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Solemnes exequias de Mons. Severo Aparicio en la Catedral del Cusco

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http://www.arzobispadodelcusco.org/noticia.php?idnoticia=755
Las exequias de Mons. Severo Aparicio Quispe, quien dejó de existir ayer en la ciudad del Cusco  a los 90 años de edad, se realizará Hoy a las 12:00 m. en la Cripta de la Basílica Catedral, por haber sido Obispo Auxiliar (emérito) de la Arquidiócesis del Cusco.

El acto se realizará en solemne ceremonia luego de la Santa Misa de  cuerpo presente, a las 11:00 a.m., en el Altar Mayor; presidido por el Vicario General de nuestra Arquidiócesis, Mons. Israel Condorhuamán Estrada. En la ceremonia participarán sacerdotes diocesanos, religiosos, religiosas, miembros de la Orden Mercedaria a la cual pertenecía Mons. Severo Aparicio y feligresía en general.

Con los restos mortales de Mons. Severo Aparicio Quispe, serán 08 los que se encuentren sepultados en la Cripta de la Catedral del Cusco, entre ellos los obispos, Mons. José Pérez Almendaris, Mons. Eugenio Mendoza y Jara, Mons. Julián Ochoa y Jara, Mons. Juan Antonio Falcón; los arzobispos, Mons. Felipe Santiago Hermosa y Mons. Luis Vallejo Santoni, así como Mons. Mario Gálvez Tió.
n solemne ceremonia, realizada en la Basílica Catedral del Cusco, al promediar las 12:00 m., se realizó las exequias de Mons. Severo Aparicio Quispe, quien en vida fuera Obispo Auxiliar (emérito) de la Arquidiócesis del Cusco. El acto protocolar, se inició con la Celebración Eucarística, donde previamente se dio lectura al documento en el que Su Santidad el Papa Francisco, hizo llegar su pésame por esta lamentable pérdida, a los familiares de Mons. Aparicio, a todo el clero, religiosos y fieles de la Arquidiócesis del Cusco, a quienes también hizo llegar su Bendición Apostólica.

La Santa Eucaristía estuvo presida por Mons. Fredi Aparicio Quispe, Vicario Episcopal para la Pastoral de la Arquidiócesis del Cusco, por encargo  de Mons. Juan Antonio Ugarte Pérez, quien por trabajo pastoral se encuentra en España. En la homilía, Mons. Fredi Aparicio, resaltó cualidades y virtudes del difunto prelado, quien en vida dio mucho aporte a la historia eclesiástica del Cusco.



En las exequias se resaltó la vida y obra de Mons. Severo Aparicio, quien además en Cusco fue Director del Colegio de la Merced, profesor de latín en la Universidad Nacional de San Antonio Abad; fue también Asistente General de la Orden de la Merced en Roma, profesor de historia de la Iglesia en la Facultad Pontificia y Civil de Lima, fundador de la Academia Peruana de Historia Eclesiástica, Consultor de la Pontificia Comisión para los Bienes Culturales de la Iglesia, miembro del Instituto Americano de Arte del Cusco, entre otros cargos en los que resaltó, ganando la admiración y respeto de cuantos lo conocieron.  

CON MANOLO EN LA ESCUELA DEL ESPÍRITU SANTO A UN AÑO DE SU PARTIDA

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CON MANOLO EN LA ESCUELA DEL ESPÍRITU SANTO

 

Homilía P. Santiago Manso: 6 de Mayo: Misa de año por Manolo Amorós: Lima (Perú)

 

INTRODUCCIÓN:

 

·        Me gustaría comenzar estas palabras con un poema, que circula por la red informática.., y que quizás ya conoces.., titulado: "No llores si me amas".

·        Se le atribuye su autoría a S. Agustín.., pero no es de él, como ya ha comentado el P. José Anoz, agustino y especialista en estudios del Doctor de la Gracia...

·        Este poema, es un fiel reflejo, de las posibles palabras de consuelo, que podría dirigirnos un ser querido.., cuando ha partido de este mundo y se encuentra ya en la vida eterna, gozando de la presencia de Dios...

·        Permitidme que os lo lea...Dice así el poema:

 

(No llores si me amas...)

¡Sí conocieras el don de Dios y lo que es el Cielo...!

¡Si pudieras oír el cántico de los ángeles..,

y verme en medio de ellos...!

¡Si pudieras ver desarrollarse ante tus ojos..!

¡los horizontes.., los campos..!

¡y los nuevos senderos que atravieso...!

¡Si por un instante pudieras contemplar como yo contemplo..!

¡la Belleza.., ante la cual las otras bellezas palidecen...!

¿Cómo tú.., que me has visto..,

y me has amado en el país de las sombras..,

no te resignas a verme.., y a amarme..,

en el país de las inmutables realidades...?

Créeme..,

cuando la muerte venga a romper las ligaduras..,

como ha roto las que a mí me encadenaban..,

cuando llegue un día, que Dios ha fijado, y solo Él conoce,

y tu alma venga a este cielo en que te ha precedido la mía,

ese día volverás a verme..,

y sentirás que te sigo amando y que te amé..,

y encontrarás mi corazón con todas sus ternuras purificadas...

Entonces,

volverás a verme transfigurado..,

y en éxtasis feliz...

y ya no esperando la muerte.., sino avanzando contigo..,

y llevándote de la mano..,

por senderos nuevos de Luz.., y de Vida...

¡Enjuga tu llanto..,

y no llores más..,

si realmente me amas...!

 

DESARROLLO:

·        Me diréis: ¡Poema imaginario..!

o   ¡Es verdad.., mis queridos hermanos..., poema imaginario..!

§  Pero ¡sentimientos reales..!

§  Y ¡verdades inmutables..,son su contenido...!

§  ¡Y esto también es verdad.., aunque nos cueste creerlo un poco más..!

 

·        Vamos a profundizar en alguna de sus líneas.., por unos breves minutos.., creo que va a merecer la pena..; y ojalá que salgamos de esta Iglesia, como diría S. Juan Bosco:

o   ¡Con la eternidad en la cabeza...!

o   ¡Dios en el corazón...!

o   ¡Y el mundo a los pies...!

 

·        ¿Qué hemos escuchado, mis queridos hermanos..? ¿Qué es lo que más me ha llamado la atención...? ¿Qué frase me dejó en el alma un halito de ternura..., un toque de esperanza.., o un anhelo de cielo...?

o   A mí.., las dos primeras frases.., se me han quedado prendidas.., clavadas en el alma.., desde esta mañana, cuando las oraba en nuestra capilla...

o   La primera:"¡Si conocieras el don de Dios...!"

o   Y la segunda:¡Si conocieras el don de Dios y lo que es el cielo...!

 

·        Vamos con la primera, que no sé si habrá tiempo para la segunda...: "¿Si conocieras el don de Dios..?"

 

o   ¿No os suena la frase de algo.., y de alguien...?

§  ¡Si Padre.., me suena a Cristo..!

§  ¡Y me sabe a evangelio de S. Juan..., en el capítulo 4..!

§  ¡El diálogo con la samaritana...!

 

o   ¡Jesucristo en ese pasaje, está haciendo alusión a la Gracia.., la cual, El viene a darnos a manos llenas y llagadas.., para saciar nuestra sed de felicidad..!

§  "Quien beba de este agua, le dice a la mujer.., volverá a tener sed...

§  "Pero quien beba del Agua que yo le daré.., no 

  tendrá sed jamás...

 

o   ¡Este es el don de Cristo en esta vida: la Gracia Santificante...!

§  La cual sacia nuestra sed  de Dios en el tiempo...

§  Y  después en la vida eterna...

 

o   Pero este don que comienza aquí abajo..,. solo llegará a su plenitud más arriba.., más allá del tiempo y de la vida: ¡Es decir, en la eternidad...!

 

o   Por la Gracia participamos de la Vida Divina..., pero esa Vida Divina.., por nuestras limitaciones espacio temporales...

§  ¡no puede ser completa..,

§  ¡no puede ser perfecta..,

§  ¡no puede ser total...,

§  ¡pues nadie puede ver y gozar a Dios ¡plenamente.., ¡totalmente.., ¡absolutamente.., sin morir antes...

 

·        ¿Qué ocurre con aquellos que mueren en Gracia de Dios, en amistad con El.., en plenitud esponsalicia...?

o   ¿Ha dicho bien, Padre.., en plenitud esponsalicia..?

§  Sí, he dicho bien... ¡Que eso es la vida consagrada.., plenitud esponsalicia...

§  ¡y todos estamos consagrados a El por el bautismo... ¡Atención..!

§  ¡no te olvidéis nunca de esto..,

§  ¡Es tu mejor patrimonio y tu herencia eterna...!

 

·        ¡Abrámonos en esta noche a la sana y segura doctrina..!

o   Esa que nos ha transmitido la Sagrada Escritura y el Magisterio de la Iglesia.., y que es fuente perenne de alegría.., de gozo.., y de paz...

                                     *

·        "¡Si conocieras el don de Dios..!" ¿Cuál es el Don de Dios más allá de esta vida.., y que en esta vida nos introduce la fe..?

o   Tiene un nombre en teología y está enunciado en el Catecismo: Se llama "La visión beatífica de Dios"

·        ¿Qué es la visión beatífica?

o   La podemos definir como:

§  El acto por el cual los bienaventurados...

·        Esta visión no es propia del destierro...

·        Ni de las almas separadas o no bienaventuradas...

§   El acto continuo, por el cual los bienaventurados..., ven a Dios,

·        Es decir, lo conocen intelectualmente...

 

§  y con un conocimiento claro e inmediato..,

·        O sea, sin ningún objeto intermedio.

§  ¡Ver a Dios con un conocimiento claro e inmediato, y tal como es en sí mismo.

·        ¿Que será la visión directa.., e inmediata de la divina esencia de Dios...?

 

o   Hay que decir, que ningún entendimiento creado, humano o angélico, puede NATURALMENTE ver a Dios como es en sí mismo..., pero si puede SOBRENATURALMENTE...

 

o   Este es el don que Dios nos concede.., más allá de la muerte.., y del cual habla el poema que os he leído...

 

§  "¡Si por un instante pudieras contemplar como yo contemplo..!

·        ¡la Belleza.., la Verdad.., el Bien.., ante el cual las otras bellezas.., las otras verdades.., y los otros bienes..,  palidecen...!

 

§  La visión beatífica de Dios es posible gracias al don que Dios da y que  llamamos "Lumen gloriae"

o   ¿En qué consiste este don del que ya disfrutan los bienaventurados en el cielo...?

§  Vamos a ver si lo digo de forma que se entienda....

·        ¡En un hábito intelectual operativo...

·        ¡infuso de suyo...

·        ¡por el cual..., el alma creada se hace deiforme...

·        ¡y queda inmediatamente dispuesta...

·        ¿Para qué? ¡Nada menos que para la unión mística con la misma divina esencia que es Dios..!

·        y que le permite gozar de Él para siempre.., para siempre.., para siempre.., jamás....

 

·        Cuando preparaba estas ideas para la homilía de hoy.., no pude por menos de preguntarme a mí mismo y ante Dios...:

o   ¡Señor..!

o   ¿cómo se podría adelantar en el tiempo este momento eterno... de la unión contigo..?

 

o   ¿Y sabéis que respuesta se me vino al pensamiento...?

§  ¡Si quieres adelantar en esta vida este don eterno.., vive en el tiempo.., los Dones de mi Espíritu...!

 

·        ¡Mis queridos hermanos.., podemos empezar a vivir el Cielo en la Tierra...!

o   ¡Si pedimos los Dones insistentemente..,

o   ¡Si los recibimos con hambre y sed..,  

o   ¡Si los vimos con la plenitud que los vivieron los santos...

§  ¡El don de temor y de fortaleza...

§  ¡El don de piedad y de consejo...

§  ¡Los dones de ciencia.., entendimiento.., y sabiduría...

 

·        Esto es lo que nos diría Manolo, si en esta noche pudiera dirigirnos unas palabras...

 

o   "¡No desperdiciéis vuestro tiempo...

o   "¡No malgastéis vuestras energías...

o   "¡La vida es demasiado corta..!

 

§  ¡Sed inteligentes y piadosos...

·        ¡No os dejéis engañar por la ciencia vana...

 

§  ¡Asumid el consejo y temed a Dios...

·        ¡Y entonces.., seréis sabios y fuertes..."

 

 

·        ¡Nuestro querido hermano y amigo Manuel Tomás, nos está invitando en esta noche a matricularnos en la Escuela del Espíritu Santo.., ¡que está a punto de abrir sus puertas.., un año más.., el próximo domingo de la Ascensión...!

o   ¡Allí es donde se aprende a Amar a Dios...!

o   ¡y allí es donde se goza uno.., del Amor que Dios le tiene...!

o   ¡Y todo esto.., incluso en esta vida.., y antes de llegar a la eterna...!

 

o   Te recomiendo un libro de lectura, que precisamente se titula así:

§  "En la Escuela del Espíritu Santo.

§  Su autor es Jacques Philippe.

§  De Editorial Patmos.(España).

 

§  ¡Son 50 páginas sabrosas y fáciles de asimilar..!

§  ¡Lo tengo a tu disposición en formato electrónico pdf. por si lo quieres.., pues quizás no lo encuentres fácilmente en las librerías del Perú...

§  Pero, insisto, no dejes de leerlo.

§  ¡Matricúlate en la Escuela del Espíritu y lee el texto..!

 

o   Un libro, curioso.., que comienza con una cita del Diario de Sor Faustina Kowalska, con la que a mí, me gustaría terminar esta homilía... Escúchadla atentamente..., no tiene pérdida.., ni desperdicio...

 

o   Escribe la santa:

§  "¡Oh, Jesús mío, qué fácil es santificarse!

§  ¡Solamente hace falta un poquito de buena voluntad..!

§  Y si Jesús descubre ese mínimo de buena voluntad en el alma, se apresura a darse a ella.

§  Y nada le detiene, ni las faltas.., ni las caídas.., absolutamente nada...

§  Jesús tiene prisa por ayudar a esta alma,

§  y si el alma es fiel a esta gracia de Dios, en poco tiempo logrará llegar a la más alta santidad que una criatura pueda alcanzar aquí abajo...

 

§  ¡Dios es muy generoso y no niega a nadie su gracia..!

§  ¡Incluso nos da más de lo que pedimos..!

§  La vía más corta es la fidelidad a las inspiraciones del Espíritu Santo..."

·        ¡Si se nos ha encendido el alma con estas palabras.., ahora ya estamos preparados para entrar en el Cenáculo 2013, con María la Virgen.., Madre de Jesús y Madre nuestra..!

o   Ella.., como siempre.., ¡acogedora..!, ¡maternal..!, y ¡suplicante..!, nos invita a contemplarla en estos días...

§  E implora para todos nosotros, con sus oraciones..,"el Don del Espíritu Santo.." (Vat. II L.G. nº 59).

o   Que así sea...

QUIPU DE RAPAZ. CEREMONIA

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Por segunda vez contemplo los quipus de Rapaz y vuelvo a quedar impactado. Por el misterio de querer apresar en la memoria lo vivido en el tiempo, por querer descifrar lo que fue estadística, celebración, acontecimiento de algo digno de recordar y ser vida de su vida. 
Pude entrar gracias al "llavero" de la Comunidad y tomé dos fotos, una del quipu y otra de la mesa ceremonial.

Tomo de PATRIMONIO PERÚ foto y explicación. 
Se realiza en torno al Quipu una ceremonia similar al pagapu, como lo llaman en el sur. En Rapaz se llama la Mesa Calzada. La comunidad tiene un ritualista oficial, que viene a ser un maestro de ceremonias. Su deber es hacer todos los rituales necesarios para que venga la lluvia. "Para buscar tiempo", como dicen los comuneros. (Frank Salomon)

Frank Salomon es un científico conocido en las alturas de Tupicocha de Huarochirí por sus investigaciones de los quipus. Pero ahora también es un vecino conocido en Rapaz, donde desentraña los secretos de su 'quiputeca'.

DETALLES. (Arriba) Hilos de color naturales, "muñecas" con atuendos coloniales y "muñecos" vestidos con un traje republicano demostrarían que la quiputeca de Rapaz funcionó siglos después de la conquista.
LA QUIPUTECA. (Abajo) Frank Salomon (el de la izquierda) y uno de los comuneros de Rapaz posan delante de la imponente 'quiputeca'. Las investigaciones se iniciaron en el año 2003. Al lado, parte del team restaurador: dos gringas y dos rapacinas.


EXPERTO EN QUIPUS • Frank Salomon es un científico conocido en las alturas de Tupicocha de Huarochirí por sus investigaciones de los quipus. Pero ahora también es un vecino conocido en Rapaz, donde desentraña los secretos de su 'quiputeca'.

Roberto Ochoa.

Desde mediados del 2003 el antropólogo estadounidense Frank Salomon inició las investigaciones del célebre quipu de Rapaz, un poblado ubicado en las alturas de Churín, en la sierra norte de Lima. Pero la semana pasada Salomon tuvo que abandonar Rapaz por orden expresa de los comuneros para que ellos puedan celebrar –sin la presencia de foráneos– el Caccahuay, una ancestral ceremonia de conversación con los Apus en la que el quipu es pieza fundamental.

Tan inusual decisión responde a la preocupación comunal por la falta de lluvias y el quipu es precisamente el instrumento de comunicación directa con los Apus.

Culminada la ceremonia, Salomon retornó a Rapaz, donde continúa la investigación y restauración del quipu. Pero antes de volver nos reveló algunos de los secretos mejor guardados del quipu de Rapaz.

–¿Fue fácil acceder a la investigación de los quipus de Rapaz?

–Es una comunidad muy conservadora. Permiten visitas para echar un ojo, pero otra cosa es investigarlo en serio. En el 2004 hicimos un pacto, la asamblea de la comunidad autorizó mi estudio científico, a cambio de obras de conservación.

–¿En qué estado se encuentran?

–En ese momento estaba muy deteriorado. La tarea de conservación no solo beneficia al quipu, sino al recinto. Pero creo que ya debemos decir 'el quipu' para decir 'los quipus' en el caso de Rapaz.

–Siempre se dijo que era un quipu gigante…

–Pero no lo es. Es una 'quiputeca', una colección de quipus montados en un palo suspensor. En conjunto debe tener un metro y fracción de alto y un metro sesenta de largo.

–¿Ya estudiaron esa quiputeca?

–La hemos estudiado uno por uno y la especialista textil registró 267 objetos en los quipus. No todos son quipus completos. Unos son retazos y otros son más que un quipu, porque contienen modificaciones realizadas por una mano artesanal. Así que el número original de quipus debe ser de más o menos 200.

–¿Es un caso único?

–No creo que se hayan encontrado tantos quipus en otra parte.

–¿Por qué Rapaz mereció una quiputeca?

–El fenómeno 'quiputeca' no fue único de Rapaz. Lo excepcional es que haya sobrevivido. La casa de los quipus en Rapaz también es el local donde se reúne la comunidad. Y es el lugar donde se practican los rituales para procurar lluvias.

Carácter sagrado

–Su carácter de sagrado salvó a los quipus de Rapaz…

–Su carácter sagrado lo protege porque la gente evita cualquier cosa que pueda romper su relación con los Apus, con los dueños del agua.

–¿Y cómo se salvó de los curas extirpadores de idolatrías?

–Ahora ya no hay curas. El último cura era enemigo de los quipus, por tratarse de una idolatría y porque lo vinculaba con el 'atraso'. Por suerte el cura se terminó casando con una rapacina.

–¿Esta quiputeca es un instrumento útil para la oración?

–No, es una ceremonia similar al pagapu, como lo llaman en el sur. En Rapaz se llama la Mesa Calzada. La comunidad tiene un ritualista oficial, que viene a ser un maestro de ceremonias. Su deber es hacer todos los rituales necesarios para que venga la lluvia. "Para buscar tiempo", como dicen los comuneros.

–¿No te parece fascinante que en el siglo XXI y a pocas horas de Lima se conserven estas tradiciones?

–Es verdaderamente fascinante. Hasta me atrevo a decir que si hay algo existente, que se pueda llamar un templo en función, ese es Caccahuay. Es la casa de los quipus pero también es el centro ceremonial y administrativo de Rapaz.

¿Forma de escritura?

–Hubo cronistas que trataron a los quipus como escritura…

–En Tupicocha como en Rapaz están convencidos de que los quipus son constancias históricas de los hechos de sus antepasados. Y yo creo que tienen razón. Tal vez no sean una escritura en el sentido ordinario de la palabra. En el caso de los quipus, lo más probable es que su significado no corre a través de sonidos hablados, con alfabetos silábicos, sino que se refieren a los hechos como tales.

–¿Cómo por ejemplo?

–Algo así como una partitura. La partitura contiene unos símbolos que no representan ningún lenguaje, sino un sonido. Y no interesa para nada si el músico habla español o inglés. Yo creo que un análisis de ese tipo se puede aplicar a los quipus, porque en su momento no dependían del quechua, ni del español, sino que dependían de correspondencias entre nudos, colores y demás textiles.

–Pero sirvieron para describir acontecimientos...

–Si servían, tanto como la partitura describe un concierto, igualmente el quipu describe hechos sociales y, por qué no, hechos históricos.

–Sin la precisión de la escritura

–Pero no hay ningún obstáculo para describir acontecimientos con precisión.

–¿Has logrado fechar estos quipus de Rapaz?

–El problema es que el radiocarbono funciona muy bien para antes de 1650. Para fechas recientes hay un problema técnico. Parece que los de Rapaz son de origen colonial. Sabemos que su iconografía representa personajes coloniales, con una figurina que parece español, incluso hay un personaje del siglo XIX.

–Pero eso es una maravilla, significa que mantuvieron vigencia después de la conquista…

–Claro que es una maravilla, es un hecho insospechado y muy importante. En el colegio enseñan que con el fin del Tahuantinsuyo se acabaron los quipus, y lo cierto es que su vigencia duró cuatro siglos más. Pero con el hallazgo en Caral se podría afirmar que los quipus mantuvieron una vigencia de casi tres mil años. Todo esto es un misterio.


Claves

RAPAZ. La primera noticia científica de los quipus de Rapaz fue la investigación del arqueólogo sanmarquino Dr. Luis Estrada. 
TUPICOCHA. El antropólogo estadounidense Frank Salomon fue pionero en las investigaciones de los quipus de San Andrés de Tupicocha, en Huarochirí. 
PATRIMONIO. Rapaz y Tupicocha son los únicos lugares en los que hay patrimonio de quipus en su contexto cultural.
EMBAJADOR. Por sus investigaciones Frank Salomon tiene estatus de comunero honoris causa de la parcialidad (ayllu) Segunda Satapasca. Y fue designado Embajador de Tupicocha en el exterior.

Los 800 mártires de Otranto, testigos fieles de Cristo

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Los 800 mártires de Otranto, testigos fieles de Cristo

Entre los primeros santos canonizados por el papa Francisco

Madrid, 11 de mayo de 2013 (Zenit.orgIván de Vargas | 329 hitos

La Iglesia contará con 802 nuevos santos, tras la primera canonización que presidirá el papa Francisco este domingo en la Plaza de San Pedro. Se trata de los 800 mártires de Otranto, asesinados salvajemente por el ejército otomano en 1480, y de dos religiosas hispanoamericanas que trabajaron durante toda su vida al servicio de los más pobres y desvalidos: la madre Laura Montoya (1874-1949) y la Madre Lupita (1878-1963). Éste es uno de los grandes actos previstos en el Año de la fe.

Antonio Primaldo y compañeros

Antonio Pezzulla, llamado Primaldo, es el único nombre que ha trascendido de los ochocientos pescadores, artesanos, pastores y agricultores de la pequeña ciudad italiana de Otranto, en la región de Apulia, cuya sangre fue derramada por su fidelidad a Cristo, durante una incursión del ejército otomano, el 29 de julio de 1480.

El martirio de Antonio Primaldo y compañeros se encuadra históricamente en el contexto bélico que dominó durante mucho tiempo las relaciones entre Europa y el Imperio Otomano. Tras la caída de Constantinopla en 1453, y el asedio de Belgrado en 1456, el emperador Mohamed II trató en vano la conquista de la isla de Rodas en 1479. Se dirigió entonces hacia el extremo de la costa de Italia, la más cercana a los puertos de Albania, ya bajo su dominio.

En manos del ejército otomano

Los turcos se acercaron a la ciudad de Otranto, con unas 150 naves y más de 15.000 hombres, conducidos por el Bajá Gedik Ahmed. La ciudad tenía 6.000 habitantes y había sido abandonada por las milicias aragonesas, empeñadas en Toscana. Apenas comenzado el asedio, que duró unos 15 días, se les intimó la rendición como renuncia a la fe en Cristo y conversión al Islam. Al ser rechazada, bombardearon la ciudad, que cayó en manos de los invasores el 12 de agosto. El ejército enardecido masacró sin piedad a quien se ponía a golpe de cimitarra.

Llegando a la catedral, donde se habían refugiado una buena parte de los habitantes, los otomanos derribaron la puerta y cercaron al arzobispo Stefano Pendinelli, que estaba celebrando la Santa Misa y distribuyendo la Eucaristía a los presentes. Monseñor Pendinelli fue horriblemente despedazado en el acto. Junto al prelado, mataron a los canónigos, religiosos y demás fieles que se encontraban en el templo.

Antes la muerte que la apostasía

Al día siguiente, el Bajá ordenó que llevaran a todos los supervivientes al campamento turco, unos 800 hombres, y se les obligara a apostatar. Antonio Primaldo, un humilde tundidor de paños, respondió firme e inmediatamente en nombre de todos: "ellos consideraban a Jesucristo como Hijo de Dios, su Señor y Dios verdadero; y preferían mil veces morir antes que renegarlo y hacerse musulmanes". El comandante Ahmed ordenó entonces su ejecución.

Jóvenes, adultos y ancianos fueron conducidos con sogas al cuello y con las manos atadas a la espalda a la colina de la Minerva, a las afueras de la ciudad. Antes del martirio, se confortaban los unos a los otros.

Antonio Primaldo, primero en sufrir la decapitación, prodigiosamente se puso de pié y permaneció así, inmóvil, hasta el final de la matanza. El milagro impactó a uno de los verdugos, Berlabei, que tiró su cimitarra, se confesó cristiano y tuvo que soportar entonces ser empalado.

Los cuerpos inertes quedaron a la intemperie durante un año en el lugar del suplicio, donde fueron encontrados incorruptos por las tropas enviadas para liberar Otranto. En junio de 1481, los restos fueron llevados a la iglesia cercana "a la fuente de la Minerva" y trasladados el 13 de octubre siguiente a la Catedral. A comienzos de 1500 se erigió una capilla dentro de la Catedral para acoger definitivamente las reliquias, meta constante de peregrinaciones.

Reconocimiento popular

Antonio Primaldo y sus compañeros fueron de inmediato reconocidos mártires por la población y cada año la Iglesia local, el 14 de agosto, celebra devotamente su memoria. El 14 de diciembre de 1771 fue emanado el decreto de confirmación del culto ab immemorabilitributado a los mártires.

En 1988 fue nombrada por el entonces arzobispo de Otranto, monseñor Vincenzo Franco, la comisión histórica. En los años 1991-1993 se realizó la investigación diocesana, reconocida válida por la Congregación para las Causas de los Santos el 27 de mayo de 1994. Y el 6 de julio de 2007, Benedicto XVI aprobó el decreto con el que se reconocía que los Beatos Antonio Primaldo y compañeros habían sido asesinados por su fidelidad a Cristo.

Canonización

"Nuestra diócesis esperaba este momento desde hace tiempo --escribe el arzobispo de Otranto, monseñor Donato Negro--. En una época de crisis profunda, la inminente canonización de nuestros mártires es una fuerte invitación a vivir hasta el fondo el martirio cotidiano, hecho de fidelidad a Cristo y a su Iglesia". El milagro reconocido, necesario para el citado decreto, se refiere a la curación de un cáncer de Sor Francesca Levote, religiosa profesa de las Hermanas Pobres de Santa Clara.

Benedicto XVI fijó la fecha de canonización en el Consistorio Ordinario Público del pasado 11 de febrero. Será este domingo, día 12 de mayo, y la presidirá el papa Francisco.

Queridos hermanos y hermanas:

En este séptimo domingo del Tiempo Pascual, nos reunimos con alegría para celebrar una fiesta de la santidad. Damos gracias a Dios que ha hecho resplandecer su gloria, la gloria del Amor, en los Mártires de Otranto, la Madre Laura Montoya y la Madre María Guadalupe García Zavala. Saludo a todos los que habéis venido a esta fiesta - de Italia, Colombia, México y otros países - y os lo agradezco. Miremos a los nuevos santos a la luz de la Palabra de Dios que ha sido proclamada. Una palabra que nos invita a la fidelidad a Cristo, incluso hasta el martirio; nos ha llamado a la urgencia y la hermosura de llevar a Cristo y su Evangelio a todos; y nos ha hablado del testimonio de la caridad, sin la cual, incluso el martirio y la misión pierden su sabor cristiano.

