinos... e porque el Rey mi señor e padre e yo hemos sido informados que algunas personas se sirven de algunos muchachos indios de pajes declaramos y mandamos que tales personas ... sean obligados a les mostrar leer y escribir...".

Todo español había de convertirse en maestro, y no solo, como al principio, por el sistema de predicadores. Fundidas iban, en una sola misión, las dos aspiraciones: la de proporcionar la fe y la de proporcionar el lenguaje, porque ambas no era tan fácil conseguirlas como se había pensado en la etapa colombina. Si bien el problema del lenguaje estaba en sus comienzos, vemos que se le empieza a conceder toda su importancia en el hecho de que, en la ley XVII se coloca por delante el enseñar a leer y escribir a la propia instrucción religiosa. Mas, a pesar de ello, poco se adelantaba, pues como decía Fernández de Oviedo "Es menester que Dios ponga en esto su mano, para que así los que enseñan como los enseñados, aprovechen más que hasta aquí".

Convencidos los religiosos de que lo primordial era el entendimiento y el contacto con el indio, se empeñarán desde un principio en el estudio de sus lenguas, en una ardua tarea llena de dificultades. Jerónimo de Mendieta nos explica muy bien para el caso d México el "trabajo que pasaron los padres por no saber la lengua de los indios, hasta que la aprendieron". Se mezclaban con los niños, escuchando sus conversaciones para habituarse a los sonidos y copiando las palabras que creían entender. De ese modo no solo se ejercitaban en el aprendizaje, sino que también conseguían su colaboración, en un quehacer que se agravaba por la multiplicidad de lenguas y dialectos6. Así lograron, como nos dice el mismo autor, que "al cabo de medio año que estos apostólicos varones habían llegado a esta tierra, fue servido el señor de darles lengua para poder hablar y entenderse razonablemente con los indios".

A la par, el problema idiomático se iba resolviendo también con intérpretes, y así lo asumía la política real, como vemos en las Ordenanzas de Granada de 1526, donde se regula que no falte intérprete en las expediciones que se organicen de descubrimiento y conquista, para que hicieran entender a los indios "por lenguas de intérpretes" tantas veces como fuere necesario, el mensaje de la Corona. Pero, transcurrido un tiempo, el sistema se evidenció que no estaba exento de grandes riesgos, ocasionados por los inconvenientes que entraña una mala traducción. Así, cuando Francisco de Toledo llegó al Perú, "la mayoría de doctrineros -dirá- ignoran las lenguas y enseñan mediante intérpretes, a quienes ni siquiera entienden", faltaba hasta seguridad en la fiel interpretación de la doctrina. O debido a que se detectaron conductas corruptas en el comportamiento de algunos, lo que decidió a la Corona a advertir que se castigaría con penas de destierro y pérdida de bienes a aquellas lenguas que recibieran, tanto para sí como para justicias u otras personas, "joyas, ropas, mujeres, mantenimientos, ni otra cosa alguna". Infinidad de casos podrían citarse, si bien merece la pena reproducir el que Garcilaso menciona en sus Comentarios Reales cuando el indio Felipillo, al traducir las palabras del padre Valverde en Cajamarca, en lugar de Dios, Trino y Uno, dijo: Dios tres y uno son cuatro... Mas el enfrentamiento serio con la realidad, -muy distinta de la que se creyó al principio- tendrá lugar cuando, creado el Consejo de Indias, empiece este organismo a recibir informes, peticiones, denuncias, memoriales, sobre lo que tendrá que decidir.

Transcurrían los años y el planteamiento del problema idiomático discurría en la línea de la utilización de intérpretes, del esfuerzo de los misioneros y, fundamentalmente de la enseñanza del castellano a los niños hijos de los naturales principales, en los colegios de los monasterios e incluso a las niñas "en casas de mujeres honradas para que les enseñen", que fue el modo que creyeron más eficaz en los primeros momentos, la enseñanza y adoctrinamiento de hijos de gentes principales para que luego sirvieran de elemento trasmisor. La experiencia resultaba muy satisfactoria, como recogía el mismo documento "reciben muy bien la doctrina cristiana y la crianza de su puericia".

Los inconvenientes por la falta de entendimiento se van superando, contando con el aprendizaje de las lenguas indígenas por parte de los misioneros, que se veían cada vez más obligados a un mayor esfuerzo, ante gran diversidad de hablas, pues las continuas conquistas aumentaban progresivamente las tierras de misión. En esa misma línea está el contenido de un breve de Gregorio XIII en el que se autorizaba la ordenación como sacerdotes de hijos ilegítimos, a condición de que fueran conocedores de las lenguas indígenas. Algunos sacerdotes llegaron a un gran conocimiento idiomático, como Juan de Oliva y Cristóbal de Medina que fueron "grandes predicadores y muy sabios en la lengua de los indios (quechua)", llegando algunos a sobresalir extraordinariamente como "el P. Barzana, que llegó a aprender siete lenguas, muchas de ellas dificultosas, como la de los indios frontones".

Y serán las mismas órdenes las que impulsaron el aprendizaje de las lenguas autóctonas. Los jesuitas –al igual que los franciscanos- en sus misiones usaban las lenguas indígenas y se ejercitaban en su aprendizaje. Así nos dice el padre Acosta que "en Juli están al presente once de la Compañía, once sacerdotes y tres hermanos. Los padres todos saben la lengua de los indios, si no es uno que la va aprendiendo agora, y algunos dellos saben las dos lenguas, quichua y aimará y algunos también la puquina, que es otra lengua dificultosa y muy usada en aquellas provincias. Tienen gran ejercicio de la lengua, y cada día se juntan una o dos horas a conferir, haciendo diversos ejercicios de componer, traducir, etc. Con esto tenemos ya experiencia que en cuatro o cinco meses aprenden la lengua de los indios los nuestros de suerte que pueden bien confesar y catequizar, y dentro de un año pueden predicar". Por ello el clero, tanto secular como regular, siguió aprendiendo y utilizando las lenguas indígenas. Acosta insiste en la postura de Blas Valera y considera, como aquel, que no debía obligarse a la población indígena a que olvidaran y abandonaran sus lenguas para adoptar otras desconocidas para ellos. En consecuencia escribía hacia 1576 que "hay quienes sostienen que hay que obligar a los indios con leyes severas a que aprendan nuestro idioma. Los cuales son liberales de lo ajeno y ruines de lo suyo.... porque si unos pocos españoles en tierra extraña no pueden olvidar su lengua y aprender la ajena... ¿en qué cerebro cabe que gentes innumerables olviden su lengua en su tierra y usen sólo la extraña, que no la oyen sino raras veces y muy a disgusto...?". Parecían esas palabras responder a la actitud de cierto clero, como fue el caso de fray Antonio de Zúñiga que, después de llevar viviendo 15 años en el Perú sin saber el quechua, escribía a Felipe II que debía mandar que se les pusiera a los indios un plazo "de uno a dos años para que dentro de este tiempo aprendan la lengua castellana y que, pasado este tiempo el que hablare otra lengua unos con otros y con los españoles, que los den a quien se lo muestre..., y como en esto haya cuidado y algún rigor ellos la aprenderán ... y los que la saben hablarla han, aunque por agora por caso de menos valor tienen el hablarla, y no son pocos los que la saben, y cuando están borrachos la hablan"

Pero el empleo sistemático de los idiomas nativos encerraba evidentes inconvenientes que, si bien en un principio no se advirtieron, en adelante se harían más patentes. Por eso ya a mediados del siglo XVI se insiste cada vez más en que se enseñe el castellano -cosa que ya venía haciéndose desde años antes- , no olvidándose a la par el uso de las lenguas vernáculas. Lo vemos reflejado en la cédula de 17 de julio de 1550 que dice "que convendrá introducir la castellana", y porque no son suficientes las cátedras, donde para este fin eran preparados los sacerdotes, con el conocimiento previo de los idiomas indígenas, "ordenamos que a los indios se les pongan maestros que enseñen a los que voluntariamente la quisieren aprender", por lo que se cree que este menester podría ser desempeñado por sacristanes. En esta cédula de 1550 se coloca por vez primera la enseñanza de la lengua antes que la de la religión y no porque aparezca entonces la preocupación idiomática, sino porque se advierten las muchas dificultades que reporta a la evangelización la falta de entendimiento; la Corona busca el mejor vehículo para lograr el adoctrinamiento y parece encontrarlo en el previo conocimiento del castellano. Ya desde 1544 la Corona instó al obispo de Lima, Jerónimo de Loaysa a reunirse con los obispos de Cuzco y Quito para organizar la evangelización del Perú, pero la convocatoria se fue demorando por las disensiones entre los prelados, reflejo de los conflictos del Perú y que llevó a la Iglesia peruana del siglo XVI a defender unos los derechos de patronato y a refutarlos otros. Hasta que el 18 de octubre de 1565 se consiguió promulgar en Perú los acuerdos del Concilio de Trento, siguiendo la Pragmática real de Felipe II y cuya aplicación tropezó con serias dificultades por el recorte de ciertas prerrogativas, especialmente entre las órdenes religiosas que en ciertas cuestiones se las hacia depender del clero secular. Tras superar el periodo establecido se iniciaron las sesiones del Segundo Concilio de Lima (1567-1568) que trató especialmente de la tarea misionera y que, finalmente, sentará las bases de una evangelización acorde con los intereses de la Corona. En las instrucciones dadas al virrey Toledo en 1568 se le recordaba que debía atender especialmente la catequización de los indios y se manda a los misioneros que les enseñen, tanto a niños como a adultos, las oraciones en castellano y en su lengua vernácula.

Desde mediados del S.XVI, 1551, con el arzobispo Jerónimo de Loaysa, se había fundado en la Catedral una cátedra de lengua indígena con la obligación -según la voluntad del arcediano cacereño Rodrigo Pérez- de que el titular predicase a los indios cada día: "E otrosí que si hubiere algún sacerdote, clérigo o fraile que sepa la lengua de los naturales y los sepa predicar y doctrinar en la iglesia mayor de esta ciudad se le dé de limosna y cada un año, los dichos 130 pesos que de suso están señalados para el sacerdote que hubiere de decir las misas de suso referidas y los 240 pesos que están señalados para el clérigo o clérigos del dicho hospital, con cargo que ha de decir las Misas e conversión que de suso está dicha que diga el Capellán y predicar a los naturales en su lengua los domingos y día de guardar en la dicha Iglesia e rueguen a Dios por la conversión de ellos y por el ánima del dicho difunto. E que el señalamiento del tal clérigo le haga Su Señoría Reverendísima el dicho Señor Arzobispo que es y que después fuese en la dicha Iglesia y se le encarga la conciencia que a los dicho se apersonará[2]. Santo Toribio restableció la fundación nombrando para ello al joven clérigo de Huánuco, Alonso de Huerta. De igual modo se dotó en 1580 a la Universidad de san Marcos de Lima con una cátedra de lengua indígena, regentándola el canónigo criollo Dr. Balboa, y posteriormente el propio Alonso de Huerta. Esta medida, por Real Cédula de Felipe II, se amplió a todas las ciudades del virreinato con Audiencia (Santa Fe de Bogotá, Quito, Cuzco, Santiago de Chile y Chuquisaca, la actual Sucre); además de crear cátedras de lengua indígena se prescribía que a partir de entonces "no debía ser ordenado para el sacerdocio ni debía recibir licencia para ejercerlo ninguna persona que no supiera la lengua de los indios".

2.     TERCER CONCILIO LIMENSE

            Aunque se había recibido oficialmente la legislación de Trento en el Segundo Concilio Limense, 1556, su aplicación distaba mucho de ser realidad. Fray Jerónimo de Loaysa lanzó la primera convocatoria del tercer concilio entre marzo y abril de 1572 para celebrarse en junio de 1573. Sucesivas dificultades fueron demorando su realización y en 1575 sobrevino su muerte. La vacante de seis años en la sede limeña dificultaba su convocatoria y el obispo más anciano de la archidiócesis, fray Pedro de la Peña, desde Quito, no se encontraba con fuerzas para acometerlo.              Así las cosas, arriban a Lima en mayo de 1581 el nuevo arzobispo y el nuevo virrey. Se ponen de acuerdo el metropolitano y el vicepatrono y con fecha 15 de agosto de 1581 se convoca a concilio para el año siguiente. Los miembros del Cabildo Catedralicio de Lima anotarán en las actas capitulares el 9 abril 1581: "había mucha necesidad de que se convocase y se hiciese concilio provincial como lo manda el Santo Concilio de Trento"( Libro 2º f.107v)

            En aquel momento, eran nueve las diócesis sufragáneas de Lima, a la que se agregará Tucumán. Al concilio asisten 8 obispos junto al metropolitano y en nombre del rey, Martín Enríquez de Almansa, virrey y vicepatrono. Los prelados son fray Antonio de San Miguel OFM (La Imperial de Chile), don Sebastián de Lartaún (Cuzco), fray Diego de Medellín OFM (Santiago de Chile), fray Francisco de Vitoria OP (Tucumán), don Alonso Granero de Ávalos (La Plata), fray Alonso Guerra OP (Asunción o Río de la Plata), recientemente consagrado en Lima, y fray Pedro de la Peña (Quito), que se incorporó en octubre. El de Popayán, fray Agustín de la Coruña, estaba detenido en Quito. La diócesis de Panamá estaba vacante, al igual que la de Nicaragua, pero ésta envió a su representante fray Pedro Ortiz OFM. Asistieron asimismo 9 procuradores de los cabildos eclesiásticos, entre ellos el Dr. Juan de Balboa por el de Los Reyes. Entre los 8 provinciales y superiores regulares figuraban fray Jerónimo de Villacarrillo, OFM, y fray Nicolás de Ovalle (Mercedario). Entre los 5 teólogos seleccionados cabe mencionar al agustino fray Luis López y el jesuita P. José de Acosta. Igualmente entraron tres letrados juristas, uno de los cuales fue fray Pedro Gutiérrez Flores y 5 oficiales como el Dr. Antonio de Valcázar, provisor y vicario general de Los Reyes, secretario del concilio, junto con el arcediano de Paraguay Martín Barco de Centenar; como fiscal estuvo el Dr. Juan de la Roca.

            Tal como estaba previsto, se inauguró el 15 de agosto de 1582, fiesta de la Asunción de la Virgen, con una solemne procesión desde el convento de Santo Domingo hasta la catedral. Preside el metropolitano, acompañado de 4 obispos, más el virrey, audiencia, cabildos...El sermón corrió a cargo del obispo de La Imperial, fray Antonio de San Miguel. Se leyeron las leyes eclesiásticas, se formuló la profesión de fe y santo Toribio anunció que las sesiones privadas se celebrarían en la sala capitular, dejando las públicas para el templo catedralicio. Comenzaron con las lecturas de los anteriores concilios y los memoriales de las iglesias, analizando los asuntos que la secretaría general iba presentando. Bien pronto comenzaron los problemas. En marzo de 1583 morían el obispo de Quito y el virrey, debiendo asumir las funciones de este último el oidor más antiguo, Licenciado Cristóbal Ramírez de Cartagena. Se incorporaron, sin embargo, en el mismo mes, el obispo de La Plata Alonso Granero de Ávalos y el de Tucumán, el dominico fray Francisco de Vitoria. La tormenta se desató por la acumulación de memoriales -hasta 23 acusaciones por parte del Cabildo secular- contra el obispo del Cuzco, Mons. Sebastián de Lartaún y la respuesta intempestiva del mismo. Se le llegaba a acusar hasta de ser responsable de la muerte del canónigo Juan de Vega y de haberse apropiado de más de 30.000 pesos de la fábrica de la catedral. La gravedad de las denuncias movió al arzobispo Mogrovejo a aceptarlas y examinarlas con el fin de que Lartaún se exculpase. El obispo de Cuzco negó competencia al concilio para tratar ese asunto. El santo optó por ordenar una investigación comisionando a varios de los asistentes que, después de controversias y declinaciones, recayó en el fiel provisor y vicario general Valcázar. Todos los obispos, salvo el de La Imperial, apoyaron al santo. Muerto el virrey Almansa, firme apoyo del arzobispo, éste pensó en disolver el concilio. El obispo de Cuzco, no sólo negaba la incompetencia del mismo, sino que llegó sostener que el proceso no podía llevarse a cabo fuera del concilio. El santo propuso entonces remitir el proceso a Roma. Al efecto, en vísperas de Semana Santa, suspendió en concilio hasta la Pascua de Resurrección indicando a los padres conciliares que se retirasen. Sin embargo, 5 obispos no sólo se negaron sino que arrebataron las llaves del archivo y se apoderaron de los papeles del proceso, que retuvo fray Francisco de Vitoria, llegándolos a quemar en el horno de un pastelero del centro de Lima. Ante su negativa de devolver los documentos, el metropolitano suspendió las congregaciones y excomulgó públicamente a Mons. Vitoria. Éste pretendió continuar el concilio en el caso de que no lo reabriese santo Toribio. El metropolitano accedió con tal de que se devolviera el libro de acuerdos a los secretarios. Como cuatro de los cinco obispos sufragáneos llevaban adelante su proyecto de conciliábulo Mogrovejo los excomulgó. Ahora entendemos por qué el P. Acosta llegó a decir que el concilio parecía "una Consulta de Estado hecha a marineros aburridos". Sin embargo, santo Toribio no se dio por vencido, mientras tanto el P. Acosta y colaboradores habían redactado el catecismo, confesionario y parte del sermonario, el canónigo Juan de Balboa dirigía el equipo de traductores al quechua, mientras que el P. Blas Valera hacía otro tanto con el aymara.

             Identidad del Perú. El 19 de abril de 1583 santo Toribio, a costa de su propia humillación, reabría el concilio venciendo la animadversión reinante y haciendo caso omiso de la intemperancia del prelado de Cuzco, Lartaún, el cual se permitió afirmar ante el legado real que "el arzobispo no era cabeza ni presidente del concilio, sino el Espíritu Santo".  Con motivo de tales incidentes exclamará: "No temo ni tiemblo a cosa alguna. Lo que más me ase vivir con inquietud no es lo que padezco, sino el temor de que mis ovejas, escandalizadas de estas varias revoluciones, caigan en culpas y ofensas de Dios...La consideración de que los trabajos que he padecido vienen derechamente de mano de Dios, jamás me ha puesto triste; antes, con ese convencimiento, he vivido alegre, en medio de ellos, las busco con contento". Y así, pese a las tensiones, logró convencer a los padres conciliares para que se prescindiese de la causa judicial del de Cuzco y en cambio se ofreciese al pueblo cristiano los anhelados decretos de reforma.

            Gracias a su tesón y ecuanimidad, su celo y santidad, salió adelante el Concilio, instrumento privilegiado de la reforma tridentina en América en un ambiente de absoluta concordia y unanimidad entre los asistentes. Culminó el 13 de octubre de 1583. Sus normas regirán la "nueva cristiandad de las Indias" -como gustaba repetir- hasta el Concilio Latinoamericano de 1899. Será el estatuto de la Iglesia americana (cuatro arzobispados y 17 obispados) para tres siglos. Como atinadamente escribe el P. Enrique Fernández el concilio "contribuyó fuertemente a la configuración de un solo Perú, pues en sus ordenaciones desaparece la dicotomía de temas y constituciones entre indios y españoles...Ahora (la Iglesia) mira a un solo Perú en el que hay sí, españoles y criollos, una presencia creciente de mestizos y una permanencia del mundo indígena que es el sustrato fundamental de la nueva Patria".  Frutos suyos serán la fundación de Seminarios (calcados del Colegio Mayor de Oviedo de Salamanca, la organización de las visitas canónicas para comprobar que todo se aplicaba, la publicación de un "Catecismo" en los tres idiomas (castellano, quechua y aymará), el "Sermonario" (guía de párrocos y predicadores), "Confesonario" (manual de instrucciones para los penitentes).

            En la Primera Acción: inauguración, intermedio borrascoso, oposición cerrada, receso y apertura; Segunda Acción: concilios pasados, catequesis, , sacramentos (matrimonio, confesión, eucaristía, varia del culto, extremaunción, orden sagrado, matrimonio de nuevo, gratuidad, doctrinas); Tercera Acción: obispos. selección, clérigos, reforma, pueblo fiel; Cuarta Acción: visitas y visitadores, trato con los indios, culto y liturgia, doctrinas, régimen diocesano; Quinta Acción: miscelánea, un solo Perú. En tercer lugar se centra en los "complementos pastorales", impresos en 1584 y 1585 por Antonio Ricardo, quien inaugura la imprenta en Perú con los tres catecismos trilingües -castellano, quechua y aimara- (Doctrina cristiana, Catecismo breve, Catecismo Mayor para los que son más capaces), el Confesonario para los curas de indios y el Sermonario -Tercer Catecismo- "para que los curas y otros ministros prediquen y enseñen a los Indios y demás personas". Como complemento de tan largo trabajo, deben  citarse las apelaciones y aprobación de los decretos.

            Tres catecismos, una doctrina Se busca unificar la doctrina, la cartilla y el idioma. Al efecto se comisiona a un grupo de teólogos y lingüistas que acometan tan magna labor. Era necesario un catecismo único en las dos lenguas vernáculas más difundidas, la quechua o lengua general del Inca y la aymara. Esta obra sustituiría a la cartilla que tenía como cometido enseñar los rudimentos de la fe y el castellano. Se encomienda toda la labor al P.José de Acosta y su traducción al P. Barzana ayudado por el P. Blas Valera, experto en quechua y el P. Bartolomé de Santiago, experto en aymara. Se titula Doctrina cristiana y catecismo para instrucción de indios, resultando ser el primer libro impreso en Perú y por el que se instruirán españoles, mestizos, indios y negros de América. La obra contiene tres catecismos trilingües. El primero, Doctrina cristiana tan sólo contiene 22 páginas y comprende la señal de la cruz, oraciones (Padre Nuestro, Ave María, Credo, Salve), artículos de la fe, el Decálogo, los mandamientos de la Iglesia, sacramentos, obras de misericordia, virtudes teologales y cardinales, pecados capitales, enemigos del alma, novísimos y la confesión general. Sigue una Suma de la fe católica en dos páginas y sólo en castellano. El Catecismo breve, con preguntas y respuestas, presenta de forma escalonada el tema de Dios en sí mismo y en su obra, poniendo el acento en el monoteísmo y en la culminación de la obra creadora que es el alma humana inmortal. Continúa con el tema de Jesucristo Redentor y los novísimos, para terminar con el tema de la Iglesia, quien se confía la palabra de Dios y los medios de salvación que Cristo le confió. Se incluye también una Plática breve que contiene la suma de conocimientos cristianos junto a un abecedario trilingüe.       El tercero o Catecismo mayor es "para los que son más capaces". Sigue de cerca el modelo del Catecismo del Concilio  de Trento, aunque es original en la forma de adaptarse a la realidad indiana. Las 98 páginas se articulan en 5 partes con 117 preguntas: introducción a la doctrina cristiana, el símbolo, los sacramentos, los mandamientos de la Ley de Dios y de la Iglesia, obras de misericordia, Padre Nuestro. Le siguen anotaciones sobre las traducciones al quechua y al aymara.

