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Artistas plásticos en el Perú. El Diccionario de Gaby Lavarello Vargas de Velaochaga

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Lavarello Vargas de Velaochaga, G.  Artistas plásticos en el Perú: Siglos XVI - XVII - XVIII - XIX – XX Lima , 2009 - 507 pp

He tomado contacto con su autora por internet, gracias al gratuito y gentil envío de sus presentaciones en PPT https://cepac.ucss.edu.pe/recopilacion-de-nuestra-historia-peruana-por-gaby-lavarello-de-velaochaga/.

En la Biblioteca Municipal de Lima pude tener en mis manos su magno Diccionario de Artistas Plásticos la semana pasada, y hoy, gracias a su generosidad, he recibido la obra como preciado regalo. Me la he leído de un tirón y he quedado sorprendido de la proeza de su obra enciclopédica. Tantos creadores desapercibidos o silenciados cobran vida y cuerpo al presentarlos en familia, en conjunto.

Por el más de medio millar de páginas, desfilan cientos de autores, interminable enumeración de artistas plásticos –pintores, escultores, arquitectos- que se remonta a los tiempos del Virreinato, pasando por la República, hasta llegar al 2002, sin discriminar a los artistas extranjeros que a su paso por nuestras tierras también dejaron un importante legado.   

Como muy bien dice en el prólogo su autora: "Creo que el Perú tiene un arte propio, tan legítimamente nuestro como lo tuvieron nuestras culturas aborígenes; las grandes figuras de la plástica actual así lo confirman. Este compendio tiene por objeto dar un paso más en la historia de la plástica peruana en todas sus técnicas y rendir un homenaje a los artistas olvidados que tantos galardones y reconocimiento internacionales lograron para el Perú".   

Gabriela Lavarello Vargas de Velaochaga nació en Lima en 1943 y realizó estudios de Artes Plásticas, Pintura y Escultura con el maestro Carlos Cánepa Chamochumbi, entre 1966-1972. Asimismo, es Bachiller de Educación Técnica y Artística; y ha realizado Cursos de especialización de Museología, Museografía y Restauración.   

Como Directora de la Galería de Arte 715 de Lima, desde 1974 hasta el 2003, proyectó y realizó 683 exposiciones de arte en las Galerías del Grupo 715 y en instituciones públicas y privadas nacionales y del extranjero. Esta experiencia constituyó un acercamiento real al arte peruano contemporáneo.   

Por su labor a favor de la Cultura Artística, ha sido galardonada en varias oportunidades, destacando la del Homenaje al Día Internacional de la Mujer por la Municipalidad de San Borja, 2003; Premio Excelencia, MT Fashion Magazine, como la Directora de Galería de Arte más destacada de Lima del año 2002, julio 2003.

En agosto del 2005 fue incorporada como miembro de la Academia Gravatalense de Letras (Termas de Gravatal, Santa Catarina, Brasil).

Ha publicado varios ensayos históricos del Perú, en el Boletín de Nueva York, USA, desde el año 2003. Autora, desde fines del 2007, hasta la fecha, de la serie de treinta y tres presentaciones en archivos PPS de Arte en el Perú desde el siglo XVI al XX. 

Así mismo, programas con diapositivas en PPS como: Lima es mi Verdadero Nombre, Templos Limeños, Bicentenario del Cementerio Presbítero Maestro, Señor de los Milagros, Imaginería Religiosa, Inca Garcilaso de la Vega,  90 años de la ENSABAP; Sermón de las Tres Horas, Oceanus Peruvianus, El 28 de julio y los artistas diseñadores de nuestros Símbolos Patrios; los mismos que se pueden ver vía Internet, incluyendo La Condesa de Lemos, Primera Gobernante del Perú, en ETNILUMINIDAD de Costa Rica. Colaboradora en Monforte de Lemos, España, y de la Fundación Universitaria Andaluza "Inca Garcilaso" de la Universidad de Málaga, España.  



José de San Martín, http://dbe.rah.es/, por José María Gárate Córdoba

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José de San Martín | Real Academia de la Historia 
http://dbe.rah.es/biografias/14659/jose-de-san-martin 

José de San Martín

Biografía

San Martín, José de. El Libertador. Yapeyú, Corrientes (Argentina), 25.II.1778 – Boulogne sur Mer (Francia), 17.VIII.1850. General argentino, caudillo de la emancipación de América del Sur.

Nacido el 25 de febrero de 1778, en el pueblo de Yapeyú (Corrientes), capital de su departamento y uno de los cinco en que se dividió el gobierno de los guaraníes, organizado por misioneros y mártires. Era el quinto y último hijo del ayudante mayor Juan de San Martín, teniente gobernador de la provincia, y de Gregoria Matorras, casados en Buenos Aires, pero ambos palentinos, él de Cervatos de la Cueza y ella del próximo Paredes de Nava. En 1781, se trasladó la familia a Buenos Aires y, destinado el padre a España, llegaron a Cádiz el 23 de marzo de 1784 con cinco hijos, el menor José Francisco, de seis años.

La niñez de José de San Martín se marcó por la ausencia de los jesuitas, expulsados de su Misión de Yapeyú y de su Colegio de Málaga, cuyo local ocupó la escuela civil a la que asistiría. Aprendió en Buenos Aires a leer y escribir, durante el largo año que la familia vivió en Madrid, esperando destino y el padre se quejó en sus instancias del año perdido, con sus hijos "sin educación ni carrera".

Luego, durante casi siete años, José iría en Málaga a la escuela gratuita de las Temporalidades, sucesora del Colegio jesuítico de la calle de la Compañía. Los alumnos admiraban su precoz inteligencia, su excelente caligrafía, visible a los once años en la instancia de ingreso al Ejército, y dotes para el dibujo, la natación y la equitación, entonces normal en Málaga.

Desde los seis años hasta los trece, vivió José en la sencilla casa paterna y en el rudo cuartel de aquella Málaga de cincuenta mil almas, alegre y movida cara al mar. Su cristiana castellanía recibió influjos del fatalismo oriental, arábigo o bereber, y de puertos exóticos, que contribuyeron a su vigorosa personalidad.

Por entonces llegó de Lima a Cádiz, con los cuadros de mando incompletos, el Regimiento de Infantería de Soria, "El Sangriento", donde fueron "cadetes de cuerpo" sus hermanos mayores. Hubiera querido don Juan que José se les uniese al año siguiente, con los doce exigidos a hijos de oficial; al no haber plaza, el 21 de julio 1789 fue admitido cadete del Regimiento Murcia, con plana mayor en Málaga.

Aquel año el Ejército entraba en transición. Con la pujanza de la burguesía, las nuevas ideas limitarían el clasismo. Las ordenanzas de 1768 advertían al oficial que su "nacimiento no debía granjearle esperanzas para el ascenso". El saludo de San Martín, también reciente, era con la "gorra de sombrero", casi mitra sueca, que sustituyó al "sombrero acandilado"—de tres picos, flexible y estrechado en candil— y la marina bandera roja y gualda desde 1785, popularizaría en el sitio de Gerona, y la vería José, como oía la marcha real, aún "marcha granadera", que desde 1761 alternaba en infantería con "la fusilera".

No fue cadete cinco años, como sus hermanos, lo normal, sino menos de cuatro, tal vez por la campaña. Viviría en su casa —era permitido— y su alma militar se forjaría en el espíritu y la letra de las "sabias ordenanzas", norma de vida del soldado y el oficial, que se las haría comprar a su ingreso el "maestro de cadetes".

Llevaría San Martín cerca de catorce meses en filas, aún sin cumplir trece años, cuando fue en un destacamento a Melilla. Debió partir de Málaga en septiembre de 1790, cuando el sultán de Marruecos, Muley Yasid, declaró la guerra. Pese a su corta edad, dadas sus cualidades, se le consideró útil para el servicio.

En las siete semanas de destacamento melillense, San Martín no hizo más que aprender, navegando en su batallón, ida y vuelta de Málaga a Cartagena y a Mazalquivir hasta el 7 de mayo de 1791, ya con trece años de edad y dos de cadete. Al fin a Orán, que, asolado por un terremoto en octubre anterior, dio ocasión al bey Mascara para sitiarlo con abundantes fuerzas. Llegó el II Batallón el 25 de junio y el 28 empezaron treinta y tres días de ataques. Allí fue el bautismo de fuego de San Martín, granadero por diestro en lanzamientos. El 30 de julio de 1791 se entregó la plaza, aunque el Batallón permaneció siete meses más, hasta el 27 de febrero de 1792, en que abandonó Orán, cuando José cumplía catorce años con buena experiencia acumulada.

El 21 de septiembre, proclamada la República en Francia, el Murcia navegó desde Cartagena al puerto de Los Alfaques, y por jornadas ordinarias, recorrió José unos 190 kilómetros hasta Villafranca del Panadés, al suroeste de Barcelona. De allí, otros 250 hasta Zaragoza, donde el 1 de diciembre quedó su Plana Mayor. Por buen tirador, en Seo de Urgel se incorporó a los cazadores del capitán Corts. En unos dos meses, aún cadete, anduvo casi 600 kilómetros con armamento y equipo. Aprendió a vivir en alta montaña por los valles de Arán y Tena. Su regimiento, el Murcia, fue de los que formaron la agrupación de maniobra del Ejército Pirenaico Central, del príncipe Castellfranco.

Cuando la Convención, declaró la guerra a España el 7 de marzo de 1793, el general Ricardos invadió el Rosellón con el Ejército Oriental. Con el Murcia, en el Central, protegiendo Jaca y el valle del Tena, intervino San Martín en un combate cerca de la venta de Brouset, y el 19 de junio recibió el despacho de segundo teniente. Tenía mando en su cuarta compañía y quince años de edad, cuando el Murcia fue a reforzar el Ejército de Ricardos, el más avanzado, teniendo que, volver a la Seo, para su larga marcha de montaña casi hasta Figuras y, tras la frontera, combatió en Creu del Ferr y Tour de Batere.

Las tropas de Ricardos, únicas en otoño de 1793, rechazaron a las de Dugommier, con fuertes pérdidas en Truillas, donde el Murcia venció en cinco encuentros, desde Mount Boulou hasta dos combates de Banyuls, el segundo con más de dos mil bajas francesas. En marzo de 1794 muerto Ricardos, el conde de La Unión mandó replegarse, el regimiento de San Martín, aún combatió del 3 al 27 de mayo, en Port Vendres, y luego en Puy des Dames y Collioure. Al capitular su general, Navarro, el Murcia fue prisionero a Barcelona, comprometido a no empuñar las armas hasta la paz.

En julio de 1794 San Martín fue primer subteniente y en mayo de 1795, segundo teniente. A lo dos meses firmó Godoy la Paz de Basilea, y se le nombró príncipe de la paz de Basilea, mal abreviado en príncipe de la Paz, que era exclusivo de Jesucristo. San Martín recobró su hipotecada capacidad de lucha.

El 27 de febrero de 1801, España declaró a Portugal la guerra llamada "de las naranjas" para la que el Murcia embarcó en la Santa Dorotea, que el año 1797 caboteaba la costa norteaficana. San Martín actuó en la captura de un jabeque en el cabo Falcón y en un combate cerca de Almería. La hoja de servicios cita su quinta campaña, primero en aguas de Toulón y al fin junto a Cartagena, contra el navío inglés Lión, que al fin apresó a la Santa Dorotea, y trasladó su tripulación a un bergantín de la república de Ragusa, que les desembarcó en Mahón en julio de 1798. Desde entonces los datos de San Martín son oscuros, se dice que volviendo a España como "prisioneros juramentados", a él y otros, les llevaron a Londres, donde quizá se viesen con las primeras logias americanas.

También consta en su hoja que el 19 de mayo de 1801 actuó como oficial del Murcia en la acción de Campo Mayor y que, a fin de año, yendo al mando de un destacamento de recluta, cerca de Valladolid, unos bandidos le robaron la caja militar con 3350 reales de vellón, quedando con graves heridas en el pecho y una mano, saliendo sin tacha del expediente que por ello se abrió el 6 de enero de 1802, mientras él actuaba en el sitio Gibraltar.

La brillante carrera que presagiaban sus méritos en los Pirineos inició su declive el 8 de mayo al fracasar la flotilla, por los siete años y medio prisionero juramentado, más la inocua guerra de Portugal y la afrenta administrativa por su encuentro con los bandidos, dura lección en aprendizaje militar.

José de San Martín llegó a Cádiz el 26 de diciembre de 1802, a raíz de su ascenso a segundo teniente, destinado al nuevo Batallón de Infantería Ligera de Voluntarios de Campo Mayor. En él se distinguió por su actividad humanitaria en la peste de 1804; el 2 de noviembre ascendió a capitán segundo, asistiendo a los preparativos y resultados de la batalla de Trafalgar. Allí recibiría ecos de los sucesos de Hispanoamérica, en contacto con las logias de inspiración británica, con noticias de la transformación de las juntas revolucionarias americanas, noticias que le irían interesando por la político-militar argentina.

En noviembre de 1807 formó parte de la desorganizada expedición a Portugal y al regresar a Cádiz se enteró del motín de Aranjuez y vivió su tragedia inicial de la Independencia, cuando el 26 de mayo de 1808, la Junta Revolucionaria exigió alzarse contra los franceses al gobernador de Cádiz, general Solano, quien estudiando el caso con sus generales, publicó un indeciso bando que soliviantó al pueblo, moviéndole a ir hacia Capitanía, San Martín, que estaba en casa de Solano, veía desde allí la guardia, que era del Campo Mayor, su batallón, al ver el cariz del pueblo llegando la plaza, debió absorber el mando del teniente de guardia, al que la tropa obedecía mal, y disparaba al aire al mandarle hacer fuego.

Solano se vio perdido y huyó por azoteas, hasta una casa próxima, y mientras San Martín, pugnaba por defender la puerta, los sublevados entraban en Capitanía por la de cocheras. Descubierto Solano el gentío le llevó hasta la plaza y le dio muerte. Algunos, confundiendo a San Martín con el general, muy parecido, iban a lincharle y no le lincharon por ocultarle un amigo, logró incorporarse en Ronda a su Batallón.

Era ya un experto capitán de treinta años, con temple palentino y ceceo malagueño, que hasta el 29 de mayo de 1808 actuó como ayudante del Batallón de Campo Mayor, a las órdenes del general Francisco Solano, marqués del Socorro, a quien conoció en Orán y en el Rosellón y, criollo como él, pronto obtuvo su aprecio, siendo su capitán de guías en la Guerra de las Naranjas. San Martín le recordó toda su vida llevando en su cartera el retrato de quien había sido su compatriota, jefe protector, amigo y acaso hermano de logia.

La Junta de Sevilla le nombró instructor de tropas en Jaén, pero al organizarse las unidades militares, volvió a su Batallón de Voluntarios de Campo Mayor, encuadrado ya en el Ejército de Andalucía del teniente general Castaños, que el 20 de junio inició sus operaciones con treinta y cinco hombres en tres divisiones mandadas por los generales Reding, Coupigny y Jones, y los destacamentos de flanqueo de Valdecañas y de la Cruz Mourgeón.

Castaños creó para Coupigny, una agrupación volante, de choque, al mando de Cruz Mourgeón, teniente coronel del Campo Mayor, formada por una compañía de su Batallón, otras de a pie y varios escuadrones. Para una operación de caballería, dio la vanguardia el capitán San Martín, experto jinete, a quien el 23 de junio, ordenó Mourgeón explorar el terreno, y San Martín, cerca de Arjonilla, organizó en cabeza veintiún húsares de Olivenza montados y caballería de Borbón, y detrás, cuarenta y un infantes del Campo Mayor.

La noche de San Juan, a las tres, San Martín inició en la oscura Aldea del Río un avance lento, que seguían los de a pie; y al verse el perfil del camino, destacó dos húsares a exploración, que vieron caballería en retirada. Mourgeón ordenó atacar, pero el enemigo ya lejos, hizo atajar por una trocha sobre el camino de Andújar. San Martín con los húsares, cargaron sobre una línea de caballería de la guardia imperial, formada en batalla ante unas casas de posta El parte de Mourgeón decía el 23 de junio decía: "Este valeroso oficial atacó con tanta intrepidez, que logró desbaratarlos, dexando en el campo diez y siete dragones muertos y cuatro prisioneros; emprendiendo la fuga el oficial y los restantes soldados, con tanto espanto que arrojaban sus morriones. Por nuestra parte herido leve un Cazador, pese a descargas de tercerolas y pistolas".

Fue la primera victoria española de la guerra y el primer mando de San Martín. El parte se hizo bando y edicto pregonado en las esquinas, con la sarcástica apostilla: "Los que así huyen son los vencedores de Jena y Austerliz". A Austerlitz le faltaba una "t". Se concedió a las tropas un escudo, boceto de San Martín, buen pintor, él ascendió a primer ayudante a las órdenes de Coupigny, y agregado a la caballería de Borbón, pues el cargo era de jinetes.

El capitán San Martín continuó en la agrupación de vanguardia de Mourgeón. Consta como desde el 27 de junio, A los cuatro días de Arjonilla era ya ayudante primero y el 7 de julio agregado al regimiento de Caballería de Borbón, como ayudante de campo de Coupigny, con misiones del aún inexistente Estado Mayor, De sus acciones en la complicada batalla de Bailén, da idea el informe del general Reding a Castaños sobre su jefe, Coupigny: "En la dirección de los movimientos contribuyó al acierto, eligió los cuerpos y acudió con ellos a los puntos más vivos de los tres ataques generales, y con sus conocimientos y valeroso ejemplo, proporcionó los felices resultados".

Así se reconoció en su grado de teniente coronel, distinguido el día 11 en el cruce del Guadalquivir; el 13 en el del río Salado; el 14 y 15 en los combates de Villanueva de la Reina; el 16 al levantarse el campo para marchar a Menjíbar, el 17 por los combates allí y el 18 y 19 por los de Bailén. Como ayudante asistiría con Coupigny, al encuentro de Reding con Dupont, donde hubo de observar y aprender, como demostró después: En el combate de San Lorenzo aplicaría su experiencia de Arjonilla al campo raso; en los Andes, la de las cumbres pirenaicas y en Chacabuco, la de la batalla clásica que vio y practicó en Bailén.

No consta una actuación masónica de San Martín en Cádiz; en 1810 sólo la logia "Lautaro" trataba de la emancipación americana, vinculada con "La gran Reunión Americana", su matriz de Londres. De la "Lautaro" argentina quedan aún enigmas. Dos años antes de morir, el 11 de septiembre de 1848 escribía desde Boulogne al general Ramón Castilla declarando: "Una reunión de americanos en Cádiz, sabedores de los primeros movimientos... resolvimos regresar cada uno a al país de nuestro nacimiento, a fin de prestarle nuestros servicios en la lucha, pues calculábamos se había de empeñar." El 2 de septiembre de 1811 solicitó la baja en el ejército y pasaporte a Lima bajo el nombre de José Matorras, con intención secreta de ir a Buenos Aires Cuando dijo adiós a Cádiz, se despidió también de España. Esa llamada "traición" de San Martín, no se explica por "la voz de la sangre", cuando hijo de palentinos, el menor de cinco hermanos, salió de América, con cinco años, y sólo a él le "hirvió su sangre criolla". El motivo está en "el glorioso desencanto", la injusticia profesional con los méritos del padre, oficial "de tropa" muerto con sueldo de teniente; y con él, "cadete de cuerpo" por "hijo de americano" (militar en América), que fue postergado. Alfredo Villegas, el gran historiador sanmartiniano, vio en el Archivo de Simancas —y murió poco después— una lista de ascensos, con San Martín a teniente coronel efectivo, cuya noticia se cruzaría con su salida de Cádiz en glorioso desencanto.

El día 14 zarpaba a Londres, donde permaneció cuatro meses, en los que se supone que renovó los contactos con la logia iniciados en Cádiz. El 19 de enero de 1812 embarcó con otros "patriotas" americanos en la fragata George Canning rumbo a Buenos Aires. Llevaba una biblioteca con 126 títulos en 430 tomos, muchos prohibidos en España, acaso regalo de "ilustración" inglesa a Hispanoamérica. De ellos, en francés 83 y 126; militares 48 y 84, en español, 25 de los 48 y 30 de los 84. Llama la atención lo absurdo de estar en francés los 11 tomos de las Reflexiones Militares, de Santa Cruz de Marcenado, el clásico texto militar español de entonces.

Llegó a Buenos Aires el 9 de marzo de 1812 y ocho días después ofreció sus servicios a la Junta Gubernativa, donde, según su carta "todos los vocales menos uno, le recibieron con una desconfianza muy marcada". Siete días después, el 16, se incorporó al Ejército de la Revolución de Mayo y el Triunvirato le reconoció el grado de teniente coronel de Caballería. Le aceptaron formar un primer escuadrón de Granaderos a Caballo, cuerpo de aparente antítesis, ya iniciado en España en 1735 con la "Compañía de Granaderos a Caballo del Rey", con variantes de los Dragones de fines del siglo xviii. San Martín llegó a organizar con ellos un regimiento de tal nombre, en largo período de instrucción. El 12 de septiembre de 1735 se casaba con María Remedios de Escalada, el 8 de octubre actuó en la revolución que derrocó al Triunvirato, y el 7 de diciembre, ascendido a coronel, se le nombró jefe del ya instruido Regimiento de Granaderos.

El 3 de febrero de 1813. vencía a los realistas en San Lorenzo, combate de pequeña entidad, llamado "batalla" por ser la primera victoria contra los realistas, éxito semejante al de Arjonilla, famoso por su bando como éste por su himno, casi nacional: "Son las huestes que prepara/ San Martín para triunfar en San Lorenzo". Buenos Aires le envió al pueblo de San Lorenzo con sus Granaderos a caballo que, a marchas forzadas, esperaron a los realistas ocultos tras el convento de San Carlos y les vencieron, teniendo sólo ocho bajas. A San Martín, con la pierna presa por su caballo muerto, le salvó de morir el sargento Cabral con heridas mortales.

El 1 de junio de aquel 1813, moría en Orense Gregoria Matorras, madre de José Francisco, al que empezaban a llamar "El Libertador".

El general Belgrano, jefe del Ejército del Norte, vencedor en Tucumán y Salta, al ser vencido en Vilcapugio y Ayohuma, al retroceder a Salta para reorganizarse, el gobierno le envió refuerzos con el coronel San Martín, a quien luego dio el mando de aquel Ejército el 29 de enero de 1814, con cuartel general en Tucumán, donde planeó el proyecto del paso los Andes para liberar Chile y Perú. Cuando estaba entregado de lleno a organizar las tropas, se le agravó una enfermedad latente y hubo de pedir licencia, yendo a reponerse a la sierra de Córdoba.

En septiembre de 1814 se le nombró gobernador intendente de Cuyo y tuvo que acoger allí a los patriotas que buscaban refugio después de la derrota sufrida en octubre de ese mismo año en Rancagua. Con el apoyo del nuevo director supremo, Carlos de Alvear, a quien conoció en Cádiz, organizó un ejército con los refugiados, cuando el Congreso de Tucumán el 9 de julio de 1816 concedió la independencia a las Provincias Unidas del Río de la Plata. El director supremo Juan Martín de Pueyrredón le nombró general en jefe del Ejército de los Andes, al que durante dos años instruyó en Mendoza, en el campamento del Plumerillo, preparando la invasión de Chile. Desde allí inició el paso de los Andes el 18 de enero de 1817 con 5.200 hombres que, con en marchas forzadas los atravesaron durante veinte días.

No puede compararse con él, el paso de los Alpes por Aníbal, César, Alejandro y Napoleón, no puede compararse con el de los Andes por San Martín, ni por el obstáculo, ni por las circunstancias. Las tropas de San Martín franquearon alturas de 3200 a 4200 metros en ruta máxima 745 y mínima de 380, por zonas casi desérticas, clima riguroso, sin poblados ni refugios, y difíciles desfiladeros en la frontera con Chile; mientras que Napoleón no subió a más de 2500 metros, con recorrido máximo de 280 kilómetros y mínimo de cien, con algunas zonas fértiles y pobladas.

Los Andes sólo podían pasarse desde finales de diciembre a principio de febrero, por la inmovilidad que exigen las tierras inhóspitas en temporales de nieve y viento, marchando a veces de noche, mal abrigados y alimentados, con dificultad extrema para transportar la artillería. Sólo de "puna", mal de montaña, murieron unos trescientos soldados. Destaca la previsión y desarrollo operativo de San Martín, que con deficiente de cartografía, condujo sus columnas, casi sincronizadas, por seis rutas muy dispares: Planchón; Portillo; Guana; Comecaballos; La Cumbre y Los Patos, hasta reunirlas en Chile, casi en la fecha prevista, para ayudarse si era necesario, como así ocurrió.

Cuando el 12 de febrero de 1917, tras la ardua hazaña, las tropas de San Martín y el general chileno O'Higgins, bajando de las montañas de Chacabuco, entraban al valle próximo a la capital, cortaban el paso unos mil quinientos realistas al mando de Rafael Maroto, que rechazaron y contraatacaron un ataque de O'Higgins. Al atacar San Martín hizo retirarse al enemigo con grandes pérdidas. La victoria de Chacabuco restableció la libertad en Chile y pasados dos días, San Martín entraba triunfador en Santiago. Tres días después se reunían allí una comisión de notables proponiendo como gobernante al Libertador, pero San Martín declinó tal honor en el brigadier chileno Bernardo O'Higgins, que llevó el título de director supremo.

Entonces el Cabildo de Chile premiaría al vencedor de Chacabuco con 10.000 pesos, y San Martín, al rehusarlos, propuso fundar con ellos una biblioteca nacional "para que el pueblo se ilustrase en los sagrados derechos que forman la esencia de los hombres libres".

Reacción de los realistas el 19 de marzo de 1818 venciendo a los patriotas en Cancha Rayada, pero el 5 de abril, al mando vencieron éstos, al mando de San Martín, en la batalla de Maipú, de gran trascendencia, no sólo militar, pues al confirmar la independencia de Chile repercutió en todo el continente, despertando buenos augurios su influencia en la política europea.

Seguro ya Chile, San Martín organizó con tropas argentinas y chilenas el Ejército Libertador del Perú, con el que se trasladaría al Perú y para complementarlo creando una escuadra en el Pacífico, regresó a Buenos Aires. Viendo allí una situación de práctica guerra civil entre el poder central y las provincias, se negó a emplear sus tropas en ella, y volvió a Chile en el otoño de 1817, cuando empeoraba su salud, retrasando hasta 1820, la campaña de Perú. Con el apoyo de la flota que mandó el escocés lord Cochrane, los patriotas lograron controlar toda la costa del Pacífico, desde el estrecho de Magallanes hasta el Perú, estrechando el cerco a las tropas realistas.

Desembarcó en la bahía de Paracas el 8 de septiembre de 1820, anunciando a los peruanos que llegó la hora de su liberación. Al iniciar la campaña negoció una paz con el virrey absolutista Joaquín de la Pezuela, y en 1821 firmó el Pacto de Punchauca con el nuevo virrey, el liberal José de la Serna e Hinojosa, acordando la independencia de Perú, el establecimiento de una regencia de tres miembros y el envío de representantes a España, ofreciendo el trono a algún príncipe de la familia real, pero los oficiales realistas no aceptaban ese acuerdo. Reanudada la lucha, se coronó el 10 de julio de 1821, entrando San Martín en Lima, de incógnito y al atardecer, evitando alardes inmodestos, y demorando hasta el día 28 proclamar la independencia en la plaza mayor.

San Martín gobernó como protector de la libertad del Perú desde el 3 de agosto de 1821 hasta el 20 de septiembre de 1822. Creó el ejército, la marina de guerra, las instituciones del país, su bandera y su himno. Fundó la Escuela Normal y la Biblioteca Nacional, donándole la suya; decretó la libertad de los negros hijos de esclavos y eximió de tributos a los indígenas. Convocó un Congreso Constituyente que acabase con las discrepancias entre líderes y marchó a Guayaquil a entrevistarse con el otro general Libertador, Simón Bolívar, que estaba en Ecuador.