1. Los Hechos de los Apóstoles, cuando hablan del diácono Esteban, el protomártir, insisten en decir que él era un hombre «lleno del Espíritu Santo» (6,5; 7,55). ¿Qué significa esto? Significa que estaba lleno del amor de Dios, que toda su persona, su vida, estaba animada por el Espíritu de Cristo resucitado hasta el punto de seguir a Jesús con fidelidad total, hasta hasta la entrega de sí mismo.

Hoy la Iglesia propone a nuestra veneración una multitud de mártires, que en 1480 fueron llamados juntos al supremo testimonio del Evangelio. Casi 800 personas, supervivientes del asedio y la invasión de Otranto, fueron decapitadas en las afueras de la ciudad. No quisieron renegar de la propia fe y murieron confesando a Cristo resucitado. ¿Dónde encontraron la fuerza para permanecer fieles? Precisamente en la fe, que nos hace ver más allá de los límites de nuestra mirada humana, más allá de la vida terrena; hace que contemplemos «los cielos abiertos» – como dice san Esteban – y a Cristo vivo a la derecha del Padre. Queridos amigos, conservemos la fe que hemos recibido y que es nuestro verdadero tesoro, renovemos nuestra fidelidad al Señor, incluso en medio de los obstáculos y las incomprensiones. Dios no dejará que nos falten las fuerzas ni la serenidad. Mientras veneramos a los Mártires de Otranto, pidamos a Dios que sostenga a tantos cristianos que, precisamente en estos tiempos, ahora, y en tantas partes del mundo, todavía sufren violencia, y les dé el valor de ser fieles y de responder al mal con el bien.

2. La segunda idea la podemos extraer de las palabras de Jesús que hemos escuchado en el Evangelio: «Ruego por los que creerán en mí por la palabra de ellos, para que sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también lo sean en nosotros» (Jn17,20). Santa Laura Montoya fue instrumento de evangelización primero como maestra y después como madre espiritual de los indígenas, a los que infundió esperanza, acogiéndolos con ese amor aprendido de Dios, y llevándolos a Él con una eficaz pedagogía que respetaba su cultura y no se contraponía a ella. En su obra de evangelización Madre Laura se hizo verdaderamente toda a todos, según la expresión de san Pablo (cf. 1 Co 9,22). También hoy sus hijas espirituales viven y llevan el Evangelio a los lugares más recónditos y necesitados, como una especie de vanguardia de la Iglesia.

Esta primera santa nacida en la hermosa tierra colombiana nos enseña a ser generosos con Dios, a no vivir la fe solitariamente - como si fuera posible vivir la fe aisladamente -, sino a comunicarla, a irradiar la alegría del Evangelio con la palabra y el testimonio de vida allá donde nos encontremos. En cualquier lugar donde estemos, irradiar esa vida del Evangelio. Nos enseña a ver el rostro de Jesús reflejado en el otro, a vencer la indiferencia y el individualismo, que corroe las comunidades cristianas y corroe nuestro propio corazón, y nos enseña acoger a todos sin prejuicios, sin discriminación, sin reticencia, con auténtico amor, dándoles lo mejor de nosotros mismos y, sobre todo, compartiendo con ellos lo más valioso que tenemos, que no son nuestras obras o nuestras organizaciones, no. Lo más valioso que tenemos es Cristo y su Evangelio.

3. Por último, una tercera idea. En el Evangelio de hoy, Jesús reza al Padre con estas palabras: «Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos y yo en ellos» (Jn 17,26). La fidelidad hasta la muerte de los mártires, la proclamación del Evangelio a todos se enraízan, tienen su raíz, en el amor de Dios, que ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo (cf. Rm 5,5), y en el testimonio que hemos de dar de este amor en nuestra vida diaria. Santa Guadalupe García Zavala lo sabía bien. Renunciando a una vida cómoda – cuánto daño hace la vida cómoda, el bienestar; el aburguesamiento del corazón nos paraliza – y, renunciando a una vida cómoda para seguir la llamada de Jesús, enseñaba a amar la pobreza, para poder amar más a los pobres y los enfermos. Madre Lupita se arrodillaba en el suelo del hospital ante los enfermos y ante los abandonados para servirles con ternura y compasión. Y esto se llama «tocar la carne de Cristo». Los pobres, los abandonados, los enfermos, los marginados son la carne de Cristo. Y Madre Lupita tocaba la carne de Cristo y nos enseñaba esta conducta: non avergonzarnos, no tener miedo, no tener repugnancia a tocar la carne de Cristo. Madre Lupita había entendido que significa eso de «tocar la carne de Cristo». También hoy sus hijas espirituales buscan reflejar el amor de Dios en las obras de caridad, sin ahorrar sacrificios y afrontando con mansedumbre, con constancia apostólica (hypomonē), soportando con valentía cualquier obstáculo.

Esta nueva santa mexicana nos invita a amar como Jesús nos ha amado, y esto conlleva no encerrarse en uno mismo, en los propios problemas, en las propias ideas, en los propios intereses, en ese pequeño mundito que nos hace tanto daño, sino salir e ir al encuentro de quien tiene necesidad de atención, compresión y ayuda, para llevarle la cálida cercanía del amor de Dios, a través de gestos concretos de delicadeza y de afecto sincero y de amor.

Fidelidad a Jesucristo y a su Evangelio, para anunciarlo con la palabra y con la vida, dando testimonio del amor de Dios con nuestro amor, con nuestra caridad hacia todos: los santos que hemos proclamado hoy son ejemplos luminosos de esto, y esto nos ofrecer sus enseñanzas, pero que también cuestionan nuestra vida de cristianos: ¿Cómo es mi fidelidad al Señor? Llevemos con nosotros esta pregunta para pensarla durante la jornada: ¿Cómo es mi fidelidad a Cristo? ¿Soy capaz de «hacer ver» mi fe con respeto, pero también con valentía? ¿Estoy atento a los otros? ¿Me percato del que padece necesidad? ¿Veo a los demás como hermanos y hermanas a los que debo amar? Por intercesión de la Santísima Virgen María y de los nuevos santos, pidamos que el Señor colme nuestra vida con la alegría de su amor. Así sea.

DÍA DE LA MADRE Y VIRGEN DE FÁTIMA

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Hoy 12 de mayo (por ser segundo domingo) se celebra en el Perú el día de la madre, y mañana 13, fiesta de la Virgen de Fátima. Con este motivo les comparto varias coplas compuestas por mi madre –ya en el cielo- en honor a Ella.

 He leído y escuchado tantas felicitaciones en Perú para con las mamás en este día, que me siento movido a proclamar en las redes que conmigo también se "pasó" pues fue una madre ¡celestial!

Cuatro fotos: 1. Cuando de joven era presidenta de Acción Católica en el pueblo, Rollán (Salamanca). 2. En vísperas de la boda. 3. Matrimonio. 4. Con los 8 hijos el día del matrimonio del primero, Jesús, con Conchi. 

 

ERES TÚ VIRGENCITA DE

FÁTIMA

 

Eres tú virgencita de Fátima

que con amor y santo cariño,

te apareciste en aquella encina

a tres pastorcillos.

Sin esperar ellos nada

oyen ruido…¡qué miedo!

Tú los consuelas diciéndoles:

"No temáis que soy del Cielo",

quiero que vengáis aquí

el trece de cada mes,

en octubre ya os diré

aquello que pienso hacer.

Pero quiero por ahora

que recéis el rosario,

que los pecadores

se hagan cristianos,

que mi corazón

está muy injuriado,

a ver si vosotros

me consoláis algo.

Yo creo virgencita que sí,

tu fe está muy propagada

por todo el mundo católico,

 aquí, ahora, al regalarla,

ese don Jesús Cardoso

al ser su infancia en Rollán,

con esta imagen hermosa

nos ha querido obsequiar.

Me decían que eras hermosa

la gente que te había visto,

ahora ya te veo yo

porque antes no había podido.

Y ahora que ya estoy a verte

las gracias te pienso dar,

que jamás creí que hoy día

te vendría a visitar.

Al decirme que podía

venir a comulgar,

tengo una alegría tan grande,

¡no te puedes figurar!

Y si no hubiera venido,

mejor que nadie sabes

que estaba enferma en la cama,

y te cantaba cantares.

Como los cantan las mozas

que todos yo bien sé,

que cuando estaba buena

mucho siempre los canté.

Al ser hoy día tan grande

que he venido a comulgar

harás ¡oh Virgen María!

que no vuelva a pecar.

Y el no poder ir a misa

me cuesta mucho el decirlo,

lo llevaré con paciencia

porque es lo que tú has querido.

Y como lo quieres tú,

se cumpla tu voluntad,

que nadie mejor que tú

sabrá lo que puedes dar.

Así que estoy muy contenta

y también emocionada

de ver la gente que acude

a la novena de Fátima.

Con la alegría que van

de buena gana quisiera,

hicieras algún milagro

que la gente más creyera.

Si no es  de cuerpo, de alma;

que el alma alimenta más,

que tenemos mucha falta

en el pueblo de Rollán.

Y si me dais a elegir

qué quiero de las dos cosas,

la salud del alma primero

porque esa es más provechosa.

Y como yo todo el mundo

ha de querer esa gracia,

que el cuerpo es lo que se muere

y lo que vive es el alma.

Así que Virgen Bendita,

si es que es Tú voluntad

concedernos alguna gracia.

En este día tan grande

te pedimos con cariño,

y no nos sabrás negar nada

como una madre a su hijo.

La gracia que yo quisiera

que siga este pueblo igual,

no dejemos de alabarte

por miedo al qué dirán.

Y como sé que lo quieres

al hacer tu petición,

harás que nos consagremos

a tu excelso corazón.

Porque era lo que pedías

comulgando cinco sábados,

se consagraría Rusia

a tu corazón sagrado.

Y consagrándonos todos

a tu excelso corazón,

en el pueblo de Rollán

se acabará ya el rencor.

Quedemos todos unidos

como el pastor al rebaño,

y en la hora de la muerte

nos llevarás a tu lado.

 

CÁNTICOS DE FÁTIMA

El trece de mayo

se le apareció,

a tres pastorcitos

la Madre de Dios.

Los tres pastorcitos

bien la contemplaban,

a aquella Señora

que los iluminaba.

Rezad, pequeñitos

el santo rosario,

para que este pueblo

se haga cristiano.

Los niños le dicen:

"nos diga quién es",

"venid todos los meses

que ya os lo diré".

La Virgen María

del cielo les habla,

ellos le decían

si allí los llevaba.

Jacinta y Francisco

a la Virgen de Fátima

pronto me verán.

La pobre Lucía

tardará algo más,

pero aunque tarde

al cielo irá,

por los pecadores

tendrá que penar.

Vereis una noche

de aurora boreal,

que empiezan las guerras

tardan en cesar.

La Virgen María

esto se lo dijo

en el mes de octubre

a sus pastorcitos.

Treinta mil personas

vieron el milagro,

llegada  la hora

el agua ha cesado,

ha salido el sol

porque era la hora

de la aparición.



PEREGRINACIÓN (3-6-1988)

Oh María, qué alegría

al vernos aquí a tus plantas,

un grupo de peregrinos

que hemos venido de España.

Venimos a venerarte

y estar en tu compañía,

somos los más pequeños

cruzados de Santa María.

Al vernos aquí un buen grupo

viéndonos con tanta fe

regálanos tu don.

Estamos todos enfermos

y tú nos puedes curar,

si no es del cuerpo, del alma.

Con esta fe tan ciega,

y más que tú nos darás,

sembremos el Evangelio

para más almas salvar.

Que recemos el rosario

ese ha sido tu mensaje,

como un día lo anunciaste

a tres humildes pastorcitos.

En este año Santo Mariano

nos has hecho un gran regalo,

que por la Santa Sede

hemos sido ya aprobados.

Hemos llegado a Fátima

y al verte aquí en este altar,

tengo una alegría tan grande

que nadie puede imaginar.

Quiero darte muchas gracias,

en nombre de mi padre y hermanos,

porque a mi madre curaste

de una enfermedad muy grave.

Tú le diste ocho hijos,

y cuatro has elegido

para ayudarte en la tierra

a llevar almas al cielo.

Te pido por Abelardo,

cruzados y militantes,

por medio del P. Eduardo,

a nuestro Padre nos guardes.

Así que Virgen María

a todos nos colmarás

auméntanos más la fe

para más almas salvar.

Te recemos el rosario

y nos cubras con tu manto,

y a la hora de la muerte

nos llevarás a tu lado.

 

AHORA QUÉ ESTÁIS AQUÍ

Ahora qué estáis aquí

como buenos cristianos,

al verte ya en nuestro pueblo

honores te tributamos.

Esperando mucho tiempo

vuestra llegada a Rollán,

que no os dejaban pasar

porque erais de Portugal.

Y ahora que estáis aquí

aunque en mayo os esperábamos,

el día trece de octubre

la fiesta te celebramos.

Con honores y tributos

te queremos festejar,

y de la pura emoción

algún milagro tú harás.

Los enfermos sin remedio,

si es que es vuestra voluntad,

esos cúralos Señora

que la gente crea más.

Y como tú eres tan buena

y con la fe que tenemos,

en el día de tu fiesta

te acordarás de este pueblo.

Para que el cristiano vea

que es lo que te gusta a ti,

y como buenos cristianos

vayamos a verte al fin.

Los señores de Madrid

que con anhelo han querido,

el traeros a este pueblo

porque es donde han nacido.

Así que Virgen bendita,

ellos en particular,

gocen de buena salud

cumpliendo tu voluntad.

En fin, por todo este pueblo

que con ansias esperaba,

esta Virgen tan bendita

de todos ya deseada.

Sagrada Virgen de Fátima

como unos buenos cristianos,

al vernos en Portugal

honores te tributamos.

Al conocerte ¡oh María!

llamada Virgen de Fátima,

al darme tantos favores

te vengo a darte las gracias.

Me diste la curación

del cuerpo y también del alma

vivo con una alegría…

¡que me siga, Virgen Santa!

Me diste un buen marido,

hemos congeniado bien,

vivamos vida de gracia

que lo más grande es la fe.

Eso es lo que compenetra,

¡que dicha tan grande es,

el tener el alma en gracia!

También te pido ¡María!

por ocho hijos que tengo,

me los cubras con tu manto,

que ése es el mejor regalo.

Como tengo tantos hijos

y todos sin colocar,

cuando le llegue la hora

trabajo tú le has de dar.

Sobre todo en los exámenes

los hagan con serenidad,

y que no pierdan el tiempo

para poder aprobar.

Y que cumplan bien la mili

y paz le darás a España,

que gobiernen con fe

para así poder salvarla.

Hermanos y familiares,

amistades y vecinos,

les darás también la dicha

de en el cielo estar reunidos.

La gran pena que tengo

es que operan a mi hermano,

con la mayor fe te pido

para que quieras curarlo.

Queremos, si puede ser,

de cuerpo y también del alma,

ya que tiene cinco hijos

y ahora hace mucha falta.

Este ramo que traigo,

es de parte de mi hermana,

dale la curación

de todos tan deseada.

En lugar, ¡oh Madre mía!,

de en la operación estar

me parece Madre mía

desde aquí pediré más.

Por otra hermana que tengo

también la podías curar

y te pido por sus hijos…

¡ya los encaminarás!

Por nuestros padres difuntos

y demás en general,

si no han gozado del cielo

los llevarás a gozar.

Por el Papa y pecadores,

enfermos en general,

y a todos los que venimos

en este gran autocar.

Y que lleguemos a casa

en bien y con más fervor,

y se termine el rencor

para ver mejor a Dios.

La salud pido del cuerpo

y también quiero del alma,

y rezándote el rosario

para así mejor salvarla.

En fin, ¡oh Virgen María!,

que nos sigas siempre amando,

y en la hora de la muerte

nos llevarás a tu lado.

Nicole Bernex: Comentarios al Libro de Visitas de Santo Toribio.

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Comentarios al Libro de Visitas de Santo Toribio.

By: Bernex, Nicole
Publication: Espacio y Desarrollo 
Date: Sunday, January 1 2006 Vol. 18, p. 157 http://www.articlearchives.com/1900012-1.html

http://ciga.pucp.edu.pe/index.php?option=com_content&task=seccion_ciga&sectionid=12&id=33&edicion=380

 

Esta obra extraordinaria, que ha sido producida gracias al insigne artesano de la historia de la Iglesia, el doctor José Antonio Benito, contiene apreciaciones de las visitas de Santo Toribio, puntuadas preciosamente por fragmentos de cartas del Santo Padre de América y de sus cercanos

colaboradores.

El libro contiene 46 páginas de introducción y notas, y diez mapas facilitan la lectura de la obra, pues muestran los itinerarios de las visitas de Santo Toribio Alfonso Mogrovejo y ofrecen un dimensionamiento espacial de los territorios visitados.

Las visitas están relatadas en 444 páginas con innumerables anotaciones y múltiples precisiones sobre los lugares visitados, así como distintos modos de presentación, según los secretarios encargados de levantar la información, que serviría para construir la memoria pastoral del Arzobispado de Lima para aquella época.

Es así que el libro constituye en realidad una memoria eclesial que hoy ha tomado la forma de un libro, que se revela como una joya por la riqueza asombrosa que significa para nuestro tiempo, por los múltiples horizontes que descubre a los ojos del científico, del estadista, del ciudadano y del hombre y la mujer de fe.

HORIZONTES NUEVOS PARA EL CIENTÍFICO

En las visitas, todo quedaba anotado: el estado de los indios, de la Iglesia, de los confirmados, de los ganados, de los obrajes y telares, de las estancias y características del lugar. Veamos cómo muestra la visita a la doctrina de Santo Domingo

de Yungay:

   En el pueblo de Santo Domingo de Yungay, de que son curas el P.

   Pedro Gonzalo y Fray Francisco Chacón, de la orden de Santo

   Domingo, y saben razonablemente la lengua. Hay en él 673 indios

   tributarios y 188 Reservados, 1.877 de Confesión y 3.253 Ánimas.

   Confirmó su señoría la vez pasada 3.132 y esta vez 591.

      Hay en este pueblo 2 obrajes, el uno es del encomendero D.

   Jerónimo de Guevara ... Hay 10 telares y 40 tornos. Tiene de

   provisión: 50 indios casados y 100 muchachos de toda su encomienda

   [...]. Págaseles a los casados que son cardadores a 20 p por año y

   los pecheros a 24 y los tejedores a 28 / y los muchachos a 13 y 16

   p.

      El centro de la comunidad de dicho pueblo tiene 8 telares y 67

   tornos, tiene de provisión 27 indios y 50 muchachos, todos de esta

   doctrina. Págaseles a los casados a real cada día y a los muchachos

   a medio real.

      Tiene 8 estancias en contorno [...]. La cofradía de Nuestra

   Señora del Rosario tiene 1.218 cabezas de ganado ovejuno y ocupa 2

   indios casados. La comunidad tiene 2 indios casados con ovejas.

      Tiene de sínodo esta doctrina a 350 p ensayados; cada sacerdote

   con plata y comida. El pueblo es de buen templo. Tiene el hospital

   de este pueblo 1.333 cabezas de ganado ovejuno.   Pedro Gonzalo y Fray Francisco Chacón, de la orden de Santo

   Domingo, y saben razonablemente la lengua. Hay en él 673 indios

   tributarios y 188 Reservados, 1.877 de Confesión y 3.253 Ánimas.

   Confirmó su señoría la vez pasada 3.132 y esta vez 591.

      Hay en este pueblo 2 obrajes, el uno es del encomendero D.

   Jerónimo de Guevara ... Hay 10 telares y 40 tornos. Tiene de

   provisión: 50 indios casados y 100 muchachos de toda su encomienda

   [...]. Págaseles a los casados que son cardadores a 20 p por año y

   los pecheros a 24 y los tejedores a 28 / y los muchachos a 13 y 16

   p.

      El centro de la comunidad de dicho pueblo tiene 8 telares y 67

   tornos, tiene de provisión 27 indios y 50 muchachos, todos de esta

   doctrina. Págaseles a los casados a real cada día y a los muchachos

   a medio real.

      Tiene 8 estancias en contorno [...]. La cofradía de Nuestra

   Señora del Rosario tiene 1.218 cabezas de ganado ovejuno y ocupa 2

   indios casados. La comunidad tiene 2 indios casados con ovejas.

      Tiene de sínodo esta doctrina a 350 p ensayados; cada sacerdote

   con plata y comida. El pueblo es de buen templo. Tiene el hospital

   de este pueblo 1.333 cabezas de ganado ovejuno.

José María Iraburu precisa en sus Hechos de los apóstoles en América cómo los secretarios de visita que se turnaban para acompañar al señor arzobispo quedaban agotados. Sin embargo, Santo Toribio iba adelante incansablemente y no era llevado por indígenas en litera o silla de manos --como se acostumbraba entre indios o españoles principales--, sino siempre en mula o a pie, como dice Almansa, "solo por no dar molestia ni trabajo a los indios". Viajaba en mula a veces por laderas asomadas a los abismos andinos "que parecía milagroso dejarse de matar". O, si no era posible colocar la cabalgadura, "muchas veces a pie, con las ciénagas y lodo hasta las rodillas y muchas caídas".

No era raro para él tener que pasar la noche al sereno. Utilizaba entonces la montura de la mula como cabezal. Y también le servía para cubrirse con ella en los aguaceros que a veces les sorprendían de camino, perdidos, lejos de cualquier tambo, en soledades donde nadie había para orientarles.

 

Los indios estaban con frecuencia dispersos fuera de las doctrinas y pueblos. Pero Santo Toribio no limitaba sus visitas pastorales a estos centros principales, ni empleaba delegados, sino que él mismo se allegaba, según los testimonios de sus acompañantes, "[...] visitando personalmente y consolando a sus ovejas, no dejando cosa por ver [...]. No dejando huaicos, cerros ni valles que él mismo por su persona no los visitase con grandísimo trabajo y riesgo de su vida [...]. No contentándose con andar y visitar los pueblos grandes, sino los cortijos, pueblos y chácaras, aunque en ellos no hubiese más de tres o cuatro viejos [...]. Muchas veces a pie".

Indudablemente, estas visitas permitieron al Santo, ejemplar constructor de unidad eclesial y valeroso defensor de la dignidad de la persona, conocer a sus ovejas, en su dimensión humana y sus modos y medios de vida, y nos deja en herencia un mapa vivo de aquel territorio a fines del siglo XVI.

Permite, además, confrontar estos aportes con los de insignes viajeros científicos como Cosme Bueno, cosmógrafo real, y Antonio Raimondi, sabio y naturalista. El primero realizó una descripción de las provincias pertenecientes al Arzobispado de Lima en 1763; refirió muchos de los pueblos visitados por Santo Toribio y precisó su estado. Asimismo, recordó que "[...] cerca de Macate está la fuente milagrosa, que brotó agua por intercesión del glorioso Santo Toribio, estando en la visita, y viendo afligidos a sus vecinos con ánimo de desamparar el pueblo por falta de agua".

También los aportes de Cosme Bueno y Raimondi facilitan la confrontación de los topónimos de los lugares visitados con otros más tardíos. Es así que Santiago de Cajamarca de la doctrina de Pira (folio 18) es --siglo y medio después-- Cajamarquilla, anexo del pueblo de Pampas. Un siglo más tarde, Raimondi nos dice que Cajamarquilla tiene poca población y pocos recursos lo que le da un carácter de pueblo silencioso y que, juntamente con Pira, se hallan en la Cordillera Negra y pertenecen a los pueblos de vertiente. (3)

Tarea muy grande y compleja es localizar todos los lugares; para ello, hay que confrontar las visitas del patrono de los obispos de América con la de otros viajeros, misioneros y científicos

Personalmente, y sin poder considerar la llamada visita preliminar en 1581, año en el cual Santo Toribio llega a Lima, realizó una primera salida de su sede "para tomar claridad y lumbre de las cosas que en el concilio se habían de tratar", sin considerar la Primera Visita General entre 1584 y 1590, ni las visitas parciales, "hice un recuento de 705 lugares, doctrinas, pueblos, estancias y obrajes", sin contar tampoco aquellos lugares desolados donde iba el solícito y generoso servidor del indígena, del negro, del marginado, como solía llamarlo Juan Pablo II.

El territorio de la arquidiócesis limeña alcanzaba unos 300 mil km2 aproximadamente, o sea, la cuarta parte del actual territorio nacional del Perú. Abarcaba los desolados arenales de la costa, las difíciles cumbres empinadas de la sierra y una parte de la casi impenetrable ceja de selva. Por ello, todas las notas de visita constituyen un verdadero espejo de la realidad de aquella época --a menudo desconocida--, que debe ser rescatada para comprender mejor los procesos de ocupación del territorio y de organización social.

Este libro abre horizontes nuevos tanto para el estadista como para el ciudadano, razón por la cual en la misa del cuarto centenario de la muerte de Santo Toribio de Mogrovejo, durante su homilía en la basílica de Santa María la Mayor, el Cardenal Giovanni Battista destacó "cuán conmovedor ver en algunos lugares de la sierra del Perú, que aún hoy constituyen destinos difíciles, una inscripción en la que se lee: <<Aquí estuvo Santo Toribio de Mogrovejo".

Asimismo, muchas parroquias e iglesias tienen al santo como patrono: para citar algunas, las parroquias de Huari y Lancones, y los distritos de Huata y Raca, en la Cordillera Negra. Más aún, algunos tienen el insigne honor de llevar su nombre, como el distrito de Santo Toribio, en la provincia de Caraz, departamento de Áncash.

Igualmente, innumerables colegios llevan su nombre. Por citar solo algunos, el colegio Santo Toribio de Mogrovejo de Zaña o la escuela Santo Toribio de Mogrovejo para niños autistas, sordomudos y con síndrome de Down de Trujillo. También una universidad, la Santo Toribio de Mogrovejo de Lambayeque; una asociación de moradores de asentamientos humanos en Chiclayo; calles numerosas. Todo ello es memoria de aquellas visitas tan humanas en pueblos, hospitales o policlínicos. Las visitas nos aclaran el sentido de todo ello: el Santo va siempre al grano, a las personas; a nadie olvida. Cada persona es importante donde está y no es nuestro el tiempo. Él sabía aquello de San Pablo: "el tiempo es corto" (1 Cor 7, 29).

 

José María Iraburu precisa en sus Hechos de los apóstoles en América cómo los secretarios de visita que se turnaban para acompañar al señor arzobispo quedaban agotados. Sin embargo, Santo Toribio iba adelante incansablemente y no era llevado por indígenas en litera o silla de manos --como se acostumbraba entre indios o españoles principales--, sino siempre en mula o a pie, como dice Almansa, "solo por no dar molestia ni trabajo a los indios". Viajaba en mula a veces por laderas asomadas a los abismos andinos "que parecía milagroso dejarse de matar". O, si no era posible colocar la cabalgadura, "muchas veces a pie, con las ciénagas y lodo hasta las rodillas y muchas caídas".

No era raro para él tener que pasar la noche al sereno. Utilizaba entonces la montura de la mula como cabezal. Y también le servía para cubrirse con ella en los aguaceros que a veces les sorprendían de camino, perdidos, lejos de cualquier tambo, en soledades donde nadie había para orientarles.

Los indios estaban con frecuencia dispersos fuera de las doctrinas y pueblos. Pero Santo Toribio no limitaba sus visitas pastorales a estos centros principales, ni empleaba delegados, sino que él mismo se allegaba, según los testimonios de sus acompañantes, "[...] visitando personalmente y consolando a sus ovejas, no dejando cosa por ver [...]. No dejando huaicos, cerros ni valles que él mismo por su persona no los visitase con grandísimo trabajo y riesgo de su vida [...]. No contentándose con andar y visitar los pueblos grandes, sino los cortijos, pueblos y chácaras, aunque en ellos no hubiese más de tres o cuatro viejos [...]. Muchas veces a pie".

Indudablemente, estas visitas permitieron al Santo, ejemplar constructor de unidad eclesial y valeroso defensor de la dignidad de la persona, conocer a sus ovejas, en su dimensión humana y sus modos y medios de vida, y nos deja en herencia un mapa vivo de aquel territorio a fines del siglo XVI.

Permite, además, confrontar estos aportes con los de insignes viajeros científicos como Cosme Bueno, cosmógrafo real, y Antonio Raimondi, sabio y naturalista. El primero realizó una descripción de las provincias pertenecientes al Arzobispado de Lima en 1763; refirió muchos de los pueblos visitados por Santo Toribio y precisó su estado. Asimismo, recordó que "[...] cerca de Macate está la fuente milagrosa, que brotó agua por intercesión del glorioso Santo Toribio, estando en la visita, y viendo afligidos a sus vecinos con ánimo de desamparar el pueblo por falta de agua".