            En 1585 se imprime Confesionario para los curas de indios trilingüe, en 32 páginas. Contiene elementos que el preparar a la confesión: exhortación, examen por los mandamientos, preguntas para curacas o caciques; fiscales, alguaciles y alcaldes de indios, hechiceros; exhortación una vez oída la confesión, reprensión por pecados de idolatría, superstición, embriaguez, amancebamientos y latrocinios. Va dirigido, no solamente a los confesores, sino también a los predicadores y doctrineros. Sigue el orden de los mandamientos, precedido de algunas observaciones como introducción y de una parte final referente a los diferentes estados de las personas. El texto se ve acompañado de otras piezas que ayudan a instruir a los indios sobre la cosmosivión andina, detallando sus creencias y sus prácticas religiosas o pararreligiosas, de acuerdo con los informes de Polo de Ondegardo titulados "Los errores y supersticiones de losndios sacados del tatado y averiguación que hizo el licenciado Polo·. . Le siguen dos exhortaciones trilingües para indios adultos y otra tercera "para los que no están tan al cabo", además de las letanías de los santos. A continuación se ofrecía un elenco, en castellano, de privilegios y facultades pontificias para las Indias. Terminaba, en los tres idiomas, con los impedimentos matrimoniales, junto con una declaración de los motivos de invalidez.

            El tercer y último volumen se titulaba Tercer Catecismo y Exposición de la Doctrina Cristiana por sermones, para que los curas y otros ministros prediquen y enseñen a los indios... y a las demás personas. Es el texto más extenso con 446 páginas que contienen 31 sermones en los tres idiomas. Se desarrollan como materias catequéticos los presupuestos de la fe y los misterios de la misma, y los sacramentos, los mandamientos de la Ley de Dios...Todo ello enriquecido con textos bíblicos, de los Santos Padres y del magisterio eclesiástico. De gran interés son las 11 páginas del proemio en las que se trata del modo de enseñar y predicar a los indios; el primer principio enfatiza: "Se ha de acomodar en todo a la capacidad de los oyentes el que quisiere hacer fruto con sus sermones o razonamientos"; el tercero habla del modo "llano, sencillo, claro y breve" y del estilo "fácil y humilde, no levantado, las cláusulas no muy largas, ni de rodeo, el lenguaje no exquisito, ni términos afectados, y más a modo de quien platica entre compañeros, que no de quien declara en teatros".

            Conviene subrayar como mérito excepcional de estos catecismos la traducción al quechua y aymara de conceptos sutiles y difíciles, gran parte de los cuales se tradujeron también a otras lenguas vernáculas de dentro de Perú, como la collana, cañeri, purgay, quillasinga y puquina, y fuera: en la lengua general del Reino de Chile, la araucana, en el guaraní, la mosca de Bogotá.

            Luciano Pereña destaca cinco claves para interpretar su trascendencia:

1. Fueron el medio para educar y afianzar en la fe al pueblo.

2. A través de una síntesis y purificación, el Concilio asumió la misión de los primeros evangelizadores, llevando hasta lo último su compromiso evangélico con el indio.

3. Sus textos son auténticas fuentes y raíces del mestizaje étnico cultural, propio de la fisonomía continental iberoamericana.

4. Facilita datos etnográficos (creencias religiosas, ritos y ceremonias en sus relaciones con las costumbres civiles y sistemas de gobierno inca) registrados por los misioneros con el fin de transformar su identidad originaria.

5. Diferenció claramente la parte dogmática y esencial en la formación y maduración de la fe, de la parte disciplinar y circunstancial en la implantación progresiva de la Iglesia en evolución.

 

Conviene señalar la importancia del TERCER CATECISMO y exposición de la Doctrina cristiana por sermones para que los curas y otros ministros prediquen y enseñen a los indios y a las demás personas conforme a lo que se proveyó en el Santo Concilio Provincial de Lima el año de 1583. Proemio de los sermones. Del modo que se ha de tener en enseñar y predicar a los indios:

 

1. Hase pues de acomodar en todo a la capacidad de los oyentes el que quisiere hacer fruto con sus sermones o razonamientos. Y, siendo, como son los indios, gente nueva y tierna en la doctrina del Evangelio y lo común de ellos no de altos y levantados entendimientos ni enseñados en letras, es necesario lo primero: que la doctrina que se les enseña sea la esencial de nuestra fe y la que es de necesidad saberla todos los cristianos.

2. No se debe enfadar el que enseña a indios de repetirles con diversas ocasiones los principales puntos de la doctrina cristiana, para que los fijen en su memoria y les sean familiares...especialmente en los que ellos padecen más ignorancia, como es la unidad de un solo Dios y que no se ha de adorar más de un Dios; que Jesucristo es Dios y hombre y es único Salvador de los hombres; que por el pecado se pierde el cielo y se condena para siempre el hombre; que para salir de pecado se ha de bautizar o confesar enteramente; que Dios es Padre e Hijo y Espíritu Santo; que hay otra vida y pena eterna para los males y gloria eterna para los buenos.

3. Modo: llano, sencillo, claro y breve. "Finalmente, el que enseña ha de tener presente el entendimiento del indio a quien habla y a su medida ha de cortar las razones, mirando que la garganta angosta se ahoga con bocados grandes".

4. "No sólo se perciba sino que también se persuada" "Mas es de advertir que con los indios no sirven razones muy sutiles ni los persuaden argumentos muy fundados. Lo que más los persuade son razones llanas y de su talle, y algunos símiles de cosas entre ellos usadas... Últimamente, por experiencia consta, que estos indios, como los demás hombres comúnmente más se persuaden y mueven por afectos que por razones, y así importa en los Sermones usar de cosas que provoquen y despierten el afecto como apóstrofes, exclamaciones y otras figuras que enseña el arte oratoria y mucho mejor la gracia del Espíritu Santo cuando arde el sentimiento del Predicador Evangélico...porque sin duda, aunque sus (de san Pablo) cartas tenían mucha eficacia, era sin comparación mayor la de su pronunciación y semblante con que daba un espíritu del cielo a todo cuanto decía: y por esto aconseja tanto san Agustín, que el Predicador que desea imprimir la palabra de Dios en otros por Sermones, la imprima primero en sí por oración. Y aunque esto es general a todos; pero muy especialmente se experimenta que los indios, como gente de suyo blanda, en sintiendo en el que les habla algún género de afecto, oyen y gustan y se mueven extrañamente: porque ellos entre sí mismos en su lenguaje tienen tanto afecto en el decir, que parece a quien no los conoce pura afectación y melindre"

Y en esta misma línea se insiste en el Tercer Concilio limense (1582-1583) a favor del empleo de las lenguas vernáculas en la tarea adoctrinadora. En su segunda sesión se ordenaba la redacción y edición de un catecismo especial, en la línea del Concilio de Trento, para la instrucción de la feligresía de toda aquella provincia y en el capítulo 6º que los indios fueran adoctrinados en su lengua "cada uno ha de ser instruido de manera que entienda; el español en español, el indio en su lengua... Por tanto, no se obligue a ningún indio a aprender las oraciones o el catecismo en latín... y si alguno quisiere, podrá agregar también el español que ya dominan muchos de ellos.". Y unos capítulos más adelante, en el 16º, al tratar sobre el sacramento de la confesión, se reconoce que muchos sacerdotes, por ignorar las lenguas indígenas, "pasan por alto muchos pecados que les son totalmente ignorados... por ello si no comprenden bien, remitan a los penitentes a los que son más entendidos o aprendan lo que no saben, pues no es buen juez quien juzga lo que no sabe". El Concilio se está poniendo a favor de la postura que sostiene que deben conservarse las lenguas de los indios, sin que deje de difundirse el castellano.42 Y el capítulo 17º se refiere a que cada obispo designará a las personas que deben examinar "a los futuros párrocos de indios en sus conocimientos y en su pericia de la lengua indígena"43. Y en el capítulo 3º de la quinta sesión, referido a la confesión, se acordó que debía ser redactado un confesonario para uso de los indios y traducirlo al quechua y aimara, según la comisión del sínodo. De esa tarea fue encargado Mogrovejo; se publicó, junto al catecismo, en 1585. Por último, recoger de este concilio el capítulo 31º, de la sesión segunda, que se refiere a las órdenes sagradas, en especial al presbiterado y en el que se acordaba que, ante la falta de sacerdotes, se mirase, entre otras cualidades, el conocimiento de las lenguas indígenas y que no fuesen rechazados candidatos por falta de recursos, considerando que no se violaban los decretos tridentinos, 39 Que instaba a que se explicara el valor de los sacramentos y el desarrollo de la misa en las lenguas vernáculas y de acuerdo con la capacidad del pueblo que las recibe. Los jesuitas ya se habían ocupado en 1576 de editar dos catecismos, uno mayor y otro más breve, para ser aprendido de memoria. El padre Acosta fue el redactor de la versión castellana del catecismo, probablemente junto a otros jesuitas.  En cambio el III Concilio mexicano dispuso la enseñanza del castellano en las escuelas de indios cuando de lo que se trataba era de la salvación de las almas. Se intentaba imponer la lengua castellana por parte de la Corona, pero con el tiempo tendrá que ceder. Estamos en la etapa polémica de la cuestión.

Tenemos a Juan de Matienzo en defensa de la enseñanza del castellano "Estos caciques y principales después de reducidos a pueblos... los habían de enseñar a leer y escribir a ellos y a sus hijos en la lengua española". Y Acosta que insiste en la necesidad de educar y evangelizar en las lenguas aborígenes. Y en el Sínodo de Quito de 1570 se ordenaba que los indios aprendieran en castellano ciertas oraciones y las recitasen en coro, pero, insistiendo también en la obligación de los misioneros de aprender las lenguas de los indios. Podría decirse que fue la aspiración evangelizadora la que otorgó atención fundamental al problema del idioma, no el deseo de imponer el castellano, como se aprecia en las reales cédulas de 1550, en las que se advierte que para hacer más fácil el conocimiento de la doctrina cristiana era imprescindible conocer el castellano. Así en la dirigida al virrey de la Nueva España, se decía que uno de los medios para conseguir la conversión y salvación de los indios era que "...a esa gentes se les enseñase nuestra lengua castellana, porque sabida ésta, con más facilidad podrían ser doctrinados." Y lo que diferencia radicalmente esta cédula de las Leyes de Burgos es que no se ve ya la lengua castellana como vehículo exclusivo de adoctrinamiento, sino también como cauce a través del cual puede penetrar la asimilación cultural, pues en esa misma cédula se dice que ello sería útil para "conseguir todo lo demás que les conviene a los indios para su manera de vivir", que quiere decir, según se nos aclara más adelante, que "tomen nuestra policía y buenas costumbres"

En esta etapa se ha llevado una línea bastante clara y, aparte de un cierto recelo, se intenta hacer compatible el castellano con las lenguas indígenas, hasta el extremo de que en una cédula dada en San Lorenzo de 4 de junio de 1586, dirigida al virrey del Perú, se le pone en conocimiento del parecer del maestro Domingo de Almeida, en nombre del obispo de Charcas, que decía que el principal interés que debía ponerse en la enseñanza del castellano se basaba en "la dificultad que hay en ser los indios enseñados e instruidos en las cosas de nuestra Santa Fe Católica en sus lenguas por no ser comunes, llanas e inteligibles aún para los mismos indios que los de unas provincias no entienden a los otros y ser las lenguas pobres de vocablos, nombres y verbos para significar muchas cosas importantes".

Las lenguas generales. Sin embargo, al padre Acosta, si bien opinaba que no se debía obligar a los indios a aprender el castellano, no le parecía desacertado el que se impusiera una sola lengua. "Otros hablan más en razón y dicen que ya que no se obligue a los bárbaros a aprender y usar una lengua extraña, al menos no se les permita que ignoren la que se llama lengua general, lo cual no les parece tan difícil...". Y nos habla también de la importancia de la lengua única para facilitar la predicación entre los indios y de la gran extensión que alcanzó la del Cuzco. Así nos dice que a pesar de la "gran diversidad de lenguas particulares y propias ... la lengua cortesana del Cuzco corrió y corre hoy día más de mil leguas, y la de Méjico debe correr poco menos. Lo cual para facilitar la predicación en tiempo que los predicadores no reciben el don de lenguas como antiguamente, no ha importado poco, sino muy mucho". Fueron varios los que se pronunciaron a favor del uso de una lengua indígena única. En el virreinato del Perú el conde de Villardompardo juzgó conveniente que aprendieran una, la inca, no pudiendo hacerse cargo de una parroquia rural quien no la supiese. La lengua inca logró imponerse en una extensa área gracias al trato de unos indios con otros, dándose el caso que los varones "porque salen a la mina y a otros servicios" la conocían y entendían mejor que las mujeres que quedaban en casa y cuya relación con el exterior era más reducida. También en el Sínodo de Tucumán celebrado en 1597 bajo el obispado de fray Hernando de Trejo y Sanabria se decía que "la doctrina y catecismo que se ha de enseñar a los indios sea en la general que se usa en el Perú, en la lengua del Cuzco, porque ya la gran parte de los indios lo reza y casi todos van siendo ladinos en la dicha lengua; y por haber muchas lenguas en esta provincia y muy dificultosas fuera confusión hacer traducción en cada una de ellas". Nos habla también el padre Acosta de la importancia que tenía la lengua única para facilitar la predicación entre los indígenas y de la gran extensión que alcanzó la de Cuzco. Así nos dice que, a pesar de la "gran diversidad de lenguas particulares y propias... la lengua cortesana del Cuzco corrió y corre hoy día más de mil leguas, y la de Méjico debe correr poco menos. Lo cual para facilitar la predicación en tiempo que los predicadores no reciben el don de lenguas como antiguamente, no ha importado poco, sino muy mucho". Se entendía que la lengua general de los indios era el mejor procedimiento para la explicación de la doctrina y por ello se acordó que en las Universidades de Lima y México y en las ciudades donde hubiera audiencia se crearan cátedras de lengua general por oposición, dotándolas con un salario de 400 ducados en penas de cámara y donde no las hubiera a cuenta de la caja real. Las lenguas generales se fueron afirmando, si bien es difícil precisar el grado aproximado de su uso. En pleno reinado de Felipe II, sus Ordenanzas prescriben  el funcionamiento de la cátedra en Lima y en todas aquellas poblaciones en las que hubiera audiencia; el lugar y la persona que la debía desempeñar, la "más inteligente de la lengua general de los dichos indios", se decía, así como su salario. En segundo lugar se acordaba encargar a los obispos y superiores de las órdenes religiosas que no ordenaran sacerdote ni se diera licencia a nadie que no supiera la lengua general, lo que se acreditaría con certificación del catedrático de que la había estudiado "por lo menos un curso entero, que se entiende desde el día de San Marcos 25 de abril hasta la cuaresma siguiente" y que para conseguir cualquier beneficio serían preferidos aquellos que supieran mejor la lengua, así como que todo sacerdote o ministro de doctrina que llegara a Indias debía mostrar las certificaciones pertinentes de haber cursado los estudios de lengua indígena para poder ocupar doctrina o beneficio. Y, finalmente que los ya establecidos tenían un año para conseguir la credencial, bajo la pena de perder el beneficio sino se demostraba el suficiente dominio de la lengua.

3. SANTO TORIBIO HABLABA EL QUECHUA. El propio santo Toribio, a poco de llegar, usaría el quechua por lo que se desprende de su carta al Papa Clemente VIII, tras su visita de 1598: "Después que vine de España a este Arzobispado de los Reyes, por el año de ochenta y uno, he visitado por mi persona...muchas y diversas veces el distrito...y predicando los domingos y fiestas a los indios y españoles, a cada uno en su lengua". Siempre que permanecía en Lima, predicaba en quechua cada domingo a los indios del barrio de San Lázaro y de la parroquia de Santiago del Cercado. Lo mismo hacía, fuera de Lima, cada domingo y festivo. El testigo y secretario personal, Bernardino de Almansa, declara en el proceso de beatificación que en las confirmaciones explicaba a los indios "en su misma lengua materna lo que contenía el sacramento...predicándoles, asimismo, en la dicha lengua con celo ferviente de caridad y amor".  Así lo ponen de manifiesto varios testigos en el proceso de beatificación; veamos algún ejemplo:

Domingo de Almeyda, Deán de la Catedral, conoció al arzobispo en Sevilla, a fines de agosto de 1580: "y del celo y deseo de la conversión de los naturales que tuvo, pues aprendió la lengua general de los indios, pa(ra) enseñarles y predicarles y así se ponía a la puerta de la iglesia todos los domingos y fiestas" (I,8).

Alonso Niño de las Cuentas. Le conoció en Lima y en Guayto, Cajatambo: "por haber visto este testigo al dicho siervo de Dios predicando de ordinario en la puerta de esta santa iglesia a indios en su lengua y en la capilla de Nuestra Señora de Copacabana". (II, 60v) y habiendo llegado a el lugar y confesado al dicho enfermo en su lengua general porque la sabía y dejándole el dicho siervo de Dios muy consolado se volvió al lugar de adonde había salido y reprendió gravemente al dicho cura"

Pedro Messías Quintero, de Lima, 79 años, viudo, minero pobre y sin caudal, da testimonio en Guarmes que le conoció en Lima y fue confirmado en Huánuco a los 8 años, también le conoció en Moyobamba, Abancay, Trujillo, Lunaquena. Nos proporciona información acerca del celo del Santo por hacer realidad su deseo de que los clérigos aprendiesen la lengua: "Cuidó con grandes veras de reformar las costumbres de sus feligreses y de enseñar a los eclesiásticos curas, para lo cual vio este testigo que el dicho siervo de Dios llevaba cuando iba visitando muchos vocabularios de la lengua de los indios y las daba a los curas para que mejor la aprendiesen y, en especial, se acuerda de haber visto dar uno al Hermano Hugo, cura de Lamellín en el corregimiento de Conchucos, y otro al Licenciado Francisco Ramírez, cura de san Luis de Huari, en el mismo corregimiento"IV, 18,19)

En el "Diario de la visita", nos da cumplida cuenta acerca de si el párroco sabe la lengua indígena o no. En la "relación de doctrinas y clérigos" de 1604 nos informa que de 120 clérigos doctrineros, 100 saben la lengua.

Ya hemos visto que tanto en los concilios como en los sínodos, se ordena continuamente la enseñanza en "la lengua del Cuzco, y en la Aymara"...pues les basta y aún les es muy mejor saberlo y decirlo en su lengua" (C3L, II, 6). Santo Toribio, siempre pragmático y detallista, impone como multa el tercio del salario al sacerdote que al cabo de un año no haya aprendido la lengua indígena (Sínodo de 1592) y ordena que los curas de indios aprendan la lengua de los indios en la Universidad o en la Catedral de Lima (c.12).  De acuerdo con las leyes civiles niega la provisión de doctrinas a los clérigos y religiosos que ignoren la lengua indígena, aplicándoles las duras sanciones, ya prescritas con Loaysa en el Segundo Concilio Limense de 1567, entre las que figuraba la retención de un tercio del salario durante el primer año de ignorancia, e incluso la sustitución de los sacerdotes que ignoraban las lenguas por los que las supiesen; sin embargo, de ninguna manera quedarían vacantes las doctrinas cuyos sacerdotes no conocían esas lenguas, siempre que el sacerdote allí destinado fuese ejemplar y de "vida buena". Su sucesor, Lobo Guerrero, en el Sínodo de 1613 seguirá insistiendo en que enseñen a los indios en su lengua (lib.1º, tit.I, cap.II).

Un problema capital que deben resolver para la escolarización es la lengua común. Al tiempo que se imponía la lengua materna como factor de evangelización, se prescribe como instrumento de civilización y unidad el aprendizaje del castellano: " Tengan por muy encomendadas las Escuelas de los muchachos los curas de indios. Y en ellas se enseñen a leer y escribir y lo demás. Y, principalmente, que se avecen a entender y hablar nuestra lengua española" (C3L, III, 2a., c.43). De todos modos, las medidas no fueron rígidas, puesto que este mismo Concilio dejó libertad para que aprendiesen también y simultáneamente la doctrina en idioma español o "romance" aquellos indios que ya lo entendiesen bien.  Alonso Niño de las Cuentas. 23 de abril de 1659[3].

Resalto la ponencia de uno de los máximos expertos mundiales Dr. Pillen F.H. Adelaar , Leiden University Centre for Linguistics  w.f.h.adelaar@hum.leidenuniv.nl, quien impartió la ponencia "Cuando las lenguas no tenían nombre. La identificación de lenguas nativas en el Libro de Visitas de Santo Toribio Mogrovejo". Escribe en su sumilla que

"El Libro de Visitas de Santo Toribio Mogrovejo contiene observaciones valiosísimas acerca de la situación local de pueblos andinos reunidas por el ilustre viajero durante sus recorridos por el Arzobispado de Lima entre 1593 y 1605. En varias ocasiones se hace referencia a la lengua hablada por los nativos, así como a la familiaridad del cura doctrinero con la misma. La ausencia de denominaciones específicas para referir a distintas lenguas hace necesario un análisis de las fórmulas empleadas por Santo Toribio en sus referencias al uso de lenguas en cada caso individual. Una combinación de los resultados de tal análisis con la observación de datos pertinentes a las condiciones locales en épocas posteriores, incluyendo la actualidad, permite aclarar ambigüedades persistentes y realizar una interpretación relativamente concreta en determinados casos. La investigación se basa en la versión textual editada por José Antonio Benito (Fondo Editorial de la PUCP. Lima, 2006).

He seguido con gozo e interés su magnífica exposición en la que ha valorado sumamente el documento toribiano, ofreciéndonos las siguientes conclusiones:

No se diferenciaba entre las variedades locales del quechua y la lengua general del Inga.

Los alrededores de Lima fueron de expresión quechua.

La forma anómala ilinga no puede ser identificada con la forma linga. Esta parece ser una denominación para la lengua culli.

El valle del Marañón y sus laderas fueron inhabitados por poblaciones de cultura yunga, que no hablaban el quechua, entre ellas hablantes del culli.

El uso de la lengua pescadora se extendía entre Guarmey y Santiago de Cao

[55] En el pueblo de la Magdalena de Eten visitó SU SEÑORÍA y halló haber por el padrón del cura de este pueblo 96 indios tributarios y 40 reservados y de confesión 351 y 450 ánimas, chicas y grandes; y asisten en este pueblo así mismo del pueblo de Reque 14 indios y reservados 3; es cura de esta doctrina el Padre Fray Rodrigo de la Orden de San Francisco, sabe bien la lengua yunga pescadora, pues es la que hablan los indios.

[60] En el pueblo de la Magdalena de Cao visitó SU SEÑORÍA y halló haber tributarios 169, reservados 25 y de confesión 540, ánimas 715. Confirmó SU SEÑORÍA la vez pasada 514 ánimas y esta vez 104. Es cura de este pueblo Fray Bartolomé de Vargas de la Orden de Santo Domingo, buen lenguaraz de las lenguas pescadoras.

[61] En el pueblo de Santiago visitó SU SEÑORÍA y halló 255 indios tributarios y reservados 32, de confesión 600, ánimas 850. Confirmó SU SEÑORÍA esta vez 144, y los de la otra vez no parecieron. Es cura de este pueblo el Padre Fray Tomás de Silva, buen lenguaraz de la pescadora.

Pueblo de San Sebastián de Enepeña de esta doctrina.