En la entrevista, el 26 de julio de 1822, los Libertadores trataron de la situación del continente, el régimen de Perú y la situación de Guayaquil: su independencia, pertenecer al Perú o integrarse en la Gran Colombia, como resultó al fin. San Martín, era partidario de una monarquía en Perú, pero al oponerse la burguesía limeña, optó por un Congreso Nacional, ante el que, en septiembre de 1822, pronunció un discurso de talla heroica resignando sus poderes en él, como expresión del pueblo soberano, pero, en realidad, quedando en Bolívar los asuntos del país.

San Martín abandonó enseguida la sala del Congreso para descansar unas horas en su quinta antes de ir a Chile, Le visitó un grupo de diputados ofreciéndole, entre otros títulos, el de generalísimo y fundador de la libertad del Perú, lo que aceptó como honor, no con autoridad en el Ejército. El 20 de aquél mes, yendo a Valparaíso, enfermó gravemente y quedó en Mendoza del 4 de febrero al 20 de noviembre de 1823 en que salió para Buenos Aires al saber la muerte de su esposa. Al llegar allí en diciembre, un ambiente hostil le atribuía absurdos proyectos. Decidiendo educar a su hija en Europa, embarcó con ella en febrero de 1824, aún con la salud quebrada.

Permaneció algún tiempo en Gran Bretaña y Francia, y al fin se instaló en Bruselas. En 1827 por la guerra con Brasil, ofreció sus servicios al gobierno argentino, y en 1829 quiso mediar en las tensiones entre centralistas de la capital y los federalistas de provincias, a quienes siempre se opuso, viajando a Buenos Aires, pero dado el mal ambiente político, sin desembarcar, volvió a Europa.

Durante largo tiempo vivió en Bruselas con decoro y escasos recursos. A comienzos de 1831 reanudó en Francia la vieja amistad del banquero Alejandro Aguado, marqués de las Marismas del Guadalquivir, que le invitó a instalarse en París, fue su benefactor y murió en 1842, habiéndole nombrado su albacea. En 1844 adquirió la casa de Grand Bourg, donde vivió hasta 1848, en que el agitado ambiente le movió a unirse a su familia a Boulogne sur Mer, dispuesto a ir a Inglaterra si lo aconsejase la inseguridad.

Mantuvo relación epistolar con el mariscal Castilla, presidente del Perú, que le invitaba a "pasar allí tranquilo el último tercio de su vida". Cuando dudaba de ir, murió en Boulogne el 17 de agosto de 1850, teniendo a su lado, su hija Mercedes y sus dos nietas, el enviado de Chile en Francia y el médico, doctor Jordán. Al trasladar sus restos a Buenos Aires, en 1880, se depositaron en un mausoleo de la Catedral, con símbolos de Argentina, Chile y Perú.

Mientras tanto, aún se mantiene la vieja pugna entre su posible adscripción a las sectas y su manifiesta devoción religiosa, como se considera misteriosa la entrevista de Guayaquil con su inexplicable sometimiento a Bolívar.

 

Bibl.: J. M. Gárate, El glorioso desencanto del capitán San Martín (inéd.); B. Mitre, Historia de San Martín, Buenos Aires, Editorial Anaconda, 1950; R. I. Gómez Carrasco, El general José de San Martín, Buenos Aires, Peuser, 1961; D. S. Sarmiento, Vida de San Martín, Buenos Aires, Emecé, 1964; C. A. Salas, El general San Martín y sus operaciones militares, Buenos Aires, Editorial Instituto Nacional Sanmartiniano, 1976; P. Otero, Historia del Libertador Don José de San Martín, Buenos Aires, Círculo Militar, 1978; D. Ramos Pérez, San Martín, el libertador del Sur, Madrid, Anaya, 1988 (Biblioteca Iberoamericana); A. Lago Carballo (coord.), Vida española del general San Martín, Madrid, Instituto Español Sanmartiniano, 1994; A. Pérez Pardella, El Libertador cabalga, Buenos Aires, Desarrollo Editorial, 1994; A. Henniti, San Martín y los libertadores de América, Madrid, 2000.

 

José María Gárate Córdoba

Simón Bolívar y Palacios, por Mario Hernández Sánchez-Barba

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Simón Bolívar y Palacios | Real Academia de la Historia

Simón Bolívar y Palacios

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Simón Bolívar y Palacios
Biografía

Bolívar y Palacios, Simón. El Libertador. Caracas (Venezuela), 24.VII.1783 – Santa Marta (Colombia), 17.XII.1830. Político independentista, libertador.

Político criollo venezolano propulsor de la independencia política y de la unión de todas las naciones de la América española bajo sistema constitucional. Desciende de una familia española instalada en Venezuela en el último tercio del siglo XVI. En el siglo XVIII, los Bolívar adquieren un fuerte arraigo, pues cuando nace Simón cuenta con ciento treinta antepasados conocidos. Los Bolívar son, pues, criollos acomodados en la sociedad provincial venezolana, ricos y poderosos en sus plantaciones de cacao, con indios de encomienda y esclavos negros. El padre de Simón Bolívar fue Juan Vicente de Bolívar y Ponte, coronel del Batallón de Milicias de Blancos Voluntarios de los Valles de Aragua, que contrajo matrimonio con Concepción Palacios y Blanco, de cuya unión nacieron cuatro hijos: María Antonia, Juana, Juan Vicente y Simón. Quedaron huérfanos de padre el 19 de enero de 1786 y de madre el 6 de julio de 1792. Los cuatro quedaron bajo tutoría de su abuelo materno, Feliciano Palacios y Sojo y, de modo particular, Simón quedó bajo el cuidado de su tío, adinerado sacerdote, Juan Félix de Aristeguieta y Bolívar, que en su testamento dejó a Simón toda su inmensa fortuna. Es de destacar en la biografía de Bolívar la inexistencia de vida familiar; fueron sus tutores quienes se ocuparon de su educación que por epistolario de Bolívar se sabe que fueron el agustino fray Francisco de Andújar, el eminente humanista Andrés Bello y su verdadero maestro y mentor Simón Carreño Rodríguez, que fue uno de los empleados del abuelo y tutor de Simón. En la hacienda "San Mateo", Carreño Rodríguez llevó a cabo la etapa educativa más decisiva de Simón Bolívar, en los principios de la Ilustración, sobre todo tomados del Emilio de Jean Jacob Rousseau, hasta consolidar la personalidad de Simón Bolívar, que en esa época ingresó en las milicias de los valles de Aragua consiguiendo en un año el grado de subteniente.

La formación de Simón Bolívar alcanzó máxima dimensión con su viaje a las grandes potencias del mundo occidental: España, Francia, Italia, Inglaterra y Estados Unidos, en donde conoció una considerable variedad de ideologías políticas en un momento histórico en que las relaciones internacionales adquirían una nueva estatura como consecuencia de la tensa década 1773-1783 en la que, el año en que nace Simón Bolívar, se produjo la conjunción de comercio, guerra, diplomacia, en la que irrumpe la fuerte tensión intelectual gran colonialismo-descolonización que, en el orden político internacional, se corresponde con el doble término revolución-restauración (1776-1815) cuya doble onda long run tanto influyó en el pensamiento, comportamiento y acción históricos de Simón Bolívar. Los viajes —fueron tres— maduraron la personalidad política del criollo caraqueño desde el punto de vista político, intelectual, republicano, haciéndole decididamente partidario de las metas y caminos revolucionarios, de modo particular cuando quedó viudo de su joven esposa española María Teresa Rodríguez del Toro y Alaysa, con la que contrajo matrimonio el 15 de mayo de 1802 y de la que quedó viudo el 22 de enero de 1803. Este hecho fue determinante en la decisión final de Bolívar de romper con España, llevándole por el camino de la ruptura, sellada en el juramento del monte sacro de Roma que, a su vez, está inspirado en la estética revolucionaria del pintor David y muy concretamente en el cuadro El juramento de los Horacios.

Bolívar regresa a Caracas en 1807, a una sociedad criolla venezolana, que se asentaba en una estructura básica de cabildos, ayuntamientos y regimientos locales con una marcada pauta de fragmentación localista, y en la que había anidado el movimiento revolucionario. Bolívar se unió al movimiento de independencia seducido por la figura del "precursor" Francisco de Miranda que era, en realidad, un eslabón más de la cadena de revueltas que se dieron durante el siglo XVIII: Andresote (1730-1733); en 1740 el levantamiento de Juan Francisco de León; en 1781 la insurrección de los comuneros de Mérida; en 1795 la del mulato José Leonardo Chirinos y a finales de siglo la conspiración de Gual y España. Junto a intereses económicos, se defienden los principios de tolerancia, libertad, igualdad y fraternidad. Además, tienen incidencia los cambios que, desde España, se hacen con la idea de dar otra dimensión al dominio americano, lo cual ocurre en una doble vertiente: si durante la monarquía austriaca hubo una sujeción patrimonial a la Corona ampliamente sustentada por las universidades en las que, principalmente, enseñaban jesuitas y dominicos; en el siglo XVIII esta idea continuó con los Borbones, aunque con un sesgo liberal; las reformas de Carlos III concibieron las posesiones ultramarinas como un sector productivo cuyo principal fin era de subordinación a la metrópoli, objetivo logrado a través de una intensa labor reformista. Y es en este sistema productivo donde se configura el oleaje revolucionario, pues en América estaba controlado por los hacendados criollos propietarios de grandes plantaciones de cacao y café, "mantuanos" y "grandes cacaos", que ante la presión de España se situaron a favor de la revolución, lo que tuvo como respuesta que la población india y negra buscara el amparo en las instituciones españolas, lo que provocó una distensión en la sociedad americana y dificultó la posibilidad de reclutar más indígenas y negros para la causa revolucionaria. Quien sí tuvo posibilidad de hacerlo fue el asturiano José Tomás Boves que llegó a reclutar un formidable ejército de "llaneros". Bolívar reconoce este factor social en la Carta de Jamaica (1815), en la que explica la derrota inflingida por Boves en su primera intervención bélica en la guerra de independencia: "Seguramente la unión es lo que nos falta para completar la obra de regeneración".

La decisión e intervención de Bolívar en el discurso de la Independencia tiene dos etapas; una, en la que todavía no tiene formado un proyecto intelectual, consistente en conseguir para la América española peso en la política internacional. El proyecto bolivariano cristaliza en un esquema categorial que para el historiador venezolano Carrera Damas se estructura en tres niveles: primero "independencia", seguida de una "integración" multiterritorial para salir de la estrechez provincialista y lograr una ecuanimidad continental que condujese a un nuevo "orden constitucional".

Este proyecto adquiere consistencia mediante la interacción de tres factores históricos que obligan a Bolívar a entrar en un proceso de reflexión que condujo al esquema categorial señalado anteriormente, construido por Carrera Damas. Para comprender el esquema histórico de Bolívar hay que señalar dos etapas, separadas por el año 1815. Entre 1807 —fecha de su regreso a Caracas— y el año 1815, los acontecimientos son muy significativos para la incorporación de Bolívar al movimiento de independencia. Se centra en la acción revolucionaria de la burguesía criolla venezolana que había conseguido desarrollar —de modo especial en Caracas— un clima intelectual de opinión que reclamaba la formación de una Junta para proveer el nacimiento de la Primera República, como ha explicado en sus estudios el historiador venezolano Carracciolo Parra Pérez.

El 9 de julio de 1810 la Junta enviaba las misiones al mundo anglosajón: Simón Bolívar, Andrés Bello y Luis López Méndez, a Londres; Juan Vicente Bolívar y Tomás Orea, a Estados Unidos. Para participar y presidir esta misión, Bolívar sufragó los gastos del viaje con la esperanza de conseguir la reincorporación de Francisco de Miranda, instalado en Londres a finales de 1784. Tras un largo viaje por Europa, regresó a la capital del Támesis en junio de 1789, donde mantuvo una serie de entrevistas con William Pitt en el transcurso de las cuales proporcionó al primer ministro británico importante información sobre población, fortificaciones, estado de la marina, de las fuerzas regulares del ejército, las milicias provinciales, de las provincias americanas "sujetas a una opresión infame".

En el viaje a Inglaterra, Bolívar consiguió la promesa de Miranda de regresar a Venezuela, lo cual no fue muy del agrado del prudente conservadurismo de la Junta, vencido por el radicalismo bolivariano, mediante la presión ejercida desde la Sociedad Patriótica que se inclinó abiertamente hacia el federalismo de la Primera República. Una comisión integrada por Germán Roscio, Fernando Toro y Francisco Isnardi, redactó la Declaración de Independencia de la Confederación Americana de Venezuela, aprobada en diciembre de 1811. El federalismo condujo a discrepancias, disensiones y violentos levantamientos contra la República, en el oriente y occidente de Venezuela. La guerra civil termina con un tremendo fenómeno sísmico que asoló la región, destruyó varias ciudades y sembró el miedo en la población, mientras se producía una reacción del ejército español dirigido por el general Domingo Monteverde desde Coro, que avanzó por territorio venezolano recibiendo la adhesión de muchos pueblos. Bolívar perdió la plaza de Puerto Cabello y solicitó urgente apoyo a Miranda que no pudo dárselo. Caído el prestigio de Miranda, es el propio Bolívar quien lo hace prisionero, lo entrega en La Guayra al comandante del puerto y obtiene salvoconducto de Monteverde para regresar a Caracas, pero se dirige a Cartagena de Indias (en Nueva Granada) e inicia un desesperado intento de reunir un ejército. Con el Decreto de Guerra a Muerte comienza lo que se ha llamado la Campaña Admirable que es, en realidad, el comienzo de la Segunda República, centrada de una manera total en la figura, la voluntad y el pensamiento constitucionalista de Simón Bolívar y una inevitable guerra social pues, el enfrentamiento armado entre patriotas y realistas puso en movimiento importantes masas que, hasta entonces, estaban adormecidas o controladas en sus respectivos quehaceres. El carácter social de la guerra adquirió una gran ferocidad por el levantamiento de las montoneras de los Llanos de Venezuela, bajo el impulso del asturiano José Tomás Boves. A partir de 1813, la terrible caballería de los llaneros supuso el final de la Segunda República de Bolívar.

Las tropas de Bolívar quedan destruidas en el choque con los llaneros que obtienen una decisiva victoria en La Puerta, mientras un segundo choque en Aragua destroza los restos del ejército republicano mandado conjuntamente por Bolívar y Mariño, que se ven obligados a huir en un pequeño velero a la isla Margarita, desde donde Bolívar se dirige a Cartagena de Indias. En julio de 1814 los llaneros de Boves y Morales entran en Caracas, sometida al saqueo y el terror. En las batallas de la Sabana del Salado y Urica se consuma la destrucción final del ejército revolucionario, pero en la última muere Boves de un lanzazo.

Comenzaba un repliegue para los independentistas. En año 1814 es el del regreso al trono de España de Fernando VII. Pronto se organizó una expedición integrada por diez mil quinientos soldados en cuarenta y dos buques de transporte y dieciocho navíos de guerra, a cuyo frente figuraba el general Pablo Morillo. Bolívar renuncia a su mando y, en mayo de 1815, se exilia a Kingston, en la isla inglesa de Jamaica.

La estancia de Bolívar en Jamaica supuso, ante todo, una etapa de reflexión que se pone de manifiesto en un proyecto constitucional junto con un lineamiento de revolución continental, como puede apreciarse en el importante documento —eminentemente político— que es la Carta de Jamaica donde aparece el enérgico optimismo contestatario, junto a una poderosa llamarada profética en la que su pensamiento abandona, de hecho, el provincialismo para adquirir una visión continental, erigiéndose en el principal defensor de la soberanía hispanoamericana; el gran acto de cooperación y colaboración que se había alcanzado en Cádiz con la Constitución de 1812, frente al intento de Fernando VII de reconstruir el antiguo edificio absolutista.

En 1815 en la mente de Bolívar germinó la idea de cambiar de modo radical las bases sociales de la revolución de independencia. En la Carta de Jamaica (1815) y el Discurso de Angostura (1819) puede advertirse la teoría de la ruptura sin ninguna clase de entendimiento y la formulación de un Estado republicano de ámbito continental, sin duda inspirado en el modelo norteamericano de 1787. En todo caso, ambos documentos constituyen la expresión, de una potente energía política, de alcanzar como meta última la Independencia. El Discurso de Angostura es el documento de teoría constitucional de mayor densidad escrito por Bolívar. Inicia una línea que ya no se interrumpe y que, como advierte Carrera Damas, debe ser puesto en relación explicativa con el Mensaje al Congreso Constituyente de Bolivia (25 de mayo de 1826) y el Mensaje a la Convención de Ocaña (29 de febrero de 1828).

Se trata de una línea de pensamiento teórico simultánea con el desarrollo de la campaña continental que ofrece hitos muy característicos desde los Andes a Carabobo: Congreso Constituyente de la Villa del Rosario de Cúcuta; campaña sobre el virreinato de Perú; Pichincha, Conferencia de Guayaquil, con San Martín, hasta culminar el proyecto andino con la creación de Bolivia y las dos decisivas batallas de Junín y Ayacucho. La pasión política de Bolívar se ha explayado desde 1815 a 1824 en la doble empresa militar y constitucional de la vida nueva que quiso crear en la América española.

Al final de su vida, enfrentado con la realidad social, las ambiciones personalistas, tanto populares como elitistas, produjeron la entrada de Bolívar en una espiral de frustración que en su ideología política personal giraba en torno a una doble cuestión: por una parte, la Constitución de Bolivia que el 16 de agosto de 1826 consiguió fuese adoptada por Perú. Era una carta constituyente fuerte que, sin violar las tres unidades, revocaba desde la esclavitud para abajo, todos los privilegios, reforzando el poder presidencial. En ello se contiene el pensamiento republicano del Libertador, que no era el mismo de toda la opinión hispanoamericana. También el prestigio militar se resentía. El levantamiento de Páez contra el orden impuesto en Venezuela por Bolívar se había unido al rechazo de la unión con Colombia y existía un fondo permanente de tensión y antagonismo entre militares y civiles. Páez se hizo portavoz del descontento y convocó (6 de enero de 1826) una conferencia populista en el monasterio de San Francisco, creando una fuerte tensión con las instituciones gubernamentales —Congreso y Cabildo— pues ello suponía la violación de la constitución de Cúcuta y la inevitable toma por Páez del mando militar en la ciudad de Valencia. La segunda cuestión fue la convocatoria de la Asamblea de Panamá (1826) para conseguir la unión continental que debía mantenerse entre las repúblicas mediante una Confederación. La unión era para Bolívar el mejor remedio contra la anarquía. No consiguió, tras la convocatoria, respuesta unánime, quedando reducida la participación a Colombia, México, Perú, Chile y las Provincias Unidas de Centroamérica. El resultado principal de la Asamblea de Panamá fue demostrar la posibilidad de contraste de opiniones políticas, de modo que pudiesen fortalecer los vínculos y relaciones fraternales de las naciones que van apareciendo en el tejido histórico de Iberoamérica.

El edificio pensado por Bolívar concluyó cuando acabó la guerra. Ruptura con Páez, con Santander, con la aristocracia limeña que consiguió la anulación de la Constitución bolivariana. El edificio republicano construido por el Libertador se resquebrajaba. Los intentos por mantenerlo fracasaron en la Convención de Ocaña, donde la oposición que, sin serlo, se llamaba democrática, caracterizaba el otro polo, representado por Bolívar, la dictadura. El pronunciamiento de Bogotá hizo que Bolívar asumiese plenos poderes, prácticamente dictatoriales, lo que condujo a la rebelión colombiana contra su dictadura pretoriana. A ello se añadió la invasión del ejército peruano del general-presidente La Mar; la rebelión del general de su máxima confianza, José María Córdoba, como consecuencia del rencor. Bolívar, ya gravemente enfermo, presentó su dimisión ante el Congreso colombiano e inició su retirada con la idea de hacer un último viaje a Europa, cosa que tampoco pudo cumplir. Acompañado de un reducido número de amigos y ayudantes inició el lento descenso del río Magdalena recibiendo constantemente noticias de la fragmentación de la América española, la muerte de su más directo colaborador en la guerra, el general Sucre, y la disidencia de Venezuela, minaron más, si cabe, su delicada salud. A las doce de la mañana del día 17 de diciembre de 1830 murió en la finca de recreo del hidalgo español Joaquín de Mier en San Pedro Alejandrino, cura de Santa Marta.

 

Obras de ~: Colección de documentos relativos a la vida pública del Libertador de Colombia y del Perú, Simón Bolívar, para servir a la historia de la independencia de Suramérica 1826-1830, compilada por Cristóbal de Mendoza, Francisco Javier Yanes y Antonio Leocadio Guzmán, Caracas, Imprenta de G. F. Devisme, 1826, 22 vols.; Documentos para la historia de la vida pública del Libertador de Colombia, Perú y Bolivia, compilada por José Félix Blanco y Ramón Azpurcía, Caracas, 1875- 1877, 14 vols.; Simón Bolívar, obras completas, comp. y notas de V. Lecuna, con E. Barret de Nazaris, La Habana, Editorial Lex, 1947; Discursos, proclamas y epistolario político, ed., pról. y notas de M. Hernández Sánchez-Barba, Madrid, Editora Nacional, 1975; Obras completas, Caracas, Universidad Simón Rodríguez, 1975; Doctrina del Libertador, pról. de A. Mijares (compil.), notas y cronología de M. Pérez Vila, Caracas, Ayacucho, 1976; Simón Bolívar fundamental, compil. por G. Carrera Damas, Caracas, Monte Ávila Editores, 1992-1993.

 

Bibl.: M. André, Bolívar y la democracia, Barcelona, Araluce, 1924; L. Perú de Lacroix, Diario de Bucaramanga, estudio crítico y reproducción literalísima del manuscrito original de L. Luis Perú de Lacroix; con toda clase de aclaraciones para discernir su valor histórico por monseñor Nicolás E. Navarro, Caracas, Tipografía Americana, 1935; S. de Madariaga, Bolívar, México, Hermes, 1951, 2 vols.; F. Cuevas Cancino, Bolívar, el ideal panamericano del Libertador, México, Fondo de Cultura Económica, 1951; D. F. O'Leary, Memorias del General O'Leary, pról. de N. E. Navarro, Caracas, Imprenta Nacional, 1952, 6 vols.; F. A. Encina, Bolívar y la independencia de la América Española, Santiago de Chile, Nascimento, 1954; J. L. Busaniche, Bolívar visto por sus contemporáneos, México, Fondo de Cultura Económica, 1960; M. Hernández Sánchez-Barba, Historia Universal de América, Madrid, Guadarrama, 1962, 2 vols.; D. Bushnell (ed.), The Libertator Simón Bolívar Man and Image, New Cork, A. Knopf, 1970; E. Colombres Marmol, La entrevista de Guayaquil. Hacia su esclarecimiento, Buenos Aires, Eudeba, 1972; F. de la Barra, La Campaña de Junín y Ayacucho, Lima, Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú, 1974; I. Lieano, Bolívar, Caracas, Ministerio de Educación, 1974; J. Lynch, Las revoluciones hispanoamericanas 1808-1826, Barcelona, Ariel, 1976; L. Zea, Simón Bolívar. Integración de la libertad, México, Edicol, 1980; J. L. Salcedo-Bastardo, Visión y revisión de Bolívar, Caracas, Monte Ávila, 1981; N. Martínez Díaz, Simón Bolívar, Madrid, Arlanza, 2003; G. Carrera Damas, "Génesis teórica y práctica del proyecto americano de Simón Bolívar", en Historia General de América Latina, t. V, Crisis estructural de Sociedades implantadas, Paris, Unesco, 2003; A. Hernández Ruigómez, Simón Bolívar, Madrid, Dastin Expat, 2004; M. Hernández Sánchez-Barba, Simón Bolívar. Una pasión política, Barcelona, Ariel, 2004.

 

Mario Hernández Sánchez-Barba


Antonio José de Sucre, por Manuel Lucena

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Antonio José de Sucre y de Alda | Real Academia de la Historia

Biografía

Sucre y de Alda, Antonio José de. Cumaná (Venezuela), 3.II.1795 – Berruecos (Colombia), 4.VI.1830.

Patriota venezolano, general del Ejército de Venezuela, Colombia y Ecuador, mariscal de Ayacucho y presidente de Bolivia.

Sucre es una de las figuras históricas más estimadas en los países grancolombianos e incluso suramericanos.

Es además un personaje muy complejo en sus facetas, que han suscitado numerosos y valiosos estudios.

Nació en Cumaná y fue hijo del teniente Vicente de Sucre y Urbaneja y de Manuela de Alcalá. Su familia paterna había sido tradicionalmente de militares, desde su padre a sus cuatro tatarabuelos, pasando por sus dos abuelos. Quedó huérfano de madre a los siete años y fue enviado a Caracas al cuidado de su padrino el arcediano catedralicio Antonio Patricio de Alcalá. En la capital inició los estudios de ingeniería con el coronel José Mires. En 1809 ingresó como cadete, junto con su hermano Pedro, en la Compañía de Húsares Nobles de Fernando VII en Cumaná, una unidad organizada por Manuel de Cajigal, gobernador de la provincia de Cumaná. En 1810 la Junta de Gobierno de Cumaná le nombró subteniente de Milicias Regladas de Infantería, grado que le confirmó la Junta Suprema de Caracas el 6 de agosto siguiente. En 1811 fue comandante de Ingenieros en la isla Margarita y el 31 de julio del mismo año ascendió a teniente.

En 1812 era ya comandante de artillería en Barcelona.

Combatió en defensa de la I República frente a la reconquista de Domingo Monteverde hasta la capitulación de San Mateo, tras la cual regresó a Cumaná, donde el gobernador realista Ureña le expidió pasaporte para que pudiera trasladarse a Trinidad. En dicha isla se encontraban, entre otros patriotas, Mariño, Bermúdez y Piar. Al sobrevenir la Campaña Admirable de 1813, Sucre pasó al continente por el golfo de Paria. Desembarcó en Güiria y organizó la resistencia oriental bajo las órdenes de Mariño, participando en la batalla de Maturín y en la rendición de Cumaná. En 1814 era Edecán de Mariño y desarrolló una gran actividad en lograr la concentración de tropas en Aragua con destino a la toma de Caracas. Ese mismo año muchos de sus parientes fueron ejecutados por los españoles, principalmente por Boves. En 1815 combatió bajo las órdenes de Francisco Bermúdez. Después de Maturín huyó de la isla Margarita y luego, al producirse la invasión de Morillo pasó a las Antillas (Martinico y San Thomás) y a Cartagena. Aquí colaboró con Lino Pombo en las obras de fortificación de la plaza de cara al posible asedio realista. En diciembre estaba en Haití, desde donde regresó a Venezuela pero con tan mala fortuna que naufragó en el golfo de Paria.

En 1816 Mariño le nombró su jefe de Estado Mayor y lo ascendió a coronel. Al año siguiente (1817) fue designado comandante de la provincia de Cumaná. Ese mismo año, tras el congreso de Cariaco (8 de mayo) se declaró en rebeldía con el Congreso, rechazando además la autoridad de Mariño. Fue uno de sus grandes virajes políticos y marcó su vida, pues abandonó el Oriente, su región natal, y se trasladó a la Guayana, poniéndose a las órdenes de Bolívar. El futuro Libertador reconoció su enorme valía y le nombró gobernador de la Antigua Guayana y comandante general del Bajo Orinoco (17 de septiembre de 1817), y le encargó organizar el batallón Orinoco.