También los aportes de Cosme Bueno y Raimondi facilitan la confrontación de los topónimos de los lugares visitados con otros más tardíos. Es así que Santiago de Cajamarca de la doctrina de Pira (folio 18) es --siglo y medio después-- Cajamarquilla, anexo del pueblo de Pampas. Un siglo más tarde, Raimondi nos dice que Cajamarquilla tiene poca población y pocos recursos lo que le da un carácter de pueblo silencioso y que, juntamente con Pira, se hallan en la Cordillera Negra y pertenecen a los pueblos de vertiente. (3)

Tarea muy grande y compleja es localizar todos los lugares; para ello, hay que confrontar las visitas del patrono de los obispos de América con la de otros viajeros, misioneros y científicos.

Personalmente, y sin poder considerar la llamada visita preliminar en 1581, año en el cual Santo Toribio llega a Lima, realizó una primera salida de su sede "para tomar claridad y lumbre de las cosas que en el concilio se habían de tratar", sin considerar la Primera Visita General entre 1584 y 1590, ni las visitas parciales, "hice un recuento de 705 lugares, doctrinas, pueblos, estancias y obrajes", sin contar tampoco aquellos lugares desolados donde iba el solícito y generoso servidor del indígena, del negro, del marginado, como solía llamarlo Juan Pablo II.

El territorio de la arquidiócesis limeña alcanzaba unos 300 mil km2 aproximadamente, o sea, la cuarta parte del actual territorio nacional del Perú. Abarcaba los desolados arenales de la costa, las difíciles cumbres empinadas de la sierra y una parte de la casi impenetrable ceja de selva. Por ello, todas las notas de visita constituyen un verdadero espejo de la realidad de aquella época --a menudo desconocida--, que debe ser rescatada para comprender mejor los procesos de ocupación del territorio y de organización social.

Este libro abre horizontes nuevos tanto para el estadista como para el ciudadano, razón por la cual en la misa del cuarto centenario de la muerte de Santo Toribio de Mogrovejo, durante su homilía en la basílica de Santa María la Mayor, el Cardenal Giovanni Battista destacó "cuán conmovedor ver en algunos lugares de la sierra del Perú, que aún hoy constituyen destinos difíciles, una inscripción en la que se lee: <<Aquí estuvo Santo Toribio de Mogrovejo".

Asimismo, muchas parroquias e iglesias tienen al santo como patrono: para citar algunas, las parroquias de Huari y Lancones, y los distritos de Huata y Raca, en la Cordillera Negra. Más aún, algunos tienen el insigne honor de llevar su nombre, como el distrito de Santo Toribio, en la provincia de Caraz, departamento de Áncash.

Igualmente, innumerables colegios llevan su nombre. Por citar solo algunos, el colegio Santo Toribio de Mogrovejo de Zaña o la escuela Santo Toribio de Mogrovejo para niños autistas, sordomudos y con síndrome de Down de Trujillo. También una universidad, la Santo Toribio de Mogrovejo de Lambayeque; una asociación de moradores de asentamientos humanos en Chiclayo; calles numerosas. Todo ello es memoria de aquellas visitas tan humanas en pueblos, hospitales o policlínicos. Las visitas nos aclaran el sentido de todo ello: el Santo va siempre al grano, a las personas; a nadie olvida. Cada persona es importante donde está y no es nuestro el tiempo. Él sabía aquello de San Pablo: "el tiempo es corto" (1 Cor 7, 29).

Ciertamente, como lo dice José María Iraburu,

   La Providencia divina le hizo superar muchos peligros graves.

   Contaremos solo un par de ejemplos. Una vez, queriendo llegar a

   Taquilpón, añejo a la doctrina de Macate, había de atravesar el

   río Santa, que estaba en crecida impetuosa. Allí no servían ni

   balsas de enea, ni flotadores de calabazas, ni los demás trucos

   habituales. Allí hubo que tender un cable de lado a lado, bien

   tenso entre dos postes, y atado el cuerpo del arzobispo con unas

   cuerdas y suspendido así del cable, fueron tirando de él desde

   la orilla contraria, con el estruendo vertiginoso del potente río

   a sus pies. Y una vez cumplida y bien cumplida su misión pastoral,

   con visita y muchas confirmaciones, otra vez la misma operación a

   la inversa [...]. (4)

Cuántos ejemplos para los que tienen poder de decisión, que tienen entre sus manos el destino de los pueblos, de las personas. Cómo la entrega de Santo Toribio echa unas luces nuevas sobre el sentido del desarrollo humano, de un desarrollo con rostro humano, para cada persona, para cada hijo. Cuántas lecciones de solidaridad y de fraternidad, tan importantes en la construcción de una ciudadanía responsable que debe conocer y conocerse para actuar con opciones claras para la vida.

Memoria eclesial no destinada a constituirse en libro, el libro de visitas de Santo Toribio de Mogrovejo es más que un libro o es un libro excepcional. Al recoger de manera tan fiel las andanzas del Santo, sus múltiples atenciones para con los más pequeños, su descuido de sí mismo y su enorme celo por el Evangelio, este libro hace una lectura de nuestras vidas. Vale recordar uno de aquellos días ordinarios vividos por Santo Toribio. Su capellán, Diego de Morales, cuenta que, acompañándolo en la visita de 1598 y 1599 junto con Juan de Cepeda, capellán también, y el negro Domingo, se les hizo la noche a orillas de un río muy caudaloso. Como no tenían más que un pan, el arzobispo lo dividió en cuatro, y así cenaron. Rezó el breviario, paseó un poco y se acostó a dormir en el suelo, con la silla de la mula como cabezal. Al poco rato, se inició "un aguacero muy terrible", que duró hasta el amanecer, y él "no tuvo otro reparo más que taparse con el caparazón de la silla".

Muy de mañana, en ayunas, emprendieron la marcha a pie, y el arzobispo iba rezando las Horas mientras subían una gran cuesta. Y "como había pasado tan mala noche, se sintió fatigado", y hubieron de ofrecerle un bastón, pero él "no le quiso admitir hasta que pagaron a un indio, cuyo era, cuatro reales por él, y entonces le tomó". Llegó por fin, "sudando y fatigado del camino", a la doctrina que llevaba el dominico Fray Melchor de Monzón. Allí fue a la iglesia, hizo oración, predicó a los indios en la misa, y estuvo confirmando hasta las dos del mediodía. Cuando se sentó a comer eran ya las tres, y estaba "bien cansado y trabajado".

Entonces, se le ocurrió preguntar al padre doctrinero si faltaba alguno por confirmar. Tras algunas evasivas, el arzobispo exigió la verdad, y el padre hubo de decirle que a un cuarto de legua, en un huaico, había un indio enfermo. El arzobispo se levantó de la mesa y se fue allá con el capellán Cepeda. El indio estaba en un altillo, "que si no era con una escalera, no pudieran subir". Lo animó y lo confirmó con toda solemnidad, como si hubiera "un millón de personas". Regresó después, a las seis de la tarde, y se sentó a comer.

Personalmente, no deja de impresionarme su pasión por el sacramento de la confirmación, y quisiera citar unos datos para aclararlo. Dilató el Reino de Dios en América Meridional. "Confirmó más de ochocientas mil almas" --afirma su sobrino clérigo, Luis de Quiñones, ateniéndose a los registros. Hizo más de medio millón de bautismos. Anduvo 40 mil kilómetros: a veces, la cantidad es tan enorme que se trasforma en calidad, en dato cualitativo.

Cómo no recordar aquí a San Agustín, que no se cansaba de afirmar que "todo hombre es prójimo de otro hombre" y que no quería salvarse sin todos sus hermanos. Él creía, esperaba y amaba la salvación de todos sus hermanos. Hizo miles de kilómetros en África, por territorios muy difíciles. Santo Toribio y San Agustín, al igual que tantos santos extraordinarios a fuerza de ser ordinarios, ardían en deseo de salvación de sus prójimos: ardían en amor. El libro de visitas es indudablemente una joya, una joya de un amor verdadero, de un amor oblativo, que hizo decir a su fiel capellán, Sancho Dávila, "Conoció este testigo que el amor de verdadero pastor y gran santidad de dicho señor arzobispo le hacía sufrir y hacer lo que ... ni persona particular pudiera hacer".

Debería también hacer una crítica merecida de los diez mapas. No han sido elaborados por especialistas. Carecen de escala y de precisión. No responden a las reglas de la semiología gráfica, pero tienen el humilde e importante papel de ayudar al lector a tomar conciencia de las distancias y de los espacios. También tengo que reconocer que el doctor José Antonio Benito vino a verme para ayudarle en plasmar estas visitas en mapas. Ustedes lo han entendido; es un trabajo titánico, aunque necesario. No puede haber tal herencia sin una ilustración adecuada. Se necesita tiempo e indudablemente un equipo interdisciplinario.

Esta obra es otra manera de entender, hoy en día, que la Iglesia debe ser Casa y Escuela de Comunión. Es llena de caminos y horizontes nuevos. Por ello, espero que este libro de visitas se constituya en la primera piedra de muchos trabajos y reflexiones para crecer en humanidad, y así crecer en fraternidad como comunidad nacional y familia de fe. Será nuestra manera de agradecer a este gran santo, Santo Padre de América.

Nicole Bernex (2)

(1) Benito Rodríguez, José Antonio, Introducción, transcripción y notas del Libro de visitas de Santo Toribio de Mogrovejo (1593-1605). Lima. Fondo Editorial, PUCP, 2006.

(2) Doctora en Geografía. Profesora Principal y Directora Académica del Centro de Investigación en Geografía Aplicada (CIGA), Pontificia Universidad Católica del Perú.

(3) RAIMONDI, Anronio. El departamento de Áncash y sus riquezas minerales. Lima: P.Lira, 1873.

(4) José María Iraburu. "Santo Toribio de Mogrovejo, patrono del episcopado Iberoamericano" en Hechos de los apóstoles en América <http//:www.members.tripod.com/~hispanidad/hechos20.htm

 

DON TOMÁS GARCÍA DE LA SANTA CASANUEVA (Almodóvar del Campo (Ciudad Real) 1913. Valladolid 2007)

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DON TOMÁS GARCÍA DE LA SANTA CASANUEVA (Almodóvar del Campo (Ciudad Real) 1913. Valladolid 2007)

Acabo de encontrar esta entrañable foto de Don Tomás y quiero compartirla para hacer memoria de un hombre bueno, responsable a carta cabal, un santo de nuestro tiempo. La última vez que lo vi estaba en una Residencia de Ancianos, "esperando" la llamada definitiva del Señor para la vida eterna, con gozo sereno, con la plenitud de haber vivido plenamente. Siempre llevó en el alma el cariño por su esposa, sus hijos, sus nietos, también por sus antepasados; uno de estos días expondré en la Universidad de San Marcos la trayectoria de su antepasado José García de Santiago, el coronel edecán de J.M. Goyeneche que derrotó a Paillardelle en Tacna, 1813. Recuerdo el afecto que le guarda el filósofo Carlos Díaz, uno de sus cientos de alumnos que valora su profesionalidad exigente y paternal. Con qué orgullo se manifestaba antiguo alumno salesiano y cómo aprovechaba las publicaciones salesianas para dar cuenta de su fe y aglutinar a sus compañeros. Nos dejó publicadas varias obras de ensayo sobre la vida cotidiana de los campesinos en tiempos de Cervantes, traducciones, cientos de artículos que tienen que ver con Dios y el hombre, la iglesia y el mundo, la fe y la vida, el desarrollo solidario, no en vano fue fundador y presidente de DESOD, alentando cuanta iniciativa se diese para unir a los católicos y que tuviesen una presencia corporativa, eficaz en la sociedad. Le recuerdo como conversador lleno de vida y buen humor, al lado del cual siempre se aprendía a ser mejor y a compartir la fe con los demás. La imagen más cercana es escucharle su meditación de los salmos, su intimidad con Cristo, su salmodia callada. No sé si alguien de los institutos en los que enseñó tendrá la iniciativa de dedicar un aula, un centro, una calle, especialmente en La Mancha, Valladolid. Pero yo siempre le llevaré en mi corazón. Dios quiera que encontremos sus múltiples apuntes, sus innumerables cartas al periódico, y podamos recoger lo que bullía en su corazón transformado en poética prosa. Amigo, Don Tomás, ¡hasta el Cielo!

http://frayandres75aniversario.blogspot.com/2007/03/antiguos-profesores-del-instituto-toms.html

Hace pocas semanas nos llegó la triste noticia de la muerte de Tomás García de la Santa Casanueva, catedrático de Latín que ejerció en el Instituto Fray Andrés y que fue director del mismo entre los años 1956 y 1965. Nació en Almodóvar del Campo (Ciudad Real) el 23 de abril de 1913. Licenciado en Letras, sección Filología Clásica, por la Universidad de Madrid, llegó al Instituto de Puertollano en el curso 1942-43 (su toma de posesión está fechada el 30 de octubre de 1942) y desde entonces ocupó plazas de las asignaturas de Filosofía, Lengua y Literatura, Latín y Griego. Tan sólo estuvo ausente del Instituto de Puertollano durante los cursos 1945-47, en Pontevedra, y 1954-55, en Valdepeñas. Fue Jefe de Estudios desde el curso 1947-48 al 49-50. En 1954 obtuvo la cátedra de Latín. Fue Delegado de Educación del Movimiento y Director del Aula de Cultura en Puertollano desde 1953 hasta 1955. Con fecha 2 de octubre de 1956 fue nombrado Director del Instituto Fray Andrés, cargo que desempeñó hasta 1965. Fue miembro de la Junta provincial de Formación Profesional Industrial, representando a la Diputación Provincial, a la que perteneció desde marzo de 1955 a 1961 por elección de los Organismos Culturales y profesionales de la provincia, presidiendo en ella la Comisión de Educación y la Ejecutiva del Centro Coordinador de Bibliotecas.

En noviembre de 1964 se crea una comisión del Claustro de profesores para organizar un homenaje en su honor, con motivo de un próximo traslado, "por la gran competencia y máxima dedicación abnegada con que ha dirigido este centro durante nueve años y por haber conseguido el actual florecimiento cultural y profesional de que goza nuestro Instituto".

Es autor de una edición, con introducción y notas, de Fuenteovejuna de Lope de Vega, publicada por la editorial Ebro en su colección "Clásicos Ebro" (Zaragoza, 1960). También publicó diversos trabajos de carácter arqueológico en Revista de Archivos, Boletín de la Dirección de Archivos y Bibliotecas y en la prensa provincial. Elaboró la Memoria histórico-artística sobre la Iglesia Parroquial de Almodóvar del Campo para su declaración como Monumento Nacional, que se publicó resumida en la Revista de la Sociedad de Amigos del Arte en 1958. En los años 50 comunicó a la Comisaría de Excavaciones el hallazgo de una ciudad romana en La Bienvenida, que ya entonces identificó con Sisapo, y realizó algunas exploraciones arqueológicas en la zona de la necrópolis.

Nuestra Señora de la Evangelización en Lima, 14 de mayo

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Nuestra Señora 
de la Evangelización

"Si hay una ciudad en el mundo en donde la Virgen Merezca recibir una rosa, esa ciudad es Lima" manifestó S.S. Juan Pablo II antes de iniciar su segundo viaje a la que
fue llamada La Ciudad de los Reyes

El 18 de enero de 1535, en pleno auge de la conquista, el bravo capitán Francisco Pizarro fundó la ciudad de Lima, población que de simple aldea a orillas del río Rimac, se transformó en la capital de los dominios españoles de América del Sur.

Fue el equivalente a Roma ya por su importancia histórica, por ser sede de virreyes, obispos y oidores y por su influencia política y cultural. De ahí partieron las principales expediciones conquistadoras, hacia allí comenzaron a dirigirse importantes individuos del imperio español y en ella vendrían al mundo individuos notables, santos y sabios. Célebre fueron su arte y arquitectura trasuntados en la magnificencia de sus templos, mansiones y palacios, de ahí el nombre con el que pronto pasaría a la historia: "la Ciudad de los Reyes".

La civilización hispánica
Los primeros años de Lima estuvieron marcados por la constante llegada de peninsulares y una guerra civil entre Francisco Pizarro y Diego de Almagro que retardó temporalmente la conquista. De todas maneras, la afluencia de riquezas provenientes del disgregado imperio incaico, era constante y el naciente progreso y embarque de las mismas en el incipiente puerto de El Callao una de las principales actividades del naciente territorio. Evangelizar tan vasto territorio era un desafío y a ello se aprestaron los religiosos que España envió detrás de sus capitanes, para llevar la Palabra y las enseñanzas de Cristo a los pueblos más apartados de la región.

Obsequio del emperador
El 4 de mayo de 1541 el Papa Paulo III creó la Diócesis de los Reyes, con sede en Lima, que abarcaba los actuales territorios de Perú, Ecuador y partes del Brasil, dependientes hasta ese momento del Obispado de Cuzco. Seis años después, el 16 de noviembre de 1547, la ciudad fue promovida a Arzobispado, con lo que su importancia creció considerablemente. Para una de esas dos fechas (los historiadores no se ponen de acuerdo), el emperador Carlos I de España, el monarca más poderoso de la Tierra, envió como obsequio una hermosa imagen de Nuestra Señora del Rosario, obra del escultor flamenco Roque de Balduque.

Los Arzobispos
El valioso obsequio, posiblemente la primera imagen de auténtico valor escultórico de la Santa Madre llegada a América del Sur, fue colocado en el Altar Mayor de la primera catedral limeña, para ser venerada por los primeros pobladores de la región. Ante ella hincaron sus rodillas los bravos capitanes hispanos antes de emprender sus expediciones y el arzobispo fray Jerónimo de Loayza, depositó la primera rosa florecida en la ciudad, en el marco de una fastuosa celebración.. La imagen presidió los importantes Concilios de Lima de 1551, 1567 y 1583, destacando especialmente el último por haber fijado los contenidos, las formas y los métodos de la evangelización de América y elaborado el célebre Catecismo, Doctrina Cristiana y Confesionario para Indios publicado en lenguas castellana, quechua y aymará.

Patrona de Lima
A Nuestra Señora de la Evangelización elevaron sus plegarias Santo Toribio Alfonso de Mogrovejo, San Francisco Solano, San Martín de Porres y Santa Rosa de Lima. Posteriormente fue pintada de gris, para hacer juego con el resto del altar pero para fortuna de la posteridad, notables artesanos le devolvieron su belleza original, la misma que luce hasta el día de hoy. 
A ella también dirigieron sus plegarias los virreyes y los nobles de la ciudad y el 28 de julio de 1821 se celebró frente a su imagen el Te Deum de la Independencia del Perú, con la presencia del general José de San Martín y su estado mayor.

El 1 de febrero de 1985 S.S. Juan Pablo II coronó solemnemente a la Virgen y en su segundo viaje, el 14 de mayo de 1988, le consagró toda la nación, ofreciéndole la distinción pontificia de la Rosa de Oro que hoy luce en su mano. Cuatro años después se le impuso el título de Nuestra Señora de la Evangelización y posteriormente se la declaró Patrona de Lima, celebrándose su día el 14 de mayo de cada año.


MUESTRA DOCUMENTAL Y SALA en HOMENAJE AL P. SAN CRISTÓBAL EN EL A.G.N.

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MUESTRA DOCUMENTAL Y SALA COMO HOMENAJE AL P. SAN CRISTÓBAL EN EL A.G.N.

Este Jueves 14 de mayo el Archivo General de la Nación develó una placa e inauguró la Sala dedicada a Monseñor Antonio San Cristóbal Sebastián, uno de sus más ilustres usuarios. Con tal motivo ofrece una valiosa muestra documental titulada "La arquitectura colonial" con fotos, documentos, paneles vinculados con su quehacer investigador y asuntos tratados. Se ha editado el excelente folleto de la foto. Estará a lo largo del mes  en el local Ex Correo Central, Jr. Camaná altura Pasaje Piura-Cercade de Lima. www.agn.gob.pe (Lunes a viernes, 8.30 a .m., 4.30 p.m.)

A mí me tocó ofrecer una pequeña semblanza que les comparto. Quiero destacar el video preparado por Jn 19 y el Centro de Producción de la UCSS y que dio comienzo al sencillo y solemne acto.

Al final se escucharon unas palabras de su hermano Monseñor Santos agradeciendo y ponderando su obra académica y apostólica. por que  un claretiano al servicio de la cultura en Perú

Estuvieron presentes entre otras personalidades el director del AGN Pablo Alfonso Maguiña Minaya y Monseñor Adriano Pacífico Tomasi, obispo auxiliar de Lima. Coordinó el acto Eleodoro Eulogio Balboa Alejandro, director de la sección histórica del AGN.

Las fotos son una cortesía del amigo Rolando Tamashiro Yaga a quien agradezco su generosidad.

Monseñor Antonio San Cristóbal Sebastián (1923-2008). Trayectoria de una semblanza plena

Segoviano de nacimiento, desde el 16 de junio de 1923, limeño de adopción (desde 1953), filósofo (licenciado por la Pontificia de Salamanca), teólogo (Santo Domingo de la Calzada), sacerdote (desde 1947), educador de profesión (en el colegio claretiano de Zamora, como profesor de filosofía en Córdoba-Argentina), misionero claretiano de vocación desde los 16 años de edad (noviciado de Salvatierra), investigador-docente-escritor por pasión.  En 1955 se doctoró en filosofía en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y en 1960, en educación, en la PUCP, donde fue Decano. Tales especializaciones en los campos de la Filosofía y Educación le convirtieron en un auténtico maestro en varias universidades peruanas.

Su compromiso decidido con la docencia le llevó a viajar por todo el Perú y se dejó atrapar por el encanto de la arquitectura virreinal. Sin ninguna titulación académica en el campo arquitectónico, autodidacta cien por cien, se sumerge decididamente en la investigación de archivo y estudio de campo, convirtiéndose en el maestro indiscutible de la historia de la arquitectura virreinal. Canónigo honorario del Cabildo de la Catedral de Lima en el 2003.  Durmió en la paz del Señor, un 24 de septiembre del 2008, fiesta de Nuestra Señora de la Merced, a los 85 años de edad.

 

Como Profesor principal de Arquitectura Peruana (época virreinal) en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Ingeniería, renovó y amplió en sus numerosos escritos el conocimiento de la arquitectura virreinal peruana. Son conocidos sus libros: Arquitectura virreinal religiosa de Lima (1988); Lima - Estudios de la arquitectura virreinal (1992); Fray Diego Maroto alarife de Lima (1996); La Catedral de Lima, estudios y documentos (1996); Arquitectura planiforme y textilográfica de Arequipa (1998); Esplendor del barroco en Ayacucho (1999); Teoría sobre la historia de la arquitectura virreinal peruana (1999); Estructuras ornamentales de la arquitectura virreinal peruana (2000).  La casa virreinal cuzqueña. Facultad de Arquitectura, Universidad Nacional de Ingeniería, Lima, 2001. La  iglesia  y el  convento  de  San  Agustín  de  Lima,   Oficina de Publicaciones del Colegio de San Agustín, Lima, 2002. Manuel  de  Escobar alarife  de  Lima, Facultad  de Arquitectura, Universidad de San Martín de Porres, Lima, 2003. Arquitectura virreinal de Lima en la primera mitad del siglo XVII, Facultad de Arquitectura, Universidad Nacional de Ingeniería, Lima, tomo I, 2003. La casa virreinal de Lima desde 1570 hasta 1687, Fondo Editorial de! Congreso, Lima, 2003. Autenticidad del barroco de  Cajamarca, Empresa Minera Yanacocha, Lima, 2004. Puno. Esplendor de  la  arquitectura  virreinal,   Peisa  -  Gobierno Regional de Puno, 2004, Lima. Obras civiles en Lima durante el siglo XVII,  Instituto General de Investigación, Universidad Nacional de Ingeniería, Lima, 2005. Arquitectura virreinal de Lima en la 'primera mitad de! siglo XVII, Facultad   de  Arquitectura,   Universidad   Nacional   de  Arquitectura, Lima, 26 de Agosto de 1974.Tomo II, 2005. Los retablos post-barrocos de San Pedro de Lloc y de Lambayeque, Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo, Chiclayo 2008.

 

Colaborador asiduo de la Sección CONSTRUIR de El Comercio de Lima. Catedrático honorario de la Universidad Nacional de Lambayeque desde 1965, de la Universidad Nacional de Ingeniería de Lima en 1998, recibió la medalla cívica de la Ciudad de Lima en 1997, fue declarado hijo predilecto de Ayacucho en 1979, Miembro de número de la Academia Peruana de Historia Eclesiástica desde su fundación en 1996, de la Academia Nacional de la Historia desde 1999, Miembro correspondiente de la Real Academia de Historia de España y Arte de San Quirce (Segovia),  Doctor Honoris causa por la Universidad Nacional San Agustín de Arequipa. Ha sido el único religioso que ha merecido ser miembro honorario del Cabildo de la Catedral de Lima y esto por sus insuperables trabajos dedicados a la institución.... En el decreto arzobispal respectivo de 8 de septiembre del 2003, firmado por el Cardenal Juan Luis Cipriani, se señala: "que el Reverendo Padre Antonio San Cristóbal, merece nuestro reconocimiento por su indeclinable labor de estudio histórico del arte y la arquitectura de la Basílica de Lima y de otros monumentos sagrados de la arquidiócesis, lo que ha contribuido a la mayor apreciación y conocimiento valorativo, de nuestro patrimonio religioso y cultural".

Como certeramente escribió el P. Carlos Sánchez Miranda, "en medio de todos estos reconocimientos no podemos dejar de ver en él a un sacerdote claretiano enamorado del pueblo al que fe fue enviado a predicar. Desde el púlpito de la ciencia, la historia y el arte, una vez más la Palabra se ha hecho clase, libro, cariño, dedicación y entrega... para ayudarnos a descubrir detrás de la arquitectura la gran bondad de un Dios que nos brinda a los hombres la capacidad de construir y embellecer nuestro mundo"[1]

 

Como reconoció el llorado maestro de nuestra historia virreinal G. Lohman, compañero entrañable del pupitre de archivo en tantas horas, y quien actuó como padrino al ser nombrado canónigo honorario de la Catedral en el 2003 y quien pronunció el discurso de recibimiento de la Academia: "Seducido por la calidad estética de nuestros monumentos urbanos, ha esclarecido con puntualidad la cronología, los autores, los estilos y las sucesivas modificaciones experimentadas por iglesias, campanarios y portadas".

 

Mons. Severo Aparicio, obispo auxiliar del Cuzco y Pre­sidente de la Academia Peruana de Historia Eclesiástica, (q.e.p.d.) resume muy bien lo que significa su aporte: "...el P. San Cristóbal ha volcado toda su capacidad e interés y su tiempo al estudio amoroso de la Arquitectura Religiosa de la colo­nia en el Perú, convirtiéndose así en el maestro indiscutible y experto en el subyugante campo del arte religioso peruano. En él tenemos a un acucioso co­nocedor de la historia y de los estilos arquitectónicos de los monumentos reli­giosos, a un inspirado exégeta del mensaje artístico de nuestros templos..., a un intérprete del arte y poesía que encierran los conventos y claustros monacales".

El P. Amador Martín del Molino en su monumental obra Los misioneros claretianos en el Perú. Cien años al servicio de la Iglesia" (Lima 2009), con motivo del centenario claretiano, registra pormenores de su misión como superior de los claretianos del Perú en un periodo bastante complejo, y concluye que: "Pocos habrá habido en la Congregación como el P. San Cristóbal en la dedicación a la docencia universitaria y a la investigación. Y siempre fiel a la vivencia comunitaria".

Si las personas que se consagran a Dios buscan vivir y ayudar a vivir el Cielo en la Tierra, sin duda que este claretiano ejemplar nos ha marcado múltiples rutas para seguir nuestro sendero con la luz de la verdad de su compromiso cultural y el ardor de su gozosa caridad. Y todo ello, como ya le pasó al Maestro y a los seguidores del "bando del Crucificado" (Teresa de Jesús), con muchas cruces y contradicciones pero que él supo transfigurar pascualmente, a lo Claret. Lo que nos queda es su obra gigantesca en artículos, libros, archivos, en el recuerdo suscitado por su ejemplo.

 

 

José Antonio Benito



[1] "El P. Antonio San Cristóbal Sebastián, CMF, "Un inspirado exégeta del mensaje artístico de nuestros templos" pp.337-339, Informativo PERÚ, de los Misioneros Claretianos, Año XIX, nª 137, julio-agosto 2001. 