Visitó Su Señoría  este pueblo yunga a 4 días del mes de noviembre año de 1605 y halló en él la gente siguiente

CONFIRMADOS de este pueblo

 

Indios tributarios

24

año 1589, los de este año se confirmaron en la estancia de Valdés

 

Viejos reservados

3

año 1593

26

Casadas, solteras y viudas

51

año 1597

23

Muchachos de doctrina

10

año 1605

40

Muchachas de doctrina

18

 

89

De tres años abajo

25

 

 

Son todos

131

Está pobre esta iglesia y no tiene más de los ornamentos que son pocos y viejos.

 [339v, [r]

CONFIRMADOS en esta doctrina y estancias los años de

 

[r] Indios tributarios

54

1589

 

Viejos reservados

7

1593

 

Casadas, solteras y viudas

105

1597

 

Muchachos de doctrina

21

1605

 

Muchachas de doctrina

34

Que son cuatro veces

399 personas

De tres años abajo

46

 

 

Son todos

267

Salario del cura. Tiene de salario el dicho cura cada año con los pueblos de los indios y estancias dichas 380 pesos los 260 de los trapiches y los 120 de los pueblos de los indios.

No sabe mucho la lengua pescadora. Sabe el dicho cura muy poco la lengua pescadora de estos indios, doctrínalos en la de Castilla y general que entienden los indios de esta doctrina un poco y esta lengua general sabe el dicho cura razonablemente. Ante mí Ginés de Alarcón, notario secretario.

Santa [344] Resumen de lo que es este salario [r]

No saben los curas la lengua pescadora. Ninguna de los curas sabe la lengua pescadora [r] El Juan Bautista Moreno sabe la lengua del inga que los dichos indios hablan aunque los más de ellos saben la de Castilla y los doctrinan en ella.

Santiago de Chuco [348v] No sabe la lengua el cura. No sabe el dicho cura la lengua pescadora de estos indios que es la que corre entre ellos, ni tampoco sabe la lengua general del inca y sólo los administra en la de Castilla que hablan algunos de ellos y también hablan algunos la dicha general.

4. ALONSO DE HUERTA[4], QUECHUISTA, + 1640. Natural de Huánuco, fue hijo legítimo de Alonso Huerta y de Ana Cerezo; su padre fue un antiguo soldado residente en Huánuco y que salió de ella con Miguel de la Serna en 1554 para combatir en Pucra a Hernández Girón. Recibió la tonsura clerical en 1584. Desde 1590 fue cura del Cercado, capellán en la iglesia de Copacabana, y luego en la Catedral, predicando en quechua, y por oposición ocupó la cátedra de Lengua desde 1592. Desde el 5 de junio de 1593 contó con la autorización de absolver en confesión a los indios de ambos sexos y en 1630 Fr. Buenaventura de Salinas lo declara titular de ella.

Santo Toribio lo elogia ante el Rey en 1599, 1600 y 1602: "muy buena lengua y la predica y enseña y tiene capellanía designada para ello y predica los domingos y fiestas a los naturales, es muy virtuoso y en extremo aficionado a los indios y les favorece y enseña el catecismo en la puerta de la iglesia"; "en las iglesias y caseríos les dice la doctrina". El 15 de mayo de 1599 el virrey Velasco le acusa de inquietar a los indios reducidos en el Cercado a salir de allí y volver a san Lázaro. Afirma que le "le trató y conoció muy familiarmente en esta ciudad y otras veces caminando fuera de ella yendo su servicio y compañía". Nos informa del cuidado en no causar gastos y molestias a los indios. En cierta ocasión, por la crecida de un río, durmió el arzobispo sobre un montón de pajas del obraje, abonando, agradecido, su paga correspondiente. Fue uno de los acompañantes en la última visita, vio que era "muy virtuoso y en extremo aficionado a los indios", desaconsejándole esa localidad "por ser tierra enferma y cálida y que morían de calenturas por el riguroso calor que entonces hacía". Su relato nos aporta detalles i8nteresantes de la propia vida y familia del Dr. Huerta, tales como los relacionados con su propio padre, quien acompañó al arzobispo andarín, lo concerniente a la parroquia de indios del Cercado o los referentes al traslado de los restos mortales del Santo desde Zaña a Lima.

Alonso Huerta fue capellán de la fundación de Hernando de Álvarez, con la obligación de enseñar quechua y predicar. Obtuvo por oposición la cátedra de lengua quechua, vacante por fallecimiento del agustino Juan Martínez de Ormachea, 1616. El Arzobispo Lobo Guerrero, en 10 de abril de 1618, lo elogia por examinar bien a los clérigos y religiosos que ocuparían doctrinas de naturales, aunque estima que deben hacerlo en presencia del Prelado para mayor seguridad. En 1616 publicó en Lima el "Arte de la lengua quechua general de los indios del Perú" Mendiburu nos recuerda su inteligencia práctica en Ingeniería así como su afición a la medicina natural, trayendo a colación que en el Libro de Actas de la Universidad se opuso al restablecimiento de las cátedras en la Facultad de Medicina trabajando para probar que no era necesario fomentar la enseñanza sobre objeto tan inútil, pues existían yerbas medicinales de sobra en Perú para las enfermedades y heridas y que los indios las conocían mejor que los médicos.

Este espíritu quisquilloso parece que le acompañó durante toda vida si nos atenemos al crecido número (10) de expedientes de causas judiciales civiles albergadas en el Archivo Arzobispal de Lima a lo largo de los años 1606 y 1641. Ello no obsta su espíritu generoso y solidario como revela el hecho de traspasar toda su herencia a la Compañía de Jesús con quien tuvo gran amistad.



[1]Ana Gimeno Gómez:

1970: "El Consejo de Indias y la difusión del castellano"El Consejo de Indias en el siglo XVI, págs. 191-210

1991: "El español de América":Actas del III congreso internacional de el español en América: Valladolid, 3 a 9 de julio de 1989, Vol. 1, 1991, págs. 231-240;

2001: "Consideraciones generales de la política lingüística de la Corona en Indias"VI Reunión Científica sobre Humanistas Españoles, mayo, 2001, León y San Pedro de Dueñas, España

 

 

[2]Fundación de la capellanía del Arcediano Rodrigo Pérez, por el Ilmo. Sr. Arzobispo D. Jerónimo de Loayza y D. Cristóbal de Burgos, sus albaceas, el 1 de mayo de 1551, ante Simón de Alcates . Archivo histórico del Seminario Santo Toribio de Mogrovejo:Leg.7, G, 2, Caja 6.2

 

[3]Este preciado documento se custodia en el Archivo Arzobispal de Lima, Proceso de Beatificación de Santo Toribio, Legajo 1, ff.315-330. El autor agradece muy cordialmente a Laura Gutiérrez, su directora, por las facilidades prestadas

[4] José Antonio Benito: 2000: "Alonso Huerta, el quechuista amigo de Santo Toribio" Revista STUDIUM  Universidad Católica "Sedes Sapientiae" Lima, Año 1, nº 1 81-96

 


Centenario del nacimiento de don Guillermo Durand Flórez: César Gutiérrez

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CENTENARIO DEL NACIMIENTO DE GUILLERMO DURAND FLÓREZ,

LA FIGURA ARCHIVÍSTICA DEL PERÚ

 

Hoy, miércoles 21 de octubre de 2015, se conmemora el centenario del nacimiento de don Guillermo Durand Flórez.

 

Don Guillermo es la figura archivística del Perú. De eso no cabe la menor duda. Por eso merece un homenaje más allá de las palabras, aunque estas sean importantes para alimentar el recuerdo y el conocimiento de lo que fue e hizo en favor nuestro y de los demás. Don Guillermo murió en su casa de Miraflores (Lima) el 1 de diciembre de 1986, pero desde antes de su partida ya era, como espero lo sea ahora y siempre, un ejemplo de archivero para quienes lo conocimos, tratamos y quisimos.

 

El Archivo General de la Nación, en acertada decisión, mediante Resolución Jefatural N° 392-99-AGN/J, de 14 de diciembre de 1999, estableció oficialmente el Día de Durand Flórez, que se celebra con distintas actividades cada 21 de octubre, día y mes de su nacimiento en 1915 en la hacienda Quicacán (Ambo, Huánuco), en cuyo oratorio fue bautizado por el obispo Pedro Pablo Drinot y Piérola SS. CC.

 

Durand Flórez estudió Letras y Derecho (incluida la Doctoral) en la Pontificia Universidad Católica del Perú entre 1934 y 1942. En 1941 se graduó de bachiller en Jurisprudencia con la tesis Leyes del empleado y el Derecho del Trabajo. Luego, el 25 de setiembre del mismo año, obtuvo el título de abogado. Fue profesor en la antigua Facultad de Ciencias Económicas y Comerciales desde 1953 hasta 1967. Cabe resaltar que sus hermanos Gregorio, Ricardo y José también ejercieron la docencia en la PUCP, en la que su antiguo vínculo, continuamente estrecho y afectuoso, se ha convertido ahora en permanente porque sus documentos personales se conservan en el Archivo de la Universidad, precisamente, en el depósito "Don Guillermo", denominado así en honor suyo. 

 

La sola mención del nombre de Guillermo Durand Flórez siempre trae a la memoria el Sistema Nacional de Archivos, el Patrimonio Documental de la Nación, los archivos departamentales (hoy archivos regionales), el pionero Centro de Capacitación para Archiveros (hoy Escuela Nacional de Archiveros), el Archivo Intermedio, las reuniones nacionales e internacionales, el perfeccionamiento del personal, la legislación especializada, la fundación en 1973 de la Asociación Latinoamericana de Archivos (ALA) y sus presidencias activa y honoraria, sus clases, disertaciones y escritos archivísticos, los proyectos de la UNESCO y de la OEA ejecutados en el Perú, el Archivo Arzobispal de Lima, tantas obras más.

 

El 1 de diciembre de 2008 se instaló en el Archivo de la Universidad Católica la Comisión Guillermo Durand Flórez 95 años, patrocinada por el Fondo Pro Archivo, encargada de conmemorar en 2010 su nonagésimo quinto natalicio y que se expresó en la publicación del número 10 de sus Opúsculos. (Lima: Fondo Pro Archivo, 2010, 46 p.) En esas pocas páginas se reúnen las voces y los aplausos que, afortunadamente, siempre lo mantienen entre nosotros. El doctor Durand Flórez nos dejó una lección por tener en cuenta: en el quehacer archivístico, como en todo en la vida, se alcanzan las metas con esfuerzo, con perseverancia, con sentido de las cosas, con mucha fe. Su irrepetible legado es fuente de continua enseñanza de lo que debe o no debe hacerse. Entendamos su mensaje, sobre todo en estos tiempos de confusión y de desbarajuste y también de la cada vez más insustituible tecnología. Hagámosle caso y, con nuestro trabajo diario, hagámosle permanente homenaje. César Gutiérrez Muñoz

 

 

 

 


HOMENAJE AL CONVENTO DE OCOPA, FOCO DE MISIÓN, CÁTEDRA DE PERUANIDAD, EN EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA

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El Congreso de República del Perú, la Universidad Católica Sedes Sapientiae y la Gobernación de Lima, rinden homenaje al Convento de Ocopa por sus 290 Aniversario; homenaje a la labor misionera franciscana.

Presidieron el Acto:

Sr. Federico Pariona Galindo  Congresista de la República

Mons. Lino Panizza Richero, O.F.M. Cap.  Obispo de la DC Diócesis de Carabayllo, Gran Canciller de la UCSS

Mons. Pedro Ricardo Barreto Jimeno, S. J Arzobispo de Huancayo

Dr. José Antonio Benito Rodríguez  Director del CEPAC-UCSS

Sr. Rubén Valenzuela  Gobernador Regional de Lima Metropolitana

P. Mauro Vallejos, O.F.M. Ministro Provincial

P. Jorge Cajo Rodriguez, O.F.M. Guardián del Convento de Ocopa

Vídeo de difusión, cortesía JN19, Esther Núñez Balbín https://www.facebook.com/patrimonioucss?pnref=story

LA UNIVERSIDAD CATÓLICA SEDES SAPIENTIAE, COMO OCOPA, FOCO DE MISIÓN, CÁTEDRA DE PERUANIDAD

 

Apuntes preparados y pronunciados en parte por José Antonio Benito, Congreso de la República, 22 octubre 2015

 

Distinguidas autoridades, cordiales amigos:

 

Agradezco a los responsables del evento por esta magnífica iniciativa y agradezco la oportunidad de poder representar a mi alma mater –la UCSS- en esta histórica jornada. Me gustaría hacer de puente entre las dos instituciones el Convento de Ocopa y la UCSS para llevar de la una a la otra lo mejor y que se beneficien mutuamente de todo lo mejor que representa su identidad, su misión.

Acabamos de escuchar entrañables testimonies de personas muy autorizadas y mis palabras quieren ser  de gratitud por la gesta de los franciscanos de Ocopa y por qué no de mi propia alma mater, fijándome en tres aspectos: sus fundadores, sus metas, sus realizaciones. Veremos que lo sembrado por la Iglesia en la Universidad, lo vivió de modo sobresaliente Ocopa y nos brinda un modelo para nuestras universidades que están en línea con el paradigma del Papa Francisco de una iglesia en salida, ilustrada y comprometida.

 

I.                   FUNDADORES. UN FRANCISCANO Y UN CAPUCHINO

Al ser nombrado san Benito como patrono de Europa, Pablo VI destacó tres aportes en él y en los benedictinos: la espiritualidad (cruz), la cultura (el libro), la economía (agricultura, arado)

El convento de santa Rosa de Ocopa fue fundado por Fr. Francisco de San José (1654- 1736), en 1725, con la intención de ser un centro esencialmente misionero. veterano misionero en tierras aztecas y protagonista del resurgimiento de las misiones del Cerro de la Sal, Perené, Gran Pajonal y Huánuco, auténticos centros agrícolas, comerciales y religiosos que dieron vida a más de 25 pueblos. El que fuese denominado nuevo San Francisco Solano llegó al Perú en 1708, desempeñando un trabajo evangelizador titánico, por la restauración de antiguas conversiones y fundación de otras nuevas. En pleno afán misionero, y en compañía de Fr. Pedro Navarro, Fr. Francisco Suárez, y Fr. José Ansorena dio con Ocopa, en el Valle de Jauja, donde encontró la pequeña capilla titulada Santa Rosa de Santa María como lugar idóneo para levantar un convento que albergaría a los misioneros destinados a la selva y a la montaña.  Su situación estratégica la convirtió en el centro de operaciones para acometer la gesta evangelizadora de la tercera parte de nuestro actual territorio nacional. Ocopa cumplió con creces los objetivos que se propusieron con su fundación: 1) dar estabilidad y continuidad a la misiones entre infieles; 2) ser un centro de formación y enseñanza donde los nuevos misioneros se prepararan para la tarea evangelizadora y 3) ser el lugar donde se repararan corporal y espiritualmente los misioneros después de sus excursiones.

 

La UCSS fue fundada por Monseñor Lino, quien siempre ha dado testimonio de la acción milagrosa de la Divina Providencia en su nacimiento. Cuando crearon la Diócesis y le nombraron obispo fue a ver el territorio. No tenía casa, no tenía catedral, no tenía seminario, no tenía nada, y siguió viviendo porque loe acogieron en la parroquia de Chorrillos durante año y medio casi dos años y se iba todos los días desde Chorrillos hasta la Diócesis en carro; en su carro tenía sellos, tenía su oficina portátil, atendía a la gente en el carro, sellaba los documentos mientras buscaban un lugar donde poner la sede. Esto fue providencial porque hizo que  conociera la Diócesis porque donde la gente le necesitaba él iba, no al revés; "entonces eso para mí fue providencial porque yo no conocía en absoluto el cono norte, he estado de ambulante, la oficina del carro o el carro oficina. Y mientras buscábamos un lugar, el párroco  de Sol de Oro nos dice que hay una casa en venta; el resto es obra de la Divina Providencia

 

II.                OBJETIVOS COMUNES

 

Ocopa es heredero de los ideales y realidades de los benedictinos de Europa. El Convento de Santa Rosa de Ocopa, al cumplir 290 años de fundación, es y seguirá siendo "foco de peruanidad y de luz evangélica", tal como lo catalogó nuestro ilustre historiador Raúl Porras Barnechea, y hará siempre presente el lema que motivó y dinamizó la evangelización de nuestra patria: "La religión, la ciencia y el trabajo constituyen el progreso y la felicidad de los pueblos".

 

Por su parte, la "Universidad surge como comunidad de vida, de búsqueda y de comunicación de saberes; París fue el lugar de su más alta realización, de donde salieron los maestros de mayor creatividad de la historia…París sucede a Atenas y en el S.XVI salta a Salamanca y del Mediterráneo salta al Pacífico –donde nos encontramos- a través del Atlántico. Ante una humanidad en crisis, la universidad debe encontrarse en vanguardia para dar la solución…Ésta sólo se conseguirá mediante una vuelta a los principios en que se apoya la Universidad, como institución educadora y promotora del hombre en todas sus dimensiones: personal, ciudadana, social, trascendente, es decir del hombre integral. Detengámonos en este sentido en un aspecto muy concreto de la Universidad, su mismo himno gaudeamus, igitur" que aporta un mensaje de esperanza y de alegría. Año tras año, los distintos certámenes culturales –específicamente los musicales, coros, danzas-  nos recuerdan que la Universidad tiene mucho de universo, de globalización, de saber universal, y que su quintaesencia no puede confinarse a los muros de sus aulas, sino que se proyecta con vigor a la sociedad. Dice su himno: Gaudeamus igitur/ iuvenes dunc sumus (Así pues, cantemos, mientras que somos jóvenes...) El secreto de no envejecer es aprender. La actitud juvenil y dinámica de los tunos nos recuerda que vivimos una época cuya nota de identidad esencial es el cambio permanente. El desafío de la Universidad es provocar, inculcar en los profesionales una actitud crítica y creativa, el propiciar la formación continua y el perfeccionamiento académico; constituirse en centros del más alto nivel donde se enseñe científicamente y con la mayor calidad, el crear comunidades que investiguen, todo ello con una ética personal y una proyección social comprometida (tanto con su realidad local inmediata como con la aldea global mundial).

Los saberes aprendidos en estos centros abarcaban las siete artes liberales. Por una parte estaba el trivium: Tres artes liberales relativas a la elocuencia: la gramática (saber escribir), la retórica (saber hablar) y la dialéctica (saber pensar). La otra división, cuadrivium, abarcaba las cuatro artes matemáticas: aritmética, música, geometría, astronomía o astrología. Testigo de este proceso y acuñador de una de las definiciones más bellas de Universidad será el rey Alfonso X el Sabio (1221-1284) en sus Partidas (II, tít.3) "ayuntamiento de maestros y de escolares que es hecho en algún lugar con voluntad y con entendimiento de aprender los saberes".

 

Cinco misiones de la Universidad, que vive la UCSS:

1. Escuela donde se forman los dirigentes que, conociendo el pasado y aprendiendo de él, poseen una actitud crítica y constructiva de todas las dificultades que impiden al hombre un mayor grado de realización personal y social. Es un centro de liderazgo, de formación se selectos. Todo ello se palpa especialmente en su Escuela de Postgrado que ofrece un modelo educativo basado en la excelencia académica por la calidad de sus docentes nacionales e internacionales; por su propuesta integral de Desarrollo Humano, centrado en la búsqueda de la verdad, de la justicia y el bien común, convencidos que el hombre tiene la capacidad de conocer la realidad y ser protagonista del desarrollo y mejora de la sociedad peruana. La Maestría en Educación: Persona, Familia y Sociedad a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia, está orientado a proponer  principios de reflexión, criterios de juicio y directrices de acción a la luz del Magisterio de la Iglesia, en un espacio de diálogo interdisciplinario, con rigor histórico, científico y ético, que permitan interpretar los problemas referidos a la persona, la familia y la sociedad con la finalidad de  fomentar nuevos aportes investigativos que den respuesta a los problemas de hoy. Proponer  principios de reflexión, criterios de juicio y directrices de acción a la luz del Magisterio de la Iglesia.

2. Síntesis de saberes. La esencia de la Universidad es reconciliar todos los saberes obtenidos en las ciencias naturales y sagradas en una síntesis general que las comprendía y explicaba. Aunque en la actualidad la gran cantidad de información y conocimientos hace inviable esa síntesis general exterior, a lo menos sí es posible una síntesis general basada en la sabiduría interior que plenifica y potencia al construir personas cabales y unificadas interiormente. Como detalle práctico el universitario debe extractar de cada materia los conocimientos básicos, los que le dan sentido, y una vez realizada esta tarea relacionarlos con otras diferentes asignaturas de su especialidad.

3. Formación integral. Conjugar el progreso en los aspectos materiales de la vida con la defensa de los valores del hombre que dan sentido a ese progreso material. El gran reto de la Universidad actual es enseñar a ser persona, formar su conciencia, ayudando a descubrir con claridad la luz que encamina al hombre a lograr que su conducta alcance la plenitud humana a la que está llamado. Exige además la realización de una obra perfectamente acabada

4. Buscadora de la verdad: de las cosas, de la propia vida, del ser humano. Decía A. Einstein: "Vivimos en una sociedad de magníficos medios pero de pobres fines". Hemos acortado distancias para llegar tarde a todos los sitios; dominamos el mundo externo a costa de dar la llave de nuestro interior, hemos inventado nuevas formas de ocio para hacer del ocio un negocio. La Universidad, en frase de J. Ortega y Gasset, debe ser "la conciencia crítica de la sociedad"; nosotros añadiríamos además "creadora". La Universidad del Tercer Milenio debe ocupar un puesto de vanguardia, de avanzada, de denuncia sí pero también de compromiso creativo. No nos basta con saber con César Vallejo que "hay mucho que hacer" o con A. Machado "se hace camino al andar", necesitamos un sabio conocimiento de la meta, hacia dónde vamos y por qué andamos. Bellamente lo acuñó Nietzsche "quien tiene un porqué encuentra un cómo". Según Diego Gracia "La Universidad ha tenido siempre y tiene hoy como objetivo la búsqueda, formulación y transmisión de la verdad"

 

5. Compromiso solidario. O la Universidad sirve, se proyecta en la sociedad, o de lo contrario, no sirve para nada. Alguien ha dicho que junto a la Estatua de la Libertad, necesita erigir frente a ella una estatua de igual majestad, la Estatua de la Responsabilidad, que muestre a la primera estatua sus limitaciones y sus obligaciones". Libertad + responsabilidad es igual a ética. La ética se centra en la experiencia de la conciencia, es decir, la experiencia en que una opción concreta posible deviene un bien real, efectivo, normativo y realmente obligatorio: compromete mi libertad, orienta mi voluntad, y refuerza mi responsabilidad para pasar del discernimiento a la acción. La ética social acompaña al sujeto no como un "yo", sino como una comunidad, un país, con una dinámica similar. La fe cristiana que busca la justicia descubre la interdependencia e impulsa las obligaciones morales. La interdependencia se eleva así a un nivel normativo. La UCSS –fiel a la DSI- apuesta por el desarrollo de todo el hombre y de todos los hombres

La UCSS tiene como MISION Formar, mediante la enseñanza, la investigación, la proyección social y el servicio a las comunidades locales, nacionales e internacionales,  personas libres, responsables y competentes que, en sintonía con la Doctrina Social de la Iglesia, respondan a los problemas y exigencias de la realidad para promover el bien común. Su  VISIONSer una comunidad académica que, en comunión con el magisterio de la Iglesia Católica, contribuye al respeto y promoción de la dignidad humana en todos sus valores y aspectos, preservando, desarrollando y difundiendo una cultura integral, humanista y científica  

En su visión y misión, como señaló Elena Rosato- se encarnan las razones expuestas del ser y sentido de la Universidad: mantener viva la pasión por la verdad y la solidaridad; esto es, por la justicia, la libertad, la felicidad, lo que permite a una persona ser verdaderamente protagonista de su vida, contribuyendo entonces a construir y mejorar el contexto donde se encuentra, contribuir a la formación de "profesionales responsables y hombres libres, preparados para afrontar el reto de responder a los problemas y exigencias de la realidad"; nuestra realidad es la de Lima Norte que reúne los distritos de Ancón, Puente Piedra, Santa Rosa, Carabayllo, Comas, Independencia, Los Olivos y San Martín, ocupa el 32.15% del territorio de Lima y tiene una población aproximadamente de dos millones de habitantes (25% de la población de Lima metropolitana) de los cuales más de medio millón tiene una edad entre 15 y 29 años. Se puede decir, entonces, que esta Universidad, por el área donde ha nacido y por el segmento social que quiere servir, es un poco como si tuviera la Responsabilidad Social en su mismo ADN.