A partir de entonces, Sucre figuró ya en el carro de las grandes empresas militares de Bolívar como uno de sus grandes jefes hasta llegar a ser presidente de la Republica en Bolivia. El 7 de octubre de 1817 fue nombrado jefe de Estado Mayor de la división de la provincia de Cumaná, bajo las órdenes del general Bermúdez, nombrado comandante de dicha unidad.

Bolívar conocía ya a Sucre y sabía que así evitaría las disidencias patriotas en Cumaná. En 1819, Bolívar diseña su ideal de una nación llamada Colombia en el Congreso de Angostura, donde se nombró a Antonio Zea como vicepresidente. Tras esto lanzó su operación sorpresa de ascensión al altiplano andino, donde derrotó a los españoles en la batalla de Boyacá, que permitió liberar Colombia. Bolívar volvió a Angostura y diseñó ya definitivamente lo que sería Colombia (se la denomina Gran Colombia para distinguirla) una nación que se crearía a golpe de batallas victoriosas uniendo Colombia, Venezuela y Ecuador (Panamá se uniría voluntariamente). Para esto contó con la ayuda insuperable de Sucre, el vicepresidente Zea había ascendido a general de brigada en agosto de 1819, lo que el Libertador confirmó el 16 de febrero de 1820.

Sucre fue enviado a las Antillas para conseguir material de guerra para la Gran Colombia, encargo que cumplió fielmente. Ese año de 1820 fue ministro interino de Guerra y Marina y jefe titular de Estado Mayor General. Se le seleccionó como comisionado para concertar los Tratados de Santa Ana de Trujillo o de armisticio y regularización de la guerra en noviembre de 1820 (Bolívar y Morillo). Fue su primera experiencia diplomática.

Bolívar se enfrentó entonces al gran problema quiteño, que era un baluarte realista, con un antemural como Pasto. Una campaña frontal podría haber sido desastrosa y decidió utilizar a Sucre como la pieza maestra de la operación. El 11 de enero de 1821 nombró en Bogota a Sucre comandante del Ejercito Sur, en reemplazo del general Manuel Valdés, que mandaba las tropas que combatían en Popayán y Pasto. Bolívar le encargó la misión de trasladarse por mar a Guayaquil (que se habia independizado de España en octubre de 1820) y conseguir que aceptase incorporarse a la Gran Colombia, para convertirla en vanguardia de la guerra de liberación de Quito (Ecuador).

Sucre llego a Guayaquil el 6 de abril y se presentó a la Junta de Gobierno, comunicándole la comisión de Bolívar. El 15 de abril de 1820 se firmó el tratado entre Sucre, por Colombia, y José Joaquín de Olmedo, Francisco Roca y Rafael Jimena por la Junta. Guayaquil mantendría su soberanía pero bajo la protección de la República de Colombia. El tratado no tuvo consecuencias, por la indecisión de Rafael Jimena y la hostilidad hacia Colombia de Francisco Roca. En septiembre Sucre emprendió en solitario la acción militar contra las tropas de Aymerich, pero fue detenido por los realistas en Huachi el 12 de septiembre.

Sucre se retiro a Guayaquil, donde reforzó sus tropas con nuevos efectivos del lugar y con las que le llegaron de Colombia en octubre del mismo año. En diciembre la situación se volvió más comprometida como consecuencia de la llegada del Perú de los generales Francisco Salazar y José de la Mar, el primero como embajador y el segundo para tomar el mando en la provincia. Tras intensos debates, el 16 de diciembre se declaró la incorporación de Guayaquil al Perú, ejemplo que siguieron Jipijapa y Manabí. La Junta nombró a La Mar jefe provincial y le encargó someter las poblaciones que se habían pronunciado a favor de la unión con Colombia. Intervino Sucre para señalar que lo importante era la lucha con los españoles. Envió a Lima al coronel Tomás Heres, que logró que se le enviaran refuerzos. Estas tropas, mandadas por el coronel Andrés de Santa Cruz fue la llamada División Peruana. Por otra parte Bolívar inició la campaña del Sur de Colombia, atacando Pasto, lo que cambió radicalmente la posición de Sucre, que pudo emprender las operaciones para liberar Quito.

La situación militar en Quito era equilibrada. Los españoles contaban con tres mil hombres, indios en su mayoría, distribuidos en Cuenca, Riobamba, Ambato y Quito. Los patriotas, Sucre en realidad, tenía el llamado Ejército Unido, con dos mil hombres, divididos en las dos divisiones colombiana y peruana. El plan de Sucre era concentrar sus fuerzas en el área comprendida entre Loja, Sangaruro y Oña, y amenazar con una fuerza secundaria Quito y las comunicaciones enemigas con Riobamba. Inició sus operaciones en enero de 1822 concentrando tropas en Sangaruro. Se tomó fácilmente Cuenca y luego el 21 de abril Riobamba.

Luego siguió avanzando hasta Latacunga en la que entró el 2 de mayo. Allí esperó que se le unieran los dos batallones panameños, y continuó por las faldas del Cotopaxi hasta alcanzar el valle de Chillo, separado de Quito por las alturas del Puengasi. Los realistas entraron en Quito el 16 de mayo. Sucre pensaba presentar batalla en Iñaquito, pero el general Aymerich decidió presentar combate de inmediato subiendo por la falda del volcán Pichincha, lo que le colocó en una posición muy desfavorable. El 24 de mayo Sucre obtuvo una gran victoria y Aymerich capituló al día siguiente. Los patriotas libraron Quito, pero además Guayaquil decidió ya unirse incondicionalmente a la Gran Colombia.

El 18 de junio siguiente Bolívar ascendió a Sucre a general de división y le nombró intendente del departamento de Quito.

Sucre hizo en Quito una acción sociopolítica importante, aunque breve. Estableció la Corte de Justicia en Cuenca, instaló la Sociedad Económica en Quito y se preocupó de crear algunas escuelas. No pudo hacer mucho más porque Bolívar le mandó al Perú, que había pedido ayuda al Libertador. Bolívar no pudo o no quiso ir de inmediato y envió por ello a su Delfín. Sucre llegó a Lima el 10 de mayo de 1823 y el 30 de mayo siguiente fue nombrado comandante del Ejército Unido. Las operaciones militares se reanudaron de inmediato. No fueron bien, aunque se produjo una victoria de Santa Cruz en Zepita, y Sucre tuvo que retirarse a Lima. El 1 de septiembre llegó a esta capital Bolívar, que asumió el mando de todas las operaciones, pero contando con la enorme colaboración de Sucre. Los patriotas obtuvieron la gran victoria de Junín (6 de agosto de 1824), que supuso prácticamente la liberación del Perú. Para completar ésta designó Bolívar a Sucre en Andahuaylas. A fines de octubre de ese año 1824 los realistas lanzaron desde Cuzco su ofensiva contra el Ejercito Unido Libertador.

Sucre maniobró para colocar sus tropas en un sitio ventajoso y se trasladó a Ayacucho, donde se enfrentó con los realistas el 9 de diciembre, obteniendo otra gran victoria, esta vez definitiva. Se firmó la rendición y la evacuación de las tropas españolas que quedaban en Suramérica. El Congreso de Colombia nombró a Sucre general en jefe y el Congreso de Perú le dio el título de gran mariscal de Ayacucho.

Sucre entró triunfante en Cuzco, libertó las provincias del Alto Perú y se trasladó a este ultimo territorio para gobernarlo provisionalmente Fue una de las épocas más difíciles de Sucre, pues pensaba que debía ser independiente, mientras que Bolívar dudaba en cederlo a Buenos Aires, ya que había pertenecido a su virreinato. Triunfó Sucre. En 1825 convocó a los representantes de sus provincias para convertirse en Asamblea y decidir el futuro de la nueva República, de la que sería presidente Bolívar, cuando estuviera en su territorio, y Sucre tendría el mando inmediato de los departamentos. En abril de 1826 se reunió en Chuquisaca el primer Congreso Constituyente de Bolivia que eligió a Sucre como presidente vitalicio, cargo que aceptó sólo por dos años.

El mariscal de Ayacucho trató de gobernar Bolivia mientras el Libertador trataba de redactar su famosa Constitución. Organizó la Hacienda Pública y la Administración; trató de liberar a los esclavos y de repartir la tierra, y mejoró la educación, creando numerosos colegios. Todo fueron dificultades. Hasta en el plan educativo, donde tuvo varios desencuentros con Simón Rodríguez, el antiguo maestro de Bolívar.

La anarquía política y militar se apoderó de Bolivia y surgió el motín militar de Chuquisaca (18 de abril de 1828) en el que Sucre resultó herido en el brazo derecho y hecho prisionero. Fue rescatado por el general López, que vino a marchas forzadas desde Potosí. El mariscal pensó que era hora de ocuparse de su propia vida. Envió poder para contraer matrimonio en Quito con Mariana Carcelán y Larrea, marquesa de Solanda (20 de abril). Presentó su renuncia a la presidencia y antes de abandonar Bolivia envió al congreso extraordinario de 1828 un magnífico mensaje, en el que renunciaba a todas las prerrogativas que le concedía la constitución de eximirle de toda responsabilidad en los actos de gobierno. Antes al contrario rogaba que se examinase minuciosamente su conducta, prestándose a someterse al fallo de la Cámara, si ésta encontraba que hubiera cometido una sola infracción contra la ley. En agosto emprendió viaje a la capital ecuatoriana, donde estableció su hogar. Ocupó su tiempo en la administración de los bienes de su esposa y en el estudio. El sosiego duró poco, pues en 1829 la República de Colombia requirió sus servicios militares para enfrentar la ofensiva peruana en el sur del Ecuador. Triunfó en Tarqui (27 de febrero) contra el general Lamar y firmó una capitulación honrosa para los vencidos. El 10 de julio del mismo año nació su hija Teresita (en 1826 habia nacido su hijo natural José María que tuvo en Rosalía Cortés).

La provincia de Cumaná le eligió como su representante al Congreso Admirable de 1830, en el que tuvo que actuar como presidente. En enero del mismo año se le dio otra comisión muy delicada, como fue negociar con Páez para evitar la secesión de Venezuela de la Gran Colombia. Fue a Venezuela en compañía de José María Estévez, obispo de Santa Marta y vicepresidente del Congreso y del diputado Francisco Aranda. Al pisar territorio venezolano se ordenó a los comisionados que regresaran a Cúcuta, donde se efectuarían las negociaciones pertinentes. Así lo hicieron prudentemente, pero las conversaciones fueron inútiles.

Sucre volvió a Bogotá, mientras la confederación de la Gran Colombia empezaba a saltar por los aires. Se dirigió a Quito para unirse con su familia y fue asesinado en la montaña de Berruecos (en Pasto, al sur de Colombia) el 4 de junio de 1830. Su muerte sigue siendo un hecho oscuro, aunque se ha atribuido a José María Obando, jefe militar de Pasto, como autor intelectual y a Apolinar Morillo como su ejecutor.

 

Bibl.: S. Bolívar, Resumen sucinto de la vida del General Sucre, Lima, 1825; J. Mallo, Administración del General Sucre, Sucre, 1871; L. Villanueva, Vida del gran mariscal de Ayacucho, Caracas, Imp. del Gobierno, 1891; V. Pesquera Vallenilla, Rasgos biográficos del Gran Mariscal de Ayacucho: Don Antonio José de Sucre y Episodios orientales, Barcelona, Maucci, 1910; F. Quintero, Orígenes del Gran Mariscal de Ayacucho, Caracas, Tip. Vargas, Aguerrevere & Guruceaga, 1920; J. B. Pérez y Soto, El crimen de Berruecos: Asesinato de Antonio José de Sucre, Roma, Escuela tip. salesiana, 1924; G. A. Otero, El hombre del tiempo heroico: esquema de un ensayo psicológico y moral de Antonio José de Sucre..., La Paz, Editorial Renacimiento, 1925; R. Sotela, Crónicas del Centenario de Ayacucho en Lima, San José de Costa Rica, Imp. Maria v. de Lines, 1927; H. Nectario Maria, La tragedia de Berruecos (relación histórica del asesinato del Gran Mariscal de Ayacucho), Barquisimeto, Tipografía Leal, 1930; A. Zawadzky, Sangre de Bolívar y Sucre, Sevilla, Tipografía Sevillana, 1930; A. Cabrera Domínguez, Catálogo de manuscritos: papeles de Gregorio Funes, Simón Bolívar y Antonio José de Sucre, Buenos Aires, Biblioteca Nacional, 1939; C. Pereira, El General Sucre, Madrid, Aguilar, 1940; E. López Contreras, Sucre, síntesis de su vida militar, Caracas, Editorial Cecilio Acosta, 1944; J. A. Cova, Sucre, ciudadano de América: Vida del Gran Mariscal de Ayacucho, Buenos Aires, Ediciones Argentinas, 1944; S. Martínez Delgado, Antonio José de Sucre, Bogotá, 1945; W. Dietrich, Antonio José de Sucre, Caracas, Las Novedades, 1945; A. J. de Irisarri, Historia crítica del asesinato del Gran Mariscal de Ayacucho, Buenos Aires, Ed. Jackson, 1945; J. Oropesa, Sucre: biografía, Buenos Aires, Ministerio de Educación Nacional, 1946; C. H. 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Manuel Lucena Salmoral


Juan Pablo Viscardo y Guzmán por María Ángeles Eugenio Martínez

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Juan Pablo Viscardo y Guzmán | Real Academia de la Historia

Juan Pablo Viscardo y Guzmán

Biografía

Viscardo y Guzmán, Juan Pablo. Pampacolca (Perú), 26.VI.1748 – Londres (Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte), 10.II.1798. Exseminarista jesuita (SI), humanista, precursor ideológico y promotor de la independencia americana.

Nace en Pampacolca (Arequipa), aunque se cuestiona si el nacimiento pudo tener lugar en algunas de las propiedades que los padres poseían en el valle de Majes y ser llevado a esta doctrina para su bautizo el 27 de junio de 1748. Perteneciente a una familia distinguida de Arequipa, su madre fue Manuela de Sea y Andia y su padre el maestre de campo Gaspar Vizcardo, fallecido con sólo treinta y cuatro años, lo que debió de influir en el envío de Juan Pablo y de su hermano mayor, Joseph Anselmo, al internado de los jesuitas en Arequipa, donde ambos ingresaron el 27 de junio de 1763. La orden de extrañamiento de los jesuitas, decretada por el monarca hispano Carlos III, les fue comunicada el 7 de septiembre de 1767, cuando los hermanos Viscardo estaban en el colegio máximo de la Transfiguración (Cuzco), donde Juan Pablo había comenzado los estudios mayores de Filosofía y ampliaba los conocimientos de las humanidades clásicas. Con otros miembros de su orden, los hermanos son embarcados en El Callao (Perú), posiblemente en el navío Santa Bárbara, que el 11 de marzo de 1768 zarpó rumbo a Cádiz (España). El 10 de agosto llegan al puerto español y permanecen en la cercana población de El Puerto de Santa María durante varios meses, en los que ambos solicitaron la secularización mientras esperaban ser trasladados a Italia.

El 6 de abril de 1769 los Viscardo llegan a Italia (La Spezia) en la fragata sueca Cristina Margarita y se establecen en Massacarrara, pequeña ciudad entre la Liguria y la Toscana, donde Juan Pablo dedicó gran parte de su tiempo a enviar múltiples instancias para obtener un permiso de regreso a Perú y recuperar una rica herencia familiar que les permitiera hacer frente a las dificultades económicas del exilio italiano, que compartió con su hermano hasta su muerte prematura. A mediados de 1781, al recibir noticias del alzamiento en el Cuzco de Tupac Amaru contra el régimen español, Juan Pablo Viscardo se entrevista con el cónsul inglés en Liorna, John Udny, solicitando la ayuda británica en favor de los rebeldes peruanos. El 30 de septiembre de este mismo año, confirmada la derrota de la revolución tupacamarista, Viscardo escribe al cónsul una extensa carta para fundamentar la viabilidad de la ayuda inglesa (armas y oficiales) a la independencia de Perú y ofrecer sus propios servicios (conocimiento del país, lengua y costumbres), con el ruego —decía— de "considerar las ventajas que resultaría para los ingleses si yo los acompañara en esta gran empresa".

El 30 de junio de 1782 Juan Pablo viaja por vez primera con su hermano desde Florencia a Londres, bajo los falsos nombres de Paolo Rossi y Antonio Valesi respectivamente. A la espera del final de la guerra de independencia de las trece colonias americanas, y posiblemente pensionados por el Gobierno británico, permanecieron hasta 1784 que regresaron a Massacarrara sin resultado alguno. Tras la muerte de su hermano el 29 de septiembre de 1785, Juan Pablo Viscardo reside en Florencia (de mayo de 1787 a febrero de 1789) y luego en el consulado de Nápoles en Liorna, quizás como empleado, hasta que vencido por la desesperanza de obtener un permiso para regresar a Perú e indignado de que Carlos IV mantuviera la orden de destierro, decidió dedicarse a defender la independencia americana en Inglaterra. A partir de entonces Viscardo, al que, según Batllori, "la miseria y los sufrimientos de trece años de exilio en Italia fueron capaces de convertir a un tímido introvertido en un pensador intervensionista y activo", se entregará plenamente a la causa independentista a través de sus escritos. Sus conocimientos de la vida y sociedad hispanoamericanas lo convertirán en portavoz ante el Gobierno británico respecto a la necesidad de autonomía política y económica.

A fines de 1791 o primeros de 1792, por segunda y definitiva vez, el abate Viscardo viaja a Londres, ahora solicitado por el Gobierno británico y protegido de inmediato por la Oficina de Asuntos Extranjero, recibiendo una pensión de 300 libras esterlinas que le permitió dedicar sus últimos años de exilio a la infructuosa tarea de convencer a Inglaterra de apoyar los movimientos hispanoamericanos en favor de la emancipación y la libertad. De idealista pasa a libertador, pero después de seis años de exilio inglés Viscardo va a entrar en una etapa de debilidad y de desconsuelo por su añoranza cada vez mayor, por su situación económica bastante precaria, y, sobre todo, por la actitud del Gobierno británico de seguir posponiendo toda ayuda a los revolucionarios americanos. En esta fase final de su vida, Viscardo conoce al embajador de los Estados Unidos en Inglaterra, Mr. Rufus King, quien desde años atrás estaba interesado en los movimientos de los patriotas americanos, inclusive había contactado con varios de los exjesuitas americanos que se encontraban al servicio del Gobierno británico. El diplomático norteamericano se convierte en el amigo y confidente de un Viscardo aislado y reconcentrado, resentido y definitivamente desengañado de que se llevaran a cabo sus proyectos tan ansiosamente elaborados. A los cincuenta años de edad, agotado y enfermo, Juan Pablo Viscardo fallece en Londres en febrero de 1798, después de tres décadas de exilio sin ni siquiera haber logrado que se publicara la Carta a los Españoles Americanos, su más valioso alegato en favor de la independencia de la América hispana pero sin duda un documento comprometedor para la diplomacia inglesa. Poco antes de morir, no contando Juan Pablo con otra persona que le inspirase confianza y que fuese simpatizante de la causa independentista de las colonias españolas, lega todos sus papeles y libros al diplomático norteamericano, quien los pasó a su íntimo amigo y precursor de la independencia venezolana Francisco de Miranda. Su testimonio da idea de la multiplicidad y valor informativo de los escritos del abate Viscardo, con el que compartió el compromiso por la independencia americana y la frustración por no conseguir el apoyo efectivo del gobierno inglés, pero que no tuvo oportunidad de conocer personalmente porque la estancia londinense del abate coincidió con la del venezolano en Francia.

Cuando Francisco de Miranda entró en posesión de los papeles de Viscardo y Guzmán, en julio de 1798, halló la Carta a los Españoles Americanos, manuscrita del jesuita peruano, uno de los textos pioneros en la construcción del pensamiento libertador al que, sin duda, debe su fama como precursor de la independencia, aunque no sea su única producción. Además de un sinfín de solicitudes, pleitos y cartas a diferentes autoridades, Viscardo escribió otros trabajos que permanecieron ignorados, uno de ellos el titulado Proyecto para independizar la América Española, fechado en Liorna, el 18 de septiembre de 1790, que fue conservado en la Sociedad de Historia de New York y se conoció en 1983. Este documento, además de proponer que Inglaterra asumiese la protección de las colonias españolas en América, presenta un minucioso plan estratégico para lograr la independencia muy similar al que años después el general San Martín llevó a la práctica en su campaña libertadora. El proyecto de Viscardo, que incluye un "Ensayo histórico sobre la América Meridional en 1780", proponía como primer objetivo la emancipación de la provincia de Chile y la necesidad de una escuadra y de cinco a seis mil hombres de buenas tropas para interceptar a las naves españolas que pasaran al Cabo de Hornos, asegurar el dominio en el Pacífico y llevar a cabo la independencia del Perú, con recomendaciones sobre la organización y avance terrestre hacia El Callao.

Pero la obra de Viscardo más conocida y estudiada hasta hoy es la citada Carta a los Españoles Americanos, un cuadernito de treinta y seis páginas que se convirtió en el escrito de mayor divulgación en su momento por el planteamiento separatista y la justificación ideológica que Viscardo hacía en un período revolucionario todavía embrionario y que ya había esbozado en la carta escrita al cónsul británico el 30 de septiembre de 1781. Entonces el abate se limitó a presentar las circunstancias histórico-políticas que podían inducir a Inglaterra a una acción concreta para restaurar la independencia en Perú, por eso defendió en ella la unión de indígenas y criollos, inclusive exageró el entusiasmo y el apoyo de éstos a la sublevación de Tupac Amaru; mientras que en la Carta a los Españoles Americanos, escrita probablemente en 1792, insiste en los fundamentos histórico-doctrinales para una completa independencia de toda la América española y radicaliza su posición separatista. En un tono de reproche constante hacia la Corona española, Viscardo se refiere a España como "un país que nos es extranjero, a quien nada debemos, de quien no dependemos y del cual nada podemos esperar"; critica ferozmente la colonización española, afirmando que la historia de tres siglos se podría reducir a cuatro palabras "ingratitud, injusticia, servidumbre y desolación"; denuncia la violación de los derechos fundamentales y no duda en proponer la independencia como solución cuando escribe "el despotismo que la corte de España ejerce con nuestros tesoros podría recibir con nuestra independencia un golpe mortal", exaltando el ánimo de los posibles lectores cuando añade "no hay ya pretexto para excusar nuestra apatía, si sufrimos más largo tiempo las vejaciones que nos destruyan se dirá con razón que nuestra cobardía las merece".

El independentista Francisco de Miranda comprendió la importancia de esta Carta para sus fines revolucionarios y la publicó por primera vez en junio de 1799, apenas un año de la muerte del jesuita arequipeño, con el título original Lettre aux Espagnols Américains par un de leurs compatriotes en Filadelfia, aunque impresa en Londres, y desde allí hizo varias ediciones.

En 1801 la publicó en español y distribuyó entre revolucionarios americanos (Gual, Pedro José Caso), gracias a lo cual en los círculos independentistas de la América española circularon clandestinamente ejemplares de la Carta o, en cualquier caso, se tuvo conocimiento de ella por fragmentos o alusiones hechas en proclamas o folletos. En 1803 las autoridades de Margarita y Trinidad informaban de la propagación de libelos como la Carta que "inducen a la subversión de estos habitantes".

El mismo Miranda en su Proclamación a los pueblos habitantes del continente Américo-Colombiano, difundida al desembarcar en Coro (2 de agosto de 1806) para iniciar su fallido proyecto independentista de Venezuela, adjuntó la Carta como prueba de las "crueldades y persecuciones atroces del gobierno español" y recomendaba su lectura, como sólido argumento de la causa, "a las personas timoratas o menos instruidas que quieran imponerse a fondo de las razones de justicia y de equidad". La primera edición inglesa se debe al periodista y escritor William Burke, que la incluyó en su "Additional Reasons for our immediately emancipating Spanish America", publicada en Londres (1808).

En México se difundió extensamente desde 1808 hasta que la Audiencia ordenó la prohibición absoluta y el requisamiento de todos los ejemplares tras el informe de los jueces inquisidores (11 y 24 de septiembre de 1810) que la calificaron de "falsa, temeraria, impía y sediciosa, injuriosa a la religión y al estado, a los reyes y a los pontífices". Pese a esta censura y condena, la sociedad secreta revolucionaria —los Guadalupes— enviaron el 17 de octubre de 1812 un ejemplar, impreso en los Estados Unidos, al líder independentista José María Morelos, capitán general y vocal de la Junta de América en México; una copia de la Carta se encontró entre los manuscritos del independentista rioplatense Mariano Moreno; en las páginas del Aviso al Público (Bogotá) se le dio cabida a primeros de noviembre de 1810. Ejemplares de la Carta, y en favor de los derechos de los americanos, se distribuyeron y quemaron en la plaza mayor de Caracas, al tiempo que desde la Gazeta de Caracas el periodista Burke difundía (1811) en varias entregas las ideas y principios de Viscardo; y en el Perú fue publicada en el Correo Mercantil, Político y Literario (Lima), n.º 16 (28 de febrero y 7, 14 y 22 de marzo de 1822).

Estos ejemplos no son más que una muestra de la divulgación e influencia en el proceso de independencia de la América española de la Carta del abate Viscardo, al que "virtud no le faltó sino fortuna" concluyen los versos del poeta y pensador venezolano, Andrés Bello, quien posiblemente supo de él y de su obra a través de su compatriota Francisco Miranda en cuya casa de Londres vivió hasta 1812. Una placa conmemorativa, homenaje del Consulado General de Perú en Londres y la alcaldía de Westminster, fue instalada en 1999 en la céntrica esquina de Marylebone Rd. y Baker St., donde se ubicaba la residencia de la familia Allsop, lugar donde falleció Juan Pablo Viscardo, calificado como "heraldo de la Independencia".

 

Obras de ~: Carta al cónsul británico, Massacarrara, 30 de septiembre de 1781; Proyecto para independizar la América española. Ensayo histórico sobre la América meridional en 1780, Liorna, 18 de septiembre de 1790; Lettre aux Espagnols Américains par un de leurs compatriotes, Filadelfia, 1792; "Carta Dirigida a los Españoles Americanos" (c. 1792), en Correo Mercantil, Político y Literario (Lima), n. 16 (28 de febrero y 7, 14 y 22 de marzo de 1822) (ed. de R. Vargas Ugarte, Lima, Pacific Press, 1971 y Editorial del Centro de Estudios Históricos Militares, s. f.); Obra Completa, 2 vols., Lima, Ediciones del Congreso de la República del Perú, 1998 (Lima, Banco de Crédito del Perú, 1998).