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El Credo del “Evangelio de la vida”. P. Carlos Rosell

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El Credo del "Evangelio de la vida"

Conferencia dada a CEPROFARENA (10/05/2013)

Nos decía Juan Pablo II que "El Evangelio de la vida está en el centro del mensaje de Jesús. Acogido con amor cada día por la Iglesia, es anunciado con intrépida fidelidad como buena noticia a los hombres de todas las épocas y culturas"[1]. Si nosotros somos conscientes de que el "Evangelio de la vida" es parte esencial del mensaje del Señor, entonces, nos comprometeremos en ser portadores de este anuncio.

El "Evangelio de la vida" es el anuncio gozoso de que la vida humana es sagrada, es un don de Dios, es el primer derecho fundamental de la persona y condición para los otros derechos. Al mismo tiempo, el "Evangelio de la vida" es un llamado para que custodiemos ese don. Por eso, he querido señalar en esta exposición cinco verdades sobre la vida humana que debemos de creer y anunciar como parte del mensaje evangelizador. A estas verdades las he llamado el "Credo del Evangelio de la vida".

I. Creemos que la vida humana se inicia desde el instante mismo de la concepción.

La primera verdad que debemos sostener con todas las fuerzas de nuestro ser es que la vida humana, toda vida humana, es sagrada desde el primer instante de su concepción. En el momento en que se realiza la concepción, nos encontramos ya con una verdadera persona humana. En efecto, existe una unidad psico-biológica y espiritual, hay un auténtico código genético, existe una autonomía personal que ciertamente no es absoluta porque ningún hombre es independiente de los demás. Desde la teología hablamos de una unidad sustancial de cuerpo y alma, "corpore et anima unus", y donde el alma ha sido directamente infundida por Dios[2].  

Por más, que los partidarios de la "cultura de la muerte" se esfuercen por hacer malabares pseudo-técnicos, y cálculos artificiosos no se puede negar que desde el momento de la concepción nos encontramos con un "ser personal". Se trata de una vida intocable, un sujeto de derechos fundamentales dado que es persona. Asimismo, nuestra fe nos dice que esa persona es creada a imagen y semejanza de Dios (cf. Gn 1, 26-28), y por quien Cristo ha dado su vida (cf. Jn 10, 11.18).

Argumentar que recién se es persona luego de un tiempo de la concepción, o cuando el embrión empieza a "actuar", es un absurdo metafísico, dado que "el obrar sigue al ser", operari sequitur esse. Todo "ser vivo" está siempre en un proceso que se despliega en el tiempo, no se "es" a partir de un tiempo, sino desde el inicio de la concepción. En efecto, ya en el momento de la concepción se posee "el ser", se adquiere una "naturaleza". Además, afirmar que sólo cuando pasa un tiempo después de la concepción se es persona, conduce a que sean algunos los que decidan cuando comienza a ser sujeto de derechos. Por tanto, la vida de este "ser" quedará en las manos de un determinado grupo que decidirá arbitrariamente si continúa o no su existencia.      

Creer que la vida humana es sagrada desde su concepción, lleva a condenar el aborto directamente procurado y todo tipo de manipulación genética como son, por ejemplo, las técnicas de fecundación artificial. Son todos atentados directos contra la vida humana. El Beato Juan Pablo II afirmó con contundencia en su Encíclica Evangelium vitae lo siguiente: "Con la autoridad conferida por Cristo a Pedro y a sus Sucesores, en comunión con los Obispos de la Iglesia católica, confirmo que la eliminación directa y voluntaria de un ser humano inocente es siempre gravemente inmoral. Esta doctrina, fundamentada en aquella ley no escrita que cada hombre, a la luz de la razón, encuentra en el propio corazón (cf. Rm 2, 14-15), es corroborada por la Sagrada Escritura, transmitida por la Tradición de la Iglesia y enseñada por el Magisterio ordinario y universal"[3].

Cuando la Iglesia dice "no" de manera absoluta a las prácticas intrínsecamente inmorales del aborto directamente procurado y todo tipo de manipulación genética, lo que hace es decir "sí" a la vida humana. Al defender la vida desde el primer instante de su concepción la Iglesia defiende la paz, dado que "todo delito contra la vida es un atentado contra la paz"[4].

II. Creemos que la vida humana exige, como ámbito digno de acogida, el matrimonio uno e indisoluble.

Forma parte esencial del "Evangelio de la vida", el anuncio de la naturaleza y valor sagrado del matrimonio. Defender el matrimonio es defender la vida humana. Todas las leyes que se promulguen contra esta institución, son siempre leyes intrínsecamente inmorales, contrarias a la vida y dignidad del mismo hombre. El matrimonio, en esencia, consiste en la unión entre un varón y una mujer. La misma etimología de matrimonio[5] alude a la complementariedad de sexos. Es una institución que hunde sus raíces en la creación del hombre. Aunque para nosotros, los católicos, a partir de Cristo sea sacramento (cf. Ef 5, 32), es de ley natural que no es posible considerar verdadero matrimonio a la unión entre personas del mismo sexo.

La vida humana necesita ser acogida en el matrimonio, como fruto de un verdadero "acto conyugal". ¿Qué es el acto conyugal? Es el acto por el cual los esposos se unen sexualmente de manera natural en pleno respeto a las leyes inscritas por Dios en ellos. Este acto debe expresar el amor conyugal que tiene las siguientes características: "Es, ante todo, un amor plenamente humano… Es un amor total… Es un amor fiel y exclusivo hasta la muerte. Es un amor fecundo, que no se agota en la comunión entre los esposos sino que está destinado a prolongarse suscitando nuevas vidas"[6]. Tenemos aquí un gran reto para proclamar el "Evangelio de la vida": que los esposos vivan el amor conyugal. La inseparabilidad entre lo unitivo y lo procreativo expresan la belleza del amor conyugal: "unidad de dos" abiertos a la vida.

 El "Evangelio de la vida" lleva consigo la preparación de los jóvenes para que acepten el matrimonio según su propia naturaleza. La preparación al matrimonio no es un "acto burocrático", un mero trámite, sino un hecho de enorme responsabilidad en la que se está jugando el futuro de esa persona. El gran porcentaje de matrimonio separados, o que no viven el amor conyugal, al hacer uso de los métodos anticonceptivos, es un llamado de atención serio para revertir esta situación. Hablemos a los jóvenes sobre la belleza del amor conyugal.

 El matrimonio es el ámbito digno donde se engendra una vida, pero no sólo se trata de la transmisión de la vida sino también de educar esa vida. Los padres de familia son portadores del "Evangelio de la vida", cuando tras engendrar a sus hijos, los educan. "Puesto que los padres han dado la vida a los hijos, están gravemente obligados a la educación de la prole y, por tanto, ellos son los primeros y principales educadores. Este deber de la educación familiar es de tanta trascendencia que, cuando falta, difícilmente puede suplirse"[7].  Pero, ¿en qué consiste educar a los hijos? Consiste en formarlos integralmente, en moldear sus vidas en la verdad y el amor. El "Evangelio de la vida" exige a los padres de familia que "formen" a sus hijos, no sólo preocupándose para que reciban unos conocimientos teóricos y una vasta cultura, sino cuidando su formación integral, forjando en ellos las virtudes. Educar a los hijos en sólidos principios morales es la mejor herencia que pueden dejar los padres y una contribución inestimable para el "Evangelio de la vida".

Cuando hablamos del matrimonio necesariamente debemos de referirnos a la familia. El "Evangelio de la vida" proclama el valor sagrado de la familia, santuario de la vida humana, ámbito fundamental donde se desarrollan las relaciones de paternidad, maternidad, filiación y fraternidad. Decía el recordado Benedicto XVI: "La familia es un fundamento indispensable en la sociedad y los pueblos, así como un bien insustituible para los hijos, dignos de venir a la vida como fruto del amor, de la donación total y generosa de los padres. Como puso de manifiesto Jesús honrando a la Virgen María y a San José, la familia ocupa un lugar primario en la educación de la persona. Es una verdadera escuela de humanidad y valores perennes. Nadie se ha dado el ser a sí mismo. Hemos recibido de otros la vida, que se desarrolla y madura con las verdades y valores que aprendemos en la relación y comunión con los demás. En este sentido, la familia fundada en el matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer expresa esta dimensión relacional, filial y comunitaria, y es el ámbito donde el hombre puede nacer con dignidad, crecer y desarrollarse de un modo integral"[8].

III. Creemos que la vida humana, sea cual sea su situación, siempre es valiosa.

Hoy en día es común presentar la vida humana de manera discriminada. ¿A qué me refiero? Al hecho de que no se considera que toda vida humana sea igual. Dicho en otras palabras, existe en al mundo de hoy la idea errada que hay vidas humanas de menor calidad. Frente a esta postura, la Iglesia alza su voz y defiende toda vida humana, pues para Dios no hay vidas de "segunda categoría".  Por eso, condena la eutanasia. Juan Pablo señaló a este respecto: "De acuerdo con el Magisterio de mis Predecesores  y en comunión con los Obispos de la Iglesia católica, confirmo que la eutanasia es una grave violación de la Ley de Dios, en cuanto eliminación deliberada y moralmente inaceptable de una persona humana"[9].

Campea en la sociedad una corriente de pensamiento que ve la vida humana como valiosa sólo en relación con su eficacia, o con su capacidad de adquirir bienes materiales. La "cultura de la muerte" ha puesto también sus miras asesinas sobre los enfermos, los ancianos, y los que sufren limitaciones físicas o mentales, es decir, los discapacitados. Esto se manifiesta en sociedades "caracterizadas por una mentalidad eficientista que presenta el creciente número de personas ancianas y debilitadas como algo demasiado gravoso e insoportable"[10].

Las personas enfermas, ancianas, o discapacitadas, no son menos personas que nadie. Cada persona es única e irrepetible, posee un valor intrínseco en sí misma. El lugar de las personas enfermas, ancianas, o limitadas en la sociedad es fundamental, porque gracias a ellas nosotros vemos nuestra verdad: todos somos seres limitados y necesitamos de los demás. Valorar cada vida humana, nos lleva a acoger a todos y forjar una sociedad donde nadie se sienta maltratado en su dignidad de persona. Más aún, la Iglesia nos enseña que los enfermos, los ancianos, las personas limitadas son los preferidos del Señor. Podemos decir que "los pobres y los abandonados, los enfermos, los marginados son la carne de Cristo"[11].

En este sentido, el "Evangelio de la vida" exige que los centros de salud, los hospitales, los asilos, etc., sean dignos de las personas. Urge un llamado a todos los responsables sanitarios para que acojan a los enfermos y ancianos como verdaderas personas. Debemos unirnos para que la atención a ellos sea siempre digna. Si nos esforzamos para que las personas que sufren enfermedades, limitaciones o el peso de la edad, encuentren un espacio de amor y comprensión, estaremos contribuyendo enormemente a combatir todo intento de promover la eutanasia.

En relación con esta verdad de que no hay vida humana de "segunda categoría", debo de dedicar también unas palabras, al problema del "racismo". Es totalmente contrario al "Evangelio de la vida", discriminar a una persona por su raza. La vida humana no se califica por la raza, sino en sí misma. "El prejuicio racista, que niega la igual dignidad de todos los miembros de la familia humana y blasfema de su Creador, sólo puede ser combatido donde nace, es decir, en el corazón del hombre Del corazón brotan los comportamientos justos o injustos, según que el hombre se abra a la voluntad de Dios, en el orden natural y en su Palabra viva, o se encierre en sí mismo y en su egoísmo, dictado por el miedo o por el instinto de dominio. Es la visión del otro que es preciso purificar. Alimentar concepciones y fomentar actitudes racistas es un pecado contra la enseñanza específica de Cristo, para quien el «prójimo» no es solamente el hombre de mi tribu, de mi ambiente, de mi religión o de mi nación, es todo ser humano que encuentro en mi camino"[12].   

IV. Creemos que la vida humana exige de parte de la sociedad, unas condiciones básicas de desarrollo

No basta combatir el aborto y la eutanasia para afirmar que anunciamos el "Evangelio de la vida". Debemos ser conscientes que la vida humana se despliega en la sociedad, y ésta tiene que brindar una serie de condiciones para una vida realmente digna. En la Constitución Gaudium spes, redactada en el Concilio Vaticano II, se indicó la necesidad de que en la sociedad se propugne la consecución del bien común que es "el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de la propia perfección"[13]. Gracias, al bien común, cada persona humana puede tener una vida digna.

Estimo que existen tres puntos fundamentales que afectan directamente la vida humana en la sociedad y que es necesario asumir como verdaderos retos. En primer lugar, está la recta visión de la sexualidad. El hombre es un ser sexuado, está llamado a vivir o como varón o como mujer, la sexualidad marca el ser de la persona. Se atenta contra la vida, cuando se deforma el ejercicio de la sexualidad. Hoy en día, la pornografía es un medio promovido por "la cultura de la muerte" para destruir la vida humana. ¿Por qué? Dado que al cosificar el sexo, lo convierte en mercancía barata, un mero instrumento de goce, sin referencia alguna a la donación, en definitiva al amor. Las consecuencias saltan a la vida, la difusión de un sexo sin límites, engendra hombres y mujeres egoístas que no respetan la vida de los demás. Se han vuelto esclavos de sus instintos sexuales, sin capacidad para amar. "La Iglesia, que se interesa por el verdadero desarrollo del hombre, exhorta a éste a que respete los valores humanos también en el ejercicio de la sexualidad: ésta no puede quedar reducida a un mero hecho hedonista y lúdico, del mismo modo que la educación sexual no se puede limitar a una instrucción técnica, con la única preocupación de proteger a los interesados de eventuales contagios o del "riego de procrear"[14]. La única manera de humanizar la sexualidad, es vivir la castidad. Por eso, "el Evangelio de la vida", anuncia el valor de esta virtud, la cual "significa la integración de la sexualidad en la persona. Entraña el aprendizaje del dominio personal."[15].

Quien anuncia el "Evangelio de la vida" se compromete a purificar el ambiente hedonista. Como sabemos el hedonismo promueve la consecución del placer, en especial de tipo sexual, como primer valor. Enfrentarse a esta corriente lleva consigo medidas concretas como evitar el uso de los medios de comunicación que promueven un estilo de vida inmoral. Hay que humanizar las vías de información para que se transmitan contenidos que "formen" y no "deformen". La libertad de expresión no es una carta abierta para transmitir todo tipo de contenidos sin límite moral alguno. Más bien, "el recto ejercicio de este derecho exige que, en cuanto a su contenido, la comunicación sea siempre verdadera e íntegra, salvadas la justicia y la caridad; además, en cuanto al modo, ha de ser honesta y conveniente, es decir, debe respetar escrupulosamente las leyes morales, los derechos legítimos y la dignidad del hombre, tanto en la búsqueda de la noticia como en su divulgación, ya que no todo conocimiento aprovecha, pero la caridad es constructiva (1 Cor 8, 1)"[16].

Un segundo punto que la sociedad tiene que proteger y promover es el trabajo digno. En cierta manera, se "mata" a una persona cuando no se le da la oportunidad de trabajar o su trabajo no se corresponde con la dignidad personal. Anunciar el "Evangelio de la vida" implica colaborar para que nadie en nuestra sociedad carezca de un trabajo digno. ¿Qué es un trabajo digno? Escuchemos la magnífica explicación de Benedicto XVI: "Significa un trabajo que, en cualquier sociedad, sea expresión de la dignidad esencial de todo hombre o mujer: un trabajo libremente elegido, que asocie efectivamente a los trabajadores, hombres y mujeres, al desarrollo de su comunidad; un trabajo que, de este modo, haga que los trabajadores sean respetados, evitando toda discriminación; un trabajo que permita satisfacer las necesidades de las familias y escolarizar a los hijos sin que se vean obligados a trabajar; un trabajo que consienta a los trabajadores organizarse libremente y hacer oír su voz; un trabajo que deje espacio para reencontrarse adecuadamente con las propias raíces en el ámbito personal, familiar y espiritual; un trabajo que asegure una condición digna a los trabajadores que llegan a la jubilación"[17].

No exagero si digo que hoy se atenta contra el "Evangelio de la vida" también con leyes labores que son verdaderamente "esclavizantes". Hoy prolifera la tercerización, pero, algunas de las empresas que ofrecen estos servicios no dan condiciones dignas para que sus trabajadores. Los sueldos que ofrecen son escandalosamente injustos. La vida, volvamos a decirlo, también se defiende forjando condiciones laborales dignas para los trabajadores.

El tercer punto que considero importante en relación con las condiciones para una vida humana digna es la libertad religiosa, es decir, el derecho de profesar la religión que en consciencia uno cree verdadera. "Esta libertad consiste en que todos los hombres han de estar inmunes de coacción, tanto por parte de individuos como de grupos sociales y de cualquier potestad humana, y esto de tal manera que, en materia religiosa, ni se obligue a nadie a obrar contra su conciencia, ni se le impida que actúe conforme a ella en privado y en público, sólo o asociado con otros, dentro de los límites debidos"[18].

Nosotros, los católicos, debemos de defender el derecho que tenemos de profesar nuestra fe y, al mismo tiempo, tender lazos de amistad con las otras religiones. Podemos y debemos establecer relaciones con otros credos en favor del "Evangelio de la Vida". En el tema de la defensa de la vida humana, en líneas generales, estamos de acuerdo con las grandes religiones.

El papa Francisco, en la Santa Misa de inauguración de su pontificado, enseñó que todos, independientemente de nuestro credo religioso, tenemos la vocación de custodiar la vida humana: "La vocación de custodiar no sólo nos atañe a nosotros, los cristianos, sino que tiene una dimensión que antecede y que es simplemente humana, corresponde a todos. Es custodiar toda la creación, la belleza de la creación, como se nos dice en el libro del Génesis y como nos muestra san Francisco de Asís: es tener respeto por todas las criaturas de Dios y por el entorno en el que vivimos. Es custodiar a la gente, el preocuparse por todos, por cada uno, con amor, especialmente por los niños, los ancianos, quienes son más frágiles y que a menudo se quedan en la periferia de nuestro corazón. Es preocuparse uno del otro en la familia: los cónyuges se guardan recíprocamente y luego, como padres, cuidan de los hijos, y con el tiempo, también los hijos se convertirán en cuidadores de sus padres"[19].

V. Creemos que la vida humana no se limita a este mundo, sino que está abierta a la eternidad.

No podemos referirnos a la vida humana sin apelar a nuestra fe. Nosotros, los católicos, como San Pablo afirmamos: "Para mí, la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia" (Flp 1, 21). Por eso, el "Evangelio de la vida" exige mostrar a los demás que la vida humana adquiere un sentido pleno sólo desde la comunión con Cristo. Todo tiene sentido desde la fe en Cristo muerto por nuestros pecados pero resucitado para traernos la verdadera vida (cf. Rm 4, 25). Cristo lo ilumina todo y nos anima con el Espíritu Santo para ser verdadero portadores del "Evangelio de la vida"

Nuestra fe en Cristo nos enseña que cada hombre está llamado por Dios uno y trino a la comunión eterna con él. La sed de eternidad, que está en el corazón de todo hombre, encuentra su respuesta en la vida eterna que Dios Padre nos ofrece en su Hijo, por el don del Espíritu Santo. "En Jesús, «Palabra de vida », se anuncia y comunica la vida divina y eterna. Gracias a este anuncio y a este don, la vida física y espiritual del hombre, incluida su etapa terrena, encuentra plenitud de valor y significado: en efecto, la vida divina y eterna es el fin al que está orientado y llamado el hombre que vive en este mundo. El Evangelio de la vida abarca así todo lo que la misma experiencia y la razón humana dicen sobre el valor de la vida, lo acoge, lo eleva y lo lleva a término"[20].

Con una mirada meramente horizontal no encontramos sentido a muchas cosas desconcertantes que ocurren en el mundo. Pero, la mirada de la fe es trascendente, nos habla de la "vida eterna", del cielo, de una eternidad feliz en "Cristo Jesús" (cf. 1 Co 2, 9; Flp 3, 20). Esto me lleva a señalar la importancia de vivir en "gracia de Dios". Es decir, a vivir con el Señor. En cambio, la vida de pecado conduce al hombre a una falta de paz interior, un vacío existencial, una felicidad aparente. La fe nos enseña que quien muere en pecado mortal, sin arrepentimiento, pierde el cielo (cf. Mt 25, 31 ss.; 1 Co 6, 9 ss.; Ga 5, 21; Ef 5,5). El infierno es la "no vida" (cf. Ap 21, 27). Por eso, también anunciamos el "Evangelio de la vida" cuando hacemos que una persona salga del pecado, se encuentre con Cristo, único Redentor del mundo, y de esa manera alcancen la salvación.

Conclusiones

El "Evangelio de la vida" es un auténtico reto. Se trata de un reto de anuncio y denuncia. De anuncio, porque cada uno de nosotros está llamado a proclamar la belleza de la vida humana Esto lleva consigo, mostrar la verdad de la concepción humana, del matrimonio, de la familia, del carácter sagrado de la sexualidad, etc. Además, el "Evangelio de la vida" es un reto de denuncia. Si anunciamos el don inestimable de la vida humana, entonces, necesariamente y sin ningún tipo de temores, debemos oponernos a todo lo que ataca la vida de cada persona humana. Esto es: el aborto, la manipulación de embriones, la unión entre personas del mismo sexo, la eutanasia, la discriminación racial, la pornografía, etc. El motivo de esta denuncia no es en ningún caso ideológico, sino que es una defensa sobre la verdad del hombre. Conviene, enfatizar esta idea: cuando se anuncia el "Evangelio de la vida" se está defendiendo a cada hombre. En especial, la vida humana del más desprotegido de todos: el concebido no nacido. Pero también, la vida del enfermo, del anciano, del cónyuge, del trabajador, en definitiva, de todo hombre, etc.   

 

P. Carlos Rosell De Almeida

Rector del Seminario de Santo Toribio de Mogrovejo.

 

 



[1] JUAN PABLO II, Encíclica Evangelium vitae  n.1.

[2] "La Iglesia enseña que cada alma espiritual es directamente creada por Dios". CEC n. 366

[3] JUAN PABLO II, Encíclica Evangelium vitae, n.57. 

[4] PABLO VI, Mensaje para la jornada mundial de la paz 1977.

[5] La palabra matrimonio viene de matris: de la madre y munus: oficio. Por tanto, hace referencia a la maternidad. "En latín se usan varios términos para designar el matrimonio: Matrimonium(matris, munium) que se deriva de mater (madre). Se dan varias explicaciones del origen de esta palabra. Indicaría el efecto o fin principal del matrimonio, a saber la procreación que hace fecunda a la madre…". P. ADNÉS, El matrimonio, Barcelona 1969, p.138.

[6] PABLO VI, Encíclica Humanae vitae, n.9.

[7] CONCILIO VATICANO II, Declaración Gravissimum educationis, n.3.

[8] BENEDICTO XVI, Mensaje de Su Santidad Benedicto XVI en el VI Encuentro Mundial de las Familias, 2012.

[9] JUAN PABLO II, Encíclica Evangelium vitae, n.65.

[10] JUAN PABLO II, Encíclica Evangelium vitae, n.64.

[11] FRANCISCO, Homilía en la canonización de la Madre Lupita, Madre Laura y 800 mártires italianos, 12/05/2013.

[12] PONTIFICIO CONSEJO IUSTITIA ET PAX, La Iglesia ante el racismo, para una sociedad más fraterna, n. 24.

[13] CONCILIO VATICANO II, Constitución pastoral Gaudium et spes n.26.

[14] BENEDICTO XVI, Encíclica  Caritas in veritate, n.44.

[15] CEC n.2395.

[16] CONCILIO VATICANO II, Declaración Inter mirifica, n. 5

[17] BENEDICTO XVI, Encíclica Caritas in veritate n.63.

[18] CONCILIO VATICANO II, Declaración Dignitatis humanae, n.3

[19] FRANCISCO, Misa de inauguración del pontificado, 19-03-2013.

[20] JUAN PABLO II, Encíclica Evangelium vitae, n.30.

Benedicto XVI: El Papa de la fe. Lección inaugural del año académico 2013. P. Carlos Rosell

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Lección inaugural del año académico 2013

Benedicto XVI: El Papa de la fe

Hace algunos meses, escuché decir a una persona de reconocido prestigio en el mundo de la cultura que estaba ansiosa por la pronta salida de la cuarta encíclica de Benedicto XVI. Todo hacía suponer que ésta iba a ser sobre la fe. La sorpresiva renuncia de nuestro querido Benedicto XVI ha truncado esta expectativa. Sin embargo, para exponer su pensamiento no es necesaria una encíclica suya sobre la fe. Él nos ha mostrado la fe no sólo través de sus diversos documentos e intervenciones, cuya profundidad y claridad han asombrado a todos, creyentes y no creyentes; sino también a través de su misma vida. 

Al leer con calma esas breves pero profundas palabras en las que anunció su renuncia, percibimos el corazón de un hombre de fe. En efecto, su fe le impulsó a dejar el ministerio petrino. La fe nos da la certeza de que la Iglesia en definitiva la sostiene Cristo. A la luz de la fe percibimos que nosotros, los hombres, sólo somos instrumentos en manos del Señor.

He querido realizar esta lección inaugural, como un homenaje a un gran Papa. La he titulado el “Papa de la fe”. Sus casi ocho años de pontificado han sido como una gran catequesis sobre la fe católica. Es imposible expresar en una conferencia todo el magisterio de Benedicto XVI sobre la fe. Por eso, he intentado hacer más bien una síntesis apretada en siete puntos sobre las enseñanzas que nos dejó en su fecundo pontificado. De antemano pido disculpas por lo limitado de mi exposición, pues pretender abarcar en pocas hojas el magisterio del llamado “Papa teólogo” es una verdadera osadía.  

I. Fe y Cristo.

Antes de ser elegido Romano Pontífice, el entonces Cardenal Ratzinger, en la homilía de la Santa Misa de inicio del Cónclave, llamaba la atención que frente a las diversas modas que presenta el mundo, el creyente tiene otra medida, Cristo. Si el relativismo ofrece medidas al gusto de cada uno, diversos vientos de doctrina, “nosotros – afirmaba Ratzinger- en cambio, tenemos otra medida: el Hijo de Dios, el verdadero hombre. Es él la medida del verdadero humanismo. “Adulta” no es la fe que sigue las olas de la moda y la última novedad; adulta y madura es la fe profundamente radicada en la amistad con Cristo. Es esta amistad que nos abre a todo aquello que es bueno y nos dona el criterio para discernir entre el verdadero y el falso, entre engaño y verdad. Esta fe adulta es la que debemos madurar, a esta fe debemos guiar el rebaño de Cristo. Y es esta fe- sólo la fe- que crea unidad y se realiza en la caridad. San Pablo nos ofrece a este propósito- en contraste con las continuas peripecias de aquellos que son como niños llevados a la deriva por las olas- una bella palabra: hacer la verdad en la caridad, como fórmula fundamental de la existencia cristiana. En Cristo, coinciden verdad y caridad. En la medida en que nos acercamos a Cristo, también en nuestra vida, verdad y caridad se funden. La caridad sin verdad sería ciega; la verdad sin caridad sería como “un címbalo que tintinea” (1 Cor 13, 1)”[1].

Ya como Papa, Benedicto XVI insistió en todo momento que la fe tiene como centro a Cristo. Es radicalmente cristocéntrica y por ello trinitaria. En la Santa Misa con la cual iniciaba su ministerio petrino, retomando una expresión de Juan Pablo II: “No tengáis miedo”, nos decía: “Quien deja entrar a Cristo no pierde nada, nada –absolutamente nada– de lo que hace la vida libre, bella y grande. ¡No! Sólo con esta amistad se abren las puertas de la vida. Sólo con esta amistad se abren realmente las grandes potencialidades de la condición humana. Sólo con esta amistad experimentamos lo que es bello y lo que nos libera. Así, hoy, yo quisiera, con gran fuerza y gran convicción, a partir de la experiencia de una larga vida personal, decir a todos vosotros, queridos jóvenes: ¡No tengáis miedo de Cristo! Él no quita nada, y lo da todo. Quien se da a él, recibe el ciento por uno. Sí, abrid, abrid de par en par las puertas a Cristo, y encontraréis la verdadera vida”[2].

A lo largo de su Pontificado, Benedicto XVI ha remarcado constantemente el cristocentrismo de la fe. En la carta Apostólica Porta fidei, con la cual convocó el año de la fe, afirmó que “La fe es decidirse a estar con el Señor para vivir con él[3]. En esta breve pero contundente frase, se resume la dimensión esencialmente cristocéntrica de la fe. En efecto, la fe nos lleva a un profundo encuentro con Cristo. Benedicto XVI, nunca se cansó de proclamar la centralidad de Cristo en la vida del creyente. “El Señor está siempre atento a nuestra voz. Nosotros podemos alejarnos de Él interiormente. Podemos vivir dándole la espalda. Pero, él nos espera siempre, y está siempre cerca de nosotros[4].