Se palpa en la vida y palabra de Monseñor Lino, fundador y gran canciller de la UCSS:. La cuestión educativa es central a la Iglesia, podemos decir que la Iglesia existe porque educa. Cristo es el único Maestro y Educador- Hacia 1968 cambia la mentalidad en muchas partes del mundo, también en Perú, pero los columbanos ya estaban aquí, en la parroquia, en el colegio, como señaló el profesor Cortés al hablar del Buen Pastor. El Evangelio traído por los columbanos ha cumplido con la misión de educar y nosotros queremos seguir la misión…  Guarden memoria como yo hice con el P. Miguel Fitzgerald, uno de los primeros misioneros columbanos en llegar a Carabayllo, a Lima Norte;  ellos se lo han jugado todo por la gente, han estado siempre escuchando sus problemas y necesidades y les han acompañado. Alumnos, prepárense bien para seguir la tarea. Cierto que necesitamos plata, pero lo más importante es darles un SENTIDO DE LA VIDA que nace de los valores del Evangelio, de Jesús, el Maestro por excelencia. Muchas gracias y sigan adelante sin desanimarse nunca.

III.             REALIZACIONES QUE NOS ESTIMULAN

 

El P. Armando Nieto Vélez destacó en la presentación de uno de los libros del P. Félix Saiz sobre la historia de Ocopa del P. Bernardino Izaguirre que en el carisma de los recios frailes franciscanos misioneros en Perú: "la heroicidad cotidiana de las misiones en nuestra Montaña, tierra bravía y casi inexpugnable; y lo que ese titánico empeño significó para la Iglesia y para la Patria" p.6  En este sentido, quiero recordar de modo especial a Monseñor Padre Alfonso María de la Cruz Sardinas (Huánuco, 1842-Lima 1902) y al Cardenal Landázuri. El primero, a los 15 años, 1857, decidió ingresar al Convento de los Padres Franciscanos de Ocopa, atraído por la vida austera y sencilla de los misioneros franciscanos. Después de concluir sus estudios de filosofía y teología emitió sus votos definitivos el 18 de Diciembre de 1862. El sábado 1º de septiembre de 1866 se le confirió la Tonsura y las Órdenes Menores de: Ostiario, Lector, Exorcista y Acólito. El Subdiaconado recibió el domingo 2 y el Diaconado el domingo 9 de septiembre de 1866. El 3 de marzo de 1867 en la ciudad de Lima, le fue conferido el Sagrado Orden del Presbiterado por el Excmo. Monseñor Manuel Teodoro del Valle, primer Obispo de Huánuco.  Ejerció su misión sacerdotal en el Convento de Ocopa hasta el año 1875, fecha en la cual, fue trasladado al Convento de los Descalzos de Lima,  y nombrado Vicario, Bibliotecario y Escritor, continuando su ministerio sacerdotal con admirable abnegación, humildad y modestia, mediante la dirección de Ejercicios Espirituales, misiones populares, renovación y creación de Congregaciones Religiosas. Fue nombrado Visitador apostólico del Convento de San Francisco de Asís y del Convento de Santo Domingo de la ciudad de Lima. Se distinguió por su dedicación al confesionario, a la oración y a la misión apostólica. De preferencia consagraba sus desvelos a la gente desvalida. Extendió su labor misional a los pueblos de Huancayo, Lima, Ica, Ayacucho, Huancavelica y Huánuco, evangelizando con su elocuente y fervorosa palabra y con su vida austera, humilde y fraterna. Varios de sus escritos tienen que ver con la pacificación del Perú; en concreto, su pastoral de 1895 ubicada en la Biblioteca Nacional de Lima habla de los obstáculos al establecimiento y consolidación de la paz en la República: placeres sensuales, codicia de bienes terrenos, soberbia del corazón, Marcano un programa de regeneración no sólo cristiana sino también racionalmente para que el hombre cumpla con su deber y logre la paz, la justicia y el bienestar, tanto privados como públicos. Reclama un esfuerzo heroico en la labor común de la regeneración del país, procurando consolidar  la paz en el propio corazón en las familias y en la fraternidad entre los pueblos de la patria.

 

Entre los numerosos programas de la UCSS que pueden ver en el periódico que se les ha entregado, subrayo el de Atalaya y Beca 18. En comunión con Monseñor Zerdin, obispo del vicariato de San Ramón, la UCSS tiene una sede allí mismo en el corazón de la selva, donde los nativos son protagonistas de su educación y ya están haciendo un efecto multiplicador extraordinario. La UCSS comienza con tres carreras profesionales, en marzo de 2008. La UCSS se convierte así en la primera universidad católica en el Vicariato Apostólico de San Ramón y proyecta atender la necesidad de educación superior de la región, con un serio compromiso con la interculturalidad y el desarrollo sostenible, fiel a su experiencia con la responsabilidad y la proyección social en la comunidad. A la fecha han egresado más de 100 profesionales y 100 han obtenido el título de licenciado en Educación Básica Bilingüe Intercultural. El funcionamiento de los otros programas en provincias revela su compromiso por la descentralización educativa, buscando la inclusión de jóvenes con menos recursos a través de montos subvencionados en un 50%.

Gracias al programa de Beca 18, se están beneficiando 387 jóvenes que se unen a los 400 en las sedes de Chulucanas, Nueva Cajamarca y Tarma. Se aplicaron exámenes descentralizados gratuitos en 70 distritos de

No quiero olvidar como historiador la relación de la UCSS con la población y el desarrollo de Lima Norte. Gracias a la decidida vocación de servicio de la UCSS, la relación con la población es estupenda y siempre encaminada a lograr el mayor desarrollo desde organismos de proyección social como CEASE que ayuda a la pequeña y mediana empresa, CESED proyectado a todos los colegios, OSEL, Observatorio Económico Lima Norte, ITUCSS, Instituto de Transportes, ODT "Observatorio para el desarrollo territorial", SER (Servicio de Recursos Humanos), CIDIR Centro de Investigación y Desarrollo Innovador par la Regionalización, el propio CEPAC sobre el Patrimonio Cultural. El enfoque que el área de Historia de la UCSS pensaba dar a esta disciplina no se centraba únicamente en la enseñanza en el aula, sino que traspasaba los límites del aula para dirigirse al entorno cultural más inmediato. Lima Norte presenta una interesante variedad de vestigios de la historia patria, por lo que el planteamiento del área de Historia buscaba, no sólo la defensa del patrimonio sino en la investigación, estudio y promoción cultural. Esta perspectiva fue compartida por las autoridades de la UCSS, particularmente su Gran Canciller Monseñor Lino Panizza quien, luego de ver los esfuerzos de esta área en la organización de congresos, coloquios, seminarios, cursos y visitas culturales, constató la necesidad de un ente aglutinador como lo es el CEASE para el mundo de la empresa o CESED para el mundo educativo. Así nació la idea del Centro de Estudio y Patrimonio Cultural, del cual Mons. Lino es su principal mentor. A través de la investigación, difusión, visitas, cursos, se busca incentivar la custodia del patrimonio cultural, potenciando los convenios y la formación de redes como la Red Cultural y Patrimonial de Lima Norte (RCPLN) con las universidades y municipalidades de Lima Norte.

Conclusión:

Siguiendo a los modelos alemán (comunidad investigadora), USA (motor de progreso), inglés (excelencia académica), francés (cultivo de la razón), ruso (pragmática) la Universidad, comunidad del saber, se avizora como la protagonista de la formación integral en tiempos de cambios. El prestigio de la Universidad pasa por la "cantidad" de su "calidad". Merece la pena esforzarse por conseguirlas. De este modo conseguiremos -con J. Ortega y Gasset- que la Universidad sea la energía espiritual que mueva la historia en el respeto a las personas en la universalidad de sus culturas y a través del diálogo creativo.

Con el presente gesto, la Universidad Católica Sedes Sapientiae se une la sociedad civil y eclesiástica para rendir público homenaje a los Padres Franciscanos de Ocopa, al tiempo que hace un llamado a la conciencia cultural para defender, recuperar y acrecentar lo que, siendo nuestro, queremos que sea de todos.

Culmino parafraseando al poeta Antonio Machado: Gracias a Ocopa, caminante, en Perú sí hay camino, los frailes lo hicieron al educar, al evangelizar. Muchas gracias 

LOS SANTOS, TESTIGOS DE LA BELLEZA EN PERÚ Y ECUADOR. X Encuentro Binacional Perú-Ecuador

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Espléndida iniciativa para afianzar la paz entre los países vecinos y hermanos, un día enfrentados por la guerra. Me ha conmovido saber que alrededor de cien jóvenes ecuatorianos están albergados en familias de Carabayllo y saber que están "como en casa". Más de 300 jóvenes apostando por un mundo nuevo, como quiere el Papa, haciendo lío, creando lazos, viviendo el gozo del Evangelio, dando lo que más de su potencial joven. Muy agradecido por su invitación. Les comparto el texto que preparé para la ponencia. Su atención, su oración, su entusiasmo, nos hizo vivir un encuentro muy gozoso.


LOS SANTOS, TESTIGOS DE LA BELLEZA EN PERÚ Y ECUADOR

 

José Antonio Benito Universidad Católica Sedes Sapientiae, 24 de octubre 2015, UNI, Lima (Perú

 

 

Quiero comenzar agradeciendo a la Comisión Episcopal "Iglesia en diálogo con la sociedad" la gentil invitación a participar y a ustedes su presencia.

Hace unos años,  a petición de Oficina Nacional de Catequesis Familiar escribí el libro PERUANOS SANTOS (Valores de los DISCÍPULOS Y MISIONEROS santos, beatos y siervos de Dios en Perú) y lo dediqué "A los jóvenes llamados por Juan Pablo II a ser los santos del Tercer Milenio porque prenderán fuego al mundo". Quería ser una respuesta agradecida a la formidable dedicación a los jóvenes de nuestro querido Papa Juan Pablo y en particular su desafío al culminar el jubileo juvenil en el bimilenario del nacimiento de Cristo. Sus últimas palabras –tomadas de Catalina de Siena- fueron: "Jóvenes, si son lo que tienen que ser, prenderán fuego al mundo".

Amigos jóvenes, les pido desde ya oraciones para que ese deseo se haga realidad entre nosotros: prender fuego al mundo, como quería Catalina, como quería Juan Pablo, como quiso Cristo: "he venido a prender fuego y qué quiero sino que arda"

Este fuego es verdad que ilumina, bondad que calienta, belleza que embalsama, la que Cristo prendió en su vida y sigue viva gracias al Espíritu Santo presente en su Iglesia, en cada uno de ustedes. Es la Vida en abundancia que Cristo nos entregó y nos entrega a cada instante y que se ha encarnado de modo sobresaliente en los santos, en su vocación y en su misión.

Me gustaría compartirles lo que soy por vocación, profesión y misión. Laico bautizado, historiador, misionero.

Como siempre me ha gustado el fútbol quiero recordarles la selección mundial de santos que nos propuso el Papa Francisco con motivo de la vida consagrada, para presentarles luego mi combinado Perú y Ecuador de 20 campeones de la santidad, entre los santos, beatos y algunos siervos de Dios.  Siempre estará presente lo que el Papa coloca al inicio de su exhortación Evangelii gaudium «La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría» y se refleja con sorprendente en los santos, como trasparencia de la belleza y la alegría de Cristo.

 

Para comenzar: Cristo, santo de los santos,  nuestra única belleza. Rosa de Lima nos lo presenta

Uno de los mejores biógrafos de Santa Rosa, L. Hansen, habla en su capítulo  XVI de Cristo como "flor del campo" para Rosa:

Era Rosa flor en la obras y en el nombre. Así que procuraba, poniendo de ello gran diligencia, que en ningún  tiempo del año estuviesen los altares sin el adorno conveniente de flores. Para esto tenía en el jardín divididos varios cuadros y en uno de ellos muchas albahacas. Pronto en cultivarlas, regarlas y cuidarlas todo cuidado; porque siendo el olor y el nombre que algunos le dan de planta real, le parecía que este era el tributo más a propósito para rendir homenaje al "que es Rey de los siglos invisible é inmortal". Correspondía la planta agradecida a la industria cuidadosa de su jardinera; y cuando más pomposa y más ufana se mostraba en el huerto, tanto más alegraba a Rosa. Pero como el gozo de las flores siempre es fugitivo y breve, una mañana halló la virgen su vistosa albahaca, no sólo seca y marchita, sino del todo muerta y arrancada por sus raíces. Llena de sentimiento, hasta llegó a derramar algunas lágrimas, por no poder adornar con ella en adelante el altar de su amado. Había salido apenas del jardín cuando encontró a Jesucristo, quien hablándola con afabilidad y blandura, la dijo: "¿Qué es lo que sientes? ¿qué  dolor es el que penetra tu corazón? ¿Acaso yo, que soy la flor del campo, no soy mejor y más hermoso en tu aprecio que las albahacas todas y todo el vergel florido del Paraíso? Y para que entiendas que  yo solo he de ser tu albahaca, yo soy el que con estas manos la arranqué por las raíces, yo el que quebrantó sus ramas, el que arrojó esas matas que has llorado por muertas. ¿Eres tú flor vistosa y amas las flores? Vesme aquí, aquí me tienes, en quien más gloriosamente podrás emplear tus amores." Aprendió Rosa en esta lección mística el mucho amor que debía a su Esposo, pues la amaba tan tiernamente que le atormentaban los celos, aun de cosas tan indiferentes como las flores.

"Pongamos los ojos en la belleza del Crucificado y todo será fácil" nos alertaba Santa Teresa. Que nada ni nadie nos robe la mirada ni el corazón. Como decía Pablo: "Todo lo considero basura –fealdad- si no me lleva a Cristo". Lo cantó bellamente San Juan de la Cruz en su ´"cantico espiritual": Buscando mis amores, iré por esos montes y riberas; ni cogeré las flores, ni temeré las fieras, y pasaré los fuertes y fronteras. Es la perla preciosa del Evangelio. Si has descubierto el Todo no te quedes con la nada. Es lo que nos ofrecen los consagrados; dejan todo por el Todo. Y quiero comenzar por aquí, mirando su ejemplo.

Estamos culminando en el 2015 el año dedicado a la vida consagrada y acabamos de celebrar el V Centenario del nacimiento de Santa Teresa . Dos acontecimientos trascendentales para nuestra iglesia y nuestro mundo. En el libro de la vida, la santa abulense, doctora de la Iglesia, pone en boca de Cristo la lapidaria exclamación: "¡Qué sería del mundo si no fuese por los religiosos!" (V 11). Se la dice el Señor a Santa Teresa para animarla a la fundación del Monasterio de San José, el primero y decisivo para la renovación del Carmelo: "Que se serviría mucho en él, y que se llamase San José, y que a la una puerta nos guardaría él, y nuestra Señora la otra, y que Cristo andaría con nosotras, y que sería una estrella que diese de sí gran resplandor" (V 32, 11). Santa Teresa nos propuso un camino hacia la felicidad, aquella que consiste en vivir sólo para Dios y para los otros, olvidándonos de nosotros mismos por amor: "Esta casa es un cielo, si le puede haber en la tierra, para quien se contenta sólo de contentar a Dios y no hace caso de contento suyo" (Camino 13, 7).

El Papa Francisco ha escrito una bellísima carta con motivo del Año de la Vida Consagrada en la que destaca que "no sólo afecta a las personas consagradas, sino a toda la Iglesia. Me dirijo, pues, a todo el pueblo cristiano, para que tome conciencia cada vez más del don de tantos consagrados y consagradas, herederos de grandes santos que han fraguado la historia del cristianismo". Y a continuación nos da toda una selección de 12 figuras de la santidad, toda una selección mundial del santo campeonato por la perfección, por la santidad. "¿Qué sería la Iglesia sin san Benito y san Basilio, san Agustín y san Bernardo, san Francisco y santo Domingo, sin san Ignacio de Loyola y santa Teresa de Ávila, santa Ángela Merici y san Vicente de Paúl?  La lista sería casi infinita, hasta san Juan Bosco, la beata Teresa de Calcuta".

Benedicto XVI en "Verbum Domini" unió la Biblia con los santos de modo muy bello: "Cada santo es como un rayo de luz que sale de la Palabra de Dios". Sí, cada santo consagrado brilla con luz propia al encarnar en su vida la Palabra. Podríamos decir que es una biblia en acción, un evangelio abierto aquí y ahora. Ojalá que estas breves semblanzas nos estimulen a vivir este encuentro de gracia, tal como el Papa Francisco nos propone en el Año de la Vida Consagrada en el 2014 y en el inminente del Año de la Misericordia 2016: con gratitud, con pasión, con esperanza: "Sólo con esta atención a las necesidades del mundo y con la docilidad al Espíritu, este Año de la Vida Consagrada se transformará en un auténtico kairòs, un tiempo de Dios lleno de gracia y de transformación".

Cuentan que un buen día se acercó a Francisco de Asís un campesino y le dijo: ¡Qué gran santo eres!. El Hermano le dijo: "Y tú Paolo, tú también puedes ser santo". Como éste se echase a reír y no diese crédito a San Francisco, se le quedó mirando fijamente a los ojos y le sonrió: ¡Sí, Paolo, tú también puedes ser santo. A ti también te ama Dios". Esto es lo importante, amigos, que Dios nos amó primero, que Dios nos ama como somos, que Dios ama en nosotros al mundo entero. Así, seremos perfectos como Él es perfecto. Así, todo lo podremos en Él que nos conforta. Sí, amigo, si tú haces lo posible, Dios hará en ti lo imposible. Los santos nos dicen con sus vidas que es posible. Los ha habido de toda edad y lugar, de toda condición y cultura; con sus defectos, con sus pecados, creyeron en el amor de Dios y lo pusieron en práctica. Uno de ellos, joven como tú, Domingo Savio, con sólo 15 años, nacido hace 150 años, pregonaba con gozo: "Aquí, hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres, sin pecar". El recientemente beatificado, Alberto Marvelí, líder italiano, en la plenitud de su juventud escribió: "Mi único programa es la santidad".

El Papa Benedicto XVI en su mensaje para la Jornada Mundial de la Juventud del 2008 proclama con decisión a los jóvenes de todo el mundo: "Queridos amigos, sed santos, sed misioneros, porque nunca se puede separar la santidad de la misión (cf. Redemptoris missio, 90). No tengáis miedo de convertiros en santos misioneros como San Francisco Javier, que recorrió el Extremo Oriente anunciando la Buena Noticia hasta el límite de sus fuerzas, o como Santa Teresa del Niño Jesús, que fue misionera aún sin haber dejado el Carmelo: tanto el uno como la otra son «Patronos de las Misiones». Estén listos a poner en juego vuestra vida para iluminar el mundo con la verdad de Cristo; para responder con amor al odio y al desprecio de la vida; para proclamar la esperanza de Cristo resucitado en cada rincón de la tierra".

 

NUESTRO COMBINADO DE SANTOS PERUANO-ECUATORIANOS

Leemos en la Exhortación apostólica Ecclesia in America: "La expresión y los mejores frutos de la identidad cristiana de América son sus santos. En ellos, el encuentro con Cristo vivo  'es tan profundo y comprometido [...] que se convierte en fuego que lo consume todo, e impulsa a construir su Reino, a hacer que Él y la nueva alianza sean el sentido y el alma de [...] la vida personal y comunitaria'.  América ha visto florecer los frutos de la santidad desde los comienzos de su evangelización. Este es el caso de santa Rosa de Lima (1586-1617), 'la primera flor de santidad en el Nuevo Mundo' (…) Después de ella, el santoral americano se ha ido incrementando hasta alcanzar su amplitud actual.

Las beatificaciones y canonizaciones de consagrados de América ofrecen modelos heroicos de vida cristiana desde nuestra perspectiva, de discípulos y misioneros de Jesucristo, que quieren que los pueblos de América, del Caribe y del mundo entero en Él tengan vida en abundancia. Como discípulos predilectos de Cristo nos señalan con preclara sabiduría aquello que plasmaría para siempre la enseñanza conciliar: "Todos los cristianos de cualquier clase o condición, están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección del amor" (LG 40); particularmente los consagrados son los llamados a vivir lo que la encíclica Veritatis Splendor nos enuncia: "Jesús pide que le sigan y le imiten en el camino del amor, de un amor que se da totalmente a los hermanos por amor a Dios" (VS 20), develándose con claridad que el cristiano es llamado al discipulado, a la santidad y consecuentemente a la misión.

"Es evidente que los caminos de santidad son personales y exigen una pedagogía de la santidad, verdadera y específica, que sea capaz de adaptarse a los ritmos de cada persona" (NMI 31). Por otro lado los caminos de la santidad son múltiples y adecuados a la vocación de cada uno. Es una  llamada a todos para proponerles este alto grado de la vida cristiana ordinaria. Ya cuando se forjaba la cultura latinoamericana, y también en los siglos siguientes,  encontramos testigos y discípulos de Jesucristo, privilegiados por el amor de Dios, hombres y mujeres, jóvenes y adultos, que han respondido a este ideal cristiano, cumpliendo el mandamiento nuevo, conformando sus vidas según las bienaventuranzas, siendo modelos de santidad,  intercesores y amigos en la fe, que nos acompañan en nuestro peregrinar. Recordemos a algunos, nacidos en estas tierras.

Unos y otros vivieron en Perú o Ecuador, algunos en los dos. De Martín de Porres por ejemplo sabemos que su padre Juan, al volver de Guayaquil, legaliza su situación reconociendo oficialmente a sus dos hijos, aunque no llega a desposarse. A los dos lleva a Ecuador para ser educados con un preceptor. Martín, a sus trece años, aprende castellano, aritmética y caligrafía. Tras dos años de estancia en la ciudad portuaria de Guayaquil, deja a su hija con su tío Santiago y se lleva a Martín a Lima. Narcisa, natural de Ecuador, escucha de su director espiritual: Si quieres ser santa debes ir a Lima; lo hizo y aquí se santificó hasta el final de su vida.