 

Bibl.: R. Vargas Ugarte, "Juan Pablo Vizcardo y Guzmán, 1741-1798", en Revista Histórica, 8 (1925); Jesuitas peruanos desterrados a Italia, Lima, 1934; C. Parra Pérez, Historia de la Primera República de Venezuela, t. I, Madrid, 1939; M. Giménez Fernández, "Las ideas populistas en la independencia de Hispanoamérica", en Anuario de Estudios Americanos, 3 (1946), págs. 517-665; R. Vargas Ugarte, "Bibliografía de la Carta a los españoles americanos de don Juan Pablo Vizcardo y Guzmán", F. Mostajo, "¿Quién fue Vizcardo?", S. Martínez, "Juan Pablo Vizcardo y Guzmán" y A. Grisanti, "La personalidad de Juan Pablo Vizcardo y Guzmán", en Revista de la Universidad de Arequipa, 20 (1948), n.º 27, págs. 56-59, 41-43, 45-56 y 113-115, respect.; J. S. A lvarado, Dialéctica democrática de Juan Pablo Vizcardo: Notas sobre el pensamiento y la acción de un precursor peruano de la emancipación americana, Lima, Ediciones Fanal, 1955; B. Lewin, La rebelión de Túpac Amaru y los orígenes de la emancipación, Buenos Aires, Lib. Hachette, 1957; G. Furlong, Los jesuitas y la escisión del Reino de Indias, Buenos Aires, Sebastián de Amorrortu e Hijos, 1960; G. Vergara Arias, Juan Pablo Viscardo y Guzmán, primer precursor ideológico de la emancipación hispanoamericana, Lima, Imp. de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 1963; O. C. Stoetzer, El pensamiento político en la América española durante el período de la emancipación (1789-1825): las bases hispánicas y las corrientes europeas, Madrid, Instituto de Estudios Políticos, 1966, 2 vols.; J. M. Arguedas, "Razón de ser del indigenismo en el Perú", en Formación de una cultura nacional indoamericana, México, Siglo XXI Editores, 1975, págs. 189-195; C. Pacheco Vélez, "Tras las huellas de Viscardo y Guzmán", est. prelim. al t. I, v. I, de la Colección Documental de la Independencia del Perú, 1879-1884, págs. XLVIII-CXXVIII; "Juan Pablo Viscardo y Guzmán", en Los ideólogos, vol. 1, Lima, Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú, 1971-1976; G. Durand Flores, Influjo del pensamiento de Viscardo en la Libertad Americana, Lima, Sociedad Bolivariana del Perú, 1978; P. E. Cárdenas Acosta, El movimiento comunal de 1781 en el Nuevo Reino de Granada: reivindicaciones históricas, Bogotá, Tercer Mundo, 1980; M. E. Simmons, Los escritos de Juan Pablo Viscardo y Guzmán, precursor de la independencia hispanoamericana, Caracas, Universidad Católica Andrés Bello; Instituto de Investigaciones Históricas, 1983; G. Vergara Arias, Juan Pablo Viscardo y Guzmán, San Isidro, Empresa Periodística Visión Peruana, 1987; M. Batllori, El abate Viscardo: historia y mito de la intervención de los Jesuitas en la independencia de Hispanoamérica, Madrid, Mapfre, 1995; J. M. A rguedas, Los ríos profundos, ed. de Gonzáles Vigil, Madrid, Cátedra, 1995; D. Brading et al., Juan Pablo Viscardo y Guzmán (1748-1798). El Hombre y su Tiempo, Lima, Fondo Editorial del Congreso del Perú, 1999, 3 vols.; J. de Belaunde Ruiz de Somocurcio, Juan Pablo Viscardo y Guzmán, Lima, Fondo Editorial del Congreso de la República, 2003.

 

María Ángeles Eugenio Martínez


Sebastián de Antuñano y Rivas: http://dbe.rah.es/biografias/68501/sebastian-de-antunano-y-rivas

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En la formidable obra de más de 45.000 biografías del Diccionario biográfico de la Real Academia de Historia de España tuve el honor de elaborar alguna biografía como la presente: http://dbe.rah.es/biografias/68501/sebastian-de-antunano-y-rivas
La comparto en gratitud por el envío de las fotos del nuevo cuadro restaurado que se expone en el Museo de las Nazarenas de Lima; gentileza de Iván Landa, responsable de las Hermandades del Arzobispado de Lima. 

Sebastián de Antuñano y Rivas | Real Academia de la Historia

Sebastián de Antuñano y Rivas

Biografía

Antuñano y Rivas, Sebastián de. Vizcaya, 1665 – Lima (Perú), 17.XII.1716. Cuarto mayordomo y benefactor de la Hermandad del Señor de los Milagros de Nazarenas de Lima.

Allá por el año 1650, en el barrio limeño de Pachacamilla, unos negros procedentes de Angola se unieron en cofradía, levantando una tosca ramada para sus reuniones. Para presidir éstas mandaron pintar una imagen de Cristo Crucificado sobre una de las paredes de adobe del barrio limeño de Pachacamilla.

Poco después contrataron al pintor José de la Parra para que mejorase la pintura. Venerado tan sólo por los concurrentes a las reuniones del barrio, permaneció expuesto a la intemperie de soles y garúas, hasta que un 13 de noviembre de 1655 un violento terremoto sacudió los cimientos de la ciudad y muchos de los edificios se vinieron abajo, también las casas vecinas del muro donde se veneraba el Cristo; tan sólo el muro pintado permaneció en pie.

Hacia 1670 el limeño Antonio de León siente la inclinación de cuidar la imagen y le levanta un altar al ser curado milagrosamente de un tumor maligno.

La noticia de otros hechos milagrosos atribuidos a la imagen del mural atrajo el interés del público y la imagen comenzó a ser conocida como el "Señor de los Milagros". No todas las reuniones en el lugar eran de naturaleza edificante, y la autoridad pública mandó borrar la imagen. Pero los fracasos de este intento aumentaron la fama del Cristo. El mismo virrey conde de Lemos se personó en el lugar y ordenó que se le construyera una ermita. Su inauguración fue durante la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz del año 1671, y en esos mismos días la autoridad arzobispal, a fin de dar continuidad y decencia al culto religioso, nombró como primer mayordomo a Juan de Quevedo y Zárate. El segundo fue Juan Gonzalo de Montoya y Juan López de Saavedra el tercero. Surge entonces el más destacado mayordomo y benefactor, Sebastián de Antuñano, quien en 1684, al dirigirse a la ermita y contemplar la santa efigie, había sentido una voz interior que —en propias palabras— le susurraba claramente: "Sebastián, ven a hacerme compañía y a cuidar del esplendor de mi culto". Puesto de rodillas ante la imagen, le había ofrecido un servicio incondicional hasta la muerte.

Terminadas las obras, un violento terremoto asoló la ciudad de Lima, Callao y las localidades vecinas, destruyéndolas por completo, en la madrugada del 20 de octubre de 1687. Por la tarde de aquel día, Sebastián de Antuñano tuvo la idea de sacar en procesión un lienzo que era copia del Cristo del mural. Fue así que se inició la primera procesión de las tradicionales procesiones de octubre del Señor de los Milagros de las Nazarenas. En su primer recorrido llegó hasta la Plaza Mayor y al cabildo limeño, donde recibió muestras de fervor por parte de los fieles y vecinos de ambos lugares.

Se tiene la seguridad de que aquella réplica es la misma que hoy en día se sigue acompañando en los meses de octubre en su multitudinario recorrido por la gran Lima.

En 1699 Antuñano compraba al maestre de campo Diego Manrique de Lara el "sitio que llaman del Santo Cristo de los Milagros [...] y asimismo está incluso otro solar que es sobre el que estaba el muladar grande de Pachacamilla". Su objetivo único era que "en el dicho sitio se celebre el mayor culto y veneración de la maravillosa imagen del Santo Cristo de las Maravillas y Milagros, cuyo santuario y casa está en dicho sitio donde se celebra públicamente su mayor culto desde el año de 1671".

Antuñano sintió cercano su fin y, habiendo hecho testamento el 17 de diciembre de 1716, confesado y comulgado, falleció en la noche del 20 al 21 de diciembre del mismo año. Tenía sesenta y cuatro años de edad y treinta y tres de mayordomo del Señor de los Milagros. Sus restos reposan en la pared de crucero de la derecha del que entra en el templo; puede leerse la siguiente inscripción: "Aquí yacen los restos del Hermano Sebastián de Antuñano, nuestro cofundador de nación vizcaíno-español, quien desde el año 1684 se consagró a promover el culto y devoción a Nuestro Señor de los Milagros y cooperó eficazmente a la fundación del Beaterio de Nazarenas, actual Monasterio de Carmelitas Descalzas Nazarenas".

En la actualidad, la imagen del Señor de los Milagros de Nazarenas es la más popular del Perú y cuenta con millones de devotos, particularmente en las multitudinarias procesiones de octubre, "mes morado", en Lima, Perú y el mundo.

 

Bibl.: R. Vargas, Historia del Santo Cristo de los Milagros, Lima, Sanmartí, 1966; R. Banchero, La verdadera historia del Señor de los Milagros, Lima, Inti Sol, 1976; M. Maticorena, "Sebastián de Antuñano", en El Comercio, Lima, 30 de diciembre de 1979; R. Banchero, El Cristo de Pachacamilla, Lima, Monasterio de Madres Nazarenas Carmelitas Descalzas, 1984; J. A. Benito, "Historia del Señor de los Milagros de las Nazarenas", en El rostro de un pueblo (Estudios sobre el Señor de los Milagros), Lima, Universidad Católica Sedes Sapientia, 2005; G. Corrado Peluso (coord.), Lima, Fondo Editorial UCSS, 2005, págs. 131-257.

 

José Antonio Benito Rodríguez


VARGAS UGARTE, R. Historia del Santo Cristo de los Milagros, 5ª edición 2018

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VARGAS UGARTE, R. Historia del Santo Cristo de los Milagros

Monasterio de Nazarenas Carmelitas Descalzas, Lima, 2018, 170 pp

 

¡Bienvenida esta quinta edición de la obra clásica del maestro de historiadores y jesuita en los 450 años de la llegada de la Compañía de Jesús al Perú y a los 69 de su primera edición en 1949!

Como se anota en la "advertencia a la quinta edición" se mantiene íntegro el texto original del autor y se añaden algunas fuentes históricas (notas) gracias a la "labor minuciosa de investigación realizada por el padre Jesús Túpac y la Sra. Pilar Marín de Ausonia [que] han pulido y ampliado en anotaciones la obra original del P. Vargas Ugarte que hoy sale a la luz corregid y enriquecida por vez primera" (p.XIII).

 

El cuerpo de la obra como en las anteriores ediciones contiene la "Introducción" por parte del autor, quien confiesa escribir el libro por petición de las Carmelitas Nazarenas, quienes les abren sus archivos para trabajar con facilidad. Bueno es recordar que por aquellos tiempos -1940- el Padre R. Vargas campaba libremente por todos los archivos e incluso contaba con los permisos para llevar los manuscritos a su casa.

Fiel a su esquema de capítulos cortos y secuenciados cronológica y temáticamente, se estructura la obra en diecisiete apartados, correspondientes al escenario (Barrio de Pachacamilla), los actores (Andrés de León, Sebastián de Antuñano, Antonia Maldonado, Primeros Mayordomos), los acontecimientos (terremoto de 1654, 1687, 1746; los intentos de borrar la imagen), los espacios sacros (Monserrat, iglesia de las Nazarenas), agrupaciones (cofradía, hermandad), aprobación civil (el Patrono de la Ciudad), los sucesos extraordinarios (maravillas y milagros), su trayectoria (irradiación del culto), restauración de la imagen y del templo. Siempre resulta de mayor interés el apéndice documental con siete documentos: Auto de donación al Beaterio de Nazarenas del Callao por D. Francisco Carrillo, 1692; Fragmento del Testamento de Madre Antonia Lucía, 1709; Carta de las Beatas Nazarenas al Rey en 1718 solicitando ayuda y aprobación;  Solicitud por parte del Cabildo se apruebe el Monasterio en 1718; Licencia del Rey para Clausura en 1720, Reforma del Estatuto de las Nazarenas firmador por la priora Grimanesa Josefa de Santo Toribio, Memorial de la Priora del Monasterio de Nazarenas sobre la Becas de Fundación y renta 1782.

 

El primer gran aporte de esta nueva edición es el erudito prólogo de Ramón Mujica Pinilla (pp.VII-XIII),  uno de los mejores conocedores del tema en cuestión como puede comprobarse en su reciente estudio "El Cristo imborrable y las Nazarenas: Arte sagrado y espiritualidad femenina en la Lima Virreinal", en El Señor de los Milagros, Lima, Banco de Crédito del Perú, 2016).  Se pondera el valor de la obra debido al uso de fuentes primarias –Archivo de Nazarenas, Archivo Arzobispal- por parte a del autor. Buen conocedor de la iconografía postridentina, así como de las corrientes espirituales de la Reforma Católica, nos introduce en el fascinante mundo religioso del Perú virreinal, en plena ebullición de su religiosidad popular y abigarrada piedad en la que se hacen sentir tanto poblaciones marginadas, como la afrodescendiente, como la sensibilidad femenina. En efecto, el culto habría tenido una evolución muy singular gracias al rol la Madre Antonia Lucía del Espíritu Santo, fundadora de un Beaterio, cuyo hábito morado fue trasladado como parte del nuevo Monasterio, -ligado a la regla del Carmelo-, fundado en torno al santuario ya existente del Señor de los Milagros y que, desde entonces, quedaría asociado a esta devoción limeña. Se nos recuerda que cuando Sor Antonia vio pasar la procesión nazarena en 1687 "el mismo Cristo crucificado se le apareció milagrosamente ´vivo y glorioso´. Es decir, para ella la imagen visible y su prototipo eran una sola realidad, experiencial y espiritual" (p.XII).

El segundo es la "Introducción" por parte del P. Juan Dejo SJ (teólogo e historiador especializado en la Historia de la espiritualidad, actual responsable del Archivo y patrimonio de los Jesuitas en el Perú). Repasa los primeros historiadores del acontecimiento nazareno, Felipe Colmenares y Pablo de Laurnaga (1771), Pedro Vásquez de Novoa (redactada en 1766 y publicada en 1868) y rescata la "Relación del origen y fundación del Monasterio del Señor San Joaquín de Religiosas Nazarenas Carmelitas Descalzas" de la Venerable Antonia Lucía del Espíritu Santo, del año 1793, como la fuente más apreciada por el P. Vargas. Se pondera la profesionalidad como historiador del autor, destacando además su faceta de teólogo y maestro de espíritu: "Con prístina claridad, el jesuita nos lleva hacia una teología de la gracia en estrecha relación con la espiritualidad popular" (p.XVIII). Señala como tarea pendiente en el P. Vargas pero felizmente realizada por R. Mujica al estudiar la devoción a la cruz y los lazos jesuítico-carmelitanos vinculados con la población africana.

El tercer aporte es la identificación y especificación de algunas fuentes históricas en varias de las notas, de las que resaltamos:

 

p.7 nota 4. Según las investigaciones de la restauradora Liliana Canessa la imagen junto a Cristo Crucificado es María Magdalena y no San Juan como antes se afirmaba.

p. 14: n.3 El manuscrito fue restaurado en el 2016 por el BCP

p.15 Se indica que "la investigación realizada por el P. José Gutiérrez, OCD, determinó que el nombre del primer favorecido con un milagro del Santo Cristo, fue Andrés de León y no Antonio como antes se afirmaba".

 

Me permito compartir algunos aportes debidos a mis consultas en el AAL (Archivo Arzobispal de Lima::

p.36 Real Cédula de 19 de abril de 1681 y que se encuentra en el AAL, II, 493

p.62, Nota 5 AAL, XXV: 15

p. 79 Nota 4 El original está en "Biblioteca y Archivo Histórico de la Municipalidad Metropolitana de Lima. Libro de Cabildos nº 34, folio 158, vuelta. Certificación y testimonio del Escribano Real Don Diego de Salazar. Copia certificada en el Archivo del Monasterio.

P. 167: En el Apéndice figura el documento titulado "Reformas del Estatuto de las Nazarenas". Debería ponerse la fecha que corresponde de 1738 a 1778 y su ubicación concreta: AAL. Monasterio de Nazarenas I: 87.

Felicito, por tanto, la iniciativa de renovar la edición de esta obra clásica sobre la historia, devoción y culto del Señor de los Milagros, con el añadido de espléndidas fotos del Archivo del Monasterio de Nazarenas, el cómodo tipo de letra y el atractivo formato.


Maestría en Derecho canónico con mención en derecho eclesiástico en Lima. Universidad Católica San José

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Universidad Católica San José lanza

Maestría con mención en Derecho Eclesiástico

 ·      Es la primera Maestría en el Perú sobre un tema que no ha sido desarrollado hasta ahora: el derecho eclesiástico.

·      Asuntos como la libertad religiosa, la inscripción de instituciones en los Registros Públicos, y la resolución de conflictos ante el Tribunal Constitucional peruano, entre otros, están estrechamente relacionados con el Derecho Eclesiástico.


Lima, junio de 2018.- La Constitución Política del Perú reconoce en su artículo segundo el derecho que tiene toda persona "a la igualdad ante la ley" y establece que "nadie debe ser discriminado por motivo de origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquier otra índole". De esta manera, se exige de parte del Estado la toma de medidas encaminadas a garantizar el ejercicio del derecho de libertad religiosa, mediante una adecuada regulación normativa.

"El Derecho Eclesiástico del Estado es aquella rama jurídica que se dedica a estudiar el ordenamiento jurídico de un Estado en relación al factor social religioso. Se refiere al derecho humano de libertad religiosa -uno de los «cimientos de la sociedad democrática» como lo reconoce la Corte Interamericana de Derechos Humanos-,  que los Estados democráticos garantizan a sus ciudadanos, y también a otras manifestaciones como la presencia de entes religiosos en un país y la relación de estos con el Estado. Por tanto, tiene una vertiente individual y otra colectiva", asegura Jessica Chirinos-Pacheco, directora y docente de la Maestría en Derecho Canónico con Mención en Derecho Eclesiástico de la Universidad Católica San José.

 

En nuestro país esta rama del derecho está poco desarrollada en la doctrina jurídica, es por ello que esta Maestría ofrece la oportunidad de formar profesionales expertos en la materia.

 

Dada la presencia importante de la Iglesia Católica en nuestro país, y su mención en la Constitución Política del Perú, la malla curricular incluye algunas asignaturas de derecho canónico relevantes, así como asignaturas propias del Derecho Eclesiástico del Estado. Se estudiará también la relación del Estado Peruano con otras confesiones religiosas, finalizó la docente.

 Cabe precisar que las inscripciones para la Maestría en Derecho Canónico con Mención en Derecho Eclesiástico continúan abiertas. Las clases inician el viernes 3 de agosto de 2018.

   

Sobre la Universidad Católica San José:

La Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima remonta sus orígenes a la creación del Estudio

General de la Orden de Santo Domingo, el 1 de julio de 1548, institución que dio inicio a la

Universidad de San Marcos en 1551.

 

La Ley N° 30220 dispuso que todas las universidades del Perú adecuaran sus estatutos a los

requerimientos legales exigidos por esta nueva normativa. En este proceso de adecuación, se vio

conveniente ponerle un nombre propio a la institución universitaria: "Universidad Católica San

José". La Facultad de Teología sigue conservando su nombre histórico de Facultad de Teología

Pontificia y Civil de Lima y mantiene su naturaleza jurídico-canónica de facultad eclesiástica,

que depende, en cuanto a su dirección y gobierno, de la Santa Sede, por medio de la Congregación

para la Educación Católica. 

 

El promotor de la Universidad Católica San José es el Arzobispado de Lima. Ofrece las carreras de

Filosofía, Educación y Psicología. Por su parte, la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima ofrece la carrera de Teología.

 

Mayor información en: http://www.ucsanjose.edu.pe/ 
Rocío Angulo    


EL MILAGRO DEL ARROZ DE SAN JUAN MACÍAS EN OLIVENZA

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Pronto veremos como santo al Papa Pablo VI, quien elevó a los altares, en 1975, a Juan Macías. 
Les comparto estas fotos que me envía mi hermana Marian desde Olivenza.
Siempre recuerdo al P. Manuel Marzal, oriundo de aquella tierra y que solía narrar el milagro de su paisano con simpatía y cariño. ¡Vamos allá!

El 23 de enero de 1949, desde Olivenza (Badajoz), la cocinera Leandra Rebello Vásquez no podía dar crédito a lo que vieron sus ojos. Se encontraba en el Hogar de Nazaret, colegio de niños acogidos a la Protección de Menores, regentado por una institución religiosa fundada por el párroco del pueblo don José Zambrano. Era domingo y, además de la comida para los 50 niños, había de preparar alimentos para los pobres de la población. Los bienhechores designados para ese día no trajeron  los alimentos. La criada encargada de preparar la comida, advirtiendo la exigua cantidad de arroz (unos 750 gramos), la arrojaba para su cocción al tiempo que se abandonó en su paisano beato Juan Macías:"¡Oh Beato, hoy los pobres se quedarán sin comida!"
A continuación, aquella minúscula cantidad de arroz, al cocer, fe vista crecer de tal modo que al instante fue preciso trasladarla a una segunda olla; lo que se hizo una y otra vez. La multiplicación del arroz duró cuatro horas de una a 5 de la tarde cuando el recipiente que rebosaba fue apartado del fuego por mandato del párroco. Del alimento gustaron hasta hartarse los chicos del hogar, como la ingente multitud de pobres y necesitados. Leandra Rebello, protagonista del milagro de este "conquistador espiritual", presente el 28 de septiembre de 1975 en la canonización de Juan Macías, es digna sucesora de espíritus tan sencillamente magnánimos. Lo demuestra su confianza audaz que atrae el milagro del Cielo.


SANTIAGO, PATRÓN DE ESPAÑA, REFERENTE PARA LA RENOVADA MISIÓN

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MISA EN LA SOLEMNIDAD DE SANTIAGO APÓSTOL, PATRÓN DE ESPAÑA

Mons. Reig Pla: «La Iglesia no puede ofrecer lo que el mundo ofrece. Para eso no hacemos falta»

El obispo de Alcalá de Henares (España) ha recordado hoy que la Iglesia no está para hacerse eco de lo que el mundo desea sino de lo que Dios manda. Eso fue lo que llevó al papa Pablo VI a promulgar la profética encíclica Humanae Vitae. Su no aceptación ha sumido a Occidente en un desierto demográfico.

(InfoCatólica) Mons. Juan Antonio Reig Pla ha oficiado hoy la Misa en la Solemnidad de Santiago Apóstol, Patrono de España, que ha retransmitido TVE2. El obispo de Alcalá de Henares ha asegurado que «obedeciendo a Dios la Iglesia Católica en España no puede ofrecer simplemente lo que el mundo ofrece. Para eso no hacemos falta».

El prelado español ha indicado que aun «siendo legítima y necesaria la colaboración con las necesidades de los hombres, nuestros hermanos, lo específico de la Iglesia es anunciar la gracia de Dios, el perdón de los pecados, la salvación que nos alcanza por la oración y los sacramentos y, sobre todo, la vida eterna que nos ha merecido Jesucristo Nuestro Señor».

Don Juan Antonio ha comenzado su homilía refiriéndose a la celebración del Patrón de España, Santiago Apóstol: 

«Verdaderamente hoy, como en tiempos del apóstol, España necesita a Cristo y necesita la vigencia del cristianismo en el seno de la Iglesia Católica.

Necesitamos a Cristo porque Él, con su gracia, garantiza la dignidad de la persona humana y le ofrece un sentido para vivir con esperanza.

Es Cristo quien nos garantiza también la bondad del matrimonio y el bien social de la familia que constituyen la base más sólida de nuestra sociedad y su futuro.

Cristo es el único que da respuesta a los interrogantes profundos del corazón humano. [...] Siguiéndole a Él, nuestra vida no está abocada al fracaso sino a la felicidad eterna. Este es el destino final al que estamos llamados quienes hemos sido incorporados por el bautismo a su muerte y su resurrección.

La fe en Cristo es lo que ha alentado la unidad de nuestro pueblo y nos ha llevado con auténtico espíritu misionero a evangelizar, bajo la guía del apóstol Santiago, los pueblos de Hispanoamérica, Filipinas y pueblos de Oceanía y África.

Para mantener viva esta fe, en nuestro pueblo, necesitamos escuchar y poner en práctica la Palabra de Dios que hemos proclamado y que podemos sintetizar en estos tres puntos.

En primer lugar, el testimonio de los apóstoles y el martirio de Santiago, nos invitan a recuperar el valor y la libertad de la Iglesia para anunciar que la muerte ha sido vencida. [...] De los apóstoles hemos de aprender, pues, a no tener miedo, a ser libres y proclamar a viva voz que «hemos de obedecer a Dios antes que a los hombres», porque sólo en Dios y en su Amor está la salvación.

Del apóstol San Pablo hemos de aprender, en segundo lugar, que este tesoro, que es la gracia de Dios y la salvación, lo llevamos en vasijas de barro para que se manifieste que la gloria es de Dios. Nuestra Iglesia Católica, además de ser libre, necesita ser pobre y humilde porque nuestra fortaleza está en Dios y en la primacía de la gracia.

En tercer lugar, como nos enseña Jesús, hemos de escapar de la lógica de la ambición y del poder. [...]»

Mons. Reig Pla ha recordado que «la lógica de los cristianos no es, pues, la lógica del poder sino la lógica del Amor que lleva el servicio hasta el límite como Jesús, «que no ha venido a ser servido sino a servir y dar su vida en rescate de muchos"».

En ese sentido:

«Esta lógica del servicio llevó al Beato Pablo VI a promulgar en el día de hoy, hace cincuenta años, la Encíclica Humanae vitae en la que, desde la visión integral del hombre, exaltó el amor conyugal y estableció las bases para una paternidad responsable y una apertura a la vida por parte de los matrimonios que garantizara el futuro de la sociedad.

Sus palabras, promoviendo la dignidad de la vida humana y la procreación y educación de los niños, son verdaderamente proféticas y forman parte de la ética social que llamamos Doctrina Social de la Iglesia. El no haber escuchado la voz profética de la Iglesia, nos ha sumido en un desierto demográfico y ha favorecido el debilitamiento de los matrimonios».

25/07/2018

Homilía de Mons. Reig en la Solemnidad de Santiago Apóstol, Patrono de España

SANTA MISA RETRANSMITIDA POR LA 2 DE TELEVISIÓN ESPAÑOLA
(TVE2)

Homilía: ver minutos 19:35 a 32:45


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SOLEMNIDAD DE SANTIAGO APÓSTOL
PATRONO DE ESPAÑA

Parroquia de Santiago Apóstol de
Torrejón de Ardoz, 25 de Julio de 2018

 Mons. Juan Antonio Reig Pla
Obispo de Alcalá de Henares

Homilía

 Hemos pedido en la oración colecta que, por intercesión del Apóstol Santiago, «los pueblos de España se mantengan fieles a Cristo hasta el final de los tiempos». 

Verdaderamente hoy, como en tiempos del apóstol, España necesita a Cristo y necesita la vigencia del cristianismo en el seno de la Iglesia Católica. Esta es nuestra tradición mayoritaria que ha configurado nuestros pueblos. 

Necesitamos a Cristo porque Él, con su gracia, garantiza la dignidad de la persona humana y le ofrece un sentido para vivir con esperanza. 

Es Cristo quien nos garantiza también la bondad del matrimonio y el bien social de la familia que constituyen la base más sólida de nuestra sociedad y su futuro. 

Cristo es el único que da respuesta a los interrogantes profundos del corazón humano. Es Él quien confiere sentido al sufrimiento y vivifica nuestra esperanza. Con su muerte nos ha redimido y con su resurrección nos ha abierto las puertas del cielo. Siguiéndole a Él, nuestra vida no está abocada al fracaso sino a la felicidad eterna. Este es el destino final al que estamos llamados quienes hemos sido incorporados por el bautismo a su muerte y su resurrección. 

La fe en Cristo es lo que ha alentado la unidad de nuestro pueblo y nos ha llevado con auténtico espíritu misionero a evangelizar, bajo la guía del apóstol Santiago, los pueblos de Hispanoamérica, Filipinas y pueblos de Oceanía y África. 

Para mantener viva esta fe, en nuestro pueblo, necesitamos escuchar y poner en práctica la Palabra de Dios que hemos proclamado y que podemos sintetizar en estos tres puntos. 

En primer lugar, el testimonio de los apóstoles y el martirio de Santiago, nos invitan a recuperar el valor y la libertad de la Iglesia para anunciar que la muerte ha sido vencida. «Cristo ha resucitado y ha sido constituido jefe y salvador, para otorgar a Israel - y a todas las naciones - la conversión y el perdón de los pecados». 

De los apóstoles hemos de aprender, pues, a no tener miedo, a ser libres y proclamar a viva voz que «hemos de obedecer a Dios antes que a los hombres», porque sólo en Dios y en su Amor está la salvación. 