El año paulino, convocado el 2008 por Benedicto XVI, fue ocasión para que nos exhortara a buscar como Pablo una auténtica experiencia de Cristo. Nos mostró a Pablo como un hombre conquistado por Cristo. Citando la expresión paulina de Ga 2, 20: “Vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí”, afirmaba:Todo aquello que hace Pablo, parte de este centro. Su fe es la experiencia del ser amado por Jesucristo de manera totalmente personal; es la conciencia del hecho que Cristo ha enfrentado la muerte no por algo anónimo, sino por amor a él- a Pablo- y que, como resucitado, lo ama todavía, que Cristo se ha donado por él.Su fe es el ser alcanzado por el amor de Jesucristo, un amor que lo perturba hasta lo más íntimo y lo transforma. Su fe no es una teoría, una opinión sobre Dios o sobre el mundo. Su fe es el impacto del amor de Dios sobre su corazón. Y así, esta misma fe es amor por Jesucristo[5]. 

Al comentar la conversión de Pablo, Benedicto XVI nos decía que ésta no se puede explicar por análisis psicológicos, está en otro nivel. Expresa lo que ocurre realmente en una persona cuando deja que Cristo entre en su vida. Pablo al encontrarse con Cristo recibió la “vida nueva” (cf. Rm 6, 4). Eso mismo estamos llamados a experimentar nosotros. Por eso, “en relación con nuestra vida, podemos preguntarnos: ¿Qué quiere decir esto para nosotros? Quiere decir que tampoco para nosotros el cristianismo es una filosofía nueva o una nueva moral. Sólo somos cristianos si nos encontramos con Cristo. Ciertamente no se nos muestra de esa forma irresistible, luminosa, como hizo con san Pablo para convertirlo en Apóstol de todas las gentes. Pero también nosotros podemos encontrarnos con Cristo en la lectura de la sagrada Escritura, en la oración, en la vida litúrgica de la Iglesia. Podemos tocar el corazón de Cristo y sentir que él toca el nuestro. Sólo en esta relación personal con Cristo, sólo en este encuentro con el Resucitado nos convertimos realmente en cristianos. Así se abre nuestra razón, se abre toda la sabiduría de Cristo y toda la riqueza de la verdad[6].

La fe en Cristo es fe eucarística. Benedicto XVI nos ha regalado un documento hermoso sobre el Sacramento del Altar: Sacramentum caritatis. Ahí nos dijo: “La fe de la Iglesia es esencialmente fe eucarística y se alimenta de modo particular en la mesa de la Eucaristía… La fe que suscita el anuncio de la Palabra de Dios se alimenta y crece en el encuentro de gracia con el Señor resucitado que se produce en los sacramentos[7].

II. Fe e Iglesia.

Benedicto XVI puntualizó siempre que la fe es eclesial. En otras palabras, nos encontramos con el verdadero Cristo sólo en su Iglesia. Una frase magistral ha sido constantemente repetida de diversas maneras por el Papa de la fe: “Quien cree nunca está solo, no lo está en esta vida, ni tampoco en la muerte[8]. La Iglesia es ese espacio donde podemos decir que no estamos solos. Más aún, “el primer sujeto de la fe es la Iglesia. En la fe de la comunidad cristiana cada uno recibe el bautismo, signo eficaz de la entrada en el pueblo de los creyentes para alcanzar la salvación[9]. Creemos en la Iglesia en cuanto que ella viene de Cristo y es la que precede, engendra, alimenta y sostiene nuestra fe.A Cristo lo descubrimos, lo conocemos como una persona viviente, en la Iglesia. Esta es su “cuerpo””[10].

Benedicto XVI hizo notar que la fe no es un asunto exclusivamente personal. Al contrario, requiere de la comunidad fundada por Cristo. En otras palabras, yo “no puedo construir mi fe personal en un diálogo privado con Jesús, porque la fe me es donada por Dios a través de una comunidad creyente que es la Iglesia y me introduce así, en la multitud de los creyentes, en una comunión que no es sólo sociológica, sino enraizada en el eterno amor de Dios que en Sí mismo es comunión del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; es Amor trinitario. Nuestra fe es verdaderamente personal sólo si es también comunitaria: puede ser mi fe sólo si se vive y se mueve en el «nosotros» de la Iglesia, sólo si es nuestra fe, la fe común de la única Iglesia[11].

Dejar de la lado a la Iglesia, en definitiva, lleva a dejar de lado al verdadero Jesús. Por eso, “es del todo incompatible con la intención de Cristo un slogan que estuvo de moda hace algunos años: “Jesús sí, Iglesia no”. Este Jesús individualista elegido es un Jesús de fantasía. No podemos tener a Jesús prescindiendo de la realidad que él ha creado y en la cual se comunica[12]. Entre Cristo y la Iglesia existe una unidad inseparable. Cristo es actual gracias a su Iglesia. Por decirlo de otra manera: “Entre el Hijo de Dios encarnado y su Iglesia existe una profunda, inseparable y misteriosa continuidad, en virtud de la cual Cristo está presente hoy en su pueblo. Es siempre contemporáneo nuestro, es siempre contemporáneo en la Iglesia construida sobre el fundamento de los Apóstoles, está vivo en la sucesión de los Apóstoles. Y esta presencia suya en la comunidad, en la que él mismo se da siempre a nosotros, es motivo de nuestra alegría. Sí, Cristo está con nosotros, el Reino de Dios viene[13].

Además, la Iglesia es la comunidad ungida por el Espíritu Santo. Gracias a la acción del Paráclito, la Iglesia es verdadero misterio de comunión. En Pentecostés, “el Hijo de Dios muerto y resucitado y vuelto al Padre sopla ahora sobre la humanidad, con inédita energía, el soplo divino, el Espíritu Santo. Y ¿qué cosa produce esta nueva y potente auto-comunicación de Dios? Allí donde hay laceraciones y donde son extraños entre sí, ésta crea unidad y comprensión. Se acciona un proceso de reunificación entre las partes de la familia humana, divididas y dispersas; las personas, muchas veces reducidas a individuos en competición o en conflicto entre ellos, alcanzadas del Espíritu de Cristo, se abren a la experiencia de la comunión, que puede involucrarlos a un punto tal de hacer de ellos un nuevo organismo; un nuevo sujeto: la Iglesia. Este es el efecto de la obra de Dios: La unidad. Por esto la unidad es el signo de reconocimiento, la ‘tarjeta de presentación’ de la Iglesia en el curso de su historia universal. Desde el inicio, desde el día de Pentecostés ella habla todas las lenguas. La Iglesia universal precede a las iglesias particulares, y estas deben siempre conformarse a aquella, según un criterio de unidad y de universalidad. La Iglesia no permanece jamás prisionera de los confines políticos, raciales y culturales; no se puede confundir con los Estados ni tampoco con las Federaciones de Estados, porque su unidad es de género diverso y aspira a atravesar todas las fronteras humanas[14].

En las catequesis que dio sobre la Tradición, Benedicto XVI mostró con admirable claridad la importancia de insertarnos en la vida de la Iglesia. Esta vida no es otra cosa que la gran Tradición de la Iglesia que nos remonta hasta el mismo Cristo a través de los Apóstoles y sus legítimos sucesores. Nos decía en una sus audiencias que: “Gracias a la Tradición, garantizada por el ministerio de los Apóstoles y de sus sucesores, el agua de la vida que brotó del costado de Cristo y su sangre saludable llegan a las mujeres y a los hombres de todos los tiempos.Así, la Tradición es la presencia permanente del Salvador que viene para encontrarse con nosotros, para redimirnos y santificarnos en el Espíritu mediante el ministerio de su Iglesia, para gloria del Padre[15].

La Tradición nos lleva a hablar de la presencia de los Padres de la Iglesia. Podemos decir que Benedicto XVI nos regaló verdaderas clases de patrología desarrollando la vida y el pensamiento de los Padres y escritores eclesiásticos más relevantes de la Iglesia.

En relación con la eclesialidad de la fe, se inserta la importancia del ministerio sacerdotal. En su primer encuentro con el clero de Roma, Benedicto XVI les señalaba a los sacerdotes que la fe implica una “visibilidad”. Esta se expresa en la Iglesia, cuerpo místico de Cristo, la cual a su vez necesita del ministerio ordenado. “La fe cristiana no es algo puramente espiritual e interior, y nuestra relación con Cristo no es sólo subjetiva y privada. Al contrario, es una relación totalmente concreta y eclesial. A su vez, el sacerdocio ministerial tiene una relación constitutiva con el cuerpo de  Cristo, en su doble e inseparable dimensión de Eucaristía e Iglesia, de cuerpo eucarístico y cuerpo eclesial[16].

No podemos dejar de evocar aunque sea sólo brevemente lo que significó el año sacerdotal. Cómo no agradecerle a Benedicto XVI por ese año de gracia. Fueron numerosas las veces que Benedicto XVI exhortó a los sacerdotes a dar un auténtico testimonio de fe. El sacerdote es ante todo y sobre todo un “hombre de fe”. Es el hombre llamado a conducir a los demás a Cristo. A este respecto, indicaba a los sacerdotes: “En esta vida terrena no hay bien mayor que llevar a los hombres a Dios, despertar la fe, sacar al hombre de la inercia y de la desesperación, dar la esperanza de que Dios está cerca y guía la historia personal y del mundo: en definitiva, este es el sentido profundo y último de la tarea de gobernar que el Señor nos ha encomendado. Se trata de formar a Cristo en los creyentes, mediante ese proceso de santificación que es conversión de los criterios, de la escala de valores, de las actitudes, para dejar que Cristo viva en cada fiel. San Pablo resume así su acción pastoral: «Hijos míos, por quienes sufro de nuevo dolores de parto, hasta ver a Cristo formado en vosotros» (Ga 4, 19)[17].  

Conviene también señalar, aunque sólo sea de manera muy breve, la insistencia de Benedicto XVI por mostrar que la liturgia expresa la naturaleza más íntima de la Iglesia. En una de sus catequesis nos decía: “Queridos amigos, la Iglesia se hace visible en muchos aspectos: en el trabajo caritativo, en proyectos misioneros, en el apostolado personal que cada cristiano debe realizar en su entorno. Pero el lugar donde se vive plenamente como Iglesia es la liturgia: esta es el acto por el que creemos que Dios entra en nuestra realidad y le podemos encontrar, le podemos tocar. Es el acto por el que entramos en contacto con Dios: Él viene a nosotros, y nosotros somos iluminados por Él. Por lo tanto, cuando en las reflexiones sobre la liturgia centramos nuestra atención solo en cómo hacerla atractiva, interesante, hermosa, corremos el riesgo de olvidar lo esencial: la liturgia se celebra por Dios y no por nosotros mismos; es obra suya; es Él el sujeto; y nosotros debemos abrirnos a Él y dejarnos guiar por Él y por su Cuerpo que es la Iglesia[18].

III. Fe y Palabra de Dios.

En las enseñanzas de Benedicto XVI hay una continua  llamada a escuchar “la Palabra de Dios”. Gracias a la escucha de esta Palabra se suscita la fe en el corazón del hombre. En su exhortación apostólica Verbum Domini, enseñó el sentido analógico de la Palabra de Dios, siendo el analogado principal, el Verbo eterno quien se ha hecho hombre para comunicar la salvación a todos los hombres. “La Palabra eterna, que se expresa en la creación y se comunica en la historia de la salvación, en Cristo se ha convertido en un hombre «nacido de una mujer» (Ga 4,4). La Palabra aquí no se expresa principalmente mediante un discurso, con conceptos o normas. Aquí nos encontramos ante la persona misma de Jesús. Su historia única y singular es la palabra definitiva que Dios dice a la humanidad[19].  

Escuchar verdaderamente la Palabra de Dios desemboca en un encuentro auténtico con Cristo. “La fe, con la que abrazamos de corazón la verdad que se nos ha revelado y nos entregamos totalmente a Cristo, surge precisamente por la predicación de la Palabra divina: «la fe nace del mensaje, y el mensaje consiste en hablar de Cristo» (Rm 10,17). La historia de la salvación en su totalidad nos muestra de modo progresivo este vínculo íntimo entre la Palabra de Dios y la fe, que se cumple en el encuentro con Cristo. Con él, efectivamente, la fe adquiere la forma del encuentro con una Persona a la que se confía la propia vida. Cristo Jesús está presente ahora en la historia, en su cuerpo que es la Iglesia; por eso, nuestro acto de fe es al mismo tiempo un acto personal y eclesial[20].

En relación con la Palabra de Dios, está la Sagrada Escritura y la Tradición. Ambas se reclaman e implican mutuamente. En cuanto a la Sagrada Escritura, Benedicto XVI siempre remarcó la necesidad de una lectura eclesial. A las pocas semanas de asumir el pontificado afirmaba: “Cuando la Sagrada Escritura se separa de la voz viva de la Iglesia, pasa a ser objeto de las disputas de los expertos. Ciertamente, todo lo que los expertos tienen que decirnos es importante y valioso; el trabajo de los sabios nos ayuda en gran medida a comprender el proceso vivo con el que ha crecido la Escritura y así apreciar su riqueza histórica. Pero la ciencia por sí sola no puede proporcionarnos una interpretación definitiva y vinculante; no está en condiciones de darnos, en la interpretación, la certeza con la que podamos vivir y por la que también podamos morir. Para esto es necesario un mandato más grande, que no puede brotar única y exclusivamente de las capacidades humanas. Para esto se necesita la voz de la Iglesia viva, la Iglesia encomendada a Pedro y al Colegio de los Apóstoles hasta el final de los tiempos[21].

La lectura de la Sagrada Escritura ―insistió Benedicto XVI- contribuye a alimentar la fe del creyente sólo cuando se hace “in Ecclesia”, es decir, dentro de la Tradición viva de la Iglesia. El hogar de la Biblia es la vida de la Iglesia. Si no separamos la Escritura de la Tradición de la Iglesia podemos escuchar la verdadera voz de Dios. Por ello, Benedicto XVI enfatizó que “la Iglesia vive con la certeza de que su Señor, que habló en el pasado, no cesa de comunicar hoy su Palabra en la Tradición viva de la Iglesia y en la Sagrada Escritura. En efecto, la Palabra de Dios se nos da en la Sagrada Escritura como testimonio inspirado de la revelación que, junto con la Tradición viva de la Iglesia, es la regla suprema de la fe[22].

IV. Fe y Amor.

La fe no solamente lleva al encuentro con Cristo y es suscitada por la escucha de la Palabra de Dios, sino que se manifiesta en la caridad. La fe y la caridad son inseparables. En su primera encíclica Deus Caritas est, Benedicto XVI nos hizo una magistral enseñanza sobre la esencia del amor cristiano. Este amor brota de Dios, tiene como fuente el amor trinitario. Citando el texto de 1 Jn 4, 16: “Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él » (1 Jn 4, 16) nos decía que “estas palabras de la Primera carta de Juan expresan con claridad meridiana: el corazón de la fe cristiana: la imagen cristiana de Dios y también la consiguiente imagen del hombre y de su camino. Además, en este mismo versículo, Juan nos ofrece, por así decir, una formulación sintética de la existencia cristiana: « Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él[23].

Una fe auténtica desemboca en la caridad. La fe hace posible hablar de una verdadera solidaridad con los demás. La comunión eucarística, comunión íntima con el Sacramentum fidei que además es Sacramentum caritatis, es un impulso a pensar en las necesidades de los demás. “La unión con Cristo es al mismo tiempo unión con todos los demás a los que él se entrega. No puedo tener a Cristo sólo para mí; únicamente puedo pertenecerle en unión con todos los que son suyos o lo serán. La comunión me hace salir de mí mismo para ir hacia Él, y por tanto, también hacia la unidad con todos los cristianos[24].

En su encíclica Caritas in veritate, Benedicto XVI nos enseñó que la vía maestra de la doctrina social de la Iglesia es el amor teologal. “La caridad es la vía maestra de la doctrina social de la Iglesia. Todas las responsabilidades y compromisos trazados por esta doctrina provienen de la caridad que, según la enseñanza de Jesús, es la síntesis de toda la Ley (cf. Mt 22,36-40). Ella da verdadera sustancia a la relación personal con Dios y con el prójimo; no es sólo el principio de las micro-relaciones, como en las amistades, la familia, el pequeño grupo, sino también de las macro-relaciones, como las relaciones sociales, económicas y políticas[25]. Al mismo tiempo, afirmó que este amor, no es cualquier sentimiento. Es un amor relacionado con la verdad.

En su carta apostólica Porta fidei, nos decía: “La fe sin la caridad no da fruto, y la caridad sin fe sería un sentimiento constantemente a merced de la duda. La fe y el amor se necesitan mutuamente, de modo que una permite a la otra seguir su camino. En efecto, muchos cristianos dedican sus vidas con amor a quien está solo, marginado o excluido, como el primero a quien hay que atender y el más importante que socorrer, porque precisamente en él se refleja el rostro mismo de Cristo. Gracias a la fe podemos reconocer en quienes piden nuestro amor el rostro del Señor resucitado[26].

Conviene citar el mensaje que Benedicto XVI redactó con motivo de la cuaresma de este año 2013. En él nos hizo una bella exposición de la relación que existe entre la fe y la caridad. “La fe es conocer la verdad y adherirse a ella (cf. 1 Tm 2,4); la caridad es «caminar» en la verdad (cf. Ef. 4,15). Con la fe se entra en la amistad con el Señor; con la caridad se vive y se cultiva esta amistad (cf. Jn 15,14s). La fe nos hace acoger el mandamiento del Señor y Maestro; la caridad nos da la dicha de ponerlo en práctica (cf. Jn 13,13-17). En la fe somos engendrados como hijos de Dios (cf. Jn 1,12s); la caridad nos hace perseverar concretamente en este vínculo divino y dar el fruto del Espíritu Santo (cf. Ga 5,22). La fe nos lleva a reconocer los dones que el Dios bueno y generoso nos encomienda; la caridad hace que fructifiquen (cf. Mt 25,14-30)[27].

V. Fe y Esperanza

En su encíclica Spe salvi, Benedicto XVI mostró la relación entre fe y esperanza. Al inicio de esta encíclica afirmaba: “Según la fe cristiana, la «redención», la salvación, no es simplemente un dato de hecho. Se nos ofrece la salvación en el sentido de que se nos ha dado la esperanza, una esperanza fiable, gracias a la cual podemos afrontar nuestro presente: el presente, aunque sea un presente fatigoso, se puede vivir y aceptar si lleva hacia una meta, si podemos estar seguros de esta meta y si esta meta es tan grande que justifique el esfuerzo del camino[28].

En cierta manera, la fe y la esperanza se confunden. Por eso, la crisis de fe es crisis de esperanza. Citando Hb 11, 1, Benedicto XVI explicaba que la “fe es sustancia de lo que se espera, es argumento de lo que no se ve”. La fe aparece así como la “sustancia” de una realidad que si bien no vemos, va más allá de los sentidos, es trascendente. Sin embargo, es real. Se trata, en definitiva, de la “vida eterna”. La fe lleva en sí una tensión a la “vida eterna”. Pero, en cierta manera, la hace presente. No es puro futuro. “La fe no es sólo un tender de la persona hacia lo que ha de venir, y que, está todavía totalmente ausente, la fe nos da algo: nos da ya ahora algo de la realidad esperada, y esta realidad presente constituye para nosotros una “prueba” de lo que aún no se ve. Ésta atrae al futuro dentro del presente, de modo que el futuro ya no es el puro « todavía-no ». El hecho de que este futuro exista cambia el presente; el presente está marcado por la realidad futura, y así las realidades futuras repercuten en las presentes y las presentes en las futuras[29].

En esta encíclica, Benedicto XVI indicaba que la verdadera fisonomía de la esperanza cristiana está indisolublemente unida a la fe. No es la fe ni en el progreso ni en la ciencia, la que genera en el corazón del hombre la verdadera esperanza. Sólo el Dios revelado en Cristo es capaz de generar la auténtica esperanza. Por ello, “es verdad que quien no conoce a Dios, aunque tenga múltiples esperanzas, en el fondo está sin esperanza, sin la gran esperanza que sostiene toda la vida (cf. Ef 2, 12). La verdadera, la gran esperanza del hombre que se resiste a pesar de todas las desilusiones, sólo puede ser Dios, el Dios que nos ha amado y que nos sigue amando “hasta el extremo”, “hasta el total cumplimiento(cf. Jn 13, 1; 19, 30). Quien ha sido tocado por el amor empieza a intuir lo que sería propiamente « vida ». Empieza a intuir qué quiere decir la palabra esperanza que hemos encontrado en el rito del Bautismo: de la fe se espera la « vida eterna », la vida verdadera que, totalmente y sin amenazas, es sencillamente vida en toda su plenitud[30].

VI. Fe y  Razón

A Benedicto XVI no sólo le podemos llamar el “Papa de la fe”, sino también el “Papa de la razón”. Qué duda cabe que el mundo de la cultura lo reconoce como un gran pensador y todos admiran su gran talla intelectual. A lo largo de su magisterio, Benedicto XVI ha mostrado cómo la fe cristiana ayuda a forjar una sociedad más justa. Con una gran claridad ha afirmado que la fe potencia la razón. La eleva a alturas insospechadas. Gracias a la luz de la fe, que purifica la razón, los cristianos conocemos la verdad, rechazamos todo relativismo, y estamos llamados a ser apóstoles de la verdad. Y, todo ello contribuye al bien de la sociedad.

En Deus caritas est, Benedicto XVI indicaba:La naturaleza específica de la fe es la relación con el Dios vivo, un encuentro que nos abre nuevos horizontes mucho más allá del ámbito propio de la razón. Pero, al mismo tiempo, es una fuerza purificadora para la razón misma. Al partir de la perspectiva de Dios, la libera de su ceguera y la ayuda así a ser mejor ella misma. La fe permite a la razón desempeñar del mejor modo su cometido y ver más claramente lo que le es propio. En este punto se sitúa la doctrina social católica: no pretende otorgar a la Iglesia un poder sobre el Estado. Tampoco quiere imponer a los que no comparten la fe sus propias perspectivas y modos de comportamiento. Desea simplemente contribuir a la purificación de la razón y aportar su propia ayuda para que lo que es justo, aquí y ahora, pueda ser reconocido y después puesto también en práctica[31].  

En su encíclica social Caritas in veritate, Benedicto XVI explicó la relación esencial entre verdad y amor. Hizo notar cómo tanto la fe como la razón potencian la práctica de la caridad. Esta relación entre la fe y la razón contribuye al bienestar de todos independientemente del credo religioso. En efecto, “el diálogo fecundo entre fe y razón hace más eficaz el ejercicio de la caridad en el ámbito social y es el marco más apropiado para promover la colaboración fraterna entre creyentes y no creyentes, en la perspectiva compartida de trabajar por la justicia y la paz de la humanidad”[32].

Benedicto XVI ha dedicado varias ocasiones para hablar de la racionalidad de la fe. En una de las catequesis del año de la fe, decía: “La tradición católica, desde el inicio, ha rechazado el llamado fideísmo, que es la voluntad de creer contra la razón. Credo quia absurdum (creo porque es absurdo) no es fórmula que interprete la fe católica. Dios, en efecto, no es absurdo, sino que es misterio. El misterio, a su vez, no es irracional, sino sobreabundancia de sentido, de significado, de verdad. Si, contemplando el misterio, la razón ve oscuridad, no es porque en el misterio no haya luz, sino más bien porque hay demasiada. Es como cuando los ojos del hombre se dirigen directamente al sol para mirarlo: sólo ven tinieblas; pero ¿quién diría que el sol no es luminoso, es más, la fuente de la luz? La fe permite contemplar el «sol», a Dios, porque es acogida de su revelación en la historia y, por decirlo así, recibe verdaderamente toda la luminosidad del misterio de Dios, reconociendo el gran milagro: Dios se ha acercado al hombre, se ha ofrecido a su conocimiento[33].  

Una razón que sea abierta a la verdad trascendente, que no se cierre sólo en el mundo de lo sensible, es lo que ha pedido siempre Benedicto XVI. Por ejemplo, en Ratisbona afirmó: “Una razón que es sorda a lo divino y que relega la religión al espectro de las subculturas es incapaz de entrar al diálogo con las culturas[34].

Benedicto XVI no perdió la ocasión de remarcar a los hombres de ciencia que la fe cristiana, al profesar la doctrina de la creación, contribuye a un valioso diálogo con las investigaciones científicas. En efecto, dado que toda la realidad viene del Logos, hay un diseño, un orden que la razón humana legítimamente puede profundizar. A los miembros de la Academia Pontificia de las Ciencias les decía: “Precisamente por la idea de la creación, el pensamiento cristiano ha empleado la analogía no sólo para la investigación de las realidades mundanas, sino también como un medio para elevarse del orden de la creación a la contemplación de su Creador, teniendo debidamente en cuenta el principio de que la trascendencia de Dios implica que toda semejanza con las criaturas implica necesariamente una mayor desemejanza: cualquiera que sea la estructura de la criatura es aquella cuyo ser es un ser por participación, mientras que Dios es aquel cuyo ser es ser por esencia, o Esse subsistens[35].

El diálogo entre la fe y la razón es hoy urgente para conocer la verdad sobre el hombre y el cosmos. Por eso, les hacía notar a los hombres de ciencia lo siguiente: “En la gran empresa humana del esfuerzo por descubrir los misterios del hombre y del universo, estoy convencido de la urgente necesidad de continuar con el diálogo y la cooperación entre los mundos de la ciencia y de la fe en la construcción de una cultura de respeto al hombre, la dignidad humana y la libertad, para el futuro de nuestra familia humana y para el desarrollo sostenible a largo plazo de nuestro planeta. Sin esta interacción necesaria, las grandes preguntas de la humanidad salen del dominio de la razón y la verdad, y son abandonadas a lo irracional, el mito, o la indiferencia, con un gran daño a la humanidad, a la paz mundial y para nuestro destino final[36].

VII. Fe y María.

Si bien es cierto que Benedicto XVI no escribió ningún documento sobre la Santísima Virgen María, la menciona con frecuencia presentándola como “modelo de fe”. María -enseña Benedicto XVI- es modelo de “la fe obediente”. En efecto, “la fe obediente es la forma que asume su vida en cada instante ante la acción de Dios. Virgen a la escucha, vive en plena sintonía con la voluntad divina; conserva en su corazón las palabras que vienen de Dios y, formando con ellas como un mosaico, aprende a comprenderlas más a fondo (cf. Lc 2, 19.51). María es la gran creyente que, llena de confianza, se pone en las manos de Dios, abandonándose a su voluntad[37].

María, afirmaba Benedicto XVI en una de sus catequesis, es “icono” de la fe obediente. Si en el AT, Abraham es el modelo de la fe, en la plenitud de los tiempos, lo es María. “El evangelista Lucas narra la vicisitud de María a través de un fino paralelismo con la vicisitud de Abrahán. Como el gran Patriarca es el padre de los creyentes, que ha respondido a la llamada de Dios para que saliera de la tierra donde vivía, de sus seguridades, a fin de comenzar el camino hacia una tierra desconocida y que poseía sólo en la promesa divina, igual María se abandona con plena confianza en la palabra que le anuncia el mensajero de Dios y se convierte en modelo y madre de todos los creyentes[38].

María es Madre Verbi y también Mater fidei pues concibe al Verbo encarnado, la Palabra eterna que se hace hombre, mediante un acto de fe. María es modelo de fe porque se abre totalmente sin poner condiciones a la Palabra de Dios. “Contemplando en la Madre de Dios una existencia totalmente modelada por la Palabra, también nosotros nos sentimos llamados a entrar en el misterio de la fe, con la que Cristo viene a habitar en nuestra vida. San Ambrosio nos recuerda que todo cristiano que cree, concibe en cierto sentido y engendra al Verbo de Dios en sí mismo: si, en cuanto a la carne, sólo existe una Madre de Cristo, en cuanto a la fe, en cambio, Cristo es el fruto de todos. Así pues, todo lo que le sucedió a María puede sucedernos ahora a cualquiera de nosotros en la escucha de la Palabra y en la celebración de los sacramentos”[39].

En la Santísima Virgen María aprendemos como la fe desemboca necesariamente en el amor. Ella, “como creyente, que en la fe piensa con el pensamiento de Dios y quiere con la voluntad de Dios, no puede ser más que una mujer que ama”[40]. Es la fe de María lo que hace de ella una mujer de esperanza y que alumbra nuestra esperanza. Su “sí” lleno de fe hizo que sea también modelo de esperanza. “Jesucristo es ciertamente la luz por antonomasia, el sol que brilla sobre todas las tinieblas de la historia. Pero para llegar hasta Él necesitamos también luces cercanas, personas que dan luz reflejando la luz de Cristo, ofreciendo así orientación para nuestra travesía. Y ¿quién mejor que María podría ser para nosotros estrella de esperanza, Ella que con su «sí» abrió la puerta de nuestro mundo a Dios mismo; Ella que se convirtió en el Arca viviente de la Alianza, en la que Dios se hizo carne, se hizo uno de nosotros, plantó su tienda entre nosotros (cf. Jn 1,14)?”[41]

En definitiva, María es “modelo de fe” –en consecuencia de caridad y amor- por su unión inigualable con Cristo. Por eso, en Lourdes, Benedicto XVI afirmaba de una manera audaz: “Todo ha venido de Cristo, incluso María. Todo ha venido por María, incluso Cristo[42].