 

 

·         1. Santa Rosa de Lima (1586-1617), en la capital del virreinato peruano, vivía la caridad de Cristo y enseñaba a los de su tiempo, con sus obras y sus exhortaciones, cómo había que encarnar el Evangelio.La confianza en la Santísima Virgen y en Jesús, como también el amor al Señor en la Eucaristía, alentaban su caridad misionera y su contemplación. Como discípula del amor del Señor Crucificado, compartía sus sufrimientos. La valoración de la gracia la llevó a vivir la hondura de una relación esponsal con Dios. Fue la primera santa, nacida en tierras latinoamericanas, cuya santidad fue proclamada por la Iglesia.El mismo Catecismo de la Iglesia Católica recoge el perfume de la vida de nuestra santa en dos frases antológicas: "Fuera de la Cruz no hay otra escala por donde subir al cielo" (n. 618) "Cuando servimos a los pobres y a los enfermos, servimos a Jesús. No debemos cansarnos de ayudar a nuestro prójimo, porque en ellos servimos a Jesús" (n.2449). Cuenta Micaela de la Maza, hija de los contadores de Cruzada, que santa Rosa le decía: quitarme a mí el cantar es como quitarme el vivir. Por esta razón la vio muchas veces que se ponía a cantar y a tañer una guitarra, unas veces con cuerdas y otras sin ellas...y decía muchos loores a Nuestro Señor y a su bendita Madre, pidiéndoles por muchas personas conocidas suyas.

2. San Martín de Porres (1579-1639),hermano dominico, despierta gran devoción a las más diversas latitudes del mundo. Era un mulato que amaba la vocación que había recibido, y quería ser coherente con ella. En el ejercicio de sus distintos oficios testimoniaba la caridad del Maestro. "Perdonaba las más grandes injurias, ponía  todo su empeño en retornar al buen camino a los pecadores; socorría con amor a los enfermos; procuraba comida, vestido y medicina a los pobres, lo que le valió el apelativo de Martín de la Caridad" (Homilía de canonización). Su caridad universal le llevará a convertir el convento en hospital. Sabe que el amor es la ley suprema. De este modo, una tarde se encuentra en la plaza con un enfermo vestido de andrajos y devorado por la fiebre. Le carga sobre sus espaldas, le lleva al convento y le acuesta en la cama. Al ser reprendido por uno de los frailes:

- ¿Cómo traéis a clausura enfermos?

El santo, con paciencia serena, contesta con sencillez:

- Los enfermos no tienen jamás clausura.

Un día por la noche encuentra un herido a quien le han clavado un puñal. Le acoge en su celda con la idea de trasladarle a casa de su hermana en cuanto mejore. El Provincial dominico le impone a Fray Martín una penitencia que cumple al pie de la letra. El Superior, sin embargo, enferma y requiere los cuidados del Santo:

- No tuve más remedio que imponerte esa penitencia.

Contesta Fray Martín:

- Perdone mi desatino, pues pensaba que la santa caridad debía tener las puertas abiertas.

Ante respuesta tan contundente y evangélica, el Provincial concluye:

- Bien está lo que hiciste. Desde este momento el convento será vuestro segundo hospital. Podéis traer a él cuantos enfermos queráis.

 

3. Santo Toribio de Mogrovejo (1538-1606), patrono del episcopado latinoamericano, dio convincente prueba de su fe y su talante misionero. Dejando su patria y su profesión para asumir la sede arzobispal de Lima, acepta a los 39 años la ordenación sacerdotal en Granada, y después la episcopal en Sevilla. Convocó concilios y sínodos para formación del clero y la elevación moral del pueblo de Dios. Su espíritu misionero lo condujo a predicar el evangelio, bautizar y confirmar hasta los rincones más apartados de su arquidiócesis, en prolongadas visitas pastorales, realizadas con grandes sacrificios.  Como discípulo de Jesús vivió en oración y anunció la Buena Noticia, irradiando paz y alegría, pero sin doblegarse ante quienes lo acusaban y contradecían. Gobernó la Iglesia con voluntad pastoral, y  se dedicó a evangelizar con un amor conmovedor a los pueblos indígenas, que lo llamaban "padre santo". Exigía para ellos un trato digno, como a "hombres libres y vasallos de la Majestad Real", y que se les enseñara en su lengua. Famoso fue el Catecismo trilingüe de Santo Toribio en español, quechua y aimara. 

Antonio León Pinelo, su primer biógrafo, rescata una preciosa anécdota. Aunque el prelado había tenido una jornada agotadora, avisó que, como siempre, se levantaría temprano. Al decirle su hermana Grimanesa que por qué tan pronto, respondió:

"No es nuestro el tiempo, es muy breve y hemos de dar cuenta de él...Y concluye el biógrafo: "Y he ponderado de la vida de este gran varón que en 25 años que rigió la iglesia de Lima no trató de otra cosa que de su salvación...Fue su vida una rueda, un movimiento perpetuo que nunca paraba. Y si la vida del hombre es milicia en la tierra, bien mereció el título de soldado de Cristo Señor Nuestro, pues nunca faltó a lo militante de su iglesia para conseguir el premio en la triunfante".

 

4. San Francisco Solano. Nace en Montilla (Córdoba) en 1549, un año después que el prudente Pedro Lagasca, pacificase Perú tras la victoria sobre Gonzalo Pizarro en Xaquixaguana. Estudia en el recién creado colegio de los Jesuitas y a los 20 años viste el sayal franciscano, haciendo su profesión en 1570. Pertenece a la familia denominada de la Regular Observancia. A los dos años se traslada al convento de Nuestra Señora de Loreto (Sevilla) donde alternó el estudio de la teología con la oración y la penitencia. Escoge la celda más pequeña e incómoda del convento, bien próxima al coro donde pasaba buena parte de su tiempo. Allí recibió la ordenación sacerdotal y, como tenía muy buena voz, le nombran director de coro y predicador. El 3 de marzo de 1589 partía el barco en el que iba también el nuevo virrey del Perú, don García Hurtado de Mendoza. Debe trasmontar los Andes, cruzarlos, llegar a Cuzco para tomar el camino que conduce a El Callao. Aquí comenzaba la bajada abrupta y sinuosa hasta Salta y, más abajo, a las llanuras del Tucumán. Todo este trayecto hubo de hacerlo a pie o en pobres cabalgaduras. Honda huella dejará la vista de la "Mamita de Copacabana" (Bolivia) y su estancia en Potosí; allí le sorprendió la fiesta del Poverello. El superior, fray Jerónimo Manuel, comenzó la copla: "Tal enamorado/ nunca se ha visto, / pues fue con Cristo/ de amores llagado". Veintiún años más tarde todavía rememoraban aquella fiesta: "El padre Solano le tomó la copla y comenzó a cantar y a bailar juntamente delante de todos con tanto espíritu y fervor, y con tanta alegría, que traía el rostro tan abrasado en el fuego del amor de Dios, y de manera fue el regocijo que suspendió a los circunstantes y les hizo verter lágrimas". En noviembre de 1590 llega a su destino. Regenta la diócesis Fray Fernando Trejo y Sanabria. Allí permanece 5 años como misionero y doctrinero de Socotonio y la Magdalena. Su caridad y mansedumbre, netamente franciscanas, así como la pobreza de su hábito, la austeridad de su vida y la alegría de su semblante ganaron el corazón de los indios. Se aplicó al estudio de su lengua, especialmente la toconoté, que le enseñara el capitán Andrés García de Valdés. El violín era una ayuda formidable para su labor evangelizadora. En 1595 vuelve a Lima, convento de San Francisco de la Observancia, donde se fraguaban los criterios y decisiones que regían la vida franciscana en toda Sudamérica. En la Ciudad de los Reyes, viven Rosa de Lima recién confirmada con 9 años, Martín de Porras con 16 y el arzobispo Toribio de Mogrovejo a sus 57 años giraba su tercera visita por la diócesis limense.

Un día, Solano danza delante del Santísimo, saca coplas de enamorado a María y canta villancicos andaluces al Niño Dios. Contagia a los hermanos; fray Juan Navarrete, que le reprende por estas "irreverencias", termina tarareando él mismo coplas de su tierra en honor del Creador.

            Su sencillez encantadora nos la narra su acompañante fray Mateo Pérez: "Un día, estando en una ermita del convento de la "recolecta" para decir misa, y el señor marqués de Salinas don Luis de Velasco, virrey, presente en la ermita para ayudarla, como solía hacer, este testigo fue a la iglesia del convento por lumbre para encender las velas. Y el bendito siervo de Dios, en el entretanto, se puso a cantar chanzonetas en alabanza de Nuestro Señor y de su santa madre. De que el virrey quedó admirado, mostrando en sí gran gozo y contento de ver aquel acto [...] Este testigo le oyó cantar cuando llegó con la luz para decir la misa, y vido las acciones que el virrey hizo de contento".

Llegamos al 12 de julio de 1610. Es la hora del perdón comunitario y de la renovación de los votos. Se le interroga solemnemente, y el Padre Francisco sólo puede asentir. Comulga, cierra los ojos y queda en silencio de paz. Parece soñar dulcemente. De repente, un respiro y una palabra: "María. ¿Dónde está Nuestra Señora?". "Está de fiesta y le espera, vestida de Reina" - dirá el padre predicador Mendoza. A la mañana siguiente, le despierta el beso del negrito fray Antón, quien le susurra: "¿Se acordará de mí?". Francisco lo afirma por tres veces. Por fin, muy suavemente: "Hermano, persevere en el servicio de nuestro Señor y verá la vida eterna". Corre el 14 de julio de 1610, Solano luce en el Sol eterno. De la fama de su santidad habla bien a las claras que los primeros en acudir a la conducción del cadáver fuesen el virrey Marqués de Montesclaros y el arzobispo Lobo Guerrero; en la iglesia, la guardia de alabarderos apenas si puede contener a la multitud. En 1675 es beatificado y en 1726 llega su canonización.

 

 5. San Juan Macías

El 23 de enero de 1949, desde Olivenza (Badajoz), la cocinera Leandra Rebello Vásquez no podía dar crédito a lo que vieron sus ojos. Se encontraba en el Hogar de Nazaret, colegio de niños acogidos a la Protección de Menores, regentado por una institución religiosa fundada por el párroco del pueblo don José Zambrano. Era domingo y, además de la comida para los 5O chavales, había de preparar alimentos para los pobres de la población. Los bienhechores designados para ese día no trajeron  los alimentos. La criada encargada de preparar la comida, advirtiendo la exigua cantidad de arroz (unos 750 gramos), la arrojaba para su cocción al tiempo que se abandonó en su paisano beato Juan Macías:"¡Oh Beato, hoy los pobres se quedarán sin comida!".

 A continuación, aquella minúscula cantidad de arroz, al cocer, fe vista crecer de tal modo que al instante fue preciso trasladarla a una segunda olla; lo que se hizo una y otra vez. La multiplicación del arroz duró cuatro horas de una a 5 de la tarde cuando el recipiente que rebosaba fue apartado del fuego por mandato del párroco. Del alimento gustaron hasta hartarse los chicos del hogar, como la ingente multitud de pobres y necesitados. Leandra Rebello, protagonista del milagro de este "conquistador espiritual", presente el 28 de septiembre de 1975 en la canonización de Juan Macías, es digna sucesora de espíritus tan sencillamente magnánimos

 Nace nuestro santo en Ribera del Fresno, el 2 de marzo de 1585. En la Navidad de 1613, se despidió de sus familiares y amigos para marchar a Sevilla rumbo a América. Se embarcaría como criado de algún mercader que pagara su viaje y le diera un trabajo como medio de vida. 6 años de espera entre Jerez de la Frontera y Sevilla templaron su espíritu en la paciencia y perseverancia. Allí convive con mendigos y labradores, camina con los arrieros, se mezcla con los pobres que se amontonaban en las puertas de los conventos. En 1619 embarcó en Sevilla rumbo a Cartagena de Indias con un mercader, prestando sus servicios de pastor. Aquí pudo tratar con misioneros deseos de evangelizar las nuevas tierras. Al llegar a Cartagena se queda sin trabajo y sin sueldo. No obstante, reparte y socorre a los más necesitados con lo poco que tenía, recorre los templos de la ciudad y busca trabajo para ganarse el pan de cada día. En 1620 se dirige hacia Lima. Camina a sus 34 años por la ruta abierta por sus paisanos: Bogotá, Pasto, Quito... Se detiene en Pacasmayo para honrar la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe y llega por fin a Lima. Aquí trabaja como pastor, en San Lázaro, al servicio de Pedro Jiménez Melacho. En 1622 entra como lego dominico en el convento de Santa María Magdalena. En el nuevo convento, se sentirá como pez en el agua. Su compañero, otro santo, san Martín de Porras, el popular Fray Escoba, le animará a seguir practicando su amor fraterno y su humildad. También él era lego y también portero. Al finalizar el mes de agosto de 1645 enfermó de disentería. Su celda era visitada por los pobres y los ricos. A su cabecera se hallaba el virrey, marqués de Mancera. Murió el 17 de septiembre de 1645, contaba 6O años. Gregorio XVI le beatificó en 1837 y Pablo VI le canonizó en 1975.

 

6. Santa Mariana de Jesús (1618-1645), la Azucena de Quito, como fiel discípula de Cristo, "quería amar y abrazar lo que Cristo amó y abrazó, despreciar y desechar lo que el mundo ama y ansía…" De ahí que su vida de oración, penitencia y caridad iluminaban la vida de su pueblo. Su encuentro vivo con Jesucristo la llevaba a un compromiso radical con el prójimo. Aprovechando las ocasiones que se le presentaban, vivía el amor preferente de Jesús por los más afligidos y necesitados. Para remediar las necesidades humanas, repartía pan entre los mendigos, visitaba a los enfermos y consolaba a las familias desoladas por el castigo o la cárcel. También fue una excelente catequista teniendo una especial preocupación por los niños indígenas.

Es conocida como la Azucena de Quito por un suceso sobrenatural que le es atribuido: durante la convalecencia de la enfermedad que le aquejaba tras el sacrificio ofrecido, parte de los tratamientos médicos consistían en sacarle sangre que la muchacha de servicio echaba en una maceta del huerto, y en la misma nació días después una bellísima azucena. Es por eso que en la mayor parte de sus representaciones aparece con ésta flor entre sus manos o cerca de ella.3

7. San Miguel Febres (1854-1910) Hermano de las Escuelas Cristianas, recordando como discípulo el ejemplo del Maestro, que tuvo compasión por la ignorancia de su pueblo y le enseñaba en las colinas, puso todos sus esfuerzos en "la educación integral de las nuevas generaciones, movido por la convicción de que el tiempo dedicado a la formación religiosa y cultural de la juventud es de gran trascendencia para la vida de la iglesia y de la sociedad. ¡Con cuánto amor y  dedicación este apóstol de la escuela se entregó a los miles de niños y jóvenes que pasaron pos sus aulas durante largos años de su vida como educador!" (Juan Pablo II, Homilía de Canonización, 24 de octubre de 1984).

 

8. Santa Narcisa de Jesús (1833-1869). Nació en Ecuador, en la localidad de Nobol, cerca de Guayaquil, en 1833. Sus padres eran agricultores y fue la sexta de nueve hijos. Era aficionada a la costura, al servicio doméstico, también al canto y la guitarra. En la sencillez de los quehaceres domésticos se fue convirtiendo en una contemplativa enamorada de Dios; le gustaba retirarse a un bosquecillo cerca de su casa. Quiso seguir el ejemplo de la vida de la santa también ecuatoriana Marianita de Jesús (1618 – 1645. Tuvo como consejero al gran franciscano Pedro Gual, campeón de la defensa de la Inmaculada y de la inefabilidad del Papa. Le orientó decididamente en su vocación religiosa e ingresó como hermana de la Tercera Orden de San Francisco en nuestra Lima, en el convento dominico del Patrocinio, ubicado en la Alameda de los Descalzos. Aunque residía con las freilas o monjas con votos perpetuos, la Hermana Narcisa nunca hizo votos, pero se le permitió participar de la vida comunitaria. Tanto los religiosos como los laicos que frecuentaban el beaterio se percataron de la alta espiritualidad de Narcisa. Murió en el día de la inauguración del Concilio Vaticano I, ofreciendo sus últimos sufrimientos por este importante evento eclesial. Lima se agolpó a dar el último adiós a esta ecuatoriana tan querida por los limeños en virtud de su santidad.  Juan Pablo II la beatificó el 25 de octubre de 1992 y la canonizó el 12 de octubre del 2008, destacando "el ejemplo de su vida pura y piadosa, trabajadora y apostólica…nos muestra un camino de perfección cristiana asequible a todos los fieles"

9.  Beata Ana de los Ángeles (1602-1686) En 1985 tuvo lugar la inolvidable visita del Papa Juan Pablo II a nuestra Tierra. En aquella oportunidad, ante miles y miles de peruanos, beatificó, esto es, proclamó bienaventurada, a la primera que en Arequipa ha conseguido ese galardón. Fue la cuarta hija de los ocho del matrimonio formado por Sebastián de Monteagudo (natural de Villanueva de la Jara, Cuenca) y Francisca de León (arequipeña, hija del ex-corregidor Juan Ruiz de León). Vivían en unas casas detrás de las huertas y solares del convento de Nuestra Señora de las Mercedes. Su padre era comerciante, agricultor y dueño de una pulpería en el mismo domicilio, y después cerca de la Plaza de Armas, frente al templo de la Compañía. Era familiar del Santo Oficio o Inquisición. A los tres años fue entregada al Monasterio de Santa Catalina para ser educada por las religiosas. Allí estuvo hasta los 11 años, momento en que se le retiró para desposarla. Según el testimonio del capellán del Monasterio, Marcos de Meliá, tuvo una visión de Santa Catalina de Siena por la que un niño, Domingo, le mostraba el hábito dominicano y le llevó al convento. Una vez allí fue acogida con gran alegría por sus maestros. Domingo se encargó de avisar a sus padres que se negaron a aceptar tal gesto; su madre llegó incluso a decir: "Vete allá y no regreses más ni vuelvas a poner pie en esta casa", negándole la dote que tuvo que darle su hermano Francisco, futuro sacerdote.  Tras la profesión pública en 1619-1620 se dedicó por entero a Dios a la edad de 13-14 años. A fines de 1648 fue elegida priora por un período de tres años; tal evento fue motivo de burla y escarnio por parte de algunas religiosas que la consideraban pobre y sin capacidad para el mando. Sabemos sin embargo por el testimonio de la seglar Francisca de Monteagudo que su discurso de aceptación del cargo maravilló a todas. Nos narra Catalina de Cristo que en tal momento tomó las llaves del convento, las puso delante del Crucifijo del Coro y pidió que le dieran otra responsabilidad puesto que consideraba que no tenía ni capacidad de hablar ni de escribir para acometer dignamente las obligaciones de priora. Tan aceptó cuando escuchó la voz del Crucifijo: "Toma las llaves y gobierna, yo te ayudaré".

.Como Priora no tuvo temor en reclamar la puntual observancia de la Regla y las Constituciones que las monjas habían profesado vivir. Tuvo una devoción especial por las almas del purgatorio que según sor Catalina de Cristo (Butrón) fue motivada por un libro sobre San Nicolás de Tolentino a quien ella procuró imitar.

 Su celda era muy sencilla y contaba con una frazada y un colchón roto.

 Juan Pablo II, en su visita a Perú, la beatificó el 2 de febrero de 1985, destacando lo siguiente:

"En ella admiramos sobre todo a la cristiana ejemplar, la contemplativa, monja dominica del célebre monasterio de Santa Catalina, monumento de arte y de piedad del que los arequipeños se sienten con razón orgullosos [...] Todos encontraron en ella un verdadero amor. Los pobres y humildes hallaron acogida eficaz; los ricos, comprensión que no escatimaba la exigencia de conversión; los Pastores encontraron oración y consejo; los enfermos, alivio; los tristes, consuelo; los viajeros, hospitalidad; los perseguidos, perdón; los moribundos, la oración ardiente".

 

 

10. Beato P. Luis Tezza (1841-1923). En Lima vivió más de 20 años prodigando su caridad exquisita por doquier hasta que el Señor le llevó consigo en 1923. Acá se inició el proceso de canonización y aquí –la mañana del 5 de enero de 1994- se dio el milagro que le ha llevado a la gloria de Bernini. Justo enfrente de la Clínica que lleva su nombre y en la persona del albañil Domingo Nieves quien se salvó milagrosamente de perecer entre escombros, cuando laborando en un foso de cinco metros donde se iban a colocar las vigas se le cayeron encima cinco toneladas de piedras; los 4 albañiles y el ingeniero Pastor Chang escucharon su grito: "¡Dios mío, padre Luis Tezza, sálvame!".

Juan Pablo II compendió su vida como "ejemplo fúlgido de una existencia entregada totalmente al ejercicio de la caridad y de la misericordia para con cuantos sufren en el cuerpo y en el alma. Para ellos fundó el instituto de las Hijas de San Camilo, a las cuales enseñó a poner en práctica una confianza absoluta en el Señor: "¡La voluntad de Dios! Ésta es mi única guía –exclamaba-, el único objetivo de mis anhelos, al que quiero sacrificar todos". En este abandono confiado a la voluntad de Dios, tuvo como modelo a la Virgen María, amada con ternura y contemplada particularmente en el momento del fiat y en la presencia silenciosa al pie de la cruz".

 

11. Beato José Calasanz Marqués(1872-1936).Este salesiano colosal fue uno de los miles de mártires de la incivil Guerra Civil Española de 1936 a 1939 y que tuvo a su cargo la actual parroquia del Sagrado Corazón en el distrito limeño de Magdalena del Mar. Conoció a Don Bosco en la visita que hizo a Barcelona en 1886, ya que era entonces interno en la incipiente Casa Salesiana de Sarriá. Habiendo profesado a los 18 años, cinco años más tarde, en Navidades de 1895, cantaba allí mismo su Primera Misa. Secretario del Siervo de Dios don Felipe Rinaldi durante diez años, se le encargó después de la dirección del Colegio de La Esmeralda en las Corts de Sarriá, que en 1905 se trasladaba a Matará. Dejó esta Casa en 1916 para dirigir la de Camagüey (Cuba), de donde pasó a ser Provincial de la Inspectoría Boliviano-Peruana. Aquí, nada más llegar en 1923, el entonces arzobispo de Lima, Monseñor Emilio Lissón lo nombró vice párroco de la entonces viceparroquia de San Miguel y Magdalena del Mar, y desde 1925 de su Inspectoría de procedencia, la Tarraconense. Al regresar a Valencia, fue capturado junto con otros Salesianos mientras llevaba a cabo un Retiro

Habiendo pasado con los demás salesianos una semana en la cárcel de Valencia, fue detenido por unos milicianos de Mislata, que, al ver la sotana en su maletín, le preguntaron si era cura:

—Sí, soy Sacerdote Salesiano, respondió con calma y dignidad.

Fue conducido de pie en un camión hacia Valencia, y al llegar al Puente de San José, el disparo de un fusil que llevaba un mozalbete, desobediente a quien le indicaba el peligro anejo a la forma de llevar el arma, acabó con su vida el 29 de julio de 1936.