Obedeciendo a Dios la Iglesia Católica en España no puede ofrecer simplemente lo que el mundo ofrece. Para eso no hacemos falta. Siendo legítima y necesaria la colaboración con las necesidades de los hombres, nuestros hermanos, lo específico de la Iglesia es anunciar la gracia de Dios, el perdón de los pecados, la salvación que nos alcanza por la oración y los sacramentos y, sobre todo, la vida eterna que nos ha merecido Jesucristo Nuestro Señor. Como dice el Papa Francisco la Iglesia «no es una agencia humanitaria, la Iglesia no es una ONG, la Iglesia está enviada a llevar a todos a Cristo y su Evangelio» (Audiencia General, 23-10-2013) 

Del apóstol San Pablo hemos de aprender, en segundo lugar, que este tesoro, que es la gracia de Dios y la salvación, lo llevamos en vasijas de barro para que se manifieste que la gloria es de Dios. Nuestra Iglesia Católica, además de ser libre, necesita ser pobre y humilde porque nuestra fortaleza está en Dios y en la primacía de la gracia. 

Como los apóstoles, hemos de poder decir: «Creemos y por eso hablamos, sabiendo que quien resucitó a Jesús nos resucitará a nosotros». Por eso, no nos acobardamos, ni nos asusta la persecución, ni el sufrimiento, ni la muerte. Es más, también, como el apóstol, nosotros podemos decir: «por todas partes llevamos la muerte de Jesús para que vosotros  - los que nos escuchen - tengáis vida». 

En tercer lugar, como nos enseña Jesús, hemos de escapar de la lógica de la ambición y del poder. El Maestro nos advierte: «sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros. El que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo». 

La lógica de los cristianos no es, pues, la lógica del poder sino la lógica del Amor que lleva el servicio hasta el límite como Jesús: «que no ha venido a ser servido sino a servir y dar su vida en rescate de muchos». 

Esta lógica del servicio llevó al Beato Pablo VI a promulgar en el día de hoy, hace cincuenta años, la Encíclica Humanae vitae en la que, desde la visión integral del hombre, exaltó el amor conyugal y estableció las bases para una paternidad responsable y una apertura a la vida por parte de los matrimonios que garantizara el futuro de la sociedad. 

Sus palabras, promoviendo la dignidad de la vida humana y la procreación y educación de los niños, son verdaderamente proféticas y forman parte de la ética social que llamamos Doctrina Social de la Iglesia. El no haber escuchado la voz profética de la Iglesia, nos ha sumido en un desierto demográfico y ha favorecido el debilitamiento de los matrimonios. 

Como dice el Beato Pablo VI:

 

«Los hombres rectos podrán convencerse todavía de la consistencia de la doctrina de la Iglesia en este campo si reflexionan sobre las consecuencias de los métodos de la regulación artificial de la natalidad. Consideren, antes que nada, el camino fácil y amplio que se abriría a la infidelidad conyugal y a la degradación general de la moralidad. No se necesita mucha experiencia para conocer la debilidad humana y para comprender que los hombres, especialmente los jóvenes, tan vulnerables en este punto tienen necesidad de aliento para ser fieles a la ley moral y no se les debe ofrecer cualquier medio fácil para burlar su observancia. Podría también temerse que el hombre, habituándose al uso de las prácticas anticonceptivas, acabase por perder el respeto a la mujer y, sin preocuparse más de su equilibrio físico y psicológico, llegase a considerarla como simple instrumento de goce egoísta y no como a compañera, respetada y amada.

 

Reflexiónese también sobre el arma peligrosa que de este modo se llegaría a poner en las manos de autoridades públicas despreocupadas de las exigencias morales. ¿Quién podría reprochar a un gobierno el aplicar a la solución de los problemas de la colectividad lo que hubiera sido reconocido lícito a los cónyuges para la solución de un problema familiar? ¿Quién impediría a los gobernantes favorecer y hasta imponer a sus pueblos, si lo consideraran necesario, el método anticonceptivo que ellos juzgaren más eficaz? En tal modo los hombres, queriendo evitar las dificultades individuales, familiares o sociales que se encuentran en el cumplimiento de la ley divina, llegarían a dejar a merced de la intervención de las autoridades públicas el sector más personal y más reservado de la intimidad conyugal.

 

Por tanto, sino se quiere exponer al arbitrio de los hombres la misión de engendrar la vida, se deben reconocer necesariamente unos límites infranqueables a la posibilidad de dominio del hombre sobre su propio cuerpo y sus funciones; límites que a ningún hombre, privado o revestido de autoridad, es lícito quebrantar. Y tales límites no pueden ser determinados sino por el respeto debido a la integridad del organismo humano y de sus funciones, según los principios antes recordados y según la recta inteligencia del "principio de totalidad" ilustrado por nuestro predecesor Pío XII.» (Humanae vitae, 17)

La canonización del Beato Pablo VI en el próximo mes de octubre, viene a sancionar la importancia de estas palabras contenidas en su última Encíclica, la Humanae vitae, de tanta trascendencia para la Iglesia y toda la sociedad. 

Al apóstol Santiago confiamos el presente y el futuro de la fe de nuestro pueblo. Del mismo modo que él fue asistido por la Virgen del Pilar, suplicamos su intercesión para que nos conceda ser una Iglesia libre, humilde y pobre, servidora de todos los hombres. Que bajo su amparo se mantenga incólume en España la fe en Cristo, nuestro Salvador. Amén 



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Algunos otros documentos de interés:



«Edificar la Iglesia doméstica. Prácticas familiares para habitar en la Iglesia», 28-6-2017

«Los retos de la familia en el contexto actual», 8-5-2017

Congreso «La familia cristiana y la escuela católica: Minorías creativas para la renovación de la sociedad» Palacio Arzobispal de Alcalá de Henares, 10-12 de marzo de 2017. Vídeos de las ponencias y documentos

Nota de los Obispos de Getafe y Alcalá de Henares sobre la «Ley de protección integral contra la LGTBIfobia y la discriminación por razón de orientación e identidad sexual en la Comunidad de Madrid», 7-8-2016

Reflexiones Pastorales sobre la «Ley de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y no Discriminación de la Comunidad Autónoma de Madrid», 21-3-2016

Carta Pastoral: "Misericordia con todos, también con los embriones", 23-2-2016

Carta Pastoral: "Cruzar otra línea roja ¿una muerte digna?", 2-11-2015

Carta Pastoral: "No hay ecología sin una adecuada antropología" (LS, n. 118), presentando la encíclica del papa Francisco "Laudato Si' sobre el cuidado de la casa común", 26-6-2015

Carta Pastoral: «En defensa de la vida: sobre los abusos sexuales a menores y adultos vulnerables», 7-3-2015

Sobre el aborto (2): «Por un plato de lentejas. La peor de las corrupciones», 26-12-2014

Sobre el aborto: «Llamar a las cosas por su nombre. Un verdadero reto para los católicos», 24-9-2014



Corrupción, democracia y ciudadanía en el mes de la Patria del Perú

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Amigos:

Con mi felicitación por FIESTAS PATRIAS les comparto este actual artículo de un amigo y colega de la UCSJ

Felices fiestas patrias

JAB


Corrupción, democracia y ciudadanía en el mes de la Patria

Marco Jiménez, docente de Filosofía UCSJ

En la segunda mitad de siglo XIX de la historia del Perú, durante el gobierno de Mariano Ignacio Prado Ochoa se repetía con temor –por evitar ser arrestado– el refrán popular: "Este jabón lava pero nunca sacará la mancha". Podría decirse que esta frase sintetiza, emblemáticamente, la actitud tolerante de las autoridades gubernamentales peruanas respecto –no al tema– sino a los actos reales, cotidianos, innumerables y hasta soberanos de corrupción en nuestro país, sea en la capital como en las provincias.

Esta tolerancia indebida –que ha eclipsado valores y virtudes fundamentales– con el tiempo ha llevado a que la corrupción exija asimismo carta de ciudadanía, es decir, a la creación de ciertos medios legales que hagan posible su libre tránsito y a la adquisición de pseudoderechos sin deberes, validando, de este modo, su democratización. Y esto es así porque ha llegado, en esta época, a su mayoría de edad, y desea autonomía, no leyes que la restrinja. En eso es autoritaria. Pero esta es la máscara de la corrupción porque su verdadero rostro es el de una enfermedad moral y mortífera para la vida democrática, que se clona como una célula cancerígena, nacida para fortificarse colectivamente hasta llegar a destruir un tipo de vida saludable: la fundada en los principios ciudadanos y democráticos de un Estado.

Cuando un gobierno es corrupto, aunque en su constitución y demás documentos e instituciones oficiales se profese democrática y a favor del bien común, en la práctica funda la corruptocracia. Y esta no puede darse si no es en gobiernos formalmente constituidos, es como un buen parásito –tal como la taenia solium–: puede vivir por décadas en el organismo estatal y social, pues de ella se sirve para asegurar su calidad de vida: recurre a la legalidad, a la tecnología y a la publicidad formal para sus fines absolutamente perversos.

La corruptocracia es un tipo de gobierno nunca obsoleto, que tiene, sin duda, sus actores, mejor dicho, sus ciudadanos, cuya condición no se adquiere dentro de un sistema democrático, sino del mero lugar y ambiente en donde se vive, no hay edad para eso, ni profesión, ni oficio específico; basta haberse iniciado en cierto grupo de prácticas delictivas, calculadas, criminales y hasta cleptómanas. Y esto hace que los rostros de la corrupción (la enfermedad) tengan las más diversas formas y nombres: clientelismo, malversación de fondos, conflicto de interés, engaños demagógicos, abuso de poder, evasión de impuestos, lavado de dinero, difamación, trata de personas, narcotráfico, impunidad, etcétera. Y como toda enfermedad, la corrupción no respeta personas, y con ello tipos de gobiernos, partidos o agrupaciones políticas, económicas, culturales o religiosas; tampoco sociedades desarrolladas, en desarrollo, o menos, subdesarrolladas; ni ideologías capitalistas o comunistas; entre países ricos o pobres. Sin embargo, como ocurre con hombres, animales y plantas, la corrupción ataca a los gobiernos más vulnerables a nivel político, es decir, a los de menor fortaleza institucional, jurídica y, por supuesto, ética.

Una democracia infectada por la corrupción representa, por tanto, una forma de gobierno y una ciudadanía con anorexia ética. Todo lo cual me permite definir la corrupción como la incapacidad moral y reflexiva de perseverar en el bien y de resistir al mal. Efectivamente, cualquiera sea el tipo y expresiones de la corrupción, en cualquiera de las prácticas humanas, profesionales o no, religiosas o no, ciudadanas o no: se trata esencialmentede un fenómeno moral y de naturaleza antropológica, que revela asimismo la crisis de un tipo de racionalidad, la ética.

El problema ético de la corrupción en una sociedad democrática es que gatilla un régimen de desmoralización de la institucionalidad y de la legalidad en sus autoridades, creando una ciudadanía desconfiada sino asimismo corrupta. Porque quién es finalmente una autoridad política o civil, sino un ciudadano, y con frecuencia, un profesional, es decir, un abogado, un ingeniero, educador, arquitecto, empresario, entre otros. Y quién es un profesional del derecho, de la ingeniería, la educación, la arquitectura, de la administración empresarial, sino una persona humana; en este sentido no siempre su mejor ejemplar ni mejor ejemplo. Se trata, por tanto, del contexto de las malas prácticas profesionales en la vida ciudadana en sus diversas formas, protagonizadas por individuos maleables que representan e institucionalizan el mal de su codicia.

Lo dicho conduce a extrañarnos por lo sano y lo bueno ¿qué es de la honestidad ética e intelectual, de la pureza de las intenciones en el ejercicio profesional, hoy que se sabe de que existen cosas puras que dañan, como el agua embotellada, qué de la transparencia, pero sobre todo de la bondad de las pequeñas acciones en las prácticas no puras: en carreras creadas para el momento y con ciertos fines, que producen con su formación ciudadanos superficiales e indiferentes para cooperar en el bienestar de la ciudad y del Estado, en la salud, la economía, el medio ambiente y la erradicación de la pobreza? Salvándose –con dificultad­– algunas excepciones que puedan reconocerse, sabemos –como lucidamente declara Junot Díaz, el Premio Pulitzer de Literatura–, que "la universidad como institución ha dejado atrás los valores de la educación para sustituirlos por un modelo de negocios"[1]. Y este es el caso de más del ochenta por ciento de las universidades en el Perú, que han excluido –si no reducido y caricaturizado, en forma y fondo– las humanidades en sus planes de estudio, centrando la formación profesional en habilidades técnicas y operativas sin claros para asignaturas que reflexionen sobre la ética, la responsabilidad social corporativa, la ciudadanía, entre otros temas de central importancia social, económica y política.

En este contexto, "cada joven –añade Díaz– es un objetivo ambulante sobre el que las corporaciones se lanzan despiadadamente a fin de asegurarse que no les quede un solo momento libre. Para cada instante de ocio hay un artilugio de consumo al que son adictos. Los jóvenes son consumidores a quienes no se deja en paz un solo instante. ¿Cómo van a desarrollar la capacidad necesaria para disfrutar del arte con la tranquilidad que exige la contemplación estética cuando los están bombardeando con productos edulcorados de bajísimo valor nutritivo, entretenimiento basura?"[2].

Está claro que los agentes de moralidad no sólo deben ser las personas, las familias, sino las instituciones estatales como privadas, y hay suficientes razones para hacerlo, como urgentes acciones a realizar. Sin embargo, la reflexión ética tiene, en nuestro entorno, escasa tribuna académica y popular, y su significado se ha reducido a un conjunto de normas relativas o establecidas por el derecho. Para la vida ciudadana y democrática, ello no basta. Sostengo que importa recuperar en la ética el concepto de vida buena, que no excluye lo anterior. Aspirar a una sana bondad y dicha de la vida es fundamental en nuestra época. Si las instancias gubernamentales se propusieran eso, el mínimo legal se comprometería más con lo moral.

Y es que la corrupción daña a la persona humana, la devalúa reificándola hasta hacerla objeto de venta, manipulación y consumo. En consecuencia, la misma perversidad destruye a las instituciones convirtiendo el mal en instancia organizada, sistémica. Y eso, inexorablemente, produce desamparo moral, desconfianza gubernamental terminando en el miedo colectivo y la astenia social, que lo permite todo por el agotamiento de las fuerzas y la desesperanza. En una sociedad así, aún tiene relevante sentido preguntarse por la vida buena, por la felicidad de las naciones. En uno de sus audaces estudios, Eduard Punset, ha demostrado que una de las causas de la infelicidad en las sociedades complejas occidentales, es el ejercicio abyecto del poder político. Esta información es vital: si el poder corrupto en lo económico ya provoca un índice significativo de infelicidad, es mucho mayor en lo que respecta a las libertades políticas comparándose con el impacto emocional producido por una enfermedad grave o un divorcio[3].

Urge, por tanto, una alfabetización ética para la vida democrática y ciudadana. Urge recuperar –en nuestro país– esa básica bondad natural, como lo reconocía una ciudadana planetaria como Teresa de Calcuta: "Todos somos capaces de hacer el bien y hacer el mal. No hemos nacido como personas malvadas. Todo el mundo tiene en sí algo bueno. Unos esconden el bien, otros no le hacen caso, pero la bondad está en todos"[4]. No es pues, responsable ni democrático ocultar el bien, y si alguien es indiferente es que ya ha sido víctima de la corruptocracia o se ha sumado a ella en un tiempo en que se ha empezado a escribir sobre el cansancio de los buenos en la plenitud de los malos...



[1] El País Semanal, Entrevista a Junot Díaz, recuperado de https://elpais.com/elpais/2013/04/29/eps/1367237169_171617.html

[2]Id.

[3] Cf. Punset, Eduard, El viaje a la felicidad, Barcelona, Ediciones Destino, 2011, p. 161.

[4] Cervera Barranco, Pablo (Comp.), 366 textos de Madre Teresa de Calcuta, Buenos Aires, San Pablo, 2014, p. 131.


LA RELIGIOSIDAD COMO FACTOR DE DESARROLLO INTEGRAL EN EL PERÚ:

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LA RELIGIOSIDAD COMO FACTOR DE DESARROLLO INTEGRAL EN EL PERÚ: De Toro Muerto a Ezequiel Ataucusi

 

José Antonio Benito, Universidad Católica San José-UCSS,

Lima, 8 agosto 2018. joseantoniobenito@gmail.com

 

Con motivo del Bicentenario de la Independencia del Perú, en el 2021, se hace necesaria una reflexión acerca de la identidad nacional, de los elementos que la han forjado, de la realidad presente y de lo que se avizora en el futuro más inmediato. Me centro en lo que considero una de las claves para comprender la milenaria trayectoria del Perú, su religiosidad. En este Congreso de Historia tenía pensado hablar de diversos temas vinculados con mis investigaciones, incluso exponer un tema monográfico fruto de mi último año dedicado a CIRCA y al P. Pozzo en Arequipa. Hace unos días se me propuso el tema que les voy a exponer y que como ven no sólo se refiere al rol de la Iglesia sino al fenómeno religioso en la historia del Perú.

Antes de entrar en el desarrollo de mí ponencia bastaría citar diversos hechos para constatar la importancia del hecho religioso en el Perú: Varias de las ponencias en este mismo congreso estudian diferentes aspectos de la religiosidad a través del arte, la antropología…incluso una mesa se dedica a la historia de la Iglesia. Con motivo de la visita del Papa Francisco el presente año 2018, al igual que cuando nos visitó el Papa Juan Pablo II se han dado las mayores concentraciones demográficas de la historia para una actividad pública.

Partimos del hecho de que desde la civilización más antigua del Perú –la de Caral- con 4000 años de antigüedad la religiosidad ha sido un factor decisivo en la vida de los peruanos, en todo su territorio, en todas sus culturas, en todas las etapas de su dilatado arco cronológico. Según la edición estadística de Datum Internacional de El Comercio en "La Encuesta del Milenio: Religión" (Lima 19 marzo 2000), "el Perú es el país donde más se cree en un Dios (80%), reafirmando así una tradición católica que no ha perdido vigencia" (p.5). En el censo de 2007 la mayor parte de la población peruana se identifica como católica, con un 81.3%. Asimismo, para la encuesta elaborada por Vox Populi, de la Faculta de Teología Pontificia y Civil de Lima, de este año, el cristianismo es la fe del 94% de los peruanos, del cual el 80% es católico y el 79% opina que si los valores religiosos estuvieran más presentes en los gobiernos del país, los peruanos estuviéramos mejor.

Más allá de estas cifras, hay que constatar datos evidentes como la gigantesca procesión del Señor de los Milagros, y tantas expresiones de religiosidad popular (devoción a la cruz, Virgen María, los santos, la Eucaristía), numerosas órdenes religiosas y nuevos movimientos eclesiales, la topografía de todo el Perú sembrada de nombres cristianos, personas, instituciones... nos evidencian que, incluso mucho antes de la presencia cristiana, el Perú ha tenido un sentido profundamente religioso en las creencias y en las costumbres. 

 

SUMARIO

 

1.               PUNTO DE PARTIDA. TE DEUM POR EL PERÚ

2.                ACTUALIDAD Y SENTIDO RELIGIOSO DE LA HISTORIA

3.                LA RELIGIÓN COMO FACTOR DE DESARROLLO INTEGRAL

4.                RELIGIÓN PRE HISPÁNICA

5.                DEL PATRONATO REGIO AL CONCORDATO

6.                APORTES DE LA IGLESIA CATÓLICA

7.                EL MESIANISMO ANDINO

8.                EL PARTICULAR CASO DE AREQUIPA

9.                OTRAS RELIGIONES. NUEVOS MOVIMIENTOS RELIGIOSOS

10.             CONCLUSIÓN: VIGENCIA DE UNA TRAYECTORIA

 


UN RATITO CON LOS SANTOS - TOMO II (De la J a la M ) LA ALEGRÍA DE LOS AMIGOS DE DIOS P. CARLOS ROSELL DE ALMEIDA

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UN RATITO CON LOS SANTOS - TOMO II (De la J a la M )

LA ALEGRÍA DE LOS AMIGOS DE DIOS

P. CARLOS ROSELL DE ALMEIDA

224 PÁGINAS, 8.0 x 12.0 cm

 

Paulinas, Lima, 2018



Cuenta el autor que su "intención no es otra que difundir la vida de algunos santos para que no solo conozcamos sus vidas, sino para que tomemos conciencia de que no hay mayor felicidad que vivir con Dios. Debido a que era imposible referirme a todos, en este libro les presento una serie de santos por orden alfabético. Este es el segundo tomo de la colección (De la J hasta la M) y pronto el tercer tomo (De la N hasta la Z)".

http://ftpcl.edu.pe/rector-presentara-un-ratito-con-los-santos-tomo-ii-en-la-fil/

P. Carlos Rosell De Almeida, rector de la Universidad Católica San José y de la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima, presentó  su libro "Un ratito con los santos- Tomo II", en la 23 Feria Internacional del Libro, 2018, acompañado del popular periodista RPP, Ricardo Gómez, quien comparte cada domingo el esperado programa "Domingo es fiesta" a las 10 a.m.

La verdad que cuando uno toma en sus manos el librito, de bolsillo, siente lo mismito que cuando le dan un alfajor, un caramelito, lo acaricia con afecto y se lo come con gusto y regusto. Lo abra por donde lo abra, siempre aparece la bondad del santo, narrada con la simpatía incontenible de la gracia del P. Carlos que nos hace gozar y, sobre todo, nos deja con las ganas de saborearlo viviendo como él, siendo santo como el Santo.

Este volumen se lo lleva casi todo la "J", 20: Jerónimo, Joaquín-Ana, José (Cupertino, Gabriel-Brochero, Josefina Bakkita,  Josemaría), Juan (Bautista, Bosco, De Dios, De la Cruz, Diego, Eudes, Macías, María Vianney, Pablo II, XXIII, Juana Francisca de Chantal, Tadeo)

1 para la K, Kateri

9 para la L, Laura Montoya, Leopoldo de Mandic, Lorenzo, Lucas, Lucía, Luis (Gonzaga, María de Monfort, Rey de Francia, Luisa de Marillac)

13 para la M:  Manuel González, Margarita María de Alacoque, María, María Eufrasia, Magdalena, Mazarello, Marianita de Quito, Marcos, Marta, Martín de Porres, Mateo, Maximiliano Kolbe, Mónica

En total 43, subdivididos en tres cómodos y atractivos apartados, para no empachar, para degustar, reflexionar, orar…y meditar en el corazón para llevarlo a la acción.

Les comparto el inicio de "San Joaquín y Santa Ana": Aquí les dejo algunas definiciones graciosas de lo que es una abuelita según varios niños. Una abuelita es como una mamá, pero con dentadura postiza. Una abuelita es como una mamá pero que no regaña. Una abuelita es como una mamá que sólo sabe engreír. Una abuelita es como una pasa, está arrugadita, pero es dulce. Lo cierto es que las abuelas son siempre dulces con sus nietos. Y Jesús, Nuestro Señor, tuvo una abuelita. Fue Santa Ana" (pp.12-13. Los abuelitos de Jesús; Piadosos; La labor de los abuelitos.

Felicitaciones, P. Carlos, gracias Paulinas, por este servicio tan pastoral para la gente que apenas tiene tiempo, que apenas lee, pero que seguro que va a llevárselo en el bolsillo o lo deja en mesita como pan de cada día. Sí, estos "ratito" son para pasar un RATAZO


UN RATITO CON LOS SANTOS - TOMO II (De la J a la M ) LA ALEGRÍA DE LOS AMIGOS DE DIOS P. CARLOS ROSELL DE ALMEIDA

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UN RATITO CON LOS SANTOS - TOMO II (De la J a la M )

LA ALEGRÍA DE LOS AMIGOS DE DIOS

P. CARLOS ROSELL DE ALMEIDA

224 PÁGINAS, 8.0 x 12.0 cm

 

Paulinas, Lima, 2018



Cuenta el autor que su "intención no es otra que difundir la vida de algunos santos para que no solo conozcamos sus vidas, sino para que tomemos conciencia de que no hay mayor felicidad que vivir con Dios. Debido a que era imposible referirme a todos, en este libro les presento una serie de santos por orden alfabético. Este es el segundo tomo de la colección (De la J hasta la M) y pronto el tercer tomo (De la N hasta la Z)".

http://ftpcl.edu.pe/rector-presentara-un-ratito-con-los-santos-tomo-ii-en-la-fil/

P. Carlos Rosell De Almeida, rector de la Universidad Católica San José y de la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima, presentó  su libro "Un ratito con los santos- Tomo II", en la 23 Feria Internacional del Libro, 2018, acompañado del popular periodista RPP, Ricardo Gómez, quien comparte cada domingo el esperado programa "Domingo es fiesta" a las 10 a.m.

La verdad que cuando uno toma en sus manos el librito, de bolsillo, siente lo mismito que cuando le dan un alfajor, un caramelito, lo acaricia con afecto y se lo come con gusto y regusto. Lo abra por donde lo abra, siempre aparece la bondad del santo, narrada con la simpatía incontenible de la gracia del P. Carlos que nos hace gozar y, sobre todo, nos deja con las ganas de saborearlo viviendo como él, siendo santo como el Santo.

Este volumen se lo lleva casi todo la "J", 20: Jerónimo, Joaquín-Ana, José (Cupertino, Gabriel-Brochero, Josefina Bakkita,  Josemaría), Juan (Bautista, Bosco, De Dios, De la Cruz, Diego, Eudes, Macías, María Vianney, Pablo II, XXIII, Juana Francisca de Chantal, Tadeo)

1 para la K, Kateri

9 para la L, Laura Montoya, Leopoldo de Mandic, Lorenzo, Lucas, Lucía, Luis (Gonzaga, María de Monfort, Rey de Francia, Luisa de Marillac)

13 para la M:  Manuel González, Margarita María de Alacoque, María, María Eufrasia, Magdalena, Mazarello, Marianita de Quito, Marcos, Marta, Martín de Porres, Mateo, Maximiliano Kolbe, Mónica

En total 43, subdivididos en tres cómodos y atractivos apartados, para no empachar, para degustar, reflexionar, orar…y meditar en el corazón para llevarlo a la acción.

Les comparto el inicio de "San Joaquín y Santa Ana": Aquí les dejo algunas definiciones graciosas de lo que es una abuelita según varios niños. Una abuelita es como una mamá, pero con dentadura postiza. Una abuelita es como una mamá pero que no regaña. Una abuelita es como una mamá que sólo sabe engreír. Una abuelita es como una pasa, está arrugadita, pero es dulce. Lo cierto es que las abuelas son siempre dulces con sus nietos. Y Jesús, Nuestro Señor, tuvo una abuelita. Fue Santa Ana" (pp.12-13. Los abuelitos de Jesús; Piadosos; La labor de los abuelitos.

Felicitaciones, P. Carlos, gracias Paulinas, por este servicio tan pastoral para la gente que apenas tiene tiempo, que apenas lee, pero que seguro que va a llevárselo en el bolsillo o lo deja en mesita como pan de cada día. Sí, estos "ratito" son para pasar un RATAZO



UN RATITO CON LOS SANTOS - TOMO II (De la J a la M ) LA ALEGRÍA DE LOS AMIGOS DE DIOS P. CARLOS ROSELL DE ALMEIDA

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UN RATITO CON LOS SANTOS - TOMO II (De la J a la M )

LA ALEGRÍA DE LOS AMIGOS DE DIOS

P. CARLOS ROSELL DE ALMEIDA

224 PÁGINAS, 8.0 x 12.0 cm

 

Paulinas, Lima, 2018



Cuenta el autor que su "intención no es otra que difundir la vida de algunos santos para que no solo conozcamos sus vidas, sino para que tomemos conciencia de que no hay mayor felicidad que vivir con Dios. Debido a que era imposible referirme a todos, en este libro les presento una serie de santos por orden alfabético. Este es el segundo tomo de la colección (De la J hasta la M) y pronto el tercer tomo (De la N hasta la Z)".

http://ftpcl.edu.pe/rector-presentara-un-ratito-con-los-santos-tomo-ii-en-la-fil/

P. Carlos Rosell De Almeida, rector de la Universidad Católica San José y de la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima, presentó  su libro "Un ratito con los santos- Tomo II", en la 23 Feria Internacional del Libro, 2018, acompañado del popular periodista RPP, Ricardo Gómez, quien comparte cada domingo el esperado programa "Domingo es fiesta" a las 10 a.m.