Valoración final.

Como hemos podido percibir nos encontramos con un magisterio admirable sobre la fe. Corresponde ahora a los teólogos sacar todas las potencialidades de este tesoro que ha significado para la Iglesia el magisterio de Benedicto XVI. 

Para concluir mi modesta exposición, quisiera simplemente agradecer, al hoy Papa emérito Benedicto XVI, por sus enseñanzas sobre la fe. Sus palabras de despedida fueron: “Soy un peregrino que inicia la última etapa de su peregrinación aquí en la tierra”. La fe es lo propio del peregrino, de quien está en camino hacia la patria celestial. Su Santidad Benedicto XVI, gracias por habernos acompañado en nuestra peregrinación en la fe con sus enseñanzas y sobre todo con su ejemplo.   

P. Carlos Rosell De Almeida

Rector (e) de la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima



[1] J. RATZINGER, Homilía en la Santa Misa de inicio del Cónclave. 18/04/2005.

[2] BENEDICTO XVI, Homilía en la Santa Misa de inicio del ministerio petrino. 24/04/2005.

[3] BENEDICTO XVI, Carta apostólica Porta fidei, n. 10.

[4] BENEDICTO XVI, Homilía en la toma de posesión de la Cátedra en San Juan de Letrán. 07/05/2005.

[5] BENEDICTO XVI, Homilía en las primeras vísperas de la Solemnidad de San Pedro y San Pablo con ocasión de la inauguración del año paulino. 28/06/2008.

[6] BENEDICTO XVI, Audiencia general. La conversión de San Pablo. 03/09/2008.

[7] BENEDICTO XVI, Exhortación apostólica Sacramentum caritatis n. 6.

[8] BENEDICTO XVI, Homilía en la Santa Misa de inicio del ministerio petrino. 24/04/2005.

[9] BENEDICTO XVI, Carta apostólica Porta fidei, n. 10.

[10] BENEDICTO XVI, Audiencia general. 03-09-2012.

[11] BENEDICTO XVI, Audiencia general. La fe de la Iglesia. 31/10/2012.

[12]BENEDICTO XVI, Audiencia general. La voluntad de Jesús sobre la Iglesia y la elección de los doce. 15/03/2006.

[13]BENEDICTO XVI, Audiencia general. La voluntad de Jesús sobre la Iglesia y la elección de los doce. 15/03/2006.

[14]BENEDICTO XVI, Homilía en la Santa Misa de la Solemnidad de Pentecostés. 23/05/2010.

[15]BENEDICTO XVI, Audiencia general. La Tradición comunión con el tiempo. 26/04/2006.

[16] BENEDICTO XVI, Discurso al clero de Roma. 13/05/2005.

[17] BENEDICTO XVI, Audiencia. 26/05/2010.

[18] BENEDICTO XVI, Audiencia. 03/09/2012.

[19] BENEDICTO XVI, Exhortación apostólica Verbum Domini, n. 11.

 

 

[20] BENEDICTO XVI, Exhortación apostólica Verbum Domini, n. 25.

[21] BENEDICTO XVIHomilía en la toma de posesión de la Cátedra en San Juan de Letrán. 07/05/2005.

[22] BENEDICTO XVI, Exhortación apostólica Verbum Domini, n. 18.

[23] BENEDICTO XVI, Encíclica Deus caritas est, n.1

[24] BENEDICTO XVI, Encíclica Deus caritas est, n.14

[25]BENEDICTO XVI, Encíclica Caritas in veritate, n.2.

[26] BENEDICTO XVI,  Carta apostólica Porta fidei n. 14.

[27] BENEDICTO XVI, Mensaje para la cuaresma 2013.

[28] BENEDICTO XVI, Encíclica Spe salvi, n.1.

[29] BENEDICTO XVI, Encíclica Spe salvi, n. 7.

[30] BENEDICTO XVI, Encíclica Spe salvi, n. 27.

[31] BENEDICTO XVI, Encíclica Deus caritas est, n. 28.

[32] BENEDICTO XVI, Encíclica Caritas in veritate, n. 57.

[33] BENEDICTO XVI, Audiencia.  21/11/2012.

[34] BENEDICTO XVI,Encuentro con los representantes de la ciencia en el Aula Magna  de la Universidad de Ratisbona. 12/09/2006.

[35] BENEDICTO XVI, Audiencia a los participantes en la Asamblea Pontificia de las Ciencias, 8/11/2012.

[36] BENEDICTO XVI, Audiencia a los participantes en la Asamblea Pontificia de las Ciencias, 8/11/2012.

[37] BENEDICTO XVI, Exhortación apostólica Sacramentum caritatis n. 33.

[38]BENEDICTO XVI, Audiencia general. La Virgen María: icono de la fe obediente. 19/12/2012.

[39] BENEDICTO XVI, Exhortación apostólica Verbum Domini, n. 29.

[40] BENEDICTO XVI, Encíclica Deus caritas est, n. 41.

[41] BENEDICTO XVI, Encíclica Spe salvi, n.49.

[42] BENEDICTO XVI, Procesión eucarística en Lourdes. 14/09/2008.

Exposición itinerante: Toribio Alfonso de Mogrovejo (1538-1606): identidad y multiculturalidad en América latina

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Exposición itinerante:

Toribio Alfonso de Mogrovejo (1538-1606):

identidad y multiculturalidad en América latina

 

 

Extraordinaria muestra sobre Santo Toribio preparada para el Meeting de Rímini del 2006 y que tenemos disponible en el INSTITUTO DE ESTUDIOS TORIBIANOS para exponerla gratis por colegios y parroquias. Pueden verla en el enlace

http://www.ucss.edu.pe/pastoral_universitaria/santo_toribio.html

 

 

 

Escriban a mi   correo: joseantoniobenito1@gmail.com para solicitarla

 

 

Presentación

«Vino Jesús. Y no perdió sus años en gemir e interpelar la maldad de la época. Él zanjó la cuestión. De manera muy sencilla. Haciendo el cristianismo. El salvó. No incriminó al mundo. Lo salvó» (Charles Peguy).

Estas palabras convienen a la figura extraordinaria de Toribio Alfonso de Mogrovejo (Mayorga, España, 1538 – Zaña, Perú, 1606) segundo arzobispo de Lima, Patrono de los Obispos de América Latina. Graduado en Derecho, era Juez principal del Tribunal de la Inquisición de Granada, cuando, en 1579, fue propuesto por Felipe II como sucesor del primer arzobispo de Lima, Jerónimo de Loayza.

Ordenado diácono, sacerdote y obispo en pocos meses, parte hacia Perú, donde desde el 1581 empieza una aventura inmensa y fascinante, ser pastor de la diócesis más grande del mundo, cuyo territorio se extendía del Océano Pacifico a la selva de la Amazonía y a los valles inaccesibles de los Andes, en un mundo en transformación y lleno de contradicciones. El Imperio de los Incas –Tahuantinsuyo- había sido conquistado hacía cincuenta años, sufriendo una metamorfosis con la presencia española que puso las bases de la nueva sociedad mestiza de la peruanidad.

Toribio "no perdió su tiempo": se puso manos a la obra construyendo la Iglesia, que él denominaba "la nueva cristiandad de las Indias". Trece sínodos diocesanos, tres concilios provinciales –especialmente el tercero de 1582- con sus instrumentos catequéticos como el Catecismo trilingüe ( en castellano, quechua y aymara) –primer libro publicado en América del Sur-, las Visitas pastorales, en las que llegó a cada pueblo de su dilatada diócesis recorriendo más de cuarenta mil kilómetros, son los pilares de una civilización cristiana donde las distancias entre las culturas y las tradiciones fueron encontrando en la profundización de la fe el camino de la unidad y de la identidad. Como Pablo en la primitiva Iglesia; Benito, Cirilo y Metodio en la Europa medieval; Francisco de Sales, Carlos Borromeo y Francisco Javier en la Reforma Católica, o Juan de Zumárraga y Tata Vasco en América este gran misionero indica que en un mundo multicultural y multiétnico la fe cristiana induce al encuentro y al diálogo, a la pasión para que la verdad de Cristo sea conocida como respuesta a la exigencia de infinito que constituye el corazón de cada hombre. Como otro Cristo, se hizo servidor de todos apostando por un mundo de verdad, libertad y hermandad. Su vida de contemplativo en la acción fructificó en santos como Rosa de Lima, Martín de Porres, instituciones como el Seminario o el Convento de Santa Clara, organizaciones como nuevas cofradías, parroquias, poblados, leyes y costumbres del nuevo Perú.

 

Primera sección: el Ambiente histórico. Una época de grandes cambios

  1. El Siglo XVI en Europa. Renovación y desarticulación
  2. España en el siglo de oro Unidad nacional y proyección universal. Figuras y obras de un momento espléndido
  3. España y el Nuevo Mundo en el Siglo de oro Conquista de América; evangelización; una nueva síntesis cultural
  4.  

Segunda sección: las raíces

  1. Los años de la formación. Estudiante, licenciado, jurista. Mayorga, Valladolid, Salamanca, Coimbra, Compostela
  2. Inquisidor en Granada. Alcanzado por un destino grande. Ordenación sacerdote en Sevilla, consagrado obispo en Granada. Vida hasta su partida. Travesía fascinante por el Pacífico

 

Tercera sección: Obispo de Lima

  1. Una geografía impresionante. Perú: geografía e historia. 20.000 años de historia
  2. Pasión por el acontecimiento de Cristo. La construcción de un pueblo. "haciendo" el cristianismo"
  3. Tercer Concilio Limense: Trento en América. La "implantatio eclesial" en el Nuevo Mundo. Situación del virreinato

 

Cuarta sección: Pasión por comunicar la verdad: actividad

  1.  Obispo y misionero. Las visitas pastorales. 17 años de camino
  2. Los itinerarios de las visitas. 40.000 kilómetros por amor al hombre. Llevando la certeza de Cristo
  3.  Con sacrificios y tanta alegría. En pos de "algunos indios cimarrones y delincuentes". Testimonios de las visitas.
  4. Sin temor posponiendo dificultades. Donde nadie se atreve. Testimonios de las visitas- 2
  5.  Estudio de las lenguas. "Es más conforme a la razón". Valoración y conocimiento de la cultura.
  6.  Acomodar a la capacidad de los oyentes. El Catecismo trilingüe. El sol, la luna y las estrellas no son Dios.
  7.  Una estructura para la sociedad. La fundación de las instituciones. Hospitales, Parroquias, Cofradías, Colegios.
  8.  La vida cristiana supone lo humano. La urgencia de la educación. Una verdadera formación del pueblo.
  9. Si no es criando la juventud de estas partes. Proveer de obreros idóneos a esta gran mies de indios. El Seminario de Santo Toribio
  10. La contemplación de la belleza. Función pedagógica del arte. A mayor gloria de Dios y ayuda espiritual en las almas.
  11. Su muerte y su heredad. Un cultura de santidad. Toribio y la santidad en el Perú y de los concilios (general)
  12. Pasión por la verdad, pasión por toda persona. Un santo, un hombre. El legado de Toribio.

 

EN PENTECOSTÉS, 19 DE MAYO, FIESTA DE SAN CELESTINO V, EL PAPA DIMISIONARIO CANONIZADO HACE 700 AÑOS

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Providencial que el día de Pentecostés, coincida con la fiesta de San Celestino V - último papa "dimisionario" antes de Benedicto XVI- canonizado el 5 de mayo de 1313, hace por tanto 700 años.

Les comparto la bella homilía de Benedicto XVI cuando visitó sus reliquias con ocasión de los 800 años de su nacimiento, así como un extenso artículo de "Enciclopedia Católica"

http://infocatolica.com/blog/buhardilla.php/1007040522-benedicto-xvi-y-celestino-v (4-julio-2010)

El Papa Benedicto XVI visitó hoy la ciudad de Sulmona, en Italia, y por segunda vez en su Pontificado, oró ante los restos de San Pedro Celestino V, el Pontífice que ha pasado a la historia precisamente por su renuncia al ministerio pontificio. Con ocasión de los 800 años de su nacimiento, Benedicto XVI quiso rendir homenaje nuevamente a su ilustre Predecesor; ya lo había hecho el año pasado cuando, al visitar L'Aquila luego del terremoto, se detuvo en oración frente a sus restos y dejó allí como don el palio que se le había impuesto el 24 de abril de 2005 en la solemne inauguración de su ministerio. Quisiéramos retomar la parte central de su bellísima homilía, en la que Benedicto XVI quiso recoger de la vida de San Celestino V algunas enseñanzas válidas para nuestros días.

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¡Queridos amigos! Mi visita tiene lugar con ocasión del Año Jubilar especial convocado por los obispos del Abruzzo y de Molise para celebrar los ochocientos años del nacimiento de san Pedro Celestino. Sobrevolando vuestro territorio, he podido contemplar la belleza del paisaje y, sobre todo, admirar algunas localidades estrechamente ligadas a la vida de esta insigne figura: el Monte Morrone, donde Pedro condujo por mucho tiempo la vida eremítica; la ermita de san Onofre, donde en 1294 le llegó la noticia de su elección como Sumo Pontífice, que tuvo lugar en el Cónclave de Perusa; y la Abadía de "Santo Spirito", cuyo altar mayor fue consagrado por él después de su coronación, que tuvo lugar en la Basílica de Collemaggio en L'Aquila. A esta Basílica yo mismo, en abril del año pasado, me dirigí para venerar la urna con sus despojos y dejar el palio recibido en el día del inicio de mi Pontificado. Han pasado ya ochocientos años desde el nacimiento de san Pedro Celestino V, pero él permanece en la historia por las conocidas circunstancias de su tiempo y de su pontificado y, sobre todo, por su santidad. La santidad, de hecho, no pierde nunca su fuerza atractiva, no cae en el olvido, no pasa nunca de moda, al contrario, con el paso del tiempo, resplandece cada vez con mayor luminosidad, expresando la perenne tensión del hombre hacia Dios. De la vida de san Pedro Celestino quisiera por tanto recoger algunas enseñanzas, válidas también en nuestros días.

 

Pedro Angelerio desde su juventud fue un "buscador de Dios", un hombre deseoso de encontrar respuestas a los grandes interrogantes de nuestra existencia: ¿quién soy, de dónde vengo, por qué vivo, para quién vivo? Él se puso de viaje buscando la verdad y la felicidad, se puso a la búsqueda de Dios, y, para escuchar su voz, decidió separarse del mundo y vivir como ermitaño. El silencio se convierte así en el elemento que caracteriza su vida cotidiana. Y es precisamente en el silencio exterior, pero sobre todo en el interior, donde él llega a percibir la voz de Dios, capaz de orientar su vida. Hay aquí un primer aspecto importante para nosotros: vivimos en una sociedad en la que cada espacio, cada momento parece que tenga que "llenarse" de iniciativas, de actividades, de sonidos; a menudo no hay tiempo siquiera para escuchar y dialogar. ¡Queridos hermanos y hermanas! No tengamos miedo de hacer silencio fuera y dentro de nosotros, si queremos ser capaces no sólo de percibir la voz de Dios, sino también la voz de quien está a nuestro lado, la voz de los demás.

 

Pero es importante subrayar también un segundo elemento: el descubrimiento del Señor que hace Pedro Angelerio no es el resultado de un esfuerzo, sino que lo hace posible la propia Gracia de Dios, que le precede. Lo que él tenía, lo que él era, no le venía de sí mismo: le había sido dado, era gracia, y era por ello también responsabilidad ante Dios y ante los demás. Aunque nuestra vida sea muy distinta, también vale lo mismo para nosotros: todo lo esencial de nuestra existencia nos ha sido dado sin nuestra aportación. El hecho de que yo vivo no depende de mí; el hecho de que me hayan sido dadas personas que me han introducido en la vida, que me han enseñado qué es amar y ser amado, que me han transmitido la fe y me han abierto la mirada a Dios: todo esto es gracia y no está "hecho por mí". Por nosotros mismos no habríamos podido hacer nada si no nos hubiera sido dado: Dios nos precede siempre, y en cada vida hay cosas bellas y buenas que podemos reconocer fácilmente como gracia suya, como rayo de luz de su bondad. Por esto debemos estar atentos, tener siempre abiertos los "ojos interiores", los de nuestro corazón. Y si aprendemos a conocer a Dios en su bondad infinita, entonces seremos capaces también de ver, con asombro, en nuestra vida – como los santos – los signos de ese Dios, que está siempre cerca de nosotros, que es siempre bueno con nosotros, que nos dice: "¡Ten fe en mí!".

 

En el silencio interior, en la percepción de la presencia del Señor, Pedro de Morrone había madurado, además, una experiencia viva de la belleza de la creación, obra de las manos de Dios: sabía captar su sentido profundo, respetaba sus signos y sus ritmos, hacía uso de ella para lo que es esencial a la vida. Sé que esta Iglesia local, como también las demás del Abruzzo y de Molise, están activamente comprometidas en una campaña de sensibilización para la promoción del bien común y de la salvaguardia de la creación: os animo en este esfuerzo, exhortando a todos a sentirse responsables de su propio futuro, como también del de los demás, respetando y custodiando la creación, fruto y signo del Amor de Dios.

 

En la segunda lectura de hoy, tomada de la Carta a los Gálatas, hemos escuchado una bellísima expresión de san Pablo, que es también un retrato espiritual perfecto de san Pedro Celestino: "Yo sólo me gloriaré en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo está crucificado para mí, como yo lo estoy para el mundo" (6,14). Verdaderamente la Cruz constituyó el centro de su vida, le dio la fuerza de afrontar las duras penitencias y los momentos más comprometidos, desde su juventud hasta su última hora: él fue siempre consciente de que de ella viene la salvación. La Cruz dio a san Pedro Celestino también una clara conciencia de pecado, siempre acompañada de una también clara conciencia de la infinita misericordia de Dios hacia su criatura. Viendo los brazos completamente abiertos de su Dios crucificado, se sintió llevar al mar infinito del amor de Dios. Como sacerdote, tuvo experiencia de la belleza de ser administrador de esta misericordia absolviendo a los penitentes del pecado, y, cuando fue elegido a la Sede del Apóstol Pedro, quiso conceder una particular indulgencia, llamada "La Perdonanza". Deseo exhortar a los sacerdotes a que se conviertan en testigos claros y creíbles de la buena noticia de la reconciliación con Dios, ayudando al hombre de hoy a recuperar el sentido del pecado y del perdón de Dios, para experimentar esa alegría sobreabundante de la que el profeta Isaías nos habló en la primera lectura (cfr Is 66,10-14).

 

Finalmente, un último elemento: san Pedro Celestino, aún llevando una vida eremítica, no estaba "cerrado en sí mismo", sino que estaba lleno de la pasión de llevar la buena noticia del Evangelio a los hermanos. Y el secreto de su fecundidad pastoral estaba precisamente en "permanecer" con el Señor, en la oración, como se nos ha recordado también en el pasaje evangélico de hoy: el primer imperativo es siempre el de orar al Señor de la mies (cfr Lc 10,2). Y sólo después de esta invitación, Jesús define algunos compromisos esenciales de los discípulos: el anuncio sereno, claro y valiente del mensaje evangélico – también en los momentos de persecución – sin ceder ni a la fascinación de la moda, ni al de la violencia o de la imposición; el desapego de la preocupación por las cosas – el dinero y el vestido – confiando en la Providencia del Padre; la atención y cuidado en particular hacia los enfermos en el cuerpo y en el espíritu (cfr Lc 10,5-9). Estas fueron también las características del breve y sufrido pontificado de Celestino V, y estas son las características de la actividad misionera de la Iglesia en toda época.

 

(PIETRO de MURRONE) http://ec.aciprensa.com/c/celestino5.htm

Nació en 1215, en la provincia Napolitana de Molina; electo en Perugia el 5 de Julio, 1294; consagrado y Coronado en Aquila el 29 de Agosto; abdicó en Napoles el 13 de Diciembre, 1294; murió en el Castillo de Fumone el 19 de Mayo de 1296. Fue de humilde ascendencia, llegó a ser monje Benedictino a la edad de 17 aÑos y fue ordenado sacerdote en Roma. Su amor por la soledad le llevó a internarse en las grutas del Monte Murrone en los Abruzios (de donde tomó su sobrenombre), y más tarde se internó en la soledad del Monte Majella. Copió el modelo de Juan El Bautista, usando ropas ásperas atadas con un nudo y una cadena de hierro abarcaba su escuálida figura. Ayunaba cada día excepto los Domingos; durante la Cuarezma el guardaba cuatro días, pasando tres de ellos a pan y agua; el día entero y parte de la noche lo consagraba a la oración y al trabajo. Como ocurre generalmente en los casos de santidad, el deseo de Pietro por la soledad no era concedido. Habian muchos seguidores que imitaban su estilo de vida, antes de su muerte habían 36 monasterios, 600 religiosos, honrando su nombre papal (Celestino). La orden fue aprobada como una rama de los Benedictionos por Urbano IV en 1264. Esta congregación de (Benedictinos) Celestinos no debe ser confundida con la orden (Franciscana) Celestinos, llamados "espirituales" a quién el Papa Celestino permitió en 1294 vivir como ermitaños de acuerdo a la regla de San Francisco, pero dependientes de los superiores Franciscanos. En gratitud ellos se llamaron despues del papa (Pauperes eremitae Domini Celestine), pero fueron disueltos y dispersos en 1302 por Bonifacio VIII. quiénes legitimaron las disputas de los Espirituales. (Heimbucherm, Orden und Kongregationen 2nd ed. Paderborn, 1907); I, 280; II, 360).

En 1284, Pietro, cansado de gobernar, dejó a su vicario Roberto a cargo y se internó en las grutas. Sería bueno que algún estudiante Católico invirtiera tienpo investigando la vida espiritual de aquella época; por lo que es cierto que el ermitaño piadoso no aprobó los principios heréticos sostenidos por los líderes, e igualmente cierto que los fanáticios hicieron abundante uso de su nombre durante su vida y después de su muerte.

En Julio de 1294, sus piadosos ejercicios fueron interrumpidos súbitamente, por una escena sin paralelo en la historia de la iglesia. Tres eminentes dignatarios, acompañados de una inmensa multitud de monjes y laicos, ascendió la montaña, y anunció que Pietro había sido escogido Papa por votación unánime del Sagrado Colegio Cardenalicio y humildemente le solicitaron que aceptara ese honor. Dos años y tres meses habían transcurrido desde la muerte de Nicolás IV (4 de Abril, 1292) sin mucho prospecto de que el Cónclave en Perugia votara a favor de un candidato. De los doce Cardenales que componían el Sacro Colegio seis eran Romanos, cuatro Italianos y dos Franceses. El espíritu intrigante de los Guelph and Gibelinos, que era epidémico en Italia, dividía el Cónclave, así como la ciudad de Roma, en dos partidos hostiles el de los Orsini y el de los Colonna. Una visita personal a Perugia, en la primavera de 1294, de Carlos II de Nápoles, quién necesitaba la autoridad papal para gobernar Sicilia, solamente exasperó los ánimos, fuertes palabras fueron intercambiadas entre el monarca Angevin y el Cardenal Caetani, y al mismo tiempo con el intelectual líder de los Colonna el que más tarde sería el Papa Bonifacio VIII, su más acérrimo enemigo. Cuando la situación era desesperante, el Cardenal Latino Orsini amonestó a los Cardenales que Dios había designado a un santo ermitaño y que si los Cardenales no llevaban a cabo su tarea dentro de cuatro meses, Dios visitaría la Iglesia con severos castigos. Todos sabían que se refería a Pietro de Murrone. La proposición fue aprovechada por el exhausto conclave y la elección fue llevada a cabo por unanimidad. Piedro oyó de su consagración con lágrimas en los ojos; pero después de una breve oración, obedeció lo que parecía ser la voz de Dios, ordenándole a sacrificar sus aspiraciones personales en aras del bienestar del pueblo. Luchar era imposible, incluso si hubiese contemplado esa posibilidad. Muy pronto las noticias atrajeron multitudes que, (en número de 200,000) le rodearon. Su consagración fue particularmente bienvenida por los Espirituales, quiénes vieron la realización de las profecías de que el reino del Espíritu Santo había llegado y lo proclamaron como el "primer Papa rico" (Infierno, Canto XIX). El Rey Carlos de Nápoles, y su hijo Carlos de Martel, Rey de Hungría, tomaron al Papa Celestino bajo su honorable custodia.

En respuesta a la petición de los Cardenales, de que el llegaria a Perugia a ser Coronado, Pietro, bajo la instigación de Carlos, convocó al Sacro Colegio a encontrarse con el en Aquila, un pueblo fronterizo del Reinado de Nápoles. Pietro entró cabalgando un manso borrico, entre los dos monarcas, solamente tres de los cardenales habían llegado, el rey ordenó que fuese Coronado, ceremonia que se repitió en una forma tradicional algunos dias mas tarde (una doble coronación papal). El Cardenal Latino estaba tan desconsolado con el curso de los acontecimientos que se sintió enfermo y murió. Pietro tomó el nombre de Celestino V. Cometió muchos errores en el curso de cinco meses. No hay registro de ellos, porque los actos oficiales fueron anulados por su sucesor. El 18 de Septiembre el nombró doce nuevos cardenales, siete de los cuales eran Franceses, y el resto con una posible excepción, Napolitanos, anticipando el camino a Avignon y el Gran Cisma. Dies dias después el presiona a los Cardenales a que renueven la rigurosa ley de Gregorio X, regulando el Cónclave, que Adrian V había suspendido. En Monte Casino, en su camino a Nápoles, se esfuerza por varias las reglas de la hermita y se muestra complaciente con todos. En Benevento el nombra Cardenal al Obispo de la ciudad, sin observar las formas tradicionales. mientras los asuntos urgentes de oficina se acumulan, llega a nombrar a tres personas diferentes para un mismo cargo. En consecuencia, los asuntos de la Curia cayeron en un desorden extremo. Al llegar a Nápoles, se hizo construir una celda de monje, igual a la que el amaba en su retiro de Abruzzi. Los asuntos de Estado le tomaban mucho tiempo para poder dedicarse a sus ejercicios de piedad. El sintió que su alma estaba en peligro. El pensamiento de la abdicación parece haber ocurrido simultáneamente al Papa y a los descontentos Cardenales, a quiénes el raramente consultaba.

La idea de la abdicación fue originada con el Cardenal Caetani pero negada más tarde por el mismo. Los canónicos serios dudaban: Puede un papa renunciar? el no tiene un superior en la tierra, quién está autorizado a aceptar su renuncia? La solución al problema fue resuelta por el Cardenal Caetani, un jurista, reconocido conocedor del derecho de la iglesia quién busca los argumentos legales para la renuncia y quién basó su conclusion en el sentido común y los derechos de la preservación de la Iglesia misma.

En el "Liber Sextus" I, VII, 1 el Cardenal Caetani, quién llega a ser Bonifacio VIII, extiende el siguiente decreto : "Algunas personas curiosas, argumentan sobre asuntos no convenientes, precipitadamente, con poca prevision, contra la enseñanza de los Apóstoles, quieren conocer más de lo que está permitido con ansiedad y duda. Depende del Romano Pontífice, renunciar al papado con honor, especialmente cuando se reconoce el mismo incapaz de regir la Iglesia Católica Universal y considerando la carga que esto supone para el Sumo Pontífice. El Papa Celestino V, nuestro predecesor, deseando acabar con toda indecision acerca del asunto de la renuncia, y habiendo deliberado con sus hermanos de comunidad, los Cardenales de la Iglesia Romana, quiénes son uno, y con el visto bueno y asentimiento de todos nosotros y por la autoridad Apostólica establecida, se ha decretado de que el Romano Pontífice puede libremente renunciar. Por consiguiente, para que esta promulgación con el transcurso del tiempo, no quede en el olvido y para que cualquier duda pueda revivir la discusión, ha sido puesta entre otras constituciones, bajo perpetua memoria según el consejo de nuestros hermanos".