12. Beata Ascensión Nicol Goñi. 1868-1940. Española de origen navarro, la Madre Ascensión del Corazón de Jesús --Florentina Nicol Goñi, nació el 14 de marzo de 1868 en Tafalla. Ingresó en las religiosas dominicas de la Tercera Orden de Huesca, fue profesora y directora del colegio anexo al monasterio. Ella escribió una carta al mundo entero ofreciendo trabajo. Al año siguiente, se presentó el P. Ramón Zubieta en la portería del colegio: "Soy un misionero del Perú, de la Prefectura Apostólica de Santo Domingo de Urubamba y Madre de Dios, y vengo para hablar de misiones. Al poco tiempo el Padre fue nombrado obispo y a los pocos meses zarpaban todos para Perú. Viven por más de un año en el Beaterio de Nuestra Señora del Patrocinio y el 16 de junio de 1915 partía la primera expedición misionera de mujeres para la Selva. El Callao-Mollendo-Arequipa-Cuzco-Tirapata-Astillero-Puerto Maldonado. Allá comienzan a entablar amistad con la gente. Fundan un colegio internado para niñas. Madre Ascensión vivirá feliz: Unas veces tendrá que dejar su celda para una joven machiguenga, otras tendrá que aguantar la pobreza de la casa que con 18 internas y sin ninguna subvención carecía hasta de lo más necesario. Sin embargo, ella escribe: ¡Cuánto bien se hace, Madre mía, en nuestra Misiones y qué cerca del cielo se siente el ama en esas apartadas regiones!"

Es el inicio de la fundación de las Hermanas Dominicas del Santísimo Rosario, de las que fue la primera superiora general. El 24 de febrero de 1940 falleció en Pamplona (España).

13. Beata Mercedes de Jesús Molina  Fundadora del Instituto de las Hermanas de Santa Mariana de Jesús. Nació en Baba, Guayaquil, el 24 de septiembre de 1828, hija de don Miguel Molina y Arbeláez y de doña Rosa Ayala y Aguilar. A los quince años de edad sufrió el gran dolor de perder a su madre; era entonces una bella jovencita que atraía poderosamente a muchos gentiles galanes que rondaban su casa con pretensiones amorosas, pero en 1849, cuando acababa de cumplir veintiún años, renunció a un brillante matrimonio, y al frente de un asilo de huérfanos se dedicó a la acción social y evangélica. Entonces repartió todos los bienes que había heredado de sus padres -destinándolos a obras para los pobres-, y colaboró con la incipiente Junta de Beneficencia de Guayaquil (institución de servicio social existente hasta nuestros días). Mercedes se entregó por entero a Dios y emitió votos de virginidad perpetua tomando el camino del sacrificio, la bondad, la oración y la meditación. Sucedió entonces que estando en oración contemplativa, siguiendo los pasos de Mariana de Jesús a quien imitaba en su amor a Dios, éste le manifestó, a través de un rosal florido, que fundaría un colegio religioso. En 1863 conoció a Narcisa de Jesús Martillo Morán, con quien compartió su casa por largo tiempo para ayudarse mutuamente en el camino de la cruz, y practicar juntas la virtud, la oración y la penitencia.  En 1870 viajó al oriente con el propósito de evangelizar a los jíbaros, y tres años más tarde, luego de cumplir con su labor cristiana a costa de muchos sufrimientos, el Señor la condujo a la ciudad de Riobamba donde el 14 de abril de 1873 vio cristalizado su deseo de fundar un instituto religioso, al que puso bajo el patrocinio de la santa quiteña Mariana de Jesús.  Posteriormente continuó llevando una vida ejemplar, de amor al prójimo y de sacrificio hasta el heroísmo, y debido al ayuno y la penitencia su cuerpo se fue debilitando poco a poco hasta que la muerte la sorprendió, en olor a santidad, el 12 de junio de 1883.  Juan Pablo II la beatificó el 1 de febrero de 1985, Guayaquil."El Obispo de Roma y Sucesor de Pedro ha venido hasta vosotros, para realizar el acto de la beatificación y elevación al honor de los altares de la humilde hija del Ecuador, la Madre Mercedes de Jesús Molina y Ayala, fundadora de las Religiosas Marianitas…Una humilde hija de esta tierra, la Beata Mercedes de Jesús Molina, recibe hoy aquí, no lejos de su aldea natal de Baba, entonces cantón de Guayaquil, hoy provincia de Los Ríos, el reconocimiento de sus virtudes. En ella veneramos una cristiana ejemplar, una educadora y misionera, la primera fundadora de una congregación religiosa ecuatoriana que como un inmenso rosal, según el sueño y la inspiración de la Madre, se extiende ya por diversas naciones, perfumando con su apostolado la Iglesia en América Latina.  Y es una alegría para todo el pueblo cristiano del Ecuador que desde hoy pueda venerar, junto a la «azucena de Quito», Santa Mariana de Jesús, a la «rosa de Baba y Guayaquil», la Beata Mercedes de Jesús. Ellas son perfume de santidad y poderosa intercesión celestial, ejemplo y estímulo de una auténtica vida cristiana para todos los hijos de esta tierra.

 

14-15-16 Beatos Mártires de Chimbote (5 diciembre 2015)

Miguel Tomaszek: 23-9-1960+ 9-8-1991

Nació el 23 de septiembre de 1960 en Lekawica (Polonia). Tras los estudios de primaria en su pueblo natal, cursó la secundaria en el seminario Menor de los Franciscanos Conventuales. Emitió sus votos religiosos el 1 de septiembre de 1981 en Legnica. Comienza sus estudios de Filosofía y Teología en Cracovia. Es ordenado sacerdote el 23 de mayo de 1987. Ejerce su primera misión sacerdotal en Pierigle, en el convento franciscano de Cracovia. Llega a Perú para organizar el primer convento en Pariacoto.

 

 Zbigniew Adan Strzalkowski, 3-7-1958 +9-8-1991

Nace el 3 de julio de 1958 en Tarnow. Cursa primara en Zawaola y continúa sus estudios técnicos en Tarnow. Ingresa en la orden franciscana conventual en 1979 y los estudios de filosofía y teología en 1980. Fue uno de los iniciadores del movimiento ecológico en el seminario de Cracovia. Fue ordenado sacerdote el 7 de junio de 1986. Su primer destino pastoral fue en el seminario Menor de Legnica. El 28 de noviembre de 1988 viene con el P. Jaroslaw Wysoczanski a Perú para abrir la primera comunidad en nuestra tierra, trabajando en Moro y Pariacoto.

Los dos misioneros, en unión del Padre Jarek fueron los fundadores del Convento de Pariacoto el 30 de agosto de 1989, con la misión de atender pastoralmente a cuatro parroquias rurales de la Cordillera Negra: Pariacoto, Yaután, Cochabamba y Pampas Grandes. Los tres soñaban con renovar la Orden, los tres visitaron en Varsovia la tumba del P. Jorge Popieluszko, mártir polaco de nuestro tiempo. La última celebración litúrgica en Polonia la vivieron en el Santuario de la Virgen de Rychwald, y que ellos llamaban "de Fátima" con la presencia de Monseñor Julián Groblicki, quien les entregó las cruces y les bendijo para su viaje misionero. Una vez concluida la misa de la noche del viernes 9 de agosto de 1991 en Pariacoto, los sacerdotes polacos P. Michel y P. Zbigniew, franciscanos, encargados de la parroquia del distrito se reunieron como habitualmente lo hacían con los animadores y catequistas para intercambiar opiniones y decidir las acciones que acometerían desde la parroquia en beneficio de la comunidad. Aquella noche un grupo de senderistas armados, con los rostros cubiertos, irrumpieron en la Casa Parroquial preguntando por los carros y solicitando que saliesen los padres. Ataron a los dos, ante la protesta de la Hermana Bertha, a quien contestaron los terroristas:

- No se preocupe, volverán, los necesitamos para una acción, por las dudas los atamos.

Los terroristas inquirieron por más religiosos o padres. Al decirle el P. Zbysek que vivían también tres postulantes, los terroristas los reclamaron, pero el Padre se negó: "No, ellos no. No son sacerdotes". Los terroristas no cejaron en su búsqueda hasta dar con los carros. Encontraron un largavista de la celda del P. Zbyszek. Al regresar ya no encontraron al P. Miguel. La Hermana Bertha comenzó a protestar sin que le hiciesen caso. Ordenaron a todos subir al auto y se dirigieron a la municipalidad donde encontraron el otro carro y al P. Miguel. Después de una violenta discusión entre los terroristas se dirigieron a Cochabamba. Enseguida obligaron a la Hermana Bertha a salir del auto; luego arrojaron una bomba incendiando el puente de Pariacoto. Hacia las 9 de la noche, camino a Pueblo Viejo, los padres y el alcalde fueron sacados del auto y tendidos en el piso, con rostro en tierra, les dispararon cobardemente en un acampado. El P. Miguel y el alcalde recibieron dos tiros en la nuca y el P. Zbyszek, un tiro cerca de la oreja y otro en la parte central de la columna vertebral.

 

. P. Alejandro Dordi.  Había nacido en Gromo San Marino (Bérgamo, Italia) el 22 de enero de 1931. Ordenado sacerdote el 12 de octubre de 1954, ingresó a la Comunidad Misionera de El Paradiso, formada por diocesanos. Desde allí fue enviado a trabajar al interior del país, luego a Suiza y a Perú, en 1980. En nuestra tierra se hizo cargo de la parroquia del Señor Crucificado de Santa (Chimbote), acompañando la formación de catequistas y de líderes rurales. Preocupado en formar comunidades, animó a la gente a caminar juntos sorteando todo tipo de dificultades. En 1983 trabajó decididamente al lado de la comunidad en la reconstrucción de los canales de regadío destruidos por las inundaciones de ese año. Promovió varios centros comunales como un centro destinado a la mujer que se convertiría posteriormente en un CEO en el que se dictan cursos de corte y confección, enfermería y secretariado. De igual modo desarrolló una constante labor con los jóvenes de Santa entre los que despertó un claro compromiso por la comunidad, logrando varias vocaciones.

Era un 25 de agosto de 1991, a las 3.30 de la tarde, cuando el Padre Sandro se dirigía a celebrar misa en Vinzos, pueblo de la sierra de Canta, cuando fue interceptado por unos encapuchados que bajaron a sus acompañantes de la camioneta y dispararon a quemarropa al Padre. El pueblo de Santa perdió un sacerdote y ganó un santo mártir.

 

17-18 CON EL SEÑOR DE LOS MILAGROS

El paso del Señor de los Milagros avanza incontenible,  se hace arrollador, con el paso del tiempo. Se habla de la procesión más larga de América, de símbolo emblemático de la identidad peruana  dentro y fuera de la patria, de expresión cultural afroperuana, cuaresma limeña, del gran misionero de Lima, aglutinante de los peruanos migrantes, la mayor fuente de trabajo para los informales de octubre, el principal estandarte religioso de los mega eventos católicos

De estos dos pilares fundacionales se conserva un vivo recuerdo como se manifiesta en las lápidas de los sepulcros en el interior del templo. El de Sebastián de Antuñano: "Aquí yacen los restos del Hermano Sebastián de Antuñano, nuestro cofundador de nación vizcaíno-español, quien desde el año 1684 se consagró a promover el culto y devoción a Nuestro Señor de los Milagros y cooperó eficazmente a la fundación del Beaterio de Nazarenas, actual Monasterio de Carmelitas Descalzas Nazarenas". . En 1684, Antuñano se había dirigido a la ermita del Señor de los Milagros y, mientras contemplaba la santa efigie, había sentido una voz interior que le susurraba claramente: «Sebastián, ven a hacerme compañía y a cuidar del esplendor de mi culto». Puesto de rodillas ante la imagen, le había ofrecido un servicio incondicional hasta la muerte

. De Madre Antonia Lucía: "Aquí yacen los restos de la Sierva de Dios, Madre Antonia Lucía del Espíritu Santo, fundadora del Instituto Nazareno, elegida por el Señor de las Maravillas para cuidar su culto y propagar su devoción. Falleció en olor de santidad en esta ciudad de Lima el 17 de agosto de 1709". Había nacido el 12 de diciembre de 1646 en Guayaquil, llegó al Callao y puso las bases de lo que hoy son las Carmelitas Nazarenas. Sin duda que la devoción a Nuestra Señora de la Nube se le debe a ella.

 

19. Gabriel García Moreno (1821-1875). Nace en Guayaquil, Ecuador. Pronto se distingue por su mente despierta y su corazón anhelante de nuevas conquistas. A los 15 años empieza a estudiar, en la Universidad de Quito, filosofía y leyes. Termina el doctorado con 25 años y se dedica a escribir y actuar como político católico. Viaja a Europa, vuelve a Ecuador. Empieza a ser perseguido por sus ideas políticas, por lo que sufre el exilio. Lee y estudia una cantidad enorme de libros de historia, filosofía, ciencias: su deseo de saber parece inagotable. Regresa nuevamente a su patria. Pasa, sin embargo, por un periodo de cierto apartamiento religioso, pues no acude ni a misa ni a la confesión, aunque públicamente defiende a la Iglesia católica. Un día, un ateo con el que discute le hace ver su incoherencia: ¿cómo alguien que promueve ideas católicas luego no practica lo que dice creer? Para Gabriel García esas palabras son la ocasión para dejarse tocar por la gracia y dar el paso hacia una profunda conversión. Se confiesa y desde entonces acude a misa cada día. Su carrera política lo lleva primero a ser alcalde de Quito (1857), luego senador y, finalmente, presidente de la República de Ecuador (desde 1861). Llega al poder en momentos difíciles para su patria, herida por luchas continuas y por gobernantes que han buscado, de un modo o de otro, eliminar de la vida pública cualquier huella de la fe católica. Desde su puesto de estadista, Gabriel García Moreno emprende una labor inmensa de reconstrucción, al mismo tiempo que reduce el gasto público. No olvida los valores católicos de su pueblo, por lo que busca promover la presencia de la fe también en la vida pública. En 1865 deja el cargo, pero a los 4 años vuelve a ser reelegido como presidente de Ecuador (1869-1875). En ese segundo periodo lanza el proyecto de consagrar su patria al Sagrado Corazón de Jesús. La idea es propuesta primero a los obispos, que la aprueban. Luego obtiene el voto favorable en el Congreso. Ecuador será el primer país del mundo en consagrarse al Corazón de Cristo, en el año 1873. Los enemigos y críticos no faltan, y Gabriel García vislumbra que la muerte puede llegarle en cualquier momento. No por ello deja de cumplir su deber. Mantiene una oración frecuente y participa siempre que puede a la misa y a otros actos de culto. Su vida espiritual queda reflejada en unas notas personales que puso en las últimas páginas de una copia de la "Imitación de Cristo", el famoso libro de Tomás de Kempis que García Moreno llevaba siempre consigo. En esas notas leemos lo siguiente: "Oración cada mañana, y pedir particularmente la humildad. En las dudas y tentaciones, pensar cómo pensaré en la hora de la muerte. ¿Qué pensaré sobre esto en mi agonía? Hacer actos de humildad, como besar el suelo en secreto. No hablar de mí. Alegrarme de que censuren mis actos y mi persona. Contenerme viendo a Dios y a la Virgen, y hacer lo contrario de lo que me incline. Todas las mañanas, escribir lo que debo hacer antes de ocuparme. Trabajo útil y perseverante, y distribuir el tiempo. Observar escrupulosamente las leyes. Todo ad majorem Dei gloriam exclusivamente. Examen antes de comer y dormir. Confesión semanal al menos". Durante el año 1875 la situación de su país se hace cada vez más tensa. Grupos de opositores, sobre todo entre los liberales, lanzan continuos ataques contra García Moreno. Incluso algunos hipotizan que pueda cometerse un magnicidio. A pesar del ambiente hostil, la mayoría de las fuerzas políticas deciden reelegirlo por tercera vez para ocupar la presidencia de Ecuador. Pero algunos ya han decidido asesinarlo. García Moreno sabe que sus días están contados. En julio de 1875, después de ser reelegido, escribe una carta al Papa Pío IX: "Ahora que las logias de los países vecinos, instigadas por las de Alemania, vomitan contra mí toda especie de injurias atroces y calumnias horribles, procurando sigilosamente los medios de asesinarme, necesito más que nunca la protección divina para vivir y morir en defensa de nuestra religión santa y de esta pequeña república... ¡Qué fortuna para mí, Santísimo Padre, la de ser aborrecido y calumniado por causa de Nuestro Divino Redentor, y qué felicidad tan inmensa para mí, si vuestra bendición me alcanzara del cielo el derramar mi sangre por el que, siendo Dios, quiso derramar la suya en la Cruz por nosotros!". A los pocos días, el 4 de agosto, dirige unas líneas a un amigo: "Voy a ser asesinado. Soy dichoso de morir por la santa fe. Nos veremos en el cielo". El día fatal llega dos días después. El 6 de agosto de 1875, Gabriel García Moreno va a misa a las 6 de la mañana. Los asesinos ven mucha gente en la iglesia, y deciden esperar. Un poco más tarde, el presidente se dirige a la catedral. Le dicen que alguien le espera fuera. Sale, y el grupo de asesinos se abalanza sobre él. Lo hieren a muerte con golpes de machete y armas de fuego. A los pocos minutos, después de recibir los sacramentos, fallece.

 

20. TERESITA, FRUTO DEL NUEVO MUNDO, A ZAGA DE LA HUELLA DE SU TÍA TERESA El influjo de su santidad ejemplar y lecciones que aún hoy pueden servirnos

 

Por último,  –considerando los 500 años del nacimiento de Santa Teresa- , quiere compartirles el fruto del estudio de una ecuatoriana deliciosa, sobrina de la gran santa, a la que he dedicado un libro y varios artículos.

Tal como escribe la Santa en su autobiografía, fueron doce hermanos: "éramos tres hermanas y nueve hermanos" (Vida I, 4) Siete de ellos se establecieron en América. Lorenzo, padre de Teresa, vino al Perú con la expedición de Vaca de Castro en 1540. Se avecina en Quito hacia 1549. El 1° de enero de 1550 fue nombrado regidor del cabildo y, el 23 del mismo mes, tesorero de las Cajas Reales. Desempeñó los cargos de teniente de gobernador y capitán general, así como de alcalde ordinario de la ciudad. El 18 de mayo de 1556 se casa con doña Juana de Fuentes y Espinosa, oriunda de Trujillo (Perú).  El 25 de octubre de 1566 nace Teresa. La educación fue la mejor que podía darse en una ciudad naciente que no contaba siquiera con un convento o colegio de niñas. La pequeña aprendió a leer y a escribir correctamente. Al llegar a Sevilla su tía queda prendada con la sobrina, la cual no ahorra calificativos: "La Teresa habrá ocho o nueve años, harto bonita y hermosa"(C. 86, 3). Su vivencia indiana estará siempre presente. Cualquier menudencia le sirve a la Santa para mencionar a Teresita. Así, al escribir a María de San José que las monjas no quieren la estameña tan cara, anotará "la de que se hacen las sayas por acá es como las que se hacían a Teresa, y más grosero" (C. 122, 1). O cuando da cuenta de que"no parece el 'Agnus Dei' / grande de Teresa, ni las dos sortijas de las esmeraldas" (C. 126, 4).

La joven Teresita, sobrina carnal preferida, será testigo de los tremendos sufrimientos de la Santa reformadora, pero sobre todo nos transmite la humildad, obediencia y paz gozosa con que lleva todos los contratiempos de la vida. Teresita graba fielmente en su retina los sublimes ejemplos de su tía. Nos fijamos en los aspectos más sobresalientes subrayados por ella tal como lo manifiesta sus declaraciones en los dos procesos, el primero el 22 de enero de 1596 donde menciona con frecuencia que "esta declarante""vio", "estuvo presente". La segunda tuvo lugar el 9 de septiembre de 1610 en el Convento de San José ante el Dr. Pedro de Tablares, arcediano de la catedral, juez apostólico, ante Francisco Fernández de León, notario público apostólico, el mismo de 1598.

1.      La cautivadora sencillez y unción de sus libros: "Con ser tan desapegada e incrédula de las cosas de la Santa madre Teresa de Jesús, que la hacía la lectura del dicho libro un movimiento particular interior" (D2, 330).

2.      Su amabilidad: "Y así vio esta declarante muchas veces que se rendía al parecer de sus súbditas y se le pedía con gran humildad" (D2, 331) (...) "la grande humildad que tenía y del conocimiento de lo poco que en sí era, una grande estima de los prójimos y de cualquier virtud que en ellos veía" (D2, 332).

3.      Caridad social: "(...) del mismo amor que tenía a Dios la esforzaba tanto, que atendía a las necesidades de los prójimos y al consuelo como si no tuviera otra cosa a que acudir. Visitaba a las enfermas ..muy ordinario estaba oyendo a diferentes personas sus penas, sucesos y negocios (D2, 341).

4.       Siempre lo más perfecto: "Tenía hecho voto de hacer siempre lo más perfecto...De ordinario andaba alabando a Dios Nuestro Señor... Todos los trabajos le parecían pequeños por su amor, y así decía que le parecía pasara muchas muertes, porque un alma le sirviera" (D1, 192).     

A cubrir el vacío dejado por la muerte de Teresa en el convento de San José ayudaría la elección de nueva priora y la profesión de la joven. Cuenta 16 años y vivirá en San José hasta los 44. Los últimos días de su vida los dedicará al Informe para la canonización de su tía. La declaración será extensa, precisa y llena de fervor hacia la santa. Probablemente tuvo lugar en su propia celda, pues la hizo la víspera de su muerte. En ella campea la gracia a raudales y un sentimiento puro de gratitud, de anonadamiento ante la obra de Dios en las almas, particularmente en la de Santa Teresa, de la que ella ha sido testigo cualificado

Nos quedamos con cuatro lecciones: Leer buenos libros (formarse), amabilidad (humildad-coherencia), caridad (voluntariado-misericordia), lo más perfecto (alabando y actuando; en todo amar y servir).

 

 

CONCLUSIÓN

Jóvenes, amigos. Les dejo con un buen puñado de ejemplos de estas tierras ensantadas del Perú y Ecuador. El convertido escritor G. Bernanos sentenció: "La juventud es quien mantiene al resto del mundo a la temperatura normal; cuando la juventud se enfría al resto del mundo le castañetean los dientes". Y no se te olvide: "No digas que es imposible; di que todavía no lo has hecho". Ánimo, que puedes. No te canses nunca de estar empezando siempre. Todo está en dar un primer paso. ¿Te acuerdas del joven rico? Dice el Evangelio que Jesús, "mirándolo lo amó", pero le dio libertad: "Si quieres...". Mira a María, la mujer más limpia que el pecado, siempre joven, siempre virgen, siempre Madre. Pronunció un Sí, Hágase, en la Anunciación, que vivió durante toda su vida, especialmente en el ESTAR del Calvario. Su vida se convertirá en un magníficat de calidad total. Y, nuestro suelo, será un cielo. Hoy está de moda hablar de valores, paradigmas. Detrás de estos personajes hay grandes valores. Todos ellos tienen algo en común, su gran valía de verdad, coherencia, santidad. Les animo a encomendarnos a ellos para seguir al único Camino, Verdad y Vida que es Cristo. Lo hacemos con el Mensaje papal por la Jornada Mundial de la Juventud Cracovia 2016 «Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia» (Mt 5,7)

Después de haberles explicado a ustedes en modo muy resumido cómo ejerce el Señor su misericordia con nosotros, quisiera sugerirles cómo podemos ser concretamente instrumentos de esta misma misericordia hacia nuestro prójimo. Me viene a la mente el ejemplo del beato Pier Giorgio Frassati. Él decía: «Jesús me visita cada mañana en la Comunión, y yo la restituyo del mísero modo que puedo, visitando a los pobres». Pier Giorgio era un joven que había entendido lo que quiere decir tener un corazón misericordioso, sensible a los más necesitados. A ellos les daba mucho más que cosas materiales; se daba a sí mismo, empleaba tiempo, palabras, capacidad de escucha…

Queridos jóvenes, Jesús misericordioso, retratado en la imagen venerada por el pueblo de Dios en el santuario de Cracovia a Él dedicado, les espera. ¡Él se fía de ustedes y cuenta con ustedes! Tiene tantas cosas importantes que decirle a cada uno y cada una de ustedes... No tengan miedo de contemplar sus ojos llenos de amor infinito hacia ustedes y déjense tocar por su mirada misericordiosa, dispuesta a perdonar cada uno de sus pecados, una mirada que es capaz de cambiar la vida de ustedes y de sanar sus almas, una mirada que sacia la profunda sed que demora en sus corazones jóvenes: sed de amor, de paz, de alegría y de auténtica felicidad. ¡Vayan a Él y no tengan miedo! Vengan para decirle desde lo más profundo de sus corazones: "¡Jesús, confío en Ti!". Déjense tocar por su misericordia sin límites, para que ustedes a su vez se conviertan en apóstoles de la misericordia mediante las obras, las palabras y la oración, en nuestro mundo herido por el egoísmo, el odio y tanta desesperación.