La verdad que cuando uno toma en sus manos el librito, de bolsillo, siente lo mismito que cuando le dan un alfajor, un caramelito, lo acaricia con afecto y se lo come con gusto y regusto. Lo abra por donde lo abra, siempre aparece la bondad del santo, narrada con la simpatía incontenible de la gracia del P. Carlos que nos hace gozar y, sobre todo, nos deja con las ganas de saborearlo viviendo como él, siendo santo como el Santo.

Este volumen se lo lleva casi todo la "J", 20: Jerónimo, Joaquín-Ana, José (Cupertino, Gabriel-Brochero, Josefina Bakkita,  Josemaría), Juan (Bautista, Bosco, De Dios, De la Cruz, Diego, Eudes, Macías, María Vianney, Pablo II, XXIII, Juana Francisca de Chantal, Tadeo)

1 para la K, Kateri

9 para la L, Laura Montoya, Leopoldo de Mandic, Lorenzo, Lucas, Lucía, Luis (Gonzaga, María de Monfort, Rey de Francia, Luisa de Marillac)

13 para la M:  Manuel González, Margarita María de Alacoque, María, María Eufrasia, Magdalena, Mazarello, Marianita de Quito, Marcos, Marta, Martín de Porres, Mateo, Maximiliano Kolbe, Mónica

En total 43, subdivididos en tres cómodos y atractivos apartados, para no empachar, para degustar, reflexionar, orar…y meditar en el corazón para llevarlo a la acción.

Les comparto el inicio de "San Joaquín y Santa Ana": Aquí les dejo algunas definiciones graciosas de lo que es una abuelita según varios niños. Una abuelita es como una mamá, pero con dentadura postiza. Una abuelita es como una mamá pero que no regaña. Una abuelita es como una mamá que sólo sabe engreír. Una abuelita es como una pasa, está arrugadita, pero es dulce. Lo cierto es que las abuelas son siempre dulces con sus nietos. Y Jesús, Nuestro Señor, tuvo una abuelita. Fue Santa Ana" (pp.12-13. Los abuelitos de Jesús; Piadosos; La labor de los abuelitos.

Felicitaciones, P. Carlos, gracias Paulinas, por este servicio tan pastoral para la gente que apenas tiene tiempo, que apenas lee, pero que seguro que va a llevárselo en el bolsillo o lo deja en mesita como pan de cada día. Sí, estos "ratito" son para pasar un RATAZO




ENTREVISTA AL PADRE CARLOS S. POZZO (Programa Horizontes, Jn 19, 2002)

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ENTREVISTA AL PADRE CARLOS S. POZZO (Programa Horizontes, Jn 19, 2002) https://www.youtube.com/watch?v=NCGKtC-QRhs&t=1402s

 

Por el año 2002 conducía un PROGRAMA en Jn 19 "HORIZONTES". De las pocas veces que vino a Lima, le invité a conocer mi Universidad Católica Sedes Sapientiae (Los Olivos) y en una sala de la entrada, con la cámara de Humberto Zárate, grabamos el programa. Lo titulé ENTREVISTA A R.P. CARLOS POZZO FUNDADOR Y ASESOR ESPIRITUAL DE CIRCA y en síntesis nos contó cómo comenzó la obra de CIRCA, su vocación, y sobre todo su abandono confiado en el amor de Cristo y de la Virgen. Con 84 años, el Padre Carlos había sufrido un derrame cerebral y sufría a veces lagunas mentales o amnesias. A pesar de todo, aceptó responder por el bien de su gente, para los que siempre vivió. Me cautivó su sencillez, espontaneidad, la fuerza espiritual y hasta la chispa bromista que nunca abandonó. En un momento de la entrevista no se acordaba del nombre de su provincial –P. Felipe MacGregor- pero él divaga de modo simpático diciendo que era "una persona mundialmente famosa y no como él que no lo conocía nadie, sigue hablando y como no le venía el nombre se encoge de hombros y sigue conversando con gran paz y alegría.

Agradezco a Javier Castillo por mejorar la calidad de la deficiente versión en VHS y subirla a YouTube para provecho de todos.

 

José Antonio Benito (JAB) ¿Cómo comenzó la obra?

 

Padre Carlos Pozzo: CIRCA comenzó porque destinaron a mis superiores a determina actividad en lo social y entonces pregunté cuál era mi trabajo, se me dio la dirección del centro de capacitación para chicos que trabajan y todas las noches teníamos sesiones de 6 a 8 para ir formando muchachos; claro que el resultado no era del todo satisfactorio porque se trataba de chicos que trabajaban por el día y estudiaban por la noche y dedicaban las pocas horas que les quedaban para este asunto.

 

¿Cuál fue el primer colegio?

No fue ningún colegio de Pueblos Jóvenes sino el San José que nos dejaba el local para las reuniones

 

¿Tuvo que ver mucho los terremotos de Arequipa en ese momento para la labor de CIRCA?

Sí, porque en Arequipa hubo un terremoto en 1958 y otro en 1959. Conocí el primero por referencia y el segundo por estar allí. Fue un terremoto muy fuerte y los pobladores lo tuvieron que arreglar todo con sillar de piedras y después un techo de calaminas. Los terremotos tuvieron que ver  para el desarrollo, los mismos pobladores tuvieron que hacer sus propias casitas  precarias, pero se logró ayuda a la gente pobre, comunidad de ese entonces y también poder expandir  la religión y un logro era que fue vista por los pobladores, así por ejemplo cuando se les preguntaba que querían, ellos decían: primero tenemos la misa y luego que venga todo lo demás.

 

Tengo la definición de CIRCA y el concepto de educación. Se ve que el concepto de educación es muy amplio, educación integral, cuerpo, alma y Doctrina Social de la Iglesia

 

Como digo, los pobladores algunos a veces no quieren escuchar nada más que sus intereses inmediatos, nuestra organización ha sido una cosa confortable y estimulante el ver que los pobladores estaban acercándose a nosotros, lo primero que pedían era una educación religiosa y una iglesia o capilla, hemos hecho 32 capillas en todo tiempo.

 

Formación seglares

El secreto  es que CIRCA no sólo se ha limitado a los asesores religiosos sino que ha pedido al elemento "mayoría" la ayuda y felizmente ha resultado exitosa y se ha desarrollado.

 

Ubicación de colegios

La totalidad está en pueblos jóvenes y tenemos 15 mil alumnos. Nuestras escuelas son preferidas por los pobladores porque sabe que son exactamente y no solo de palabras son gratuitas, lo hemos conseguido por esfuerzo pero se ha conseguido y saben que sus hijos van a tener una educación cristiana en primer lugar, efectiva y valiosa, porque no nos contentamos con que sepan unos datos, buscamos el mayor contenido y porque nos preocupamos de su amor al estudio

 

Hermano Julio Corazao se sorprendió de este milagro…A qué atribuye este "milagro" de CIRCA, su formación completa

Claramente ha habido muchos seminaristas y muchos religiosos y religiosas que han salido de CIRCA, también sacerdotes como el párroco de Mejía que estudió en nuestro Colegio de 15 de agosto. También los jóvenes han respondido, han traído nuevas ideas y han ido desarrollándose haciendo  de CIRCA algo aceptable; de hecho cuando van a CIRCA van con la sonrisa en los labios, no van llorando; quiere decir que algo es. Un convento en Arequipa  desde la Maestra hasta la última novicia son de CIRCA

 

 

Publicaciones

 Del "Destape" lo primero que hay que decir es que se mantiene viva estamos en más de 4 mil números. Hemos pensado que la gente está interesada en la lectura y en ver una posición ante lo que sucede en la sociedad. Es un semanario, que se atreve a destapar muchas cosas que los otros no lo dicen. Por eso tenemos muchísimos amigos, pero también muchísimos enemigos. Pero la verdad nos hace libres y podemos aportar algo al bien del Perú.

 

Le escuché que se estaba convirtiendo y comenzó a escribir un librito "¿Confiar por qué no?"¿En qué consiste esta conversión y qué contiene el libro?

Efectivamente. Cuando llegué a los ochenta comencé a escribir un libro sobre la confianza y no me arrepiento. En CIRCA intentamos ayudar en todo. Llevo ya varios años en los ochenta y sobre el libro pensamos que en el siglo XVIII, XIX cuando empezó capitalismo, hay cosas muy buenas pero también fatales porque resulta que la plata y el capital es una alternativa; o somos capitalistas o somos religiosos, desgraciadamente no debiera ser así, porque el capital nos ha regalado muchas cosas y nosotros encantados, no estamos contra el capital; pero no olvide que es un capital cristiano, y los cristianos que lo usan para el bien tengo la idea y la seguridad que tendrán un premio no material. Deben sacarlo de su religión, ahí está el gran desarrollo, la felicidad.

Lo que dice la biblia de la confianza es fundamental en nuestra vida y no se puede llegar a Dios sino por esto. No hay una sola frase sin que diga la verdad, porque la dicho Dios por la Revelación. Si la dice el Padre Pozzo seguro que es una frase idiota –como es verdad-, que va a romperlo todo; si lo dice otro Padre que no quiero decir el nombre también igual, lo dicen estos voluntarios o los que tienen plata, igual. Entonces yo busqué a uno que no se equivoca,  y que es palabra de Dios.

 

En el 2002, ¿cuáles son las necesidades de CIRCA? Fiesta de la paz

Primero un sinceramiento de sus socios, de sus miembros, porque es necesario, indispensable. Hay un camino, no tantos, sólo un camino, para llegar a Dios, confiar en Dios, fiarse de Él.

 

¿Qué necesidades tiene CIRCA en las que podamos ayudar?  

Muchas y siempre. Pero si confiamos en Dios, nosotros podemos colaborar en la conversión del mundo. Si leemos este libro sobre la confianza llegaremos a una conclusión: sin Dios no hay nada más que hacer. Ahí no podemos jugar ni quitarle la pelota, no, no. Él gana. Y con CIRCA siempre hay que ir a ganar no a perder.

 

Hambre de pan no, hambre de Dios. ¿Cómo se puede ayudar? ¿Cómo ir de voluntario?

Las puertas están abiertas y les esperamos.

 

Fiesta del Papa es la fiesta de CIRCA

Mira, el mundo hay que conquistarlo con nuestras manos, hay que hacerse notar. Tampoco sin exagerar, pero una vez al año tenemos un desfile de todo, de todo CIRCA. Desde los más chiquitos, pequeños de 3 años hasta los más viejos como yo de 84. Y es una fecha que todo el mundo ya pregunta y cuándo sale CIRCA

 

 

Su vocación R.P. Carlos Pozzo

No soy primeriza, me vino más tarde, a los 25 años y entré a los 28. (Se nota un lapsus gracioso pues no recordaba el nombre del Provincial, P. Felipe MacGregor pero él sigue hablando). Estaba el Provincial, un jesuita muy famoso, que me envió a Arequipa, de fama universal, a mí no me conoce nadie. Ah de compañeros de novicio estuvo el P. Ricardo Morales; el Cardenal Vargas (que en Dios descanse) fue mi compañero en Granada, él estaba en 4° de Teología y yo en 3° y me lo dieron para que me preparase para la Misa; y me acuerdo que un día me dijo "Mira, Pozzo, si sigues así no vas a celebrar Misa; total, que felizmente me lo permitieron y no sé si con razón o sin razón pero me ordenaron.

 

María en su vida

Sí, la Virgen nos va afianzando, porque si no tenemos una convicción fuerte religiosa no podemos seguir adelante y ella nos va ayudando. Si no tenemos una convicción espiritual y se medita, entonces sí se puede pensar que el futuro es nuestro.

 

Una pregunta que está en el aire y que le han hecho muchas veces aunque a mí no me gusta. Son ya 84 años, que dure 200, qué pasará cuándo lo contemple desde el Cielo.

Pues mira, yo estaré descansando y otros estarán trabajando. Porque, en realidad, sí, CIRCA, tiene sus defectos, tiene sus fallas, tiene muchas cosas y que deben tenerlo presente los de CIRCA porque es que Dios te está llamando a pensarlo bien, no a pensar lo que ha dicho el otro, sino a pensar lo que ha dicho Dios a través del otro y eso creo que es una cosa muy importante y muy seria ¿no? Pero eso nos lleva a decir quehay mucho elemento bien orientado y mucho elemento que trabaja por Dios para un trabajo. Dios no muere nunca.

 

Hombres de CIRCA, hombres de esperanza. Un último saludo para todos.

Pues mira, francamente, no he nacido para saludar a la gente y ni llevo sombrero, pero ya que me lo pides. Pido a la gente que se acuerden de Cristo porque él es el único que no engaña, porque nosotros ente nosotros nos engañamos unos a otros de una forma maravillosa. Por lo tanto acudir a Jesucristo, a la Virgen, ¿verdad? Porque cuando ya hay problemas yo conozco bastantes casos de personas que me han venido "Padre, mire que yo tenía esta enfermedad y han salido adelante porque viven esta veneración a la Virgen y a Jesucristo".


Bartolomé de las Casas por Paulino Castañeda (+) http://dbe.rah.es/biografias/11148/bartolome-de-las-casas

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http://dbe.rah.es/biografias/11148/bartolome-de-las-casas Pocas personas tan bien preparadas como don Paulino Castañeda (fue presidente del tribunal de mi doctorado y responsable de las obras completas del P. Las Casas) para escribir sobre personaje tan complejo y controvertido. Para unos "mentiroso y psicológicamente enfermo", culpable de la leyenda negra antiespañola, para otros pionero de los derechos humanos de los indios y siervo de Dios en proceso de canonización

Casas, Bartolomé de las. Sevilla, c.1484 – Madrid, 18.VIII.1565. Dominico (OP), obispo, teólogo, polemista, defensor de los indios.

Nació en Sevilla, colación del Salvador, en el centro de la ciudad; dato cierto, pues él no pierde ocasión de proclamarlo. El 19 de septiembre de 1516 afirmó que tenía treinta y un años. Algunos dicen que era de familia noble, pero no aportan pruebas y si se atiende a la profesión paterna, cabe pensar que no. Y aunque él se ufana en que sus ascendientes eran cristianos viejos, es más verosímil que por sus venas corriera sangre de cristianos nuevos, pero todo esto es mera conjetura. Pedro, su padre, se embarcó en el segundo viaje colombino. Volvió a Sevilla en 1498. De su madre, nada cierto se sabe y muy poco de sus cuatro hermanos. Con ellos pasó Bartolomé su infancia y adolescencia. En el hogar aprendió a rezar y en el colegio sus primeras letras. De joven estudió latín con un buen maestro, pues lo escribe con cierta corrección. No hay rastro de que hiciera carrera universitaria, ni fechas que permitan su posibilidad. Nadie, que sepamos, ha aclarado el itinerario de su formación intelectual que, en gran medida, fue autodidacta. Hizo un viaje a Granada, con su padre, en 1501. No se sabe a qué: para unos a participar en la guerra contra los moriscos, pero no encaja, pues era muy joven. Tampoco consta que fueran a negocios. Se cree que iban a preparar su viaje a Indias. En Granada firmaban los Reyes el nombramiento de Nicolás de Ovando como gobernador de las Antillas. El 13 de febrero de 1502, padre e hijo zarpaban de Sanlúcar. Las Casas describe la flota —imponente—, las peripecias de la travesía, la arribada a Santo Domingo el 15 de abril de 1502. Pero nada dice de él, ni de su padre. Piensan sus biógrafos que iba de doctrinero, pero él da a entender otra cosa: iba "a desechar de sí la pobreza…". En 1506 vino a España. Tampoco se sabe a qué; estuvo en Roma en 1507 y regresó a La Española, donde fue colono y agricultor.

1. Los dominicos llegaron a La Española en 1510. Procedían de una vida religiosa renacida y llevaban un alto sentido humanitario y la rica doctrina de santo Tomás de Aquino. Las Casas tomó contacto con ellos, oyó el sermón-denuncia de Montesino y se ordenó sacerdote. Lo dice él, aunque no precisa fechas. Lo importante es que se ordenó. A principios de 1513 pasó a Cuba y obtuvo una excelente encomienda. Le visitaron unos padres dominicos, conversaron y despertaron sus dudas. No era lógico predicar contra la encomienda siendo encomendero. El resultado: su primera conversión. Devolvió la encomienda, dispuesto a defender a los indios para siempre. Salió para La Española, se entrevistó con fray Córdoba que le habló de un viaje a España, con Montesino y otro fraile. Embarcaron, en efecto, en septiembre de 1515 y llegaron a Sevilla el 6 de octubre. Los frailes se alojaron en el convento de San Pablo, y Bartolomé, con sus deudos. Visitó al arzobispo Deza, quien le dio cartas para el Rey: quería "notificarle la perdición de estas tierras"; pero la audiencia, que sería en Sevilla, nunca se celebró. El Rey murió el 23 de enero de 1516. Dirigió un Memorial de remedios (1516) a Adriano de Utrech, el primer plan auténtico sobre la república de españoles y la república de los indios. Propone la construcción de fortalezas defensivas, que la penetración y la evangelización fuesen pacíficas, la liberación de esclavos, la creación de diócesis, la restitución de todo lo robado. Explica después la organización de comunidades mixtas y la radical supresión de la encomienda. Cisneros y Adriano le oyeron complacidos, y le encargaron, con Palacios Rubios, elaborar un plan de reforma de las Indias, estableciendo comunidades indígenas libres, otras intervenidas por funcionarios reales, y el cumplimiento de la Leyes de Burgos de 1512.

La reforma era un noble intento pero de planteamiento difícil y la elección de los Jerónimos para su ejecución no fue acertada: no tenían experiencia alguna, ni entendieron el pacifismo. En su Informe (1 de abril de 1517), los indios no quedaban bien parados y se desecha la idea de comunidades indígenas. Las Casas, aconsejado por los dominicos, regresó a España el 3 de junio de 1517. Fue a Aranda a ver a Cisneros, pero estaba muy grave, y se fue a Valladolid a esperar al Emperador, que llegó el 18 de noviembre de 1517. Bartolomé se ganó a los consejeros flamencos y logró presentar su proyecto al Rey. Consciente de que no lograría suprimir la encomienda, si antes no demostraba que la supresión no suponía la ruina económica, escribió el Memorial de remedios (abril 1518) en el que trazó un plan socioeconómico de colonización pacífica con una consecuencia clara: el aumento de población y de riquezas, aunque no era fácil ponerlo en práctica, pues significaba un cambio radical del sistema, con dificultades insalvables. No llegó a discutirse. El Rey partió para Coruña el 25 de enero de 1520, y el día antes de embarcar firmó la capitulación para poblar la costa de Paría (19 mayo 1520). Eran veintisiete puntos que precisaban su finalidad: colonización y evangelización pacífica, tributos para el rey y modo y manera de tratar a los indios. Las Casas embarcó con los labradores en Sanlúcar el 15 de diciembre de 1520 y llegaron a Puerto Rico en febrero de 1521. La expedición fue un fracaso, y casi una tragedia.

Las Casas ingresó en el noviciado de los dominicos en 1522 y profesó a finales del año siguiente. Su vida no sufrió un cambio radical, pero su defensa de los indios se hizo más evangélica, más doctrinal y polémica. Abandonado su plan de colonización, siguió una etapa de silencio y estudio —exigencias de la Orden— y desarrolló su vocación de escritor. Durante estos años se dedicó a escribir la Historia general, y la Apologética historia, que terminó más adelante. También escribió su primer libro teológico y doctrinal, el más sólido, terminándolo hacia 1526: De unico vocationis modo. El planteamiento es muy claro: "la única norma para llevar a los pueblos la religión cristiana, es la evangelización pacífica". Quiso decir dos cosas: no hay más que un camino de evangelización: la persuasión del entendimiento y la invitación de la voluntad. Y este camino es común para todos los hombres. De esta obra sólo se conocen tres grandes capítulos: uno lo dedica a probar su aserto en un esfuerzo argumental, con la Bula Sublimis Deus, de Paulo III como fundamento (2 de mayo de 1537). El Papa trató de los derechos naturales de los indios, como utpote veros homines y aunque no tuviesen fe no carecían de libertad y dominio, y no se les podía esclavizar. El segundo capítulo lo dedicó a refutar a su oponente, Ginés de Sepúlveda; y se nos manifiesta el gran polemista. Sepúlveda, en cuanto a métodos de evangelización, militó en campo contrario. No trató de que se obligase, directa y absolutamente, a los indios a hacerse cristianos. Admitió, con criterios amplios y benignos, una coacción indirecta, para crear las condiciones más favorables a la predicación y conversión de los indígenas. Tal sería la conquista previa, para que los indios pudiesen ser más cómodamente catequizados. No negó otros caminos, pero tan difíciles que, de hecho, resultaban imposibles. En el tercer capítulo, Las Casas concluyó categóricamente: la guerra que se hace a los indios es temeraria, porque es contraria al derecho natural, divino y humano; injusta, porque los indios no han injuriado a los españoles ytiránica, porque es cruel y violenta. Y, en consecuencia, a) todos los que de algún modo, han cooperado a esta guerra, han pecado gravemente; b) están obligados a restituir, y c) los clérigos que castigan a los indios son culpables. El libro es sorprendente por su alcance universal, su aplicación al problema indiano es una simple consecuencia, y por su tono moderado, aunque, de vez en cuando, se arranca en párrafos que no desdicen de laBrevisima.

A la luz de estos principios, se aprestó a ensayar el nuevo sistema de evangelización en Verapaz (Guatemala), en los años 1537-1539, como modelo de conversión y pacificación de los indios. Acierta Las Casas en la preparación diplomática —cesión de las tierras, ausencia de españoles—, y sobre todo, en la elección de los compañeros: los dominicos Andrade, Angulo y Cáncer, verdaderos ejecutores del ensayo. Se inició con éxito, pero pronto llegaron las dificultades. De todos modos, es el proyecto misionero más admirado y estudiado.

Volvió a España en 1540. Su propósito era plantear a Carlos V —que regresa en 1542— la reforma general del gobierno de las Indias, para lo cual había preparado dos importantes documentos: uno, Entre los remedios, de contenido teórico, que preludia la evolución de su pensamiento jurídico. El alegato, extenso, constituye el Octavo remedio, "el más principal y sustancial". Y consiste: a) inmediata suspensión de las encomiendas; b) que todos los indios fuesen incorporados a la Corona Real, "como súbditos y vasallos libres", irrevocablemente. Los razonamientos —teológicos, jurídicos, históricos— son abrumadores. El autor no duda de la soberanía del Rey sobre las Indias, en virtud de la Bula de donación, compatible con la libertad de los nativos, que la pierden cuando son sometidos a la jurisdicción y servidumbre de los encomenderos. El otro documento fue la Brevísima relación de la destruición de las Indias, también de 1542 y editado en 1552. El más endeble y el más difundido. Es posible que lo escribiera de buena fe para conseguir leyes más humanas. Pero se excedió e hizo daño a España, con relatos que la crítica histórica y el sentido común necesariamente han de calificar de inverosímiles.

2. La Leyes Nuevas de 1542. La esclavitud de indios fue un hecho. Carlos V la prohibió en 1530; pero ante la reacción de los españoles, la restableció cuatro años más tarde. Hubo reacciones nobles, como la de Vasco de Quiroga, quien envió al Monarca un alegato jurídico contra la esclavitud. Se discutió en las aulas universitarias por obra y saber de Vitoria y de Soto, e intervino con toda su autoridad Paulo III: "Decretamos y declaramos… que los indios no deben ser reducidos a esclavitud". Es la Sublimis Deus. En la misma línea, el Breve Pastorale officium (29 de mayo de 1537) dirigido al cardenal Tavera, en Toledo: nadie puede privar a los indios de su libertad y de sus bienes, aunque estén fuera de la Iglesia. Las Leyes Nuevas vienen a recoger una parte importante de esta corriente crítica. El 20 de noviembre de 1542 fueron promulgadas en Barcelona. Cinco son los puntos que aquí se pueden subrayar: 1) la dignidad del indio, considerándolo como un súbdito más de la Corona; 2) la eliminación de la esclavitud; 3) la anulación de la encomienda, como principio de servidumbre; 4) la supresión de la guerra de conquista; 5) las cláusulas de seguridad de estas determinaciones, mediante vigilancia, procesos judiciales, castigos.

Las Casas influyó en estas leyes, pero no las aprobó, pues, a pesar de los avances indudables, mantenían la encomienda, aunque con ciertas condiciones. En 1543 escribió al Emperador denunciando lo que aún subsistía de injusto con relación a la libertad de los indios. Sus quejas fueron examinadas y se tuvieron en cuenta, incluyendo en la Leyes algunas disposiciones complementarias. Fueron tan imprevistas para conquistadores y encomenderos, que hubo que diferir su aplicación, pero su contenido se fue imponiendo poco a poco e influyeron, cada vez más, con su humanitarismo, en los hispanos del Nuevo Mundo.

El dominico volvió a presentar nuevos Memoriales al Rey. El primero, en 1543, lo suscribió su hermano de hábito fray Rodrigo de Andrada. Protestó porque no se hubiesen abolido inmediatamente las encomiendas. Expuso y fundamentó la predicación pacífica y la abolición de la esclavitud, y esbozó su teoría de soberanía imperial. Fue un gran momento para fray Bartolomé. El cenit de su prestigio. Y fue nombrado obispo de Chiapas (1543). Consagrado en Sevilla (1544), se trasladó a Indias y entró en su sede al año siguiente. Promulgó su Confesonario,que prohibía absolver a conquistadores, encomenderos y traficantes de armas, si antes no se retractaban, liberaban a los indios y restituían todos sus bienes. La resistencia y oposición fue total. Hubo una conmoción general.

El cabildo de México protestó ante la Corte y en la asamblea de obispos fue recibido con desagrado. La Audiencia también mostró su disgusto, y en la Corte actuaron sus opositores. El fraile renunció a su obispado, pero no a su cargo de defensor de los indios.

En 1547, regresa definitivamente a España. Es la época de sus grandes obras. Interesan los Tratados, en los que sintetizó sus ideas con más precisión y orden.

Estaba ya en Valladolid, en San Gregorio, más sosegado y en un ambiente intelectual émulo de San Esteban de Salamanca. Los Tratados son de lo mejor de fray Bartolomé, desde el punto de vista teológicojurídico. En Las treinta proposiciones muy jurídicas pretendió probar el fundamento en que se fundaba el título y señorío supremo que los Reyes de Castilla y León tenían en las Indias. La Proposición XVII dice: el único derecho de soberanía y su único fundamento jurídico es la donación pontificia, que, dice, no privó de su dominio a los príncipes y señores que estaban en el Nuevo Mundo; sólo había colocado sobre ellos, como supremo emperador, a los reyes de Castilla, lo que supuso un cambio sustancial. Sin detenernos en esta variante, conviene insistir en que Las Casas sostuvo en la mayor parte de sus obras la idea de que el Papa, como vicario de Cristo y dominus orbis, subrogó en los Reyes Católicos su poder temporal sobre las Indias para el cumplimiento del fin evangélico que les había encomendado. En la XVIII se subraya que los naturales conservan sus derechos y dominio sobre sus súbditos…, pero, (Proposición XIX) que estaban obligados a reconocer este imperio de los Reyes de Castilla, una vez recibido libremente el bautismo. Idea que se verá precisada más adelante. Después, habla de métodos misionales; defiende el apostólico, condena la conquista previa, y recuerda al Rey su obligación de gobernar bien aquellos territorios; condena, una vez más, la encomienda —"la más cruel especie de tiranía"— y los repartimientos efectuados por Colón.