Cuando se conoció la noticia de que Celestino contemplaba renunciar, la excitación en Nápoles fue intensa. El Rey Carlos, quién había iniciado esta crisis, organizó una gran oposición. Una procesión de clérigos y monjes rodeó el Castillo, y con lágrimas en los ojos y oraciones imploraron al Papa a que continuara al mando. Celestino no estaba de acuerdo y dió una respuesta evasiva. Habia una multitud cantando el Te Deum la cual se retiró. Una semana más tarde (13 de Diciembre) la resolución de Celestino fue irrevocablemente firme; reuniendo a los Cardenales, leyó la constitución mencionada por Bonifacio en el "Liber Sextus", anunció su renuncia y proclamó a los Cardenales libres de hacer una nueva elección. Después de un período de nueve días bajo la legislación de Gregorio X, los Cardenales entraron al Cónclave y Beneditco Caetani fue proclamado Papa con el nombre de Bonifacio VIII. Después de revocar muchos de los cambios hechos por Celestino, Bonifacio trajo a Roma a Celestino vestido ahora con ropas humildes. Lo forzó a tenerlo bajo custodia. Celestino permaneció en una celda en Abruzzi, escapó a San Germano ante la alegría de los monjes que lo ven reaparecer en Majella. Bonifacio ordenó su arresto; pero Celestino evadió a sus perseguidores por muchos meses resguardándose en las montañas y bosques. Finalmente trató de cruzar el mar Adriático hacia Grecia, pero, impedido de hacerlo por una tempestad, fue capturado a los pies del Monte Gargano y devuelto a las manos de Bonifacio quién lo confinó en una estrecha celda en el Castillo de Fumone cerca de Anagni (Analecta Bollandiana, 1897, XVI, 429-30). Ahí, después de ayunar y orar durante nueve meses, cuidadosamente atendido y vigilado por dos monjes y rudamente tratado por los guardias, llegó al final de su extraordinaria vida a la edad de noventa y cinco años. Es una calumnia que Bonifacio le haya tratado duramente y que le haya asesinado. Algunos años después de su canonización por Clemente V en 1313, sus restos fueron transferidos de Ferentino a la Iglesia de su orden en Aquila, donde son objeto hasta la fecha de gran veneración. Su fiesta es celebrada el 19 de Mayo.

Acta SS. May, IV, 419; Bibl. hagiogr. Latina, 979 seq.; Analecta Bollandiana (1897), XVI, 365-82 (the oldest life of Celestine); CELIDONIO, Vita di S. Pietro del Morrone, Celestino papa quinta, scritta su' documenti coevi (Sulmona, 1896); IDEM, La non-autenticita degli Opuscula Coelestina (ibid., 1896; these opuscula edited by TELERA, Naples, 1640, may have been dictated, but not composed by Celestine); ROVIGLIO, La rinuncia de Celestino V (Verona, 1894); AUTINORI, Celestino V ed il sesto anniversario della sua coronazione (Aquila, 1894); RAYNALDUS, Ann. eccl. ad ann. 1294-96; HEFELE, Conciliengeschichte, V; also the histories of the City of Rome by VON REUMONT and by GREGOROVIUS.

JAMES F. LOUGHLIN 
Transcrito por WGKofron
Traducido por Nydia de Rayo

EL ESPÍRITU SANTO ESTÁ. VIGILIA DE PENTECOSTÉS

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Reflexión dominical 19.05.13

EL ESPÍRITU SANTO ESTÁ

 "El que tenga sed, que venga a mí y beba el que cree en mí; como dice la Escritura: "de sus entrañas manaran ríos de agua viva".

Es el mismo san Juan quien explica que Jesús "dijo esto refiriéndose al Espíritu, que habían de recibir los que creyeran en Él".

Y hay algo más interesante en la explicación, como Jesús no había sido glorificado con su resurrección y ascensión, todavía no se había dado el Espíritu a los suyos.

Pues sí, amigos, muchas veces prometió Jesús el Espíritu Santo y al fin llegó. Y llegó el día de Pentecostés cuando estaban todos reunidos en el mismo lugar. Hoy lo celebramos:

Un fuerte ruido, como de viento recio, unas llamas de fuego, y el alboroto del don de lenguas fueron los signos externos con que el Espíritu Santo manifestó su presencia.

El fruto fue grande.

Aquellos cobardes comenzaron a evangelizar con valentía, predicando que las autoridades del pueblo habían matado a Jesús pero Dios cumplió su promesa resucitándolo. Ellos eran testigos.

Desde entonces, de una manera especial, el Espíritu sigue actuando en la Iglesia de Jesús.

Él la lleva de la mano hacia la Parusía.

Es Él quien la embellece y purifica a diario.

Si examinamos la Escritura nos damos cuenta de cómo fue el Espíritu quien condujo al mismo Jesús: lo encarnó, lo llevó al desierto, a Galilea y, finalmente, a Jerusalén, donde debía ser crucificado. El mismo Espíritu lo resucitó.

También condujo a María a la fecundidad virginal y la fue transformando en la amada de Dios.

Siempre abierta, como una esclava, para hacer la voluntad del Padre.

En la liturgia de hoy vemos cómo también transformó a los apóstoles.

Los llenó de dones y valentía hasta el punto de conducirlos hasta el martirio. Es Él mismo el que ilumina también hoy a la Iglesia, es decir, a cada uno de los que formamos parte del cuerpo místico de Cristo, haciéndonos hijos de Dios. Por eso podemos llamar Abbá, Padre, al mismo Dios.

Y si queremos saber lo que hace continuamente el Espíritu Santo, nos lo dice el Vaticano II en este Año de la Fe:

"Con la fuerza del Evangelio rejuvenece la Iglesia, la renueva incesantemente y la conduce a la unión consumada con su Esposo. En efecto, el Espíritu y la Esposa dicen al Señor Jesús ven. Y así toda la Iglesia aparece (según dicen los santos padres) como "un pueblo reunido en virtud de la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo".

En el Evangelio de hoy Jesús nos dice "si me amáis guardaréis mis mandamientos. Yo le pediré al Padre que os dé otro Defensor que esté siempre con vosotros".

Es preciso tener esto en cuenta ya que podemos perder el don más maravilloso que Dios nos ha dado por medio de Jesús.

Y más adelante el Señor continúa: "El Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho".

Es por tanto el Espíritu Santo quien llena nuestra inteligencia "enseñándonos" y nuestro corazón "recordándonos".

Este día de Pentecostés será una riqueza muy especial para ti, si respondes a estas preguntas u otras que tú mismo te puedes hacer en oración:

¿Conoces la obra del Espíritu Santo en la Iglesia?

¿Sabes que el Espíritu Santo nos hace a todos un cuerpo con Cristo, Él la cabeza y nosotros los miembros?

¿Sabes las maravillas que Dios ha hecho en tu alma, desde el bautismo, por medio del Espíritu Santo?

¿Se lo has agradecido?

Con la Iglesia repitamos hoy estas invocaciones:

"Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles…"

"Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la paz de la tierra".

 

José Ignacio Alemany Grau, obispo

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MARÍA: MADRE, MAESTRA Y AUXILIADORA. P. Vicente Santilli, SDB, Lima mayo 2013

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Magnífica conferencia pronunciada a la FENIS, Lima 19 DE MAYO 2013 por el P. Vicente Santilli

 MARÍA: MADRE,  MAESTRA Y AUXILIADORA

 

"Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre María de Cleofás y María Magdalena. Jesús, viendo a su madre y al lado al discípulo amado dice a su madre:

"Mujer, ahí tienes a tu hijo. Después dice al discípulo: Ahí tienes a tu madre. Y desde aquel momento el discípulo se la llevó a su casa".( Jn 19, 25-27)

 

 

1.   María, el rostro más bello de la Iglesia

 

Si los Santos son el rostro mejor de la Iglesia, con mayor intensidad brilla el de la Virgen María. Desde el momento que se asemeja más a Jesús. Ella es también modelo e imagen joven de la Iglesia. Ella tiene mucho que enseñarnos en nuestra peregrinación por el mundo hacia la casa del Padre. Ella, como madre vigilante nos ayuda, aun en medio de tantas miserias y debilidades, a mantenernos limpios de la corrupción que nos ataca por todos los lados.

 

María de Nazaret es la criatura que logró realizar más plenamente el proyecto de Dios en su vida. Fue llena de gracia y del Espíritu Santo. Y se nos presenta como modelo e icono de la vida del cristiano. Ella acepta incondicionalmente la invitación del Ángel, y con alegría, sin encerrarse en sí misma en forma narcisista,  inmediatamente, se pone en camino para ayudar a su prima Isabel, necesitada de su servicio. Y así como  formó en su seno al Hijo de Dios, nos puede educar a nosotros hasta configurarnos con su Hijo Jesús.

Don Bosco se puso a su escuela… Fue dócil a sus enseñanzas. Hoy sabemos que la Maestra y el discípulo, fueron extraordinarios. Contribuyeron grandemente a rejuvenecer el rostro de la Iglesia del siglo XIX, lleno de grandes problemas. Esto es lo que nos toca realizar ahora a cada uno. Para esto debemos acogerla en casa.

 

En esta charla, quisiera tocar tres puntos:

a)      María, fundadora de la Congregación,

b)      El santuario de María Auxiliadora, construido por Don Bosco como gratitud,

c)      y nuestro empeño en vivir y difundir la devoción a la Virgen.

 

2.   María, fundadora de la Obra salesiana

Sueño de los 9 años:

Conocemos el ambiente: un grupo de muchachos que blasfemaban y Juanito se lanza en medio de ellos para hacerlos callar a gritos y puñetazos.

Antes aparece una persona venerable, vestido solemnemente. Lo llama por nombre. Le da la tarea de guiar a esos muchachos no con golpes, sino con la mansedumbre y la caridad. Él se escusa. El personaje le habla de ciencia y que le dará una Maestra. A la pregunta ¿quién es usted?, el personaje le dice: mi nombre, pregúntaselo a mi Madre. Aquí aparece la Señora. Lo toma bondadosamente de la mano. Ve que en lugar de los muchachos han aparecido animales. Y la Señora le dice: Éste es el campo en el que debes trabajar. Hazte humilde, fuerte y robusto. Los animales se transforman en corderos, y la Señora le dice que él debe hacerlo con sus hijos. No entiende y llora. Ella poniéndole la mano sobre la cabeza: a su debido tiempo lo comprenderás todo, le dice.

 

Solo tres frases de Don Bosco:

* 26 de enero de 1854: "La Virgen quiere que comencemos una sociedad. Nos llamaremos salesianos".

* 1864, después de narrar el sueño de la pérgola de rosas, con énfasis Don Bosco afirma: "Es la Virgen la que quiere nuestra Congregación".

* En 1862 en una conversación con Juan Cagliero había dicho: "María Santísima es la fundadoray será la sostenedora de nuestras obras" (MB VII, 334).

Esta convicción va creciendo progresivamente según se van verificando los acontecimientos ordinarios y extraordinarios en los que Don Bosco toca con mano la intervención de la Virgen.

 

a)    Inmaculada y Auxiliadora

Don Bosco empieza su obra con la devoción a la Consolata, que en Turín era la devoción más difundida. Él mismo por muchos años va todos los días a confesar en el santuario de la Consolata. A partir de 1854, año en que se definió el dogma de la Inmaculada, Don Bosco se orienta ya hacia esta devoción, tanto más que en el día de la Inmaculada, con una sencilla Ave María había empezado su obra. Desde entonces, la fiesta de la Inmaculada fue siempre muy solemne. Se inspiraba en ella para inculcar la virtud de la pureza, de la rectitud  y transparencia a los jóvenes y a sus hijos.

 

Posteriormente, Don Bosco tuvo la idea de construir una grande iglesia a la Virgen. Quien da testimonio de ello es Don Pablo Albera (estamos en el año 1862).

 

"Un sábado del mes de diciembre, tal vez el día 6, Don Bosco, habiendo terminado de confesar a los jóvenes, cerca de las 11 de la noche, bajó a la cena en el comedor cercano a la cocina. Don Bosco estaba muy pensativo. El clérigo Álbera estaba solo con él, cuando Don Bosco le confió: yo he confesado tanto y, en realidad, casi no sé qué habré dicho o hecho, porque una idea me apremiaba permanentemente y me distraía. Yo pensaba: nuestra iglesia es demasiado pequeña;  no puede acoger a todos los jóvenes, a menos que estén todos apretujados. Por lo tanto construiremos otra más bella y más grande, que sea magnífica. Le daremos el título: 'iglesia de María santísima Auxiliadora'. No tengo ni un centavo, ni sé de donde tomaremos el dinero, pero esto no importa. Si Dios la quiere se hará. Yo intentaré y si no se logra hacer, la vergüenza del fracaso será toda para Don Bosco. Y que la gente diga: coepit aedificare et non potuit consummare" (MB 7,333-334)

 

En realidad ya desde 1844, cuando iba peregrinando de una parte a otra con los muchachos para encontrar un lugar estable, tuvo un sueño que rememoraba el de los 9 años. La Señora lo llevó a un "campo sembrado de maíz, papas, coles, remolachas y otras muchas verduras.

 

-          Observa de nuevo, me dijo.

Lo hice. Entonces pude contemplar una iglesia estupenda y alta. La orquesta y la música instrumental y vocal me invitaban a cantar la misa. En el interior de la iglesia había una franja blanca en la que estaba escrito con caracteres cubitales: "Esta es mi casa, de aquí saldrá mi gloria" (MO 186).

 

El sueño se había repetido el año siguiente, con un particular más: la iglesia habría surgido en el "lugar donde los gloriosos mártires de Turín Adventor, Solutor  y Octavio sufrieron su martirio" (MB 2,229). Naturalmente, estos sueños Don Bosco los comprendería solo posteriormente, viendo el desarrollo de su obra, signo tangible de la asistencia divina y de la presencia de María.

 

 

b)    Los orígenes históricos del título de "Auxiliadora"

El título de Auxiliadora ya había sido introducido en las letanías lauretanas a fines del siglo 16. Y era venerado también en Turín donde existía muy activa una hermandad bajo este nombre  en la iglesia de san Francisco de Paula. Pío VII en 1815, de regreso de su prisión napoleónica, retomó este título mariano para agradecer a María auxilio de la Iglesia y de los cristianos, instituyendo la fiesta para el 24 de mayo.

 

Se perfilaban tiempos nada fáciles. Efectivamente, el historiador Santiago Martina escribe que a mediados de 1880 la historia de la Iglesia se caracterizaba "por un choque violento entre lo viejo y lo nuevo, entre las estructuras de una sociedad oficialmente cristiana y la afirmación, cada vez más decidida, de la ciudad secular. Surge el espectáculo de un período crucial en la historia de la Iglesia que plantea de nuevo los términos de la confrontación entre el cristianismo y las culturas de las diversas épocas históricas con las que hubo de enfrentarse".

 

Uno de los momentos más agudos de este "violento encuentro" es la cuestión de Roma y del Estado Pontificio que parecía irremediablemente destinado  a ser conquistado por el "Reino de Italia".  Los obispos de Umbría, el 2 de febrero de 1860, invitan a los fieles a rogar a Dios "por intercesión del Corazón inmaculado de María Madre de Dios, Auxiliadora de los cristianos".

 

En este contexto en 1862, se dan los hechos de Espoleto. "La Virgen desde una antigua imagen de una iglesia en ruinas, cerca de Spoleto,  había hablado a un niño de 5 años y empezaba a conceder favores y gracias especiales. La noticia se divulgó rápidamente, despertando entusiasmo. Las peregrinaciones se multiplicaron desmesuradamente en el giro de pocos días. El arzobispo de Espoleto, monseñor Juan Bautista Arnaldi, impresionado por la cantidad de gente que allí acudía y por la piedad que allí se había suscitado, decretó que a la sagrada imagen le fuese dado el título de Auxilium Chrsitianorum, y se volvió un entusiasta difusor de los hechos y del culto a la Auxiliadora". (A. Giraudo).

 

Estos hechos se sucedieron en un clima de tensión entre Iglesia y Estado. El poder temporal del Papa estaba llegando a su fin. Pero Espoleto había sido sede episcopal de Pío IX y las apariciones animaban a los católicos italianos: el Señor no abandonaba su Iglesia y la protegía por medio de su santísima Madre.

 

"La Auxiliadora había sido definida por monseñor Arnaldi "astro luciente que brilla en  la oscuridad de los tiempos, protectora de la Iglesia católica, consoladora del romano Pontífice, calumniado y combatido de mil formas por los enemigos de la fe, batallera fortísima, terror del infierno, salvadora del pueblo fiel, refugio de los atribulados, esperanza de triunfo de la Iglesia y de su Augusta cabeza". (A. Giraudo).

En Turín las páginas del periódico Armonía, dieron amplia difusión a estos hechos. Don Bosco se interesa de lo sucedido y se llena de entusiasmo porque el título de Auxiliadora le parecía el más apto para manifestar su reconocimiento a la Virgen por todas las ayudas recibidas. Fue también en estas circunstancias que tuvo el sueño de las dos columnas. Teniendo como referentes  los signos que había tenido en sueños y visiones anteriores, prepara los planos para la edificación del Santuario de María Auxiliadora. No dispone de medios económicos, como él había dicho, pero está convencido que la misma Virgen edificaría su casa. "La Virgen pensará en hacer que llegue el dinero necesario", dice al maestro de obras. Y luego a confiará a los salesianos: "Cada ladrillo de esta iglesia es una gracia de la Virgen".

 

3.   Santuario de María Auxiliadora

 

Don Bosco cuando se proponía algo, lo realizaba. Sopesaba las cosas, pero se lanzaba con audacia. No se asustaba ante las dificultades, porque lo que lo empujaba era la fe en Dios y en su divina Providencia. Es por eso que, sin tener una mínima base económica se lanzó a la empresa.

Antes tuvo que adquirir el terreno del seminario que él mismo en 1854 había vendido a los Rosminianos. Todo se concluyó el 11 de febrero de 1863. Recordemos que el 11 de febrero de 1858 hubo la primera aparición en Lourdes. Él confía en los bienhechores y al apoyo de las autoridades, enviando cartas a todo el mundo.

Para el proyecto llamó antes una comisión de arquitectos, y luego, viendo que cada uno quería imponer su propio proyecto y que las discusiones no terminaban nunca, confió todo al ingeniero Antonio Spezia, el mismo que había  hecho la capilla Pinardi.

Los trabajos fueron confiados al empresario Carlos Buzzetti, antiguo oratoriano. Entre el terreno y otras adquisiciones, en mayo de 1863 había gastado 4 mil liras. Pero, poco a poco se fue avanzando. No solo Don Bosco se movía para conseguir el dinero, sino también para la aprobación. El diseño de la iglesia fue sometido al examen del canónico Lorenzo Gastaldi, quien lo aprobó y sugirió algunas modificaciones funcionales que en parte fueron aceptadas.

 

Es conocido el hecho del primer pago que hizo Don Bosco a Buzzetti. Lo llamó y le dijo:

     "Quiero darte enseguida un adelanto para los grandes trabajos. No sé si será mucho, pero es todo lo que tengo. Y hablando sacó su monedero, lo abrió y lo vació en las manos de capataz, que pensaba de llenarlas de monedas de oro. En cambio ¡cuál no fue la sorpresa de él y de los que lo acompañaban cuando vieron que había solo 8 céntimos! Y Don Bosco, sonriendo añadió: -Quédate tranquilo; la Virgen pensará a proveer el dinero necesario para su iglesia. Yo seré solo el instrumento, el cajero-. Y dirigiéndose a los que estaban a su lado, concluyó: -¡verán!" (MB 7,652).

 

A pesar de la crisis del estado italiano y otros problemas, Don Bosco siguió adelante confiando en la Virgen. El primer milagro por intercesión de María fue el del banquero Cotta, conseguido de manera asombrosa.

El senador Cotta estaba muy enfermo. Los médicos no le daban ninguna esperanza. Don Bosco lo fue a visitar y el enfermo con un hilo de voz le dice que le queda poco tiempo y luego debe partir para la eternidad.

-          No, senador, le responde Don Bosco. La Virgen necesita de usted en este mundo. Usted tiene que vivir para ayudarme a construir su iglesia.

-          No hay esperanza -suspira el anciano-.

Don Bosco lo tranquiliza y le dice:

¿Y qué haría si María Auxiliadora le concediese la gracia de curar?

El senador sonriendo, apuntó con dos dedos hacia Don Bosco: "Dos mil liras. Si sano pagaré dos mil liras durante seis meses para la iglesia de Valdocco".

"Pues bien, -dice don Bosco- yo voy a hacer rezar a mis muchachos y le espero completamente curado.

Tres días después el senador ya curado, acudió donde Don Bosco. "Aquí estoy -dijo a Don Bosco-. La Virgen me curado y he venido a pagar mi primera deuda" (Cf T. Bosco).

Así Don Bosco, confiando en la ayuda de María, pudo levantar el templo de María Auxiliadora.

 

c)    Nuestro compromiso: Conocer a María, amarla, imitarla, difundir su devoción.

SEDES SAPIENTIAE, SEDE DE LA SABIDURÍA

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http://oraciondelmilitante.blogspot.com/


Les comparto esta dirección a la que se pueden suscribir y que vienen como anillo al dedo a cuantos tenemos a la SEDES SAPIENTIAE como Madre y Maestra.

22/05/2013, Miércoles de la séptima semana de Tiempo Ordinario

Lectura del libro del Eclesiástico (4, 12-19)

La sabiduría instruye a sus hijos, estimula a los que la comprenden. Los que la aman, aman la vida, los que la buscan alcanzan el favor del Señor; los que la retienen consiguen gloria del Señor, el Señor bendecirá su morada; los que la sirven, sirven al Santo, Dios ama a los que la aman. Quien me escucha juzgará rectamente, quien me hace caso habitará en mis atrios; disimulada caminaré con él, comenzaré probándolo con tentaciones; cuando su corazón se entregue a mí, volveré a él para guiarlo y revelarle mis secretos; pero, si se desvía, lo rechazaré y lo encerraré en la prisión; si se aparta de mí, lo arrojaré y lo entregaré a la ruina.

Salmo responsorial (Sal 118, 165. 168. 171. 172. 174. 175)

R. Mucha paz tienen los que aman tus leyes, Señor.

Mucha paz tienen los que aman tus leyes, y nada los hace tropezar. R.

Guardo tus decretos, y tú tienes presentes mis caminos. R.

De mis labios brota la alabanza, porque me enseñaste tus leyes. R.

Mi lengua canta tu fidelidad, porque todos tus preceptos son justos. R.

Ansío tu salvación, Señor; tu voluntad es mi delicia. R.

Que mi alma viva para alabarte, que tus mandamientos me auxilien.R.

Lectura del santo evangelio según san Marcos (9, 38-40)

En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús: -«Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros». Jesús respondió: -«No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mi. El que no está contra nosotros está a favor nuestro».

 
Miércoles de la séptima semana de Tiempo Ordinario – Puntos de oración

La lectura del libro del Eclesiástico, que estamos recorriendo esta semana nos va mostrando la sabiduría de Dios. En los puntos para la oración podemos centrarnos en la primera lectura de hoy. Pidamos luz al Espíritu Santo para que nos alcance uno de sus siete dones, precisamente el de Sabiduría, para que ahondemos en la Palabra de Dios y la saboreemos. 

La sabiduría, maestra y madre. La lectura nos presenta la sabiduría como una maestra y como una madre, que enseña a sus discípulos e hijos. La relación con la sabiduría (como con toda realidad educativa y materno-filial) es recíproca, es un diálogo. Fijémonos en los verbos de este pasaje. (a) La sabiduría instruyeestimula a sus hijos. Y (b) nosotros, como hijos-discípulos, hemos de amar, buscar, retener y servir a la sabiduría. La consecuencia de este diálogo es que alcanzamos así elfavor, la gloria, la bendición y el amor de Dios. O como afirma el salmo responsorial (que es como un eco de la primera lectura), la paz: "mucha paz tienen los que aman tus leyes, Señor". ¿Nos sentimos así, en los brazos de Dios, que nos cuida, que nos instruye, que nos estimula? ¿Le correspondemos con la búsqueda de su voluntad, con el "en todo amar y servir" ignaciano de los Ejercicios Espirituales? ¿Experimentamos su paz, esa paz que no puede dar el mundo, cuando vivimos buscando y uniéndonos a Dios mismo que es la Sabiduría?

María, discípula y maestra, hija y madre de la Sabiduría. Desde el siglo XII se refieren a la Virgen en las letanías los títulos de madre de la sabiduría, trono de la sabiduría, fuente de la sabiduría y casa de la sabiduría. ¡Qué sugerentes son todas estas imágenes! Podemos saborearlas en la oración y plantearnos por qué se las aplicamos en sentido propio a María.

María es madre de la Sabiduría, en doble sentido: biológico, porque Ella llevó en su seno y dio a luz a Jesucristo, la Sabiduría de Dios, y en sentido espiritual, porque acogió siempre la voluntad de Dios: "he aquí la esclava del Señor; hagáse en mí según tu palabra" (Lc 1, 38). Ella, como señaló san Agustín, llevó a Jesús antes en el corazón que en su seno.

Una de las actitudes de la sabiduría, como vimos, es la retención: "los que la retienen consiguen la gloria del Señor". Y María es precisamente la mujer que "guarda y medita en su corazón" los misterios de la vida de Jesús (cf. Lc. 2, 19 y 51). Ella, invadida por la sabiduría del Padre, capta y saborea desde la fe el plan amoroso de Dios, y prorrumpe en el canto del Magnificat. Juan Pablo II nos enseñó que: "María, acogiendo y meditando en su corazón acontecimientos que no siempre puede comprender (cf. Lc 2, 19), se convierte en el modelo de todos aquellos que escuchan la palabra de Dios y la cumplen (cf. Lc 11, 28) y merece el título de «Sede de la Sabiduría». Esta Sabiduría es Jesucristo mismo, el Verbo eterno de Dios, que revela y cumple perfectamente la voluntad del Padre (cf. Hb 10, 5-10)".María aparece en muchas imágenes como trono o sede de la Sabiduría: Ella sostiene en sus manos o en sus rodillas, a modo de trono, a Jesús Niño, que nos mira y nos bendice.

María es fuente de la Sabiduría, porque nadie como Ella se ha llenado de la sabiduría de su Hijo y la enseña y transmite a quien se le confía: "Haced lo que Él os diga" (Jn 2, 5). La sabiduría humana se adquiere por la reflexión y el estudio. Pero existe otra sabiduría, que brota como don del Espíritu Santo. Es un saber que, como dice Santo Tomás de Aquino, surge de la unión con Dios, de la experiencia y de la intimidad con Él. En el Evangelio vemos que María vive unida al Verbo de una forma única: está compenetrada con Él, habitada por Él, al mismo tiempo que Ella le sirve de refugio y hogar. María es así, a la vez, casa de la Sabiduría.

Una historia. Cuentan que un joven universitario coincidió en el tren con un anciano y que al darse cuenta de que éste iba rezando el rosario le interrumpió para decirle: "¿por qué, en lugar de rezar el rosario, no dedica el tiempo a aprender e instruirse algo más? Yo me ofrezco a enviarle algún libro para que se instruyera..." El señor mayor le dijo: "le agradecería que me enviara el libro a esta dirección", y le dio su tarjeta, en la que se leía: "Dr. Luis Pasteur, Instituto de Ciencias de París". La historia no cuenta la cara que se le quedó al joven, pero lo imaginamos. Y es que Pasteur unía en sí la sabiduría humana y la divina, que encontraba en María, casa, fuente, trono y madre de la Sabiduría.

Oración finalPadre Santo, Dios eterno, que quisiste poner el trono real de tu Sabiduría en santa María virgen, ilumina a tu Iglesia con la luz de la Palabra de vida, para que resplandezca con la fuerza de la verdad y alcance gozosa el pleno conocimiento de tu amor.

GREDOS EN EL CORAZÓN DE DON MIGUEL DE UNAMUNO

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Mi buen amigo Jesús Amado ha preparado un bello folleto titulado "Ven, amigo" fruto de   su  vivencia montañera y sus meditaciones mañaneras. En la presentación culmina con el recuerdo de Miguel de Unamuno, el poeta de Gredos, el que escribió desde su destierro en París este recuerdo: "Nunca olvidaré una noche en que, durmiendo en el santo suelo de mi patria, sobre la tierra misma, en una de las cumbres españolas, me sorprendió antes del alba una tormenta. Viendo ceñir los relámpagos a los picachos de Gredos, se me reveló el Dios de mi patria, el Dios de España, como Yahvé se les reveló a los israelitas tronando y relampagueando en las cimas del Sinaí".

 

He aquí, pues, lo que bellamente escribió Unamuno de nuestro santuario de Gredos:

No, no es Gredos aquella cordillera;

son nubes del confín, nubes de paso

que de oro viste el sol desde el ocaso;

sobre la mar, no roca: bruma huera.

 

Gredos, que en la robusta primavera

de mi vida llenó de mi alma el vaso

con visiones de gloria, que hoy repaso

junto a este mar que canta la gotera.

 

¡Aquel silencio de la inmoble roca

llena de gesto de cordial denuedo!