Lleven la llama del amor misericordioso de Cristo – del que habló San Juan Pablo II – a los ambientes de su vida cotidiana y hasta los confines de la tierra. En esta misión, yo les acompaño con mis mejores deseos y mi oración, les encomiendo todos a la Virgen María, Madre de la Misericordia, en este último tramo del camino de preparación espiritual hacia la próxima JMJ de Cracovia, y les bendigo de todo corazón.

 

En Aparecida el Papa Benedicto XVI propuso esta bella oración para pedir por DISCÍPULOS Y MISIONEROS SANTOS. Recordemos que uno de los redactores de las conclusiones de aquel evento fue nuestro Papa Francisco: Oremos, pues

Señor Jesucristo,

Camino, Verdad y Vida,

rostro humano de Dios

y rostro divino del hombre,

enciende en nuestros corazones

el amor al Padre que está en el cielo

y la alegría de ser cristianos.

Ven a nuestro encuentro

y guía nuestros pasos

para seguirte y amarte

en la comunión de tu Iglesia,

celebrando y viviendo

el don de la Eucaristía, cargando con nuestra cruz,

y urgidos por tu envío.

Danos siempre el fuego de tu Santo Espíritu,

que ilumine nuestras mentes y despierte entre nosotros

el deseo de contemplarte, el amor a los hermanos,

sobre todo a los afligidos, y el ardor por anunciarte

al inicio de este siglo. Discípulos y misioneros tuyos,

queremos remar mar adentro, para que nuestros pueblos

tengan en Ti vida abundante, y con solidaridad construyan

la fraternidad y la paz. Señor Jesús, ¡Ven y envíanos!

María, Madre de la Iglesia, ruega por nosotros. Amén


LA TEJEDORA VEGUETANA en el MUSEO DE LA CULTURA PERUANA

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Texto enviado gentilmente por Miguel Angel Silva Esquen, después de su conferencia en el Museo de la Cultura Peruana. Fotos del CEPAC, gracias a Angélica Carazas


LA  TEJEDORA  VEGUETANA

 

Porque en Végueta nací

tejo la mejor estera,

y usté  verá que es así,

cuando la tenga, casera.

 

Porque a mi tierra, señora,

Dios lua dado, por fortuna

una bonita laguna

dionde saco la totora.

 

Este oficio lua aprendía,

de mi agüela y de mi madre,

y yo lo enseño a mi hija,

le cuadre o no le cuadre.

tendrá que ser tejedora,

no cabe duda, ninguna,

mientras crezca la totora

en la bendita laguna.

 

La esterita veguetana,

sirve de camita al pobre,

de cortina a la ventana

pues, solo vale unos cobres;

y, sia caso a usté lo cae,

mucha gente, de improviso,

no se priocupe, casera,

y tienda su estera en el piso.

 

Lo cuento, quiantes, las casas

las hacían de totora,

y solo con una estera

la puerta estaba tapada.

Es que la gente de entonces

era modelo de honrada,

y no como la de ahora,

que roba, tanto señora.

 

Y lo contaré la historia,

de mi veguetano suelo,

igual que me la contó

El finadito, mi agüelo:

Decía, quiuna mañana,

cuando sacaba totora,

sia apareció di repente,

"La Escuadra Libertadora".

 

Entonces, los veguetanos,

como valientes peruanos

no se hicieron esperar,

al llamado del clarín,

porai sioye comentar,

quien no faltó tejedora,

que lo tejió con totora

una esterita a San Martín.

 

Por eso yo tengo a orgullo,

Ser cholita, bien peruana,

Y más, por añadidura:

¡Tejedora Veguetana¡

 

 

FLOR DE MARÍA DRAGO PERSIVALE

Huacho, 1925-1982. 

LA MUJER EN LA DEVOCIÓN AL SEÑOR DE LOS MILAGROS

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LA MUJER EN LA DEVOCIÓN AL SEÑOR DELOS MILAGROS

El año 2001, con motivo del 350 aniversario de la imagen del Señor de los Milagros, el Papa San Juan Pablo II envió una conmovedora carta personal firmada con su puño y letra al Cardenal Juan Luis Cipriani, Arzobispo de Lima, denominando al Cristo Moreno "primer misionero de Lima" y señalando su devoción como la más multitudinaria de Latinoamérica. Además, se unió espiritualmente "al gozo de tantos limeños y peruanos por esta oportunidad singular de encontrarse de nuevo con Cristo, que ha querido manifestar su cercanía entrañable a través de esa imagen secular, exhortándoles ardientemente a renovar su fe y a fortalecer su esperanza".

En 1995, Año Internacional de la Mujer, el mismo Pontífice escribió una bella carta sobre las mujeres para "dar gracias al Señor por su designio sobre la vocación y la misión de la mujer en el mundo" como agradecimiento concreto y directo a las mujeres, a cada mujer, por lo que representan en la vida de la humanidad: mujer-madre, mujer-esposa,  mujer-hija y mujer-hermana,  mujer-trabajadora,  mujer-consagrada,…¡por el hecho mismo de ser mujer! Con la intuición propia de tu femineidad enriqueces la comprensión del mundo y contribuyes a la plena verdad de las relaciones humanas".

La presente muestra quiere también rendir un sentido homenaje a las mujeres que desde el primer momento, dedicaron lo mejor de sí al Señor. Le ofrecieron su canto como las hermanas cantoras, el incienso como las sahumadoras, su total consagración al Señor como las nazarenas. Y tantas anónimas que le brindan sus flores y su belleza, sus oraciones y devoción, sus sacrificios y donación, su ternura y compasión. Hacemos memoria de algunas protagonistas que sirven como representantes: Antonia Maldonado, Josefa de la Providencia, doña Pepa, Isabel Rodríguez de Larraín

SAHUMADORAS

Participaron en los primeros homenajes al Cristo de Pachamamilla en 1671 y en los recorridos procesionales desde 1687 hasta hoy. En la actualidad, suman 320 las integrantes. En los tiempos del Virreinato era costumbre, entre las familias distinguidas, enviar a las procesiones a sus criadas de confianza como sus representantes; vestidas con el tradicional hábito morado llevaban pebeteros de plata labrada y oro quemando en sus braseros el aromático olor –compuesto por carbón de sauce, una mezcla de incienso y mirra- para limpiar y proporcionar un ambiente agradable al Señor y como símbolo y representación de sus plegarias. Las Sahumadoras "confeccionan las alfombras de flores, decoran el atrio y el altar Mayor, para que el Señor, a su regreso a Las Nazarenas, encuentre la casa muy bonita".

CANTORAS

Actualmente, el grupo está integrado por más de doscientas sesenta cantoras; se dividen en cuatro sectores, cada uno de los cuales cuenta con unas sesentaicinco, que se van turnando. Todas visten el tradicional hábito morado y mantilla blanca. Sus voces, incansables, se dejan escuchar en todo el recorrido, sin ser apagadas en ningún momento por las bandas de músicos.

CARMELITAS NAZARENAS

Las Madres Carmelitas han sido y son el alma de este culto multisecular. Se guardan en su archivo, las profesiones, las dotes, los testimonios de su fervorosa dedicación, los documentos del proceso de beatificación de Madre Antonia Lucía. El reciente Museo es una muestra de su generoso compartir el patrimonio de belleza artística y espiritual custodiado por varios siglos. Su carisma no es otro que el de la orden carmelitana descalza, muy sintonizada desde Santa Teresa con la devoción al Cristo llagado y crucificado

 

Antonia Maldonado. En vida religiosa Antonia Lucía del Espíritu Santo, fervorosa dama ecuatoriana, quien había fundado en el Callao un Beaterio, al que denominó Colegio de Nazarenas, luego trasladado a Lima cerca del actual templo y primera en aceptar el encargo de Sebastián de Antuñano de consagrarse de por vida al Señor.

 

Josefa de la Providencia. Superiora que sucede a la fundadora Sor Antonia Lucía, y quien, tras 18 años de lucha, consiguió que en 1720 el rey de España, Felipe V, y el Papa Benedicto XIII, en 1727, otorgaran la licencia y aprobación para la fundación del Monasterio de las Nazarenas y su transformación en el monasterio de clausura agregado a la Orden de las Carmelitas Descalzas.

Doña Pepa y su turrón. El nombre de la creadora del exquisito y emblemático manjar se debe a una mujer que vivía en un fundo algodonero, en el Valle de Cañete: Josefa Marmanillo, Doña Pepa. Ella fue curada milagrosamente de una parálisis y para demostrar su agradecimiento al Señor por tal maravillosa obra elaboró el famoso turrón que compartió con los más allegados, quienes lo bautizaron con el nombre de Turrón de Doña Pepa.

Isabel Rodríguez-Larraín, autora del Himno. Todo el fervor y las manifestaciones populares ha sido recogido de forma admirable por el himno: creado por Isabel Rodríguez Larraín en 1954, que nació en Lima, en una casa ubicada frente a la iglesia de San Marcelo, el 5 de julio del 1903 y falleció el 28 de abril de 1991, cuando estaba a punto de cumplir los 88 años de edad. 

 

LA PIEDAD POPULAR, CAMINO DE ENCUENTRO CON DIOS. P. Pedro Hidalgo Díaz

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Panel en el Seminario

 

UNA IGLESIA AL SERVICIO DE LA SOCIEDAD

PRESENCIA DE DIOS EN LA REALIDAD PERUANA, con motivo de los 50 años de la clausura del Concilio Vaticano II

14 de octubre de 2015

 

Pedro Hidalgo Díaz, pbro.

 

LA MISIÓN DE CRISTO SE CONCRETÓ EN DAR DIOS

Nos convoca este seminario titulado A 50 años del Concilio Vaticano II, Una Iglesia al servicio de la sociedad. El título es muy elocuente pues expresa lo esencial de la misión de la Iglesia: servir. Una Iglesia servidora es una Iglesia fiel al Divino Maestro, quien dijo claramente: «No he venido a ser servido sino a servir y dar la vida en rescate por muchos». Servir al hombre es la causa de Jesús y, consecuentemente, la causa de la Iglesia. Y pues el hombre vive en sociedad, la Iglesia está al servicio de la sociedad, como Jesús. El como Jesús cualifica el talante diaconal de la Iglesia.

¿Cómo sirve Jesús? ¿Cuál es su servicio fundamental? ¿Qué vino a traer al mundo? Citando al papa emérito Benedicto XVI podemos preguntar: «¡Qué ha traído Jesús realmente, si no ha traído la paz al mundo, el bienestar para todos, un mundo mejor? ¿Qué ha traído?» y con Él podemos responder: «Ha traído a Dios. Aquel Dios cuyo rostro se ha ido revelando primero poco a poco… Ha traído a Dios: ahora conocemos su rostro, ahora podemos invocarlo. Ahora conocemos el camino que debemos seguir como hombres en este mundo. Jesús ha traído a Dios y, con Él, la verdad sobre nuestro origen y nuestro destino; la fe, la esperanza y el amor» (Jesús de Nazaret, 69-70).

Si la misión de Jesucristo se concretó como dar Dios, entregar y posibilitar una experiencia de Dios, es ésa también la misión de la Iglesia, prolongadora y continuadora de la obra de Jesús, el Señor.

Servir a la sociedad supone para la Iglesia, primariamente, indicar la presencia de Dios. Esa es su misión fundamental siempre. Y de modo especial en el contexto de un mundo secularista en el que se pretende vivir sicut Deus non daretur. Puede dar la impresión, sobre todo en nuestro mundo seducido por el positivismo científico y un presunto racionalismo, por la eficacia en las soluciones a los problemas, que la Iglesia haya de buscar otra dirección en su actuar, sin embargo, la labor fundamental de la Iglesia en nuestro tiempo tiene que ser vivir la fe cristiana. Vivirla y no sólo enseñarla. «La Iglesia no tiene que ser construida sino más bien vivida»[1]. «La Iglesia no puede hablar sólo de fe sino que también tiene que vivirla»[2]. Se trata de la «fe sencilla y rica: nosotros creemos que Dios existe, que Dios tiene que ver con nosotros. Pero ¿cuál Dios? Un Dios con un Rostro, un Rostro humano, un Dios que reconcilia, que vence el odio y da la fuerza de la paz que ningún otro puede dar. Es necesario hacer entender que el cristianismo es en realidad muy sencillo y, consecuentemente, muy rico»[3].

 

LOS CAUCES DE LA EXPERIENCIA DE DIOS

La experiencia cristiana, o mejor, la experiencia de Dios que el católico puede vivir tiene variados cauces. Y es que la Iglesia cree que Dios actúa, más aún, que Jesucristo se hace presente de muchas maneras. Pablo VI en la encíclica Mysterium fidei transmite esa convicción eclesial dando un elenco de modos de presencia del Señor en su Iglesia:

 

a)    En la asamblea que ora.

b)    En la Iglesia que se entrega a las obras de caridad.

c)    En la Iglesia que predica el evangelio.

d)    En la fe de los creyentes (Ef 3, 17).

e)    En la Iglesia que gobierna.

f)     En el ministerio del sacerdote que celebra la Misa.

g)    En la administración de todos los sacramentos.

El mismo Beato Papa Pablo VI apoyó decididamente la piedad popular, afirmando ante todo la existencia de esta forma de vivencia de la fe extendida en toda la Iglesia, indicó la minusvaloración que a veces se hace de ella y el redescubrimiento casi generalizado de la religiosidad popular. Reconociendo los límites que puede tener esta forma de expresión de la fe indica claramente sus valores cuando está bien orientada. Por eso el Beato Pablo VI señala la preferencia de denominarla piedad popular en vez de religiosidad popular[4]. Un cambio de nombre sugestivo, pues reconoce un auténtico valor para la unión del fiel con Dios en estas manifestaciones de fe. Evangelii nuntiandi reclama de los pastores sensibilidad frente a la religiosidad popular, percepción de sus dimensiones interiores y de sus valores innegables. La visión de la religiosidad popular emergente de esta Exhortación apostólica es sumamente positiva aun afirmando sus posibles riesgos de desviación.

El documento de Puebla hace una valoración de la religiosidad popular reconociendo su existencia en el continente y llamándole catolicismo popular. En el número 444 se lee:

«Por religión del pueblo, religiosidad popular o piedad popular, entendemos el conjunto de hondas creencias selladas por Dios, de las actitudes básicas que de esas convicciones derivan y las expresiones que las manifiestan. Se trata de la forma o de la existencia cultural que la religión adopta en un pueblo determinado. La religión del pueblo latinoamericano, en su forma cultural más característica, es expresión de la fe católica. Es un catolicismo popular.»

Al describir la piedad popular el documento de Puebla, con mirada pastoral penetrante, presenta generosamente los valores que en ella se encuentran. El número 454 del documento expresa esa riqueza:

«Como elementos positivos de la piedad popular se pueden señalar: la presencia trinitaria que se percibe en devociones y en iconografías, el sentido de la providencia de Dios Padre; Cristo, celebrado en su misterio de Encarnación (Navidad, el Niño), en su Crucifixión, en la Eucaristía y en la devoción al Sagrado Corazón; amor a María: Ella y "sus misterios pertenecen a la identidad propia de estos pueblos y caracterizan su piedad Popular" (Juan Pablo II, Homilía Zapopán 2: AAS 71 p. 228), venerada como Madre Inmaculada de Dios y de los hombres, como Reina de nuestros distintos países y del continente entero; los santos, como protectores; los difuntos; la conciencia de dignidad personal y la fraternidad solidaria; la conciencia de pecado y de necesidad de expiación; la capacidad de expresar la fe en un lenguaje total que supera los racionalismos (canto, imágenes, gesto, color, danza); la Fe situada en el tiempo (fiestas) y en lugares (santuarios y templos); la sensibilidad hacia la peregrinación como símbolo de la existencia humana y cristiana, el respeto filial a los pastores como representantes de Dios; la capacidad de celebrar la fe en forma expresiva y comunitaria; la integración honda de los sacramentos y sacramentales en la vida personal y social; el afecto cálido por la persona del Santo Padre; la capacidad de sufrimiento y heroísmo para sobrellevar las pruebas y confesar la fe; el valor de la oración; la aceptación de los demás».

 

NOTAS DEL CATOLICISMO POPULAR LATINOAMERICANO

Pero viniendo más en particular a las notas que caracterizan al catolicismo popular latinoamericano podemos decir, con Jorge Seibold, que «en su religiosidad los fieles viven su relación con Dios de un modo personal, familiar, cercano. Esto implica un trato cordial y de tonalidades afectivas, donde el lenguaje verbal se ayuda de la presencia de lenguajes no verbales como son las imágenes, sacramentales, rituales y simbolismos, que actualizan la presencia de lo divino. Aunque la fe los impulsa y los mueve estos fieles no poseen suficiente instrucción religiosa. Recién en los últimos años está entrando en ellos el aprecio por la escucha y la lectura de la Palabra de Dios. También aunque gustan de participar en fiestas y peregrinaciones religiosas a los grandes santuarios no suelen concurrir con la misma asiduidad y fervor a los actos litúrgicos que se realizan en las iglesias de su vecindad.»[5]. Esta vida de fe y sabiduría abre un riquísimo ámbito de interioridad que se expresa en una vida de oración sencilla, vocal, contemplativa y sin mayores razonamientos. Para muchos de ellos la oración es como la respiración, que los acompaña todo el día

La V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Aparecidaes especialmente generosa al tratar de la piedad popular. Al tratar de esta realidad subtitula «La piedad popular como espacio de encuentro con Jesucristo». El n. 258 del Documento expresa: «El Santo Padre destacó la "rica y profunda religiosidad popular, en la cual aparece el alma de los pueblos latinoamericanos", y la presentó como "el precioso tesoro de la Iglesia católica en América Latina". Invitó a promoverla y a protegerla. Esta manera de expresar la fe está presente de diversas formas en todos los sectores sociales, en una multitud que merece nuestro respeto y cariño, porque su piedad "refleja una sed de Dios que solamente los pobres y sencillos pueden conocer". La "religión del pueblo latinoamericano es expresión de la fe católica. Es un catolicismo popular", profundamente inculturado, que contiene la dimensión más valiosa de la cultura latinoamericana».

Pasando al ámbito de la descripción, Aparecida indica que «entre las expresiones de esta espiritualidad se cuentan: las fiestas patronales, las novenas, los rosarios y vía crucis, las procesiones, las danzas y los cánticos del folclore religioso, el cariño a los santos y a los ángeles, las promesas, las oraciones en familia. Destacamos las peregrinaciones, donde se puede reconocer al Pueblo de Dios en camino. Allí, el creyente celebra el gozo de sentirse inmerso en medio de tantos hermanos, caminando juntos hacia Dios que los espera. Cristo mismo se hace peregrino, y camina resucitado entre los pobres. La decisión de partir hacia el santuario ya es una confesión de fe, el caminar es un verdadero canto de esperanza, y la llegada es un encuentro de amor. La mirada del peregrino se deposita sobre una imagen que simboliza la ternura y la cercanía de Dios. El amor se detiene, contempla el misterio, lo disfruta en silencio. También se conmueve, derramando toda la carga de su dolor y de sus sueños. La súplica sincera, que fluye confiadamente, es la mejor expresión de un corazón que ha renunciado a la autosuficiencia, reconociendo que solo nada puede. Un breve instante condensa una viva experiencia espiritual»[6].

 

Particular importancia da Aparecida al santuario. Afirma que «Allí, el peregrino vive la experiencia de un misterio que lo supera, no sólo de la trascendencia de Dios, sino también de la Iglesia, que trasciende su familia y su barrio. En los santuarios, muchos peregrinos toman decisiones que marcan sus vidas. Esas paredes contienen muchas historias de conversión, de perdón y de dones recibidos, que millones podrían contar»[7]. El santuario es visto como un espacio de encuentro con el Misterio, con Dios, un encuentro que es eficaz y produce una experiencia de amor divino mediante los dones y favores recibidos o la experiencia del perdón. Es lugar de encuentro con  Dios, un encuentro que hay que preparar, acompañar, sostener.

Es preciso valorar la piedad popular y no considerarla «un modo secundario de la vida cristiana, porque sería olvidar el primado de la acción del Espíritu y la iniciativa gratuita del amor de Dios. En la piedad popular, se contiene y expresa un intenso sentido de la trascendencia, una capacidad espontánea de apoyarse en Dios y una verdadera experiencia de amor teologal». Es por eso que se puede llamar mística popular, pues el encuentro con el amor de Dios que se puede dar en las manifestaciones de la piedad popular es «expresión de sabiduría sobrenatural, porque la sabiduría del amor no depende directamente de la ilustración de la mente sino de la acción interna de la gracia. Por eso, la llamamos espiritualidad popular. Es decir, una espiritualidad cristiana que, siendo un encuentro personal con el Señor, integra mucho lo corpóreo, lo sensible, lo simbólico, y las necesidades más concretas de las personas. Es una espiritualidad encarnada en la cultura de los sencillos, que, no por eso, es menos espiritual, sino que lo es de otra manera». Este importante reconocimiento de la piedad popular como camino espiritual, posibilidad del encuentro con Dios, requiere una seria reflexión que lleva a una convicción y determinación de fomentar con respeto y fiel acompañamiento las manifestaciones de la piedad popular.



[1]      J. RATZINGER, Ser cristiano en la era neopagana, 118.

[2]      J RATZINGER, Ser cristiano en la era neopagana, 127.

[3]      «Alla fine la fede è semplice e ricca: noi crediamo che Dio c΄é, che Dio c'entra. Ma quale Dio? Un Dio con un Volto, un Volto umano, un Dio che riconcilia, che vince l'odio e dà la forza della pace che nessun altro può dare. Bisogna far capire che in realtà il cristianesimo è molto semplice e di conseguenza molto ricco». (BENEDICTO XVI, Encuentro con el clero de Val d'Aosta, 25 de julio de 2005).