Vitoria y Soto trataron de estos asuntos con más cautela. Rechazaron el Imperator y el Papa dominus orbis,negaron al Papa cualquier poder sobre los infieles, y de no mediar otros causas, ni él, ni los Reyes, tendrían más derecho que a predicar el evangelio.

Para llegar a la guerra justa hacía falta que surgiese la injuria y, agotados los medios pacíficos, si los indios ofreciesen resistencia o impidiesen la predicación o matasen a los predicadores, surgiría ese derecho. Se sabe que Vitoria y Soto pensaron en otra vía de acceso, pacífica o violenta, según las circunstancias: la natural, que no necesitaba las bulas de donación. Es posible que Las Casas buscase en el fondo este camino, pero no acertó a expresarlo con precisión: defiende con vigor los derechos naturales de los indios, antes y después de la conversión, aunque les busque una tutela bajo la Corona, que consideraba beneficiosa para ellos. Pero resucita la teocracia y el cesaropapismo, aunque sea tímidamente, y se olvida del origen del poder civil y de los derechos de los pueblos soberanos.

3. La disputa o controversia. La Junta de Valladolid (1550-1551) fue importante en la historia del humanismo cristiano. Los antecedentes son conocidos. Ginés de Sepúlveda había publicado su Democrates alter en forma de Apología, y fray Bartolomé escribió otra Apología para combatir los fundamentos del Democrates y defender a los indios. Ambos fueron convocados en Valladolid, entonces capital de la Corte, para que explicaran sus teorías. Primero habló Sepúlveda: expuso su tesis, "sin leer", durante dos o tres horas. Las Casas no asistió. Pero, "durante cinco días sin interrupción, él hizo lectura completa de su Apología". Asombrados los miembros de la asamblea, encargaron a Soto que hiciera un resumen de lo expuesto por los dos. Soto cumplió su cometido con habilidad y pericia. El Sumario fue entregado a Sepúlveda, quien presentó doce objeciones a la Apología lascasiana. Objeciones que pasaron a fray Bartolomé, quien en su réplica las calificó de frívolas y sin ningún efecto ni valor.

El texto de la Disputa, tal como la publicó Las Casas en los Tratados, contiene las tres piezas: a) el resumen que hizo Domingo de Soto; b) las doce objeciones de Sepúlveda; c) las doce réplicas de fray Bartolomé. Se trata de una síntesis de obras mucho más amplias. Cabe citar, por vía de ejemplo, la respuesta del padre Las Casas a la duodécima objeción de Sepúlveda, "la intención del Papa fue subjetar y después predicar". Dice el dominico que es falso: la Bula de donación subraya que los indios vivían mansos y pacíficos; y entonces ¿para qué la guerra? La Bula urge el envío de misioneros, y ¿para qué la conquista? Ilustra su negativa con el testamento de Isabel la Católica, "que debía tener entendida la intención del Papa" algo mejor que Sepúlveda, y con la instrucción que los Reyes dieron a Colón. Afirma que, antes de bautizarse, los infieles no eran súbditos de la Iglesia, y "no se les puede poner o quitar señor", a no ser per accidens, por ejemplo, si impedían la predicación de la fe. Pero, después de convertidos, "la Iglesia puede ejercer su jurisdicción temporal en ellos, como en súbditos", si fuera necesario para la conversión de la fe; cuando es de tanta utilidad para los naturales, "como es poner sobre todo aquel orbe un supremo o universal monarca, o como imperial señor, que les ordene, rija y gobierne". Ahora bien, si no quisieran recibirlo, no por eso se les podía hacer la guerra, mientras siguieran en la fe; el "supremo e universal señor" se les ponía para su bien, y no para daño, pues, en este caso, tal señorío sería injusto y tiránico. Así hay que entender la citada proposición XIX. Por tanto, no hay más que un camino para asentar y perpetuar el señorío sobre aquellos reinos: la vía pacífica, ganar por amor sus "voluntades e ánimas".

Con ello, el principado supremo queda sin contenido: se trataría de un derecho que el Papa concede a los Reyes —excluidos otros príncipes cristianos— a ser reconocidos como emperadores por los indios, pero cuando éstos quieran, sin facultad alguna para hacerlo efectivo, aunque, el derecho de elegir o reconocer a un príncipe lo tienen todos los pueblos por derecho natural.

En el Tratado comprobatorio, las Casas pretendió probar las proposiciones anteriores. Presenta inicialmente dos conclusiones que sintetizan la doctrina del Tratado: 1) el único título justo que tienen los reyes de España al imperio soberano universal sobre las Indias es la donación pontificia; 2) este dominio soberano imperial es compatible con el dominio y jurisdicción de los reyes y señores naturales de las Indias sobre sus pueblos y territorios. Las pruebas son abrumadoras: jurídicas, teológicas, filosóficas e históricas… En esta obra se inclina más a las doctrinas teocráticas que los maestros de Salamanca: el Papa tiene plenísimo poder en la tierra sobre todo el mundo; el poder temporal lo posee "en orden al espiritual", es decir, "en orden a encaminar a los hombres, fieles e infieles, por el camino de la vida eterna: in ordine ad finem spiritualem". Según este tratado, el bautismo le da al Papa un poder indirecto temporal para entregar esos indios en manos de los Reyes de España. Consecuencia que no admitiría Vitoria, y que el propio Las Casas enmendó más adelante.

4. Los dos tratados teóricos, orientados a defender los derechos de los indios: a) Principia quaedam, publicado en los Tratados de 1552. En ellos formula su doctrina de la libertad y derechos de los indios. Trata del señorío y la potestad de las autoridades públicas conceptuándolas como derecho natural y de gentes, de que el hombre es naturalmente social, y sobre que la sociedad no puede subsistir sin la autoridad. La consecuencia de este planteamiento es que a nadie le es lícito, sin legítima causa, usurpar o impedir el dominio o jurisdicción que un rey o señor ejerce sobre sus súbditos, sencillamente, porque el poder de tales reyes y señores se asienta en el derecho natural y de gentes. Todos estos derechos se encuentran en sujetos libres: hombres, pueblos, reyes y gobernantes. La libertad es común y natural a todos los hombres, luego los pueblos y sus gobernantes o reyes son libres. Era su idea fija: presentar al indio y a los pueblos indígenas en pie de igualdad con los españoles y demás pueblos europeos, en el ámbito de los derechos.

b) De regia potestate o Erudita et elegans explicatio (1559). Supera al anterior en extensión y en importancia. No trata aquí el problema de la autoría, pero resume algunas nociones del escrito anterior y explica las ideas expuestas en obras anteriores. No deja de sorprender la falta de referencias a la donación pontificia y la condena "por herética" de la opinión del Hostiense, aunque sí se refiere con frecuencia a la toma de posesión justa como condición sine qua non para establecer una autoridad legítima. La obra constituye un alarde de erudición jurídica y canónica. Consta de cuatro notabilia o cuestiones y cinco conclusiones en las que afirma que no basta la autoridad real para autorizar cualquier enajenación. He aquí algunos principios: 1) Todos los hombres son libres; la libertad es inherente a la persona humana. La esclavitud es un fenómeno accidental, no obedece a causas naturales; 2) ninguna servidumbre puede imponerse al pueblo sin que éste dé su consentimiento; el poder y la soberanía proceden directamente del pueblo; 3) los reyes y soberanos son señores de sus señoríos y dominios en cuanto a la jurisdicción, protección y defensa, pero no en cuanto a la propiedad que es de los particulares; 4) el rey o soberano sólo puede mandar conforme a las leyes; 5) ningún príncipe puede enajenar "ni porción la más pequeña del país", sin el consentimiento libre de los súbditos. La estructura del Estado que aquí proyecta Las Casas es avanzada, pero la extrae de la mejor tradición jurídica medieval. Su convicción de que los reyes de España eran soberanos de las Indias, basada en un principio teocrático, era tan sólida como siempre. Y lo que pretendía era concluir —una vez más— que la enajenación perpetua de la encomienda era radicalmente injusta.

5. Los últimos años de Las Casas fueron fecundos. En Atocha, Madrid, escribió dos tratados polémicos: De thesauris in Perú y Las doce dudas, la Historia general de las Indias y la Apologética historia.

El De thesauris, Madrid 1563, escrito en latín, responde a una duda presentada por los dominicos del Perú sobre si era lícito apropiarse de los objetos valiosos de los incas. La respuesta es negativa y tajante: a nadie le era lícito tal apropiación, ni siquiera al Rey de España. Aprovechó para puntualizar el alcance de la donación pontificia, que, dice, hizo a los Reyes de España príncipes de aquellos territorios, pero se requiere el consentimiento de los indios para que obtengan la posesión jurídica de las Indias. Así, Las Casas corrige lo dicho en Las treinta…, y en elComprobatorio: que una vez bautizados los indios pasan a ser súbditos de la Iglesia y del Rey, que recibe la jurisdicción actual sobre ellos. Aquí, en cambio, aclara que los reyes de España, con la Bula, sólo reciben la jurisdicción in habitu y de derecho, ya que era necesario el consentimiento unánime de los naturales y el juramento de fidelidad para la posesión jurídica y ejercicio de la soberanía, pues la "causa eficiente" del poder jurisdiccional, "que da el derecho más principal, es el consentimiento de los pueblos". Mientras los Reyes no obtengan ese consentimiento, tienen ius ad rem, a reclamar su potestad, no el ius in re o potestad efectiva. Termina con dos conclusiones: 1) Nunca los indios dieron ese libre consentimiento, por tanto no existía el ius in re, salvo en Verapaz; 2) los Reyes de España, en cuanto al dominio, se encuentran como en el momento de la donación, de modo que todas las conquistas de los españoles son injustas y tiránicas. Y dos corolarios: 1) el Rey no tiene nada que ver con los tesoros del Perú; 2) todos los bienes que los españoles trajeron de Indias fueron robados y han de ser restituidos.

Tratado de las doce dudas, escrito en castellano en 1564. Un dominico que residía en el convento de Valladolid, fray Bartolomé de la Vega, antiguo misionero en el Perú, entregó a Las Casas "doce dudas", pidiendo solución. El tratado contiene las dudas y las respuestas, que se pueden reducir a una: los españoles han sido ladrones y están obligados a restituir in integrum. Y concreta: los que participaron en la muerte de Atahualpa, conquistadores, tasadores de tributos, funcionarios de gobierno y de justicia. Tampoco se salva el Rey de España, a quien niega toda legitimidad, por tener solo ius ad rem. Ha de restituirlo todo siguiendo la norma trazada en el Tratado anterior. Estos escritos iban dirigidos al Rey, o al Consejo Real.

La Quaestio theologalis (c. 1560-1563), en la que perfila su concepto del poder del Papa. Toda potestad y jurisdicción temporal, y en resumen todo lo temporal, se ordena a lo espiritual, como el cuerpo al alma. Al Papa, de suyo, le atañen los asuntos espirituales y el fin espiritual —conducir a los hombres a la salvación—. Por consiguiente, puede la potestad espiritual disponer de algunas cosas temporales, en la medida que convenga o sea necesario para los asuntos espirituales. Por eso, el Papa tiene amplísima potestad sobre algunas cosas temporales, de modo que puede alterar los estados de los reyes y de los príncipes seculares, deponerlos y colocar a otros en su lugar, si fuera necesario para la propagación y defensa de la fe, y para la prosperidad y unidad de la Iglesia.

6. Y en su retiro de Atocha, puso punto final a sus dos obras más extensas: la Historia general y la Apologética historia. En la Historia, que comenzó a escribir en 1527 en La Española y terminó en su retiro de Valladolid, se propuso narrar los acontecimientos de los primeros años de la acción colonizadora, y remediar los problemas de aquellas gentes. Es su obra fundamental. Interesa referirse a su concepción del hombre, que se centra en la idea de unidad específica del género humano. Todos los hombres son esencialmente iguales y dignos de respeto y tienen unos derechos que, por nacer de la naturaleza, son derechos naturales, inviolables e inalienables, y unos atributos fundamentales: racionalidad, libertad y sociabilidad. Lo postula como un concepto recibido de autores clásicos y de escritores cristianos. De las ocho razones que le indujeron a escribir la Historia, hay una —la sexta— que es desconcertante: "Librar a mi nación española del error y engaño gravísimo y perniciosísimo… estimando de estas océanas gentes faltarles el ser, haciéndoles brutales bestias incapaces de virtud y doctrina".

Hay que preguntarse qué quiere decir Las Casas al escribir que, en su opinión, la nación española, a mediados del siglo XVI, creía que los indios no eran hombres. No parece que quisiera hacer tal afirmación, pues ¿cómo explicaría él —testigo de tantas cosas, promotor de los derechos humanos— el esfuerzo misionero, la legislación canónica y civil, la fundación temprana de colegios, la experiencia de Tlatelolco y de San Juan Letrán, por citar sólo algunos hechos? Sin embargo, sus palabras han servido de argumento —entre otros varios— para que algunos hablen de una gran controversia "durante la primera mitad del siglo de la conquista" sobre la racionalidad del indio. Se cree que no existió tal controversia y que nadie impugnó responsablemente la racionalidad del indio. Lo que sí se debatió fue su capacidad para recibir algunos sacramentos, que es cuestión bien distinta. En todo caso, fray Bartolomé no podía dudar de la condición humana de los indios. Y cuando Garcés escribe al Papa, y Minaya en Roma convence a Paulo III de que declarase la capacidad del indio para la fe, no pretendían aclarar sus ideas, sino lograr que el Papa condenara a aquellos españoles que no trataban a los indios conforme a su dignidad humana. Y si Las Casas lo plantea no es para demostrar su humanidad, sino para facilitar su encuentro con el mensaje cristiano. En cualquier caso, para fray Bartolomé los indios pertenecían a una raza excelente, estaban dotados de inteligencia clara y de notable hermosura: eran sobrios, castos, mansos e ingeniosos. Tal es la tesis de su Apologética historia, que empezó a escribir en 1527. Este libro, que muchos definen como la primera antropología, es más bien una obra de tesis. Así, cuando exalta las excelencias del clima, no se refiere a sus vivencias personales, pues lo que pretende es demostrar la gran influencia que tiene sobre los seres vivos: "en las zonas templadas, las inteligencias son claras y los sentidos despiertos". De este modo, al ponderar el medio ambiente en que viven los indios, formula un nuevo argumento a su convicción de que constituyen la raza más perfecta del orbe. Y cuando describe costumbres indígenas, no es con afán etnológico, sino como un nuevo argumento que confirma su opinión: los indios tenían una buena economía doméstica y vivían en buena sociedad; y si algunos —más bien, muchos— no estaban agrupados en pueblos, no faltaban razones que justificaran y explicaran satisfactoriamente tal situación. En una comparación entre indios y griegos, éstos salen mal parados: los indios, calificados de bárbaros, tendrían más conocimiento natural de Dios que griegos y romanos. Exaltó todas las condiciones físicas e intelectuales de los indios, así como los ambientes naturales en que habitaron, siguiendo el esquema aristotélico, para probar la total y absoluta posibilidad de los indios, seres racionales excelentes e insuperables. Siguiendo una relación de autoridades, estableció que el medio geográfico en que habita el hombre puede determinar notables características, y determinar, que haya inferiores y superiores. Llegó a establecer las condiciones ideales para el ser humano que, en su gama completa, se cumplirían de manera singularísima y en grado sumo en los indígenas de América. En suma, que el determinismo geográfico alcanza en Las Casas una amplia y decisiva función.

Para fijar la figura de fray Bartolomé de las Casas, se han seguido sus escritos, por considerar que son la medida y la imagen del autor. La personalidad del padre Las Casas está reflejada mucho mejor en el De unico, o en laHistoria de las Indias, que en la Brevisima. Estos escritos, exceptuados los Tratados, impresos en Sevilla en 1552-1553, han permanecido inéditos hasta el siglo XX. La primera edición crítica, completa, es la de Alianza Editorial, Madrid 1988- 1996, bajo la dirección del doctor Castañeda Delgado, que es la que se consigna aquí.

 

Obras de ~: De regia potestate o Derecho de autodeterminación, ed. de L. Pereña, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), 1984; Apología, ed. de A. Losada, Madrid, Alianza Editorial, 1988; Diario del primer y tercer viaje de Cristóbal Colón, ed. de C. Varela, Madrid, Alianza Editorial, 1989; Obras completas. De unico vocationis modo, ed. de P. Castañeda Delgado y A. García del Moral, Madrid, Alianza Editorial, 1990; De regia potestae; Quaestio theologalis, ed. de A. Larios y A. García del Moral, Madrid, Alianza Editorial, 1990;Apologetica historia sumaria, ed. de V. Abril Castelló et al., Madrid, Alianza Editorial, 1992, 3 vols.; Tratados de 1552, ed. de R. Hernández y L. Galmés, Madrid, Alianza Editorial, 1992; De thesauris, ed. de A. Losada y J. B. Lassègue, Madrid, Alianza Editorial, 1992; Doce dudas, ed. de J. B. Lassègue, Madrid, Alianza Editorial, 1992;Historia de las Indias, ed. de I. Pérez Fernández, M. A. Medina y J. A. Barreda, Madrid, Alianza Editorial, 1994;Cartas y memoriales, ed. de P. Castañeda et al., Madrid, Alianza Editorial, 1995.

 

Bibl.: M. Giménez Fernández, Bartolomé de las Casas. Tomo I, Delegado de Cisneros para la reformación de Indias. Tomo II, Capellán de Carlos V y poblador de Cumaná, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-americanos, 1953 y 1960 respect.; T. Urdanoz, "Las Casas y Francisco de Vitoria", en Revista de Estudios Políticos, 197 (1974), págs. 115-187; F. Morales Padrón (coord.), Estudios sobre Fray Bartolomé de las Casas, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-americanos, 1974; I. Pérez Fernández, Inventario documentado de los escritos de Fr. Bartolomé de las Casa, Bayamón (Puerto Rico), Universidad Central, Vicariatos Dominicos del Caribe, 1991; P. Castañeda Delgado,La teocracia pontifical en las controversias sobre el Nuevo Mundo, México, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Instituto de Investigaciones Jurídicas, 1996; A. Huerga, Fray Bartolomé de las Casas, vida y obras,Madrid, Alianza Editorial, 1998; P. Castañeda Delgado, "El pensamiento de Bartolomé de la Casas", en Cuadernos Salmantinos de Filosofía, 30 (2003), págs. 669-687; B. Hernández, Bartolomé de las Casas, Barcelona, Taurus, 2015.

 

Paulino Castañeda Delgado


 Fotos de la Real Basílica de Atocha (Madrid), donde se venera la imagen de Nª Sª de Atocha y está enterrado el P. Las Casas. Gentileza de Juan Antonio Teso


Memorias de un exorcista. José Antonio Fortea, MR Ediciones, Madrid, 2ª ed. 2009, 351 pp

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Memorias de un exorcista. José Antonio Fortea, MR Ediciones, Madrid, 2ª ed. 2009, 351 pp


Nunca olvidaré el único encuentro personal mantenido con el P. José Antonio Fortea. Sucedió en el aeropuerto Jorge Chaves de Lima. Nos desplazamos desde PAX TV –Monterrico- y tras cruzar la gigantesca y caótica metrópoli llegamos cuando apenas le quedaban cinco minutos para ingresar a la sala de espera. Con una beatífica sonrisa y paz imperturbable –en medio de insoportables ruidos y  cientos de pasajeros- el famoso exorcista que días antes había atiborrados escenarios nos concedía –generoso- la entrevista, aun a expensas de quedarse en tierra. Y más, como faltaban unos minutos, paseamos por los pasillos con su maleta rodante, yo con mi grabadora y él obsequioso contestando a todas mis preguntas ("mi Obispo me ha dado permiso para entrevistas, así que pregunte", claro que pregunté) para el programa de Radio María sobre "sacerdotes siempre". Le regalé un librito y recuerdo que me dijo: "Muchas gracias pero no voy a tener tiempo de leerlo pues estoy culminando mi tesis". 

http://jabenito.blogspot.com/2012/06/padre-jose-antonio-fortea-bendice-al.html

He leído varios de los libros y artículos, escuchado alguna de sus charlas, y la verdad que comencé a leer las memorias con la mejor disposición. Me las he leído de un tirón y he quedado en volver a leerlas. Da gusto enfrascarse con este libro de 351 páginas tan auténticas, tan bellas, tan humanas, tan bien escritas. El Señor le ha dotado de una vida apasionante, original, en la que ha irrumpido la gracia de modo cierto, en una tarde concreta, y la ha convertido en el Amor de sus amores.

Muchísimas gracias por dedicarnos este testamento adelantado. Dios se lo pague con una vida tan feliz y evangélica, compartiendo todo lo que Él le ha regalado y usted ha ido logrando con miles de lecturas, ratos de oración, tanta ironía y buen humor, dejándonos ganas de vivir a tope la vida y hasta ser santos, como Dios quiere, en este siglo XXI, tan global y tan moderno, pero sin perder lo bueno y bello de la tradición.

 Resumen de la editorial

 Este apasionante libro es el resultado de una vida no menos apasionante. Sus páginas rezuman la sorprendente cantidad de vivencias de alguien que ha sentido el cielo y el infierno. Ha crecido en una pequeña localidad provinciana y ha recorrido las más grandes urbes de la civilización. Ha visto con tristeza el interior de las favelas brasileñas más paupérrimas y también sus pies han pisado las suaves moquetas blancas de poderosísimas casas. Alguien de una cultura enciclopédica al servicio de la Iglesia en uno de los campos más extraños que pueden existir: el de la demonología. Se trasluce en la obra un hombre renacentista al que le encargaron hacer una tesis sobre el exorcismo, y cómo esa tesis le cambió la vida. Su libro es una inmersión en el mundo de la Iglesia, en el mundo real del clero. Lejos de las obras de ficción, que nos presentan una imagen artificial del ambiente eclesiástico, sus memorias están plagadas de los infinitos detalles que ha ido anotando en su cuaderno de recuerdos. Todo lo cual hace de sus Memorias una obra veraz y bellísima. Con independencia de las creencias de cada uno, la obra supone la inmersión del lector en la mente y las vivencias de un intelectual al que los caminos de la vida le llevaron al sacerdocio.

El padre José Antonio Fortea se ha convertido en uno de los más brillantes exorcistas del mundo, es considerado uno de los mejores demonólogos del momento.


Virgen Desatanudos en la Universidad Católica San José de Lima

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¡Qué gusto da ver a toda la familia de la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima-Universidad Católica San José congregarse en torno a la Madre del Cielo en su fiesta de la Asunción! Autoridades, alumnos, profesores, administrativos, todos. 

Esta mañana, miércoles 15 de agosto, el Rector de  la Universidad Católica San José , Padre Carlos Rosell de Almeida, develó y bendijo la imagen de la Virgen Desatanudos en un logrado mosaico de los talleres de Iturry en el campus universitario. 

Nuestro Rector, fiel a su sentido del humor y ternura mariana, nos animó a acudir a Ella, especialmente cuando vengan nudos como en los exámenes o en situaciones fuertes de la vida. (Entre paréntesis debemos recordar su espléndido librito acerca de la devoción a esta advocación mariana tan querida para el Papa Francisco http://jabenito.blogspot.com/2015/04/maria-desatanudos-del-p-carlos-rosell.html)

El Dr. Francisco Bobadilla, vicerrector de nuestra Casa de Estudios, embelesado con el bello mosaico de Santa María me comentaba la cabal coincidencia del icono con las lecturas bíblicas de la Misa de hoy, particularmente las tomadas del Apocalipsis. 

La canción "Virgen Morenita" animada por Lisset y "Salve, María" apoyada por el Coro, un avemaría y una lectura mariana comentada por el P. Carlos formaron el sencillo pero entrañable programa de homenaje que marca un hito histórico para nuestra alma mater. 

De esta Fiesta de la Asunción de María al Cielo, ha dicho el Papa Francisco: "La asunción al cielo, en alma y en cuerpo, es un privilegio divino dado a la Santa Madre de Dios por su particular unión con Jesús. Se trata de una unión corporal y espiritual, iniciada desde la Anunciación y madurada en toda la vida de María a través de su participación singular al misterio del Hijo".

Agradezco a Rocío Angulo sus fotos y datos


Vida, atribuciones y advocaciones de la Santísima Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra. Jorge Capella, Lima 2018

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Amigos: Les comparto el índice e introducción de esta auténtica enciclopedia mariana que nos envía on line el Dr. Jorge Capella. 

Si alguien no la ha recibido, me envía un correo (joseantoniobenito1@gmail.com) y con mucho gusto le enviaré los tres volúmenes. 