¡Aquel silencio de la inmensa boca

 

del cielo, en que ponía sello el dedo

del Almanzor! ¡En su uña al paso choca

y se rompe la sierra de remedo!


                           


QUINTO ANIVERSARIO DE LA PARTIDA PARA LA ETERNIDAD DEL P. POZZO, S.J. FUNDADOR DE CIRCA

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QUINTO ANIVERSARIO DE LA PARTIDA PARA LA ETERNIDAD DEL  P. POZZO, S.J. FUNDADOR DE CIRCA

EL EDUCADOR VOLCÁNICO  DE LOS PUEBLOS JÓVENES DE AREQUIPA

José Antonio Benito

 

Hace cinco años, el 25 de mayo del 2008, fiesta del Corpus Christi, día de la Caridad, tras celebrar la fiesta de María Auxiliadora en la enfermería de los PP. Jesuitas de Fátima (Miraflores), nuestro querido Padre Carlos Spallarrosa. Pozzo, S.J, tras levantarse con su habitual buen humor, tuvo un paro cardíaco y partió para la eternidad. Estaba feliz con sus amigos P. Ibarra, P. Ricardo Morales, Monseñor Bambarén, todos jesuitas; se despidió de ellos con una sonrisa y marchó feliz a la casa del Padre. Alguna vez le preguntamos que qué pasaría cuando él partiese, y, sin pensarlo dos veces, contestó: "YO ESTARE DESCANSANDO Y USTEDES TRABAJANDO. Y no se preocupen por CIRCA, Dios no muere nunca". Al día siguiente llevaron sus restos a la Ciudad Blanca y le rindieron honores durante tres días. Todos los medios de comunicación lo pusieron en primera plana. Los más de 30 colegios fundados, cerca de 20.000 alumnos, 400 niños huérfanos atendidos en los 8 sumac wasi, postas médicas, capillas, más de 6.500 casas construidas –los pobres de Arequipa- hablan de su titánica obra apostólica. Sus restos mortales reposan en una urna colocada en la iglesia Santa María Maravillas, ubicada en la sede central de CIRCA, institución fundada por él, poco antes del inicio del Concilio Vaticano II, a raíz de los terremotos de 1958 y 1960.

 

TRAYECTORIA BIOGRÁFICA

 

Nació el 28 de marzo de 1918 en un pueblecito a 10 kms de Génova (Italia), llamado Bogliasco, cerca del mar. Fueron sus padres Luis Ángel Spallarrosa Foppiano (albañil) y María Lía Pozzo. Sus hermanos: José, Armando, Luis, Albina (muerte a los 16 años], Vittorio (párroco del Callao, fallecido en 1999), Carlos y Luisa; otros 5 mueren de pequeños. Su familia, aunque pobre, era muy religiosa, lo que hizo que ingresase en primaria al Seminario. Estudió primaria y secundaria en su localidad natal.

Emigra al Perú en Abril de 1936.  Se desempeña como empleado de 1936 a 1946 en el Callao - Lima. En Perú estuvo trabajando con sus hermanos en varios negocios; estuvo un año trabajando con otro socio en una hacienda y el negocio no salió bien. En medio de un gran desconcierto, acudió a los PP. Jesuitas quienes poco a poco le fueron guiando en su vocación, llegando a ingresar en el Noviciado en Abril de 1946 en Miraflores. El P. Alfredo Castañeda, director espiritual de los ex alumnos del Colegio "La Inmaculada" nos comparte que comenzó a vincularse  con los jesuitas por el Padre José Vicente, párroco de San Pedro, La Inmaculada (hoy Santo Toribio, en Colmena) y en Desamparados. Carlos Pozzo tenía ya 28 años y comienza a confesarse y dirigirse espiritualmente con él.  Fue connovicio del Padre Ricardo Morales,

 

 En Setiembre de 1950 fue destinado a estudiar a España, Filosofía en Madrid; en 1954, Teología en Granada, y en 1958 Ascética en Salamanca.

Ordenado sacerdote en este año, regresa a Perú, siendo destinado como profesor del Colegio San José de Arequipa. Un consejo decisivo de otro gigante de la solidaridad y del desarrollo social como el P. Felipe McGregor, a la sazón provincial de los Jesuitas en Perú, ante el deseo del P. Pozzo de trabajar con los obreros, en sindicatos, le habla de las barriadas y los pueblos jóvenes de Arequipa.

 

Será esta ciudad su destino definitivo. En 1959  interviene en la fundación del movimiento de laicos denominado "Acción Social", comprometidos en la labor social de pueblos jóvenes de Arequipa. En 1960 interviene en la fundación de las primeras Escuelas Parroquiales: una en Gráficos "San Martín de Porres" y otra en Alto Selva Alegre "Santa Rosa de Lima" que ahora son 35 Colegios de la Asociación Educativa Popular "María, Madre y Maestra" CIRCA-MAS, que congrega a 700 profesores y 15.000 alumnos en los niveles de inicial, primaria, secundaria y CEO. Como actividad complementaria CIRCA dispone de ocho albergues o "sumac wasi" que recogen a niños abandonados por orfandad o pobreza. Para atender a la salud cuenta con dos postas médicas en la avenida Kennedy 1750 en Paucarpata y en el Cono Norte

 Ese primer grupo de laicos de Acción Social y otros nuevos grupos sigue trabajando hasta ahora en esa misma labor de carácter popular en los pueblos jóvenes o zonas marginales de Arequipa a través de comedores populares, departamentos de madres y círculos de obreros, y 6.500 casas construidas. Como contribución espiritual debe anotarse las 33 capillas construidas en las zonas periféricas de la Ciudad Blanca, los Grupos Infantiles y Juveniles. Cuenta, además, con una Casa de Retiros, "Hermano Clemente", en la Avenida Kennedy, donde miles de jóvenes y adultos participan en Ejercicios Espirituales y Retiros cada año. En el Centro de Arequipa, calle San Pedro, se ubica la sede de la Federación donde diariamente se mantienen numerosas actividades formativas. Cuenta con una popular hoja semanal informativa, El Destape, que ya superó los 1.500 números con una tirada de 5000 a 1000 ejemplares. Su misión tal como señala el propio P. Pozzo es la de "Destapar" (desenmascarar) la mentira, la corrupción, la flojera...y ser altavoces de la justicia, de la verdad, la honradez, la caridad...desde una posición católica y peruanista".

Como cantan en su himno su objetivo es luchar por "el quehacer social que transforme al Perú, igualdad y paz son las flores que brindamos, con la roja sangre de nuestro dolor, sucumbir en la lucha noble y esperar primaveras de resurrección. Resurgir de pueblos hacia Dios con el alma plena de vigor un mundo nuevo libre, en hermandad, de amor, con la mirada hacia el frente y con honor".  En Arequipa son bien conocidos por su popular campaña de recogida de papel ("el papel que a ti te sobra es el pan que no necesito") por toda la ciudad y que les sirve para sufragar gastos de sus múltiples obras.

Ellos siguen adelante a pesar de la muerte de su fundador y sin las ayudas de fuera y los golpes de terremotos naturales e incompresiones de todo género. Cuentan con la fe en Dios y el amor de los hermanos. Entre las publicaciones más importantes cabe señalar: Cruz y Sol 1962. En 1964 se edita en Lima. Crisis 1972-77 en Lima. CIRCA-MAS. 1958-1994. Folleto desplegable. Arequipa, 1994.El Destape desde 1978... Boletín Por Arequipa MÁS, MÁS Y MÁS. Desde 1996. Boletín "Ayuda para los albergues 'Sumac Wasi' de CIRCA-MAS. 1996. Propuesta educativa de los centros educativos de CIRCA Arequipa 1997. CIRCA camino al III milenio, Arequipa 1999. Entre las tesis y monográficos sobre CIRCA cabe señalar: En 1965. Los Círculos Sociales Católicos en Arequipa en 1958 Nancy PINTO LAZO-Mery PODESTA TORRES. Escuela Normal "Regina Mundi", Arequipa. (Hoy en el Centro Cultural "Andrés Bello", Yanahuara, Biblioteca, Tesis n 200-1.) En 1973. Acciones educativas de CIRCA en relación a la actual Reforma Educativa. Escuela Normal "Regina Mundi", Arequipa. Hoy en el Centro Cultural "Andrés Bello", Yanahuara, Biblioteca, Tesis n 200-2. En 1986. La influencia educativa de las acciones de CIRCA en los niños que asisten a sus centros infantiles en los pueblos jóvenes de Arequipa. UNSA. En 1994. Luis MATEOS. La importancia de la educación religiosa en los centros de CIRCA. UNSA, Arequipa.

 

PALABRAS DEL P. POZZO

(Junio del 2000, en el gran congreso "CIRCA hacia el 2000"):

 

En las alturas del Misti, hace casi 100 años, nuestros abuelos plantaron una Cruz para recordar el paso de un siglo y para poder dirigir sus miradas a ella en las buenas y en las malas. Y allí está todavía esa Cruz que, hasta hace unos pocos años, a las cinco de la tarde, brillaban en lo alto del volcán. Pasaron los años y la Cruz desapareció de la mirada cariñosa de Arequipa. Hoy, al acercarse el paso no de un siglo a otro sino de un milenio a otro, no pocos han vuelto a recordar la Cruz y anhelan aprovechar esta oportunidad para presentarla nuevamente, renovada, a la vista y a la meditación de los arequipeños.

También CIRCA ha aprovechado los 45 años de su existencia para buscar, en un Congreso, el vigor para renovarse y, con nuevas expectativas, seguir luchando por el bien de Arequipa [...]

Lo que Dios pide a cada militante es una religiosidad centrada en una espiritualidad enraizada en la confianza cada vez más profunda en Dios. Una espiritualidad que siga los pasos de Don Bosco, San José Cottolengo, la Madre Teresa de Calcuta y tantos otros apóstoles que no ponen para nada su confianza en los medios humanos, sino en la bondad de nuestro Padre Dios.

Un segundo punto característico de CIRCA debe ser tener un amor efectivo a la institución. Amor que nos lleve a poner a su disposición nuestras personas, nuestras ideas, nuestros esfuerzos, nuestro espíritu, nuestro sacrificio para ser los misioneros que el Papa reclama.

Si el Congreso ha logrado impactar con estas ideas y estos sentimientos nuestros corazones, entonces sí que no será un simple y fugaz episodio en nuestra vida, sino la mejor garantía de nuestra realización cristiana, tanto personal como colectiva. Entonces sí que se podrá afirmar con humildad, pero con verdad: Hombres de CIRCA, hombres de Esperanza.

 

 

LA MAGNANIMIDAD DE CIRCA

 

Una de las notas clave del P. Carlos S. Pozzo y de CIRCA ha sido y es la magnanimidad, la grandeza de ánimo, como han demostrado a través de sus populares campañas: recogida de papel por toda Arequipa, romerías en las fiestas de la Virgen, su protagonismo en la defensa de la dignidad de las personas, reparto de miles de volantes y boletines como "El Destape" acicate de peruanidad y catolicidad, su apoyo permanente a la moral católica con su presencia valiente y multitudinaria, particularmente en el gran homenaje al Papa, los 29 de junio, por la Plaza de Armas de Arequipa. Este espíritu generoso y heroico lo supo retratar muy bien Monseñor Luis Sánchez-Moreno Lira, arzobispo de Arequipa, en la homilía de la misa de clausura del congreso de profesores de Circa (Colegio de San José 6.111.98, Arequipa), al hablar de la importancia de la magnanimidad evangélica:

 

La magnanimidad muy relacionada con la fortaleza consiste en la disposición del ánimo para acometer grandes empresas por Dios y por los demás, que acompaña siempre a una vida sincera de fe. El empeño de luchar por la santidad es ya una primera manifestación de magnanimidad. El magnánimo no se amilana ante los obstáculos, ni las críticas, ni los desprecios.  De ninguna forma se deja intimidar por los respetos humanos ni por el ambiente adverso. Tiene en muy poco las murmuraciones. Le importa mucho más la verdad. "A la Virgen bendita le encomendamos toda la labor de CIRCA, especialmente la tarea de los maestros. ¡Pueden tanto! Ella nos refresca el alma, de modo que nos sentimos ágiles y sueltos para volar alto y caminar audazmente por los caminos del Señor. ¡Reina de la verdadera Sabiduría, ruega por nosotros!"

 

ALICIA MEDINA BRAVO, PRESIDENTA DE CIRCA

(Entrevista en PAX TV, año 2008)

 

PAX: Alicia tú desde muy pequeña has conocido la obra del Padre Pozo y eres una de esas tantas familia que han brotado y que le han conocido  ¿Cuál es tu recuerdo? Y ¿Qué es lo que te gustaría decir?  

Alicia Medina: Bueno, el ejemplo y el modelo el Padre Pozo es que ha sido muy trabajador, muy generoso, muy humilde y se daba realmente a toda la gente que más necesitaba. Si él le regalaban una chaqueta, él se la reglaba al que más necesitaba. Era un Sacerdote que miraba el futuro porque planificaba en todo sentido en los pueblos, en los colegio, y como el Padre Alfredo Castañeda dice, pues "él quería que Arequipa y los pueblos jóvenes sean cultos y todas las familias vivieran en dignidad"; para esto hacía proyectos o trámites con todas las instituciones nacionales e internacionales para hacer 6500 casas de 35 metros cuadrados. Para dar un iniciativa, él no trabajaba solo sino que agrupaba a todas las personas para que sepan compartir y para que ellos mismos mutuamente se lleven; por ejemplo, el grupo de Ayuda Mutua para construir las casas;  él reunía a 10 ó 15 familias y dentro de ellos tenían que levantar su casita y él, Padre Pozo, pues daba todo el material y la mano de obra la daban ellos, ayudándose mutuamente; en eso, pues hasta la actualidad la gente lo recuerda y nunca olvida eso, de que ha dado casa a 6500 familias, alrededor del cinturón de Arequipa, no en un solo pueblo joven sino en todos los  pueblos jóvenes de todos los conos. Y pues viendo ahora en las Bodas de Oro que ha cumplido, pues hemos ido en busca de estos señores de ayuda mutua y siempre dicen que agradecen al Padre Pozo que ha sido un principio para el desarrollo.

PAX TV: ¿Cuál es el primer recuerdo que tienes?

Alicia                    : Bueno, hacía un año que había fallecido mi papá. Con un grupo de señoritas fue a fundar CIRCA y pues yo me aferré a él y le dije "Padre yo voy a ser su campanera" y me llevaba yo le esperaba en el cruce a un kilómetro de casa más o menos. Y entonces sábado y domingo desde las cinco de la mañana que él celebraba sus misas, pues era su campanera; yo no sé  con qué seguridad me subía a la parrilla, a la baca del carro y desde allí tocaba la campana; y era su sacristana también porque yo armaba el altar para su misa; porque él hacia la misa sobre sillares y sobre piedras al aire libre; la iglesia tenía que estar presente en los pueblos jóvenes; él celebraba tres, cuatro, cinco y hasta seis misas dominicales, no para ganar dinero sino para que la Palabra de Dios llegase a esos pueblos donde nunca había llegado; yo iba feliz con él sábado y domingo. Y según él me contaba -yo no recuerdo- que yo armaba el altar, y él me dejaba hacer. El cariño grande y la confianza que él me ha dado en los años que he estado con él me ha enseñado muchísimo realmente.

PAX TV: Bien de estos 50 años Alicia tu que lo has seguido tan de cerca y ahora que tienes una responsabilidad de dirigir la obra aunque él siempre insistió mucho que es Dios quien la dirige y tú lo tienes muy claro también, pero esa responsabilidad. ¿Cuáles es? ¿Cuántos colegios? Con cifras como tal.

Alicia                    : El Padre Pozzo siempre ha dicho que CIRCA  no tiene rostro pero el rostro de CIRCA somos todos los que trabajamos en la obra. El Padre Pozzo en los 50 años ha hecho pues 33 capillas de las 33, 22 han sido entregadas al Arzobispados. Y luego tenemos 35 colegios con 17 000 alumnos y 800 maestros.

PAX TV: ¿Están ubicados todos en los pueblos jóvenes?

Alicia                    : En la periferia de Arequipa. En los pueblos jóvenes de Arequipa como decimos en el cinturón de Arequipa.

PAX TV: Para dar lo mejor a los que más lo necesitaban.

Alicia                    : Sí, por eso se han creado los colegios por el Padre Pozzo, porque realmente él quería que los niños pobres tengan calidad de educación .

PAX TV: A parte de las clases, la mayoría de los niños y jóvenes están en grupos, se van de campamento, van a retiros.

Alicia                    : Sí nosotros trabajamos tres aspectos. Lo social, lo educativo, lo espiritual. Para lo primero  tenemos 8 SUMAWASIS que son casas bonitas entre 0 años a 18 años.

PAX TV: ¿Los han abandonados los papas?

Alicia                    : Por diversos problemas, sobre todo de abandono, en total son 432 niños a los que brindamos alimentos, comida, colegio, salud; en definitiva, los atendemos en su integridad. Lo importante, lo que tenemos que rescatar del Padre Pozzo es que todas las personas que trabajamos en la institución somos voluntarios no cobramos ni un sol por la labor que realizamos. Por ejemplo los encargados de los Sumac Wasi ellos se ofrecen por un año o dos años para que cuiden y protejan a estos niños y lo hacen con tanto cariño y tanto amor que los niños están muy felices en las casa puesto que hoy tenemos 48 universitarios entre chico y chicas ¿no? que estos universitarios hemos hecho un proyecto donde hay un grupo de España Asociación "Millón de amigos" que ha fundado la Madre Saleta Pérez, de Janua Coeli, cuando estaba en España; ese grupo pues nos busca padrinos para estos chicos universitarios para que sigan sus estudios. 

EL P. HIPÓLITO DUHAMEL Y SU COLEGIO SAN VICENTE DE PAÚL EN AREQUIPA

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EL P. HIPÓLITO DUHAMEL Y SU COLEGIO SAN VICENTE DE PAÚL EN AREQUIPA

En la etapa virreinal de Arequipa destacaron los colegios Santiago, de los Jesuitas, a iniciativa del vecino Diego Hernández de Hidalgo en 1578, san Francisco, de los Franciscanos, la Inmaculada, de los Mercedarios, y el Seminario San Jerónimo. De éste último -reformado por el obispo Chávez de la Rosa- saldrían figuras excepcionales como Luna Pizarro, Mariano Melgar, González Vigil, Mariano José de Arce, Benito Lazo y otros prohombres de la aurora de la República. Más adelante, a mediados de siglo, distintas órdenes y congregaciones fundaron colegios de varones y señoritas; entre los primeros, destacan el transformado de La Inmaculada en San Pedro Pascual de los Mercedarios (1898), San José (1898), Don Bosco (1905), La Salle (1931); de mujeres: Nuestra Señora del Rosario (1874), Sagrados Corazones (1887), Sagrado Corazón (Sophianum, 1900), Esclavas (1924), la Asunción (1928).

 

Dentro de la tradición educativa de la Blanca Ciudad, ocupa un puesto de honor el Colegio San Vicente de Paúl, bajo la batuta del célebre educador P. Hipólito Duhamel, celoso misionero francés de la congregación vicentina que, tras varios años de misión en China, se instala en Arequipa en 1880, situando la educación en un nivel de vanguardia por su entrega total, la renovación de material didáctico y de la metodología. Además de fundar y dirigir su célebre colegio-seminario, será rector del Seminario de San Jerónimo de Arequipa desde 1899 a 1905. Leamos su propio testimonio, a través de la memoria del colegio del año 1897:

 

"Después de las terribles pruebas y desastres de la ultima guerra, era convicción general de los verdaderos patriotas, de que para salvar la patria y prepararla a reconquistar su prestigio y perdida gloria, se debía empezar por inculcar en las masas y sobre todo en la juventud los principios de la sana moral y acendrado patriotismo. Pero como ese trabajo de regeneración nunca puede ser sólido y eficaz, sino teniendo por base la Religión; de aquí todos volvieran sus ojos hacia el clero, a su acción e influencia. Colegio gratuito destinado a cultivar las vocaciones eclesiásticas entre los niños pobres que manifestasen aptitudes e inclinación hacia la elevada dignidad del sacerdocio... De los 200 alumnos. En los estudiantes de Teología y Derecho Canónico, del Seminario mayor, en 9 años hay 6 nuevos sacerdotes... Todos los jóvenes que han ingresado a esta sección se han distinguido notablemente, no solo por su contracción al estudio y una extraordinaria del saber, sino por su amor acendrado a la virtud y sus grandes esfuerzos por adquirirla y hacerse dignos de su nobilísima vocación. De esos ordenandos 20 han sido ya ungidos con el óleo santo del sacerdocio y dentro de pocos meses lo serán también otros cuatro"

 

Se habla también de la profunda reforma pedagógica acometida con la compra de material didáctico completo de Europa. Se trataba de un gabinete de física muy completo, laboratorio de Química, juego completo de cuadros de Historia Natural, 150 muestras de Dibujo natural en plancha y en relieve junto con muestras de acuarela y Dibujo lineal.[1]

 

Nuestro distinguido alumno fue recibido en el colegio-seminario en septiembre de 1884[2], donde se dedica al estudio y conocimiento de los ministerios de la Congregación de la Misión con esmero. El entonces seminarista Lissón se entrega servicialmente a las actividades iniciadas por su hermano de comunidad, el padre Hipólito Duhamel Es así discípulo de este y del padre José Domingo César, llegado a Arequipa en calidad de Capellán del Orfelinato el 16 de diciembre de 1877. Responde al profundo llamado de servir a los pobres en medio de la Congregación de los Lazaristas, Vicentinos, Paúles o Padres de la Misión. Enviado a París, ingresa en la Congregación el 18 de mayo de 1892. El 25 de marzo –fiesta de la Anunciación de Maria- de 1894 emite los votos, prosiguiendo sus estudios teológicos en Paris, donde tiene como profesor al celebre P. Pouget, eminente teólogo y profesor de Ciencias Naturales. Ordenado sacerdote el 8 de junio de 1895 en París, en la casa Madre de la Congregación de la Misión. Conviene resaltar que tuvo el privilegio –mediante rescripto de la Santa Sede-de alcanzar el presbiterado un año antes de la edad canónica de 24 años.

Este mismo año, reclamado por él celebre P. Duhamel, regresa a Arequipa donde se convierte en su brazo derecho en los colegios seminarios de la Ciudad Blanca. Allí pasará 14 años, hasta 1909, distribuyendo su tiempo entre el estudio, las clases y los ministerios sacerdotales.

Como alumno destacado estará Víctor Andrés Belaunde en 1896. Otros estudiantes, alumnos de Lissón, serán Clodoaldo Ávila, A gusto y Carlos L. De Romaña, Augusto Belaunde, Octavio Belaunde, Arturo L. De Romana, Mateo Cossío[3]. Parece que maestro y discípulo mantuvieron una cordial amistad a lo largo de sus vidas como se desprende de la correspondencia epistolar conservada. En una escueta nota en la que, desde Valencia, Monseñor le felicita a Víctor Andrés, en la ONU, con un "Bravo, su profesión fe", anota Belaunde: "Agradecido mi maestro"[4].

Además de los estudios científicos sigue varios cursos de Jurisprudencia en la UNSA. Estuvo especialmente dotado para los idiomas, dominando el francés, ingles, latín e italiano y defendiéndose en el griego. El ambiente de los Paúles era de fervor apostólico y disponibilidad misionera. Se dedican a la formación de los futuros sacerdotes en los Seminarios, la predicaron en las misiones populares, el establecimiento de la Iglesia en los países de misión. Ya en Arequipa, sin llegar a los treinta años, dirige el Seminario Menor y el Colegio Apostólico, impartiendo clases de Teología y derecho en el Seminario Mayor. Coinciden los testigos en que era silencioso, trabajador, muy estudioso, modesto y que transparentaba un gran espíritu sacerdotal.

Con la muerte del P. Teófilo Gaujon, C.M. en 1907, en Trujillo, se le nombra profesor y director espiritual del Seminario mayor de San Carlos de la ciudad norteña en 1908 y 1909[5]. En esa circunstancia, muere su admirado P. Hipólito Duhamel.

En el año 1902[6], con 29 años de edad, se había matriculado en los cursos de Lugares Teológicos, Historia Eclesiástica (segundo año) y Teología Moral (Sacramentos). Curiosamente, el distinguido alumno arequipeño aprovecha su presencia en Lima para matricular a sus compañeros Leandro Olivares, Valentín Ampuero y Rubén Berroa. Hay registro del examen el 3 de diciembre, de Teología Moral de primero, 5 de diciembre de 1904 de Lugares Teológicos ante el jurado compuesto por los profesores Alejandro Aramburú, Juan C. López y Alejandro Castañeda, quienes le otorgan la calificación de "bueno"; el día siguiente se examina de Teología Dogmática de primer año ante el mismo jurado y con la misma calificación.; el 7 Teología Dogmática de 2º, el 12, de Historia Eclesiástica de 1º ante los profesores Luis A. Arce Ruesta, Mateo Martínez y Nicolás La Rosa Sánchez; se examinó también de Liturgia y Cómputo Eclesiástico ante ese mismo jurado; el 14, Teología Moral de 3º. El día 17 se examina de Teología Dogmática de segundo año[7]

En la UNSA (Universidad Nacional "San Agustín" de Arequipa) , tras dos años de estudio, se gradúa el 15 de octubre de 1904 como bachiller en Ciencias Naturales, con una tesis acerca de los terrenos geológicos del Departamento, ante el jurado compuesto por los catedráticos Osorio, Arévalo y Corrales Díaz, presidiendo Abraham de Vinatea. Las asignaturas cursadas fueron Química General con el Dr. Luciano Bedoya, Física General y Experimental con el Dr. José Moscoso Melgar, Botánica Dr. Carlos U. Arévalo, Anatomía y Fisiología Generales, Dr. Carlos Arévalo, Antropología Dr. José Segundo Osorio, Zoología y Dibujo Imitativo, Carlos U. Arévalo, Química Analítica Dr. Luciano Bedoya, Física General y Experimental Dr. Juan Manuel Arévalo, Geología, Mineralogía y Paleontología Dr. José Segundo Osorio. Hizo un viaje a pie por Cenllama y Cuzco[8].

 



[1]Colegio de San Vicente de Paúl. Memoria del año escolar de 1897 por el P. Director, H. Duhamel, Arequipa, 1897, pp.5-8.

[2]Por aquellas fechas –30 de noviembre de 1884- el célebre educador mistiano Deán Valdivia, con 88 años bien cumplidos, celebra la última Misa y se despide de su "Catedral", muriendo el 12 de diciembre.

[3]Por las Actas del Colegio de San Vicente de Paúl. Actas de Exámenes l (9 de noviembre de 1896, curso 2º), hoy en el Colegio de la Independencia, figura como Profesor en 1896, junto a Carlos Arévalo, José I. Cáceres, Pablo Carpio. Figura como alumno V. A. Belaunde quien obtiene las siguientes calificaciones: Gramática Latina 2: 19, Gramática Castellana 19, Historia Antigua (Roma) 20, Geografía 20, Aritmética Demostrada (Geometría) 19, 2/3, Aritmética Comercial 1: 19, 2/3; Francés-1: 20, Álgebra 1: 20.

[4] Archivo Histórico del Instituto Riva Agüero, Sección de Víctor Andrés Belaunde. Cartas de Monseñor Emilio Lissón: Roma, 8 de septiembre de 1936; Roma 17 de marzo de 1937; Telegrama de 20 de septiembre de 1959.

[5] Uno de los más célebres alumnos será Víctor Raúl Haya de la Torre a quien enseña inglés y ciencias naturales. J. Klaiber rescata dos momentos de encuentro de estas dos personalidades; en 1918, con motivo de su promoción como arzobispo de Lima, el joven Haya fue a saludarle porque, por casualidad, el tío sacerdote de Víctor Raúl, Samuel Octavio Haya, era el secretario de Lissón. Más adelante, el 3 de mayo de 1923, coinciden en la inauguración de una escuela mutual  para hijos de obreros; Lissón bendice, Haya habla como representante de las Universidades Populares. El fundador del APRA tenía un alto concepto de su antiguo profesor a quien consideraba "intachable" en su conducta personal y un tanto rígida en sus ideas religiosas. Religión y revolución en el Perú (1824-1976) Universidad del Pacífico, 1980, epígrafe "Haya y Lissón" pp. 169-171

[6] Archivo Histórico de la Facultad. Libro de Matrículas 1877-1957. Nº 2, día 26 de marzo. Facultad de Teología Pontificia y Civil de Limas,

[7] Archivo Histórico de la Facultad. Libro de Exámenes (1867-1937), Nº 140, f.149-150.

[8] Archivo Central de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa. Secretaría General, Nº 44, 1904, pp.337-341v.

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