[4]«Tanto en las regiones donde la Iglesia está establecida desde hace siglos, como en aquellas donde se está implantando, se descubren en el pueblo expresiones particulares de búsqueda de Dios y de la fe. Consideradas durante largo tiempo como menos puras, y a veces despreciadas, estas expresiones constituyen hoy el objeto de un nuevo descubrimiento casi generalizado. Durante el Sínodo, los obispos estudiaron a fondo el significado de las mismas, con un realismo pastoral y un celo admirable.

La religiosidad popular, hay que confesarlo, tiene ciertamente sus límites. Está expuesta frecuentemente a muchas deformaciones de la religión, es decir, a las supersticiones. Se queda frecuentemente a un nivel de manifestaciones culturales, sin llegar a una verdadera adhesión de fe. Puede incluso conducir a la formación de sectas y poner en peligro la verdadera comunidad eclesial.

Pero cuando está bien orientada, sobre todo mediante una pedagogía de evangelización, contiene muchos valores. Refleja una sed de Dios que solamente los pobres y sencillos pueden conocer. Hace capaz de generosidad y sacrificio hasta el heroísmo, cuando se trata de manifestar la fe. Comporta un hondo sentido de los atributos profundos de Dios: la paternidad, la providencia, la presencia amorosa y constante. Engendra actitudes interiores que raramente pueden observarse en el mismo grado en quienes no poseen esa religiosidad: paciencia, sentido de la cruz en la vida cotidiana, desapego, aceptación de los demás, devoción. Teniendo en cuenta esos aspectos, la llamamos gustosamente "piedad popular", es decir, religión del pueblo, más bien que religiosidad.

La caridad pastoral debe dictar, a cuantos el Señor ha colocado como jefes de las comunidades eclesiales, las normas de conducta con respecto a esta realidad, a la vez tan rica y tan amenazada. Ante todo, hay que ser sensible a ella, saber percibir sus dimensiones interiores y sus valores innegables, estar dispuesto a ayudarla a superar sus riesgos de desviación. Bien orientada, esta religiosidad popular puede ser cada vez más, para nuestras masas populares, un verdadero encuentro con Dios en Jesucristo.» (Evangelii nuntiandi, 48).

[5] Véase el artículo de Jorge Seibold, «Los lenguajes de la mística popular» en  Stromata, Año LXI, Nº ¾, Julio-Diciembre 2005,195-204.

[6] Aparecida, 259.

[7] Aparecida 260.

UN RATITO CON EL ESPÍRITU SANTO. Ungidos para sonreír P. Carlos Rosell

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https://www.youtube.com/watch?v=eLhpDoJQP6w

UN RATITO CON EL ESPÍRITU SANTO. Ungidos para sonreír

P.  Carlos Rosell (Paulinas, Lima, 2014, 193 pp)

¡Qué alegría me da recibir y reseñar este nuevo librito de bolsillo del P. Carlos en la fiesta del Señor de los Milagros! Me parece un milagro que en medio de tantas ocupaciones pastorales y académicas en el Seminario, la Facultad, con los sacerdotes, con los catedráticos, con los jóvenes, con los mayores…siga fiel a su vocación-misión de darnos lo mejor de su contemplación, de su reflexión, de su acción…

Les comparto en primer lugar un fragmento de una de las charlas a la Renovación Carismática en la plaza de toros de Acho en la que como un gran maestro torea a lo divino sobre "su" más querido tema (María) y el del presente libro (el Espíritu Santo). Arranca con la anécdota sobre Karol –el monaguillo que fue Papa- que se distraía en la Misa y gracias a su papá comenzó a orar al Espíritu Santo.

Como es habitual en él, comienza con el chistecito, en el primero habla de "Uno de tres", luego –en la escuela del Papa Francisco- nos presenta tres verdades bien fundadas en la Sagrada Escritura y el magisterio patrístico y papal, para caldear el corazón y animar a ponerlo en práctica. Uno acaba sintiendo al Espíritu Santo como lo más normal, como lo cotidiano. Y me encanta su devoción mariana como muestra la culminar su prólogo: "Entrego este libro a la Santísima Virgen, la mujer llena del Espíritu Santo. Y, además, elevo mis oraciones a la Madre de Dios para que todos los que lean este modesto libro reciban abundantes luces del Espíritu Santo, de modo que tengan "los mismos sentimientos de Cristo Jesús" (Flp 2,5).

Algunos de los 31 capítulos: Señor y dador de vida; el Acompañante de Jesús; la Belleza de la Iglesia; María, obra maestra del ES; templos vivos; somos ungidos; soldados de Cristo; el Agua Viva; los dones y los frutos del ES; el espíritu de la verdad; la unidad; la alegría; el don de lenguas; el Abogado; el carisma del celibato;  pecados contra el ES; descanso en el Espíritu. Con este epígrafe termina la obra. Éstas son sus últimas palabras: "El ES nos lleva a descansar como verdaderos hijos de Dios Padre, hermanos de Jesús e hijos de María. ¡Con la fuerza del ES, descansaremos siempre en los brazos amorosos de nuestro Padre Dios, en el corazón de Jesús, Nuestro Señor, y en el Inmaculado Corazón de María, Nuestra Madre!" (p.184)

CARLOS SALINAS ARANEDA PRESENTA EL LIBRO “LA BULA DE CRUZADA EN INDIAS” DE D. JOSÉ ANTONIO BENITO RODRÍGUEZ por

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El presente artículo está en: http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/boletinira/article/view/9945

Un artículo que sintetiza la HISTORIA DE LA BULA DE LA CRUZADA EN INDIAS'

http://www.rehj.cl/index.php/rehj/article/view/238/227

Revista de Estudios Histórico-Jurídicos sección Historia del Derecho XVIII (Valparaíso, Chile, 1996)

 

PRESENTACIÓN DEL LIBRO "LA BULA DE CRUZADA EN INDIAS" DE D. JOSÉ ANTONIO BENITO RODRÍGUEZ[1]

 

Carlos Salinas Araneda[2]

Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile

Pontificio Comité de Ciencias Históricas, Ciudad del Vaticano

 

La Iglesia católica contiene entre sus elementos esenciales, sin los cuales no podría entenderse, un ordenamiento jurídico propio, que se ha ido desarrollando a la par con el desarrollo de la Iglesia en la historia. Durante todo el primer milenio dicho derecho se fue configurando hasta alcanzar su plenitud en la baja edad media, oportunidad en la que, merced a grandes papas legisladores y a grandes canonistas, se desarrolló el hoy denominado Derecho Canónico Clásico, el primero de los momentos cumbres del derecho de la Iglesia[3]. El Corpus Iuris Canonici fue el texto que contuvo este derecho de calidad cuya vigencia se prolongó hasta 1918, año en que entró en vigencia el primero de los códigos de derecho canónico de los dos que la Iglesia de Occidente tuvo a lo largo del siglo XX[4].

De esta manera, cuando Colón descubrió estas tierras, el Derecho Canónico constituía un ordenamiento jurídico desarrollado y de indudable calidad, el que estaba llamado a proyectarse a Indias por propia vocación al igual que la Iglesia de la cual formaba parte. Cualquiera que hubiese sido la forma en que las Indias occidentales se hubieren incorporado a la Corona de Castilla[5], el Derecho Canónico igualmente habría llegado a estas tierras, pues estaba llamado a regular la vida de la Iglesia en los territorios recién descubiertos. Y el Derecho Canónico que llegó junto con los descubridores y los conquistadores fue el derecho del CorpusIurisCanonici, es decir, el derecho universal de origen pontificio que regulaba el ser y el hacer de la Iglesia doquiera que ella se encontrara. Desde esta perspectiva el Derecho Canónico que empezó a regular la vida eclesial americana no difería en nada al que cumplía las mismas funciones en la vida eclesial castellana, peninsular y europea.

 

Pronto, sin embargo, América empezó a mostrarse ante los ojos admirados de castellanos y europeos en toda su magnífica variedad, lo que el derecho no pudo desconocer, de donde fue preciso empezar a dictar normas, siempre en el ámbito canónico, que se hicieran cargo de estas novedades que, en los más variados sectores de la vida eclesial, pedían cánones especiales que adecuaran a la realidad americana, los elementos esenciales e inmutables de la Iglesia del Señor. Empezó a surgir así un Derecho Canónico indiano de origen pontificio, una de cuyas primeras manifestaciones fueron las famosas bulas Intercaetera del papa Alejandro VI (1493)[6]. A él pronto empezó a agregarse un Derecho Canónico indiano de origen criollo, cuyo origen estuvo, en parte, en las asambleas conciliares y sinodales que no tardaron en extender a Indias una práctica que había empezado desde los primeros tiempos de la Iglesia[7]; y, en parte, en el derecho elaborado por el legislador nato de las iglesias particulares, el obispo, en cumplimiento también de la vieja obligación, hoy plenamente vigente[8], de tener que visitar periódicamente su obispado, dictando las normas adecuadas para el normal funcionamiento de la porción del pueblo de Dios que le ha sido encomendada.

 

            El Derecho Canónico, sin embargo, no tenía sólo una vigencia intraeclesial, sino que alcanzaba también al ordenamiento jurídico de la monarquía, no sólo influyendo en sus soluciones, sino que rigiendo derechamente como derecho aplicable en el fuero temporal en subsidio del derecho real[9].

 

Este es el marco jurídico en el que se inserta la Bula de Cruzada en Indias. Se trataba de una Bula y de un privilegio -una de las fuentes formales del Derecho Canónico[10]- de creación pontificia, pero que ya existía desde antes que se descubriera América. De hecho, como lo explica don José Antonio Benito en las primeras páginas de su libro[11], el año  1060 el papa Alejandro II aprobaba la lucha contra los sarracenos y concedía la indulgencia plenaria a todos los que la emprendieran, indulgencias que se vieron complementadas, con el paso de los años, con otros privilegios de gran popularidad entre los fieles. Fue con Fernando el católico, muerta ya Isabel, que en 1514 se obtuvo la extensión de la Bula hacia América, la que se sitúa, en consecuencia, entre las primeras normas de Derecho Canónico indiano pontificio. Bien puede decirse así, que la historia de la Bula de Cruzada en Indias va a parejas con la historia de América, pues aquella no desapareció con la independencia. Su definitiva supresión la hizo el papa Paulo VI quien reinó cuando ya todos nosotros habíamos nacido.

 

Ahora bien, la Bula de Cruzada era un documento pontificio que contenía favores espirituales destinados a quienes –previas disposiciones personales- se comprometían a participar en la lucha contra los infieles, tanto de forma directa, participando personalmente en la guerra, como indirecta, mediante el aporte de una limosna. De esta manera, la Bula tenía una marcada finalidad espiritual, que, en el caso de quienes participaban indirectamente en la guerra a través de limosna, era acompañada de una no menos marcada consecuencia económica. De hecho, Gaspar de Escalona y Agüero escribía en su Gazophilacium regium perubicum[12] que "lo procedido de la limosna de esta santa bula es una de las rentas más considerables que su Majestad tiene en las Indias", pero esto era con una diferencia sustancial respecto de las otras rentas reales, pues, como el mismo Escalona señala, "la diferencia que en su cobro hay de ella a las demás es que cada uno es cobrador de sí mismo, porque el celo cristiano de gozar de las gracias e indulgencias concedidas a los fieles por los sumos pontífices, interpela y convida a esta voluntaria contribución"[13]. Prueba de esta importancia económica es que se llegaron a imprimir casi quinientos millones de bulas en los diversos tipos y valores a lo largo de tres siglos. No creo que sea necesario justificar que la administración de esta lucrativa renta exigía todo un aparato burocrático que facilitara la predicación de las gracias, la recaudación de las limosnas y la administración de las mismas.

 

A pesar de esto y no obstante la importancia económica que la Bula tuvo para Indias, no había hasta ahora ningún estudio que abordara de manera sistemática el desarrollo de esta Bula en la América indiana. La única obra publicada era la de Goñi Gaztambide[14], aparecida en 1958, pero en ella la dimensión indiana está del todo ausente. Parece así una suerte de paradoja que un instrumento que fue de tanta importancia para la vida indiana no hubiese tenido hasta ahora quienes lo hubiesen estudiado en toda su magnitud. Pero la realidad es que hasta ahora ese estudio no se había hecho. La razón no es de extrañar, pues en su vertiente indiana, la bula se presenta como una materia de gran amplitud y complejidad. Nos lo cuenta el mismo autor en la introducción cuando, como en un coloquio personal con un amigo, describe las peripecias que debió ir pasando para acceder a la ingente documentación guardada en diversos archivos españoles e hispanoamericanos, casi nada consultada y casi siempre con una buena dosis de polvo acumulado. El contenido de la documentación era dilatado y variado: inventarios, testamentos, instrucciones, reales cédulas, cuentas, informes, derecho canónico, teología, etc. El tiempo a estudiar era muy amplio: desde 1511 hasta 1811. Y el espacio a abarcar era ni mas ni menos que toda la geografía americana a la que había que agregar las lejanas Filipinas. Con todo, como el autor lo señala, "dada la inexistencia de una obra sobre esta temática, y aún con el riesgo de verme desbordado por la documentación y no ser lo suficientemente penetrante en muchos aspectos", se decidió a aprovechar al máximo la bastísima documentación consultada y realizar un estudio más general que le permitiera mostrar la organización y funcionamiento de la Bula de Cruzada en Indias, sin profundizar excesivamente en los beneficios económicos que dicha limosna reportó a la Corona, aspecto éste que desbordaba con creces los límites ya extensos de esta investigación. El resultado ha sido el libro que nos reúne en este agradable atardecer limeño.

 

No voy a entrar a los detalles del mismo. Tan sólo poner de relieve que en él se estudia la estructura orgánica necesaria para llevar a la práctica la Bula, y con esto me refiero a los organismos y personas[15];  y la dinámica de la misma, esto es la impresión, el empaquetado, el transporte, y lo que constituía el momento más trascendental de todo el proceso: su publicación y predicación[16]. Todo esto complementado por lo necesario para entender los orígenes, el papel de la jerarquía eclesiástica y los resultados de este privilegio tan caro a la Corona[17].

 

Don José Antonio Benito ha pretendido –y lo ha conseguido- presentar de una manera completa y sistemática un tema que hasta el momento no había encontrado quien lo abordara. Ello sucedía, como acabo de señalarlo, por la dificultad de la empresa, que el profesor Benito supo asumir y superar con éxito, ofreciéndonos este libro que desde ahora será consulta obligatoria para quienes quieran estudiar algún aspecto de la Bula de Cruzada en Indias. Es ya un tópico decir de algún libro que viene a llenar un vacío existente, pero en este caso, dicha expresión es rigurosamente cierta. Lo ambicioso de la empresa, sin embargo, impedía agotar las muchas posibilidades que ofrecía un tema que hasta el momento no se había abordado. Es por lo que a lo largo de sus páginas se van sugiriendo nuevas investigaciones de la Bula en el período indiano como aquellas que apuntan a aspectos más bien hacendísticos o al estudio más pormenorizado de algunos de los tribunales más importantes.

Pero la historia de la Bula de Cruzada no termina en las Indias occidentales, sino que producida que fue la independencia, siguió su andadura histórica en las jóvenes repúblicas hispanoamericanas del siglo XIX y aún en el siglo XX. Obviamente este período queda fuera de este libro cuya temática se había planteado desde el primer momento sin considerar este período posterior. Pero en sus páginas el profesor Benito, así como sugiere nuevas investigaciones en el período indiano, hace lo mismo sugiriendo nuevas investigaciones acerca del desarrollo y de las vicisitudes de este instituto en las naciones americanas independizadas.

He hablado del Derecho Canónico que es un derecho en que lo religioso indudablemente está muy presente. Hay otro derecho que, no obstante no ser un derecho confesional sino ser derecho estatal, está igualmente fuertemente influido por lo religioso. Desde hace algunos años en Europa y muy recientemente en nuestro continente ha venido desarrollándose una nueva rama en el añoso árbol del derecho llamada Derecho Eclesiástico del Estado. Se trata de las normas que, desde el derecho de los Estados, regula la dimensión religiosa de los ciudadanos considerada como un factor social que el Estado no puede desconocer. Se trata de normas de la más variada naturaleza –constitucional, civil, procesal, penal, financiera, tributaria- que desde sus respectivas perspectivas jurídicas regulan lo religioso. La Bula de Cruzada incide de lleno en esta nueva rama del derecho que encuentra, ahora, un nuevo tema, del todo sin estudiar, para analizar una de las variadas manifestaciones de la regulación jurídico-estatal de lo religioso en las diversas naciones hispanoamericanas tanto en el siglo XIX como en el siglo XX. El profesor Benito, así, ha abierto una nueva línea de investigación que se presenta promisoria.

 

Un libro vale no sólo por lo que dice, sino también por lo que insinúa y sugiere. La obra de José Antonio Benito no sólo dice mucho –nada menos que nos presenta por primera vez este instituto indiano de manera completa y sistemática-, sino que se sugiere mucho. El valor del mismo es, pues, doble.

 

El interés del profesor Benito por los temas americanos no es reciente. Su tesina[18] en la Universidad de Valladolid versó sobre la protección de los indígenas en los concilios y sínodos americanos, una de las páginas hermosos de la historia de la Iglesia americana que en esos años, como ahora, no escatimaba esfuerzos por la defensa de lo que hoy llamaríamos los derechos humanos de los indígenas. De él surgieron algunos trabajos parciales publicados en revistas de reconocido prestigio[19]. Largas horas de trabajo pasó en esa oportunidad el profesor Benito en Salamanca con quien era el profesor de historia del Derecho Canónico en la Universidad Pontificia salmantina, don Antonio García, que precisamente por esos años se incorporaba al Pontificio Comité de Ciencias Históricas[20], aportando al interior de ese organismo vaticano la inquietud por lo americano. Por esos años, el interés del profesor Benito por América era más bien un interés académico, pero no un interés académico cualquiera, pues fue ese interés intelectual el que le llevó a hacer su tesis doctoral en la misma Universidad de Valladolid sobre el tema que ahora nos reúne. Poco a poco, sin embargo, ese interés intelectual se fue convirtiendo en un interés vital. Sus investigaciones con ocasión de su tesis doctoral lo trajeron a América a consultar diversos archivos americanos, y ello le fue abriendo la posibilidad de que su opción por América no fuera sólo una opción intelectual sino que fuera aún mucho más allá, una opción que pasara, al menos por un tiempo prolongado, por compartir toda su vida y todo su quehacer con los latinoamericanos. Es la razón por la que este libro se presenta hoy en Lima con su autor entre nosotros. De esta manera, estamos presentando un libro español escrito en España por un español, pero no por un español cualquiera, sino por un hijo de España que ha querido compartir, al menos una parte de su vida terrena, con quienes somos hijos de esta patria grande que es América Latina.

 

Agradezco a don José Antonio Benito la oportunidad que me ha brindado de presentar su libro. Agradezco a don José Antonio Benito su opción intelectual por América que ha enriquecido el conocimiento de parte de nuestra historia con la valiosa investigación que realizó y que se ha materializado en el libro que estamos presentando. Agradezco a don José Antonio Benito la opción de vida que lo ha traído a compartir con nosotros su experiencia universitaria, sus virtudes y su fe. Y agradezco a ustedes, señores y señoras, la benevolencia de haberme escuchado. Muchas gracias.



[1]  J. A. Benito Rodríguez, La bula de cruzada en Indias (Fundación Universitaria Española, Madrid 2002), 425 págs.

[2] Texto de la presentación hecha en Lima en el mes de septiembre de 2003 en la sede del Instituto Riva Agüero. Se han eliminado las palabras de ocasión y se han agregado algunas notas.

[3]  C. Salinas Araneda, Una aproximación al Derecho Canónico en perspectiva histórica, en Revista de Estudios Histórico-Jurídicos 18 (1996), pp. 289-360.

[4]  El primer Código de Derecho Canónico fue promulgado por Benedicto XV en 1917 y el segundo, en actual vigencia, por Juan Pablo II en 1983.

[5]  J. Manzano Manzano, La incorporación de las Indias a la Corona de Castilla (Ediciones Cultura Hispánica, Madrid 1948).

[6]  J. Metzler (ed.), America Pontificia. Primi saeculi evangelizationis 1493-1952, Vols. 1-2 (Librería Editrice Vaticana, Città del Vaticano 1991); Vol. 3: Documenti pontifici nell'Archivio Segreto Vaticano riguardante l'evangelizazzione dell'America: 1592-1644 (Librería Editrice Vaticana, Città del Vaticano 1995).

[7]  La bibliografía sobre estas asambleas indianas es extensa. Por todos puede verse A. García y García, El asociacionismo en la historia de la Iglesia y en el ordenamiento canónico, en AA.VV., Asociaciones Canónicas de fieles (Blibliotheca Salmanticensis Estudios 91, Universidad Pontificia de Salamanca, Salamanca 1987), pp. 21-41.

[8]  Código de Derecho Canónico, canon 396 = Código de Cánones de las Iglesias Orientales, canon 205.

[9]  A. GuzmánBrito, Andrés Bello codificador. Historia de la fijación y codificación del derecho civil en Chile 1 (Ediciones Universidad de Chile, Santiago 1982), pp. 50-51.

[10]  Cfr. cánones 76-84 del Código de Derecho Canónico y cánones 1531-1535 del Código de Cánones de las Iglesias Orientales.

[11]  Benito (n. 1), p. 35.

[12]  G. De Escalona y Agüero, Gazophilacium regium perubicum (Madrid 1775), p. 243, cit. por Benito (n. 1), p. 20.

[13]  Benito (n. 1), p. 20.

[14]  J. Goñi, Historia de la Bula de Cruzada en España (Vitoria 1958). Un extracto en Diccionario de Historia Eclesiástica de España 1 (Madrid 1972), s.v. Bula de Cruzada.

[15]  Capítulo I: Definición y concepto; Capítulo II: Aproximación histórica; Capítulo III: El Tribunal de Cruzada en Indias; Capítulo IV: Los hombres del Tribunal: características; Capítulo V: Los protagonistas del Tribunal: cargos específicos; Capítulo VI: Extensión territorial.

[16]  Capítulo VII: Impresión; Capítulo VIII: Empaquetado y transporte de las bulas; Capítulo IX: Publicación y predicación.

[17]  Capítulo X: Papel de la jerarquía eclesiástica; Capítulo XI: Recaudación y rendimiento económico de la bujla.

[18]  J. A. Benito Rodríguez, Promoción humana y social del indio a través de los sínodos y concilios (1551-1622) (Universidad de Valladolid, Valladolid 1986), 243 h.

[19]  J. A. Benito Rodríguez, La promoción humana y social de los indígenas en los sínodos y concilios americanos (1551-1622), en Revista de Estudios Histórico - Jurídicos 12 (1987-1988), pp. 299 - 328.

[20]  El Pontificio Comité de Ciencias Históricas es un organismo de la Curia Romana instituido por Pío XII el 7 de abril de 1954, como continuación de la "Comisión cardenalicia para los estudios históricos" fundada por León XIII en 1883. Representa a la Santa Sede como miembro del "Comité internacional de ciencias históricas" con el fin de colaborar al desarrollo de la ciencia histórica mediante la cooperación internacional. Desde su fundación actúa, además, como sub-comisión de la Santa Sede en la "Comisión internacional de historia eclesiástica comparada".


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