Vida, atribuciones y advocaciones de la

Santísima Virgen María,

Madre de Dios y Madre nuestra

Jorge Capella Riera

Lima, 15 de agosto de 2018

Contenido

Introducción                                                                                                                     4

Primera parte                                                                                                                 11

La Santísima Virgen María                                                                                         11

            Vida de la Virgen                                                                                               11

                        Padres y nacimiento                                                                              13

                        Infancia                                                                                                     16

                        Los desposorios con José                                                                     17

                        La anunciación                                                                                        18

                        Visitación a Santa Isabel                                                                       19

                        Muerte del padre de María Santísima                                                 20

                        Nacimiento de Jesús                                                                              20

                        Adoración de los pastores                                                                     22

                        María y la adoración de los magos                                                      22

                        Presentación de Jesús en el Templo                                                  24

                        La huida a Egipto                                                                                    25

                        Regreso a Nazaret                                                                                  25

                        Jesús entre los doctores                                                                        26

                        Las bodas de Caná                                                                                28

                        Muerte de José                                                                                        28

                        María y el inicio de la predicación de Jesús                                       29

                        Sacrificio redentor                                                                                   29

                        Resurrección, Pentecostés y Ascensión del Señor                          32

                        Dormición y Asunción de la Virgen                                                      34

            Atribuciones                                                                                                   36

                        María en la antropología cristiana y en la

                        religiosidad popular                                                                        36

                        María en el Magisterio Universal de la Iglesia                             41

                                    Antes del Concilio Vaticano II                                                   41

                                    El Concilio Vaticano II                                                                42

                                    Post Concilio                                                                               44

                                    El magisterio de Pablo VI                                                          45

                                    El Magisterio de Juan Pablo II                                                  46

                        La "escuela eucarística" de María                                                    49

                        Dogmas Marianos                                                                                 52

                                    La Maternidad Divina de María                                                 53

                                    La Virginidad Perpetua de María                                              54

                                    La Inmaculada Concepción de María                                      56

                                    La Asunción de la Virgen María                                                58

                        ¿Dogma "María Corredentora, Mediadora y Abogada"?           61

                        Mensajes marianos                                                                              66

                        El Papa Francisco instituye la fiesta de María Madre

                        de la Iglesia en el calendario romano                                          70

            Advocaciones de la Santísima Virgen                                                       74

                        La advocación en general                                                                    75

                        Advocaciones marianas                                                                       76

            Algunas advocaciones de la Virgen Santísima                                       79

                        Advocaciones universales                                                                80

                                    Inmaculado Corazón de María                                                 80

                                    La Inmaculada Concepción                                                     84

                                    María Auxiliadora                                                                    92

                                    María, la Madre de la Eucaristía                                             96                                  Nuestra Señora de Guadalupe                                           101

                                    Nuestra Señora de la Esperanza                                          105

                                    Nuestra Señora de la Leche y del Buen Parto                   108

                                    Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa                             111

                                    Nuestra Señora de la Purificación                                        114

                                    Nuestra Señora de las Nieves                                               119

                                    Nuestra Señora del Buen Consejo                                       122

                                    Nuestra Señora del Carmen                                                  129

                                    Nuestra Señora de los Dolores                                             132

                                    Nuestra Señora de Lourdes                                                   135

                                    Nuestra Señora del Perpetuo Socorro                                 140

                                    Nuestra Señora del RosarioVirgen del Rosario             143

                                    Santa María Reina                                                                  147

                                    Santa María Virgen, Madre de la Compañía de Jesús      152

                                    Virgen María de Fátima                                                          155

                                    Virgen de la Merced                                                                 163

                        Advocaciones en los cinco continentes                                           166

                                    Advocaciones en Europa                                                       166

                                                La Virgen de Covadonga                                            166

                                                La Virgen de Regla                                                      172

                                                La Virgen de Tirano                                                     177

                                                La Virgen Niña                                                              179
                                               
Madonna delle Grazie                                                 183

                                                Madonna Nicopeia                                                       186

                                                María Desatanudos                                                     189

                                                María, Madre de Misericordia                                    192

                                                María Rosa Mística                                                      203
                                                Nostra Senyora de Núria                                            215

 

Segunda parte

Segunda parte                                                                                                                  1

            Nuestra Señora de A Franqueira                                                                       2

            Nuestra Señora de Aránzazu                                                                              7

            Nuestra Señora de Beauring                                                                            16

            Nuestra Señora de Begoña                                                                              23

            Nuestra Señora de Czestochowa                                                                    32

            Nuestra Señora de Estíbaliz                                                                             43

            Nuestra Señora de Knock                                                                                 45

            Nuestra Señora de la Almudena                                                                     52

            Nuestra Señora de la Claraesperanza                                                           54

            Nuestra Señora de la Luz                                                                                 62

                Nuestra Señora del Carmen de Garabandal                                                                 65

            Nuestra Señora del Huerto                                                                               73

            Nuestra Señora de las Lágrimas                                                                      78

            Nuestra Señora del Espino                                                                               82

            Nuestra Señora de Loreto                                                                                 87

            Nuestra Señora de los Pobres                                                                         90

            Nuestra Señora del Pilar                                                                                 100

            Nuestra Señora de la Esperanza de Triana                                                 104

            Nuestra Señora de la Esperanza Macarena                                                111

            Nuestra Señora de la Rogativa                                                                      116

            Nuestra Señora del Olvido, Triunfo y Misericordias                                   120

            Nuestra Señora de Montserrat                                                                       125

            Nuestra Señora de Peñafrancia                                                                    128

            Nuestra Señora de Pompeya                                                                         133

            Nuestra Señora de Soufanieh                                                                        140

            Santa María de la Arrixaca                                                                              145

            Señora de Todos los Pueblos                                                                        148

            Virgen del Azahar                                                                                             162

            Nuestra Señora de Rocamadour                                                                   164

            Santa María del Alba                                                                                       167

            Virgen de La Salette                                                                                         169

            Virgen de las Rocas                                                                                         187

            Virgen del Rocío                                                                                               190

            Virgen de Medjugorje                                                                                      196

            Virgen del Rosell                                                                                              208

            Virgen de Walsingham                                                                                    213

            Virgen Negra de Einsiedeln                                                                            216

 

 

 

Tercera parte

Tercera parte                                                                                                                    1

Advocaciones en América                                                                                            2

            Divina Pastora de Santa Rosa                                                                         3

            Dulce Nombre de María                                                                                        6

            La Virgen de Copacabana                                                                                 8

            La Virgen del Carmen                                                                                      10

            La Virgen de los Treinta y Tres                                                                    13

            La Virgen de Urcupiña                                                                                       15

            Notre Dame du Cap                                                                                           20

            Nuestra Señora de Altagracia                                                                        24

            Nuestra Señora de Coromoto                                                                       29

            Nuestra Señora de Itatí                                                                                      33

            Nuestra Señora de la Chiquinquirá                                                             40

            Nuestra Señora de la Providencia                                                               44

            Nuestra Señora de Las Lajas                                                                           48

            Nuestra Señora de las Gracias de Torcoroma                                               57

            Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé                                           61

            Nuestra Señora del Guayco                                                                             64

            Nuestra Señora del Quinche                                                                         68

            Nuestra Señora de Luján                                                                                            71

            Nuestra Señora de la Carrodilla                                                                       75

            Nuestra Señora la Aparecida                                                                         82

            Nuestra Señora de la Caridad del Cobre                                                   85

            Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás                                                 92

            Nuestra Señora la Dolorosa del Colegio                                                        95

            Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción de El Viejo                 102

            Nuestra Señora de los Ángeles                                                                     104

            Nuestra Señora del Rosario                                                                        118

            Nuestra Señora de Suyapa                                                                          120

            Santa María la Antigua                                                                                  123

            Virgen de Cotoca                                                                                              127

            Virgen de la Paz                                                                                              131

            Virgen del Socavón                                                                                          134

Advocaciones en África                                                                                            139

            Nuestra Señora de África                                                                                139

            Virgen de Kibeho                                                                                              142

Advocaciones en Asia                                                                                               147

            Nuestra Señora de Akita                                                                                 147

            Nuestra Señora de la China                                                                           152

            Nuestra Señora de la China en el Santuario de She Shan                       153

            Nuestra Señora de la China en el Santuario de Dong Lu                   ……157

            Nuestra Señora de la Salud Vailankanni                                                     164

            Nuestra Señora de Lavang                                                                            169

Advocaciones en Oceanía                                                                                       174

            Nuestra Señora de la Cruz del Sur                                                                174

Advocaciones en el Perú                                                                                         178

            La Virgen del Socorro de Huanchaco                                                           179

            Mamacha del Carmen Paucartambo                                                             183

            Nuestra Señora de Belén                                                                                186

            Nuestra Señora de Cocharcas                                                                       190

                Nuestra Señora de la Evangelización                                                          192

            Nuestra Señora del Rosario                                                                        195

            Virgen de Chapi                                                                                                198

            Virgen de la Candelaria en Puno                                                                  203

            Virgen del Carmen de La Legua en Callao                                                  209

            Virgen de la Puerta                                                                                           213

            Virgen del Buen Paso                                                                                      217

Epílogo                                                                                                                          219

Fuentes de información                                                                                            221

 

Introducción

 

Son muchos los motivos que me han llevado a realizar el presente estudio. Entre ellos quiero destacar que cuando tenía once años mi madre me consagró a la Santísima Virgen del Rosario en el Convento de las Hijas de San José en mi ciudad natal Girona.

La catedral de esta ciudad está dedicada a Santa María y la visitaba con frecuencia. Igualmente sucedía con la Iglesia Nuestra Señora del Carmen a la que los sábados iba con mi hermana María Teresa.

Luego, primero con mi madre y luego con mi esposa y mi hermana María Teresa subimos varias veces al Santuario de la Mare de Déu dels Àngels y además tenemos una sobrina que lleva por nombre María Angels Freixas Capella.

 

Ir a Montserrat  a visitar a la Moreneta con mi madre ha sido para mí un verdadero gozo, sobre todo siendo ya mayor, con mi esposa, pues tengo en la Abadía a mi sobrino el monje Carles María Gri i Casas [1].

 

Las veces que he estado en París he visitado la Cathédrale Notre Dame dedicada a la Santísima Virgen María.

 

Al llegar a Arequipa en 1955 fui a visitar lCatedral de Arequipa o Catedral basílica de Santa María.

En Cusco desde 1956 hasta 1965 de vez en cuando subía a la Iglesia de Belén para orar ante la Virgen del mismo nombre. En esta época también solía ir a  la Catedral del Cuzco o Catedral Basílica de la Virgen de la Asuncióny a la Basílica Menor de la Merced para venerar a la Santísima Virgen.

En 1965 tuve la suerte de hacer una breve excursión por Bélgica y Alemania y visité el Santuario de Nuestra Señora de Beauraing en el sur de Bélgica. Y de ahí pasamos a Andernach, región de Eifel, Renania-PalatinadoAlemania, para visitar la abadía benedictina de Santa María Laach  situada en la ribera suroccidental del lago Laacher. 

Ese mismo año tuve la oportunidad de ir a la ciudad de Chartres a dar una conferencia y ese día experimenté algo impresionante. Pude observar cómo unos dieciocho mil estudiantes de la Sorbona de País venían en peregrinación a visitar a Notre Dame en su Catedral. Entraron al son de cantos y trompetas interpretando piezas de Lucien Deiss [2] quien los acompañaba.  Fue algo que no olvidaré mientras viva.

Al establecernos en Lima en 1970, antes de casarnos, íbamos con mi esposa a misa a la Iglesia de la Virgen Fátima en Miraflores y cuando en 1971, ya casados, vivíamos en este distrito solíamos asistir a Misa en la Parroquia Santa María Reina.

Desde que en 1972 vinimos a vivir a Pueblo Libre nuestras misas dominicales y visitas a la Parroquia Nuestra Señora de la Caridad han sido frecuentes.

En 1997 mi esposa, nuestro hijo José Luis y yo fuimos a Sevilla y visitamos a María Santísima de la Esperanza Macarena Coronada, en la Basílica La Macarena.

En 1993 tuve la oportunidad de visitar a Nuestra Señora del Rosariode Guasá en lCatedral de Sal de Zipaquirá, en el departamento de CundinamarcaColombia

Entonces también visité el Santuario del Señor Caído de Monserrate, ubicado en el cerro del mismo nombre en Bogotá, aunque todavía no estaba la estatua de la Santísima Virgen, pero si su espíritu[3]

En el 2003 estuve en México y visité a Nuestra Señora de Guadalupe en su Basílica ubicada en las faldas del cerro del Tepeyac, en el norte de la Ciudad.

En el 2007 nuestros amigos Maurice y Nelly Goett nos llevaron en la primavera del 2007 a mí esposa y a mí a visitar a Nuestra Señora de Rocamadour en su Santuario ubicado en el departamento de Lot, en la región de Mediodía-Pirineos de Francia.

Y el 11 de mayo pasado mi esposa, mis sobrinos Marta Carlos y su esposo Joan Capella y s.s. fuimos al Valle de Nuria a venerar a la Santísima Virgen María del mismo nombre en su Santuario situado en el término municipal de Queralbs, en la provincia de Girona, y luego pasamos a Ripoll [4], ciudad llamada por muchos como  cuna de Cataluña, en cuyo Monasterio también visitamos a Santa María [5], expuesta en un mosaico regalado en 1893 por el Papa León XIII con motivo de la restauración del edificio.

Llegados aquí se impone la pregunta: ¿Cada una de estas advocaciones corresponde a Vírgenes distintas? No, de ninguna manera. Como bien dice Rivero (1998): "no hay más que una Virgen Santísima. Se trata de María de Nazaret, una mujer escogida por Dios para ser Su Madre. La Virgen María, sin embargo, se ha querido dar a conocer en cada pueblo de una manera muy íntima, asumiendo en muchas instancias características de la cultura y hasta de la raza. Así nos enseña que ella, siendo Madre de Dios es también madre de todos".

"No se trata de una encarnación de la Santísima Virgen. Más bien Ella, que está en cuerpo y alma en el cielo, se aparece o nos obsequia con una imagen en la que se adapta a cada pueblo para que la veamos como madre que es. Es un gesto de gran delicadeza y cariño que nos revela su entrañable amor maternal. La Virgen es de todos y a todos llama a renunciar al pecado y abrir el corazón a Jesucristo, única esperanza de la humanidad."

Campos (2017) nos recuerda que "después de la Santísima Trinidad, la Virgen María es fundamental en nuestra vida de fe y en la historia del Cristianismo. Además de su ejemplo de vida y de las muchas enseñanzas que podemos desprender de su testimonio; su rol, los atributos que Dios le concede y su constante intervención en medio de la historia, la convierten, no solo en un personaje histórico digno de ser estudiado, sino que en algo mucho más grande".

Los teólogos, sobre todo los de la mariología, han realizado un importante trabajo a favor de la Santísima Virgen por lo que los católicos hemos contraído una especial deuda de gratitud a esos estudiosos, pues han hecho posible que la figura de María reluzca con luz más intensa en el firmamento de la Iglesia, dando a la devoción mariana un sólido fundamento teológico. Sin embargo, con frecuencia, estas aportaciones no han llegado al gran público; han quedado confinadas en los tratados de mariología o en libros accesibles sólo a especialistas en la materia. Si bien antes de comenzar este estudio ya contaba con un esquema de lo que quería investigar, la lectura de algunos de los importantes y bien documentados trabajos sobre todo de los Padres Javier lson SMC  y Antonio Larocca SMC [6]; de Sebastián Campos [7], del Padre Ángel Peña Benito [8] y de Monseñor Arthur B. Calkins[9]me hicieron cambiarlo un tanto.

Luego de mucho reflexionar he optado por dar a este trabajo el título "Vida, atribuciones y advocaciones de la Santísima Virgen María Madre de Dios y Madre nuestra". Todos sabemos en qué consiste la "vida". En el curso del estudio veremos la cuestión de las advocaciones; ahora quiero precisar que, siguiendo la teoría de Heider (1958), explicamos el comportamiento de las personas y los acontecimientos de su vida a los rasgos de personalidad, inteligencia, motivación, etc., y a veces también a una causa externa como -por ejemplo- algunas acciones de terceras personas.

Entonces este trabajo quiere ser un pequeño aporte al conocimiento de la vida, de unas cuantas atribuciones y de algunas advocaciones de María Santísima.

Como hago en todos mis estudios, antes de iniciar esa exposición diré lo siguiente:

-       Este texto es de divulgación, no se trata, de ninguna manera, de un trabajo académico como muchos de los que se han escrito sobre las distintas advocaciones de la Santísima Virgen María.

-       El mérito de este trabajo corresponde a los autores que he consultado y a quienes he citado literal o referencialmente, según me ha aconsejado el discurso. Si en algún caso ha habido omisiones les pido que me disculpen. Mi aporte ha consistido en sistematizar la información que he acopiado.

-       He quedado realmente impresionado de la calidad de los libros y artículos que he tenido la oportunidad de consultar, y que he empleado en mayor o menor extensión. A quienes los han escrito, mil gracias.

-       La estructura que empleo en las diversas advocaciones no es igual, depende de la información que he podido recabar.

-       En la redacción del escrito uso varios estilos pues trato de respetar el de cada uno de los autores.

-       Me he permitido una serie de anotaciones a pie de página para referirme a datos, hechos y sobre todo personas, que me han parecido significativos para una mejor comprensión del texto, especialmente para el caso de los lectores que no tienen por qué conocer ciertos detalles sobre el Perú.

-       He colocado las fuentes a las que he acudido para recabar información sobre cada uno de los aspectos abordados en el estudio, aun cuando al final no la haya usado. Así el lector, si lo desea, podrá seguir indagando sobre este tema.

-       Dado el extenso del tamaño del trabajo (682 páginas) he tenido que dividirlo en tres partes para asegurar el envío y la recepción. Al comienzo de cada una de ellas coloco el contenido de la misma con su respectiva numeración.

-       Esa extensión dificultara, sin duda, la lectura del texto por lo que pido disculpas. Una vez entregado a la indagación no he podido dejar en la computadora nada de lo que figura en el texto.

-       El haber querido que cada advocación de la Santísima Virgen María fuera acompañada de la estatua o lienzo que la representa ha hecho que haya espacios libres entre advocación y advocación.

-       Debo también señalar que mi poco manejo de la computadora hace que de vez en cuando aparezcan líneas horizontales que no tienen ningún sentido.

-       En la introducción y en el epílogo empleo la primera persona del singular para dar al escrito mayor identificación y en el resto la primera del plural pues en realidad la autoría corresponde también a los autores que he estudiado.

 

Agradezco nuevamente a mi esposa, Nilda Vargas San Román, por el invalorable apoyo que me brinda al revisar el borrador de mis trabajos.

Por último, dedico este estudio a los devotos de la Santísima Virgen en cada una de sus advocaciones.

Lima, 15 de agosto de 2018.



[1]El monje Carles Maria Gri i Casas nació el 6 de noviembre de 1940 en Girona, en el seno de una familia muy cristiana, y fue bautizado en la Parroquia de Sant Feliu de la misma ciudad. Sus padres, Enric Gri i Oller y Teresa Casas i Capella, tenían un pequeño pero cuidado negocio de charcutería. Su hermano Rossend y su esposa Dolors continuaron el negocio de su padres y ahora se dedican a la acción social y religiosa. Carles realizó sus estudios iniciales en el parvulario del "Corazón de María" y losprimarios, secundarios y comercio en el  Colegio La Inmaculada de los Hermanos Maristas de Girona. Culminados los estudios entró a trabajar en la Gestoria Administrativa Vidal i Salvador y más tarde en el Banco Español de Crédito. Su interés por la vida religiosa le llevó a seguir los estudios eclesiásticos en el Seminari Conciliar de Girona del 1º de octubre de 1960, a la edad de 19 años, al 28 de 1966  en  que, terminado el primer curso de teología, ingresó al Monasterio de Montserrat. Y, dado que ya tenía la formación requerida, al año siguiente hizo la Profesión Simple el 6 de agosto y la Solemne el 1 de Noviembre del 1971. Finalmente el 1 de Octubre del 1972 recibió la Ordenación Sacerdotal. En el transcurso de su vida monástica ha tenido la oportunidad de seguir progresando en su formación, primero en la Universidad de Lovaina, para ampliar sus conocimientos de filosofía (1972-1973),  y  luego en el Instituto Ecuménico de Tantur, perteneciente a la University of Notre Dame, situado en Jerusalén cerca de Belén, donde realizó investigación teológica y estudios de pastoral (1979 -1980). También ha tenido una corta estadía en el Santuari del Miracle en el Solsonés, del 17 de enero de 1998 al 7 de noviembre del 2000.Ha escrito "El silenci de Sant Joan de la Creu", "Viure en la joia" y "La felicitat es amor i veritat". En este último opúsculo, que conocemos bien, usa textos breves para describir la vivencia de Dios con pensamientos y experiencias expuestos al compás de la vida y dentro de una atmósfera de realismo, de confidencia y de amistad. Algunos de los pensamientos, por ejemplo, son en torno a la esperanza, la humildad, la comprensión, el cristianismo débil, o el discernimiento, entre muchos otros. O, tal vez mejor, ofrece pensamientos de  cómo ha de actuar el cristiano ante algunos temas de nuestra vida cotidiana. Actualmente vive en la Abadía de Montserrat dedicado a la oración y a las labores que le confían sus superiores como dirección espiritual,correspondencia,clases de latín, confesiones, bodas, servicio de acogida del Santuario, biblioteca, etc.

 

[2]Lucien Deiss nació el 2 de setiembre de 1921 en Eschbach, Francia, Fue un sacerdote católico francés, exegeta bíblica y compositor litúrgico, perteneciente a la Congregación de Espíriru Santo. Ocupó formalmente  la cátedra de Sagrada Escritura y Teología Dogmática en la escuela Superior de los PP.del Espíritu Santo en París. Se desempeñó como pofesor en Brazzaville y en el Seminario de Misiones en Chevilly Larue. Asistió como experto en el Concilio Vaticano II. Le fue concedido el título honorario de Doctor en Música Sacra de la Universidad de Duquesne. Falleció el 9 de octubre de 2007 en Chevilly Larue, en la región de Isla de Francia, departamento de Valle del Marne, en el distrito de L'Haÿ-les-Roses, Francia.

[3]En efecto tal como señala El Tiempo de Bogotá este 2017 "después de trescientos cuarenta años de ausencia, vuelve a Bogotá la Virgen de Monserrate, que le dio nombre al cerro tutelar de la capital y que había desaparecido en circunstancias misteriosas. Hoy, 1° de noviembre, la imagen de Nuestra Señora de Monserrate será entronizada en el Santuario, por el Arzobispo de Bogotá, en ceremonia solemne durante la cual se inaugurará también el nuevo camarín donde reposa la venerada imagen del Señor Caído de Monserrate. La imagen de Nuestra Señora de Monserrate, donada a Bogotá por los monjes benedictinos de la abadía de Monserrat, en España, es una réplica de la que se venera en aquel Santuario.

[4]El Monasterio es uno de los monumentos arquitectónicos más bellos y evocadores de Cataluña. Pero Ripoll trasciende más allá de las piedras. Fundado por Guifredo el Velloso en el año 879; llevado a su máximo esplendor durante el abiato de Oliva a principios del siglo XI; prácticamente destruido en 1835 y pletóricamente restaurado por el obispo de Vic Josep Morgades, que lo consagró en 1893. El Monasterio es un punto de referencia imprescindible en la historia de Cataluña.

[5]Cabe señalar que, como manifiesta Angel Rodríguez Vilagran (2018), en la diócesis de Girona hay una gran cantidad de santuarios e iglesias dedicadas a la Virgen María. El 19 de abril de este año, la Llibreria Claret acogió la presentación del libro Maria. Trenta-un santuaris de este periodista, una obra que muestra la devoción Maria a través de las advocaciones que se veneran por todas las diócesis con sede en Cataluña. El acto contó con las intervenciones de Anton M. Vilarrubias, del director de Catalunya Cristiana, Jaume Aymary y el del autor de la obra que nació en Salt en 1966,  es doctor en Periodismo y Ciencias de la Comunicación y Licenciado en Ciencias Religiosas. En 2010 recibió el premio Recull de periodismo, es miembro del grupo de investigación Comunicacio Social i Institucional de la Universitat de Girona y desde 1991 trabaja en la delegación de Medios de Comunicación Social del Obispado de Girona.

 

 

[6]Los Padres Antonio Larocca smc (1953) y Javier Alson smc (1955) son cofundadores de la Asociación de Fieles al Servicio de María Corredentora, Reina de la Paz en Barquisimeto Venezuela (1987). Siendo estudiantes de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela, en  Caracas, se dedicaron a la vocación religiosa y luego cursaron Filosofía y Teología de forma tutorial con los Padres Salesianos de Caracas y obtuvieron su Bachillerato de Sagrada Teología en el Instituto Teológico de Estudios Religiosos ITER  de Caracas, extensión de la Universidad Salesianum de Caracas. Realizaron la Licenciatura y Doctorado en el Instituto Internacional de Investigaciones Mariológicas (IMRI-The Marian Library) Universidad de Dayton, Ohio, USA, de los Padres Marianistas, extensión del Instituto Pontificio Marianum de Roma, obteniendo en 2007 el Doctorado en Sacra Teología Dogmática mención Mariología. Han publicado, además de artículos en revistas especializadas y folletos, el libro Temas Fundamentales de Mariología, fruto de los materiales utilizados en la formación Mariológica de los miembros de la Asociación de Fieles, laicos, consagrados y sacerdotes y de laicos de la Arquidiócesis de Barquisimeto. Apoyan los estudios de Mariología también de los Seminarios, de la Vida Consagrada y para todo el Pueblo de Dios en general, y de esta manera promueven la Pastoral Mariana para la Nueva Evangelización. Son miembros de la Pontificia Academia Mariana Internacional PAMI participando en Congresos y siguiendo investigando en el área mariológica y mariana desde la realidad eclesial latinoamericana. Actualmente están dictando varios cursos de Diplomado de Mariología en diferentes Diócesis de Venezuela y Dayton OH, Arquidiócesis de Cincinnati. Se dedican también a retiros, ejercicios espirituales, misiones y producción de textos, música y videos para la renovación pastoral de las comunidades eclesiales, además de seguir formando las comunidades de fe de la Asociación fundada.

3 El Padre Ángel Peña nació el 16 de diciembre de 1943 en Grávalos (Rioja), al norte de España. Su infancia transcurrió en Murillo del rio Leza, de la misma comarca.  A los 11 años ingresó al colegio apostólico de los padres agustinos recoletos de Logroño. Allí estudió durante cuatro años, pasando luego a  San Millán de la Cogolla y en seguida al Seminario de Salamanca, donde estudió Filosofía y Teología durante siete años. En esa ciudad se ordenó sacerdote el 14 de julio de 1968. Ese mismo año, el 1 de diciembre, llegó al Perú como misionero. Estuvo cuatro años en la parroquia Santa María Magdalena de Lima. Después fue destinado al pueblo de Pimpincos, del departamento de Cajamarca. Luego estuvo en la parroquia Santa Rita de Casia en Miraflores. De esta parroquia fue trasladado a la parroquia de San Antonio Abad de Arequipa y después de unos meses, fue nombrado párroco de la parroquia Nuestra Señora de Chapi de la misma ciudad donde estuvo de párroco durante 14 años. El 8 de marzo de 1995 es destinado de nuevo a Lima a la parroquia de Nuestra Señora de La Caridad. Actualmente se halla en España. Su vocación de escritor comenzó con un librito de testimonios, que le comunicaban personalmente las religiosas contemplativas con quienes se escribía. Sus libros están traducidos al italiano en la Editorial Villadiseriane.

[7]Sebastián Campos es un chileno, esposo y padre. Conferencista, autor, educador y creador de contenidos para el sitio Catholic-link.com y director del sitio web para pastoral de jóvenes Daleconfe.com. Dedicado a la Evangelización de jóvenes por más de 10 años. Desde 2013 dedicado a tiempo completo a compartir la experiencia cristiana en el mundo juvenil desarrollando su trabajo en plataformas virtuales y recorriendo gran parte de su país, Chile, dando conferencias y colaborando en la formación de profesores, asesores y líderes juveniles. Actualmente reside en Temuco. Con una arraigada y profunda formación como docente, con experiencia en educación pre escolar, secundaria y universitaria. En la actualidad como colaborador estable de diferentes instituciones educativas, sobre todo fundaciones y congregaciones religiosas dedicadas a la educación. Ha fundado la comunidad Juvenil-Adolescente "Flecha del Salvador Crew", en la parroquia del Espíritu Santo de Temuco. Una comunidad que desarrolla la vida espiritual juvenil a través de la evangelización por medio de expresiones artísticas, culturales y medios de comunicación, con un fuerte carisma espiritual y vida comunitaria. Ha publicado dos libros y un tercero a punto de ser editado, con gran alcance en Chile, sobre todo en el mundo de la pastoral de jóvenes. Ha sido reconocido por la Conferencia Episcopal de Chile y la Pontificia Universidad Católica de Chile por su iniciativa de comunicación en el "IV Seminario Internacional de Comunicación de Iglesia 2017".

 

[9]Monseñor Arthur B. Calkins nació en Erie, Pennsylvania, U.S.A. y fue ordenado sacerdote el 7 de mayo de 1970 para la Arquidiócesis de New Orleans donde sirvió en varias parroquias como Vicario y estuvo comprometido en varias actividades pastorales. Obtuvo el grado de Master en Teología  en la Catholic University of America, una licenciatura en Sagrada Teología con la especialidad de Mariología en la International Marian Research Institute en Dayton y un Doctorado, en el que obtuvo Summa cum laude, en el mismo campo en el Pontifical Theological Faculty of St. Bonaventure (the Seraphicum) en Roma. Su trabajo doctoral "Totus Tuus: John Paul II's Program of Marian Consecration and Entrustment" ya tiene más de cinco ediciones. En 2006 Edizioni Cantagalli de Siena publicó su antología sobre el magisterio del Papa Juan Pablo II titulado "Totus Tuus. Il Magistero Mariano di Giovanni Paolo II". Sus artículos sobre Mariología y espiritualidad han aparecido en ediciones populares y académicas así como en actas de congresos y simposios. Monseñor Calkins fue nombrado miembro del Pontifical International Marian Academy en 1985y del Pontifical Roman Theological Academy en 1995. Se desempeñó  como oficial de la Pontifical Commission "Ecclesia Dei" de 1991 hasta 2010. Fue nombrado Capellán de Su Santidad en 1997 Prelado de Honor en 2010. Últimamente se desempeña como capellán de Christopher Inn con residencia en St. Luke Church en Slidell, Louisiana.

 


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